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INTRODUCCIÓN

La expresión servicios de salud tiene la propiedad de estar profundamente enraizada en el lenguaje


técnico de todos los que trabajamos en este multifacético campo de la salud, y, al mismo tiempo,
estar ampliamente difundida en el vocabulario coloquial. Su significado lo saben muy bien, no solo
los que se preparan profesionalmente para materializarlos, sino también los usuarios que los
necesitan y quienes, además, tienen clara conciencia de aquello que implica su falta y deficiencia.
Existiendo en forma tan clara, tanto en la percepción de los técnicos, como en la de los legos, los
servicios de salud se sustentan en un concepto aparentemente más genérico (pero que, en el fondo,
es bastante complejo): servicio. ¿Qué son los servicios de salud en general y cuáles son las
particularidades de este campo de trabajo y estudio que se destina a la producción de servicios de
salud? Tal es el tema de esta breve investigación. Para comenzar a discutir el asunto, vamos a recurrir
a algunos conceptos del análisis. A pesar de haber otorgado Marx, en su doctrina, un lugar central al
concepto de mercadería, la idea de servicios no se le escapó y de ella hace un esbozo de tratamiento
en el conjunto de apuntes denominados teorías de la plusvalía. Allí afirma que: "así como hay una
multiplicidad de artículos de consumo bajo la forma de mercaderías, tenemos también una
multiplicidad de artículos de consumo que revisten la forma de servicios"

¿En qué sentido difiere una mercadería de un servicio? De una manera simple, porque sobre el
asunto podría escribirse todo un tratado. Se puede decir que son diferentes, en la medida en que la
mercadería representa el trabajo social materializado en algún bien cuyo origen y destino está,
necesariamente, atado a las acciones sistemáticas de compra y venta en el mercado, mientras que el
servicio, aunque representa una obvia expresión mercantil y tiene por fundamento técnico algunas
mercaderías, genera apenas: a) acciones y efectos útiles (real o hipotéticamente); b) objetos útiles
no susceptibles de venta como productos mercantiles en sí mismos. Los servicios se definen por su
utilidad: sirven en primer lugar, en una relación de exterioridad con el usuario, para recuperar un
bien (ejemplo: el taller mecánico); para preservar un conjunto de bienes (ejemplo: servicios de
seguros de una empresa o de limpieza de un hospital); para mejorar, en el plano de la eficacia o de
la estética, alguna cosa que ya se posee (es fácil de identificar una infinidad de instrumentos de uso
donméstico, que eventualmente necesitan ser objeto de un servicio orientado a este fin). En segundo
lugar, sirven de usufructo personal, en una relación más directa con la personalidad del usuario, en
que el sentido de utilidad está condicionado estrechamente por valores y comportamientos
socialmente reconocidos: los servicios del peluquero, de un médico, de un hotel, etc. Todas estas
formas de servicios se realizan en la esfera de un consumo privado, individual o colectivo; son de
utilidad para los individuos, en cuanto son consumidores; por esto, se acostumbra denominarlos
como servicios de consumo (o servicios propiamente dichos), contrapuestos a los servicios de
producción (que se asocian directamente al proceso de producción y circulación de mercaderías):
por ejemplo, el comercio, el transporte, las actividades bancarias y financieras, etc. Los servicios de
consumo constituyen aquí el objeto básico de discusión, a la vez que se subordinan a las actividades
de prestación de servicios de salud. Hay una antiquísima polémica alrededor del carácter productivo
o no del trabajo en los servicios. Este punto suele generar discusiones extremadamente ociosas y
cansadas, que poco o nada ayudan a la comprensión de la dinámica económica de los servicios y del
proceso de trabajo en salud. No se necesita entrar en las sutilezas de la teoría del valor, para que se
reconozca que los servicios son ahora un importante sector de acumulación capitalista y que,
cualquiera que sea el mecanismo subyacente: son, evidentemente, capaces de proporcionar un lucro
mayor o menor a quien invierte, como capital, su dinero en ellos. Lo que importa, sin embargo, es

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que los servicios se organizan y se conducen económicamente como un ramo de la actividad
capitalista, cada vez más relevante, en términos de absorción a la fuerza de trabajo. En este sentido,
hay dos posibilidades de análisis: considerar, en la sociedad moderna, los servicios en general como
apenas un ramo más de actividad que se agrega a la dinámica de acumulación capitalista o,
considerar que la preeminencia actual de los servicios es indicadora de un cambio más profundo en
la propia naturaleza del capitalismo. Si se reconoce la validez de la segunda interpretación, tal vez el
concepto de servicio sea, en consecuencia, fundamental para demarcar el neocapitalismo, con sus
relaciones de producción y clases sociales, como fue para Marx el concepto de mercadería en el siglo
XIX.

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CAPITULO I

“SALUD Y FACTOR DE PRODUCCION”

1. ¿QUÉ ES LA SALUD?
Definir qué es la salud ha sido y continúa siendo motivo de controversia. En 1946 la Organización
Mundial de la salud (OMS) la define como "un estado de completo bienestar físico, mental y social y

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no sólo la ausencia de enfermedad". Esta definición tiene elementos renovadores tales como el
hecho de considerar la salud desde un punto de vista positivo y, no sólo como ausencia de
enfermedad junto a la introducción del componente social. Sin embargo esta definición ha sido
objeto de duras críticas por quienes la consideran ambigua y poco operativa.

Existen muchas definiciones de salud. Atendiendo a su concepción, tenemos aquellas cuyo elemento
central es equilibrio: "la salud consiste en la capacidad de que el organismo mantenga un equilibrio
apropiado a su edad y a sus necesidades sociales con lo cual queda razonablemente indemne al
malestar, insatisfacción, incapacidad y enfermedad y a comportarse de un modo que permita la
supervivencia de la especie así como el acoplamiento de la especie y el entorno del individuo" (Blum);
"capacidad de normativización vital que permite gozar de su armonía psicofísica en un equilibrio
dinámico de sus circunstancias naturales y sociales" (Menchaca). Posteriormente se pasó al
bienestar: "capacidad del organismo para resistir, sin reacción morbosa, situaciones vitales
intensamente forzadas o fuertemente agresivas y por tanto una mezcla de la buena proporción
orgánica y resistencia del organismo al estrés ocasional, un estado habitual en el que se aúna la
normalidad y la posibilidad de rendimiento óptimo" (Laín Entralgo). Actualmente imperan las
definiciones que tienen capacidad como eje principal: "modus vivendi que permite al hombre
imperfecto conseguir una existencia recompensante y no demasiado dolorosa mientras se enfrenta
a un mundo imperfecto" (Dubos); "estado de capacidad óptima de un individuo para cumplir los roles
y tareas para los cuales ha sido socializado" (Parson). Aún siguiendo esta categorización la mayoría
de las definiciones aquí mencionadas son ambiguas, algunas utópicas y con una noción más unitaria
que su reverso (la enfermedad), instalándose en un concepto más regulativo e ideal. La enfermedad
es un concepto más orientado a la práctica, con patrón multidimensional y abierto, por tanto, más
cercano y tangible.

En resumen, entendemos por salud el estado caracterizado por la integridad anatómica; la habilidad
de actuar personalmente de acuerdo a valores familiares, cumpliendo con los roles laborales y
sociales; la habilidad de manejar el estrés físico, biológico y social; un sentimiento de bienestar y el
estar libre de riesgos de enfermedad y muerte. Entendemos por sanidad los servicios prestados a
individuos y poblaciones por los diferentes agentes sanitarios o profesionales, con el propósito de
promover, mantener, monitorizar y evaluar los diferentes estados de salud y enfermedad de los
individuos.

Los avances en las ciencias médicas, particularmente el desarrollo de fármacos antiinfecciosos en las
décadas de los 30, 40 y 50, tuvieron un gran éxito en la reducción de la morbilidad y la mortalidad.
Sin embargo hoy en día las diferencias de salud entre los países desarrollados o entre poblaciones
de un mismo país no están fundamentalmente relacionadas en diferencias en la calidad y cantidad
de la sanidad entendida como servicios prestados .

A pesar de la creencia generalizada que la salud está influida fundamentalmente por la asistencia
sanitaria, existen abundantes referencias históricas que demuestran que dicha afirmación no es del
todo exacta , ya que factores tales como la biología humana (carga genética), el medio ambiente o la
conducta, parecen jugar un papel tanto o más importante que los propios servicios sanitarios. Estos
factores son conocidos en la literatura clásica de salud pública como los determinantes de la salud.

1.2.- LOS DETERMINANTES DE LA SALUD:

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La salud y sus factores determinantes (biología, estilos de vida, medio ambiente y sistema sanitario)
deben ser tenidos en cuenta como marco conceptual para la elaboración de una política sanitaria
fundamentada en la salud pública y, por tanto, en las necesidades de salud de la población.

En 1974 se publicó el INFORME LALONDE donde se expuso, luego de un estudio epidemiológico de


las causas de muerte y enfermedad de los canadienses, que se habían determinado cuatro grandes
determinantes de la salud, que marcaron un hito importante para la atención de la salud tanto
individual como colectiva. Estos determinantes son:

 MEDIO AMBIENTE: relacionado a los factores ambientales físicos, biológicos, de


contaminación atmosférica, de contaminación química, tanto del suelo, agua y aire, y los
factores socio-culturales y psicosociales relacionados con la vida en común,
 ESTILOS DE VIDA: Relacionados con los hábitos personales y de grupo de la alimentación,
actividad física, adicciones, conductas peligrosas o temerarias, actividad sexual, utilización
de los servicios de salud, etc.
 BIOLOGIA HUMANA, relacionado a aspectos genéticos y con la edad de las personas.
 LA ATENCIÓN SANITARIA: que tiene que ver con la calidad, accesibilidad y financiamiento de
los servicios de salud que atienden a los individuos y poblaciones.

Los estilos de vida ante determinados hábitos que pretenden modificarse a través de programas de
educación sanitaria (dejar de fumar, cepillado de dientes, uso del cinturón de seguridad y del
casco,….) convencen a personas más receptivas habitualmente de clase social alta, con educación
formal, teniendo poco o ningún impacto en las clases bajas, en las que, por el contrario, pueden llegar
a tener efectos contraproducentes y llegar a culpabilizar de su propio hábito a la víctima del mismo
("blaming the victim"). Por otro lado, personas con rentas muy elevadas propician comportamientos
más dañinos que beneficiosos para la salud, puesto que las diferencias en el consumo de alcohol o
tabaco (sobre todo en mujeres), práctica deportiva de riesgo, conducción de automóviles más
veloces y otras manifestaciones de ciertos "estilos de vida" son los causantes de muchas muertes
prematuras.

El crecimiento de la tecnología médica es otro determinante de la salud (sistema sanitario) a


considerar debido a que algunas de estas contribuciones "mayores" tienen una efectividad relativa.
El papel de la familia como apoyo y prestador activo de los cuidados sanitarios, especialmente por
parte de la mujer y la sustitución de la religión por la visita al médico, junto a la presencia del gobierno
en muchos aspectos de la sanidad (vía regulación) son otros factores posibles que explican cómo
países con menos gasto sanitario tienen mejores indicadores de salud.

1.3 IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN

A pesar de los adelantos en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, son las acciones de
prevención las más activas para conseguir una vida sana y digna. Durante los últimos años, dada la
situación de la salud de la población, que es insatisfactoria, el sistema de salud ha tenido
modificaciones importantes orientadas al fortalecimiento de la Atención Integral de la Salud,
fundamentadas en la necesidad de fortalecer la atención en el nivel primario de atención, que se
encuentra localizado cerca de la población, lo que vino a cambiar el objetivo de la atención de la
salud en ese nivel, trasladando la prioridad de la atención a la promoción de la salud y a la prevención
de la enfermedad. En la prestación de los servicios de salud del primer nivel de atención, las acciones

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dirigidas a la prevención (donde también están incluidas las de promoción de la salud) deben ocupar
un lugar preponderante, porque permiten incrementar los niveles de salud de la población, evitar
que esta se enferme, a un costo menor, en comparación a los altos costos que generan la atención
de la salud recuperativa.

La prevención de la enfermedad, es una de las cinco funciones básicas de la Salud Pública, las cuales
en conjunto constituyen las etapas del proceso de ATENCIÓN INTEGRAL DE LA SALUD.

Las cinco funciones básicas de la atención de la salud de la población, de acuerdo a la doctrina de la


Salud Pública son:

 PROMOCIÓN DE LA SALUD, que para el sector salud significa realizar acciones de salud
dirigidas a proporcionar a la población los medios para ejercer mayor control sobre su salud
para mejorarla. En una visión más amplia, es una responsabilidad de los gobiernos, de
cautelar las condiciones de vida y laborales de la población, para que gocen de mejor salud,
de acuerdo a lo expresado en la Carta de Ottawa10.

 PROTECCIÓN DE LA SALUD, Son las acciones de salud dirigidas al Control Sanitario del Medio
Ambiente, que para el sector salud se reduce a:

 Vigilancia y Control de la contaminación del agua, aire y del suelo (Control Sanitario del
Medio Ambiente o Saneamiento Ambiental).

 Vigilancia y Control de la Contaminación de los Alimentos (Control Sanitario de los Alimentos


o Higiene Alimentaria).

En su sentido más amplio, las actividades de luchar contra la contaminación del medio ambiente y
por la higiene alimentaria, corresponden a los respectivos sectores del gobierno central y de los
gobiernos regionales y locales.

 PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD, Son las “Medidas destinadas no solamente a prevenir la


aparición de la enfermedad, tales como la reducción de factores de riesgo, sino también a
detener su avance y atenuar sus consecuencias una vez establecidas. (OMS, 1998)11. Son en
la práctica, las actividades de los servicios de salud tendientes a la prevención de las
enfermedades en los individuos y en la colectividad, mediante acciones específicas como
inmunizaciones, educación sanitaria, pruebas de detección, etc.

 RESTAURACIÓN DE LA SALUD Acciones de los Servicios de Salud, mediante Asistencia


Sanitaria, destinadas a recuperar la salud de las personas que la han perdido, llevadas a cabo
en dos niveles:

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 Nivel Primario: Es el que la atención se brinda en la comunidad, a través de establecimientos
de salud como los Puestos Sanitarios y los Centros de Salud, donde los pacientes tienen el
primer contacto con el sistema de atención sanitaria y donde se realiza atención recuperativa
y principalmente de promoción de la salud y de prevención de la enfermedad, así como la
vigilancia y control de los factores ambientales que pueden afectar la salud.

 Nivel Hospitalario: Es la atención que se brinda con la finalidad de recuperar la salud de las
personas que la han perdido, se realiza en establecimientos de diferente complejidad.

 Los establecimientos de salud de los diferentes niveles conforman Redes de Atención de la


Salud, para una mejor coordinación de las acciones.

 REHABILITACIÓN: Son acciones de salud dirigidas a ayudar a las personas a alcanzar el más
completo potencial físico, psicológico, social, compatible con su deficiencia fisiológica o
anatómica y limitaciones medio ambientales.

1.4 LA SALUD Y LA PROVISIÓN DE SERVICIOS SANITARIOS


El propósito principal de la provisión de los servicios sanitarios es aumentar, restablecer y mantener
la salud o limitar las consecuencias de las enfermedades. Los medicamentos antiinfecciosos y otras
innovaciones farmaceúticas, junto a la provisión de servicios sanitarios, médicos y quirúrgicos, de
calidad han propiciado mejoras notables en los niveles de salud de la población. A los decisores les
interesa medir los costes y beneficios de cualquier intervención junto a los de las intervenciones
alternativas. Para comparar una nueva intervención con una ya existente, la comparación más
apropiada es el coste (y beneficio) extra o marginal de la nueva intervención. Existe toda una serie
de peculiaridades en la provisión de servicios sanitarios que hacen del sector sanitario, una actividad
singular y ello se debe a las siguientes características:

1. El tamaño del sector salud. Constituye una industria de considerable significación: cerca del 10%
del PNB en la mayoría de los países industrializados. Implica que un gran número de personas
obtienen sus ingresos de esta industria. En España aunque no existe una contabilización oficial del
empleo sanitario del Sistema Nacional de Salud, el Ministerio de Sanidad y Consumo estimó en 1997
que en el conjunto de las organizaciones públicas prestan servicio directo más de 350.000 empleados
(el 20% son médicos).

2. La regulación por el Estado de los servicios sanitarios. El aseguramiento es obligatorio, el servicio


es prestado por funcionarios y está fuera de las fuerzas del mercado.

3. Significación emocional. La salud junto a la educación y las pensiones son valores muy arraigados
por los ciudadanos que además perciben que la prestación de éstos deben ser financiados
públicamente. Todo lo relacionado con la salud crea un clima emocional que define la peculiaridad
del bien salud. Así, desde una perspectiva económica es de mayor interés las reglas que determinan
la asignación de los recursos sanitarios que su importe. Éstas, deben incentivar a oferentes y
demandantes de los servicios sanitarios a utilizar los escasos recursos de forma racional.

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4. La incertidumbre sobre los resultados de la práctica clínica, la implicación gubernamental, la
existencia de información asimétrica proveedor-cliente, la constatación del impacto de las
externalidades sobre la salud de la población, la relación de confianza entre médico y paciente, son
otras de las singularidades que ayudan a entender cómo opera el sistema sanitario en la provisión de
sus servicios. Además, intervienen otras razones de índole de definición del sistema en su vertiente
financiera y organizativa: el comportamiento de los médicos y los papeles asignados a la atención
primaria y hospitalaria.

1.5LOS FACTORES Y EL PRODUCTO

Para un economista hablar de "producción" significa combinar una serie de elementos, llamados
factores, de la mejor manera posible, definida por la llamada función de producción, que permite
obtener una serie de bienes y servicios finales, que llamaremos producto.

Los factores disponibles para un cierto proceso productivo son normalmente numerosos, aunque
escasos, es decir su disponibilidad es limitada. Es tradicional la división de los factores en tres grandes
grupos, tierra, capital y trabajo. En nuestro caso supondremos que la tierra está dada y no plantea
problemas de asignación y nos centraremos en la búsqueda de una asignación eficiente de trabajo y
capital. Utilizaremos el término genérico "atención sanitaria" para definir el producto de los procesos
que veremos a continuación. El trabajo corresponderá a las horas ofrecidas por el personal sanitario,
en donde distinguiremos dos categorías, el personal médico y el personal de enfermería y dentro del
capital distinguiremos igualmente el capital físico, constituido fundamentalmente por los edificios y
la maquinaria disponibles y el capital humano, que se refiere al nivel de educación, tanto general
como específica sanitaria, del personal disponible.

1.6LA FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN

Utilizamos este término para expresar la tecnología utilizada en la combinación de factores para la
obtención de un determinado producto. Tomemos un ejemplo en donde el producto sea el
tratamiento de enfermedades renales crónicas. Disponemos para ello de un cierto capital y de una
cierta mano de obra junto con tres tecnologías alternativas, la diálisis hospitalaria, diálisis domiciliaria
y el trasplante. La tercera de ellas supone un avance respecto de las anteriores, pues en este caso
podemos obtener unos mejores resultados con un ahorro de factor trabajo. De esta manera, una
función de producción lo que trata de reflejar es la mejor utilización tecnológica de unos factores
determinados.

Si llamamos M el resultado del proceso tecnológico, que podemos denominar en términos genéricos
"atención sanitaria" y llamamos L y K a la cantidad, en las unidades correspondientes, de trabajo y
capital, la función de producción se expresaría como M = M (L,K)

En donde la cantidad de capital está dada por K0. Un proceso productivo analizado en el corto plazo
supone que el período de tiempo considerado es insuficiente para la adaptación de todos los
factores. De este modo, algunos factores, como el capital, permanecen fijos. Por el contrario, en un
análisis de la producción a largo plazo, como el definido por la ecuación (5.1), todos los factores son
variables, ya que se dispone de un período de tiempo suficiente para ello. La ecuación (5.2)
representa la productividad total del factor trabajo y vendría dada por la curva de la figura 5.2.(a). La
productividad total del trabajo recoge la cantidad máxima de producto que se puede obtener con
cada unidad de trabajo empleada, dado un nivel de capital fijo a corto plazo.

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Si se definen ahora las productividades medias (o unitarias, PMeL) y las productividades marginales
(PMaL) del factor trabajo, como

Podemos dibujar las respectivas curvas de productividades medias y marginales de la figura 5.2. (b).
Las tangentes de los ángulos tipo a y b determinan las correspondientes ordenadas de las curvas de
productividades media y marginal, tal que ambas curvas son decrecientes en la posición que indica
la figura.

El término que expresa el grado de sustituibilidad entre dos factores es la Relación Marginal de
Sustitución Técnica (RMST), definida por

Esta expresión mide el grado de sustitución tecnológica entre los dos factores o el número de
unidades que la tecnología disponible nos permite ahorrar de un factor cuando incrementamos en

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una unidad la cantidad utilizada del otro factor. Supongamos ahora una función de producción de
atención sanitaria definida, no por capital y trabajo, sino por dos tipos diferentes de trabajo, personal
médico y personal de enfermería, medido por las horas ofrecidas por cada uno de ellos (LP y LN).

En este caso podremos igualmente definir un mapa de isocuantas como el de la figura 5.3. La RMST
nos reflejaría en este caso la capacidad de sustitución en un cierto proceso tecnológico entre el
personal médico y el personal de enfermería.

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CAPITULO II
PRODUCCION SANITARIA Y HOSPITAL

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2.1. LOS COSTES DE LA ATENCIÓN SANITARIA

Existe una clasificación de los diferentes costes que se pueden presentar en los procesos
productivos de salud y asistencia sanitaria:
 Costes directos: Corresponden a los salarios monetarios del personal sanitario, tanto
médicos como enfermeras, alquileres de edificios, amortizaciones del capital y, en general,
una serie de partidas que son valoradas directamente por los precios de mercado. Sin
embargo debemos considerar una serie de objeciones a la valoración según el mercado. Los
costes económicos de un proceso productivo deben valorarse según los llamados precios-
sombra o precios de eficiencia. La mayoría de los precios de mercado, por no tratarse de
mercados competitivos, no recogen aquellos preciossombra. En otras ocasiones no existe
mercado del producto que se está valorando, por lo que hay que acudir a valoraciones de
tipo indirecto.
 Costes indirectos: Corresponden a una evaluación del tiempo, no sólo de los pacientes, sino
de sus familiares y del personal sanitario, desde el momento que deben abandonar otras
alternativas del mercado de trabajo para dedicarse exclusivamente a una alternativa
sanitaria concreta. Englobaría lo que el economista conoce como "coste de oportunidad" de
la elección de una alternativa. Su cuantificación en términos monetarios es normalmente
bastante complicada, por lo que normalmente se recurre a su evaluación en términos de
"salarios perdidos" o "salarios equivalentes" al tiempo que queremos considerar.
De acuerdo con los criterios anteriores, establece tres grupos de costes indirectos:
o Reducción de la productividad remunerada debida a la enfermedad del individuo
o Reducción de la productividad no remunerada debida a la enfermedad del individuo.
o Costes indirectos generados por la familia y/o amigos del enfermo (que pueden
originarse tanto en el período de producción remunerada como en el de no
remunerada), debidos a la ayuda o compañía en el domicilio o centros asistenciales.
 Costes de intangibles: Corresponden a la evaluación del sufrimiento o dolor, por lo que es
altamente complicada su monetarización. En recientes publicaciones (2) existen unas
primeras tentativas de expresar en unidades monetarias medidas de calidad de vida, tales
como el AVAC. Para comprender las diferencias entre estos tres tipos de costes vamos a
clasificar en las tres categorías anteriormente mencionadas los costes en los que se incurre
a la de realizar una campaña de vacunación antigripal:
o Costes directos: Remuneración del personal sanitario, precio de las vacunas,
instalaciones que se utilizan para la vacunación, etc. ·
o Costes indirectos: Tiempos de traslado y espera en el lugar de la vacunación (en
términos de la producción no realizada). ·
o Costes de intangibles: Fundamentalmente efectos secundarios derivados de la
vacuna.

2.2. El médico como factor y unidad de producción de atención sanitaria.


Como se sabe, El médico es un agente que puede desempeñar diversas funciones en la
provisión de atención sanitaria: profesional autónomo, trabajador, gerente, etc. En primer
lugar, puede ofrecer libremente sus servicios como profesional liberal, constituyéndose en
muchos casos en empresario. En esta faceta deberá contratar factores de producción y
Ofrecer un servicio de forma privada o mediante su inclusión en el cuadro médico de las
Compañías privadas de seguros médicos.
Por tanto, el médico es un agente capaz de tomar decisiones que afecten tanto a la
Demanda como a la oferta. Es el profesional clave del sistema sanitario

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Ya que tiene la autoridad de prescribir tratamientos y solicitar pruebas diagnósticas.
Controlan, en gran medida, la entrada a la profesión. Establecen los niveles de
Competencia y los códigos de conducta. Tienen una posición dominante, como expertos de
un conocimiento y unas habilidades especiales, que les confiere una situación
Asimétrica respecto a los pacientes. Todo ello, hace que su forma de trabajar, la práctica
Clínica, sea un elemento esencial a la hora de asignar recursos en la atención sanitaria.

2.2. El médico como unidad de producción (con información perfecta)


Podemos considerar que un médico constituye una unidad productiva (empresario) que
maneja una serie de factores, capital y horas de trabajo, para obtener unos servicios médicos
que podemos evaluar bien en términos de visitas médicas o bien en términos de cualquier
otra medida representativa de la atención sanitaria

2.3. El médico como factor productivo


El médico constituye un tipo de factor trabajo, alternativo al personal de enfermería o al
resto del personal sanitario, Bajo esta consideración, habría que ver, aunque sea a grandes
rasgos, el comportamiento del mercado de médicos, en términos de la oferta y la demanda.
Nuevamente aquí haremos unas consideraciones de carácter general,
El médico trabaja en este caso en un hospital, por lo que su demanda estará determinada
por la demanda de servicios del hospital en su conjunto. Un aumento del número de
pacientes en el hospital determina un aumento de la demanda derivada de horas requeridas
a los médicos del hospital. Esta demanda de servicios médicos tendrá por lo tanto un carácter
decreciente con respecto a los salarios determinado por el decrecimiento de la curva de
demanda de servicios del hospital (estamos suponiendo el caso de un hospital de carácter
privado).

2.4. El hospital
El hospital es una unidad productiva de servicios médicos y quirúrgicos especializados.
Debido al carácter de empresas multiproducto, no es fácil determinar o medir la producción
del hospital, ya que tanto la salud es un concepto multidimensional.
Uno de los principales problemas que existen en la determinación de funciones de costes
para hospitales está en la elección de una muestra adecuada para el estudio. Una de las
exigencias principales es la homogeneidad en el tamaño de los centros y en las características
de éstos. Por ello es más conveniente hacer el estudio según unidades del hospital, pues la
estructura de costes de unidades como “aparato digestivo” o
“traumatología” pueden ser muy diferentes a la de “oftalmología”, por ejemplo. Esto
significa que si disponemos de una muestra de n = 20 hospitales de una dimensión
semejante, hemos de hacer el estudio de costes según las diferentes unidades de los 20
hospitales. De esta manera se podrá hacer finalmente un análisis de eficiencia comparativo
entre aquellas.

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LINKOGRAFÌA

 http://slideplayer.es/slide/2979100/

15
 https://prezi.com/nkgovsmrcs95/la-funcion-de-produccion-de-salud/

 file:///C:/Users/Claudia/Downloads/Libro_Economia_de_la_salud.pdf

 https://mail.google.com/mail/#inbox/1637589770ca2b54?projector=1&messagePartId=0.2
 http://hist.library.paho.org/Spanish/EMS/9045.pdf

 http://www.eco.uc3m.es/~mmachado/Teaching/Salud/2009_2010/1.2.%20produccion%20
salud_%202010.pdf

 https://www.youtube.com/watch?v=fvioHbWCo6o

 https://www.youtube.com/watch?v=SmdPl03nOAs

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