You are on page 1of 18

Fernando Pessoa – Un hombre lleno de gente

 ENTRAMADO

El poeta es un fingidor.
Finge tan profundamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente.

Fernando Pessoa

Fernando Pessoa nació en Lisboa en 1888. Su padre murió a los pocos años, y su madre se casó
con un integrante del cuerpo diplomático de Portugal, por lo que Pessoa pasó gran parte de su
niñez y adolescencia en Sudáfrica y eso le permitió formarse en la lengua y la literatura
inglesas. En 1905 vuelve a Lisboa, donde empieza la carrera de Letras y la abandona un par de
años después. Se gana la vida como traductor comercial, vive humildemente. Sus biógrafos –su
sobrina, por ejemplo– nos hablan de un hombre muchas veces divertido, ocurrente y alegre,
aunque también melancólico y solitario, características que fueron afianzándose con el
transcurso de los años. Nunca se casó ni tuvo hijos. A partir de 1914 empieza a publicar
algunos de sus poemas y funda revistas literarias vanguardistas de breve y explosiva duración.
Murió de una crisis hepática –debida en gran parte a su desmedida afición por el alcohol– en
1935.

De su obra, uno de los elementos más significativos es el sistema de heterónimos que la


estructuran: Pessoa imaginó varios autores posibles y escribió desde ellos buena parte de sus
poemas y de su prosa. Más allá de algunas decenas de heterónimos menores, son los más
importantes: Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Ricardo Reis y Bernardo Soares (prosista,
autor del Libro del desasosiego). A estos se suma, obviamente, Fernando Pessoa cuando firma
con su propio nombre.

En la creación de estos heterónimos Pessoa trabajó muy cuidadosamente: cada uno


tiene una voz definida, y una biografía que él se ocupó de consignar, y en muchos casos se
relacionan entre ellos.

Si bien Pessoa publicó en vida, especialmente en revistas, parte fundamental de su obra


(incluyendo muchos de los poemas más significativos de sus heterónimos), dejó inédita la
mayoría, que fue publicándose –acrecentando la fama del poeta– durante todo el siglo XX.

A continuación compartimos una breve semblanza de sus heterónimos poetas más


importantes, y algún poema de cada uno. La traducción de los poemas de Caiero y de los de
Pessoa es de Santiago Kovadloff, la del poema de Álvaro de Campos, de Mario Bojórquez, de
Rodolfo Alonso la traducción de los poemas de Reis.

Alberto Caeiro

Nació en 1889, en Lisboa, y murió de tuberculosis –al igual que el padre de Pessoa– en 1915.
Vivió casi toda su vida en el campo. No tuvo profesión ni casi educación, solo la instrucción
primaria. De estatura media, frágil físicamente, rubio. Huérfano a los pocos años de padre y
madre, vivía en una humilde cabaña con una vieja tía abuela. Caeiro utiliza una sintaxis
extremadamente simple y un vocabulario reducido y repetitivo. Pero ese hombre fue el
maestro reconocido de Campos, fue el maestro reconocido por Pessoa, fue el maestro
reconocido por Reis. Todos ellos lo veneran y lo llaman el maestro: el Maestro Caeiro.

XX

El Tajo es más bello que el río que corre por mi aldea,


Pero el Tajo no es más bello que el río que corre por mi aldea,
Porque el Tajo no es el río que corre por mi aldea.

En el Tajo hay grandes barcos


Y navega por él aún,
Para quienes ven en todo lo que allí no está,
La memoria de las carabelas.

El Tajo baja de España


Y entra al mar en Portugal.
Eso lo sabe cualquiera.
Pero pocos saben cuál es el río de mi aldea
Y hacia dónde va
Y de dónde viene.
Y por eso, porque pertenece a menos gente,
Es más libre y más grande el río de mi aldea.

Por el Tajo se va al mundo.


Más allá del Tajo está América
Y la fortuna de quienes la encuentran.
Nadie nunca pensó qué hay más allá
Del río de mi aldea.

El río de mi aldea no hace pensar en nada.


Quien está en su orilla sólo está en su orilla.

XXVIII

Hoy leí casi dos páginas


Del libro de un poeta místico,
Y reí como quien ha llorado mucho.
Los poetas místicos son filósofos enfermos,
Y los filósofos son hombres locos.

Porque los poetas místicos dicen que las flores sienten


Y dicen que las piedras tienen alma
Y que los ríos entran en éxtasis bajo la luz de la luna.

Pero las flores, si sintiesen, no serían flores,


Serían gente.
Y si las piedras tuviesen alma, serían cosas vivas, no serían piedras;
Y si los ríos entraran en éxtasis bajo la luz de la luna,
Los ríos serían hombres enfermos.

Hace falta no saber qué son las flores, las piedras y los ríos
Para hablar de sus sentimientos.
Hablar del alma de las piedras, de las flores, de los ríos,
Es hablar de uno mismo y de sus falsos pensamientos.
Gracias a Dios las piedras no son sino piedras,
Y los ríos no son más que ríos
Y las flores, flores nada más.

En cuanto a mí, escribo la prosa de mis versos


Y me pongo contento,
Porque sé que comprendo la Naturaleza por fuera;
Y no la comprendo por dentro
Porque la Naturaleza no tiene dentro;
De lo contrario, no sería Naturaleza.

***********

Álvaro del Campos


Nació en Tavira, a las 13:30 del 15 de octubre de 1890. Alto, elegante, morocho. Estudió en
Escocia y se formó en Glasgow en ingeniería naval. Viajo a Oriente. Luego regresó a Portugal,
donde conoció a Caeiro. Fue vanguardista, se interesó vivamente por el sensacionismo y el
futurismo. Escribió su último poema el 12 de octubre de 1935.

ODA TRIUNFAL

A la dolorosa luz de las grandes lámparas eléctricas de la fábrica,


Tengo fiebre y escribo.
Escribo rechinando los dientes, fiera para esta belleza,
Esta belleza totalmente desconocida por los antiguos.
¡Oh ruedas, oh engranajes, r-r-r-r-r-r eterno!
¡Fuerte espasmo retenido de los mecanismos en furia!
En furia fuera y dentro de mí,
Por todos mis nervios disecados,
¡Por todas las papilas fuera de todo lo que siento!
Tengo los labios secos, oh grandes ruidos modernos,
De oírlos demasiado cerca,
Y me arde la cabeza de quererles cantar con un exceso
De expresión de todas mis sensaciones,
¡Con un exceso contemporáneo de ustedes, oh máquinas!
En fiebre y mirando los motores como una Naturaleza tropical
-Grandes trópicos humanos de fierro y fuego y fuerza-
Canto, y canto el presente, y también el pasado y el futuro,
Porque el presente es todo el pasado y todo el futuro
Y hay Platón y Virgilio dentro de las máquinas y de las luces eléctricas
Sólo porque existieron y fueron humanos Virgilio y Platón,
Y pedazos de Alejandro Magno tal vez del siglo cincuenta,
Atómos que han de tener fiebre en el cerebro de Esquilo del siglo cien,
Andan por estas correas de transmisión y por estos émbolos y por estos volantes,
Rugiendo, rechinando, siseando, estrujando, ferreando,
Haciéndome un exceso de caricias al cuerpo en una sola caricia al alma.
¡Ah, poder expresarme todo como se expresa un motor!
¡Ser completo como una máquina!
¡Poder ir por la vida triunfante como un automóvil último modelo!
¡Poder al menos penetrarme físicamente de todo esto,
Rasgarme todo, abrirme completamente, volverme poroso
A todos los perfumes de aceites y calores y carbones
De esta flora estupenda, negra, artificial e insaciable!
¡Fraternidad con todas las dinámicas!
¡Promiscua furia de ser parte-agente
Del rodar férreo y cosmopolita
De los trenes poderosos,
De la faena transportadora-de-cargas de los navíos,
Del giro lúbrico y lento de las grúas,
Del tumulto disciplinado de las fábricas,
Y del cuasi-silencio siseante y monótono de las correas de transmisión!
¡Horas europeas, productoras, apretadas
Entre mecanismos y maniobras útiles!
¡Grandes ciudades detenidas en los cafés,
En los cafés-oasis de inutilidades ruidosas
Donde se cristalizan y se precipitan
Los rumores y los gestos de lo Útil
Y las ruedas, y las ruedas-dentadas y las chumaceras del Progreso!
¡Nueva Minerva sin alma de los muelles y de los andenes!
¡Nuevos entusiasmos de la estatura del Momento!
Quillas de placas de hierro sonriendo recargadas en los diques,
O en seco, erguidas, en los planos inclinados de los puertos!
¡Actividad internacional, transatlántica, Canadian-Pacific!
¡Luces y febriles pérdidas de tiempo en los bares, en los hoteles,
En los Longchamps y en los Derbies y en los Ascots,
Y Piccadillies y Avenues de l’Opéra que entran
Dentro de mi alma!
¡Hé-lá las calles, hé-lá las plazas, hé-la-hó la foule!
¡Todo lo que pasa, todo lo que se detiene frente a los exhibidores!
¡Comerciantes; vagos; escrocs exageradamente bien vestidos;
Miembros evidentes de clubes aristocráticos;
Escuálidas figuras dudosas; jefes de familia vagamente felices
Y paternales hasta en la cadena de oro que les cruza el chaleco
De bolsillo a bolsillo!
¡Todo lo que pasa, todo lo que pasa y nunca pasa!
¡Presencia demasiado acentuada de las cocottes;
Banalidad interesante (y quién sabe lo que hay por dentro)
De las burguesillas, madre e hija generalmente,
Que andan en la calle con cualquier fin;
La gracia femenil y falsa de los pederastas que pasan lentos;
Y toda la gente simplemente elegante que pasea y se muestra
Y que al final tiene un alma allá adentro!
(Ah, como desearía ser el souteneur de todo esto!
¡La maravillosa belleza de las corrupciones políticas,
Deliciosos escándalos financieros y diplomáticos,
Agresiones políticas en las calles,
Y de vez en cuando el cometa de un regicidio
Que ilumina de Prodigio y Fanfarria los cielos
Usuales y Lúcidos de la Civilización cotidiana!
¡Noticias desmentidas de los periódicos,
Artículos políticos insinceramente sinceros,
Noticias passez à-la-caisse, grandes crímenes-
A dos columnas, pase a la segunda página!
¡El olor fresco a tinta de imprenta!
¡Los carteles puestos hace poco, mojados!
¡Vients-de-paraitre amarillos como una cinta blanca!
¡Cómo los amo a todos, a todos, a todos,
Cómo los amo de todas las maneras,
Con los ojos y con los oídos y con el olfato
Y con el tacto (¡Lo que representa palparlos para mí!)
¡Y con la inteligencia que hacen vibrar como una antena!
¡Ah, tienen celos de ustedes todos mis sentidos!
¡Abonos, trilladoras de vapor, progresos de la agricultura!
¡Química agrícola, y el comercio casi una ciencia!
Oh muestrario de los agentes viajeros,
De los agentes viajeros, caballeros andantes de la Industria,
Extensiones humanas de las fábricas y de las tranquilas oficinas!
¡Oh prendas en los exhibidores! ¡Oh maniquíes! ¡Oh últimos figurines!
¡Oh artículos inútiles que toda la gente quiere comprar!
¡Hola grandes almacenes departamentales!
¡Hola anuncios eléctricos que vienen y están y desaparecen!
¡Hola todo aquello con lo que hoy se construye y es diferente de ayer!
¡Eh, cemento armado, concreto, nuevos procesos!
¡Progreso de los armamentos gloriosamente mortíferos!
¡Escudos, cañones, ametralladoras, submarinos, aeroplanos!
Los amo a todos, a todo, como una fiera.
¡Los amo carnívoramente,
Pervertidamente y enroscando la vista
En ustedes, oh cosas grandes, banales, útiles, inútiles,
Oh cosas modernas,
Oh mis contemporáneas, forma actual y próxima
Del sistema inmediato del universo!
¡Nueva revelación metálica y dinámica de Dios!
Oh fábricas, oh laboratorios, oh music-halls, oh Luna Parks,
Oh acorazados, oh puentes, oh diques flotantes-
En mi mente turbulenta e incandescente
Los poseo como a una mujer bella,
Completamente los poseo como a una mujer bella que no se ama,
Que se encuentra casualmente y resulta interesantísima.
¡Eh-la-ho fachadas de las grandes tiendas!
¡Eh-la-ho elevadores de los grandes edificios!
¡Eh-la-ho cambios ministeriales!
¡Parlamento, políticas, relatores de presupuestos,
Presupuestos, falsificados!
(Un presupuesto es tan natural como un árbol
y un parlamento tan bello como una mariposa.)
Eh-la el interés por todo en la vida,
Porque todo es la vida, desde los brillantes en los exhibidores
Hasta la noche, puente misterioso entre los astros
Y el mar antiguo y solemne, lavando las costas
Y siendo misericordiosamente el mismo
Que era cuando Platón era realmente Platón
En su presencia real y en su carne con el alma dentro,
Y hablaba con Aristóteles, que no había de ser su discípulo.
Podría morir triturado por un motor
Con el sentimiento de deliciosa entrega de una mujer poseída.
¡Tírenme dentro de los hornos!
¡Métanme debajo de los trenes!
¡Golpeénme a bordo de los barcos!
¡Masoquismo a través de maquinismos!
¡Sadismo de no se qué moderno y yo y barullo!
Up-la ho jockey que ganaste el Derby,
¡Morder entre los dientes tu cap de dos colores!
(¡Ser tan alto que no pudiera entrar por ninguna puerta!
¡Ah, mirar es en mí, una perversión sexual!)
¡Eh-la, eh-la, eh-la catedrales!
¡Dejen partirme la cabeza en sus esquinas,
Y ser levantado de la calle lleno de sangre
Sin que nadie sepa quién soy!
¡Oh tramways, funiculares, metropolitanos,
Úntense en mí hasta el espasmo!
¡Hilla, hilla, hilla-ho!
Búrlense de mí en plena cara,
¡Oh automóviles repletos de crápulas y putas,
Oh multitudes cotidianas ni alegres ni tristes de las calles,
Río multicolor anónimo donde me puedo bañar como quería!
¡Ah, que vidas complejas, que cosas allá por las casas de todo esto!
¡Ah saberle la vida a todos, las dificultades de dinero,
Las discusiones domésticas, los libertinajes que no se sospechan,
Los pensamientos que cada uno tiene a solas en su cuarto
Y los gestos que hace cuando nadie lo puede ver!
¡No saber todo esto es ignorarlo todo, oh rabia,
Oh rabia que como una fiebre y un celo y un hambre
Me enjuta el rostro y me agita las manos
En crispaciones absurdas en mitad de las turbas
Por las calles llenas de encontronazos!
¡Ah, y la gente ordinaria y sucia que parece siempre la misma
Que emplea palabrotas como si fueran palabras comunes,
Cuyos hijos roban a las puertas de las mercerías
Y cuyas hijas a los ocho años -y hallo esto bello y lo amo-
Masturban hombres de aspecto decente en los vanos de las escaleras!
¡La gentuza que anda por los andamios y que va a su casa
por callejones casi irreales de estrechez y podredumbre.
Maravillosa gente humana que vive como los perros,
Que está por debajo de todos los sistemas morales,
Para quién ninguna religión fue hecha,
Ningún arte creado,
Ninguna política destinada para ellos!
¡Cómo los amo a todos porque son así,
Ni inmorales de tan bajos que son, ni buenos ni malos,
Inalcanzables por todos los progresos,
Fauna maravillosa del fondo del mar de la vida!
(En la noria del huerto de mi casa
El burro da vueltas y vueltas,
Y el misterio del mundo es del tamanño de esto.
Limpia el sudor con el brazo, trabajador descontento.
La luz del sol sofoca el silencio de las esferas
Y todos habremos de morir,
Oh pinares sombríos del crepúsculo
Pinares donde mi infancia era otra cosa
De lo que ahora soy…)
¡Pero otra vez la rabia mecánica constante!
Otra vez la obsesión movilizada de los omnibuses.
Y otra vez la furia de estar al mismo tiempo dentro de todos los trenes
De todas partes del mundo,
De estar diciendo adiós a bordo de todos los navíos,
Que a estas horas levan anclas o se alejan de los diques.
¡Oh hierro, oh acero, oh aluminio, oh placas de hierro ondulado!
¡Oh muelles, oh puertos, oh trenes, oh, gruas, oh remolcadores!
¡Eh-lá grandes descarrilamientos de trenes!
¡Eh-lá derrumbes de galerías de minas!
¡Eh-lá naufragios deliciosos de los grandes transatlánticos!
¡Eh-lá-oh revolución, aquí, allá, acullá,
Alteraciones de constituciones, guerras, tratados, invasiones,
Ruido, injusticias, violencias, y tal vez pronto el fin,
La gran invasión de los bárbaros amarillos por Europa,
Y otro sol en el nuevo Horizonte!
¿Qué importa todo esto, pero qué importa todo esto
Al fúlgido y rojo ruido contemporáneo,
Al ruido cruel y delicioso de la civilización de hoy?
Todo esto acalla todo, salvo el Momento,
El Momento de tronco desnudo y caliente como un horno
El Momento estridentemente ruidoso y mecánico,
El Momento dinámico pasaje de todas las bacantes
Del hierro y del bronce y de la borrachera de los metales.
¡Eia trenes, eia puentes, eia hoteles a la hora de la cena,
Eia aparejos de todas las especies, férreos, brutos, mínimos,
Instrumentos de precisión, aparejos de triturar, de cavar,
Ingenios, brocas, máquinas rotativas!
¡Eia! ¡Eia! ¡Eia!
¡Eia electricidad, nervios enfermos de la Materia!
¡Eia telegrafía-sin-hilos, simpatía metálica del Inconciente!
¡Eia toneles, eia canales, Panamá, Kiel, Suez!
¡Eia todo el pasado dentro del presente!
¡Eia todo el futuro ya dentro de nosotros! ¡Eia!
¡Eia! ¡Eia! ¡Eia!
¡Frutos de fierro y herramienta de árbol -fábrica cosmopolita!
No sé qué existo hacia adentro. Giro, rodeo, me ingenio.
Me enganchan en todos los trenes
Me izan en todos los muelles.
Giro dentro de todas las hélices de todos los navíos.
¡Eia! ¡Eia-ho eia!
¡Eia! ¡Soy el calor mecánico y la electricidad!
¡Eia! ¡Y los rails y las casas de máquinas y Europa!
¡Eia y hurra por mí y todo, máquinas a trabajar, eia!
¡Trepar con todo por encima de todo! ¡Hup-la!
¡Hup-la, hup-la, hup-la-ho, hup-la!
¡He-la! ¡He-ho h-o-o-o-o-o!
¡Z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z!
¡Ah, no ser yo toda la gente en todas partes!

***********

Ricardo Reis

Nació en Oporto el 19 de septiembre de 1887 a las 4:05 de la tarde. Médico, monárquico –


circunstancia por la cual se exilió a partir de 1919 en Brasil–, educado en un colegio de jesuitas,
recibió una formación clásica y latinista, de principios conservadores. Es moreno, de estatura
media, camina algo curvado, tiene apariencia de judío portugués. Conoce la tradición greco-
latina y proclama la disciplina en la construcción poética. Escribió su último poema en
diciembre de 1933.

“LIDIA, IGNORAMOS…”

Lidia, ignoramos. Somos extranjeros


Dondequiera que estemos.

Lidia, ignoramos. Somos extranjeros


Dondequiera moremos. Todo es ajeno
Y no habla nuestra lengua.
Hagamos de nosotros el retiro
Donde escondernos, tímidos por el insulto
Del tumulto del mundo-
¿Qué quiere el amor más que no ser de otros?
Como un secreto dicho en los misterios
Sea sagrado por nuestro.

ODA

Para ser grande, sé entero: nada


Tuyo exageres o excluyas.
Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres
En lo mínimo que hagas.
Por eso la luna brilla toda
En cada lago, porque alta vive.

***********
Fernando Pessoa

Coincide su vida con la de Fernando Pessoa.

NAVIDAD

Nace un Dios, otros mueren. La verdad


No vino ni se fue: el Error cambió,
Tenemos ahora otra eternidad,
Y era siempre mejor lo que pasó.

Ciega, la Ciencia la inútil gleba labra.


Loca, la Fe vive el sueño de su culto.
Un nuevo dios es solo una palabra.
No busques ni creas más: todo es oculto.

“¡POBRE VIEJA MÚSICA!”

¡Pobre vieja música!


No sé que placer
Conmueve mis ojos
Que lloran sin ver.

Recuerdo otro oírte.


No sé si te oí
En aquella infancia
Que me evoca en ti.

¡Con ansia que es rabia


Quiero aquel otrora!
¿En el era feliz? No sé;
Lo fui otrora ahora.

***********

Los poemas en Portugés

XX

O Tejo é mais belo que o rio que corre pela minha aldeia,
Mas o tejo não é mais belo que o rio que corre pela minha aldeia
Porque o tejo não é o rio que corre pela minha aldeia.

O Tejo tem grande navios


E navega nele ainda,
Para aqueles que vêem em tudo o que lá não está,
A memória das naus.

O Tejo desce de Espanha


E o Tejo entra no mar em Portugal.
Toda a gente sabe isso.
Mas poucos sabem qual é o rio da minha aldeia
E para onde ele vai
E donde ele vem.
E por isso, porque pertence a menos gente,
É mais livre e maior o rio da minha aldeia.

Pelo Tejo vai-se para o Mundo.


Para além do Tejo há a América
E a fortuna daqueles que a encontram.
Ninguém nunca pensou no que há para além
Do rio da minha aldeia.

O rio da minha aldeia não faz pensar em nada.


Quem está ao pé dele está só ao pé dele.

XXVII

Li hoje quase duas páginas


Do livro dum poeta místico,
E ri como quem tem chorado muito.
Os poetas místicos são filósofos doentes,
E os filósofos são homens doidos.

Porque os poetas místicos dizem que as flores sentem


E dizem que as pedras têm alma
E que os rios têm êxtases ao luar.
Mas flores, se sentissem, não eram flores,
Eram gente;
E se as pedras tivessem alma, eram cousas vivas, não
eram pedras;
E se os rios tivessem êxtases ao luar,
Os rios seriam homens doentes.

É preciso não saber o que são flores e pedras e rios


Para falar dos sentimentos deles.
Falar da alma das pedras, das flores, dos rios,
É falar de si próprio e dos seus falsos pensamentos.
Graças a Deus que as pedras são só pedras,
E que os rios não são senão rios,
E que as flores são apenas flores.

Por mim, escrevo a prosa dos meus versos


E fico contente,
Porque sei que compreendo a Natureza por fora;
E não a compreendo por dentro
Porque a Natureza não tem dentro;
Senão não era a Natureza.

ODE TRIUNFAL

À dolorosa luz das grandes lâmpadas eléctricas da fábrica


Tenho febre e escrevo.
Escrevo rangendo os dentes, fera para a beleza disto,
Para a beleza disto totalmente desconhecida dos antigos.

Ó rodas, ó engrenagens, r-r-r-r-r-r-r eterno!


Forte espasmo retido dos maquinismos em fúria!
Em fúria fora e dentro de mim,
Por todos os meus nervos dissecados fora,
Por todas as papilas fora de tudo com que eu sinto!
Tenho os lábios secos, ó grandes ruídos modernos,
De vos ouvir demasiadamente de perto,
E arde-me a cabeça de vos querer cantar com um excesso
De expressão de todas as minhas sensações,
Com um excesso contemporâneo de vós, ó máquinas!

Em febre e olhando os motores como a uma Natureza tropical —


Grandes trópicos humanos de ferro e fogo e força —
Canto, e canto o presente, e também o passado e o futuro,
Porque o presente é todo o passado e todo o futuro
E há Platão e Virgílio dentro das máquinas e das luzes eléctricas
Só porque houve outrora e foram humanos Virgílio e Platão,
E pedaços do Alexandre Magno do século talvez cinquenta,
Átomos que hão-de ir ter febre para o cérebro do Ésquilo do século cem,
Andam por estas correias de transmissão e por estes êmbolos e por estes volantes,
Rugindo, rangendo, ciciando, estrugindo, ferreando,
Fazendo-me um acesso de carícias ao corpo numa só carícia à alma.

Ah, poder exprimir-me todo como um motor se exprime!


Ser completo como uma máquina!
Poder ir na vida triunfante como um automóvel último-modelo!
Poder ao menos penetrar-me fisicamente de tudo isto,
Rasgar-me todo, abrir-me completamente, tornar-me passento
A todos os perfumes de óleos e calores e carvões
Desta flora estupenda, negra, artificial e insaciável!

Fraternidade com todas as dinâmicas!


Promíscua fúria de ser parte-agente
Do rodar férreo e cosmopolita
Dos comboios estrénuos,
Da faina transportadora-de-cargas dos navios,
Do giro lúbrico e lento dos guindastes,
Do tumulto disciplinado das fábricas,
E do quase-silêncio ciciante e monótono das correias de transmissão!

Horas europeias, produtoras, entaladas


Entre maquinismos e afazeres úteis!
Grandes cidades paradas nos cafés,
Nos cafés — oásis de inutilidades ruidosas
Onde se cristalizam e se precipitam
Os rumores e os gestos do Útil
E as rodas, e as rodas-dentadas e as chumaceiras do Progressivo!
Nova Minerva sem-alma dos cais e das gares!
Novos entusiasmos de estatura do Momento!
Quilhas de chapas de ferro sorrindo encostadas às docas,
Ou a seco, erguidas, nos planos-inclinados dos portos!
Actividade internacional, transatlântica, Canadian–Pacific!
Luzes e febris perdas de tempo nos bares, nos hotéis,
Nos Longchamps e nos Derbies e nos Ascots,
E Piccadillies e Avenues de L’Opéra que entram
Pela minh’alma dentro!

Hé-lá as ruas, hé-lá as praças, hé-lá-hô la foule!


Tudo o que passa, tudo o que pára às montras!
Comerciantes; vários; escrocs exageradamente bem-vestidos;
Membros evidentes de clubes aristocráticos;
Esquálidas figuras dúbias; chefes de família vagamente felizes
E paternais até na corrente de oiro que atravessa o colete
De algibeira a algibeira!
Tudo o que passa, tudo o que passa e nunca passa!
Presença demasiadamente acentuada das cocotes
Banalidade interessante (e quem sabe o quê por dentro?)
Das burguesinhas, mãe e filha geralmente,
Que andam na rua com um fim qualquer;
A graça feminil e falsa dos pederastas que passam, lentos;
E toda a gente simplesmente elegante que passeia e se mostra
E afinal tem alma lá dentro!

(Ah, como eu desejaria ser o souteneur disto tudo!)

A maravilhosa beleza das corrupções políticas,


Deliciosos escândalos financeiros e diplomáticos,
Agressões políticas nas ruas,
E de vez em quando o cometa dum regicídio
Que ilumina de Prodígio e Fanfarra os céus
Usuais e lúcidos da Civilização quotidiana!

Notícias desmentidas dos jornais,


Artigos políticos insinceramente sinceros,
Notícias passez à-la-caisse, grandes crimes —
Duas colunas deles passando para a segunda página!
O cheiro fresco a tinta de tipografia!
Os cartazes postos há pouco, molhados!
Vients-de-paraître amarelos como uma cinta branca!
Como eu vos amo a todos, a todos, a todos,
Como eu vos amo de todas as maneiras,
Com os olhos e com os ouvidos e com o olfacto
E com o tacto (o que palpar-vos representa para mim!)
E com a inteligência como uma antena que fazeis vibrar!
Ah, como todos os meus sentidos têm cio de vós!

Adubos, debulhadoras a vapor, progressos da agricultura!


Química agrícola, e o comércio quase uma ciência!
Ó mostruários dos caixeiros-viajantes,
Dos caixeiros-viajantes, cavaleiros-andantes da Indústria,
Prolongamentos humanos das fábricas e dos calmos escritórios!

Ó fazendas nas montras! Ó manequins! Ó últimos figurinos!


Ó artigos inúteis que toda a gente quer comprar!
Olá grandes armazéns com várias secções!
Olá anúncios eléctricos que vêm e estão e desaparecem!
Olá tudo com que hoje se constrói, com que hoje se é diferente de ontem!
Eh, cimento armado, beton de cimento, novos processos!
Progressos dos armamentos gloriosamente mortíferos!
Couraças, canhões, metralhadoras, submarinos, aeroplanos!
Amo-vos a todos, a tudo, como uma fera.
Amo-vos carnivoramente.
Pervertidamente e enroscando a minha vista
Em vós, ó coisas grandes, banais, úteis, inúteis,
Ó coisas todas modernas,
Ó minhas contemporâneas, forma actual e próxima
Do sistema imediato do Universo!
Nova Revelação metálica e dinâmica de Deus!

Ó fábricas, ó laboratórios, ó music-halls, ó Luna-Parks,


Ó couraçados, ó pontes, ó docas flutuantes —
Na minha mente turbulenta e encandescida
Possuo-vos como a uma mulher bela,
Completamente vos possuo como a uma mulher bela que não se ama,
Que se encontra casualmente e se acha interessantíssima.

Eh-lá-hô fachadas das grandes lojas!


Eh-lá-hô elevadores dos grandes edifícios!
Eh-lá-hô recomposições ministeriais!
Parlamentos, políticas, relatores de orçamentos,
Orçamentos falsificados!
(Um orçamento é tão natural como uma árvore
E um parlamento tão belo como uma borboleta).

Eh-lá o interesse por tudo na vida,


Porque tudo é a vida, desde os brilhantes nas montras
Até à noite ponte misteriosa entre os astros
E o mar antigo e solene, lavando as costas
E sendo misericordiosamente o mesmo
Que era quando Platão era realmente Platão
Na sua presença real e na sua carne com a alma dentro,
E falava com Aristóteles, que havia de não ser discípulo dele.

Eu podia morrer triturado por um motor


Com o sentimento de deliciosa entrega duma mulher possuída.
Atirem-me para dentro das fornalhas!
Metam-me debaixo dos comboios!
Espanquem-me a bordo de navios!
Masoquismo através de maquinismos!
Sadismo de não sei quê moderno e eu e barulho!

Up-lá hô jockey que ganhaste o Derby,


Morder entre dentes o teu cap de duas cores!

(Ser tão alto que não pudesse entrar por nenhuma porta!
Ah, olhar é em mim uma perversão sexual!)

Eh-lá, eh-lá, eh-lá, catedrais!


Deixai-me partir a cabeça de encontro às vossas esquinas.

E ser levado da rua cheio de sangue


Sem ninguém saber quem eu sou!

Ó tramways, funiculares, metropolitanos,


Roçai-vos por mim até ao espasmo!
Hilla! hilla! hilla-hô!
Dai-me gargalhadas em plena cara,
Ó automóveis apinhados de pândegos e de putas,
Ó multidões quotidianas nem alegres nem tristes das ruas,
Rio multicolor anónimo e onde eu me posso banhar como quereria!
Ah, que vidas complexas, que coisas lá pelas casas de tudo isto!
Ah, saber-lhes as vidas a todos, as dificuldades de dinheiro,
As dissensões domésticas, os deboches que não se suspeitam,
Os pensamentos que cada um tem a sós consigo no seu quarto
E os gestos que faz quando ninguém pode ver!
Não saber tudo isto é ignorar tudo, ó raiva,
Ó raiva que como uma febre e um cio e uma fome
Me põe a magro o rosto e me agita às vezes as mãos
Em crispações absurdas em pleno meio das turbas
Nas ruas cheias de encontrões!

Ah, e a gente ordinária e suja, que parece sempre a mesma,


Que emprega palavrões como palavras usuais,
Cujos filhos roubam às portas das mercearias
E cujas filhas aos oito anos — e eu acho isto belo e amo-o! —
Masturbam homens de aspecto decente nos vãos de escada.
A gentalha que anda pelos andaimes e que vai para casa
Por vielas quase irreais de estreiteza e podridão.
Maravilhosamente gente humana que vive como os cães
Que está abaixo de todos os sistemas morais,
Para quem nenhuma religião foi feita,
Nenhuma arte criada,
Nenhuma política destinada para eles!
Como eu vos amo a todos, porque sois assim,
Nem imorais de tão baixos que sois, nem bons nem maus,
Inatingíveis por todos os progressos,
Fauna maravilhosa do fundo do mar da vida!

(Na nora do quintal da minha casa


O burro anda à roda, anda à roda,
E o mistério do mundo é do tamanho disto.
Limpa o suor com o braço, trabalhador descontente.
A luz do sol abafa o silêncio das esferas
E havemos todos de morrer,
Ó pinheirais sombrios ao crepúsculo,
Pinheirais onde a minha infância era outra coisa
Do que eu sou hoje…)

Mas, ah outra vez a raiva mecânica constante!


Outra vez a obsessão movimentada dos ónibus.
E outra vez a fúria de estar indo ao mesmo tempo dentro de todos os comboios
De todas as partes do mundo,
De estar dizendo adeus de bordo de todos os navios,
Que a estas horas estão levantando ferro ou afastando-se das docas.
Ó ferro, ó aço, ó alumínio, ó chapas de ferro ondulado!
Ó cais, ó portos, ó comboios, ó guindastes, ó rebocadores!

Eh-lá grandes desastres de comboios!


Eh-lá desabamentos de galerias de minas!
Eh-lá naufrágios deliciosos dos grandes transatlânticos!
Eh-lá-hô revoluções aqui, ali, acolá,
Alterações de constituições, guerras, tratados, invasões,
Ruído, injustiças, violências, e talvez para breve o fim,
A grande invasão dos bárbaros amarelos pela Europa,
E outro Sol no novo Horizonte!

Que importa tudo isto, mas que importa tudo isto


Ao fúlgido e rubro ruído contemporâneo,
Ao ruído cruel e delicioso da civilização de hoje?
Tudo isso apaga tudo, salvo o Momento,
O Momento de tronco nu e quente como um fogueiro,
O Momento estridentemente ruidoso e mecânico,
O Momento dinâmico passagem de todas as bacantes
Do ferro e do bronze e da bebedeira dos metais.

Eia comboios, eia pontes, eia hotéis à hora do jantar,


Eia aparelhos de todas as espécies, férreos, brutos, mínimos, Instrumentos de precisão,
aparelhos de triturar, de cavar,
Engenhos brocas, máquinas rotativas!

Eia! eia! eia!


Eia electricidade, nervos doentes da Matéria!
Eia telegrafia-sem-fios, simpatia metálica do Inconsciente!
Eia túneis, eia canais, Panamá, Kiel, Suez!
Eia todo o passado dentro do presente!
Eia todo o futuro já dentro de nós! eia!
Eia! eia! eia!
Frutos de ferro e útil da árvore-fábrica cosmopolita!
Eia! eia! eia! eia-hô-ô-ô!
Nem sei que existo para dentro. Giro, rodeio, engenho-me.
Engatam-me em todos os comboios.
Içam-me em todos os cais.
Giro dentro das hélices de todos os navios.
Eia! eia-hô! eia!
Eia! sou o calor mecânico e a electricidade!

Eia! e os rails e as casas de máquinas e a Europa!


Eia e hurrah por mim-tudo e tudo, máquinas a trabalhar, eia!

Galgar com tudo por cima de tudo! Hup-lá!

Hup-lá, hup-lá, hup-lá-hô, hup-lá!


Hé-la! He-hô! H-o-o-o-o!
Z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z!

Ah não ser eu toda a gente e toda a parte!

Londres, 1914 — Junho.

LÍDIA, IGNORAMOS…

Lídia, ignoramos. Somos estrangeiros


Onde que quer que estejamos.

Lídia, ignoramos. Somos estrangeiros


Onde quer que moremos, tudo é alheio
Nem fala língua nossa.
Façamos de nós mesmos o retiro
Onde esconder-nos, tímidos do insulto
Do tumulto do mundo.
Que quer o amor mais que não ser dos outros?
Como um segredo dito nos mistérios,
Seja sacro por nosso.

ODE
Para ser grande, sê inteiro: nada
Teu exagera ou exclui.
Sê todo em cada coisa. Põe quanto és
No mínimo que fazes.
Assim em cada lago a lua toda
Brilha, porque alta vive.

NATAL

Nasce um Deus. Outros morrem. A verdade


Nem veio nem se foi: o Erro mudou.
Temos agora uma outra Eternidade,
E era sempre melhor o que passou.

Cega, a Ciência a inútil gleba lavra.


Louca, a Fé vive o sonho do seu culto.
Um novo Deus é só uma palavra.
Não procures nem creias: tudo é oculto.

“POBRE VELHA MÚSICA!”

Pobre velha música!


Não sei porque agrado,
Enche-se de lágrimas
Meu olhar parado.

Recordo outro ouvir-te.


Não sei se te ouvi
Nessa minha infância
Que me lembra em ti.

Com que ânsia tão raiva


Quero aquele outrora!
E eu era feliz? Não sei:
Fui-o outrora agora.

You might also like