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DENISE NAJMANOVICH

SIN FRONTERAS
M I R A R CON
NUEVOS OJOS
DIRIGIDA POR DENISE NAJMANOVICH • NUEVOS P A R A D I G M A S EN LA
CIENCIA Y P E N S A M I E N T O COMPLEJO

(Bof&cclo-n.
SIN FRONTERAS
Najmanovich, Denise
M i r a r c o n n u e v o s ojos: n u e v o s p a r a d i g m a s en la c i e n c i a y
p e n s a m i e n t o complejo. - l a . ed. - B u e n o s A i r e s : B i b l o s , 2 0 0 8 .
2 0 0 p p . ; 2 3 x 16 c m .

I S B N 978-950-786-671-5

1. E p i s t e m o l o g í a . I. Título.
CDD 121

A Caio, que me enseñó


a mirar con otros ojos
tantas otras cosas más

Diseño de tapa: Luciano Tirabassi U.


Ilustración de tapa: Carlos Kravetz, Ensoñación (detalle), técnica: gráfica digital,
2008
Armado: Hernán Díaz

© DOIIÍHO Najmanovich, 2 0 0 8
www.donisenajmanovich.com.ar / denisenajmanovicMsyahoo.com.ar
© Editorial Biblos, 2 0 0 8
Pasnjo José M. Giuffra 318, C 1 0 6 4 A D D Buenos Aires
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l i u | > i " : ; < > c u la Argentina

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• luí editor. Su infracción está penada por las leyes 11.723 y 25.446.

lísta primera edición de 1.500 ejemplares'


fue impresa en Primera Clase,
California 1 2 3 1 , Buenos Aires,
Kepública Argentina,
tm junio de 2 0 0 8 .
1

Estética de la complejidad*

En la Modernidad se concibió el conocimiento c o m o el reflejo interno en


el sujeto del m u n d o externo, al que se suponía objetivo e independiente. El
espacio del pensamiento m o d e r n o nació de u n a estética dicotómica que es-
cinde al sujeto del objeto, al conocimiento de la realidad, a la forma del
contenido. De este m o d o , el saber es u n a m e r a versión virtual de lo real.
Esta forma dualista, polarizada y excluyente es m á s bien un monismo O N -
quizofrénico, pues cada uno de los polos es p e n s a d o como absolutnmonl.i'
independiente del otro. D e s d e esta m i r a d a se h a c e imposiblí! ponanr Ion vln
culos, la afectación mutua, los intercambios. E s t a forma de v e r el mundo
asumida c o m o natural, a tal p u n t o que ni siquiera se la consideró "una for-
ma de ver". Esto hizo imposible tener en cuenta los aspectos íbrmiil.ivim <ln
la actividad cognitiva, puesto que ellos m i s m o s quedaban excluidos del campo
de visibilidad. De este m o d o , las teorías clásicas sobre el conocimiento ni
siquiera se consideran teorías, o interpretaciones, sino descripciones "ob-
vias" de la forma del proceso cognitivo "en sí". Su presunta obviedad generó
una transparencia. P o d e m o s bautizar a este proceso c o m o la "paradoja de la
evidencia" a partir de la cual lo evidente se h a c e invisible.
F u e r o n los antiguos griegos quienes establecieron las pautas que ancla-
ron férreamente al conocimiento en u n a disposición radicalmente dicotó-
mica. Su éxito ha sido tal que p e r d u r a t o d a v í a en la cultura occidental. En
los t i e m p o s de Platón o Aristóteles, el sujeto aún no h a b í a nacido. Existían,
claro, el h o m b r e , el ciudadano o el esclavo, pero no el sujeto, y sin él tampo-
co h a b í a posibilidades de plantearse la objetividad. Recién en la Moderni-
dad, el giro cartesiano en la filosofía, la extensión del h u m a n i s m o en la
cultura, la invención del individuo en la política, la acelerada transforma-

* Publicado originalmente enAndamios. Revista de Investigación Social, 1, 2, junio de 2005,


Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de la Ciudad de
México.

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c
DENISE NAJMANOVICH ESTÉTICA DE LA COMPLEJIDAD

ción de las c o s t u m b r e s y las prácticas sociales, hicieron emerger conjunta- su existencia les resultara inquietante: su construcción es perfecta desde
m e n t e al sujeto y la objetividad. El sujeto, u n a concepción entre m u c h a s todos los cánones aceptados y, al m i s m o tiempo, resulta c o m p l e t a m e n t e
otras del ser h u m a n o , habría de ser el protagonista de la escena m o d e r n a . inaceptable. L a s paradojas muestran algo irracional pero de un m o d o per-
El h o m b r e devenido sujeto pretende que es capaz de observar el m u n d o fectamente racional. En ellas la forma y el contenido se sacan chispas m u -
objetivamente, es decir, independientemente de su propia mirada. Tanto tuamente: no p u e d e eludirse su interconexión. L a s paradojas señalan el
los racionalistas c o m o los empiristas, los idealistas o los materialistas, su- límite de la l ó g i c a clásica y del m o d e l o representacionalista. Lo q u e antes
ponían que era posible "tener la perspectiva de Dios". El sujeto m o d e r n o había sido invisibilizado, e m e r g e de un m o d o incontrastable, m o s t r a n d o
aspiró a un conocimiento total, absoluto; ambicionó un m i r a d a omniabar- que "sólo contra el telón de fondo de u n a cierta definición de racionalidad
cadora y si bien admitió que esto no era posible "de hecho", confió ciega- algo resulta irracional", c o m o afirmo m á s adelante.
m e n t e en que era perfectamente concebible "en principio".
Pensar un universo independiente del pensamiento que lo está pensan-
do: he aquí la paradoja fundante de la epistemología. El sujeto no entra en El pensamiento complejo en el borde de las paradojas
el cuadro del m u n d o , así c o m o el pintor no figura en el cuadro "realista" que
fue creado utilizando la técnica m o d e r n a de la perspectiva. A esta estética L a i n q u i e t u d que p r o d u c e n las paradojas p u e d e v i v i r s e d e m u c h o s m o -
del conocimiento se la ha d e n o m i n a d o "representacionalista". E s t a deno- dos distintos: algunos eligen el desafío, otros s o n afectados p o r el d e s a s o -
minación, que alude a la supuesta posibilidad de re-presentar en la m e n t e siego.
u n a imagen que es copia fiel de lo real, se i m p u s o m u c h o tiempo después de
su nacimiento. R e c i é n cuando h u b o p a s a d o su apogeo fue posible velar la ...la paradoja y del humor,
transparencia que i m p e d í a considerar, el aspecto formativo de t o d o pensa- puentes colgantes entre el concepto
y la iluminación sin palabras.
miento. Guando el reinado de la concepción dicotómica, que divorciaba ra-
dicalmente la forma del contenido, c o m e n z ó a declinar y otras estéticas Octavio Paz
entraron en p u g n a c o n ella se hizo visible el h e c h o de q u e el representacio-
nalismo también era u n a estética, en el.sentido de u n a forma producida ¡Qué singulares son los caminos de la paradoja,
por los seres h u m a n o s , u n a perspectiva entre m u c h a s otras y no la forma del sentido común con alborozo se mofa!
natural del m u n d o (Rorty, 1989; Foucault, 1980; D e l e u z e y Guattari, 1976; Stephen J. Gould
Von Foerster, 1991; M a t u r a n a y Várela, 1 9 9 0 ) .
El representacionalismo sólo admite m u n d o s disyuntos, aislados, m u - Octavio Paz, D i e g o Velázquez,- M . C . Escher, M a x Ernst, Stephen Jay
tuamente excluyentes. El p r o b l e m a reside en que si aceptamos este punto Gould, H e i n z V o n Foerster, Francisco Várela, B a r u c h Spinoza, Gilíes De-
do vista se hace imposible conocer. A p e n a s e m p e z ó el camino de la reflexión leuze, Jaques Derrida, son algunos de los artistas, científicos y filósofos
Platón se topó con u n a versión de esta paradoja: que nos h a n enseñado que p o d e m o s utilizar las paradojas " c o m o dispositi-
vos creativos o círculos virtuosos" (Von Foerster, 1991).
Sócrates. - ¿ T e das cuenta del argumento que empiezas a entre- Si consideramos el estudio sobre el "punto ciego de la visión", por ejem- 1

tejer: que no'le es posible a nadie buscar ni lo que sabe ni lo que no


plo, v e r e m o s c ó m o opera el achatamiento del espacio conceptual implícito
sabe? Pues ni podría buscar lo que sabe -puesto que ya lo sabe, y
en la metáfora representacionalista. Este experimento m u e s t r a que en todo
no hay necesidad alguna entonces de b ú s q u e d a - , ni tampoco lo
que no sabe -puesto que, en tal caso, ni sabe lo que ha de buscar-.
m o m e n t o h a y cierta parte de nuestro c a m p o visual que nos resulta invisi-
Menón. —¿No te parece, Sócrates, que ese razonamiento está co- ble. Sin e m b a r g o , nadie anda p o r el m u n d o c o n un "agujero" en su campo
rrectamente hecho? visual, ya que el cerebro "reorganiza" y "configura" la información de ma-
Sócrates. -A mí no. .

L a s paradojas h a n atormentado a los pensadores de lo definido, lo puro,


o lo absoluto, desde los albores de la cultura occidental. No es extraño que 1. Para realizar el experimento ir a la página 178.

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DENISE NAJMANOVTCH ESTÉTICA DE LA COMPLEJIDAD

1
<" ' n ' i " ' ••<• obtenga u n a i m a g e n completa. La fisiología explica perfecta- nitivo h u m a n o . L a s paradojas resultan intolerables porque desbordan los
m i n I r l i i r n 11:1 l.ii característica de nuestro sistema visual: no se puede v e r límites supuestamente i n q u e b r a n t a b l e s que los principios de identidad, no
nwln 1I1 lo que no p r o y e c t a sobre la parte de la retina en la que sale el contradicción y tercero excluido, p r e t e n d i e r o n fijar al pensamiento. Cuan-
111 1 ptien, iludo que en esa z o n a no h a y ni conos ni bastoncillos que son do nos encontramos con una paradoja " c h o c a m o s " contra los límites de nues-
I o n 1 ni npl 01 I M I viiuiníos. tro paisaje cognitivo, se trate de un p a r a d i g m a , un m o d e l o , u n a teoría o
" i | " r I n r i l i : i i o l o | ; o . s no se h a n p r e g u n t a d o es por qué, si todos t e n e m o s
1
una cosmovisión. El "golpe" nos da la o p o r t u n i d a d de cuestionarnos lo que
1
• "r.-'. " o n o n damos cuenta d e ello. Nadie tiene u n a experiencia hasta ese m o m e n t o era c o n s i d e r a d o algo d a d o , o b v i o , evidente. Al chocar
uní 1 " i i 1 0 1 n i ; u j i ' r o negro. E l cerebro "ocluye" esta ceguera. Si s o m o s con los límites se h a c e visible el territorio de p e n s a m i e n t o y las dimensio-
1I1 ii imi 11 nllrt de la explicación fisiológica del fenómeno, la expe- nes sobre las cuales construimos el edificio del conocimiento. Al m i s m o tiem-
Id punto ciego" permite que nos d e m o s cuenta de que somos cie- po, se nos presenta la o p o r t u n i d a d de ampliarlo o, m e j o r aún, de reforma-
— R J - . n . - n i . F, a explicación fisiológica es v a l i o s a y necesaria p a r a
• > > 1
• tearlo o reconfigurarlo c o m p l e t a m e n t e . P o r ello p o d e m o s considerar que
1
1 • 1 fenómeno, pero si n o s q u e d a m o s sólo con ella, actúa de tal las paradojas son "compuertas evolutivas". V e a m o s un ejemplo. P e n s e m o s
1
1 1 U, , 1,1 reflexión m á s amplia, aplastando con el peso de la res- en la "paradoja del barbero" que sostiene que "en un pueblo h a y dos clases
I nlilli H In profunda t u r b a c i ó n que se d e s e n c a d e n a cuando n o s
¡
de h o m b r e s : los que se afeitan a sí m i s m o s y los que son afeitados por el
ni ' i I r c | i i r n o m o s incapaces de v e r que no v e m o s . barbero. E n t o n c e s , ¿quién afeita al barbero?". V e m o s que la lógica bipolar
1
M enl rocho m a r c o d é l a s explicaciones d é l o s especialistas y nos constriñe a un m u n d o plano con dos ú n i c a s opciones. La paradoja nos
i T n y ininti il r u d o u n a perspectiva m á s amplia sobre el proceso cog-
¡
provoca, y nos exige, p e n s a r de otro m o d o p a r a p o d e r salir do lo q u e podrfn
1 1
• 1 • 1' •' 1 < 111 f u i ¡ o l ó g i c a n o n o s alcanza; resulta no sólo insuficiente ser u n círculo vicioso. P o d e m o s pensar u n espacio de personajes n i á R ricen,
'"! iniloonnda para dar cuenta de los fenómenos perceptivos y otras alteridades en este p u e b l o dicotómico: pódeme.", p r o p o n e r l a i d e a de
L 1
' 1 I o n i o n d o Mentido d e u n sujeto capaz d e reflexionar. L a metáfora que el barbero es mujer, robot, l a m p i ñ o , b a r b u d o , que tiene una barba au-
pn 1 1 ii . i . I U M . I I Í M U I , que supone que el conocimiento es un reflejo.delmun- torrasurable, etc. E n los m u n d o s "enriquecidos" o complojon, I I I H p n r n d o j a n
1 1
"I nieto fuera un espejo, es r a d i c a l m e n t e i n a d e c u a d a p a r a r e f e -
:
se disuelven, desaparecen e n el aire, o m e j o r aún, q u e d a n plegadas d e n t r o
1 ir n ln experiencia, h u m a n a . El espacio de la óptica clásica no puede expli- de un paisaje cognitivo m á s amplio e interesante.
• o i"" q u e n o vemos que n o v e m o s ; p a r a ello e s necesario dar cuenta d e l a La paradoja de E p i m é n i d e s el Cretense, que declaraba en la ptierta de
I ' M i ' ; 1 vidad del proceso perceptivo. E s preciso comprender que l a p e r c e p - Creta que todos lo cretenses eran u n o s m e n t i r o s o s , n o s invita a problema-
• m u n o e n u n proceso m e c á n i c o u óptico, n o s o m o s u n a tabula rasa e n l a que tizar nuestras nociones sobre el ser, la pertenencia, la verdad, el lenguaje,
primen i m á g e n e s , ni espejos que la reflejan. La percepción es u n a la mentira, la ficción, el discurso. En ese sentido las paradojas n o s convi-
iicti v iducl formativa, productiva, poiética, no un proceso pasivo. Ni siquiera dan a cuestionarnos nuestras creencias, p a r a d i g m a s y teorías de u n a m a -
I" ' n p e j o M o las imprentas son totalmente "inertes formativamente" pues nera radical: inventando n u e v a s d i m e n s i o n e s que n o s lleven a construir
1
lo Inoran no podrían reflejar ni copiar. paisajes cognitivos diferentes en los cuales la p r e s e n c i a de las paradojas no
• li aceptamos que el conocimiento es actividad y que pensar es dar for- entraña dificultad, alguna. D e s d e esta posición, c u a n d o nos encontremos
ma, configurar la experiencia, entonces se h a c e preciso concebir u n a n u e v a con ellas ya no será tan fuerte la c o n m o c i ó n c o m o p a r a que nos sintamos
forma de espacio cognitivo que p u e d a dar cuenta de los fenómenos no linea- compelidos a eludirlas o p a r a que s u c u m b a m o s a la tentación de prohibir-
I n f i , un torrefer entes y autopoiéticos implicados en la percepción y en la pro- las (extraordinaria ocurrencia del gran m a t e m á t i c o y filósofo Bertrand
ducción de sentido y c o n o c i m i e n t o s . Sin e m b a r g o , la reflexividad no p u e d e Russell). L a s paradojas p u e d e n ser p e n s a d a s c o m o un inevitable "nudo gor-
entrar dentro de los cánones de la estética dicotómica (antigua o m o d e r n a ) . diano cognitivo", imposible de desatar en las condiciones y con los m o d o s de
I ,a concepción del "espacio de p e n s a m i e n t o " que se abre con los enfoques de pensar con que lo creamos, pero que se d e s v a n e c e en otro espacio concep-
ln complejidad puede aceptar el desafío de un pensamiento que se v u e l v e tual (un procedimiento m u c h o m á s elegante, p o r su parte, que cortarlo con
«obre sí m i s m o sin que por eso sea en absoluto solipsista. Se trata de un la ruda espada del soldado).
nuevo tipo de experiencia estética: la del "espacio dinámico". L a s paradojas p u e d e n conducirnos a n u e v o s m u n d o s . . . si t e n e m o s el co-
La lógica clásica y el p e n s a m i e n t o dicotómico "achatan" el espacio eog- raje de inventarlos. S o n u n a compuerta evolutiva, p o r q u e en el espacio en

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DENISE NAJMANOVICH ESTÉTICA DE LA COMPLEJIDAD

que fueron formuladas no tienen solución; sólo p o d e m o s salir a través de ponsable, sensible y afectiva a la par que inteligente. La complejidad no es
ellas cuando somos capaces de pensar un paisaje cognitivo con m a y o r nú- "la simplicidad pero un poco complicada", ni t a m p o c o u n a m e r a ampliación
m e r o de dimensiones (o con m a y o r variedad dimensional, como en la geo- de foco conceptual. Es o, mejor aún, p o d e m o s h a c e r q u e sea, u n a estética
metría fractal) que el que las originó. diferente, u n a praxis vital y una ética que nos lleve a crear y habitar nue-
A lo largo del siglo XX se ha hecho cada v e z m á s palpable que las parado- vos territorios existenciales. La n o v e d a d sin e m b a r g o no es absoluta en
jas no pueden ser eliminadas. C a d a v e z son m á s los pensadores que en las todas las dimensiones de la experiencia simultáneamente. H a y nuevas con-
distintas áreas se hacen cargo de estos monstruos, aportando novedad y crea- figuraciones y producciones de sentido, pero en u n a d i n á m i c a donde para-
tividad en la ciencia y en la vida. Especialmente destacables en este aspecto dójicamente la tradición no es antagónica de la transformación sino su con-
han resultado la matemática fractal, la termodinámica no lineal o las teorías dición de posibilidad.
d e l ' 'caos determinista", la.cibernética de segundo orden, las teorías de auto- Pensar el cambio, la transformación, la novedad, n o s exige pensar el
poiesis y autoorganización, y las teorías de sistemas complejos evolutivos tiempo. Los antiguos griegos sólo pudieron pensarlo c o m o ciclo o c o m o eter-
(Mandelbrot, 1993; Prigogine y Stengers, 1983; Maturana y Várela, 1990, nidad (salvo honrosas excepciones entre las que destaca la figura de Herá-
Briggs y Peat, 1990; Atlan, 1990; Capra, 1998; Kauffman, 1995). clito, al que no casualmente los inventores de la lógica clásica apodaron "el
Algunos autores están h a b l a n d o de la v e n g a n z a del dios Caos o de un oscuro"). Los m o d e r n o s sólo pudieron concebirlo c o m o progreso, es decir
retorno victorioso de Heráclito, pero esta actitud no h a c e más que reprodu- como desarrollo lineal, o c o m o revolución, en el sentido de ruptura preten-
cir el pensamiento dicotómico, pero con los signos invertidos respecto de la didamente absoluta con el pasado. La complejidad, en c a m b i o , lleva implí-
tradición dominante. Mi propuesta para una estética de los enfoques de cita la posibilidad de una multiplicidad de m o d u l a c i o n e s temporales, entre
la complejidad es completamente diferente: desarrollar perspectivas no dua- los que se destaca la dinámica en forma de bucle, responsable de la mayo-
listas que las cuales resulta m u c h o más productivo m a n t e n e r la diferencia, ría de las paradojas. Esta concepción temporal parte de la idea de que si
reconocer la legitimidad en c a d a ámbito de cada una de las descripciones: algo no se continúa no puede alterarse. ¿ Q u é es lo q u e se alteraría? Por
lineal y no lineal, continua y discontinua, analítica y sintética, etc., ya que ejemplo, u n a pareja que se divorcia ya no cambia, no es m á s u n a pareja,
ninguna p u e d e ser completa en sí misma, ni es completada p o r la otra. una persona sólo p u e d e cambiar mientras la v i d a continúa su fluir. La pa-
P o d e m o s poner las paradojas en m o v i m i e n t o y c o n ello hacer aparecer radoja del tiempo se configura cuando n o s d a m o s cuenta de que tampoco
nuevos planos de realidad para explorar y enriquecernos. Atravesar las puede continuar si no se altera. Si algo se m a n t i e n e idéntico a sí m i s m o no
"compuertas evolutivas" que n o s lleven a nuevas dimensiones de conoci- está en el tiempo - q u e es necesariamente transformación cualitativa- y
miento, sabiendo que ninguna a b a r c a la totalidad, ni nos aproxima parcial- por lo tanto no tiene sentido decir que se continúa —que es un término tem-
mente a ella, sino que es u n a configuración específica surgida de un m o d o p o r a l - C o m o bien lo señaló Ferdinand de Saussure ( 1 9 8 9 ) : ' L a continui-
de interacción particular con un m u n d o mfinitamente diverso. dad implica necesariamente la alteración, el desplazamiento m á s o menun
U n a estética y una lógica que parten de una concepción paradójica ad- considerable de las relaciones".
miten en su seno el tiempo, el cambio, la transformación, porque el punto La complejidad no p u e d e reducirse a u n a teoría, ni a un paradigma, ni
de partida es el de la dinámica vincular y no el de las esencias absolutas del siquiera a un nuevo sistema de creencias, c o m o considero en "La compleji-
dualismo o el m o n i s m o propios de nuestra tradición occidental. dad de los paradigmas". Pretender tal c o s a es c o m o intentar ponerle mi
chaleco de fuerza al viento. Los investigadores que eligen trabajar desdo
un abordaje complejo enfrentan el desafío de gestar u n a concepción del
Dinámica vincular: el tiempo formatiuo y transformador conocimiento en que la teoría no esté divorciada de la praxis, los afectos do
los pensamientos, ni el sujeto de ecosistema. Vista desde esta perspectiva,
El enfoque de la complejidad p u e d e proveer n u e v a s respuestas a v i e j a s la complejidad nos da la oportunidad de insuflar sentido en nuestras prác-
preguntas. Sin embargo, su atractivo y su v a l o r no residen en esta posibili- ticas sociales, en nuestro m o d o de conocer, de legitimar y compartir el sa-
dad, que aunque puede ser apreciable resulta sumamente limitada. El aporte ber, es decir, de enriquecer nuestros territorios existenciales en múltiplo»
fundamental que nos da es habilitar otros interrogantes, gestar otra mira- dimensiones. M u c h a s experiencias que la m e n t a l i d a d y la sensibilidad di-
da sobre el m u n d o , incluidos nosotros en él. U n a m i r a d a implicada y res- cotómicas habían desvalorizado, mvisibilizado e incluso rechazado o nega-

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DENISE NAJMANOVICH ESTÉTICA DE LA COMPLEJIDAD

iln, p o c l n i n a h o r a formal' parte de un paisaje vital que no se construye a Para comprender esta "emergencia del tiempo" es útil focalizar la dis-
I >i11 l.ii do exclusiones a priori. Ello no implica en absoluto que pueda conte- tinción entre "repetición" y "recursividad":
i i . i l,i loilo 1,0 borroso, lo ambiguo, lo irregular, lo caótico, lo paradójico, la
II noalbi marión, la dinámica vincular, las mediaciones, las interfases, las 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2
, , io I i | M o aciones, lo irracional, lo no definido, lo fluctuante, lo intempestivo,
I o n m onLucimientos, lo emergente, tienen ahora lugar como parte del cono- Ésta es u n a repetición del n ú m e r o dos. Si nos olvidamos del sujeto que
, i miento legítimo y no como experiencias desvalorizadas, soterradas e in- desplegó u n a actividad para escribir la línea, podemos decir que la repeti-
rlii/ui vergonzosas. ción siempre nos provee de ' l o mismo"; no h a y n o v e d a d alguna, sólo despla-
I ,n r.'il.éticn d é l a complejidad no privilegia ninguna forma determinada, zamiento en el espacio. Éste es el "truco" de la lógica clásica y el pensa-
0 11 exige que la experiencia, para adquirir "carta de ciudadanía", tenga que miento m o d e r n o : olvidarse del proceso y enfocar sólo un producto.
p i u i m por el cedazo de lo claro y distinto, de lo regular, de lo definido, prede- La recursividad, en cambio, es un procedimiento que nos permite focali-
1 ihle i. equilibrado. No desvaloriza ni desestima estas formas, aunque no zar simultáneamente en la no dualidad procesos/productos (puesto que no
I n n privilegia. Sin embargo, no está de más aclarar que en la actualidad el pueden concebirse independientemente el u n o del otro). La forma resul-
• n i . ,i ; e a t á puesto sobre aquellos patterns, formas o, mejor aún, sobre las tante es no lineal. Veamos por ejemplo la ecuación de población:
matrices o estéticas, que habían sido relegadas o excluidas por los paradig-
l o n i i modernos. X + 1 =2X n

r i m e m o s ahora a explorar las nociones de dinámica vincular, redes y


n u i t e m a n complejos evolutivos pues nos darán la oportunidad de desplegar donde X„ +1 es la población en 1986 y X la población que había en 1985.
n

n l g u m i M de las formas clave de la estética del pensamiento complejo. C o m o p o d e m o s ver, el resultado que se obtiene para un determinado
Desde la perspectiva de la simplicidad las entidades y relaciones fueron año entra luego como dato para calcular el siguiente y así sucesivamente,
pensadas como totalmente definidas, determinadas, absolutas y eternas, generándose un movimiento que no es mero desplazamiento sino que Im-
desde los lejanos tiempos de Platón hasta los m á s cercanos del positivismo plica novedad y por lo tanto tiempo:
lógico o del estructuralismo. L a s formas eran concebidas "en sí mismas" y
no como fases inseparables de un proceso formativo, restringiéndose —ade-
más— el universo a las "formas bien formadas", es decir, a las que entraban
en los cánones estéticos del paradigma imperante. Desde los tiempos de
Platón y Aristóteles hasta los albores ¿ e l siglo XII el cero no tuvo lugar en el
sistema numérico occidental y los n ú m e r o s negativos recién fueron acepta-
dos varios siglos después. A u n así tuvieron m e j o r suerte que los irraciona-
les (de ahí su n o m b r e ) cuyo exilio fue más duradero. L a s figuras irregula-
res o con límites borrosos no formaban parte de la geometría euclidiana. El
tiempo era en el mejor de los casos una "eternidad móvil", como propuso
Platón, y en los peores una ilusión, tenaz pero ilusión al fin, según le escri-
bió Michelle B e s s o a su gran amigo Albert Einstein. Éste ha sido uno de los
motivos por los cuales las paradojas han repugnado siempre a la razón
occidental. Estas formas extrañas combinan en su seno una amplia g a m a
de "vicios intolerables": no son formas estáticas, no p u e d e n clausurarse con
un rótulo de falsas, pero tampoco puede admitirse que sean verdaderas;
sus límites no son claros y distintos ya que en su cierre sobre sí m i s m a s
forman un bucle de autorreferencia que h a c e emerger a la dimensión tem-
poral mostrando su aspecto impredecible y transformador.

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DENISE NAJMANOVICH
ESTETICA DE LA COMPLEJIDAD

A partir de esta ecuación se despliega un m u n d o de gran riqueza y posi-


desde luego de un rigor mortis porque al eliminar el intercambio y la trans-
bilidades.
formación se está prohibiendo la v i d a m i s m a y produciendo un aniquila-
Los enfoques de la complejidad parten de u n a concepción dinámica como
miento del pensamiento: la p u r e z a p o r definición es estéril.
m o d o de existencia. Desde esta mirada, l l a m a m o s "estable" a un sistema
Desde la perspectiva del pensamiento identitario toda entidad es eter-
cuya m a n e r a de c a m b i a r se caracteriza por conservar la forma de organiza-
na está absolutamente determinada y puede ser definida unívocamente.
ción. U n a célula, p o r ejemplo, está en p e r m a n e n t e transformación a lo lar-
Esto es válido tanto para los elementos físicos c o m o para las palabras o los
go de la vida, intercambiando materia y energía con el medio pero mante-
conceptos. El pensamiento no dualista, que caracteriza a las perspectivas
niendo (a grandes rasgos) la m i s m a matriz organizacional.
dinámicas transformadoras, está fuertemente enraizado en el tiempo en-
La dinámica clásica se distinguió p o r limitar el movimiento al desplaza-
tendido c o m o creación, c o m o producción de diferencias, c o m o transforma-
miento y percibir sólo el cambio de cantidad. No causalmente la estática
ción, como devenir. De esta m a n e r a subvertimos radicalmente nuestra for-
formaba parte de la dinámica que sólo admitía un tiempo externo, idealiza-
ma usual de pensar y de h a b l a r b a s a d a en un lenguaje y pensamiento de
do, capaz de la reversibilidad; la eternidad móvil platónica travestida en
"objetos" (sustantivos) dotados de existencia propia e independiente, para
las leyes de N e w t o n .
pasar a un j u e g o lingüístico centrado en la acción, en los v e r b o s , es decir,
Un p e n s a m i e n t o dinámico, en el sentido que se le está dando actual-
regido por u n a perspectiva dinámica de transformación e intercambio. Esta
mente al término, es aquel capaz de incluir al tiempo c o m o variable inter-
dinámica es característica de todos los procesos de autoorganización, a par-
na, como expresión del cambio en todas las dimensiones en que éste pueda
tir de los cuales el sistema genera sus bordes y límites en la dinámica que
ocurrir. Se trata entonces de u n a dinámica transformativa, en lugar de la
lo hace nacer y vivir. La autoorganización no genera un producto externo;
conservativa propia de la Modernidad. E s t a m o s frente a un pensamiento
se genera a sí m i s m a y por lo tanto existe sólo mientras es activa, es en el
eminentemente poiético, es decir, productivo y creativo. De hecho, el pensa-
devenir. t
miento siempre lo es, pero la lógica clásica y las concepciones esencialistas
Para c o m p r e n d e r la d i n á m i c a vincular autoorganizadora y la creación
-estáticas y/o c o n s e r v a d o r a s - sólo legitiman c o m o conocimiento las formas
deformas desde una concepción no estática, es preciso repensar el concepto
estables, regulares, totalmente definidas e inmutables.
de límite. Éste había sido establecido p o r el pensamiento heredado según
En esta c o n c e p c i ó n los vínculos no son conexiones entre entidades (obje-
oposiciones insalvables entre términos completamente puros en sí mismos
tos o sujetos) preexistentes, ni estructuras fijas e independientes, sino que
y radicalmente independientes: lo propio y lo ajeno, el yo y el otro, aden-
los vínculos e m e r g e n simultáneamente con aquello que enlazan en una di-
tro y afuera. D e s d e la m i r a d a dicotómica el límite separa drásticamente un
námica de autoorganización. Se trata entonces de pasar de un único mun-
exterior y un interior, no h a y comunicación entre u n a entidad y el medio
do compuesto por elementos completamente definidos e inmutables y rela-
que la circunda. A estos límites insalvables he de llamarlos "límites limi-
ciones fijas, a pensar en términos de un "universo diverso" en permanente
tantes" y son los únicos q u e legítimamente p u e d e n entrar en los mapas
formación, configuración y transformación. En él no existen elementos ais-
cognitivos forjados p o r la perspectiva identitaria. Sin e m b a r g o , sabemos
lados sino q u e se forman "unidades heterogéneas", ensambles dinámicos y
bien que no son la única clase de límites que somos capaces de concebir y
redes, que no tienen un sentido unívoco, no están completamente determi-
vivenciar: las fronteras entre países son transitables, la m e m b r a n a celular
nados; aunque, p o r supuesto, existen constricciones que simultáneamente
es permeable, la piel es porosa, el lenguaje no es u n í v o c o . En todos estos
permiten ciertas evoluciones e i m p i d e n otras. En este universo entramado
casos el adentro y el afuera se definen y se sostienen a partir de u n a diná-
emergen, coevolucionan y se extinguen u n a gran variedad de formas en
mica de intercambios. Ya no estamos hablando de barreras insuperables
u n a dinámica creativa: el j u e g o de la v i d a .
sino de la conformación de "unidades heterogéneas" c o m o una célula, el
La lógica clásica o "conjuntista identitaria" - c o m o la ha denominado organismo, el lenguaje, las comunidades, que son "sistemas complejos evo-
Cornelius Castoriadis ( 1 9 9 4 ) - es u n a forma de pensar que se basa en la lutivos", productores y productos simultáneamente de la dinámica autoor-
exclusión de la diferencia, en la afirmación del ser c o m o esencia absoluta- ganizadora que va formando límites que llamaré "límites fundantes". Es-
mente definida y determinada, en la e x c o m u n i ó n del tiempo y de la trans- tos límites no son fijos, ni rígidos; no pertenecen al universo de lo claro y
formación. D e s d e esta postura los límites s o n infranqueables "por princi- distinto: son interfaces mediadoras, sistemas de intercambio y en inter-
pio", pues sólo de este m o d o es posible u n a definición rigurosa. Se trata cambio, se caracterizan p o r u n a permeabilidad diferencial que establece

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11 nn alta interconexión entre un adentro y un afuera que surge y se mantie- do por su d e n o m i n a c i ó n inglesa, top-down), las formas centralizadas (pro-
n e - o t r a n s f o r m a - e n l a dinámica vincular (Najmanovich, 1995). pias de la estética disciplinaria) y la cuadriculación mecanicista (caracte-
La unidad compleja que nace en y por la dinámica de interacciones no es rística de la estandarización normalizadora). Todas ellas son formas regu-
m i l i unidad en el sentido admitido por el pensamiento identitario que sólo lares, definidas, equilibradas y estáticas.
ucopta la homogeneidad, sino que se caracteriza j u s t a m e n t e por su hetero- En la estética de la M o d e r n i d a d el único sistema concebible era el mecá-
geneidad, por su carácter híbrido, no dual, paradójico. Estas unidades u nico, que es un sistema cerrado y conservador (toda transformación en él es
ni :;a n i ' / a c i o n e s complejas, como h e m o s mencionado, surgen en la dinámica error o anomalía). La noción de sistemas abiertos resultó crucial para abrir
de relaciones, y su organización se mantiene y evoluciona "a través de múl- las puertas hacia un pensamiento genuinamente d i n á m i c o . F u e un primer
tiples ligaduras con el medio, del que se nutren y al que modifican, caracte- paso hacia la complejidad, un paso fundamental y profundamente innova-
rizándose por poseer u n a autonomía relativa" (Najmanovich, 2001). La dor, pero no suficiente. La teoría general de sistemas y la cibernética de
unidad compleja logra su autonomía en la multiplicidad de los vínculos. primer orden dieron los primeros pasos que hicieron posible salir de los
Kal,nmos ya m u y lejos de pensar en una independencia o autarquía, la au- modelos lineales y comenzar a pensar las retroalimentaciones (feedback) y
lonomía refiere sólo a l a emergencia de u n a organización diferenciada que la organización. Varias décadas después las dinámicas no lineales y los
no puede explicarse a partir de las leyes de otro nivel pero tampoco prescin- sistemas complejos evolutivos pudieron abrirse p a s o entre las metáforas y
' i loado de ellas. los modelos científicos. Recién entonces fue posible p e n s a r en términos de
La dinámica vincular es la fuente de donde m a n a n tanto los elementos una dinámica transformadora que dé lugar a la e m e r g e n c i a y a la multipli-
como las relaciones; es a través de ella c o m o emergen los sistemas comple- cidad de m o d o s de ensamble y organización.
j o s , que son siempre unidades heterogéneas en intercambio permanente Como bellamente l o h a expresado Edgar M o r i n (1981):
con un contexto activo. Ni l o s elementos, ni las relaciones, ni la unidad, ni
ol ambiente, existen antes o independientemente de la dinámica que los ha El fenómeno que nosotros llamamos naturaleza no os más qu«
parido. No h a y un "a priori", un "modelo ideal", un "arquetipo" o u n a "es- esta extraordinaria solidaridad de sistemas encabalgados, udificnn-
tructura". Lo que encontramos son configuraciones vinculares, que por cierto dose los unos sobre los otros, por los otros, con los otros, contra IOH
no son t a m p o c o tales "por sí mismas", ni "para sí mismas", ni "en sí mis- otros: la naturaleza son los sistemas de sistemas, en rosario, en raci-
mas", sino que se forman a partir de nuestra interacción, de nuestra forma mos, en pólipos, en matorrales, en archipiélagos.
de relacionarnos con el m u n d o y de producir sentido.
Nos resta profundizar ahora en la nociones de ensambles dinámicos y Esta figura pulsante de sistemas en formación, transformación, conste-
redes fluidas pues la estética global de la complejidad está estrechamente lación, coformación o interacción es la de las "redes fluidas". Si pensamos
relacionada con estos dos conceptos/perceptos (ya que no son "ideas" en el en ella nos damos cuenta de que la red no es u n a cosa, es un movimiento de
sentido de formas a priori, o imágenes, sino más bien pensamientos/per- constitución que no cesa. No es fácil pensar de este m o d o . La educación nos
cepciones que conforman nuestro m u n d o de experiencia). ha grabado a fuego la estética de la simplicidad. A l g u n a s analogías pueden
ser útiles p a r a ayudarnos: p e n s e m o s en la formación de la ola en los esta-
Un filósofo no es solamente alguien que dios deportivos. Si seguimos la modalidad instituida, es probable que nos
inventa nociones, también inventa mane- preguntemos: ¿qué cosa es la ola? El problema con esta pregunta es que la
ras de percibir. ola no es u n a cosa, ni una sustancia, es un m o v i m i e n t o . Esto no la hace
Gilíes Deleuze menos real, ni m e n o s potente, pero no p u e d e "asirse" desde la cuadrícula
del pensamiento moderno. Si pensamos en la red metabólica gracias a la
En la Modernidad las formas privilegiadas eran aquellas que se presen- cual estamos vivos (o tal v e z debería decir que "somos"), ocurre algo seme-
taban "ya hechas", es decir.cuyas características estaban definidas a priori jante: el metabolismo es actividad, no sustancia, a u n q u e obviamente opera
y eran, por lo tanto, independientes de cualquier experiencia particular y, transformado la materia.
además, eternas. Las m á s difundidas fueron la forma piramidal (paradig- La complejidad, en la medida en que no puede ser congelada, ni enchale-
ma del sistema jerárquico verticalista de "arriba hacia abajo", más conoci- cada' en un modelo predeterminado, puede aceptar el desafío de la fluidez,

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DENISE NAJMANOVICH ESTÉTICA DE LA COMPLEJIDAD

del movimiento transformador, de la dinámica, de lo inesperado. Los enfo- Por eso no es deseable —ni posible— presentar una teoría, o un modelo do
ques o abordajes de la complejidad no tienen formas privilegiadas a priori, red, sino tan sólo presentar u n a cartografía viva e implicada de nuestra
como b e m o s mencionado. La diferencia crucial con la mirada de la simplici- relación, de nuestros recorridos, en y c o n las redes.
dad es el acento en el "orden generativo", es decir, en la dinámica de la pro-
ducción de formas, y en que no h a y restricciones a priori de su potencialidad,
las restricciones que aparecen son las que la propia dinámica crea en su Cartografías dinámicas y territorios existenciales
devenir. Por ello lo que he denominado "ensambles dinámicos" y "redes flui-
das" resultan los modos m á s característicos de la estética compleja. La "for- Los mapas conceptuales de M o d e r n i d a d ya no resultan útiles. El mundo
ma red" implica ante todo una geometría variable con un alto grado de inter- que los hizo posibles, valiosos y útiles, se está extinguiendo aceleradamen-
conexión y posibilidades diversas de establecer itinerarios y flujos. No tiene te. El tránsito hacia un pensamiento complejo no implica m e r a m e n t e un
recorridos ni opciones predefinidas (aunque desde luego pueden definirse y cambio de paradigmas, sino una transformacióa global de'nuestra formu
también congelarse). Las redes fluidas y los ensambles dinámicos son "ad de experimentar el m u n d o , de co-construirlo en las interacciones, de conce-
hocráticos", fluidos, auto transformadores y abiertos. bir y vivir nuestra participación en él, de producir, compartir y validar ol
Toda red p u e d e crecer, transformarse, reconfigurarse. Los ensambles conocimiento. Necesitamos nuevas cartografías, y sobre todo nuevas for-
dinámicos no tienen origen ni finalidad, se h a c e n "al andar" (Dabas y Naj- mas de cartografiar: debemos b u s c a r otros instrumentos conceptuales y
manovich, 1995). crear nuevas herramientas que nos p e r m i t a n movernos sobre territorios
Las redes dinámicas, como el rizoma, atraviesan fronteras, crean nue- fluidos.
vos dominios de experiencia, perforan los estratos, proveen múltiples itine- A u n q u e resulte sorprendente, e incluso contradictorio, es notable el he-
rarios. Las redes no tienen centro, ni jerarquías prefijadas; lo que tienen es cho de que muchos de los científicos que participan activamente con sua
uno o múltiples nodos donde confluyen una m a y o r cantidad de interconexio- investigaciones en el campo de las ciencias de la complejidad tienen aún
nes. D a d o nuestro adiestramiento en la estética de la simplicidad, tende- una concepción simplista de su práctica cognitiva. L o s filósofos de la cien-
mos a utilizar "nodo" como sinónimo de centro y éste no es meramente un cia, especialmente los de la tradifión positivista anglosajona, en su mayo-
desliz semántico o u n a falta de.sutileza. Es un indicador de que se está ría h a n preferido desentenderse del t e m a o, si lo abordan, tienden a eludir
pensando a la luz de otra estética, de u n p a t t e r n jerárquico no dinámico. La el tratamiento de las profundas implicaciones epistémicas de los abordajoa
diferencia que h a c e la diferencia es que el n o d o es u n a posición, en un m o - de la complejidad.
mento dado, en u n a dinámica de intercambio. No h a y n a d a que sea "en sí" Desde mi perspectiva, la complejidad no es una m e t a a la que arribar
o "esencialmente" un n o d o : n o d o es una posición de "alto tránsito" que así sino una forma de cuestionamiento e interacción con el m u n d o . Constituyo
como se forma puede desvanecerse. En la estética de la complejidad no h a y a la vez un estilo de indagación y u n a práctica rigurosa que no se atiene u
destino: h a y configuración en el tiempo. Por eso planteo que las redes y los estándares ni a modelos a priori. Un abordaje complejo de la complejidad
ensambles dinámicos son "ad hocráticos", en el sentido en que no están implica desembarazarse de las pretensiones de mantenerla cercada, de for-
totalmente preconstituidos ni preconfigurados. Se organizan siguiendo la malizarla, de atraparla en un m o d e l o , de constreñirla a un paradigma. No
dinámica vincular que admite simultáneamente determinación y aconteci- se trata de un nuevo sistema totalizante, de una teoría omnicomprensiva,
miento, orden generativo y azar. ni siquiera de una teoría, sino de un proyecto siempre vigente y siempre en
Por su arquitectura variable y su capacidad de extensión, deformación, evolución.
transfiguración la red puede adoptar múltiples formas en su devenir vital La Modernidad, a pesar de sus pretensiones de hacer u n a ruptura revo-
y cuando la exploramos tenemos siempre que tener en cuenta el zoom o lucionaria (total y definitiva) con el pasado, no pudo evitar el legado de la
grado y m o d o de focalización, la escala de relación, la.profundidad del cam- estética dicotómica. Este legado incluía el gusto por la regularidad, lo claro
po que estamos considerando, la forma de movilidad de nuestro punto de y distinto, lo definido. También traía consigo la pretensión, al menos en
vista: en s u m a , siempre debemos tener en cuenta que somos parte de la red principio, de conseguir un conocimiento universal, válido p a r a todos los
que p r e t e n d e m o s conocer y que la forma de nuestra interacción en/con ella tiempos y para cualquier lugar del universo. Esta ilusión totalizadora es
es la que la h a c e emerger de u n a manera específica. un fruto natural de la concepción de conocimiento como un reflejo de la

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DENISE NAJMANOVICH ESTÉTICA DE LA COMPLEJIDAD

rnnlidad exterior. No en vano teoría y su verbo theoretn, en griego, se refie- Esto no significa que renunciemos a pensar, a producir sentido, a conocer.
ril) ni acto de mirar (teóricos eran los que miraban las olimpíadas). Esta Sólo implica que no antepondremos u n a grilla a nuestra experiencia del
pnnición teórica, cuyo forjador y m á x i m o exponente fue Platón, se hizo posi- mundo, y que no creemos que exista un único m é t o d o o camino para cono-
I i l i |MÍII'Í:\K a la escritura. Esta nueva tecnología de la palabra creó un espa- cerlo. Sólo renunciamos a la ilusión de un conocimiento "puro", entendido
ln c«i|;nil;¡vo dividido en dos compartimientos claramente diferenciados: como la actividad de un sujeto abstracto, ahistórico e inmaterial. Esta re-
• ' l . H i n r - e l del l i b r o - y otro interior - e l del lector-. Este último fue nuncia no es una pérdida. P o d e m o s todavía desplegar infinidad de disposi-
• . . n i iludo como la psyché en Grecia, y en la Modernidad tomó la forma de tivos, construir caminos, sendas y autopistas, elegir ir a campo traviesa o
*' i' i i i . I i.'i concepción representacionalista del conocimiento es deudora de un entre los matorrales, preferir el b o s q u e a la ruta. Renunciar a la idea de un
lo oHpecíñco de experiencia h u m a n a del m u n d o , ligado no sólo a la es- método universal e infalible no implica caer al abismo del sinsentido, sino
ii niño a la imprenta, y en general a los sistemas de estandariza- abrirse a la multiplicidad de significados.
i i i , normalización y cuadriculación d e l a experiencia propios del Estado Al abandonar la ilusión teórica, la mirada externa, estamos en condicio-
I n r n o y sus instituciones. nes de explorar nuevas formas de indagación, de exploración, de produc-
I ,n concepción espacial de la M o d e r n i d a d supone un espacio homogéneo, ción de sentido y creación de m u n d o . Es preciso un cambio en el tratamien-
i ii i. lo, 11I1:;tracto, igual en todas sus direcciones y en cualquier nivel de to global del conocimiento. Este cambio no implica meramente la invención
' • i Su contrapartida interna (la "mente" del sujeto) es concebida del de nuevos modelos y conceptos; implica u n a profunda transformación de
i modo. El espacio exterior fue creado gracias a la invención de la los valores y de las actitudes, de la estética cognitiva, de las emociones y
i - i i p n c l . i v u lineal, que fraguó u n espacio unificado, absoluto, regido por las de los modos relaciónales.
do la geometría euclidiana. Un m e d i o ambiente inerte y estable, que La complejidad no es una ampliación de la simplicidad, ni mucho mano*
1111 n i i.e ser sometido a la»grilla cartesiana. una complicación; es u n a reconfiguración global de las formas do producir,
I ir os te modo pudo construirse la creencia de un punto de vista sufi- validar y compartir el conocimiento.
i ¡ m i Lómente alejado como para abarcarlo todo y poder ver (si no con los ojos L a Modernidad se conformó c o n u n tipo de producción < | i u < p o d i o nditp
d o l cuerpo, con los de la mente) el universo en su totalidad. Por eso h e m o s tarse a u n conjunto de casillas prefijadas: las teorías o p a r i u l i g m i i M Kl U p o
hnblndo de un "perspectiva de Dios". El sujeto moderno, si bien admitía de emocionalidad privilegiada era la supuesta neutralidad (un estado inde-
q i i n no podía lograrlo de hecho, supuso que sí era posible "de derecho". E r a finible entre al apatía y la indiferencia). El orden privilegiado era regular,
sólo una cuestión de tiempo en un proyecto progresivo en el que se iba equilibrado, previsible.
acumulando conocimiento para completar el "rompecabezas" del cosmos El pensamiento, sin embargo, no ha sido n u n c a u n a actividad alejada de
universal. En esta tarea, cada disciplina se ocupada de u n a clase de piezas, la tensión, de la intensidad. Es m á s b i e n angustioso, difícil, violento, posi-
para luego por surnatoria recomponer la imagen total. De este mismo m o d o bilitador, seductor, excitante. Sin embargo, la M o d e r n i d a d logró separar el
se pensaba la actividad de cada sujeto que aportaba individualmente su pensar como proceso, como actividad vital, del conocimiento como produc-
propio ladrillo al edificio del conocimiento universal. to. De ese m o d o , pudo desacoplar lo que en la v i d a es inseparable. Centran-
Si en lugar de esta perspectiva teórica de la simplicidad admitimos que do la atención en las teorías como sistemas legales sometidos sólo al impe-
la relación de conocimiento se inscribe dentro de u n a dinámica vincular de rio de la lógica y de la contrastación experimental se "olvidó", desvalorizó e
un sujeto social en intercambio con un m u n d o en permanente transforma- invisibilizó el trabajo inventivo implícito en toda producción de conocimiento.
ción, se hace imposible suponer un m u n d o independiente que pudiera des- Desde el enfoque de la dinámica vincular no se admite esta escisión, y
cribirse objetivamente. tampoco es posible suponer ya que el conocimiento es la suma de los pro-
La complejidad, entendida como un enfoque dinámico e interactivo, i m - ductos que cada sujeto y disciplina ofrecen al m e r c a d o del conocimiento.
plica un cambio en el tratamiento global del conocimiento que nos exige Por el contrario, el pensamiento no es u n a actividad disciplinada, es una
renunciar a la noción de un m u n d o exterior independiente y a una mirada actividad social instituyente. Los abordajes de la complejidad nos invitan a
que puede abarcarlo completamente. D e b e m o s renunciar a la actitud teóri- cuestionarnos ¿quién piensa?, ¿qué significa pensar? Desde una perspecti-
ca y admitir que el conocimiento es configuración de m u n d o . La vieja dico- va vincular es posible gestar respuestas m u y diferentes al "yo pienso" car-
tomía entre teoría y praxis se desvanece en el aire de la dinámica vincular. tesiano y comenzar a pensar el sujeto del pensamiento como un "nosotros".

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DENISE NAJMANOVICH ESTÉTICA DE LA COMPLEJIDAD

No se trata simplemente de un pensamiento pluralista con relación a sus ojo desnudo. En la época de Galileo estas observaciones c a m b i a r o n comple-
producciones sino de un pensamiento plural desde los m o d o s de produc- tamente las nociones fundamentales de la astronomía obligando a u n a "re-
ción: pensamos en, con, junto, contra, el colectivo con el cual convivimos. Es configuración de los cielos". Cuando la concepción galileano-newtoniana so
el colectivo el que n o s permite pensar y legitimar el conocimiento. Un colec- estableció c o m o p a r a d i g m a triunfante, se olvidó este proceso y se creyó que,
tivo que no incluye sólo a seres h u m a n o s sino t a m b i é n tecnologías, espacios ¡ahora sí!, la visión qué teníamos del m u n d o era casi completa y que los
activos, que le dan forma, lo conforman y lo transforman. detalles que faltaban no cambiarían la estética global del cosmos de la
Sobre la b a s e de estas nociones he propuesto u n a metáfora para pensar Modernidad. La teoría de la relatividad, la cuántica, la t e r m o d i n á m i c a do .
el proceso cognitivo. Se trata de un dispositivo al que he bautizado "confí- procesos irreversibles y la teoría del caos hicieron trizas esta ilusión. Sin
gura-zoom", cuyas características centrales son: embargo, la noción de teoría no parece h a b e r sido afectada p o r esta demoli-
ción. Éste es el desafío de los abordajes actuales de la complejidad: renun-
CONFIGURA-ZOOM ciar a las pretensiones totalitarias y simultáneamente e m p ó b r e c e d o r a s do
U N ESTLLO D E I N D A G A C I Ó N la perspectiva teórica sin renunciar al pensamiento. Se trata h o y de abdi-
car de los absolutos y emprender la tarea riesgosa, pero potente, de una
• Ajuste de parámetros de visualization y visibilización elucidación y producción de sentido contextual y responsable.
• Sistema de enfoque plural
• M o v i l i d a d del punto de vista
• Multidimensionalidad

MULTIPEESPECTIVA

• Creación de itinerarios y configuraciones diversas

A diferencia del objeto técnico q u e u s a n las m á q u i n a s fotográficas que


sólo nos p e r m i t e acercar o alejar u n a i m a g e n , el "configura-zoom" admite
el ajuste de v a r i o s p a r á m e t r o s s i m u l t á n e a m e n t e , posibilitando un siste-
m a d e enfoque m u l t i d i m e n s i o n a l . L a posibilidad d e configurar implica
que a c c e d e m o s a distintas perspectivas, i n c l u y e n d o cortes transversales
y m o v i m i e n t o s de barrido, elección de escala y m o d o de interacción. En
suma, se trata de un dispositivo que n o s da la p o s i b i l i d a d de construir un
estilo de i n d a g a c i ó n caracterizado p o r la e x p l o r a c i ó n . El resultado es la
creación de un paisaje c o n c e p t u a l en el que c o e x i s t e n u n a multiplicidad
de formas de construir la experiencia, en parte paralelas y c o n cierta au-
t o n o m í a relativa, pero que t a m b i é n se m i x t u r a n e hibridan, se solapan y
e n c a b a l g a n , se i n h i b e n o se p o t e n c i a n , c h o c a n entre sí o se ignoran.
La reconfiguración del paisaje cognitivo no es u n a adquisición de la com-
plejidad, lo que es propio del pensamiento complejo es que legitima este
proceder. De h e c h o , hasta el m i s m o telescopio funciona de ese m o d o : si en-
focamos un objeto terrestre, m á s o m e n o s lejano, sólo nos da la opción de un
cambio de t a m a ñ o de la imagen, pero si enfocamos a los cielos, se hacen
presentes m f i n i d a d de estrellas que antes eran invisibles y también pode-
mos v e r otros "objetos", c o m o los anillos de Saturno, que no existen para el

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