Cristianos conforme

el corazón de Jesús

Hay tres pasos para poder ser

cristianos conforme el corazón de
Dios:

1. Tener un corazón devoto

2. Permanecer en la palabra

3. Tener un corazon comprometido

a orar.
1. Tener un corazón devoto:
Hay muchos hombres y mujeres devotos. En la palabra del Señor en el evangelio según
San Lucas, encontramos la historia de una mujer admirable, de una mujer devota.

SN. Lc. 10, 38-42

“Siguiendo su camino entraron en un pueblo,
y una mujer llamada Marta, lo recibió en su
casa. Tenía una hermana llamada María,
que se sentó a los pies del Señor y se quedó
escuchando su palabra. Mientras tanto Marta
estaba absorbida por los muchos quehaceres
de la casa. En cierto momento Marta se acercó
a Jesús y le dijo: Señor, ¿No te importa que
mi hermana me haya dejado sola para
atender? Dile que me ayude.

Pero el Señor le respondió: Marta, Marta, tu

andas preocupada y te pierdes en mil cosas:
una sola es necesaria . María ha elegido la
mejor parte, que no le será quitada” .
Podemos aprender varias cosas del corazón de María:

1.- Tuvo discernimiento:

Escogió la mejor parte. Marta también pudo hacer lo mismo, pero ella se afanó se
preocupó por mil cosas dice Jesús. Debemos de tener discernimiento porque satanás
es muy listo y nos pone muchos distractores
San Mt. 6,33 nos dice: “Buscad primero el Reino de Dios y todo se os dará por
añadidura”.

2.- María estaba a los pies de

Jesús:
Cuánto tiempo estamos nosotros a los
pies de Jesús recibiendo vida. Nos
mantenemos tan atareados que al finalizar
el día lo único que queremos es dormir.

Que hermosa experiencia la de María

escogiendo lo mejor, lo que no fue
quitado, la palabra que da vida, que
fortalece y que da luz en el camino.
Prov. 3, 6 dice:
“Reconócelo en todos tus caminos y el enderezará tus sendas”

Qué caminos haz recorrido ?

Sabes reconocer a Jesús si hay dolor, tristeza, vejez, juventud,

trabajo?
Así vive un cristiano devoto, a los pies de Jesús reconociéndolo en todos sus
caminos. La Biblia Latinoamericana dice: “En cualquier cosa que hagas, tenlo
presente. El aplanará tus caminos, solamente así podremos escuchar su voz.

ISAÍAS 30,21 nos dice “ Y con tus oídos oirás detrás de ti estas
palabras: Ese es el camino id por él, ya sea a la derecha ya a la
izquierda”

Cuántos han oído la voz de Dios. Dios nos habla, a veces por medio de una
prédica, a veces utiliza a sus ángeles que pueden ser amigos que nos dan un
consejo, a veces a través de un sueño, o por medio de una cita bíblica o una
canción.
Debemos tener un corazón devoto para poder escuchar la voz de Dios y hacerlo
todo con alegría, nuestro trabajo, nuestro servicio, para que no sea una cerga.
2. Permanecer en la Palabra
Hay muchos hombres y mujeres devotos. En la palabra del Señor en el evangelio según
San Lucas, encontramos la historia de una mujer admirable, de una mujer devota.

JEREMIAS 17,8
Bendito el hombre que confía en el Señor,
y en el Señor pone su esperanza.
Es como un árbol plantado junto al agua,
que alarga hacia la corriente sus raíces;
nada teme cuando llega el calor; su follaje
se mantiene verde; en año de sequía no se
preocupa, ni deja de producir sus frutos.
Quien permanece en la palabra es como un árbol frondoso, que tiene una raíz
fuerte, bien cimentada, que tiene un follaje frondoso, que se extiende, que sirve
de refugio.

Qué clase de árbol estás siendo tú en este momento?

Cómo un gran árbol plantado a la vera del río que cuando soplan vientos fuertes
no lo mueven, o se le está secando la raíz?

Qué clase de vientos están soplando en mi vida?

el viento de los celos, del mal carácter, de la incomprensión,
los vientos del egoismo o de la duda, de tristeza, desánimo.

Pídamosle a Dios permanecer en su palabra para ser esos árboles fuertes como
el roble, como la palmera. Tener nuestra mirada siempre puesta en Jesús para
que nada ni nadie nos bote o nos aleje del Señor.
3.- Tiene un corazón comprometido
a orar.

SALMO 121, 1-2

1. Dirijo la mirada hacia los
montes: ¿de dónde me llegará
ayuda?

2. Mi socorro me viene del Señor,

que hizo el cielo y la tierra.

Si nuestro socorro, si nuestra

ayuda, viene de Dios debemos
de aprender a confiar en El y
estar comprometidos a orar.

Debemos de preguntarnos que le

doy yo a Dios?