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Hipersensibilidad de tipo III

Una reacción de hipersensibilidad de tipo III ocurre cuando antígenos y anticuerpos (IgG o IgM)1
se encuentran presentes en grandes cantidades y en proporciones similares, causando
reacciones de precipitación con entrecruzamiento muy extensas.

La hipersensibilidad de tipo III ocurre cuando existe un exceso de antígenos, comparado con una
reacción normal, en relación a la cantidad de anticuerpos presentes; esto conduce a la formación
de pequeños complejos inmunes que no son capaces de fijar complemento y por lo tanto no son
retirados de la circulación. Se caracteriza porque los antígenos solvatados no se encuentran
unidos a las superficies celulares (que es lo que ocurre en la hipersensibilidad de tipo II). Cuando
estos antígenos se unen a los anticuerpos se forman complejos inmunes de diferentes tamaños.

Los complejos extensos pueden ser removidos por los macrófagos, pero en comparación los
macrófagos suelen tener dificultades para disponer de los complejos inmunes pequeños. Estos
complejos inmunes terminan luego "encajados" en vasos sanguíneos de pequeño calibre,
articulaciones y glomérulos, causando una gran variedad de síntomas. A diferencia de la variante
libre, los complejos inmunes pequeños unidos a los sitios de deposición (tales como vasos de
pequeño calibre) son mucho más capaces de interactuar con el sistema del complemento; estos
complejos de mediano tamaño, formados con un ligero exceso de antígeno, son reconocidos
como altamente patogénicos.

Estos depósitos en los tejidos a menudo provocan una respuesta inflamatoria y pueden causar
daños allí donde precipiten. La causa del daño es el resultado de la acción de las anafilotoxinas
producidas por el clivaje de las componentes C3a y C5a del complemento, las cuales,
respectivamente, median la liberación de gránulos en los mastocitos (estos gránulos contienen
histamina, la cual causa urticaria) y reclutamiento de células inflamatorias hacia el tejido donde
se encuentra el depósito. Muchas de estas células inflamatorias poseen actividad lítica,
conduciendo al daño del tejido debido a una fagocitosis frustrada de parte de los PMNs y
macrófagos.

CLASIFICACIÓN

A. Reacción tipo III localizada Reacción de Arthus


B. Reacción tipo III generalizada Enfermedad del suero

REACCIÓN DE ARTHUS

La reacción de Arthus es una clase local de reacción de hipersensibilidad tipo III. Es un área
localizada de necrosis tisular como consecuencia de una vasculitis aguda por inmunocomplejos,
surgida habitualmente en la piel. En contraste con las reacciones de tipo I mediadas por IgE, que
aparecen inmediatamente, la lesión de Arthus se desarrolla al cabo de unas pocas horas y
alcanza un máximo entre las 4 y 10 horas tras la inyección del antígeno. Se produce porque:

La formación o sedimentación de inmunocomplejos es extraordinariamente localizada (ej.,


inyección intracutánea de antígeno en huéspedes previamente sensibilizados portadores del
anticuerpo circulante apropiado).

El antígeno relevante es plantado (depositado) sólo en el interior de un tejido particular (ej.,


glomérulo renal), con la posterior formación del inmunocomplejo in situ.
La reacción inflamatoria es potenciada por las enzimas lisosómicas liberadas por los
polimorfonucleares. Se produce una vasculitis aguda, que se acompaña de edema local,
hemorragia, infiltración perivascular de linfocitos, monocitos y finalmente de células
plasmáticas.

ENFERMEDAD DEL SUERO

DEFINICIÓN Y ETIOPATOGENIA

La enfermedad del suero es el conjunto de síntomas sistémicos reversibles provocado por la


formación de inmunocomplejos formados a partir de antígenos extraños presentes en la
circulación.

La enfermedad del suero "clásica" se produce por la formación de inmunocomplejos a partir de


proteínas de otras especies, mientras que en las reacciones tipo enfermedad del suero los
antígenos son de diferente origen, con mayor frecuencia por medicamentos, y el mecanismo
patogénico no está aclarado.

Causas:

1) Proteína De Otras Especies: antitoxina equina de la difteria, antitetánica, antibotulínica


y antirrábica, suero equino neutralizante del veneno de la víbora, inmunoglobulina del
conejo contra timocitos humanos, anticuerpos de quimeras monoclonales (p. ej.
rituximab, infliximab), estreptocinasa.

2) Fármacos: con mayor frecuencia antibióticos β-lactámicos (p. ej. penicilina, amoxicilina,
cefaclor), sulfonamidas (p. ej. cotrimoxazol) y muchos otros.

CUADRO CLÍNICO E HISTORIA NATURAL

La enfermedad se inicia 7-14 días tras la administración del agente desencadenante. Los
síntomas se mantienen durante 1-2 semanas y después remiten espontáneamente. Síntomas:
fiebre (en cerca del 100 % de los enfermos) y además:

1) Cambios cutáneos: el 95 % de los enfermos se presenta un exantema maculopapular,


papular, urticaria o similar al sarampión, frecuentemente pruriginoso y simétrico.
Inicialmente aparece en las manos, los pies y el tórax (→fig. 2-1), pudiendo extenderse por
todo el cuerpo. Las primeras manifestaciones tras inyectar el antígeno VSc o IM pueden
aparecer en la zona de la inyección. Pueden presentarse: inflamación de pequeños vasos
cutáneos, cambios similares a un eritema multiforme (se respetan las mucosas), eritema
palmar, cambios maculopapulares atípicos en las superficies laterales de los dedos de las
manos y de los pies o disposición en cinta a lo largo del borde externo de las plantas de los
pies.

Fig. 2-1. Lesiones cutáneas en la enfermedad del suero


2) Otros: dolor y sensibilidad al presionar las articulaciones, edema y enrojecimiento en las
zonas articulares (raro), mialgias, aumento de ganglios linfáticos y del bazo (en un 10-20
%; pocas veces como reacción tipo enfermedad del suero), edema labial y palpebral,
náuseas, vómitos, dolor abdominal espástico, diarrea, cefalea y alteraciones de la vista,
neuropatía periférica, neuritis, meningoencefalitis y encefalitis, síndrome de Guillain-
Barré, miopericarditis, disnea.

DIAGNÓSTICO

 Exploraciones complementarias

1. Análisis de sangre: sin alteraciones específicas, frecuentemente elevación de la VHS y de


la proteína C-reactiva, linfocitosis, eosinofilia, aumento transitorio de la actividad de ALT
y AST, disminución de la concentración de los componentes C3 y C4 del complemento y
de la actividad hemolítica del complemento (CH50), aumento de la concentración de
inmunocomplejos circulantes (aumento de la concentración de los complejos
inmunológicos y disminución de la concentración de C3 o C4 poco frecuente en la reacción
tipo enfermedad de suero).

2. Examen general de la orina: proteinuria, cristales y eritrocitos en el sedimento.

3. Examen histológico de lesiones cutáneas (realizado únicamente en caso de dudas


diagnósticas): vasculitis leucocitoclástica, depósitos de inmunoglobulinas y de C3 en la
pared de los vasos.

 Criterios diagnósticos
El diagnóstico se establece sobre la base de los síntomas y signos que aparecen tras una
exposición confirmada o probable a un factor causal.

 Diagnóstico diferencial
Principalmente erupciones virales, enfermedades inflamatorias de las articulaciones
(incluida la fiebre reumática), polimiositis o dermatomiositis, eritema multiforme,
angioedema, vasculitis sistémica.

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