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INTRODUCCION A LA PSICOTERAPIA
PSICOLOGIA 5/A
VESPERTINO
ASESOR: JOSEMARIA SADA
La respuesta a esa pérdida pone en movimiento intrincados procesos tanto
externos como internos. Es necesario reconfigurar completamente un campo
que se ha alterado por la pérdida de uno de sus elementos significativos.
El Campo Organismo-Ambiente
A medida que maduran los procesos internos del bebé (junto con la
experiencia repetida y predecible de los eventos y personas de su medio), se
empieza a formar y retener una imagen interna de estas personas,
constituyéndose simultáneamente una figura interna. Esta "fotografía interna"
del objeto, su representación mnémica, junto con las respuestas afectivas
suscitadas por su presencia, su actuación y su retiro, forman una gestalt
interna, correspondiente a cada objeto externo que se va diferenciando del
medio. Estas representaciones internas ayudan al bebé a reconocer a la figura
externa cuando aparece, a esperar y confiar en su reaparición. Así,
proponemos que cada figura diferenciada está formada por dos elementos
íntimamente ligados: una parte correspondiente al objeto externo, fuera de las
fronteras del yo, y una parte correspondiente a su representación interna,
dentro de las fronteras del yo, a las que llamaremos "objeto externo" y "objeto
interno". Ambas partes, al complementarse, dan lugar a una configuración
correspondiente a un "objeto total", o más sencillamente, a una "figura". A esta
globalidad (objeto externo más objeto interno) es ante la cual reaccionamos.
Los objetos externos pertenecen a una parte del campo que llamaremos
"subcampo externo"; de manera similar, los objetos internos pertenecen al
"subcampo interno".
Pero esto es algo que se aprende: inicialmente para el bebé los objetos
externos no existen si no los percibe; por eso cuando la madre se pierde de
vista el bebé se angustia y llora, creyendo que ha desaparecido, dejado de
existir. La "constancia objetal" permite pensar que el objeto externo al
desaparecer de la vista no se destruye; la contraparte interna nos ayuda a
confiar y nos garantiza esa existencia, que se confirma cuando el objeto
reaparece.
Los objetos internos permanecen como fondo en la "zona interna", sin que nos
percatemos de su existencia (Objeto 2).
Diferenciación yo-otros
Así, la proyección del enojo en otros puede limitar seriamente el contacto con
el propio enojo hacia la persona fallecida; la retroflexión acentuada puede
llevar a sentimientos de culpa exagerados, a tensiones y malestares
psicosomáticos; las actividades de proflexión pueden llevar a tratar de
solucionar en otros un problema similar, sin enfrentarnos a la situación original
de pérdida. La deflexión puede evitar el contacto con sentimientos
amenazadores y la constatación de la realidad. El aislamiento puede prolongar
el retraimiento del mundo, necesario inicialmente para la elaboración interna de
la pérdida, complicando las cosas al limitar el contacto con los recursos
externos que se pudieran obtener. Ejemplos de fijación se observan en
situaciones en que se mantienen casi intactos los recuerdos u objetos, en el
rumiar sobre la tristeza propia, en los resentimientos y remordimientos que
congelan el tiempo, y en general, en los duelos crónicos.
Cada persona puede utilizar temporalmente sus patrones típicos de protección
y defensa ante situaciones impactantes. El duelo, como todo proceso, implica
necesariamente un movimiento, que va confrontando gradualmente con cada
aspecto necesario para la resolución de la pérdida, por lo que despierta las
formas específicas en que una persona se protege habitualmente de un
contacto doloroso, además de aquellas que requiera la situación.
Delacroix señala que "toda destrucción de una gestalt supone encontrarse con
el vacío, la muerte y el duelo" (Delacroix, 1998, p. 121). Y qué destrucción más
importante que la destrucción misma de un objeto externo significativo, que
deja un hueco real, sentido como vacío. Para Delacroix el duelo es una
cuestión de postcontacto; es un espacio de recogimiento y soledad donde se
procesará la experiencia de la pérdida.
sensación
formación de figura
movilización de energía
acción
contacto
retroceso
Estos tres ciclos componentes del gran ciclo "proceso de duelo", constituyen
un ajuste creativo a la situación de pérdida de una persona significativa, al
llevar a una reconfiguración tanto interna como externa del medio y del self,
que permite vivir en el mundo actualizado.
Ciclo del Duelo en sus Tres Tiempos
En un proceso que se vive de esta forma, las fases se suceden una a otra de
manera fluida. Por razones defensivas, se puede detener, entorpecer, acortar,
alargar el proceso, o brincarse etapas (como sucede en la ausencia de duelo,
en los duelos crónicos, en los duelos que se convierten en cuadros depresivos
severos, en los duelos que entorpecen los modos de relación familiares, etc.).
Así, transitar por las diferentes etapas del duelo, contactando plenamente los
sentimientos de cada fase, lleva a una aceptación gradual de la pérdida y a
una reconfiguración del campo, tanto en sus aspectos externos como internos,
con lo cual se puede cerrar el ciclo de experiencia correspondiente al duelo.
Vivir gestálticamente
“La Gestalt se forjó como una unidad del ser humano. Quiere decir estructura,
totalidad. No intentamos dejar escapar nada de lo humano”, explicó Fernando
De Lucca, pionero de la Gestalt-terapia en nuestro país y fundador de
“Encuentro”, Centro de Estudios Gestálticos del Uruguay.
EQUILIBRIO
Fernando De Lucca y Danielle Dutrenit, co-fundadora de “Encuentro”, enseñan
y comparten la Gestalt-terapia desde 1989 y recién ahora ven que la línea
terapéutica está en auge en el país y en el mundo. Ésta fue desarrollada luego
de la Segunda Guerra Mundial por Fritz Pearls, un alemán psicoanalista que se
separó de la escuela freudiana cuando las discrepancias le parecieron
inaguantables. Dejando de lado el examen de las experiencias del pasado,
Fritz consideró que la raíz de los trastornos psicológicos podía estar en la
incapacidad de las personas de componer su personalidad uniendo las partes
en un todo saludable para que tenga injerencia en el lugar y en el momento en
el que vive el individuo. Su teoría incorporó elementos del budismo zen -como
la meditación- y la expresión corporal, a los elementos propiamente
psicológicos, creando algo absolutamente nuevo.
El avance que por fin está teniendo la Gestalt-terapia en el país hizo que De
Lucca y Dutrenit recibieran el interés de expandir su actividad por el territorio.
Durante 18 años ofrecieron charlas y cursos, pero finalmente inauguran hoy la
primera casa en el interior. Esta noche, a las 20:30 horas, ambos terapeutas
impartirán la conferencia “Manteniendo una menta abierta: aportes de la
Gestalt-terapia”, en el Ateneo de Maldonado (en el Cuartel de Dragones) con la
que darán la bienvenida al nuevo centro. Es posible que más adelante hagan
lo mismo en Salto y Florida donde han estado trabajando por cuatro y doce
años respectivamente.
CONOCERSE
En la terapia, es el trabajo en grupo donde la Gestalt adquiere su máxima
expresión. Ahí ocurre uno de sus postulados básicos: el “darse cuenta”
(awareness en inglés), es decir, la toma de conciencia de sí mismo. “Darte
cuenta de cuanto lo que colocás afuera en realidad es tuyo”, comentó Dutrenit,
por ejemplo, sobre los defectos.
Si hay un otro adulto deseante que se constituye en primer lugar como función
materna será posible la construcción de un narcisismo o amor a sí mismo. Esto
es imprescindible para la constitución de ese "nuevo acto psíquico", del cual
surge un Yo humano definido como lugar de conocimiento y de
desconocimiento. Ese nuevo acto psíquico es el Estadio del Espejo.
Este otro materno, como dice Wilfred Bion, debe tener capacidad de "rèverie",
que consiste en volver asimilables algunas de las experiencias displacenteras
del infante. Esto quiere decir que estas experiencias, al retornar de una madre
"un poco buena" como la llama Winnicot, posibilitará las inscripciones-
representaciones psíquicas. Es importante este concepto porque no transforma
a la madre en una figura idealizada, sino que considera que además del amor
también el odio tiene existencia. Ex - iste.
A esto lo llamamos la "cosa en sí", lo que siempre queda como "resto", como
"inasimilable", lo "no representable". El silencio del trauma.
Nos constituimos como Yo a partir de la imagen que nos devuelven los otros.
Este alias o alienación a la que llamamos Yo tiene sin embargo un soporte
simbólico. Es el pasaje a través de esta primera alienación en la constitución
del yo humano, que puede surgir la posibilidad de ruptura de este lazo
narcisista con la madre. Este Yo que a su vez es otro posibilita esa doble
vertiente de desconocimiento/no saber y la posibilidad también de un Yo de
conocimiento/saber.
Para la subjetivación de este límite hay una condición previa, que está
relacionada con los ideales parentales. En esto quisiera ser muy preciso
puesto que aquí Freud se refiere a lo "parental" y no solamente al padre o a la
madre. Este ideal del que el infans se apropia, constituye el modelo o soporte
sobre la base de la cual se constituirán las series de las llamadas
identificaciones secundarias.
Para que haya un corte tiene que haber algo que presente la suficiente
consistencia, un rechazo o resistencia a ser cortado. Tiene que haber un
narcisismo constituido. Solo duele, es decir hay duelo, cuando perdemos algo
que es valorado, valioso para cada uno de nosotros. Aquí también como en el
caso de la muerte, el duelo es un concepto generalizable que forma parte del
pensamiento universalista freudiano así como del máximo relativismo cultural o
singularidad en la que cada uno de nosotros vive algo como pérdida según el
valor personal que le otorguemos a lo perdido. Como vemos lo universal se
articula con el relativismo cultural y da relevancia a la singularidad de la
experiencia.
Es, entonces, la pérdida de algo valioso, que puede registrarse como perdido y
no como catástrofe, a partir de la constitución del objeto del narcisismo, como
otro, ya no-solo semejante sino también diferente. Otro al que llamamos
prójimo.
Pero hay situaciones en las que no se habla, cosas, hechos, que se prefieren
ignorar. Ideas, posiciones que se defienden apasionadamente o se rechazan
profundamente. Uno de estos temas, de vigencia actual en nuestro país, es el
de la tortura y desaparición sistemática de personas.
Hemos perdido casi una generación de nuestros ciudadanos más valiosos por
la tortura y el exterminio sistemático llevado a cabo por el terrorismo de estado.
Comparto con Robert Castel que una de las deudas más importantes del
Psicoanálisis es el estudio de las relaciones entre la constitución de la
subjetividad y el poder. Esto se expresa en la práctica en la ineficiencia
gubernamental de caminar en la proposición tanto de políticas como de
Dispositivos Institucionales diferenciados para los problemas, que no se
agoten en una caracterización jurídica. Esto afecta la eficacia y la eficiencia en
la aplicación de los escasos recursos disponibles.
Ese otro puede ser un otro omnipotente, constituyendo una extimidad que al no
poder limitarse, reprimirse, censurarse, no puede poner límites. Aquí es,
paradójicamente, donde surge la exigencia de que alguien ponga orden.
Donde se expresa la necesidad de una mano dura.
En estos textos queda claramente expuesto que la idea del Ich freudiano no es
la traducción inglesa de la psicología adaptativa del yo (Ego), que tiene gran
peso en Estados Unidos e Inglaterra.
Hemos visto que era necesario poner en cuestión la concepción del tiempo
como cronológico rescatando el "a-posteriori". Es conveniente complejizar e
interrogarse sobre los diversos modos lógicos, no solamente del tiempo sino
también del espacio. Por eso hablábamos de extimidad, un exterior que es a la
vez un interior, el Ello freudiano. Cuando nos referimos a la socialidad como
primordial pensábamos que el considerar la cuestión del otro en la constitución
de la subjetividad nos llevaría no solamente a plantearnos acerca de quien
ejerce el abuso de poder, sino también los diversos modos de respuesta
sociales. Le llamábamos los modos de adhesión. Esta cuestión hace que este
problema nos concierna a todos. Los lazos con el poder del terror pueden
establecerse desde el silencio, parálisis por terror hasta el consenso más
abierto. No se trata del absurdo de que todos somos culpables, puesto que la
responsabilidad es proporcional al poder y esto incluye la fuerza bruta de las
armas. Debemos considerar que es extremadamente difícil de reconocer, en
uno mismo, estas situaciones en las que tenemos vergüenza, aún horror.
Decíamos que la percepción es narcisista y antropomórfica. ¿Las alternativas
son terror o adhesión ciega?. Pero por otra parte surge el término, valioso:
alternativas.
No podemos ser tan ingenuos en pensar que solamente fueron víctimas los
afectados de manera directa. Es importante también preguntarnos por el
conjunto de la población. Pienso que aún no está claro el precio que todos
hemos tenido que pagar por el terrorismo de estado.
En relación con este poder abusivo no solamente hay terror y miedo. Hay
exilios internos y externos y también se producen muchos fenómenos sobre
los cuales nos hemos interrogado muy poco. Una pregunta delicada es si
puede haber una dictadura de esa modalidad sin consenso social. Pienso que
esto no es posible y que se abre aquí uno de los aspectos a investigar más
interesantes e ignorados de este proceso.
Este otro que no tiene límites tampoco puede poner límites. La persona puede
pensar entonces soy como él, soy todopoderoso, para mí tampoco hay límites.
Esta es una hipótesis posible siguiendo la línea de la identificación con el
agresor abierta por Ferenczi.
Los derechos del hombre, como imperativos de una ética, no pueden ser una
moral de ocultamiento. Implican el derecho a la vida y su correlato el derecho a
la muerte en tanto propia, intrínseca a la vida misma.
El trabajo de duelo implica la pérdida de algo valorado sin que esto excluya la
ambivalencia. Este trabajo supone una presencia que Freud destacó en sus
dimensiones experiencial y mítica del hombre frente al muerto y a la muerte.
Vicisitud singular, la muerte resulta paradigma de todo límite posible. Es lo
único a lo que sin dudas todos nos vamos a enfrentar.
Todas las culturas que conocemos han elaborado rituales que se expresan en
prácticas socialmente reguladas de los mitos predominantes en esa Culturas.
Esos rituales con sus correlatos míticos son esenciales para el trabajo de la
elaboración del duelo. Esta elaboración consistiría en poder deshacer cada
uno de los lazos libidinales que nos unían a "nuestros muertos", como una
complicada red o madeja a partir de la cual la libido puede ligarse
posteriormente a otros objetos. La desaparición implica la incertidumbre entre
la vida y la muerte. Esto es utilizado con frecuencia ficcionalmente en las obras
de terror. Es un obstáculo irreparable en la elaboración del duelo. Debe
recurrir a otros mecanismos. Las circunstancias históricas e ideológicas, que
limitan la solidaridad tuvieron el efecto de potenciar el agrupamiento, de una
manera defensiva y elaborativa. El riesgo es el encerramiento. Como
Dispositivo Institucional ha sido importante el apoyo del grupo de pares, la
denuncia de la verdad, la organización, la lucha ideológica y aún política. Esto
ha sido lo única que se ha revelado eficaz en este problema, como modalidad
particular elaborativa del duelo.
Por este motivo el trabajo de duelo con relación a los desaparecidos debe
transcurrir con un modo de elaboración como el que iniciaron las Madres de
Plaza de Mayo. Presencia, cortes en el tiempo, los jueves. . Frente a la
incertidumbre y el dolor, el caminar en círculos con un pañuelo blanco en la
cabeza fue generando un espacio simbólico. Implicó cortes y significaciones
sociales profundos. Se trataba del deseo, no pura demanda. Las llamaban "las
locas", eran las únicas que podían mostrar algo que tenia que ver con la
verdad. La verdad de la tortura, el terror y la desaparición. No es la única
verdad, pero es lo esencial de la verdad. Es la posibilidad de no olvidar, de
recuperar la historia, asumiendo el dolor, el horror y la responsabilidad. Este es
el único modo posible de enfrentarse a un duelo caracterizado por la pérdida
de la realidad de la muerte. Un duelo frente a la locura que se produjo
intencionalmente con el método de la desaparición sistemática de personas y
con el robo de niños que rompe la filiación de nuestra civilización occidental.
Un ataque a la esencia de la Ley de la paternidad y la maternidad. Los
Derechos "son humanos" o no los son Entonces, primero, hay un trabajo de
simbolización. La violencia siempre se origina, se causa y determina desde el
poder y la fuerza.
el duelo no sólo se vive cuando una persona cercana fallece o deja de estar a
nuestro lado, por la razón que sea. El duelo también puede experimentarse al
dejar un trabajo, al perder una casa, al alejarnos de algo que es muy preciado.
Lo segundo es que cada duelo es único. Y sin importar la razón del mismo,
será del tamaño y de la importancia que cada persona le asigne según sus
sentimientos.
Algunos psicólogos señalan que el duelo tiene fases o estadios. Las describen
en el siguiente orden: el primer impacto, negación, dolor, rabia, asentamiento o
reajuste, aceptación y paz. Los términos varían según los autores, sin
embargo, en su mayoría coinciden.
Caminos y soluciones
Ahora, me tomo la libertad de soltar algunas ideas sobre lo que puedes hacer
al respecto. Quizá alguna te haga click y puedes probar alguna de ellas.
Otra forma puede ser escribirle una carta a la persona, situación o cosa. En
esta carta le vas a expresar todo lo que sientes por dentro, lo que te pasa
ahora que esa persona no está, lo que sientes por eso que ya no tienes. Trata
de que los pensamientos racionales no empañen este escrito. Una vez que
termines, puedes botarlo o quemarlo.
Otra manera es tomando una almohada y golpear con ella una pared. A
medida que das los golpes, puedes probar decir una frase que te salga en ese
momento.
Hay personas que creen que si dejan de sentir dolor por la que persona que ya
no está es porque dejaron de amarlo o porque lo olvidaron. Una vez agotado el
dolor y la rabia, llega la paz y el equilibrio. Y eso no quiere decir olvidar o dejar
de querer a lo que ya no está.
No creo que haya una conclusión posible ante este tema. Lo único que me
atrevo a decir es que las despedidas son vitales, atravesar el dolor es crucial y
aceptar lo inevitable es sano. Lo demás, depende de cada quien.
BIBLIOGRAFIAS
www.mundogestalt.com/cgi-bin/index.cgi?action=printtopic&
www.psicologia-online.com/ESMUbeda/Libros/Manual/manual11.htm - 26k
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www.monografias.com/trabajos5/dumuyde/dumuyde.shtml - 79k
www.taringa.net/posts/info/932309/Las-grandes-escuelas-de-la-
Psicología.html - 34k
www.gestaltceres.com/GESTALT.htm