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El cuento en que se basa es bien conocido: la princesa atrapada en una torre que saca por la ventana su larga
melena para que el príncipe trepe y la rescate, pero no ocurre eso, ella encuentra la manera de negociar con un
chico, que no es príncipe, es un ladronzuelo, para que la ayude a salir, y al verdad que la primera vez que le ve le
deja inconsciente, así que no es tan indefensa como ella misma creía. Aunque tenga la base de cuento típico, con
su amor y una mujer malvada como su “mamá”, que la secuestra y la cría en lo alto de una torre como si fuera su
propia hija. Así expone su principal motivación, que de nuevo no tiene nada que ver con príncipes: lo que desea
es averiguar de dónde proceden los farolillos que en cada uno de sus cumpleaños llenan la noche de luz
Es de las primeras películas donde no se Así está representado con su enmarañado
acaba con un matrimonio, ¡viva las solteras! pelo. Enamorada de las aventuras, hábil con
Mérida es, además de todo, una película el arco y la flecha y valiente, Mérida acaba
sobre la relación entre madre e hija, o consiguiente su propósito: no se casará a
cómo los adolescentes y los padres y menos que sea con alguien que ella desee
madres no siempre se entienden, pero que cuando ella desee. Y sus padres están de
al final se pueden hablar las cosas y llegar a acuerdo.
un acuerdo. Además, ella es una chica que
no cumple con los estereotipos de una
"dama", pese a que su madre quiere
educarla como tal.
En 2013 conoceríamos a las dos princesas: Elsa y Anna en la película Frozen.
Aunque Anna al principio es una joven enamoradiza, su principal objetivo será
salvar a su hermana Elsa, que se ha convertido en todo un símbolo de la
diversidad y la tolerancia, ya que en la película es rechazada por tener el poder
del hielo. Si en las cintas anteriores el tema principal era la relación de amor
entre la princesa y su enamorado, en Frozen es el amor fraternal el eje de la
historia. Por si fuera poco, también se rompe el modelo de príncipe encantador
con Kristoff, un joven bonachón y algo torpe que acabará enamorando a Anna.
Elsa, por su parte, se suma al club de las solteras.
La primera princesa en encarnar la típica historia del viaje del héroe, sin necesidad de incluir
una historia de amor de por medio. Moana (2016) no se pregunta con quién debería casarse
o qué pasará cuando muera su padre, sino cuán lejos podrá llegar donde nadie ha llegado,
donde nadie se ha atrevido, para salvar a su pueblo de la destrucción y ser una gran líder. Es
un caso interesante de normalización de la igualdad. Es decir, en el universo creado para ella
ya no tiene que luchar contra el patriarcado porque ella vive en una sociedad que, por las
pistas que ofrece la trama, no parece vivir con restricciones de género.
Su padre le prohíbe alejarse de la isla, pero por protegerla de una experiencia que él mismo
tuvo. Asimismo, Maui al principio la menosprecia, no por mujer, sino por mortal que no
considera que esté a su altura. En su cotidiano y en su aventura, el género femenino de
Moana nunca se presenta como algo que representa un obstáculo en su camino.
La visión de la princesa de antaño ha quedado grabada en el imaginario colectivo pero ¿qué
pasa con las princesas modernas?, más allá de “bonitas” cada una de ellas aporta parte
fundamental a la trama, ya no están a la espera de un príncipe ellas son dueñas de sus propios
destinos…¿No es hora de dejar a la princesa de antaño en el pasado?, debemos la bienvenida
a una nueva era para los roles femeninos en la ficción.
De princesa a heroína