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RADIACIÓN ULTRAVIOLETA

La radiación ultravioleta (UV) pertenece a la franja del espectro


electromagnético con longitudes de onda entre 400 y 100 nm
aproximadamente. Se extiende desde la parte violeta del espectro visible hasta
la zona de rayos X blandos, aunque ambos límites son arbitrarios. El límite con
la radiación visible depende da la sensibilidad del ojo humano y viene
determinado por la absorción de la radiación UV por las diferentes medios
transparentes que ha de atravesar para alcanzar la retina, en especial por el
cristalino. La diferencia con los rayos X reside en el mecanismo de emisión: la
radiación ultravioleta se origina a partir de transiciones electrónicas de las
capas exteriores de los átomos; en cambio, el los rayos X, las transiciones
corresponden a electrones de las capas interiores. Se detecta fácilmente,
debido a que posee gran actividad fotoeléctrica y fotoquímica. Sin embargo, la
materia la absorbe con gran facilidad, lo que plantea problemas de transmisión
en diferentes medios (Portero, 2018) .

El sol emite luz, calor y radiación solar. Las radiaciones solares incluyen tres
componentes: los rayos ultravioleta, la luz visible y los rayos infrarrojos. Los
rayos ultravioleta actúan principalmente sobre la piel, induciendo pigmentación,
quemaduras y, en casos prolongados, lesiones del ácido desoxirribonucleico
(ADN) que pueden promover neoplasias cutáneas. Todos estamos expuestos a
la radiación UV procedente del sol y de numerosas fuentes artificiales utilizadas
en la industria, el comercio y durante el tiempo libre.
Cuando la luz solar atraviesa la atmósfera, el ozono, el vapor de agua, el
oxígeno y el dióxido de carbono absorben toda la radiación UVC y
aproximadamente el 90% de la radiación UVB. La atmósfera absorbe la
radiación UVA en menor medida. En consecuencia, la radiación UV que
alcanza la superficie terrestre se compone en su mayor parte de rayos UVA,
con una pequeña parte de rayos UVB.
EL ÍNDICE UV SOLAR MUNDIAL (IUV)
Es una medida de la intensidad de la radiación UV solar en la superficie
terrestre. El índice se expresa como un valor superior a cero, y cuanto más
alto, mayor es la probabilidad de lesiones cutáneas y oculares y menos tardan
en producirse esas lesiones (OMS, 2003).

¿POR QUÉ ES NECESARIO EL IUV? Existe una fuerte asociación entre el


pronunciado incremento de la incidencia de cánceres de piel en poblaciones de
piel clara de todo el mundo y la exposición excesiva a la radiación UV solar;
este incremento también puede estar relacionado con el uso de fuentes
artificiales de radiación UV, como las camas solares. Según los datos actuales,
los hábitos personales de exposición al sol constituyen el factor de riesgo más
importante de alteraciones ocasionadas por la radiación UV. El IUV es un
vehículo importante para aumentar la concienciación de la población sobre los
riesgos de la exposición excesiva a la radiación UV y para advertir a las
personas de la necesidad de adoptar medidas de protección. Si se impulsa a
las personas a que reduzcan su exposición al sol, pueden reducirse los efectos
perjudiciales para la salud y pueden disminuirse de forma significativa los
costos de la atención de salud.

¿CÓMO DEBE UTILIZARSE EL IUV? Este instrumento educativo debe


utilizarse como parte integral de un programa para informar a la población
sobre la protección solar y los riesgos de la radiación UV para la salud, así
como para cambiar las actitudes y el comportamiento de las personas con
respecto a la exposición a la radiación UV. El IUV debe dirigirse especialmente
a los grupos de población vulnerables y con exposición alta, como los niños y
los turistas, y debe servir para informar a la población sobre los diversos
efectos de la radiación UV sobre la salud, como las quemaduras solares, el
cáncer de piel y el envejecimiento de la piel, o las alteraciones oculares y del
sistema inmunitario. Las recomendaciones de las campañas educativas deben
subrayar que el riesgo de efectos adversos para la salud debidos a la
exposición a la radiación UV es acumulativo, y que la exposición en la vida
diaria puede ser tan importante como la que se produce durante las vacaciones
en climas soleados.

El IUV es una medida de la intensidad de la radiación UV sobre la superficie


terrestre que tiene relación con los efectos sobre la piel humana.

• La información sobre el IUV debe proporcionar al menos el valor máximo


diario. En la predicción o comunicación de un máximo diario debe utilizarse el
valor medio de 30 minutos. Si se dispone de observaciones continuas, es útil
manejar valores medios de periodos de 5 a 10 minutos para mostrar los
cambios a corto plazo.

• El IUV debe presentarse como un valor único redondeado al número entero


más próximo.
• Sin embargo, cuando la nubosidad es variable el IUV debe notificarse
mediante un intervalo de valores. Las predicciones del IUV deben tener en
cuenta los efectos de las nubes sobre la transmisión de la radiación UV a
través de la atmósfera. Los programas que no tengan en cuenta los efectos de
las nubes en sus predicciones deberán especificar que se trata de un IUV “con
cielo despejado” o “sin nubes”. Los valores del IUV se dividen en categorías de
exposición (Tabla 1). Los servicios de información meteorológica de un país o
de un medio de comunicación pueden informar sobre la categoría de
exposición, el valor o intervalo de valores del IUV, o ambos.

EXISTEN TRES TIPOS DE RADIACIONES ULTRAVIOLETA:


- UVA: Aproximadamente el 50% de UVA penetra la epidermis y lo hace con
mayor profundidad que la radiación UVB. Provoca pigmentación directa a
través de la fotooxidación de la melanina existente (efecto Meirowsky)
lográndose un bronceado rápido pero poco duradero. Es la principal
responsable del foto envejecimiento, foto sensibilidad y daño en la retina, así
como de la aparición de cataratas. Tiene aplicaciones terapéuticas en el
tratamiento de la psoriasis, acné, linfomas cutáneo de células T,
repigmentación del vitíligo. Es la radiación empleada en las cabinas
bronceadoras.

- UVB: se absorbe en un 90 % por la epidermis . Es la principal responsable del


eritema solar, inmunosupresión y fotocarcinogénesis. Interviene en la
melanogénesis, apareciendo el bronceado tardíamente pero de forma más
duradera que el originado por la radiación UVA.

-UVE: posee propiedades germicidas y es responsable del eritema sin


bronceado, por ello es potencialmente la más peligrosa. El ozono impide su
penetración en la atmósfera. Está presente en fuentes artificiales: lámparas
bactericidas, arcos de soldadura industrial [2]. Cuando la luz solar atraviesa la
atmósfera, el ozono, el vapor de agua, el oxígeno y el dióxido de carbono
absorben toda la radiación uve y aproximadamente el 90% de la radiación
UVB. La atmósfera absorbe la radiación UVA en menor medida. En
consecuencia, la radiación UV que alcanza la superficie terrestre se compone
en su mayor parte de rayos UVA, con una pequeña parte de rayos UVB.
LA INTENSIDAD DE LA RADIACIÓN UV DEPENDE DE:
La altura del sol: Cuanto más alto esté el sol en el cielo, más intensa es la
radiación UV. Así, la intensidad de la radiación UV varía según la hora del día y
la época del año. Fuera de las zonas tropicales, las mayores intensidades de la
radiación UV se producen cuando el sol alcanza su máxima altura, alrededor
del mediodía solar durante los meses de verano

La latitud: Cuanto más cerca del ecuador, más intensa es la radiación UV. LA
NUBOSIDAD La intensidad de la radiación UV es máxima cuando no hay
nubes, pero puede ser alta incluso con nubes. La dispersión puede producir el
mismo efecto que la reflexión por diferentes superficies, aumentando la
intensidad total de la radiación UV.

La altitud: A mayor altitud la atmósfera es más delgada y absorbe una menor


proporción de radiación UV. Con cada 1000 metros de incremento de la altitud,
la intensidad de la radiación UV aumenta en un 10 a 12%.

El ozono: El ozono absorbe parte de la radiación UV que podría alcanzar la


superficie terrestre. La concentración de ozono varía a lo largo del año e
incluso del día.

La reflexión por el suelo: Diferentes tipos de superficies reflejan o dispersan la


radiación UV en diversa medida; por ejemplo, la nieve reciente puede reflejar
hasta un 80% de la radiación UV; la arena seca de la playa, alrededor de un
15%, y la espuma del agua del mar, alrededor de un 25%.
FUENTES DE RADIACIÓN ULTRAVIOLETA:
Las radiaciones UV son emitidas por numerosas fuentes naturales (sol,
estrellas) y artificiales (lámparas de UV).

En medicina, la radiación ultravioleta se produce artificialmente mediante el


paso de una corriente eléctrica a través de un gas, generalmente mercurio
vaporizado. Los átomos de mercurio (arco de vapor de mercurio) son excitados
por colisiones con los electrones, que fluyen entre los electrodos de la lámpara.
Al desexcitarse, emiten en un espectro constituido por un número limitado de
longitudes de onda (líneas espectrales), correspondientes a las transiciones
electrónicas, que son características de átomo de mercurio. La intensidad
relativa de las diferentes longitudes de onda de espectro depende de la presión
de vapor del mercurio. Para las lámparas que contienen vapor de mercurio a
presión cercana a la atmosférica, la radiación se emite en las regiones UVC,
UVB, UVA, visible e infrarrojo cercano. Añadiendo a la lámpara pequeñas
cantidades de compuestos metálicos, como yoduro de plomo o de hierro, tanto
la potencia como el espectro emitido (especialmente en el UVA) pueden
intensificarse.

Lámparas de cuarzo caliente: Llevan una presión de mercurio elevada. Emiten


a 265, 297, 302, 313 y 366 nm. Las MED suelen ser del orden de 15 s a 75 cm.
Algunas llevan acoplados dispositivos de enfriamiento.

Lámparas de cuarzo frío: Se utilizan como germicidas. Funcionan a una presión


de mercurio relativamente baja y operan a 60ºC. Casi la totalidad de la
radiación es de 254 nm.

Lámparas solares: Poseen un filamento de tungsteno que vaporiza el mercurio


hasta formar un arco. Presentan una cubierta de vidrio, que transmite la luz UV.
Las MED se miden en minutos. Suelen disponerse junto a emisores IR para
emular el espectro de radiación solar.

Lámparas de «luz negra»: Poseen filtros que absorben la luz visible. Pueden
ser de cristal de fosfato oscurecido o de cristal de óxido de níquel. Permiten la
observación de fluorescencia inducida por UV. Se emplean en el diagnóstico de
determinados trastornos de la piel y el ojo.

Lámparas fluorescentes: Actualmente, está en pleno auge la producción de UV


mediante tubos o lámparas fluorescentes. Estos tubos están rellenos de argón,
con una pequeña cantidad de vapor de mercurio a baja presión, de forma que
emiten radiación ultravioleta al paso de la corriente. La pared interna del tubo
está recubierta con una capa de fósforo, que hace de filtro. A bajas presiones,
en el vapor de mercurio hay una línea espectral predominante de 253,3 nm,
que es eficientemente absorbida por el fósforo. Esto conduce a una reemisión
de radiaciones de mayor longitud de onda, por un fenómeno de fluorescencia,
dependiente de la naturaleza química del material de fósforo. Los compuestos
fosfóricos tienen capacidad para producir la fluorescencia en la región visible

Bibliografía
Portero, F. S. (10 de junio de 2018). RADIACIÓN ULTRAVIOLETA. Obtenido de
http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitacion-fis/ultravioleta-morrillo.pdf

RADIACIÓN ULTRAVIOLETA. (10 de junio de 2018). Obtenido de


http://www.bvsde.paho.org/bvsacg/fulltext/desinfeccion/capitulo4.pdf

Salud, O. M. (2003). Indice UV solar mundial : guía práctica. Obtenido de


http://www.who.int/uv/publications/en/uvispa.pdf

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