Professional Documents
Culture Documents
Entre los objetivos que la UNESCO (1983) determina al definir la educación ambiental está
la formación de los individuos para conocer y reconocer las interacciones entre lo que hay
de natural y de social en su entorno y para actuar en ese entorno y hacer que dicho
conocer y reconocer sea de manera significativa, garantizando así que el proceso de
Metacognición propuesto por Ausubel y explicado ampliamente por Rodríguez Palmero
(2004) el cual garantiza que se adquieran hábitos reflexivos amables con el ambiente y
con todo el entorno que rodee al individuo, permitiéndole así, un mejoramiento y
mantenimiento sustancial de su calidad de vida.
Dentro del proceso reflexivo, es importante que tal como lo menciona Frers (2010)
abordar la temática del cuidado del medio ambiente con la seriedad necesaria buscando
revertir los malos hábitos que han causado daños, hasta la fecha, al equilibrio
ecosistémico del planeta, haciendo énfasis en el hecho que de continuar con dichos malos
hábitos, con el transcurrir del tiempo se perderá la oportunidad de tener calidad de vida
consiguiendo así un deterioro de las interacciones biológicas que suceden en el planta, y
con esto, disminuir el umbral de posibilidades de vida a lo largo del tiempo.
Así mismo, es evidente la necesidad de sensibilización desde cada persona, para repensar
valores y actitudes, permitiendo así el cambio cultural necesario para abordar las
problemáticas ambientales.
Es así, como la educación ambiental debe buscar que “la sociedad aprenda a interpretar y
analizar las reacciones de la naturaleza, a conocer que el entorno natural tiene capacidad
limitada de regeneración y que muchos de sus elementos, al ser utilizados por el ser
humano, se convierten en recursos finitos” Mora et. al. (2012).
Los programas de educación ambiental deben liderarse por la comunidad ya que ella es
quien debe tomar decisiones de forma íntegra para propiciar un manejo responsable de
los recursos naturales, reconocer las problemáticas ambientales que afectan su entorno y
con este, propiciar espacios de reflexión, toma de conciencia que permitan un desarrollo
social sostenible y sustentable.
• Aprender a hacer. Tiene que ver con el desarrollo de habilidades y destrezas para poner
en práctica el conocimiento adquirido. Está vinculado con la productividad y el trabajo y
hace parte de la política económica y las metas de desarrollo.
• Aprender a Ser. Búsqueda del sentido de lo que somos y anhelamos ser, como
individuos y como sociedad. La ética ambiental cobra fuerza al plantear el respeto a 5
todas las formas de vida y la responsabilidad, no sólo con el presente sino con las futuras
generaciones.
Los procesos educativos que incluyen la enseñanza de la educación ambiental pretenden “tomar
conciencia del individuo y la sociedad de igual forma la capacitación conforman un proceso que
permite que los seres humanos y las sociedades desarrollen plenamente la capacidad de
conocimiento del mundo y la realidad interpretarlos, explicarlos y vivir sus circunstancias”. Mora
et al (2012).
http://unesdoc.unesco.org/images/0007/000714/071480so.pdf
https://www.ecoportal.net/temas-especiales/educacion-
ambiental/cual_es_la_importancia_de_la_educacion_ambiental/
http://www.colmayor.edu.co/archivos/35_diana_lpezeducacin_ambienta_cyluh.pdf
http://www.un.org/spanish/esa/sustdev/documents/declaracionrio.htm
Jacques Delors et al, (1996). Informe a la Unesco de la Comisión Internacional sobre la Educación
para el Siglo XXI. Santillana, Ediciones Unesco.
UNESCO, (1997). Actividades de educación ambiental para las escuelas primarias: sugerencias para
confeccionar y usar equipo de bajo costo. Serie de educación ambiental 21. Recuperado de
http://unesdoc.unesco.org/images/0009/000963/096345so.pdf
Por otra parte, el Ministerio de Educación Nacional (2005, s.f.) define a los Proyectos Ambientales
Escolares –PRAE– como:
De acuerdo con lo anterior, con la aplicación de los PRAES se pretende, en los primeros años de
escolaridad, en los cuales la niñez comienza a interactuar socialmente y, por consiguiente, entra
en contacto con saberes, actitudes, prácticas y valores desarrollados culturalmente, enfatizar en
que la educación ambiental no puede reducirse a una sola actividad. Por el contrario, debe
tomarse como una dimensión de la formación integral y, por lo tanto, lograr que atraviese todos
los problemas que se trabajen en el ámbito escolar. Desde los primeros años es importante formar
para la gestión, la autonomía, la responsabilidad y la ética y contribuir al desarrollo de valores
como la tolerancia, la solidaridad, el respeto por los otros, la convivencia y la resolución pacífica de
conflictos, 6 entre otros. Es quizás el mayor aporte que puede dar la educación ambiental en este
nivel en el que los contenidos se encuentran representados en tres grandes temas, presentados en
la tabla 1.
Qué es la Teoría del Aprendizaje Significativo?
Podemos considerar a la teoría que nos ocupa como una teoría psicológica del aprendizaje en el
aula. Ausubel (1973, 1976, 2002) ha construido un marco teórico que pretende dar cuenta de los
mecanismos por los que se lleva a cabo la adquisición y la retención de los grandes cuerpos de
significado que se manejan en la escuela. Es una teoría psicológica porque se ocupa de los
procesos mismos que el individuo pone en juego para aprender. Pero desde esa perspectiva no
trata temas relativos a la psicología misma ni desde un punto de vista general, ni desde la óptica
del desarrollo, sino que pone el énfasis en lo que ocurre en el aula cuando los estudiantes
aprenden; en la naturaleza de ese aprendizaje; en las condiciones que se requieren para que éste
se produzca; en sus resultados y, consecuentemente, en su evaluación (Ausubel, 1976). Es una
teoría de aprendizaje porque ésa es su finalidad. La Teoría del Aprendizaje Significativo aborda
todos y cada uno de los elementos, factores, condiciones y tipos que garantizan la adquisición, la
asimilación y la retención del contenido que la escuela ofrece al alumnado, de modo que adquiera
significado para el mismo. Pozo (1989) considera la Teoría del Aprendizaje Significativo como una
teoría cognitiva de reestructuración; para él, se trata de una teoría psicológica que se construye
desde un enfoque organicista del individuo y que se centra en el aprendizaje generado en un
contexto escolar. Se trata de una teoría constructivista, ya que es el propio individuo-organismo el
que genera y construye su aprendizaje. El origen de la Teoría del Aprendizaje Significativo está en
el interés que tiene Ausubel por conocer y explicar las condiciones y propiedades del aprendizaje,
que se pueden relacionar con formas efectivas y eficaces de provocar de manera deliberada
cambios cognitivos estables, susceptibles de dotar de significado individual y social (Ausubel,
1976). Dado que lo que quiere conseguir es que los aprendizajes que se producen en la escuela
sean significativos, Ausubel entiende que una teoría del aprendizaje escolar que sea realista y
científicamente viable debe ocuparse del carácter complejo y significativo que tiene el aprendizaje
verbal y simbólico. Así mismo, y con objeto de lograr esa significatividad, debe prestar atención a
todos y cada uno de los elementos y factores que le afectan, que pueden ser manipulados para tal
fin. Desde este enfoque, la investigación es, pues, compleja. Se trata de una indagación que se
corresponde con la psicología educativa como ciencia aplicada. El objeto de la misma es destacar
“los principios que gobiernan la naturaleza y las condiciones del aprendizaje escolar” (op. cit., pág.
31), lo que requiere procedimientos de investigación y protocolos que atiendan tanto a los tipos
de aprendizaje que se producen en el aula, como a las características y rasgos psicológicos que el
estudiante pone en juego cuando aprende. De igual modo, es relevante para la investigación el
estudio mismo de la materia objeto de enseñanza, así como la organización de su contenido, ya
que resulta una variable del proceso de aprendizaje.
Como primera medida, en su libro El criterio moral en el niño, Piaget (1932) se preocupa
por cómo se crea conciencia de las reglas. Ahí define que este fenómeno (el surgimiento
de la conciencia de la regla) solo ocurre de una forma: por regularidad: “sin la sensación
de regularidad, la obligación no aparece y la obligación es la base de toda norma, de toda
regla” (Piaget, 1932; citado por Vidal Lucena, 2009).
Tomando como referencia este concepto de regularidad, el primer paso para que exista
conciencia de la necesidad de normas y posteriormente de la interiorización de normas es
el respeto unilateral (jerárquico), donde los entes involucrados en la norma sean tratados
de manera ecuánime, y que asuman la misma posición frente a la norma, logrando que
ésta sea regular y tenga el mismo alcance para todos aquellos a quienes involucra.
Cuando este primer paso es positivo y certero, el individuo es capaz de adquirir conciencia
de la necesidad de la existencia de la norma y la necesidad de la aplicación de la norma en
su grupo social. En tal caso, se está ante el segundo paso de la concientización es el
respeto mutuo entre las personas involucradas en la implementación de dichas reglas
(Vidal Lucena, 2009).