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comunistas y la revolución
Hace 167 años, el 21 de febrero de 1848, se publicaba por primera
vez en Londres el Manifiesto Comunista escrito por Marx y
Engels. Pocas obras se han difundido y han influenciado tanto el
curso de la historia. En este artículo nos detendremos en la
relación entre el comunismo, los comunistas y la revolución.
Como parte del amplio plan de estudio y discusión del IPS “Karl
Marx”.
Matías Maiello
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Marx y Engels, dos revolucionarios
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Tenía que estallar y estalló. Tres días después de que el Manifiesto se
publicara en Londres, el 24 de febrero de 1848 los obreros de París
levantaron barricadas en toda la ciudad, provocando la caída del reinado de
la aristocracia financiera encabezada por Luis Felipe de Orleans y forzando
la proclamación de la Segunda República. Las movilizaciones se extendían
más allá del río Rin, hacia territorio alemán, con las protestas en Colonia,
capital de Renania, en el Imperio Prusiano. El pueblo de Viena desafió al
emperador de Austria-Hungría y poco después toda Hungría se levantaba
reclamando su independencia. La revolución llegó a Berlín, capital
prusiana. Los gobiernos reaccionarios eran obligados a dimitir o eran
jaqueados por la movilización popular.
Para los que quieran profundizar, están las muy buenas (y documentadas)
conferencias de David Riazanov, publicadas por Ediciones IPS bajo el
título Marx y Engels. Volvamos al Manifiesto.
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materiales de una lucha de clases real y vívida, de un movimiento histórico
que se está desarrollando a la vista de todos…”
Para Marx y Engels, los comunistas “no tienen intereses propios que se
distingan de los intereses generales del proletariado”. Lo que distingue a los
comunistas dentro del “movimiento real”, dice el Manifiesto, es que
defienden “los intereses comunes y peculiares de todo el proletariado,
independientes de su nacionalidad”; que “mantienen siempre el interés del
movimiento enfocado en su conjunto”; que son “prácticamente, la parte
más decidida” y “teóricamente, llevan de ventaja a las grandes masas del
proletariado su clara visión de las condiciones, los derroteros y los
resultados generales a que ha de abocarse el movimiento proletario”.
Por otro lado, un punto fundamental que distingue a los comunistas para
el Manifiesto es el internacionalismo, el defender los intereses comunes de
la clase obrera “independientemente de su nacionalidad”. Esta concepción
tenía bases profundas en Marx y Engels, eran conscientes del carácter
mundial de las fuerzas productivas y de la clase obrera misma, que posee
intereses comunes por encima de las fronteras y las divisiones que le
impone la burguesía. A su vez, sabían que la burguesía cuenta, por esto
mismo, con sus propias instituciones al servicio de mantener la opresión de
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los pueblos. Sin ir más lejos, lo vemos hoy en el accionar de la llamada
“Troika”, conformada por la Unión Europea, el Banco Central Europeo, y
el FMI, que buscan exprimir hasta el último aliento al pueblo griego para
cuidar los intereses del capital financiero.