ACERCA DEL COMPILADOR

BRENT E. TURVEY

Actualmente, el Dr. Brent E. Turvey es uno de los

científicos más influyentes en materia de investi-
gación criminal a nivel internacional. Cuenta con
diversos grados académicos en Psicología, Historia,
Criminología y Ciencias Forenses y ha ejercido desde
hace 20 años como consultor experto asesorando
a múltiples agencias de investigación criminal y
procuración de justicia alrededor del mundo.

Sus áreas de experticia son la Perfilación Criminal,

Victimología, Investigación de la escena del crimen,
Investigación de delitos sexuales, Falsos testimonios
y Reconstrucción de la escena del crimen.

Destacan sus prolíficas contribuciones a la literatura

especializada a través de múltiples artículos de
investigación y libros Incluyendo: “Criminal Profiling:
An introduction to Behavioral Evidence Analysis”.
Su obra se distingue por su rigor académico,
científico y ético aplicado al conocimiento profe-
sional de su notable trayectoria.
 PROTOCOLOS DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL / BRENT E. TURVEY - AURELIO CORONADO

PROTOCOLOS DE
INVESTIGACIÓN
BRENT E. TURVEY Ph D / MTRO. AURELIO CORONADO (COMPILADORES)

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ESCENA DEL CRIMEN / INVESTIGACIÓN / RECONSTRUCCIÓN / ENTREVISTA

VOLUMEN 01
 PROTOCOLOS DE
INVESTIGACIÓN
BRENT E. TURVEY Ph D / MTRO. AURELIO CORONADO (COMPILADORES)

ESCENA DEL CRIMEN / INVESTIGACIÓN / RECONSTRUCCIÓN / ENTREVISTA

VOLUMEN 01
PROTOCOLOS DE
INVESTIGACIÓN

ESCENA DEL CRIMEN / INVESTIGACIÓN / RECONSTRUCCIÓN / ENTREVISTA

VOLUMEN 01
Brent E. Turvey Ph D / Mtro. Aurelio Coronado
Compiladores

Derechos reservados a Forensic Press.

Francisco Zarco n°4329, Fracc. Fuentes de los Nogales,
Cd. Juárez, Chihuahua, México. C.P. 32380.
Primera edición en español, abril, 2016 / 1,000 ejemplares.

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra,

sin contar con autorización del autor.

CRÉDITOS
Traducción: Valentín Esparza Villarreal.
Corrección de estilo: Claudia Quezada.
Coordinación editorial: Aurelio Israel Coronado Mares,
José Arturo Ramírez García.
Diseño y procesos editoriales: Forensic Press / Contexto Editorial.

IMPRESO EN MÉXICO / PRINTED IN MEXICO.

 PREFACIO
POR: AURELIO CORONADO
AGUASCALIENTES, MÉXICO 2016
En tus manos tienes el primer volumen de “Protocolos de Inves-
tigación Criminal”. En esta serie se explora por primera vez para
Latinoamérica un conjunto de tópicos relacionados con la correcta
forma de obtener información, procesarla, analizarla y emitir
resultados durante la investigación científica de un posible delito.
En este volumen encontrarás fundamentos sobre el pensamiento
científico, no solamente como procedimiento sino como actitud
informada ante la tarea de crear hipótesis durante las indagaciones
y emitir una opinión experta. Se abordan también las tareas y los
objetivos esenciales del investigador, sobre los requerimientos
ante un sistema penal adversarial, en donde se requiere que los
profesionales den un salto de ser peritos que procesan un lugar
de intervención a expertos que interpretan los hallazgos para
realizar una reconstrucción científica de los hechos. También se
presenta un protocolo general para entrevista, para tratar con
personas, no solamente para obtener información clave para la
investigación, sino también para abordarlas respetando los derechos
humanos y dar cumplimiento con el debido proceso.
PROTOCOLOS DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL es pues un libro
de texto que es útil para estudiantes y profesionales, es una
actualización de lo que se entiende por testigo experto a la luz de
los avances en la ciencia y las buenas prácticas internacionales
para garantizar el derecho a la justicia y es un libro que invita a
distanciarse de la práctica pericial como un acto burocrático para
avanzar hacia la creación de una comunidad de profesionales
interesados en la aplicación ética y científica de los protocolos,
una comunidad con un visión crítica del sistema de justicia, que
procura los derechos humanos, una comunidad inmersa en el
estado de la cuestión de las disciplinas que aplican; Una comunidad
de expertas y expertos para este nuevo siglo.
 CAPÍTULO 01

ESTÁNDARES
DE PRÁCTICA
PARA LA
RECONSTRUCCIÓN
DEL CRIMEN
 ESTÁNDARES DE PRÁCTICA
PARA LA RECONSTRUCCIÓN
DEL CRIMEN
W. JERRY CHISUM Y BRENT E. TURVEY

“Cuando la libertad de un individuo puede depender, en parte, de la

evidencia física, es razonable preguntarse si los testigos expertos
llamados a testificar, ya sea a favor o en contra del acusado, saben
lo que están haciendo”.
-John I. Thornton, en: Kirk y Thornton (1970, pp. v-vi).

PALABRAS CLAVE

13
Pensamiento crítico; falsacionismo; identificación (o clasificación);
individualización; principio de parsimonia; principio de La navaja
de Occam; sobresimplificación; estándares de práctica; método
científico; principios científicos; teoría científica; método Socrático.

Los estándares para la práctica de la reconstrucción del crimen

son aquellos fundamentos y preceptos básicos que regulan
los límites de la interpretación de la evidencia. En este sentido,
Thornton y Peterson (2000) brindan, en general, un conjunto inicial
básico para todos los científicos forenses. Incluyen el trabajo
encaminado hacia la reducción de sesgos o prejuicios, el empleo
de un análisis lógico y del método científico, para así integrar
hipótesis y conclusiones definidas sólo en concordancia con la
evidencia conocida.
 PROTOCOLOS DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL / BRENT E. TURVEY - AURELIO CORONADO
Estos estándares, al incluir términos familiares, aparentan ser
básicos y sin complicaciones. A pesar de esto, muchos en el
servicio forense fallan en su comprensión o al regirse por ellos. La
mayoría de nosotros hemos escuchado sobre el método científico
y entendemos que es algo bueno; también hemos escuchado de
los prejuicios y sabemos que, por el contrario, son algo malo; y la
mayoría de nosotros creemos que nuestro enfoque particular es
lógico –lo sea o no. Sin embargo, el grado con el que estos conceptos
son realmente estudiados, comprendidos, apreciados, e incor-
porados dentro de la comunidad científica forense deja mucho
que desear (véase en general a Edwards y Gotsonis, 2009).
El propósito de este capítulo es proveer a los examinadores
forenses de una línea base de asignaturas cuyo estudio es nece-
sario; habilidades mentales que deberían desarrollar; y de pasos
que deberían llevar a cabo para asegurar una mejor precisión,
14 confiabilidad, y competencia en sus resultados. Se construye
sobre conceptos encontrados en la literatura existente que está
escrita desde una perspectiva en la que la mayor parte de los
reconstruccionistas (forenses) probablemente tendrán una gran
inclinación por la adhesión estricta a los estándares que abarcan
la disminución de prejuicios, el análisis lógico, y el método científico,
sólo si comprenden lo que estos conceptos significan.
SOBRESIMPLIFICACIÓN Y LA NAVAJA DE OCCAM
Antes de que podamos discutir los estándares para la práctica
de la reconstrucción del crimen, debemos desarticular la popular
y aún errónea afirmación de que es un simple y certero oficio
basado únicamente en la experiencia y una cuidadosa observación.
A esto nos referimos con sobresimplificación. Ocurre cuando una
situación compleja es descrita en términos simples que desatienden
dicha complejidad. Puede deberse a la presencia de ignorancia,
o al deseo de conseguir un mayor nivel de certeza omitiendo en
consideración la información y los hechos presentes. Actualmente
la sobresimplificación ha tomado un lugar relevante en el
entretenimiento, en la retórica política, e incluso en el periodis-
mo. Pero no hay cabida para ella en el sistema de justicia.
La sobresimplificación es un vicio muy común en las disciplinas
forenses, desde el procesamiento de la escena, ocurriendo por
el análisis de laboratorio, hasta la reconstrucción del crimen. Se
manifiesta suplantando la educación formal científica con cursos
breves, entrenamiento técnico de rutina, y el aprendizaje sobre
la marcha; se manifiesta apelando a la experiencia en lugar de
la investigación completa y una apreciación científica de los
hechos; se manifiesta apelando al “sentido común”, en aras de la 15
facilidad intelectual; se manifiesta cuando el reconstruccionista
exhorta a otros a “no atascarse en todos los hechos”, aun cuando
éstos proporcionan el contexto necesario para una interpretación
informada y precisa de la evidencia y los eventos; se manifiesta
en estas formas y en otras, siempre que exista el deseo de una
conclusión y el método científico en su totalidad sea percibido
como el camino largo o erróneo.
LA NAVAJA
Los reconstruccionistas con nociones básicas de lógica y razonamiento
podrían invocar el principio de La navaja de Occam para defender
la interpretación sobresimplificada. Podrán sugerir que el método
científico revela simplicidad y que la complejidad está directamente
 PROTOCOLOS DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL / BRENT E. TURVEY - AURELIO CORONADO
relacionada con la improbabilidad –a mayor complejidad de una
teoría, menor su probabilidad, según el principio. Esta sería una
visión desviada y abusada del concepto.
La navaja de Occam es un principio a menudo inexacto que,
irónicamente, ha sido reducido por el consumo masivo al punto
del abuso o la mala aplicación. Comúnmente, se establece
con las siguientes líneas: “en igualdad de condiciones, la
explicación más simple suele ser la más probable”. A pesar de
que este concepto suena bien y tiene la virtud de aparecer en el
cine y la televisión constantemente, es impreciso. Pluralitas non
est ponenda sin neccesitae: Por su traducción puede ser: Las enti-
dades no deben ser multiplicadas innecesariamente; o la pluralidad
no se debe postular sin necesidad. En el siglo XIV, un filósofo y
fraile franciscano llamado William de Occam (también conocido
16 como Ockham; 1288-1348) usó este principio en sus escritos con
mucha frecuencia, lo que llevó a científicos modernos a llamarlo
la navaja de Occam (Occam´s razor) Es un concepto útil adaptado
para proveer de una base para la construcción y modelo de la
teoría científica. En general, puede ser citado como recordatorio
para optar por las hipótesis menos tergiversadas de cualquier
otro modelo de prueba de razonamiento que sea equivalente,
y para remover agentes extraños o no esenciales de las subse-
cuentes interpretaciones.
El secreto para aplicar la navaja de Occam es determinar cuál
de las hipótesis es necesaria para la interpretación y cuál no lo
es. El mismo Occam por ejemplo, asumió la existencia de Dios
en toda la construcción de sus modelos y teorías. No todos los
científicos en la modernidad estarían complacidos con la misma
acepción, ni serían entusiastas de introducirla como un factor en
la reconstrucción del crimen.
NEWTON Y PIE GRANDE
Sir Isaac Newton (1642-1727) escribió, “No debemos admitir
más causas de cosas naturales que las que son verdaderas y
suficientes para explicar sus apariencias”. Ernst Mach, un físico
y filósofo austriaco de principios del siglo XIX, propugnó esta
versión del principio de Occam en lo que llamó “el principio de
economía,” estableciendo: “los científicos deberán usar los
medios más simples y excluir todo lo no percibido por los sentidos
para arribar a sus resultados.” Aquí Mach y Newton nos han dado
permiso de ignorar la posibilidad de existencia de extraterrestres, 17
de Pie grande, de viajes en el tiempo y de otras explicaciones
fenomenológicas aún no comprobadas por la ciencia cuando se
formulen interpretaciones de evidencias o eventos. En el principio
de economía, los sentidos proporcionan la base de lo que es
aceptable y necesario. Por lo tanto, la interpretación de eventos
debería ser abordada en términos de lo que ya es conocido, a lo
que llamamos hechos admitidos.
EL PRINCIPIO DE PARSIMONIA
En la actualidad, algunos filósofos y científicos sugieren como un
axioma que “la explicación que requiere menores presunciones
es la más propensa a ser la correcta.” Esto no es precisamente el
principio Occam sino lo que sería un matiz del principio de parsi-
 PROTOCOLOS DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL / BRENT E. TURVEY - AURELIO CORONADO
monia, desarrollado por Sir William Hamilton (1788-1856), quien
escribió (Hamilton 1853, p. 580):
Sin adentrarse en detalles… existe una presunción primaria de
la filosofía. Éste es el principio de parsimonia, el cual prohíbe, sin
una necesidad probada, la multiplicación de entidades, poderes,
principios o causas; prohíbe sobre todo, el postulado de una fuerza
desconocida cuando una impotencia desconocida pueda aportar a
la causa del fenómeno.
Ésta es una evolución más razonable en comparación con el principio
de Occam y el de economía, ya que reconoce que no todas las
conclusiones se encuentran en igualdad de circunstancias. Algunas
involucran detalles innecesarios y crean mayores suposiciones
infundadas que otras. La clave para descubrir una interpretación
18 con la ley de parsimonia, es la discriminación deliberada entre
los hechos establecidos y la información irrelevante, así como
las suposiciones infundadas.
SIMPLIFICADO, PERO NO MÁS SIMPLE
El multicitado principio de la navaja de Occam demanda teorías
menormente compuestas, menos suposiciones, y la erradicación
de la fenomenología. Esto se aleja en demasía de la fatuidad de
“no atascarse en los hechos” y de “la explicación más simple es
probablemente la acertada.” La navaja de Occam y sus derivados
son herramientas importantes, pero no deben sustituir a la razón
o usarse como excusa para ignorar información relevante que lleve
a una conclusión privilegiada más fácil de probar.
Haríamos bien en recordar las advertencias de Albert Einstein
quien menciona que “todo debe realizarse tan simple como sea
posible, pero ni un poco más.” En otras palabras, estamos obligados
a abordar la complejidad de la realidad y la sencillez del razona-
miento lógico directo, sin cargas irrelevantes. La reconstrucción
es particularmente susceptible a la sobresimplificación, ya que
muchos de los involucrados en el proceso, no poseen fundamentos
científicos de ningún tipo.
RECONSTRUCCIÓN SOBRESIMPLIFICADA;
CIENCIA INOPORTUNA
Desafortunadamente, muchos de los reconstruccionistas que
actualmente laboran en el campo, han sido preparados dentro de 19
un modelo de aplicación de la ley sobresimplificado, en ausencia del
método científico y teorías afines. En tanto este enfoque tiene la
ventaja de ser poco demandante y de fácil aprendizaje, estimula
la indiferencia ante la posibilidad de complejidades, variables
y, frecuentemente, de la literatura científica. Considérese la
siguiente explicación sobre la reconstrucción del crimen, de una
pieza de instrucción redactada por una autoridad en investigación
y procesamiento de la escena del crimen (Baldwin, 2005):
La reconstrucción de la escena del crimen no posee una nomencla-
tura. Realmente está interpretando la información que encontrará
mediante la examinación y procesamiento de la escena para la
obtención de evidencias. Estas evidencias le permitirán establecer
cuestiones fácticas en relación a sus hallazgos…
 PROTOCOLOS DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL / BRENT E. TURVEY - AURELIO CORONADO
Será capaz de reconstruir la escena del crimen ante la corte si
recuerda que la “reconstrucción” es su interpretación de la
evidencia fáctica en el caso.
Superficialmente, pareciera un buen punto de vista sobre la
reconstrucción. Ir a la escena del crimen, ver la evidencia, hacer
observaciones, llamarlas hechos, y así tener una reconstrucción,
simple. Pero la simplicidad es aquí el problema al estar ausentes
en este método varios pasos cruciales. Las escuetas observaciones
de una escena del crimen son técnicamente pintadas como una
interpretación fáctica de eventos, y es incluso ofrecida como
“evidencia fáctica” en una reconstrucción presentada ante la corte.
Esto no sólo es erróneo sino peligroso para la causa de la justicia.
El primer problema es que tal aproximación propugna por una
20 confirmación mental, intencionalmente o no. No hay consideración
por cómo los hechos serán desprendidos de las suposiciones.
No hay cabida a una discusión sobre lo que debe conformar a la
evidencia después de haber sido recolectada y enviada a exami-
nación, o cómo los hallazgos de la examinación deben ser fac-
tores dentro de la reconstrucción. No existe preocupación por el
proceso que atraviesa la evidencia. No hay una rigurosa consi-
deración de refutar la interpretación propia. En otras palabras, el
método científico está ausente, reemplazado por una fe ciega en
la experiencia y un juicio técnico de la escena.
Este punto de vista es explicado con gran detalle por Baldwin
(2005b), quien llega hasta el punto de confundir la reconstrucción
con el procesamiento de la escena del crimen. Explica que es
un simple e intuitivo proceso, realizado fácilmente por medio
de la experiencia, conducido únicamente donde los científicos
son inoportunos:
No hay dificultades sobre el procesamiento de las escenas del
crimen. Son fáciles incluso… Nosotros [CSI´s (investigadores de la
escena del crimen)] podemos “leer” la escena y nuestra experiencia
nos dirá lo que es necesario, ningún científico forense sentado
todo el día en un laboratorio podría hacer esto.
Sólo porque algunos piensen que la escena del crimen debe ser
procesada sólo por aquellos con bases científicas, no significa
que tenga que ser así. Los investigadores de la escena del crimen
están entrenados para procesar las escenas en su totalidad, en
tanto los científicos forenses lo están para el procesamiento y
análisis de la evidencia. Dos mundos diferentes. Yo no quiero un
científico forense en mi escena del crimen, sería un estorbo.
La interpretación de la escena y la reconstrucción del crimen, en
esta forma de pensar, reduce sus bases únicamente a la expe- 21
riencia, la observación, la intuición y las conjeturas. Hay además,
un claro y pronunciado desdén por la ciencia en la escena del crimen.
Subsecuentemente, no existe consideración para eliminar sesgos,
falsificación de teorías, o revisiones teóricas. La experiencia es
proclamada como la última palabra en la interpretación, y la
contribución de las ciencias forenses es enteramente despreciada
como impráctica.
El proceso que Baldwin (2005a) describe, es referido como una
“reconstrucción informal” por el autor y el reconstruccionista
forense Ross M. Gardner, un investigador retirado para el Comando
de Investigación Criminal de la Armada de Estados Unidos Como
lo explica Gardner (2005), tales esfuerzos deben ser abordados
con humildad, en tanto pueden formar teorías preconcebidas
inapropiadas:
 PROTOCOLOS DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL / BRENT E. TURVEY - AURELIO CORONADO
La responsabilidad principal del técnico en escenas del crimen
es recolectar la evidencia pertinente y documentar la escena, y así
reportar estas observaciones y acciones como testigos indirectos.
Pero el análisis/reconstrucción de la escena es llevado a cabo en
dos locaciones distintas… la primera, como la escena en proce-
samiento (reconstrucción informal), y posteriormente la escena
después de los hechos (reconstrucción formal), cuando toda la
información forense está disponible. El momento en el que el técnico
arriba a la escena, es cuando comienza la reconstrucción informal…
Caminan dentro de la misma, típicamente con la información incorrecta
(ej. se les ha dicho que fue apuñalamiento, cuando de hecho fue
disparo por arma de fuego); no conocen la extensión de la escena;
la única información que tienen es que ha ocurrido un hecho.
Es esa reconstrucción informal la que conduce a las organizaciones
22 policiales hacia los problemas. Esto ocurre cuando se consolida
una teoría prematura y son incapaces o no están dispuestos a
alterarla, aun cuando se encuentra nueva evidencia que refuta o
contradice la primera posición.
La razón por la cual la llamada “reconstrucción informal,” en efecto
“lleva a las organizaciones policiales a los problemas,” es que no
se trata de una reconstrucción en lo absoluto. Como lo explica
Gardner, en el mejor de los casos, una hipótesis acerca de algunos
eventos que pudieron haber ocurrido, está basada en suposiciones
no puestas a prueba, y a la espera de verificarse mediante una
cuidadosa examinación forense, el análisis de laboratorio, y la
delicada oscilación del análisis lógico. En omisión de lo anterior,
aquellos sin un respaldo científico están propensos a considerar
sus suposiciones iniciales como conclusiones y, después, a
procesar selectivamente la escena en la búsqueda de evidencia
tendiente a comprobar lo que ellos creen. Esto a su vez, afecta el
panorama entero de la línea de evidencia enviada a los criminalistas
en el laboratorio forense.
Una reconstrucción de eventos no es tan simple como observar
y concluir con base en la experiencia. Existen pasos entre lo que
debe seguirse para asegurar el nivel requerido de confiabilidad y
precisión. Una reconstrucción debe ser una conclusión en conexión
con lo que ha, o a lo que no ha ocurrido, con base en consideraciones
de ciencia forense, de método científico y de análisis lógico.
Cualquier ofrecimiento sin tales fundamentos no va más allá de
una suposición, sin importar los años de experiencia acumulados
que soporten al investigador. La confusión de las conjeturas y la
intuición para los hechos forenses debe ser remediada por el
reconstruccionista. La noción de lo “formal” y lo “informal” en la
reconstrucción, basada en la experiencia y la intuición, pierde de
vista este punto, y contribuye al problema de la sobresimplificación 23
al reducir la presencia de la metodología científica en este ámbito.
La interpretación de la evidencia es un proceso complejo, y mientras
menos se comprenda acerca de la naturaleza de la evidencia
física, de los principios de las ciencias forenses, del análisis lógico,
y del método científico, la reconstrucción aparentará mayor simpleza.
En este esfuerzo, explicamos estas cuestiones que, por lo tanto,
los reconstruccionistas deberían tener en su repertorio intelectual.
REDUCIENDO PREJUICIOS
Con prejuicios, nos referimos a la preferencia o inclinación que
inhibe la posibilidad de un juicio imparcial. Los investigadores
forenses tienen la obligación profesional y científica de reconocer
la posible existencia de prejuicios en su trabajo, para identificar
 PROTOCOLOS DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL / BRENT E. TURVEY - AURELIO CORONADO
cualquiera que sea su fuente, y así reducir esta situación en todo
lo posible. En las disciplinas forenses los prejuicios se manifiestan
a través de preferencias en particular por, o en contra de teorías,
métodos, sospechosos, agencias, o las partes en juicio.
A pesar de nuestros intentos por ser objetivos, debemos reconocer
que hay factores de los cuales no damos cuenta y están presentes,
influyendo nuestras decisiones. Como lo explica Kuhn (1977),
“criterios subjetivos, tales como el ‘historial personal o la perso-
nalidad’, juegan un papel abrumador en la toma científica de
decisiones.” No somos capaces de eliminar en su totalidad este
tipo de criterio de nuestros procesos de pensamiento, pero debemos
estar conscientes de su presencia.
Ya sea que lo admitamos o no, los prejuicios existen y pueden
24 inmiscuirse en los resultados de lo que examinamos. Un buen
parámetro para la existencia de prejuicios, incluso para la falta de
capacidad, es la ira.
Sean prejuicios o sea ignorancia, existe el miedo de descubrirlo.
Como consecuencia, la ira y las posturas defensivas se presentan
casi como una respuesta universal pavloviana a cualquier inspección
o revisión indeseada. El único propósito de esta respuesta, aparte
de expresar miedo, es intimidar a otros haciéndolos sentir
incómodos. En otras palabras, es un intento por hacer entrar en
miedo a aquellos que son cuestionados. Esta táctica puede ser
deliberada o involuntaria, pero en ambas ocasiones es aprendida
debido a su éxito.
La ira y las posturas a la defensiva son problemas particularmente
malignos en el campo de las ciencias forenses, en el cual la objetividad
y el desapego son apreciados por encima de todo. Los prejuicios, ya
sean vistos u ocultos, pueden tener consecuencias desastrosas para
la justicia, como lo explican James y Nordby (2003, p.4):
Cuando las emociones superan a la razón, un científico puede
intencionalmente o inadvertidamente negar una justicia real. Los
resultados son malinterpretados o peor aún, falsificados. Tales
conocimientos defectuosos podrían no ser fáciles de detectar, ya
que sólo pueden relucir a través de los resultados de la investigación
realmente científica.
El científico forense no tiene motivo de enojo ante la posibilidad
de admitir potenciales prejuicios, ni ante la necesidad de trabajar
diligentemente para contener sus causas. Comprende que dichas
preconcepciones pueden inmiscuirse, y quiere verlas erradicadas
en lo posible. El científico forense no tiene la pretensión de ayudar
a las autoridades a “atrapar a los malos,” proteger a la agencia, 25
proteger una reputación, o proteger al cliente. El científico forense
tiene, antes que cualquier cuestión, la responsabilidad de actuar
con objetividad.
RESPONSABILIDAD PROFESIONAL
El primer deber de los científicos forenses no es encontrar
evidencia para soportar las teorías de una institución en particular,
de un empleado o de una de las partes; lo es establecer impar-
cialmente los hechos objetivos de un caso, determinados por
un cuidadoso y exhaustivo análisis de la evidencia. Los forenses
trabajan para establecer los hechos científicos y su significado
contextual, sin consideración de la conclusión sobreviniente. Su
trabajo es ilustrar a investigadores, abogados, cortes y jurados,
 PROTOCOLOS DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL / BRENT E. TURVEY - AURELIO CORONADO
con los hallazgos obtenidos, mas no propugnar por o en contra
de la culpabilidad de cualquier sospechoso o defendido.
Las ciencias forenses, especialmente las especializadas en la
reconstrucción del crimen, son vitales para la investigación policial,
y para el proceso de juicio. Testigos, víctimas y sospechosos
implicados son inherentemente cuestionables, en razón de que
las personas suelen olvidar, exagerar, equivocar, o incluso mentir.
Esto ocurre si el individuo rinde declaraciones a la policía o testifica
bajo juramento ante la corte. La evidencia física y su reconstrucción
ofrecen un estándar en contra del cual, las declaraciones carentes
de precisión podrán ser consideradas y comparadas.
La evidencia física, como el Dr. Paul Kirk explica, no puede mentir;
la evidencia física sólo puede ser malinterpretada o mal representada
26 por los menos competentes y los moralmente desprovistos (Kirk
1953). Como es previsto por la corte en el caso “El pueblo de
Filipinas vs. Aguinaldo (1999)”:
Cuando la evidencia física contradice a la evidencia testimonial, las
conclusiones derivadas de la evidencia física prevalecen. Este tipo
de prueba es esa silenciosa y elocuente manifestación de verdad, la
cual ocupa un alto nivel en la jerarquía de confianza de la evidencia.
Cuando la interpretación de la evidencia es parcial, el medio más
certero contra las declaraciones viciadas se debilita o derrumba.
Por lo tanto, es de consideración la responsabilidad del recons-
truccionista de enterarse de las formas de prejuicio posibles,
localizarlas e identificarlas, así como reducir su influencia.
La objetividad y la calidad de los resultados se ven afectadas en
demasía cuando este deber es ignorado.
NO HAY “LADOS” EN LA CIENCIA
Un primer paso para eliminar la ofuscación de la práctica científica
profesional es aceptar que la ciencia forense como ocupación o
como profesión no pertenece a una sola de las partes en juicio.
No pertenece al Estado, no pertenece a las cortes o juzgados, no
pertenece a la policía, y no pertenece a los abogados o fiscales.
La ciencia forense, como campo de estudio, puede ser pretendida
por cualquiera, y esencialmente pertenece a profesionales
imparciales, quienes deberían trabajar en conjunto para enriquecer
su ciencia, en lugar de permitir que la política les divida.
Consecuentemente, no hay “lado oscuro” al cual servir en juicio,
salvo aquellos forenses partidarios, quienes inapropiadamente 27
han elegido determinado “lado.” Estos científicos son quienes
falsifican certeza y valor, encubren, ofuscan, y de una u otra
manera, distorsionan los resultados forenses ante la justicia.
Tales individuos se reconocen por argumentar que “la educación, el
entrenamiento, y la experiencia,” son las únicas bases de sus hallazgos.
Un paso más es aceptar que la ciencia forense al servicio de
ambas partes en juicio, proporciona un balance necesario en el
proceso de análisis y procesamiento de evidencia, en términos
de evaluación independiente, de réplica, y de una perspectiva en
general. Existirá un estado de desigualdad procesal cuando sólo
una de las partes en juicio goce de la posibilidad de un experto
forense testificando a su favor. Esto puede representar para el
juzgador que la parte con el beneficio del estudio forense tenga
mayor comprensión de los hechos y una teoría del caso más viable.
 PROTOCOLOS DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL / BRENT E. TURVEY - AURELIO CORONADO
Sin una revisión independiente de los resultados, no es posible
asegurar razonablemente la confiabilidad y validez de cualquier
teoría. La ciencia forense y la interpretación de la evidencia no
pueden ser emocionales, no hay ira o enojo ante la duda o la
controversia –se cuestionan a sí mismas e invitan al escepticismo
como autocrítica mediante la reexaminación. Más a su favor, las
ciencias forenses, en ausencia de una revisión independiente de
resultados, existen en una forma burda que, podría argumentarse,
no se ajusta a la corte. En este paso, históricamente se ha probado
la presencia de errores, ignorancia, métodos incorrectos, y fraude
como tal.
El siguiente paso implica aprender a observar, reflexionar, y hacer
inferencias válidas. Para configurar lo anterior, debemos enlazar
la complejidad de la evidencia descubierta en la emersión de la
28 conducta criminal, con la sencillez de la lógica y la razón.
PERMISO PARA REFLEXIONAR
El científico forense busca, en primera instancia, entender y explicar
los eventos relacionados con un crimen. Esto no ocurre sólo debido
a un vistazo; requiere un fundamento base de conocimientos,
escrupulosidad y observación, además de tiempo para reflexionar.
El filósofo francés Denis Diderot (1713-1784) escribió sobre el
conocimiento y la reflexión lo que podría describirse como el
método científico en su opinión (Diderot, 1753):
Encontramos tres medios disponibles para adquirir conocimiento:
observación de la naturaleza, reflexión y experimentación.
La observación recolecta los hechos; la reflexión los combi-
na; la experimentación verifica los hallazgos de la combinación.
Nuestra observación de la naturaleza debe ser diligente, nuestra
reflexión profunda, y nuestros experimentos exactos. Raramente
vemos estos tres medios combinados.
En los escritos de Diderot, como para todos nosotros, la reflexión
es un ingrediente vital para el pensamiento moderado y la razón.
Pensamientos y razón que se manifiestan sin reflexión previa,
son el común resultado de hábitos mentales, creencias personales,
o prejuicios enmascarados como precepciones (en otras palabras
como intuición).
Gran parte del estudio forense financiado por el gobierno ocurre
en circunstancias que no permiten la reflexión, la contemplación,
la experimentación, el tiempo o la destreza intelectual. En consecuencia,
un cuidadoso indagador de un testimonio y caso forense, encontrará 29
en reportes y testimonios una suma nada pequeña de conclusiones
que científicos forenses modernos procederán a fundamentar en
experiencia burda, evidencia incompleta, suposiciones y teorías
no revisadas, carencias en la preparación, y argumentos simplificados.
Esto ocurre, y le es permitido ocurrir, en razón de aquéllos con
intereses personales y de las autoridades que dirigen los resultados
forenses hacia sus propósitos. Parafraseando a Diderot, beben
profundamente de los dulces vinos que los enaltecen, y dan
un cuidadoso sorbo al amargo sabor de los hechos científicos.
En tanto las ciencias forenses sean “supervisadas” por individuos
y organizaciones competentes, permanecerá un pequeño incentivo
para la competencia, el rigor, o la reflexión, aparte del profesionalismo
individual (Edwards y Gotsonis, 2009; James y Nordby, 2003).
Ésta es la responsabilidad de reflexionar las teorías y los hallazgos
antes de atribuirles una significancia, y ciertamente, antes de
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colocarlos en un reporte de resultados. La reconstrucción es, una
vez más, compleja. Estamos obligados a cuestionar la calidad de
nuestras inferencias e invitar a otros a hacer lo mismo.
PENSAMIENTO CRÍTICO
El pensamiento crítico es relevante para la ciencia. Existen muchas
definiciones para el término. Un concepto unificado envuelve la
identificación y el cuestionamiento de presunciones en argumentos
que encontramos en cualquier contexto, y de cualquier autoridad.
Paul y Scriven (2004) notan lo siguiente:
El pensamiento crítico es el proceso intelectual y disciplinado que
30 activa y hábilmente, conceptualiza, aplica, analiza, sintetiza, y/o
evalúa información reunida de, o generada por observación, expe-
riencia, reflexión, razonamiento, o comunicación, como una guía
de creencia o acción.
La mayoría de los estudiantes y profesionales encontrados por
los autores no tienen idea de lo que pensamiento crítico significa,
lo que implica, o cómo es que es útil en la solución de problemas.
Para los propósitos de la ciencia forense y la reconstrucción del
crimen, la aplicación del pensamiento crítico a un caso significa
una firme negativa hacia aceptar cualquier evidencia o conclusión
insuficientemente probada. Implica la cuidadosa deliberación en
cuanto a una debida aceptación, descarte, o suspensión de juicio
con respecto a cualquier información, evidencia, o hallazgos rela-
cionados. Significa un escéptico acopio de evidencia, de análisis, y
de interpretación de resultados. Igualmente el pensamiento crítico
Incluye lo siguiente:
01 Evaluar la naturaleza y calidad de la información y su fuente.
02 Reconocer prejuicios.
03 Separar hechos de opiniones.
04 Distinguir entre fuentes primarias de información (información
inalterada –directa de la fuente) y fuentes secundarias (información
alterada –interpretada o sintetizada por alguien más).
05 Sintetizar la información.
El problema con el pensamiento crítico es que en algunas cir-
cunstancias es más fácil y, quizá, más realista, aceptar lo que
otros nos han dicho o mostrado en lugar de investigar el asunto
por nuestra cuenta. Puede también, haber duras consecuencias
al cuestionar la información o los resultados cuando provienen
de quienes se perciben como nuestros superiores (o nuestros 31
supervisores, o nuestros clientes). A pesar de que esto pueda ser
real en términos prácticos, no provee de mayor confiabilidad a los
argumentos basados en información o conclusiones aceptadas
sin previa crítica. Por el contrario, despoja a tales argumentos de
su veracidad científica.
La cultura de la ciencia es escéptica, requiere curiosidad investigativa,
e invita a la crítica desde todas las perspectivas. No se trata de
hacer amigos o impresionar a colegas. Instrucciones útiles para
la criminología forense son encontradas en escritos de Kennedy y
Kennedy (1972, p. 4):
Para ser objetivo, un indagador debería estar preparado para
aceptar y registrar los hechos que puedan ser encontrados
cualesquiera que sean. Debe evitar que las emociones personales
afecten lo que ve o escucha. No obstante, no necesita probar la
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naturaleza de la información, debe tener la intención de investigarla.
Cuando una investigación comienza, debe llevarse a cabo con
cierto grado de escepticismo. Cabe aclarar que este concepto no
implica cinismo o desconfianza, sólo sugiere que (el examinador
forense) debe estar preparado para discernir la verdad de las opiniones
o inclinaciones de otros.
La idea de la cultura científica es explorada con mayor profundidad
por Edwards y Gotsonis (2009, pp. 4-11):
Los métodos y la cultura de la investigación científica le permiten
ser una empresa que goza de autocorrección. En virtud de que
los investigadores son por definición, creadores de nuevos cono-
cimientos, deben ser tan cautelosos como sea posible antes de
aseverar una nueva “verdad”. Además, al trabajar sobre límites,
32 algunos otros deben tener la pericia necesaria para identificar y
corregir los errores cometidos. Así, la ciencia tiene que desarrollar
medios de revisión provisional de resultados, a fin de revelar errores
antes de que éstos sean ampliamente practicados. El proceso de
revisión, publicación, interacción colegial (ej. compartir información
en conferencias), y la participación de estudiantes graduados (de
quienes se espera un cuestionamiento mientras aprenden) justifican
esta necesidad. La ciencia está caracterizada también por una
cultura de estímulos, y recompensa por el cuestionamiento crítico
de resultados anteriores y de colegas. La mayoría de las tecnologías
se benefician de un sólido fundamento académico de investigación
[y una amplia oportunidad para la estimulación uno a uno y la
evaluación critica, de revisión y crítica a través de conferencias,
seminarios, publicaciones y más. Estos elementos proporcionan
un enriquecido conjunto de caminos mediante los cuales nuevas
ideas, y el mismo escepticismo, pueden viajar dando oportunidad
a los científicos de apartarse de su día a día para tomar una pers-
pectiva a largo plazo. La cultura científica pretende cautela,
declaraciones precisas, a la vez que desalienta declaraciones que
van más allá de hechos establecidos; es aceptable entre colegas
retarse uno al otro, inclusive si el reto es menor. Las disciplinas de
la ciencia forense se beneficiarán enormemente de la adopción de
una cultura de ciencia.
Se ha dicho en la ciencia que si no cometes errores lo estás haciendo
mal; si no corriges los dichos errores lo estás haciendo muy mal;
y si no eres capaz de aceptar las equivocaciones no estás haciendo
ciencia en lo absoluto. El error, la duda y la incertidumbre son
integrales para la práctica científica. Cualquier individuo o grupo
que busque minimizar los mandatos de la ciencia, percibiéndolos
como una errónea forma de dudar o cuestionar, contradice la
esencia de la cultura científica. Comprender este aspecto de la
indagación científica, es en ocasiones difícil para quien ha sido 33
predispuesto a la conformidad, a seguir órdenes, o para quien
debe trabajar dentro de jerarquías que le fuerzan a aceptar teorías
y suposiciones. Reiterando, esto es una violación a la cultura
científica, y los científicos forenses pueden no tener parte en ello
sin rendirse en cierta media a lo que Thornton se refiere como
“castidad profesional.”
EL MÉTODO CIENTÍFICO
Inventamos nuestros mitos y teorías, y las probamos; intentamos
ver qué tan lejos nos llevan. Mejoramos nuestras teorías si es
01 A pesar de que está en desuso en los salones de clase modernos, al estar ausente la
discusión, por instruir los profesores sobre textos que no han leído, solicitando a los es-
tudiantes apegarse rigurosamente sólo a lo que se les ha dicho a fin de obtener un grado.
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posible. La mejor teoría es la que tiene un mayor poder explicativo;
la que explica más; la que explica con mayor precisión; y nos
permite hacer mejores predicciones.
- Karl Popper (1965, p. 192).
El método socrático es una perspectiva de construcción de
conocimiento y resolución de problemas, basada en la discusión
y el debate. Sus practicantes buscan explicaciones identificando
suposiciones en sus argumentos y eliminando lo incierto o lo que
no puede ser probado. Las hipótesis se generan y en concepto,
son probadas o desafiadas con base en lo que es conocido.
El método envuelve, comúnmente, a dos o más personas com-
prometidas en un debate en torno a un tema específico. De esta
manera, las explicaciones, circunstancias o eventos más sólidos
sobreviven, mientras que los más débiles son eliminados
34 mediante la sucesión de hechos contradictorios o contraejemplos
(Windelband, 1958, p.56). Ésta es la premisa subyacente a todo
el discurso y discusión de un grupo01. El método socrático puede
ser valorado como parte integral del método científico, aunque
de ninguna manera puede sustituirlo.
El método científico es un enfoque particular de construcción de
conocimiento y resolución de problemas, fundado en el desarro-
llo de hipótesis empíricamente comprobables que son, después,
afrontadas con experimentación destinada a refutarlas. Cabe re-
saltar de modo genérico las etapas implicadas.
La primera etapa es la observación. La observación se realiza en
torno a un evento o un objeto, y dirige a un cuestionamiento
específico con base en el mismo; tales como ¿dónde se originó?
o ¿cómo es que posee ciertos rasgos?.
La segunda etapa se trata del intento de responder o suponer
una posible respuesta, a lo que ha sido cuestionado en la
elaboración de una hipótesis, tomando en cuenta que es
frecuente encontrar más de una.
La tercera etapa conlleva a la experimentación. De todos los
pasos en el método científico, es éste el que distingue a la
investigación científica de otras. Una vez más, los científicos
forenses diseñan experimentos encaminados a refutar sus teorías,
no a probarlas.
Al menos uno de los textos relevantes en las ciencias forenses
en cuanto a la discusión de la reconstrucción del crimen como un
proceso, ha fallado en enfatizar la fase crucial de experimentación o
“comprobación” en el desarrollo teórico. De hecho, la reconstrucción
del crimen es presentada de una forma bastante simplificada para 35
los investigadores que buscan probar sus teorías (Baker and Naiper,
2003, p. 538; Miller, 2003, pp. 128-129). Ambos elementos, en
conjunto, abren las puertas para la confirmación de los prejuicios. Las
conclusiones de reconstrucción con respecto a acciones o eventos
relacionados a un crimen no están destinadas a “probar”, “verificar”,
o “confirmar” teorías de investigación; por el contrario, lo están
para fundamentar o refutar las mismas. Fundamentar y confirmar
son conceptos distintos, mientras la primera sugiere asistencia, la
segunda sugiere finalidad. Esta diferencia puede sonar no más que
semántica para algunos, pero es de vital importancia comprender
que no lo es.
El propósito de las ciencias forenses y la reconstrucción del crimen
es poner a prueba teorías de investigación y en consecuencia,
proporcionar un fundamento u oposición independientes.
La palabra clave aquí es independiente. Si el trabajo del científico
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forense se reduce únicamente a la confirmación de las teorías
del cumplimiento de la ley, no existe, por lo tanto, objeto para el
análisis. Siempre será fácil encontrar la confirmación, si es lo que
se busca –sólo se necesita ignorar todo lo que se contraponga a
la teoría predominante y abrazar todo lo que la sustente, incluso
remotamente. Pero esto no es de lo que trata el método científico.
La piedra angular del método científico es el falsacionismo
(corriente filosófica epistemológica generada por Karl Popper
1902-1994).
CIENCIA COMO FALSACIONISMO
“Estas consideraciones me llevaron en el invierno de 1919-20 a
36 las conclusiones que ahora debo reformular como lo siguiente:
–Sir Karl Popper (1963, pp. 33-39)
01 Es fácil obtener confirmaciones o verificaciones para casi toda
teoría –si en efecto buscamos confirmaciones.
02 Las confirmaciones sólo deben ser tomadas en cuenta si son el
resultado de predicciones riesgosas; es decir, si ignorantemente,
debido a la teoría en cuestión, hemos esperado un evento el cual
es incompatible con la teoría –un evento habría refutado la teoría.
03 Toda teoría científica “buena” es una prohibición: Prohíbe la ocu-
rrencia de ciertas cosas. Mientras más prohíbe mejor es la teoría.
04 Una teoría que no es refutable por ningún evento concebible no
es científica. La imposibilidad de objetar no es una virtud de una
teoría (como suele creerse) sino un vicio.
05 Toda comprobación genuina de una teoría es un intento de
falsearla o refutarla. Comprobación es falibilidad; pero hay
grados de comprobación: Algunas teorías son más propensas
a la comprobación o a la refutación que otras; toman por así
decirlo, mayores riesgos.
06 La evidencia confirmatoria no debería ser tomada en cuenta, a
excepción de que sea el resultado de una genuina comprobación
de la teoría; y esto significa que puede presentarse como un
serio pero no exitoso intento de falsear la teoría. (Hablo en este
caso de la “evidencia corroboratoria.”)
07 Algunas teorías genuinamente comprobables, encontradas
en falsedad, permanecen apoyadas por sus partidarios – por
ejemplo, introduciendo para este fin específico, alguna
presunción auxiliar, o interpretándola de tal forma que escape
al rebate. Este procedimiento es siempre posible, pero libera
a la teoría de la refutación con el precio de destruir, o cuando
menos, reducir su estatus científico.
Uno puede poner en suma todo esto, diciendo que el criterio
del estatus científico de una teoría es la falibilidad, la refuta- 37
ción, o la comprobación.
Si una hipótesis permanece en pie después de la sucesión de
pruebas y experimentos que han fallado en desaprobarla,
entonces se convierte en teoría científica. Las teorías científicas
que resisten al paso del tiempo y al estudio empírico even-
tualmente se transforman en principios científicos. Una teoría
asistida por el método científico, contiene un mayor grado de
confiabilidad y aceptación sobre la mera observación, intuición
o especulación. En relación a la reconstrucción del crimen, esto
puede ser explicado en términos de establecer lo que no ha
ocurrido, y lo que pudiera o no, ser sustentado por la evidencia,
como oposición a la confirmación absoluta de un evento específico
o de una serie de eventos.
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EJEMPLO: LA BOLA DE ARCILLA
Usando un ejemplo simple, imagínese una bola de arcilla perfec-
tamente esférica, excepto por uno de los lados que será plano.
Teorizamos que la bola fue lanzada hacia una superficie plana,
causando el allanamiento de ese lado de la bola. Para probar esta
teoría tomamos varias bolas de arcilla del mismo diámetro y peso
y las arrojamos desde distintas alturas. Examinamos después el
área allanada en cada una.
Cuando encontramos una bola con el área plana similar al de la
bola original, postulamos que ambas fueron arrojadas desde una
altura aproximadamente igual. ¿Hay soluciones alternativas?
38
Por supuesto, la bola pudo haber sido moldeada de ese modo
en un principio. ¿Pudo haber sido presionada con un objeto
plano? No, tendría dos lados planos en tal caso –podemos intentar
este experimento para mostrar el resultado. ¿El área plana
pudo deberse a un corte? Podemos examinar la superficie de
la arcilla para determinar si hubo o no un cambio en ella. Podemos
imaginar múltiples formas de corte –cuchillo, navaja, láser, etc. Cada
una cambiará las características de superficie en distinto modo,
dejando un patrón o marca de herramienta particular.
Para eliminar las variables, necesitamos experimentar. Si la
experimentación sobre una parte de la evidencia no puede
determinar cuál variable es la correcta, entonces debemos
expandir la experimentación a otras partes de la evidencia o
investigar el fondo del objeto. En el breve experimento previo,
tenemos dos alternativas de solución: La bola fue fabricada de
la forma en que fue encontrada, o cayó desde una determinada
distancia. Para eliminar una de las alternativas podríamos examinar
la superficie plana en la que la bola fue encontrada. Podríamos
colocar bolas previamente aplanadas en la superficie y arrojar
bolas esféricas desde una determinada altura hacia la superficie.
Después determinamos si es posible ver alguna diferencia en
la cantidad y calidad de residuos encontrados al remover las
bolas. Podemos, inclusive, dejar las bolas en la superficie para
determinar si el tiempo de contacto puede producir una diferencia.
Volvemos entonces a mirar la superficie original para observar
cuál de los experimentos reproduce las características encontradas.
Cuando sólo nos quede una alternativa, entonces concluiremos
nuestra hipótesis como correcta, o como el personaje de
Sherlock Holmes estableciera, “Elimina todos los demás factores,
y el que permanezca deberá ser el verdadero” (El Signo de los 39
Cuatro” por A. Conan Doyle, 1888).
Esto es el método científico. Realizamos observaciones, teorizamos
o establecemos hipótesis; y conducimos experimentos que
sustenten o nieguen la hipótesis. El problema es diseñar los
experimentos adecuados; debemos ser capaces de identificar
soluciones alternativas y diseñar experimentos para distinguir
entre varias hipótesis sin permitir que nuestros prejuicios personales
favorezcan a una u otra.
ESTÁNDARES DE PRÁCTICA
Como ya fue explicado, todo practicante del área forense tiene el
deber de pugnar por la objetividad, la competencia y el profesionalismo
en sus trabajos. Los examinadores forenses deberían desear que
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sus descubrimientos sean precisos, sus métodos confiables, y
sus resultados sean replicados por los demás. Esto requiere clara
y explícitamente de estándares de práctica.
Los estándares de práctica definen los parámetros mínimos de
competencia. De igual forma, ayudan a definir el rol del practicante
y dan una noción del mecanismo para la demostración de sus
habilidades. Son un parámetro a seguir para practicantes diligentes
y una pantalla para que aquellos que han perdido el camino puedan
ser instruidos. Como se sugiere, el propósito de definir los estándares
de práctica no es sólo ayudar a los profesionales a lograr un nivel
de competencia, sino también proporcionar a supervisores
independientes una base que pretende ser competente para
la revisión de trabajos. Los estándares de práctica establecen una
barrera para la protección ante la ignorancia, la incapacidad y la
40 incomprensión enmascaradas de ciencia y razón.
Las publicaciones más relevantes que cubren tanto a las ciencias
forenses como a la reconstrucción, pueden contemplarse para
formar una definición de los estándares básicos y esenciales para
la práctica de las disciplinas forenses de cualquier tipo (Brevel
y Gardner, 1997, 2001; Chisum y Rynearson, 1997; Deforest,
et al.,1971; DeHann, 2002, Gross, 1906, Inman y Rudin, 1999;
Kirk, 1953; Kirk y Thornton, 1970, Lee, 1994; Locard, 1934;
O´Connell y Soderman, 1996; O´Hara, 1956, 1970, Thornton
y Peterson, 2002; Turvey 2010). En este conjunto de textos
realizados por educadores-practicantes, el método científico,
el análisis racional, y la objetividad están valuados sobre todo
lo demás, en donde la intuición, y otras formas de ofuscación
aparentadas como conocimiento son descartadas. Con el apoyo de
esos trabajos, los siguientes estándares de práctica generalmente
aceptados pueden ofrecerse.
01 El reconstruccionista debe esforzarse diligentemente por
evitar los prejuicios.
El Dr. Paul Kirk escribió sobre la reconstrucción del crimen, “La
evidencia física no se puede equivocar; no puede perjurar; no puede
ausentarse en su totalidad. Sólo en su interpretación puede estar el
error” (Kirk y Thornton, 1970, p. 4). Con esta simple observación,
Kirk se está refiriendo a la influencia de la ignorancia, imprecisión,
y prejuicios del examinador reflejados en la reconstrucción de la
evidencia física. La evidencia siempre está ahí, esperando a ser
entendida. Sin embargo, la comprensión de su naturaleza y
relevancia surge sólo a través de la mirada imperfecta del
examinador forense.
Específicamente, existen al menos dos tipos de prejuicios que
requieren ser tomados en cuenta por los examinadores forenses 41
para mitigar su influencia en los casos de trabajo a fin de mantener
una perspectiva profesional –prejuicios de observación y prejuicios
de confirmación.
Los prejuicios de observación pueden ser descritos como la
tendencia consciente o inconsciente de ver o encontrar lo que
uno espera precisamente ver o encontrar. En un sentido práctico,
esto significa que el investigador forense puede desarrollar
una expectativa por descubrir lo que busca, con base en lo que
ha aprendido de lo mediático, de testigos, o de opiniones y/o
descubrimientos de otros. Estas influencias son particularmente
perjudiciales, ya que a diferencia de lo manifiesto o explicito, éstas
pueden ser subconscientes. Estas influencias pueden empujar o
arrastrar los resultados del examinador hacia una dirección pre-
determinada, a menos que él mismo las reconozca deliberadamente
de alguna manera.
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Los prejuicios de confirmación pueden ser descritos como la
tendencia consciente o inconsciente hacia afirmar teorías,
opiniones o descubrimientos prematuros. Es un tipo especial
de prejuicio en el que la información y evidencia se ve protegida
por aquello que puede confirmar una posición, y activamente
ignora o desestima la relevancia de lo que, por el contrario,
la contradiga.
Comúnmente se manifiesta en la búsqueda de tipos particulares
de evidencia que sustenten una teoría del caso predeterminada
(como sospechar de la inocencia o sospechar de la culpabilidad)
y justifiquen evidencia y descubrimientos indeseables. Como se
aclaró previamente, esto puede ser la selección de evidencia a
examinar por personas inclinadas por una teoría en particular,
o por personas que sólo se “fijan en el presupuesto” y así la
42 evidencia potencialmente exculpatoria no es seleccionada para su
análisis, debido que aumentaría el costo y el tiempo requeridos.
Luchar con los prejuicios de confirmación es extremadamente
difícil, ya que generalmente es una cuestión institucional. Muchos
investigadores forenses trabajan en sistemas que les recompensan
con premios y promociones por defender exitosamente su “lado”,
cuando en realidad, la ciencia no tiene inclinación por defender
lados. Por consecuencia, la mayoría de los forenses que sufren
de los prejuicios de confirmación no saben lo que esto significa, o
que se trata de un problema. Muchos llegan a creer inclusive, que
son un elemento valioso del equipo del fiscal y que ganar un caso
es un indicador de un trabajo bien hecho.
Lo que debe ser comprendido por todos los investigadores es
que el valor principal de las ciencias forenses para el sistema
legal (la parte forense) es su adherencia al método científico
(la parte científica), lo cual demanda tanta objetividad y firmeza
metodológica como sea posible. El éxito en la comunidad forense
debe ser moderado por la eliminación diligente de posibilidades
por medio del método científico y la revisión, mas no por el
aseguramiento de convicciones o intereses personales. Como
lo establece el profesor Brian Parker (comunicación personal,
2005): “El trabajo del laboratorio criminal es probar que el
investigador está equivocado.”
02 El reconstruccionista es responsable de requerir toda la evi-
dencia e información relevante con el objeto de realizar una
reconstrucción adecuada.
Los reconstruccionistas deben definir la extensión de evidencias
e información necesaria para llevar a cabo una adecuada recons-
trucción, de forma parcial o de cualquier otra, y realizar una soli- 43
citud por escrito de su cliente, empleador, o agencia solicitante.
La información básica para el requerimiento debe incluir lo si-
guiente:
A Una lista de todas las agencias e individuos que hayan
respondido al crimen, o hayan asistido la investigación
hasta la fecha.
B Toda la documentación disponible de la escena del crimen,
incluyendo los registros de seguridad, notas, esquemas y
fotografías.
C Todos los reportes disponibles de las agencias respondientes
o asistentes.
D Todos los resultados de laboratorio, notas, y reportes forenses
disponibles de las agencias respondientes o asistentes.
E Todas las notas y reportes médicos disponibles, incluyendo
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traumagramas y fotografías de las lesiones.
F Todos los exámenes médicos disponibles, incluyendo
traumagramas y fotografías de la necropsia.
G Todos los testimonios forenses y de investigación de cualquier
proceso judicial a la fecha.
H Una lista de todos los testigos en la escena del crimen.2
I Cualquier documentación de declaraciones de testigos y
sospechosos, incluyendo grabaciones, transcripciones, y
sumarios.
Al recibir los materiales y la evidencia requerida, deben determinar
lo que se ha previsto y lo que está ausente. Esta tarea básica
incumbe a todo reconstruccionista forense.
La pérdida o no disponibilidad de material significativo suele ser
44 común en el contexto de la investigación forense. Con frecuen-
cia, esto es el resultado del simple e inevitable error humano. No
obstante, los autores han observado una tendencia a la carente
o incorrecta documentación en la comunidad de las instituciones
de aplicación de la ley: la evidencia es intencionalmente ignora-
da en la escena, o la escena es intencionalmente documentada
de forma incompleta por miedo a que la información recabada
pueda ser usada por la defensa (debidamente o no). Esto es es-
pecialmente típico en casos donde los investigadores de la policía
creen tener testimonios sólidos, o cuando los hechos aparentan
ser inequívocos (tornando a la evidencia innecesaria o potencial-
mente perjudicial para la teoría del caso). Asimismo, en jurisdic-
ciones de ley menos profesionales, puede no haber protocolos
2 El reconstruccionista no procederá a entrevistar a testigos; sin embargo, es útil
saber si es que el testigo ha rendido declaraciones. Por lo tanto, un comparativo
de las listas ayudará a identificar cuáles entrevistas u objetos estarán faltando.
que rijan las actividades y esfuerzos en la escena del crimen o
en la recolección de evidencia.
Cuando el reconstruccionista no sea capaz de fundamentar sus
hallazgos en información completa, debe dejar en claro este
hecho en las conclusiones. Si la evidencia no ha sido documentada
apropiadamente por una investigación completa, entonces no sólo
ellos limitan la solidez y alcance de sus resultados, otros también
deben hacerlo. La ausencia de una apropiada o completa investiga-
ción de la escena del crimen es en sí un descubrimiento.
03 El reconstruccionista es responsable de determinar si la evidencia
examinada tiene la suficiente calidad para proporcionar una base
para la reconstrucción.
La realidad es que el procesamiento de la escena del crimen 45
y su documentación son con frecuencia mínimas si no es que
completamente ausentes. Las escenas del crimen a lo largo de
Estados Unidos son asiduamente procesadas por técnicos de
la policía o por personal con poco o nulo entrenamiento, por no
hablar de la nula educación formal en las ciencias forenses y en
los métodos de procesamiento de la escena. El entrenamiento en
servicio disponible para las agencias de aplicación de ley es llevado a
cabo por medio de seminarios de medio día o cursos breves im-
partidos por no científicos, quienes carecen de lo necesario para
transmitir la disciplina y experiencia requeridas en el adecuado pro-
cesamiento del crimen para los propósitos de la reconstrucción.
Con el objeto de determinar si la evidencia tiene la suficiente
calidad para proporcionar una base para la reconstrucción, las
consideraciones más importantes son las siguientes:
A La habilidad para identificar el material de evidencia.
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B La habilidad de colocar los objetos de evidencia de regreso
a su lugar de origen en la escena, en relación con la demás
evidencia, si bien no literalmente, conceptualmente. Esto se
realiza mediante un competente registro esquemático y una
documentación escrita y fotográfica. La memoria no sustituye
confiablemente a una firme documentación.
C La habilidad de identificar a cada individuo que haya entrado
en contacto con la evidencia después de su recolección. ¿Es
la cadena de custodia segura y completa?
D La habilidad de identificar cada prueba realizada a la evidencia,
identificar a quien la realizó, e identificar los resultados.
E ¿Fueron los procedimientos de embalaje, transporte, y alma-
cenamiento de la evidencia apropiados para su preservación
y mantenimiento de su integridad?
46 Si los esfuerzos para realizar la documentación y procesamiento
de la escena del crimen no son suficientes para permitir al
reconstruccionista establecer las consideraciones previamente
descritas, entonces los esfuerzos para ello son inadecuados. El
reconstruccionista debe tomar nota de tales deficiencias en su
análisis, en incorporarlas en sus conclusiones, y podría necesitar
explicar la imposibilidad de rendir ciertas conclusiones, o de
eliminar varias teorías debido a ellas.
Es importante notar que el recontruccionista no puede saber
todo de forma absoluta con respecto al material de evidencia,
nadie puede. El resto está en considerar todo lo conocido cuando
se realiza una reconstrucción, y estar preparado para incorporar
nueva información cuando ésta sale a la luz. Lo cual significa que
la nueva información en torno a la evidencia puede afectar
cualquier conclusión.
04 El reconstruccionista debe en lo posible, presentarse en la
escena del crimen.
El reconstruccionista debe presentarse en la escena del crimen
preferentemente antes de interpretar la evidencia. Los siguientes
puntos son ejemplos del tipo de información que puede ser
comprendida como:
A La visión, el olor, y los sonidos de la escena del crimen, desde
la perspectiva de la víctima o el agresor.
B La relación de espacios dentro de la escena.
C Observar de primera mano la evidencia potencialmente
transferible. Vegetación, tierra, cristal, fibras, o cualquier
material que pueda haber sido transferido a la víctima o al
sospechoso pueden resultar evidentes o resultar transferidos
al reconstruccionista, proporcionando ejemplos de qué buscar 47
en las prendas o vehículos de los sospechosos.
D El reconstruccionista puede descubrir material de evidencia
pasado por alto y por tanto no recolectado ni documentado
por los técnicos de la escena del crimen. Esto es más común
de lo que se llega a admitir y una de las razones más importantes
para visitar la escena del crimen.
En muchos casos, es imposible para el reconstruccionista
presentarse en la escena del crimen por distintas razones
prácticas como limites en el tiempo o en presupuesto, restricciones
legales, alteraciones en la escena por causas naturales, o por obs-
trucción de la escena por relieve o por propiedad privada.
Si el reconstruccionista se ve imposibilitado a visitar la escena
por cualquier razón, debe aclararlo en sus conclusiones.
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La principal razón de documentar la escena del crimen es contribuir a
la posterior reconstrucción; más allá de ello son pocos sus propósitos.
Por ende, la imposibilidad del recontruccionista para presentarse en
la escena no inhabilita los fines de la reconstrucción en todos los
aspectos. Una documentación competente por parte de los
técnicos forenses puede ser suficiente para abordar el pro-
blema en cuestión. Cada caso es diferente y debe considerarse
cuidadosamente por separado, en relación a este asunto.
05 Las conclusiones de la reconstrucción y su fundamento deben
ser provistas en un formato escrito.
Hans Gross refiere el papel crítico que los esfuerzos exactos,
pacientes y deliberados en la reconstrucción pueden jugar
en la investigación y en la resolución del crimen. Estableció
48 específicamente que solamente mirar la escena no es suficiente.
Argumentó la utilidad de reducir la opinión personal con respecto
a la reconstrucción y reemplazarla en forma de reporte, a fin de
identificar los problemas en la lógica de la teoría formulada por
uno (Gross, 1924, p 439):
Siempre que la escena sea únicamente mirada, sin importar qué tanto
cuidado, tiempo, o atención sean prestados, será imposible detectar
todos los detalles y especialmente notar las incongruencias: Pero de
esto nos damos cuenta hasta que nos sentamos a describir la imagen
en papel tan exacta y claramente como sea posible…
Los “defectos en la situación” son sólo aquellas contradicciones,
aquellas improbabilidades que ocurren cuando uno desea representar
la situación como algo un poco diferente a lo que en realidad es, y esto
con las mayores intenciones y las creencias más puras de que uno
ha trabajado con toda la previsión, consideración y arte imaginables.
En este mismo sentido, el reconstruccionista, mas no el destinatario
de sus opiniones (ej. los investigadores, abogados, o la corte), lleva la
carga de asegurar que las conclusiones sean comunicadas efectiva-
mente. Esto significa que debe plasmarlas por escrito, y por lo tanto,
que tiene que ser competente e inteligente en la escritura, debiendo
ser comprensibles todos los reportes relacionados a las examinaciones
realizadas, a los descubrimientos y a las conclusiones.
Las conclusiones verbales deberían ser vistas como un producto
deficiente. Son susceptibles a alteraciones, modificaciones y
malinterpretaciones. Pudieran también convertirse en una
pérdida de tiempo. Las conclusiones por escrito se sujetan a
un tiempo determinado, son fáciles de reproducir, y son menos
susceptibles a alteraciones, modificaciones y malinterpretaciones
intencionales o accidentales.
49
Un analista que prefiere conclusiones verbales en oposición a
las conclusiones escritas, revela su preferencia por la movilidad
conclusiva. Las teorías verbalmente comunicadas en la escena
del crimen pueden ser interpretadas por el investigador como
conclusiones reales, causando que la investigación tenga base
en lo escuchado. Encontrar algo que posteriormente refute dicha
teoría puede causar un déficit en la confidencialidad y confianza,
provocando que se prescinda del reconstruccionista en la escena.
Además de la relativa permanencia, las conclusiones escritas de
igual forma proveen al reconstruccionista de mejores formas de
memorizar métodos, conclusiones, argumentos, y hechos sub-
yacentes del caso. Esto incluye una lista de material y evidencia
examinada, el tiempo de la examinación, los métodos usados y
las circunstancias dadas.
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Finalmente, el escrito es una herramienta importante para iden-
tificar y trabajar en cualquier defecto o inconsistencia en la lógica
de los eventos inferidos. Si la interpretación de la reconstrucción
tiene el impedimento de plasmarse por escrito de forma lógica,
de ser comprendida fácilmente por el usuario, aunado a no tener
valor, probablemente es incorrecta.
06 El reconstruccionista debe demostrar comprensión de la cien-
cia, de la ciencia forense y del método científico.
Los requerimientos educativos actuales para los científicos forenses,
que son de agencias específicas, y por lo tanto inexistentes, fallan en
asegurar que los practicantes comprendan no sólo la ciencia y
su método sino además los métodos básicos de investigación y
de estadística. Todos los científicos forenses, incluso los recons-
50 truccionistas, deben tener un conocimiento práctico de estos
temas (véanse a Edwards y Gotsoins, 2009). Se ha dicho que “si
no hay ciencia, no hay ciencia forense” (Thornton, 1997, p.17). La
reconstrucción en la ausencia de ciencia y de ciencia forense es
inaceptable.
Esto significa que el reconstruccionista por lo menos, debe estar
preparado con los fundamentos de la ciencia y su método por
un científico real. De acuerdo a Thornton (1997, pp. 15-16), “un
indicador de la educación científica y del título universitario en una
disciplina específica, comúnmente encontrará esta prueba”.
En otras palabras, el recontruccionista debe estar instruido en
las ciencias forenses por un científico forense practicante. Si el
trabajo implica la interpretación y presentación de información
estadística, requiere por lo menos un curso universitario en dicha
materia. Muchos aprenden estas materias informalmente, en la
práctica, o de inexpertos y en consecuencia, llevan su ignorancia
a los casos examinados y, posteriormente, al juicio.
07 Las conclusiones del reconstruccionista deben basarse en
hechos establecidos. Los hechos no deben ser asumidos para
el propósito del análisis.
Muchos examinadores están dispuestos a conceder una cierta
reconstrucción de eventos basándose en comparaciones expe-
rimentales de casos desconocidos, en conjeturas fácticas, su-
posiciones, y evidencia física inexistente. Si los hechos subyacentes
no han sido determinados por investigación documentada, do-
cumentación de la escena del crimen, evidencia física analizada,
o testimonios corroborados, entonces cualquier reconstrucción
de aquellos hechos no es confiable o válida para inferir los eventos.
Esto incluye escenarios hipotéticos que intentan explicar lo ocurrido 51
haciendo presunciones.
08 Las conclusiones del reconstruccionista deben ser inferencias
basadas en argumentos lógicos y razonamiento analítico.
En el proceso de determinación de hechos adecuados para el
análisis, los sucesos deben ser distinguidos de las opiniones,
conjeturas y teorías. Las hipótesis inductivas deben ser delineadas
de las conclusiones deductivas, y las conclusiones deben fluir
naturalmente de los hechos provistos. Asimismo, la reconstrucción
debe estar totalmente libre de falacias y declaraciones o hechos
incorrectos.
09 Las conclusiones de la reconstrucción deben ser agenciadas
con la asistencia del método científico.
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El método científico demanda sobre la evidencia una cuidadosa
observación, la generación de una hipótesis, y por último que ésta
sea confrontada contra toda la evidencia y hechos aceptados. Por
ende, el reconstruccionista debe ser capaz de suministrar no
sólo conclusiones sino todas las teorías postuladas que han
sido falseadas por examinaciones, pruebas y experimentos.
La falibilidad, más no la validación, es la parte fundamental
del método científico. Las teorías que no han sido sometidas a
prueba o que se presentan en un reporte o en un testimonio en
juicio, con base en la sola introspección o imaginación (es decir,
experiencia o intuición) no deberían ser consideradas inherentemente
validas o confiables.
10 Las conclusiones de la reconstrucción deben demostrar com-
prensión, y distinguir claramente entre unos resultados y otros.
52
Los conceptos de identificación e individualización son a menudo
malentendidos. Identificación o clasificación es la colocación de
cualquier objeto dentro de una categoría específica de elementos
con características similares. Identificación no implica individualidad.
Individualización es la asignación de unicidad al objeto. Para
individualizarlo, debe ser descrito de tal modo que sea separado
de los demás objetos en el universo (Thornton, 1997, p.7).
En la presentación de los descubrimientos, el reconstruccionista
se encontrará usando declaraciones que sugieren distintos
grados de confiabilidad. Términos ambiguos como “probablemente”,
“posiblemente,” “identificar,” “coincidencia,” “consistente con,” y “grado
razonable de certeza científica,” están entre aquellos usados para
calificar la certeza de los resultados.
Sin previa revisión, el lenguaje puede ser engañoso para aquellos
destinados a ayudar. Las declaraciones confidenciales deben ser
calificadas y discutidas hasta la absoluta claridad. Sin clarificación,
los hallazgos pueden ser malentendidos, mal representados, o
inaplicables. Si el reconstruccionista provee hallazgos individualizados
de cualquier tipo, la naturaleza de la unicidad y como fue establecida
deben presentarse nítidamente. Cuando el reconstruccionista
ha dado resultados, no debe permanecer duda en cuanto a su
individualización y la forma en que ésta se estableció. El objetivo
de presentar los descubrimientos es clarificar la evidencia y no
confundirla.
11 El reconstruccionista debe demostrar comprensión al establecer
las condiciones de transferencia (Principio de intercambio de
Locard y dinámica de la evidencia).
53
Identificar e individualizar la evidencia física es sólo una parte de
la reconstrucción del crimen. Igualmente importante es la necesidad
de establecer la fuente de la evidencia y las condiciones bajo las
cuales fue transferida al lugar en el que fue encontrada. El
reconstruccionista no debe apresurarse en simplificar cuestiones
complejas, como el análisis e interpretación de la evidencia física,
o en desatender aquellas circunstancias que puedan trasladar,
alterar u obstruir tal evidencia.
12 Cualquier evidencia, información o hallazgo en los cuales las
conclusiones de la reconstrucción estén sustentadas deben
quedar disponibles por medio de presentación o citación.
No es aceptable para el reconstruccionista ofrecer conclusiones
basadas en bases de datos, información, investigación, evidencia,
todo lo anterior inexistente, o comparaciones ocultas. La información,
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investigación, y evidencia deben ser detalladas a tal punto que
facilite a quienes revisen el trabajo la localización o identificación,
asimismo, no pueden ser duplicadas, o identificadas por la corte
de forma que no muestren su calidad de conclusiones forenses.
CONCLUSIÓN
Estos estándares de práctica esenciales deberían ser aplicados
a la evaluación de cualquier método general o especializado de
reconstrucción del crimen, a fin de mostrar su debida diligencia. Si el
reconstruccionista es capaz de reunir estos estándares, entonces el
nivel deseado de competencia profesional se ha conseguido. Y en
efecto, los destinatarios de sus conclusiones estarán seguros de que
54 cualesquiera que sean los resultados, pueden, con independencia,
investigar y revisar su confiabilidad, precisión y validez.
Cabe señalar que el reconstruccionista que falla en alcanzar
incluso uno solo de los peldaños previamente descritos, no
habrá conseguido el nivel requerido. En su defecto deberían
ser cuestionados sus hallazgos, así como vistos sus reportes
y testimonios con desaprobación por la corte o juzgado.
Es importante que los estándares de práctica no desestiman a
nadie, pero solicitan mostrarse en todo trabajo. La reconstrucción de
un crimen no es fácil ni rutinaria. Las conclusiones deben ser
logradas, lo que significa que debe mostrarse competencia, y
adherirse a las revisiones. El reconstruccionista tiene el deber
de formular conclusiones con todo el alcance que las ciencias
forenses, el método científico, el pensamiento crítico y el análisis
lógico tienen para ofrecer. Sin estas herramientas el reconstruc-
cionista corre el riesgo de ser incapaz de reconocer el analfabetismo
forense y científico en sí o en otros.
Para los principiantes, estos estándares pueden parecer ser
muchos o muy complicados. También pudiese parecer que los
autores de este texto interpretan la literatura en ciencias forenses
y reconstrucción del crimen en favor de la objetividad y en contra
de todo lo demás.
A éstas, y otras críticas similares, se ofrece la siguiente postura:
Primeramente, la reconstrucción del crimen es una subdisciplina
de las ciencias forenses. Es forense en su naturaleza y su propósito
es ser científica en la práctica. Como segundo punto, aquellos que
desean practicar la reconstrucción forense en cualquiera de sus
formas bajo el cobijo de lo anterior, deben conocer acerca del
método científico y de las ciencias forenses. Finalmente, si los 55
autores de este texto parecen inclinarse en favor de la práctica
del método científico y del análisis imparcial de la evidencia por
sobre todo, es porque ésa es la intención.
Estos estándares podrían también levantar la ira de algunos
investigadores forenses que han estado reconstruyendo el
crimen basándose en la intuición y la experiencia, quizás por
años, y de quienes no están acostumbrados a explicarse a
sí mismos o a sus métodos más allá de establecer su vasta
experiencia. Si la revisión y la crítica no es bienvenida en las
conclusiones, si en lugar de ello la supervisión es tomada con
hostilidad y escarnio, otra cosa, más no ciencia, rige en ello. Para
ser claros, la ausencia del método científico y la inferencia lógica
en cualquier reconstrucción no debería ser cuestión de orgullo,
ya que es mera evidencia de ignorancia. La reconstrucción en
ausencia del método científico, el análisis lógico, y el pensamiento
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crítico, no es más que suposición. La corte o el juzgado no son luga-
res para la ignorancia o la conjetura.
SUMARIO
La reconstrucción de eventos no es la simple observación y
conclusión con base en experiencia. Hay etapas entre lo que debe
ser seguido para asegurar una medida de confiabilidad y precisión.
Una reconstrucción debe ser concluida con respecto a lo que ha o
no ha ocurrido, con base en consideraciones de la ciencia forense,
del método científico y del análisis lógico. Cualquier ofrecimiento
sin el anterior sustento es una suposición sin importar los años
de experiencia acumulados que lo sustenten. Esta confusión de
56 conjetura e intuición para el hecho forense es algo que el recons-
truccionista debe solucionar. La noción “formal” e “informal” de
la reconstrucción sustentada en experiencia e intuición pierde
objetividad y contribuye al problema de la sobresimplificación
disminuyendo el estándar de la metodología científica.
Los practicantes forenses tienen el deber de esforzarse hacia la
objetividad, la competencia y el profesionalismo en sus trabajos.
Los investigadores deberían desear que sus hallazgos sean
precisos, sus métodos confiables, y sus resultados replicables
por los demás. Esto requiere clara y expresamente estándares
de práctica. Los estándares de práctica para la reconstrucción del
crimen son aquellos fundamentos y preceptos que regulan los
límites de la interpretación de la evidencia. El propósito de definir
estos estándares no sólo es ayudar a los profesionales a lograr
un nivel de competencia sino también proporcionar a supervisores
independientes bases para una revisión competente de trabajo.
Los estándares establecen una barrera y protección contra la
ignorancia, incapacidad e incomprensión cuando se hacen pasar
por ciencia y razón.
PREGUNTAS
01 ¿Cómo se aplica el pensamiento crítico a la reconstrucción del crimen?.
02 ¿Cuál es la parte fundamental del método científico y de qué trata?.
03 ¿Cuál es el propósito de los estándares de práctica?.
04 Enliste tres estándares de práctica para la reconstrucción del
crimen y explique por qué son importantes.
05 Explique la diferencia entre identificación e individualización.
57
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