CLAVES DE LA PRÁCTICA PROFESIONAL DE LA PSICOTERAPIA
PSICOANALÍTICA JUNGUIANA
En este ensayo vamos a tratar de entender las claves de la práctica
profesional de la psicoterapia psicoanalítica junguiana para esto podemos comenzar por hacer algunas precisiones. Al conjunto de planteamientos teóricos, analíticos y metodológicos formulados por Jung se le denomina psicología analítica, para diferenciarla de los postulados de Adler a los que se denomina psicología individual, y de los de Freud, que constituyen lo usualmente llamado psicoanálisis. De otra parte, a la actividad de los analistas de una y otra escuela se le suele llamar psicología profunda, que hace referencia a que unos y otros abordan el estudio del inconsciente.
Jung no fue el primero en dedicarse al estudio de la actividad onírica. No
obstante, sus contribuciones al análisis de los sueños fueron extensivas y altamente influyentes. Escribió una prolífica obra. Aunque durante la mayor parte de su vida centró su trabajo en la formulación de teorías psicológicas y en la práctica clínica, también incursionó en otros campos de las humanidades, desde el estudio comparativo de las religiones, la filosofía y la sociología hasta la crítica del arte y la literatura. Aunque Jung trabajó con Freud durante algún tiempo, se separaron debido a las diferentes teorías. Mientras que Freud afirmó que los sueños y el inconsciente son cosas personales contenidos dentro de un individuo, Jung creía que el inconsciente personal es sólo la capa superior del inconsciente colectivo mucho más profundo: lo incontrolable, parte heredada de la psique humana que se compone de arquetipos o patrones comunes para toda la humanidad.
No debemos olvidar que, en la terapia de Jung, estos patrones pueden
explicar por qué tenemos hábitos que no se puede romper tan fácil, como las adicciones, la depresión y la ansiedad. Por lo tanto, el enfoque de jung tiene como objetivo analizar estos arquetipos con el fin de comprender mejor el ser humano. A través del proceso de auto-conciencia, la transformación y actualización, la Terapia Junguiana puede ayudar a las personas ver lo que está fuera de equilibrio en su psique. Esto es para darles la posibilidad de hacer conscientemente cambios que ayudarán a ser más equilibrados y completos.
La Terapia Junguiana o el análisis de Jung como también se le conoce,
es un enfoque psicoanalítico que fue desarrollado por psicoterapeuta Carl Gustav Jung. Junto con Freud, Jung es considerado uno de los pioneros de la psicología profunda, sobre todo de la mente inconsciente. En la psicología analítica de Jung, decir que la aparición de una imagen, idea o ilusión en nuestra mente genera una realidad psíquica. Es decir, para nuestra mente no hay categorías para dividir la realidad. La identificación de un sonido externo, un olor o una visión, para nuestra mente es tan real como la aparición de una imagen arquetípica o un sueño. Desde aquí, Jung elaborará su psicología clínica que pronto se convertirá en fundamento para la Práctica de la Psicología Analítica, que se diferencia de la otra gran corriente desarrollada por Freud, el Psicoanálisis.
Desde un principio, Jung pone ciertas reglas éticas en su práctica: la
primera, que el análisis de una paciente es un encuentro único, nada tiene que ver con el anterior y muy importante, «sólo puede curar una herida un médico que ha sido herido», lo que compromete al profesional a poseer experiencia además de conocimientos académicos; la segunda regla es que antes de afrontar un tratamiento, el doctor debe asegurarse de estar limpio de neurosis propias, y tercero, que todo profesional debe tener una supervisión superior de otros profesionales: «hasta el Papa tiene un confesor» decía Jung.
Además de este pequeño código deontológico, Jung hacía otro tipo de
recomendaciones como la de ser tolerantes a otros métodos para cumplir mejor con su cometido y, sobre todo, no olvidar la historia secreta de cada paciente, la que permanece oculta a su cotidianidad.
Jung le da mucha importancia al Yo, que sería una figura arquetípica
consciente que lleva asociada otra inconsciente: la sombra. El yo bien cuidado y desarrollado lleva al si-mismo, es decir, a la realización a través de la reflexión. Sin embargo, un Yo insano, va a traer los comportamientos más bestiales y bajos, que Jung llama su Sombra, dejando al individuo en la oscuridad. A propósito de esto, Jung analiza el movimiento Nazi que justamente relaciona con un Yo insano, que enfermó al querer agrandarse asociándose con la «raza aria pura» proyectando su sombra, sobre todo, sobre el pueblo judío al que identificó con el mal.
Otro par de imágenes arquetípicas son la Persona y la Imagen Anímica
que para el hombre es Ánima (alma en femenino) y para la mujer Ánimus (alma en masculino). La Persona está en nuestra parte consciente y la parte de nuestra mente que se encarga de lidiar con el mundo, de relacionarse con él. De hecho, la palabra «persona» deriva del latín «máscara teatral». La relación entre Persona e Imagen Anímica (ya sea ánima o ánimus) se define por las dos actitudes (extravertida e introvertida) y las cuatro Funciones Psíquicas (las racionales pensamiento y sentimiento y las irracionales sensación e intuición). La Imagen Anímica se convierte en una especie de guía para el alma, aunque potenciada en exceso. En conclusión, todos nosotros poseemos estas funciones y las usamos en diferentes proporciones. Cada uno de nosotros tiene una función superior que preferimos y que está más desarrollada.; otra secundaria, de la cual somos conscientes de su existencia y la usamos solo para apoyar a la primera. También tenemos una terciaria, la cual está muy poco desarrollada y no es muy consciente para nosotros y finalmente una inferior, la cual está muy pobremente desarrollada y es tan inconsciente que podríamos negar su existencia en nosotros.