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EL EMPRENDEDOR

ALAIN coumont

A continuación le presentaremos una


nota sobre un emprendedor k supo cómo
llegar a la sima del éxito no fue fácil pero
lo logro

Este informe fue presentado con el fin de ayudar a reflexionar k si


se puede alcanzar las metas que no planteamos

Presentado por: Yesica Mamani Cahui


La historia del emprendedor que durmió en el piso de su negocio y
hoy es un éxito
El creador de la cadena de panaderías Le Pain Quotidien contó los retos que tuvo que
enfrentar en sus inicios como emprendedor. Desde pasar la noche en bolsas de pan hasta
alcanzar el reconocimiento internacional.
Bélgica, 1990. Alain Coumont era un chef obsesionado porque no podía encontrar la
calidad de pan que pretendía para su restaurante. Fue ahí cuando tuvo la idea de poner
una pequeña panadería casera y fabricarlo él mismo. Pero Coumont empezó a hacer
cuentas –“un buen horno de pan pesa alrededor de tres toneladas y cuesta entre US$
30.000 y US$ 40.000”- y se dio cuenta de que hacer el pan solo para el restaurante era
algo excesivo. Entonces decidió poner un local en el centro de Bruselas para poder darse
el gusto sin que resultara “un hobby demasiado caro”. En ese momento ya sabía desde el
tipo de pan que quería cocinar (orgánico, simple y algo rústico), hasta el color beige de las
paredes del negocio.
El primer Le Paín Quotidien era tan sencillo como los productos que vendía, tenía 33
metros cuadrados y una antigua mesa comunal. A partir de una inversión de US$ 10.000,
un alquiler barato y un crédito con el que financió el horno, la batidora y la mesa,
Coumont creó una cadena de panaderías con más de 200 sucursales (dos en Buenos
Aires), con una facturación anual aproximada de US$ 240 millones. La historia de éxito con
la que todo emprendedor puede soñar, sin embargo, no todo fue tan fácil como parece.
Incluso teniendo “una fila de cien personas esperando 20 minutos en la lluvia para
comprar pan”, pasaron seis años antes de que Coumont lograra ganancias y hasta llegó a
dormir en el piso de su panadería. Estaba mal pero venía bien.
Ahora, como parte de la Experiencia Endeavor 2015, saca a la luz su historia, una historia
de sacrificio pero, también, de alegría.
Cuál fue el momento más difícil?
Básicamente, pasé varias noches durmiendo en una bolsa de pan sobre el suelo, no sé si
hay algo más duro que eso. Pero lo bueno de este negocio es que nunca se pasa hambre o
frío, cuando dormís cerca de un horno de pan hace calor, obviamente, y siempre hay un
pedazo de pan para comer. Está bien, ¿qué más se puede necesitar?

¿Cómo sobrevivió esos primeros seis años?


Aparte tenía mi propio restaurante así que me iba bien. Pero en un momento lo vendí,
fueron tiempos difíciles a nivel financiero. Además, cuando se crece muy rápido los bancos
no te prestan dinero porque necesitan evaluar el historial crediticio para tomar una
decisión, y es complicado cuando empezaste hace pocos meses y quieren ver los
resultados de tus últimos dos años. Necesitás comprar otro horno y tenés que pagarlo en
efectivo, y llega ese punto donde hay que elegir entre quedarte con las ganancias o
comprar el horno. Es una decisión difícil a veces, balancear la vida personal con el negocio.

¿Fue muy difícil empezar un negocio de cero?


Hay que estar motivado y abierto a los desafíos. Y en mi caso, también era un hobby así
que no tenía la impresión de estar trabajando. Además, cuando me inicié en este rubro yo
venía con un enfoque de consumidor: sabía exactamente qué tipo de pan quería hacer. No
estaba pensando en hacer dinero, mi objetivo no era comenzar una cadena de panaderías
o hacer una fortuna con esto, solo quería hacer un buen pan.

¿Cuál es la fórmula para manejar una empresa tan grade?


Pienso que el éxito en muchos países es que la compañía está bastante descentralizada.
Nosotros aportamos las recetas de la marca, el entrenamiento técnico y nos aseguramos
de que la calidad de la comida sea la misma en todos lados. Pero dejamos que cada
sucursal maneje el resto del trabajo: la contabilidad, recursos humanos, esas otras cosas.
Creo que es una manera inteligente de organizar un negocio, hay que delegar muchas
responsabilidades en otra gente y tenés que confiar en ellos, en vez de concentrar todas
las decisiones en la cabeza de tres personas. Y cuando el negocio está tan descentralizado,
los equipos locales también son dueños del negocio, esa sensación es un factor clave para
la gente que trabaja con nosotros.
Si tuviera que darle un consejo a los emprendedores, ¿Cuál sería?
Cuando tenés una idea y la gente dice “es una locura, nunca va a funcionar”, esa es tu
oportunidad. Porque si algo es obvio, lo más probable es que otras personas ya lo hayan
hecho antes. Otra cosa es que uno tiene que ser su primer cliente: yo sabía exactamente
el pan que quería cocinar y hubiera estado dispuesto a pagar un poco más por esa calidad.
Por último, uno no tiene que tener miedo de fallar porque muchas veces eso sucede. Y,
lamentablemente, uno aprende más cosas de los fracasos que de los éxitos. Cuando se
empieza un emprendimiento, te puede ir genial o te puede ir mal. En ese caso, sumas
experiencia y te preparas para tu próxima aventura. Así que siempre se gana, pase lo que
pase.
El empresario belga, que encabeza una red de 240 restaurantes, sostiene que "lo mejor
que le puede pasar a un emprendedor es tener un inicio difícil"; por qué recomienda
empezar en un nicho
Lo mejor que le puede pasar a un emprendedor es tener un inicio difícil", asegura el belga
Alain Coumont, que en 1990 fundó en Bruselas la cadena de comidas Le Pain Quotidien,
que cuenta con 12 sucursales en la Argentina. Hoy devenido en un empresario global, que
gestiona 240 restaurantes en 18 países, el chef inició su proyecto con una primera tienda
en Bruselas siguiendo un interés personal. "Me resultaba difícil encontrar buen pan, y la
única forma era hornearlo yo mismo", recuerda.
"Empecé Le Pain Quotidien como un hobby. Algunos se van a pescar los fines de semana y
yo decidí hornear pan", relata Coumont, que ahora viaja alrededor del mundo para
supervisar el servicio de cada tienda y explorar oportunidades de expansión.

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