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UNO

En la Encrucijada

LA TERAPIA GESTALTICA nació a mediados del siglo XX. Entre sus


gestores, Paul Goodman fue el principal responsable de formular la
teoría gestáltica, de ponerla en palabras. En esa época, Goodman
todavía no era terapeuta sino escritor, la especie que, según Freud,
producía los mejores psicoanalistas. De hecho, eso lo convirtió en
el hombre indicado para escribir La Terapia Gestáltica, el texto
fundamental del movimiento. Es improbable que quien conozca el
nombre de Goodman lo recuerde como terapeuta o escritor, sino
más bien como el crítico social cuya defensa de los jóvenes descon-
tentos en Growing Up Absurd inició las luchas intergeneracionales
de los años 60, y cuya crítica al "Sistema Organizado" fue adoptada
por los políticos de la Nueva Izquierda.
El punto de partida de la terapia gestáltica fue crucial para
Goodman, quien había llegado a la gran encrucijada de su vida. Una
década antes tuvo grandes expectativas como poeta, dramaturgo y
novelista, y de una brillante carrera académica universitaria, si lo
hubiera deseado. Una década después sería famoso por sus libros
sobre problemas públicos y cambios sociales. Pero en 1950 estaba
perdido entre estas dos carreras. Se sentía fracasado como escri-
tor, porque nadie quería leer la docena de espléndidos libros que
había escrito. Veinte años de arduo trabajo y extraordinaria crea-
tividad le habían reportado escasa recompensa y notoriedad. Esta-
ba a punto de rendirse. La comunidad académica no ofrecía ningu-
na alternativa, ni siquiera como último recurso económico. Había
sido despedido de tres escuelas por insistir en su derecho a ena-
morarse de sus alumnos.
Goodman comprendía que él mismo era responsable de gran
parte de esto, pero también creía que el mundo en que vivía y para
2 A Q U l . A H O K A Y LO Q U E V I E N E I.N I.A ENCRUCIJADA |)

el cual escribía, especialmente la sociedad conformista que surgió simpatías de cada cual. Para críticos de la versión estadounidense
en Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial, no podía como Goodman, el nombre que más pegó íue el sistema o, menos
aceptar a alguien como él. Su público se había convertido en su neutralmente, el sistema organizado.
enemigo. La gente que prefería entretenerse con Hollywood y Ma- La idea no era nueva, aunque en otras épocas fue una mera
dison Avenue" estaba satisfecha con ser gobernada desde Washing- fantasía, un sueño utópico o incluso una sátira de que la sociedad
ton, agradecía un empleo en una Oficina en un Rascacielos, estaba podía ser analizada y planificada racionalmente. Ahora esta idea se
dispuesta a viajar todos los días a los Suburbios, gozaba compran- estaba poniendo en práctica con absoluta seriedad. Los grandes
do en un Malí y era feliz criando una Familia al Estilo Americano. imperialismos del siglo XX recreaban la república de Platón a una
La historia de cómo Goodman se convirtió en una figura profética escala que daría paz, felicidad y, sobre todo, orden cívico al pla-
en la historia política de su país, en vez de un famoso poeta o neta. Ya fuese a "grandes saltos hacia adelante" o en sutiles incre-
novelista, es también la historia de cómo Estados Unidos llegó a mentos anuales, la expansión universal de la producción industrial
necesitar cada vez más sus críticas a su cultura trivial, ésa que y el consumo masivo garantizaban ahora un estándar de vida cada
valora más el estándar de vida que su calidad, la riqueza vulgar por vez más alto y una vida más larga y sana para disfrutarlo. El do-
encima de la pobreza decente, y altas tasas de empleo y un alto minio de la tecnología y una sofisticada nueva ciencia social per-
producto interno bruto por sobre las labores dignas y el bien co- mitirían que la benévola autoridad estatal instalara esta perfección
mún. Pero por urgente que fuera el mensaje de Goodman, su paso en todas partes.
de escritor desdeñado a crítico social influyente no ocurrió de la Pronto se produjo una aversión a tan grandiosos y arrogantes
noche a la mañana, y habría de exigirle gran esfuerzo y cambios en esquemas, que por supuesto implicaban nuevos tipos de conquista
su carácter. La terapia gestáltica fue su camino para pasar de una y coerción económico-cultural, no sólo en los países "subdesarro-
carrera a otra, ya que durante su década como teórico y terapeuta llados" del hemisferio sur y Asia, sino también dentro de las poten-
llegó a aceptar lenta y penosamente su fracaso como artista para cias mundiales ya industrializadas y sistematizadas que competían
captar un público y encontró la voluntad para servir de otra ma- por el control de la futura felicidad. La resistencia al nuevo impe-
nera a sus conciudadanos. En este capítulo expongo lo más com- rialismo del progreso se presentó de muchas formas, no siempre
pletamente posible estas necesidades sociales y motivos per- percibidas como resistencia. Las ataduras a los valores y estilos de
sonales, el punto de partida y la encrucijada, para que el lector vida tradicionales permanecieron intactas en muchos lugares, pues
comprenda qué estaba en juego para Goodman, la terapia gestálti- ni siquiera la tierra abrasada por dos guerras mundiales logró
ca y nuestra cultura. Los capítulos siguientes dirán más sobre sus destruir las raíces de autoconfianza y solidaridad de las cuales de-
opciones y lo que derivó de ellas. pende en definitiva la cultura humana. Además, en todas partes
había un nuevo nacionalismo, que extrajo su energía de un rena-
Después de la Segunda Guerra Mundial, los vencedores de Oriente ciente sentido de comunidad e individualidad, especialmente en las
y Occidente reemplazaron la "guerra contra el fascismo" con la sociedades más acosadas y en las antiguas colonias. Pero rápida-
creación de sus propias versiones del mismo superestado omnímo- mente varias élites ideológicas se adueñaron de estos impulsos
do que habían estado reduciendo a escombros —salvo que desde para crear estados al estilo occidental, apropiándose de la infraes-
entonces el totalitarismo tendría otros nombres y un rostro son- tructura que inventa y manipula la escasez, define estándares y
riente. Orwell lo llamó Hermano Mayor. En Occidente también se necesidades, y subyuga pueblos enteros a la maquinaria de produc-
denominó economía permanente de guerra, socialismo democráti- ción y consumo. Dada la naturaleza de la materia prima humana,
co, conspiración comunista y Gran Sociedad, dependiendo de las la repentina transformación de culturas tradicionales en estados
modernos sólo podía ser parcial, de modo que la mayoría de estas
* Avenida neoyorquina donde se concentran ias principales agencias de publicidad nuevas sociedades ahora se asemeja en forma caprichosa a un bien
y relaciones públicas (N. del T.). armado Don Quijote que cabalga en un famélico Rocinante. Las
4 A(JUl, AHORA ¥ LO QUE V I E N E i:N LA KNCHUCI.IADA

masas inasimilables no sólo son pobres y oprimidas, sino que tam- cronología. A fin de dramatizar una crisis más aguda para el mundo
bién han perdido contacto con sus estilos de vida tradicionales. que la guerra misma, hablo polémicamente desde la ventajosa po-
Olas de resurgimiento nacionalista confirman esta pérdida sin ha- sición del fin de siglo y miro por un telescopio los procesos que
cer gran cosa al respecto, ya que la modernización es tan irrever- empezaron a operar antes de principios de siglo hasta hoy.
sible como cualquier otra forma de evolución cultural. Sin duda Es fácil ver nuestros problemas actuales: guerras, pobreza, ra-'
existen combinaciones viables de lo viejo y lo nuevo cocinándose cismo, contaminación, plagas urbanas, deterioro rural, consumís-
en el gran puchero, pero en este momento la perspectiva en mu- mo, inundación de medios de comunicación, etc. Aunque algunos
chas partes del mundo es o muy oscura o muy cruenta para la creen que las soluciones están a la vuelta de la esquina, con una
gente común. planificación inteligente y perfeccionando las capacidades técnicas, .
La destrucción de la estructura social siguió un rumbo diferen- cada vez más se evidencia lo contrario, y muchos de nuestros pro-
te en los estados ya modernizados. En Estados Unidos, por ejem- blemas derivan de poner demasiadas esperanzas, y demasiado
plo, comenzó a principios de siglo con el crecimiento urbano, el poder, en las manos de planificadores y administradores que asu-
automóvil, la pavimentación de caminos, las comunicaciones elec- men responsabilidades y toman decisiones sin considerar a las per-
trónicas, la incorporación de la empresa, la estandarización de sonas que deberán vivir con las consecuencias. Es tan simple y tan
bienes para producción masiva, el desarrollo del mercadeo de con- difícil de reformar como eso.
sumo y otras degustaciones de !o que vendría. AI principio, el pro- El estado moderno, con su tendencia centralizadora y homoge-
greso fue una promesa seria; después, repentinamente, un hecho neizadora, ha sustituido la tradición histórica y la cultura nativa
inmediato de la vida. La Depresión y la Segunda Guerra Mundial que la gente necesita para creer y tener confianza en sí misma. Esto
colocaron gran parte de esto en una estructura de regulación y es tan válido para el Occidente imperialista y cosmopolita como
apoyo gubernamentales, ya que la creación y satisfacción de las para lugares del mundo recientemente independizados. No se trata
necesidades de la gente se podían poner en práctica a una escala tanto de cómo prevenir o reparar el daño social —la pobreza, las
gigantesca durante estos períodos de crisis. Después de la guerra, plagas urbanas y el fracaso administrativo endémicos en casi todas
con gran parte de la maquinaria ya instalada, la cultura tradicional las grandes ciudades, Oriente u Occidente, Norte o Sur—, sino de
terminó de ser socavada principalmente por una violenta embesti- si se puede hacer algo para devolver a la gente su cultura y tradi-
da de los medios de comunicación que promovieron nuevos valo- ción. Es decir, ¿cómo restablecer las condiciones de la salud so-
res consumistas y usurparon el lugar de antiguas formas de inter- cial? Obviamente, no es cuestión de enseñar "civilización occiden-
cambio cultural. Aluviones de entretenimiento inundaron el arte tal" en las escuelas, como sostienen algunos vociferantes neocon-
popular, en tanto que ia aplastante uniformidad de la educación servadores. Pero también es cierto que la única tradición que exis-
masiva apagaba la sensibilidad. Los sobrevivientes del pasado se te en Occidente es la occidental. Somos moldeados por ella, sepá-
momificaron en escuelas y museos, y reinaba el culto a lo novedo- moslo o no; la necesitamos para tener raíces, y quizás el mejor
so y a la moda. Aunque algunos obviamente ganaban más que otros modo de reconectarnos con ella sea precisamente examinarla y
(la mayoría perdíamos mucho), nada de esto obedecía a una cons- criticarla, responsabilizarnos de sus fracasos, desastres y glorias.
piración. Nos lo hicimos nosotros mismos. El contragolpe de los años 60 no sólo reveló la extensión de la
Esta descripción del estado moderno será familiar para mu- resistencia que aún quedaba en el país, sino también la debilidad
chos lectores (algunos pensarán que es una parodia o una carica- y confusión de tal resistencia. En Estados Unidos, los estudiantes
tura), pero quizás mi énfasis en la Segunda Guerra Mundial como secundarios y universitarios tenían una fuerte sensación de la in-
la gran línea divisoria parezca un ejercicio de imaginación histórica utilidad de su educación, especialmente a la luz del vacío y aliena-
excesivamente trascendental, si no apocalíptico. Al intentar carac- ción que les aguardaba en el mundo laboral, pero su indignación
terizar el momento crucial a mediados del siglo XX, describo un moral sólo explotó al ser exacerbada por el llamado a luchar en
conjunto de relaciones y una condición de vida, no presento una una nueva guerra. Aun entonces su resistencia tenía escaso apoyo
(i AQUl. AHORA ¥ LO QUE VIENE UN I.A ENCHUajADA 7

de los valores tradicionales o incluso experiencia de primera mano. parte del relato presentado hasta ahora—, se complació en propo-
Así, doblemente liberados del pasado, muchos de los estudiantes ner pequeños remedios provisorios para los problemas sociales,
activistas jamás confiaron realmente en los intelectuales de la ge- pero siempre insistió en que los cambios pequeños eran mejores
neración anterior, que en su mayoría eran "parte del problema", que los grandes. La meta principal debía ser disminuir la angustia,
como proclamaban los lemas estudiantiles. Sus héroes eran guerri- usi se podría volver a confiar en que la gente reconociera su propio
lleros con uniformes extranjeros. Una de las excepciones fue Paul bien y lo hiciera por sí misma. Radical o conservador, cualquier
Goodman, cuyo atractivo para los jóvenes se basaba en parte en proyecto a gran escala para el futuro lo intranquilizaba: "Me inquie-
su misteriosa mezcla de rebelde rechazo al statu quo y apego a los ta que haya masas de gente construyendo con entusiasmo una
valores y conocimientos tradicionales. Los estudiantes se pregun- Nueva Sociedad"2.
taban qué le hacía insistir en la importancia de las artes y ciencias Desde la época de Goodman, las cosas han empeorado en for-
liberales, si al mismo tiempo concordaba con ellos en que el sis- ma sostenida. Las figuras públicas que han ocupado su lugar tienen
tema educacional estaba obsoleto. "Sería penoso", decía él, "si nol buenas razones para abrigar menos esperanzas que él, y sin embar-
sobrevivieran los grandes momentos del espíritu". Pero admitía go ejemplifican la misma fe en el hombre común y las pequeñas
carecer de un método para enseñarlos -ya que "para conocerlos en ] verdades. Estoy pensando especialmente en un puñado de profetas
nuestros términos, primero es necesario tener la abnegación de y artistas internacionales como Ivan lllich o Peter Schumann, del
aprenderlos en sus términos. Y mientras menos cultura se tenga, Bread and Puppet Theatre, cuyas opiniones sobre la cultura tradi-
más cuesta, hacerlo"1. cional y el estado moderno son similares a las de Goodman (lllich
La juventud estadounidense tendió a dividirse en consumido- se vio profundamente influenciado por él), pero cuyo modo de
res de los medios de comunicación masiva y aspirantes a renega- encarar las realidades actuales ha sido algo diferente. lllich y Schu-
dos de ese mundo prefabricado, entusiastas de las religiones orien- mann se han dedicado mucho más a explorar y revivir la sabiduría
tales y de la desobediencia civil, una contracultura con sus propias popular y el conocimiento espiritual del pasado, y quizás si más
drogas y música, su vegetarianismo y comunitarismo ecológico. relevante para nuestra arrogancia y apremiante destino, nos re-
Dado el futuro "plástico" que divisaban, es fácil entender la moti- cuerdan en forma solemne la necesidad de sufrir y la Danza de la
vación de los jóvenes para crear instituciones alternativas, pero Muerte, enseñanzas de la Edad Media y la Selva Negra. Es cierto
poca de esta efervescencia se mantendría por largo tiempo. La que las soluciones para nuestros problemas deben provenir de una
cultura dominante se la apropió fácilmente, como estilo o como fuente más profunda que la ciencia social o el análisis de sistemas;
amenaza, y los jóvenes radicales se extasiaban tanto con sus pro- los cambios de actitud y deseo no comienzan como políticas pla-
pias imágenes en la pantalla que costaba separar el sentimiento neadas desde lo alto. Quizás el primer paso hacia la modestia y
auténtico y el desempeño de un rol. Algunas de sus búsquedas compasión que nos faltan podría ser la percatación de nuestra
tenían una larga tradición en otros lugares del mundo, pero, aparte propia mortalidad.
del movimiento por los derechos civiles en el sur, no existía nin-
guna experiencia cultural nativa que se opusiera a la expansión del El movimiento psicoanalítico pasó por su propia versión de estas
sistema organizado en Estados Unidos. Ni en los años 60 ni ahora transformaciones de mediados de siglo. El legado de Sigmund
existe la coherencia necesaria de valores comunitarios o solidari- Freud se basó en conceptos de la psique y la sociedad que estaban
dad con las generaciones pasadas y futuras (es decir, cultura y siendo socavados por la historia. Ni la primacía del padre en las
tradición) para apoyar siquiera los remedios más obvios para teorías de Freud, ni la centralidad de las ideas tomadas de la tra-
nuestros males sociales. dición occidental, desde el Edipo de Sófocles y los mitos hebreos
Probablemente "remedio" no sea la palabra más adecuada, ya del Paraíso, sobrevivirían al colapso del ideal Victoriano de la fami-
que es parte del vocabulario del progreso y el poder. En la crítica lia y a la acelerada erosión de los valores occidentales. Gran parte
de Goodman al sistema organizado y sus locuras —base de gran de esta estructura de creencias y prácticas empezó a desmoronar-

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H A Q U Í . A H O R A Y LO (JUE V I E N E KN LA E N C R U C I J A D A 9

se después de la Primera Guerra Mundial, y una de las razones Entre las filas de la vieja guardia apareció cierta resistencia a
porque Freud perdió a sus discípulos más talentosos —Cari Jung, la nueva psicología, en parte un aferrarse a la gran estructura freu-
Otto Rank y Wilhelm Reich— fue que ellos intuyeron la necesidad diana, en parte un compromiso previo con otras formas de
de zafarse de una ortodoxia tan inextricablemente atada a la es- revisionismo, las herejes terapias de Jung, Rank y Reich. Fue una
pléndida cultura vienesa que floreció a fines de siglo y que ahora lucha bastante sorda donde cada cual ignoraba la posición y argu-
se derrumbaba. Sin embargo, después de la Segunda Guerra Mun- mentos de sus adversarios; las repercusiones políticas del nuevo
dial surgió un gran interés en el psicoanálisis, especialmente entre énfasis en la higiene social cayeron en el silencio. La excepción fue
los intelectuales estadounidenses. Esto se debió en parte a que el artículo "Significado Político de Algunas Revisiones Recientes de
muchos analistas emigraron a Nueva York precisamente cuando los Freud", publicado en la edición de julio de 1945 de la revista radical
intelectuales estadounidenses se encontraban desilusionados del Poiitics. El autor era un joven escritor anarquista de ficción y poe-
socialismo, su gran fe laica de la preguerra. Y el trauma de la sía, Paul Goodman.
guerra misma tenía que enfrentarse de algún modo. Goodman desechó las fervorosas discusiones sobre democra-
Fueran cuales fueran las fuerzas que la propulsaron, la ola psi- cia e individualismo en la nueva ortodoxia psicoanalítica y extrajo
coanalítica de mediados de siglo reventó fragmentándose sobre la de Miedo a la Libertad, popular libro de Erich Fromm, algunas fra-
dura realidad del orden social de posguerra que exigía a todas las ses que traicionaban los verdaderos colores de la psicología de la
instituciones hacer una elección: formar parte del sistema organi- adaptación: "El carácter irracional y desorganizado de la sociedad
zado o rechazarlo ofreciendo un estilo de vida alternativo. debe ser reemplazado con una economía planificada que represen-
Neofreudianos como Erich Fromm y Karen Horney, los más publi- te los esfuerzos concertados de la sociedad. Esta debe dominar el
cados e influyentes de la generación ¡oven de psicoanalistas, con- problema social tan racionalmente como ha dominado a la natura-
dujeron a la mayoría de los analistas a desarrollar criterios de leza". ¿Y por qué era necesaria tal sociedad racionalizada? "Sólo en
"salud social" y promover la "adaptación" a la nueva cultura de una economía planificada en que toda la nación ha dominado las
masas con base en la sociedad industrial. El psicoanálisis aportaría fuerzas económicas y sociales, el individuo puede compartir res-
su grano de arena a la superestructura de la educación universal, ponsabilidades y usar la inteligencia creativa en su trabajo". Prime-
al adoctrinamiento por los medios de comunicación y al manejo ro, dominio a través del sistema y luego libertad dentro de él.
experto de "la buena vida". Por supuesto, todos los elementos de Goodman comentó: "Esto es falso" y acusó a Fronim de stakhano-
este nuevo orden social se colocaron en un marco de democracia vismo, la forma soviética de "trabajo racionalizado" bajo control
representativa donde la libertad y espontaneidad del individuo estatal. Recelosos como somos hoy de todo tipo de "dominios", el
supuestamente estaban protegidas y los intereses de la sociedad y argumento de Fromm es como para erizarnos los pelos, pero en ese
las personas se integrarían perfectamente gracias a la sensibilidad entonces no siempre era tan fácil ver a través de esas insulsas
e inteligencia de la nueva organización social. La psicoterapia es- formulaciones de la buena sociedad. En 1945 nadie más impugnaba
tada destinada a personas que no encajaban en este mundo racio- este concepto de la misión del psicoanálisis, cuyo único objetivo,
nalizado. En retrospectiva, nos sentimos tentados a decir irónica- como se quejaba Goodman, era "el trabajo continuo y más eficien-
mente que algunos de esos proyectos de higiene social eran nece- te, sin colapsos nerviosos, del sistema industrial moderno, en tiem-
sarios para compensar otras pérdidas: lazos familiares; contacto pos de guerra y de paz"'.
con los vecinos; empleos satisfactorios, dignos y bien remunera- Contra el peso de la ortodoxia neofreudiana, el artículo de
dos; iniciativa armonizada con los gustos locales y necesidades ge- Goodman defendía la obra de Wilhelm Reich, no sus teorías de la
nuinas; placer y pasión representados en las artes clásicas y popu- energía orgónica, sino su anterior cruzada en pro de una psicote-
lares transmitidas de generación en generación; sentimientos reli- rapia activista, cuyo radicalismo (anticonceptivos y educación
giosos y fe —en resumen, casi toda la trama de la vida cotidiana. sexual para la juventud obrera, por ejemplo) provocó su expulsión
Había mucho que adaptar en una hora semanal de psicoterapia. de la Asociación Psicoanalítica Internacional y del Partido Comunis-
10 . AHOHA V LO (JUE VIENE i N i .\ 11

ta. Según Goodman, la postura de Reich se contraponía a la de i-ii H ámbito de la economía política, se hacían muchas alabanzas
Fromm: en el orden social vigente, el objetivo de la psicoterapia era hipócritas al sacrosanto pasado, pero, al mismo tiempo, se corta-
que las personas recuperaran "la salud sexual y el espíritu animal", li.ui importantes lazos con él en nombre de la ciencia social.
y si lo lograba, ellas no seguirían "tolerando los oficios mecánicos La situación cultural general se reflejaba en el estado del psi-
y rutinarios que habían venido haciendo, sino que volverían (por i u.málisis. La terapia gestáltica representó el deseo de hacer una
grandes que fueran los inconvenientes) a realizar un trabajo espon- niu-va síntesis. Se puede trazar una línea desde Freud y Reich hasta
táneo y directamente significativo". El resultado sería "otro tipo de I'rltz Perls y Paul Goodman, pero la teoría elaborada por Goodman
sociedad"4. Pero, por más que se empeñara en oponer esas ideas en el texto base de la terapia gestáltica fue extremadamente ecléc-
contra las de los psicólogos de la adaptación, la campaña de tica, pues se valió de un rico y singularmente variado conjunto de
Goodman estaba viciada, pues el mismo Reich quería apartarse de fuentes. Más que un modelo sistemático moderno fue una síntesis
las controversias políticas en pro de sus nuevas investigaciones. En de diversas tradiciones. La influencia freudiana era abigarrada y
todo caso, las teorías de Reich sobre el fascismo y el "hombre filtrada, ya que tantos de sus discípulos, como Reich, emprendie-
pequeño" no abordaron la crisis más profunda de mediados de ron su propio camino. En la terapia gestáltica había venas de
siglo; ninguno de sus libros prestó mucha atención al quiebre de la pensamiento que provenían de lugares sorprendentemente remo-
cultura tradicional que acompañó, como causa y efecto, la propaga- tos —actitudes taoístas de la antigua China, ideas de la Ilustración
ción del nuevo orden social. Reich se estancó en su propia confron- de Immanuel Kant, conceptos existencialistas modernos encontra-
tación con el Estado. Como lo expresara Goodman en The Empire dos en el pensamiento religioso de Martin Buber, junto a una sen-
City, novela que escribió durante este período, el dilema era: "Si cillez y claridad aristotélicas. Aunque estas ideas prestadas resul-
uno se adapta a nuestra sociedad, de alguna manera se enferma... taran intelectualmente satisfactorias, el híbrido difícilmente tendría
Pero si no se adapta, se vuelve loco, porque nuestra sociedad es la autoridad de la experiencia personal o de la fe. Sin embargo, era
la única que existe"11. La obra de Reich durante los años 30 abordó mejor que las perogrulladas sin raíces de la nueva psicología de la
la primera alternativa de este dilema; sus apocalípticos opúsculos adaptación.
en los años 40 y 50, Listen, Littie Man! y The Murder of Christ, abor- El eclecticismo de La Terapia Gestáltica no sólo fue una función
daron la segunda, por la cual él mismo fue sacrificado cuando la de los tiempos, sino también el resultado del carácter intelectual
Food and Drug Administration lo procesó y envió a prisión como de sus dos principales autores, Frederick (Fritz) Perls y Paul Good-
médico charlatán que había violado órdenes en contra de la co- man. Perls era una urraca ladrona, si alguna vez las hubo. Sus
mercialización de sus acumuladores orgónicos. apropiaciones en un libro anterior, Ego, Hambre y Agresión, pare-
En cuanto la psicoterapia ortodoxa reconoció el dilema de la cerían veniales si no fuese por su rotunda confianza en sí mismo.
adaptación, éste se consideró un problema del paciente neurótico Tomó frases y párrafos de Salamo Friedlaender, Jan Christian
individual, no una crisis del Estado. Pero gran parte de la agitación Smuts, Alfred Korzybski, Franz Alexander, Jacob Moreno y de otros
y preocupación de la profesión era sectaria —cuál escuela o insti- teóricos que nada tenían en común. En este temprano intento de
tuto estaba de moda y cuál no. Personas como Reich eran "demen- síntesis, sólo levemente más fundamentales fueron los psicólogos
tes", y quienes sostenían posiciones similares acerca de las relacio- gestálticos con quienes Perls y su esposa Lore Posner (Laura Perls)
nes entre terapia y política eran mirados con desdén como un trabajaron en Frankfurt durante los años 20.
grupo marginal de lunáticos. Una hipótesis no cuestionada del Perls tenía un extraordinario talento para atesorar ideas que
consenso profesional de mediados de siglo era que sólo el legado pudiera utilizar para sus propósitos, pero usualmente éstas demo-
freudiano constituía una tradición vital, y cada escuela revisionista raban en cohesionarse. Algunos pensadores que al principio le
afirmaba tener la verdadera interpretación y el adecuado énfasis parecían promisorios eran posteriormente descartados (Friedlaen-
moderno de esta tradición. El psicoanálisis, una doctrina joven y der, Smuts y Korzybski), mientras otros (Moreno y los psicólogos
sin gran coherencia, ya se estaba gastando y fragmentando. Como gestálticos) eran tan asimilados que se convertían en parte de su
12 AOUl-, A H O R A V 1,0 QUE V I E M E N I A MNCKirclJADA 13

propio pensamiento —y entonces tampoco ellos volvían a ser por los demás. Para el terapeuta que vivía en la época del sistema
mencionados. organizado, esto significaba intentar revivir la comunidad cara-a-
Los hábitos mentales de Goodman eran opuestos. Aunque era rara y recuperar valores tradicionales —tareas tanto político-mora-
un pensador amplio y cosmopolita con el que pocos podían riva- les como médicas o pastorales. El concepto de terapia de Goodman
lizar, lo que una vez encajaba en el marco de su erudición rara vez comenzó con la toma de conciencia de que la sanación no podía
era desalojado, ni el equilibrio relativo se alteraba mayormente producirse separadamente de la cultura y que,, más aún, en nues-
cuando hacía nuevos hallazgos. Incluso las ideas de Reich y Perls, Iros tiempos la cultura misma necesitaba sanarse.
que entusiasmaron a Goodman en la madurez, jamás desplazaron Parte de la actitud gestáltica consistía en considerar a cada
a las que mucho antes tomó de Freud. Esta amplitud y coherencia paciente como una especie de aprendiz en un gremio de la vida
de su pensamiento influyó de dos maneras cruciales en la terapia cotidiana, si no literalmente en la vocación terapéutica, para for-
gestáltica.
mar comunidades dondequiera que uno se encontrara, trabajando
Primero que nada, a pesar del eclecticismo, al que Goodman ron los materiales corrientes de la experiencia más que con esque-
ciertamente contribuyó, en el centro de La Terapia Gestáitica se mas y protocolos. Desde esta perspectiva cercana, la neurosis ya
destaca una idea: una visión de la naturaleza humana que se re- no se podía considerar un manchón de malezas para arrancar o
monta a Aristóteles, con ramificaciones en los psicólogos gestál- atacar con pesticidas; también tenía un significado y usos ecoló-
ticos de Frankfurt y los funcional istas que seguían a William James gicos en la vida del paciente. Sin importar cuan distorsionada o mal
en Estados Unidos. Esta idea central (que comentaré más detalla- aplicada estuviese, la conducta neurótica empezaba como la estra-
damente en otro capítulo) reflejaba la formación filosófica de tegia defensiva de un organismo creativo en una situación deses-
Goodman y su compromiso con la tradición occidental: los griegos, perada. Ya que el mundo moderno se había convertido en una
la Ilustración, la ciencia natural de Faraday, Darwin y Freud. Dicho situación de emergencia crónica inferior, no era extraño que la ma-
en forma breve y esquemática, la visión de Goodman daba por yoría de los pacientes presentaran síntomas de angustia neurótica
sentado que la experiencia humana ocurría en el límite entre el difíciles de tratar con las terapias ortodoxas, pero a veces aliviados
organismo y el medio ambiente (concebido como un todo —respi- con técnicas gestálticas. El principio de la autorregulación organís-
rar y aire, comer y alimento, ver y luz, etc.— lleno de novedad y mica, con el que Perls y Goodman concordaban, fue la contribución
familiaridad, de placer, crecimiento y fe animal) y que este campo más importante de Reich, pues proporcionó una base para la ac-
de acción y función no sólo era físico sino social, con una historia titud gestáltica hacia la neurosis y la salud. Si eliminamos o rela-
y una cultura. Ninguno de estos aspectos de la unidad de nuestra jamos las presiones inhumanas de las instituciones coercitivas y
naturaleza podía ser comprendido aisladamente de los otros o del las reemplazamos con una comunidad cara-a-cara y solidaridad, el
todo. Esta psicología holística fue la que refutó la visión positivista organismo individual puede curarse a sí mismo —o al menos des-
de la naturaleza humana que llegó al poder después de la Segunda cubrir que su cojera y dolor son más llevaderos. "¡Ayudemos a
Guerra Mundial. cada uno a bajar su pendiente!" fue el lema de Goodman en una
Segundo, y finalmente basándose en esta comprensión de qué escena cómica de The Empire CifyP. Lo decía muy en serio. Era cosa
es ser humano, Goodman no visualizó la psicoterapia como una de aliviar la angustia y alimentar la autopercatación e iniciativa.
disciplina aislada del resto de la vida, sino como otra industria de "¡Aplaca! ¡Remedia!" fue otro lema en las novelas de Goodman7.
servicios profesionales dentro de la sociedad planificada. Su expe- Debemos dar a los jóvenes la oportunidad de crecer sin ser adap-
riencia como artista sirvió de modelo para el terapeuta. Llenos de tados o deformados.
amor y anhelo como cualquier ser humano, el artista y el terapeuta Según Goodman, el terapeuta debía desempeñar un rol activo
se resistían a expresar directamente esos sentimientos, pero po- en la vida de los pacientes en pos de tales metas. Esto no sólo era
dían contactarse con el mundo, en formas que implicaban riesgos cuestión de ser directivo o no directivo durante la hora terapéuti-
y satisfacciones, a través de la imaginación creativa y la compasión ca; significaba reformular toda la estructura institucionalizada —la
1-1 AQUÍ. A H O R A V LO < ) U K V I E N E N l . A ENCRUCIJADA 15

hora, el diván, los honorarios, la transferencia— que mantenía rí- l..i mayoría de los lectores ajenos a la profesión psicoterapéutica
gidamente en sus roles al terapeuta y al paciente. Desde luego, (|ii(> han oído hablar de la terapia gestáltica pensarán en Frederick
también deben existir acuerdos y rutinas. Pero en opinión de .'• I'cris como el fundador del movimiento —el Fritz que reclutaba
Goodman, la psicoterapia jamás podría compensar la pérdida de la discípulos adonde fuese y que era conocido por su estilo descara-
comunidad y de la sabiduría tradicional, los consejos y orientación i l . i y confrontacional de contactar a sus pacientes. El mismo méto-
de amigos y vecinos en los cuales la gente siempre había confiado. i l n de encasillar la historia que clasifica a Perls como fundador de
Ya que la tendencia obvia y normal era ser amigo, conciudadano In terapia gestáltica también tiene un lugar para Goodman, el crí-
y camarada del paciente, el terapeuta debía actuar según este lli'o social que pronunciaba discursos ante estudiantes rebeldes,
impulso. mientras Perls realizaba sus teatrales demostraciones en Esalen.
El corolario, igualmente importante en esta visión comunitaria Aunque estas identificaciones no sean del todo erróneas, oscure-
de Goodman, era que la terapia no debía ser considerada una in- cen las verdaderas carreras de Perls y Goodman, reduciéndolos a
tervención de último minuto en la desesperada vida de los indivi- celebridades de cartón. Incluso sólo para poner en orden la histo-
duos, sino un paso normal y esperado en muchas etapas del desa- ria, vale la pena cuestionar estos nostálgicos clichés de los años 60.
rrollo social. Por eso Goodman, a diferencia del psicoanálisis tra- , Los aportes concretos de Perls y Goodman a la terapia gestál-
dicional, no visualizaba el fin de la terapia como una curación. Esta tica han sido materia de discusión dentro del movimiento desde
es otra forma en que la psicología puede hermanarse con una po- •us inicios. Fue una reunión de dos espíritus muy diferentes, y aun
lítica comunitaria. El remedio para los abusos del sistema organi- •iendo una verdadera colaboración, su trabajo inevitablemente
zado no es arrebatar las riendas a un grupo de líderes y ponerlas Interesó a seguidores que tenían distintas actitudes y rasgos. Como
en manos de otro, o reorganizar la sociedad según una nueva ideo- la mayoría de los grandes innovadores en la historia del psicoaná-
logía de la perfección, igualmente desconectada de cómo en reali- lisis, Goodman y Perls fueron genios extremadamente combativos,
dad vive y trabaja la gente. Lo esencial para el bienestar humano ¡ y una extraordinaria paciencia les permitió trabajar juntos por el
no es un determinado estándar de vida o nivel de educación, base corto período (menos de un año) que les llevó escribir La Terapia
industrial o infraestructura burocrática, sino simplemente una ciu- Gestáltica. Probablemente fue más llevadero para Goodman, quien,
dadanía que pueda confiar en su propia iniciativa e ingenio, que no pese a todo su egotismo y afición a la polémica, produjo sus me-
esté a merced de un sistema ajeno a su experiencia real, sino que jores obras con otras personas —siempre que tuviera el control de
se conozca a sí misma y su mundo y pueda actuar por su propio la pluma. Pero la terapia gestáltica era un movimiento y una teoría,
bien, como cualquier otra comunidad de criaturas en este planeta. y mucha gente talentosa ayudó a crearla y a difundir su palabra.
Este es un ideario anarquista en la línea de Peter Kropotkin, el Como se evidenciará en las próximas páginas, Fritz Perls merecía
filósofo comunitario favorito de Goodman, o, alternativamente, la su prestigio como padre fundador —mientras tengamos claro qué
herencia jeffersoniana de democracia agraria, aplicada a la situa- suponía eso. Otras figuras del período formativo —Laura Perls,
ción reinante a mediados del siglo XX. Traducido a términos per- Paul Weisz y Elliott Shapiro, por nombrar sólo a los más destaca-
tinentes a la psicoterapia, estos principios anarquistas son precisa- dos— también dejaron huellas reconocibles en el cuerpo en desa-
mente la base y metas de la terapia gestáltica. Tal como el anar- rrollo del saber terapéutico. Pero Goodman fue quien ideó todo, y
quista comunitario no tiene fe en la rebelión política que se limita además lo puso por escrito. Era el único que tenía la erudición,
a derrocar un gobierno para reemplazarlo con otro, así el terapeuta capacidad analítica y talento literario para hacerlo.
gestáltico no tiene esperanza de que exista una especie de golpe de Hubo pocas áreas de interés humanístico que Goodman no
estado psíquico o victoria revolucionaria que ponga el conjunto abordara en sus libros. Sus comentarios sobre los problemas socia-
adecuado de sentimientos y conductas a cargo de la vida de una les y políticos de los años 60 constituyeron un logro extraordinario
persona, liquidando de algún modo cualquier tendencia neurótica que no surgió de la nada. Se basó en estudios de filosofía, estética,
recalcitrante. psicología, educación, política y planificación comunitaria, en los
](¡ AÜLl!, A H O R A V LO QUE V I E N E I A I'NHÍIK IJADA 17

cuales trabajó durante treinta años. Goodman fue una especie de i i6n que me arrojan y los uso a mi modo. A veces termino bien
hombre del Renacimiento. Ya viejo llegó a compararse a sí mismo (iM'lKirado; sí, ¡e incluso actúo con la confianza de estar capacita-
con Erasmo, el gran humanista del siglo XVI —huelga decir, una dnt"11. Es tentador creer que su peculiar mezcla de respeto por la
autoimagen inusual para un crítico social de mediados del siglo XX. li.nlirión y de pasión por el aquí y ahora resultó de su niñez sin
A otros académicos les costaba entender por qué Goodman abar- padre, siempre en busca de un patrimonio que reclamar, pero
caba tantas especialidades en lugar de dedicarse a una sola, con la fe«rio a ceder ni la más mínima parte de su autonomía. Esto lo hizo
recompensa de un puesto permanente en alguna universidad. Y a • ipeciatmente sensible a la crisis que nuestra sociedad enfrentaría
otros críticos sociales les costaba comprender las exhortaciones ii mediados de siglo.
que dirigía a los estudiantes, nunca satisfecho con incitarlos a la Desde temprana edad estuvo rodeado de mujeres mayores que
acción, sino que lamentando continuamente su falta de interés en ' ln mimaron y consintieron. Su padre era un tema prohibido, no
su herencia, la tradición occidental que él reclamó para sí mismo. «ólo ausente, sino desterrado, borrado. Sus hermanos obviamente
En efecto, la vida de Goodman estaba llena de contradicciones e ocian un secreto del cual no deseaban hablar. El pasado era un
increíbles mezclas que, desde una perspectiva adecuada, parecen espacio en blanco lleno de misterio y vergüenza, tan irresistible
completas y consistentes. Cuando la revista Tinte no supo cómo como los hechos de la vida que los adultos también parecían que-
catalogarlo —¿psicólogo o escritor?—, él sugirió "hombre de le- '
rer ocultarle.
tras", un título anticuado para un intelectual, pero transmitía pre- Aunque sin duda recibió cuidados maternos de muchas manos
cisamente lo que él era.
amorosas, hubo bastantes trastornos y mudanzas que lo mantuvie-
Paul Goodman nació en 1911, otro niño judío pobre que creció i ron agudamente alerta a su mundo y angustiado cada vez que apa-
en Manhattan. Pero su familia no era parte de la gran ola de in- recían signos de cambio. Su madre iba y venía, el ciclo de tías
migrantes que hizo de Nueva York un centro de cultura judía a encargadas de él tenía sus defectos y el domicilio familiar cambió
principios de siglo; por el lado materno, la familia había vivido en > una, dos y hasta tres veces al año hasta que cumplió 10. Esto lo
Estados Unidos durante cien años. Además, la pobreza de su fami- j tornó alegre y despierto, pero también receloso y algo desconfiado.
lia era bastante reciente. Su padre había sido un exitoso martiliero Cuando entró a la escuela, Goodman se había convertido en
y anticuario, y los tres primeros hijos fueron criados con holgura. hijo único. Uno de sus hermanos había muerto, y los otros, siete
Pero en la época en que nació Paul, su padre había escapado a y diez años mayores que él, ya eran adultos. Pese a ser notable-
Buenos Aires con su amante, dejando a su esposa sólo algunos mente inteligentes, ni Alice ni Percival asistieron a la escuela secun-
muebles valiosos para empeñar. Ella se puso a trabajar, y sus tres ! daria, mientras que el pequeño Paul, un niño sonriente y seguro,
hermanas se turnaban para cuidar a los niños. fue estimulado para aprovechar al máximo su inteligencia. Al cre-
Para Goodman, haber "nacido sin padre" fue la gran circuns- cer y demostrar sus talentos, ya no sólo fue cuestión de complacer
tancia formativa de su vida. Al ser poeta y psicólogo, es probable a sus maestros. Se deleitaba en el mundo que lo rodeaba, las per-
que haya exagerado esta mala suerte, pero en general no se sonas, las ideas y el arte. Cuando tenía 7 años, su hermana mayor
autocompadeció. En muchos sentidos, fue ventajoso crecer sin un ya atesoraba sus primeros poemas. Siempre obtuvo las mejores
rival masculino que en cualquier momento pudiera ejercer su au- notas en su curso, acumulando medallas por su habilidad para los
toridad sin posibilidad de apelación. Como explicó en su diarlo, idiomas. Recibió la mejor educación pública gratuita del mundo,
incluso la necesidad de aprender solo todas las reglas tuvo su lado primero en la escuela básica "modelo" anexa a la escuela normal
bueno: "Recuerdo que, en la adolescencia, los demás aprendieron superior, después en la escuela primaria pública de Manhattan,
a jugar tenis en la forma correcta y yo solía ganarles, pero jamás Townsend Harris Hall, y finalmente en el City College de Nueva
pude mejorar mi juego y ellos sí. Todavía soy inquieto, testarudo, York.
indócil. Soy un niño sin padre que no puede transitar por las vías Este era el camino al éxito para los niños pobres pero inteli-
regulares; me irritan. Pero absorbo con avidez los retazos de infor- gentes de la ciudad, especialmente los judíos cuyos padres habla-
1H AOUl, AHORA Y 1.0 OUK V I E N E ÍN LA l ' . N l ' H l i n J A D A 19

ban yiddish y vivían en el bajo Lado Este. Casi todos estos jóvenes ilor de su vida. Contribuía a su renombre el que ya publicara en
querían ser profesionales —médicos, abogados, profesores—, pero 1111,1 de las grandes "pequeñas revistas", Symposium. Recién gradua-
Goodman era diferente. Aunque su familia también era pobre y do, los editores aceptaron dos ensayos que había escrito —sobre
judía, no estaba marcada por los valores o ambiciones del ghetto. Krank Lloyd Wright y Le Corbusier— con la asesoría de su hermano
Es cierto que su madre esperaba que fuera rabino, y, como todo Percy, quien acababa de llegar de París e iniciaba su carrera de
niño judío de 12 años, estudiaba hebreo para su bar mitzvah, pero nrquitecto. También le aceptaron un relato, que ganó mención
su exposición a la cultura cosmopolita de la "Ciudad Imperio" lo honrosa en uno de los anuarios de cuentos. Estaba claro que sería
alejó de cualquier estrecho túnel erudito, fuera talmúdico o acadé- un escritor importante. Por supuesto, estas publicaciones pagaban
mico. Durante un tiempo se imaginó como filólogo debido a su muy poco. Era una gran cosa que Alice tuviera empleo, pues en
amor por el latín, luego se volcó a la filosofía por su admiración a 1931 el país estaba hundido en la depresión económica. Su madre
Morris Raphael Cohén, el profesor más famoso del City College. •e había ido —ellos la llamaban ahora "la gitana burguesa"— y
Pero sus compañeros de curso tuvieron razón al elegirlo el "mejor Alice era el sostén de la familia. Gracias a su empleo en el depar-
poeta". Por toda esta trayectoria, él asumió que era un legítimo tiimento de guiones de un estudio de Hollywood con base en Nueva
heredero de la tradición occidental europea y de las antiguas civi- York, le consiguió a Goodman un trabajo para leer en casa novelas
lizaciones del Mediterráneo, y a la vez un estadounidense nativo francesas (cinco dólares por cada una) que resumía para posibles
cuyos antepasados se habían radicado aquí cuando Thomas Jeffer- argumentos. Con un par de éstas pagaba las cuentas del teléfono
son y John Adams aún vivían. y la luz, su aporte a los gastos del hogar. Después de graduarse
Ya graduado de la universidad, Goodman estaba enamorado de decidió alegremente no postular a puestos de profesor en escuelas
la vida y el saber. Sus amigos lo recordaban a los 20 como un públicas, como lo hicieron muchos de sus compañeros. Aunque
radiante camarada de rojas mejillas, siempre dispuesto a una larga tenía una fuerte vocación pedagógica y él mismo había sido un
caminata, hablando feliz sobre Aristóteles, San Agustín, Cocteau, alumno modelo, le desagradaba el régimen institucional.
Tu Fu, Trotsky y Freud. Los sábados por la noche, sus amigos más Con más pesar encaraba el hecho de no poder ir a la univer-
íntimos se reunían en su departamento, donde su hermana Alice Hldad, como algunos de sus amigos ayudados por sus familias o por
hacía de Wendy a su Peter Pan, sirviendo a "los muchachos" café becas de estudio. Cuando su compinche Benjamín Nelson, que es-
y torta a medianoche —y haciendo el aseo al día siguiente. A veces tudiaba historia medieval en la Universidad de Columbia, le contó
también había mujeres jóvenes —"novias"—, pero era un mundo de un profesor de filosofía que "hacía maravillas" con Spinoza,
fundamentalmente masculino. Se apodaban en broma "Sociedad Li- Goodman no pudo resistirlo. Pronto estaba asistiendo como oyente
teraria y Social de la Terraza Wadsworth", y varios escribían cuen- a los cursos de Richard McKeon, abiertamente como estudiante
tos que leían en voz alta. Pero también jugaban bridge, iban a con- libre que sin embargo opinaba en clases e incluso escribía diser-
ciertos, hablaban de béisbol y política. Eran precoces, irreverentes taciones para su nuevo tutor. Amplió sus estudios para abarcar a
intrusos en todo lo mundano. No eran izquierdistas en el sentido otros profesores igual de complacientes con ese joven brillante que
corriente -de hecho, uno de ellos se declaraba monárquico—, pero obviamente estaba allí por puro amor al saber. De aquí en adelante,
igual discutían sobre el comunismo como todos los intelectuales así enfrentaría a la mayoría de las instituciones, ignorando la bu-
jóvenes de los años 30, y algunos tenían amigos que pelearían en rocracia y los conductos regulares y tratando de establecer contac-
la guerra civil española. Observaban con aprensión el nacimiento to directo con la gente que realmente trabajaba en ellas.
del fascismo, pero se consideraban más internacionalistas que Mientras, su hermano fue invitado a colaborar en Trena, "una
patriotas de un país o una causa. Aún se podía creer en la civili- revista de las artes". Pronto, ambos Goodman se integraron al
zación occidental. equipo, Percy como editor de arquitectura y Paul a cargo de cine,
Aunque todos veían a Goodman como su genio, ninguno se escribiendo una serie de ensayos sobre teoría cinematográfica,
convirtió en discípulo suyo —eso sólo ocurrió en una etapa poste- (ioodman siguió entregando un cuento nuevo al mes, numerosos
20 A Q L l , A H O R A V LO QUE V I E N E KN L A E N C R U C I J A D A 21

poemas y algunas obras de teatro, incluyendo una imitación del < Iones de peligro o emergencia, lo mejor que podían hacer los
drama japonés Noh, que Trend publicó en 1934. Ese mismo año, un ndultos era no obstaculizarles el camino. En The Empire City, su
amigo le consiguió un trabajo de verano como monitor de arte dra- vocero dice: "Yo visualizo grupos de seis muchachos que, desde los
mático en un campamento sionista en Vermont; la paga era exigua, (í ó 10 años, recorren la Ciudad Imperio con un pastor autorizado
pero él gozaba adaptando obras de Shakespeare y Moliere para para protegerlos y acumulan experiencias templadas de acuerdo a
este público, representándolas junto a sus propias piezas infantiles. MIS poderes"11. En los años 60, estas ideas evolucionarían en la
El trabajo en el campamento, que duró varios veranos, fue mlniescuela de vitrina y el studium genérale de la universidad libre
importante en muchos sentidos. La novela que escribió sobre éste, organizado fuera del campus por los propios estudiantes.
The Break-Up of Our Camp, lo muestra luchando con su creciente En 1936, la carrera docente de Goodman dio un vuelco acadé-
sensación de ser, después de todo, un forastero en el mundo que mico cuando Richard McKeon, quien había dejado Columbia por un
antes dio por sentado. Un aspecto de esta alienación, apenas toca- decanato en la Universidad de Chicago, lo invitó a trabajar en el
do en la novela, se relacionaba con su homosexualidad. De adoles- programa de los "grandes libros" en Chicago. Mientras enseñaba,
cente, Goodman descubrió que le atraían tanto los niños como las lomó algunos cursos y escribió su tesis de doctorado. No tanto por
niñas, pero se sentía muy perturbado con el sexo opuesto. Si bus- las repercusiones profesionales como por las consecuencias do-
camos razones, es probable que el haber sido criado exclusivamen- mésticas, fue fatal abandonar el hogar que su madre y después su
te por mujeres tuviera mucho que ver con esto, y en especial su hermana construyeron para él durante veinticinco años. Al parecer,
cercanía con su hermana, quien desempeñó tantos roles en su vida. (joodman siempre se sintió un poco desesperado sin una base
En todo caso, ésa era su opinión al respecto. Aunque no llegó a matriarcal. Durante su primer año en Chicago alternó entre ataques
hablar abiertamente sobre estos sentimientos, escribió poemas de de nostalgia y crecientes conductas ismaelitas, como si estuviera
amor a algunos jóvenes y se los mostró a ciertos amigos. probando los límites. Luego se enamoró de su primera esposa, un
Varios de sus colegas monitores en el campamento sabían que nuevo centro en torno al cual girar. Al cabo de tres años en el
él era bisexual; y, al parecer, discutió su actitud "griega" con al Medio Oeste, nació su hija, formando una familia como padre y no
menos uno de ellos, propugnando la idea de que la vocación peda- como el hijo menor. Estos nuevos y profundos lazos no pusieron
gógica se basa naturalmente en eros, aparezca o no en casos par- fin a su promiscua vida homosexual. Volvió a caer en el patrón de
ticulares9. ¿Por qué otra razón un profesor querría dedicar su vida su niñez: un hogar dominado por mujeres, estable y monógamo,
a sus aíumnos si no los amara? Veinte años más tarde, cuando se equilibrado con pueriles hazañas y aventuras homosexuales lejos
formuló preguntas similares, añadió otro nivel de interpretación a de casa, a veces con camaradas pero más a menudo casuales y
su propio caso: los jóvenes rudos que él prefería le parecían "aban- anónimas. Este tipo de compromiso satisfacía a su bohemia esposa,
donados" o "huérfanos", y él quería guiarlos y defenderlos para tal como ios lazos no consagrados que habían contraído por el
negar o reparar "mi propia condición de no tener padre", como simple hecho de tratarse entre ellos de marido y mujer.
escribió en su diario10. Sin embargo, la universidad no fue tan tolerante. Al comenzar
Fueran cuales fueran sus motivos, Goodman ahora pensaba a el semestre del otoño de 1939, se advirtió a Goodman que mantu-
través de su filosofía de la educación, ideas que también aparece- viera sus correrías sexuales fuera del campus. Cuando se negó, fue
rían más tarde en su práctica psicoterapéutica. Pese a su afortuna- despedido, aunque su tutor le consiguió una pequeña beca con la
da historia como adolescente estudioso, Goodman sentía que la que podría mantener a su familia mientras escribía su tesis. Ahora
escuela a menudo apagaba más que estimulaba la curiosidad y el era libre de regresar a Manhattan, por la que aún sentía nostalgia.
aprendizaje. Prefería un modelo educacional peripatético, usando Aceptó esto como una oportunidad y nuevamente empezó a con-
la ciudad o el campo como material de discusión, al estilo socrático siderarse más artista que académico. No había dejado de escribir
—o de los Boy Scouts. La naturaleza de la especie humana hacía poemas, cuentos y obras de teatro mientras presentaba informes
que los jóvenes fueran aventureros e inquisitivos, y salvo en situa- y memorizaba textos; ahora, mientras hacía su tesis, comenzó una
22 AQUÍ, A H O R A V LO QUE VIENE

nueva novela —el primer volumen de The Empire City, especie de


celebración del regreso a casa. Su suegra enviaba una pequeña
T I,A ENCRUCIJADA

punida para el tipo de vida que Goodman podía ofrecer. En marzo


23

de 1945 se mudaron con Susan a un departamento en Manhattan.


suma mensual y los 1.000 dólares de la beca les alcanzaron por un En ese momento, el largamente esperado brazo del Estado
par de años. Goodman postuló a un cargo de profesor, pero su sobre el hombro de Goodman. Esa primavera, las exigencias
curriculum jamás superó la impresión personal que producía en las militares de las gigantescas ofensivas estadounidenses en Europa
autoridades, aunque se peinara y usara corbata. En todo caso, la y el Pacífico obligaron al Servicio de Reclutamiento a enrolar pa-
vanguardia por fin lo había "descubierto". James Laughlin, el joven dres de familia. Gr>odman recibió el aviso. Esperaba ser encarcela-
editor de William Carlos Williams y Ezra Round, lo incluyó en los do, como muchos de sus amigos anarquistas. Aunque la guerra
anuarios de New Directions, y la revista más ágil de ese tiempo, llegaba a su fin, el sistema organizado no podía permitir que al-
Partisart Review, también le abrió sus puertas. guien escapara por algún resquicio. Como dijo Goodman en The
Aunque su carrera literaria se veía promisoria, con su nueva Empire City, a las autoridades no les gustaban aquellas personas
novela y un libro de dramas Noh que aparecerían a principios de "vivas sin un registro de sus huellas, educadas sin una ficha esco-
1942, el bombardeo de Pearl Harbor y el ingreso de Estados Unidos lar, sanas y alimentadas sin un número de seguridad social, traba-
a la guerra auguraban pocos compradores de imitaciones de dra- jando sin documentos, naturalmente leales sin haber prestado ju-
mas japoneses o novelas que profetizaran catástrofes para el esta- ramento, programadas para morir sin estar en el ejército"12. Causó
do capitalista. El fervor patriótico pronto alcanzó incluso a la van- problemas en la entrevista, encendiendo su pipa en el área prohi-
guardia, y ya que Goodman no quiso amordazar su pacifismo, pasó bida, conversando cuando debía estar callado, arengando a los
a formar parte de la lista negra del Partisan Review, cuyos editores médicos y psiquiatras acerca del pacifismo y el militarismo —un
encabezaron un aparente boicoteo general en su contra. Estaba en flagrante "caso podrido"—, pero lo salvaron la miopía y las hemo-
quiebra, ni siquiera conseguía trabajos mercenarios, y para colmo, rroides. El era 4F, es decir, no apto.
su matrimonio se derrumbaba. Durante un tiempo estuvo literal- Superada esta prueba, las cosas empezaron a mejorar. El y
mente sin techo, hasta que encontró empleo en un internado pro- Sally querían un bebé. Ella tendría que dejar de trabajar por un
gresista en las afueras de Nueva York, donde podría vivir gratis y tiempo, pero el arriendo costaba sólo 18 dólares mensuales y los
tener a su hija Susan, ahora de 4 años. Pero esto tampoco duró. A artículos de Goodman aportaban algo de dinero. La editoriai Van-
fines de ese año lo despidieron por seducir a sus alumnos. guard se arriesgaría a publicarle un libro de cuentos, otro volumen
Pese a tales desastres, con frecuencia por culpa suya, Good- de The Empire City (al año siguiente) y un estudio psicoanalítico
man siguió animoso, y aunque alguna gente encontraba que sus sobre Kafka (en 1947). Aunque cada nuevo libro era un fracaso
principios eran mera autoindulgencia y su conducta repugnante, mayor que el anterior, Vanguard siguió intentándolo. No fue de
sus amigos le guardaron fidelidad. Ahora empezaba a atraer discí- gran ayuda que sus enemigos en Partisan Reüiew lo atacaran con
pulos, jóvenes que veían sus conflictos con la autoridad tradicional críticas malintencionadas y con lo que Goodman llamó una "cam-
como parte de su atractivo. Pero para Goodman los años previos [ paña de rumores" en contra de sus hábitos sexuales e ideas polí-
habían sido desalentadores. Como de costumbre, cuando no había ticas. Pero la guerra había terminado y otros editores empezaron
una playa doméstica en su vida, él nadaba en seco. Entonces, no a aceptar nuevamente sus trabajos. La Universidad de Chicago al
sorprendió que formara un nuevo hogar con una joven a quien fin publicó el libro sobre planiíicación comunitaria escrito con su
había cortejado en medio de sus agitados amores con los "mucha- hermano, y de una u otra forma se ganó seguidores, no sólo entre
chos" del curso que él dictaba. Sally Ducksten, que tenía poco más los anarquistas a cuyas reuniones asistía semanalmente, sino tam-
de 20 años, era secretaria en la escuela, huérfana de padre y había bién entre los poetas y gente de teatro de Greenwich Village. Cuan-
sido educada en internados católicos. Aunque no bohemia como su do su esposa dio a luz un varón, Goodman consiguió un empleo en
primera esposa, Sally, una mujer de espíritu independiente y con la escuela nocturna de la Universidad de Nueva York, enseñando a
un férreo sentido de la moral y la justicia, estaba igualmente pre- Kafka a veteranos de guerra. A pesar de estos signos promisorios,
24 AlJUl, A H O R A Y LO (JIJE VIENE LA KNCHUt:i.lAI>A 25

sus amigos notaron que su rostro ya no era tan alegre. Se veía tan Iriirlo —dejar de asociar el nombre de Reich con los anarquistas,
aniñado como antes, pero su ceño reflejaba más que miopía, y el i unió lo hiciera Goodman en su artículo en Politics—, pero esto
tono engreído de su voz empezaba a sonar arrogante en muchos •Alo confirmó la opinión de Goodman de que aquí había algo que
oídos. En su actitud se filtró cierta amargura. ¿Habría forma de vulía la pena hacer1'1. Como de costumbre, se descubrió yendo a
remediar alguno de estos síntomas sin que cambiara el mundo? contrapelo. Pronto concertó sesiones semanales con un discípulo
Los duros golpes de los años de la guerra remecieron su con- de Keich, Alexander Lowen, quien podría enseñarle las técnicas
fianza en sí mismo. Ahora estaba empezando de nuevo y necesitaba vi'üetoterapéuticas básicas de Reich. Sea cual sea el verdadero sig-
reflexionar sobre su conducta si no quería repetir la misma ronda nificado de esta decisión, Goodman prefería no considerarse en
de esperanzas y desengaños. Inició una larga y dolorosa explora- tratamiento con Lowen, y se negó a cooperar con él para hacer un
ción de su psique para comprender cuántas de estas recientes trabajo secuenciado sobre la armadura muscular. Más bien, visua-
catástrofes las provocó él mismo, pues no sólo era cuestión de lizaba el enfoque reichiano como una calistenia intercambiable, un
fuerzas sobre las que no tenía control, ni un mero asunto de acción conjunto de ejercicios que se podían aprender y aplicar por sepa-
de principios por parte suya, sino también el resultado de extrava- rado a problemas específicos del carácter. Los consideraba análo-
gancias voluntarias y autodestructivas. Se requería mucha fuerza y KOS a los ejercicios del yoga, y los practicó según su propio régi-
desesperación para encarar tales cuestionamientos. Goodman tenía men, junto con métodos psicoanalíticos tradicionales como la aso-
35 años, estaba en la cima de sus facultades creativas, respaldado ciación libre, el análisis de sueños y la interpretación de recuerdos
por una obra ya desarrollada. Su centro doméstico estaba restable- de la primera infancia. A imitación de Freud, su meta era someterse
cido, quizás con menos confianza que en su juventud o en su pri- a un "autoanálisis"15.
mer matrimonio, pero resultó tener sólidos cimientos —que ha- No fue un gesto de humilde discípulo el así aventurarse en las
brían de durar por el resto de su vida. El nacimiento de su hijo, huellas del maestro. Goodman buscaba su lugar en el linaje,
Mathew, fue un acontecimiento crucial. Confirmó sus lazos con "Charcot a Freud, Freud a Reich, y así sucesivamente". Goodman
Sally, que ahora se hacía llamar Sally Goodman, y además lo llevó quería ser el "sucesivamente". Pero esta ambiciosa meta sólo apa-
a una súbita y sorprendente confrontación consigo mismo, su in- reció en su diario diez años más tarde, cuando tenía una verdadera
fancia y especialmente su falta de padre. Aquí estaban las causas razón para reclamar un lugar en la escalera16. Aunque puede que
más tempranas de sus fortalezas y debilidades, ahora sometidas a haya deseado convertirse en terapeuta después de la llamada de
cuestionamiento. Reich, las notas de su autoanálisis no dan indicios de tal motiva-
El interés de Goodman en la psicoterapia comenzó en su ado- ción, ni traslucen la ambición de superar a sus maestros y asumir
lescencia con el ansia de aprender. Leyó a Freud y sus seguidores, la toga teórica. Empezó su autoanálisis en 1946, con mucho temor,
a Aristóteles, Kant, Peter Kropotkin y John Dewey, y a los 30 años en busca de soluciones para sus dilemas, aunque quizás se haya
su pensamiento estaba saturado de conceptos psicoanalíticos. Al dicho a sí mismo que estaba buscando su herencia. Actuó en base
descubrir a Wilhelm Reich en 1945, se cristalizó en forma dramática a la oscura pero persistente intuición de que a menos que hiciese
todo lo que había leído y pensado anteriormente. Como declarara un gran esfuerzo por cambiar su carácter, jamás sería feliz ni des-
más tarde, el psicoanálisis se convirtió en su religión, si es que cubriría su verdadera vocación.
tuvo alguna13. Además, su descubrimiento de Reich le daría la Al cabo de unos seis meses, Goodman pensó que sabía lo su-
oportunidad y los métodos para el mayor esfuerzo anímico que ficiente de las técnicas reichianas como para suspender sus sesio-
hubiera hecho hasta entonces en su vida. nes con Lowen. Continuó su autoanálisis sin ningún cambio aparen-
Sorprendentemente, Reich lo invitó a su laboratorio en te de dirección por otros cuatro o cinco meses, y entonces añadió
Queens. Goodman esperaba que el prohombre tuviera "alguna ta- un nuevo componente a la rutina de ejercicios, asociaciones libres
rea para mí", quizás alguna misión para explorar el impacto político y análisis de sueños y recuerdos. Empezó una novela basada en ios
de la obra de Reich. La verdadera orden de Reich fue todo lo con- acontecimientos que precipitaron su despido de la escuela progre-
AQUÍ, A I I D K A Y LO QUE VIKNI'. I N l.A ENCRUCIJADA 27

sista. Esta fue Parents' Day, una narración en primera persona En cuanto a Parents' Day, un viejo amigo de Goodman de los
apenas disfrazada como ficción, donde Goodman se pregunta qué anos 30 que tenía una imprenta casera, le ofreció imprimirlo por su
cosa de su carácter y conducta era sana y justificada, neurótica y menta y riesgo. Este libro abiertamente homosexual se convirtió
psicopática. El libro se apoderó lentamente de las energías del au- i-ii una especie de clásico underground dentro de la comunidad gay,
toanálisis, y volvió sólo intermitentemente al régimen reichiano IHTO ya que sólo se habían impreso 500 ejemplares y la mayoría
que había seguido por tantos meses. Probablemente el cambio tuvo quedó sin venderse, su reputación fue mucho más amplia que su
un sentido terapéutico, pues así pudo liberarse de varios puntos circulación. La historia de la carrera de Goodman se estaba convir-
muertos psíquicos que se estaban desarrollando en su autoanálisis. t leudo en algo similar a esta situación. Como escribiera años des-
También demostró en qué medida su arte había llegado a ser su pués en su diario: "Soy el escritor más desconocido, pero a la vez
forma de enfrentar cada crisis vital. Unos seis años antes, cuando conocido y respetado por unos pocos"17.
su primer matrimonio empezó a mostrar signos de tensión, había Desalentado por tales hechos, para su cuadragésimo cumplea-
escrito otra novela, Don Juan; or, The Continuum oí the Libido, en ños, en 1951, Goodman redactó el ensayo "Sobre Ser Escritor",
la cual intentó examinar su situación en formas simbólicas e inclu- preguntándose una vez más por qué era un absoluto fracaso y
so mitológicas. Esta novela también llegó a ser una especie de concluyendo con estas ominosas frases: "He empezado a invadir el
autoanálisis, tomando conceptos de Otto Rank más que de Freud urea de la escritura con mi culpa y temor a las consecuencias
o Reich, pero no menos una mezcla de arte y psicoterapia que en porque es mi acto. Por lo tanto, sólo para estar a salvo, debo es-
Parents' Day. Sin importar cuan intrigado y convencido estuviese de cribir más eficazmente o dejar de hacerlo". También dijo: "Tengo
las ideas psicoanalíticas, Goodman era antes que nada un artista, la sensación de estar reprimiéndome de escribir una obra impor-
y especialmente al analizar su propio caso prefería las técnicas de tante... Me he venido diciendo que estoy esperando que otros me
la ficción. Irónicamente, esta predilección pronto sería desafiada lo ordenen, que me movilicen para entrar en acción; pero este
por el destino. anhelo de una autorización 'externa1 ha caducado junto con 'mis
Sus nuevas esperanzas en la aceptación de sus obras literarias propios' deseos... En nuestra gran ciudad, no sé cómo hacer algo
eran infundadas. O aún estaba haciendo algo intolerable para los que haga una diferencia inmediata en nuestro sentimiento y prác-
lectores, o las populares fórmulas de Madison Avenue y Hollywood tica (y así, en mi propio sentimiento y práctica). Por lo tanto, he
habían cautivado tanto el gusto del público que ya no quedaba dejado de querer algo, no sé qué es lo que queremos"18.
espacio para el arte serio, incluso en el llamado mundo vanguardis- Goodman tardó diez años en encontrar la respuesta a sus pre-
ta. Sin duda, éstos eran aspectos de un solo impasse cultural. Fuera guntas sobre qué haría una diferencia en su propia situación y en
cual fuera la explicación, sus libros no se vendían. Vanguard desis- la sociedad. Pero cuando llegó, bajo la forma de Grotving UpAbsurd,
tió y el editor le escribió una triste carta rechazando The Dead of el libro que lo hizo famoso, al fin tuvo su público, pero no como
Spring, el tercer volumen de The Empire City, que había retomado artista sino como crítico social. Después de 1960, Goodman descu-
después de terminar Parents' Day. Aunque todavía podía colocar brió que su tono amenazante e ideas rebeldes habían dejado de ser
sus obras breves, nadie quería las largas. New Directions había intolerables para los editores y lectores. Durante los siguientes
prometido por casi una década hacer una antología de sus cuentos, doce años apenas copó la demanda, más de un libro al año e in-
y Laughlín decidió cumplir el compromiso publicando en 1949 una numerables artículos. Goodman pasó de paria a ídolo de la noche
edición de 2.200 ejemplares de The Break-Up of Our Camp. Pero a la mañana.
Goodman se vio obligado a publicar por su cuenta The Dead of Esta transformación fue en gran medida producto de los tiem-
Spring —para él, su mejor libro hasta ese momento. Envió 200 pos. Los años 60 trajeron nuevas perspectivas y una nueva gene-
postales a sus amigos solicitando una suscripción de 5 dólares por ración de lectores. De pronto la gente empezó a pensar que era
dos ejemplares del libro, que se imprimió artesanalmente en la posible hacer algo respecto a la pobreza, la injusticia, el racismo,

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comunidad pacifista de David Dellinger en Nueva Jersey. las plagas urbanas, el imperialismo y el militarismo. Cuando
2g AQUl, AHORA V LO QUE VIENE KN LA ENCRUCIJADA
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Goodman denunció que el sistema organizado era la causa de Mr aquí, entonces, a Paul Goodman a mitad de su carrera, o más
muchos de estos problemas, los jóvenes inmediatamente compren- rx.irlamente a mitad de su vida, teniendo que optar entre profe-
dieron de qué estaba hablando. La mayoría de los intelectuales de HlmiflS —y aquí su mundo también está llegando a un punto crítico
la generación de Goodman habían abandonado tales ideas o espe- .1 iii<-diados de siglo. Fue más un momento de oscuridad que de luz,
ranzas a principios de la Segunda Guerra Mundial, y ahora sólo f los senderos escogidos no eran enteramente lo que parecían.
eran bohemios nominales, radicales con las alas recortadas posán- IVm conducían al presente, y sus lecciones son para nosotros, asi
dose en las perchas de las universidades. No era extraño que los ,|,,r ahora examinémoslas más detalladamente e intentemos com-
jóvenes ignoraran sus cacareos y prefirieran los graznidos y acres prenderlas.
censuras de Goodman.
Pero la nueva influencia de Goodman no era enteramente re-
sultado del estilo cambiante de la nación. El también había cambia-
do y pagado un precio. Aunque siguió escribiendo poemas, des-
pués de 1960 renunció a la ficción, exceptuando una última novela
de autoanálisis, Making Do, que era tanto crítica social como cual-
quier otra cosa. El abandono de la ficción (y el drama) había
empezado mucho antes, por la época en que redactó el lúgubre
ensayo "Sobre Ser Escritor", pero no fue tanto una decisión cons-
ciente como un cambio del equilibrio imaginativo en su carácter, J
provocado por el autoanálisis. Durante los años 50 se produjo un
realineamiento gradual. En términos de su ensayo de 1951, se
podría afirmar que cada vez dedicaba más atención a "qué quere-
mos" y menos a sus propias fantasías de deseo, "qué quiero".
Otra forma de describir este cambio sería decir que Goodman
aprendió a tener paciencia y compasión. Ahora se podía dirigir a
sus lectores de un modo inspirador antes que injurioso, debido a
que había practicado psicoterapia durante diez años con grupos de
jóvenes, precisamente el público que compraría sus libros y se
encendería con sus ideas. Sus esfuerzos por oír y ayudar a otros
no mitigaron su amargura y mordacidad, pero las tornaron menos
personales y autocompasivas. Durante largo tiempo, Goodman tuvo
una pequeña banda de discípulos, quienes reconocían como propio
su fastidio, y cuyo campeón era él. Luego sus pacientes se unieron
a este grupo, cada vez más numeroso y menos parecido a una
camarilla. Finalmente, en los años 60, los jóvenes y muchos otros
fueron atraídos a su estandarte. Sus furiosas diatribas —como la
famosa "Charla al Complejo Militar-Industrial" pronunciada contra
los señorones de Washington— ya no iban dirigidas a sus conciu-
dadanos, sino que hablaban por ellos. Mientras, fue adoptando otra
actitud, gentilmente razonable, al dirigirse al público anónimo de
sus libros y artículos. Pero no hubo más cuentos.

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