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DEFINICIÓN DE

EL DULCE

El dulce es junto al amargo, el ácido y el salado, uno de los sabores básicos


que podemos experimentar los seres humanos a través de nuestro sentido del
gusto. En tanto, es el único que de alguna manera goza de la aceptación global
de todas las etnias y culturas que conviven en el planeta por considerarlo el
sabor más placentero.

Una vez que ha ingresado a nuestra boca, el mismo es primeramente


detectado por las papilas gustativas que se encuentran en la punta de la
lengua.

Generalmente, aquellos alimentos que poseen un alto contenido de


carbohidratos son los que se perciben como dulces, aunque también existen
saborizantes artificiales que se encargan de proporcionarle a los mismos el
sabor dulce y que se conocen popularmente como edulcorantes.

Los alimentos dulces forman parte integrante de nuestra alimentación, aunque


lo más común es que los mismos se ingieran en momentos como el desayuno,
la merienda y el postre.

Aunque claro, por excelencia, el postre, que es el plato de sabor dulce que se
sirve luego de la comida resulta ser el máximo momento de dulce en nuestra
alimentación. El postre es una preparación dulce y entre los más pedidos por la
gente, por la gran dulzura que les permite percibir se cuentan: el helado, tartas,
tortas, pasteles, bombones, chocolates.

Por otra parte, otro uso de la palabra dulce, muy común en el lenguaje
corriente, resulta ser aquel que se emplea para referirse a algo o alguien que
es cariñoso, afable o complaciente. Mi novio es un dulce, todas las mañanas
me despierta con un beso.

Y también, cuando se quiere referir lo afortunado que es alguien en un


determinado momento o por alguna labor especial que despliega se suele usar
el término dulce. Aprovecha ahora que estoy dulce y puedo hacerte un buen
regalo, mañana capaz no lo estoy y no puedo regalarte nada.

IMPORTANCIA DE CONSUMIR DULCES

Los modelos científicos que explican que canales emplean las papilas
gustativas de la lengua para detectar los sabores dulces son desconocidos en
la actualidad, se sabe que detectan azúcares naturales y ciertas sustancias.

Desde el punto de vista nutricional, es importante recalcar que el dulce no son


mas que azúcares, glucosa, el cual es el único combustible que puede ser
utilizado por todas las células del cuerpo y que constituye la principal fuente de
energía para las neuronas del cerebro.
CLASIFICACIÓN DE DULCES

Azúcar, confituras, miel, chocolate y confitería.

AZÚCAR.

Comprende: azúcar refinada, azúcar moreno, azúcar de pilón, azúcar glacé, obtenidas de caña y
de remolacha; sustitutos artificiales del azúcar, sacarina.

Se excluyen los jarabes y melazas (01.1.8.6)

CONFITURA, MERMELADA Y MIEL.

Comprende: confituras, mermeladas, compotas, gelatinas (excepto en polvo), jaleas, purés y


pastas de frutas, dulce de membrillo, miel artificial o no.

CHOCOLATE EN BARRA O EN TABLETA.

Comprende: chocolate en tableta con leche, a la taza, fondant, con oleaginosos o cereal,
sucedáneos de chocolate en tabletas. Turrón de chocolate, chocolatinas rellenas y sin rellenar,
trufas de chocolate y bombones.

CONFITERÍA.

Comprende: caramelos, chicle, regaliz y otras golosinas sin cacao.

Turrones (excepto el de chocolate, que pertenece al código 01.1.8.3), mazapanes, guirlaches,


polvorones, mantecados, alfajores,..., peladillas, garrapiñadas, almendras confitadas, nueces
confitadas, avellanas y otros confitados tales como: frutas escarchadas, dátiles en dulce,...

HELADOS.

Comprende: helados de todo tipo, polos y tartas heladas.

OTROS PRODUCTOS A BASE DE AZÚCAR.

Comprende: productos dietéticos, barritas dietéticas, alimentos para bebés, ingredientes


culinarios y preparaciones para postres conteniendo al menos el 50% de cacao; siropes, melazas
y partes de plantas conservados en azúcar. Se excluyen siropes para la preparación de bebidas,
que van al 1.2.2 y cacao y chocolate en polvo que van al código (01.2.1).
BIOGRAFIA SAN PEDRO

(Simón o Simeón; Betsaida, Galilea, - Roma?, Apóstol de Jesucristo y primer


jefe de su Iglesia. Era un pescador del mar de Galilea, hasta que dejó su casa
de Cafarnaúm para unirse a los discípulos de Jesús de Nazaret en los primeros
momentos de su predicación; junto con él se unieron a Jesús otros pescadores
de la localidad, como su propio hermano Andrés y los dos hijos de Zebedeo,
Santiago y Juan, todos los cuales formaron parte del núcleo originario de los
doce apóstoles.

San Pedro carecía de estudios, pero pronto se distinguió entre los discípulos
por su fuerte personalidad y su cercanía al maestro, erigiéndose
frecuentemente en portavoz del grupo. A través de los evangelios puede
trazarse un perfil bastante completo de su personalidad. Pedro es sencillo,
generoso e impulsivo en sus intervenciones, que a veces denotan una
incomprensión del auténtico mensaje del maestro. Jesús, por su parte, muestra
por Simón una predilección que aparece patente desde el primer encuentro.
Junto con Santiago Apóstol y San Juan Evangelista, Pedro participaba en toda
la actividad de Jesús, asistiendo incluso a episodios íntimos de los que
quedaban excluidos los demás apóstoles. En Cafarnaúm, Jesús debió ser a
menudo huésped de la familia de la que procedía la mujer de Pedro.
El sobrenombre de Pedro se lo puso Jesús al señalarle como la
«piedra» (petra en latín) sobre la que habría de edificar su Iglesia. En Cesarea
de Filipos, al nordeste del lago Tiberíades, tuvo lugar el episodio en que San
Pedro afirmó la divinidad de Jesús: "Tú eres Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mat.
16, 16). Jesús juzgó la afirmación como efecto de una iluminación de lo alto y
confirió a Pedro la máxima autoridad: "Bienaventurado eres tú, Simón, hijo de
Jonás, porque no te ha revelado eso la carne y la sangre, sino mi Padre que
está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y que sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia; las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré
las llaves del reino de los cielos. Y todo lo que atares sobre la tierra será
también atado en los cielos; y todo lo que desatares sobre la tierra, será
también desatado en los cielos" (Mat. 16, 17-19).

Personalidad impetuosa y sincera, San Pedro tuvo también momentos de


debilidad. Según el relato evangélico, San Pedro negó hasta tres veces
conocer a Jesús la noche en que éste fue arrestado, cumpliendo una profecía
que le había hecho el maestro; pero, arrepentido de aquella negación, su fe ya
no volvió a flaquear y, después de la crucifixión y la resurrección, fue
privilegiado con la primera aparición de Jesús y se dedicó a propagar sus
enseñanzas.

Tras la muerte de Jesús (hacia el año 30 d. C.), San Pedro se convirtió en el


líder indiscutido de la diminuta comunidad de los primeros creyentes cristianos
de Palestina por espacio de quince años: dirigía las oraciones, respondía a las
acusaciones de herejía lanzadas por los rabinos ortodoxos y admitía a los
nuevos adeptos (incluidos los primeros no judíos).
Hacia el año 44 fue encarcelado por orden del rey Herodes Agripa, pero
consiguió escapar y abandonó Jerusalén, dedicándose a propagar la nueva
religión por Siria, Asia Menor y Grecia. En esa época, probablemente, su
liderazgo fue menos evidente, disputándole la primacía entre los cristianos
otros apóstoles, como Pablo o Santiago. Asistió al llamado Concilio de
Jerusalén (48 o 49), en el cual apoyó la línea de San Pablo de abrir el
cristianismo a los gentiles, frente a quienes lo seguían ligando a la tradición
judía.

Los últimos años de la vida de San Pedro están envueltos en la leyenda, pues
sólo pueden reconstruirse a partir de relatos muy posteriores. Posiblemente se
trasladó a Roma, donde habría ejercido un largo apostolado justificativo de la
futura sede del Papado: la Iglesia romana considera a San Pedro el primero de
sus papas. Allí fue detenido durante las persecuciones de Nerón contra los
cristianos, y murió crucificado. Una tradición poco contrastada sitúa su tumba
en la colina del Vaticano, lugar en donde el emperador Constantino hizo
levantar en el siglo IV la basílica de San Pedro y San Pablo.
Las epístolas de San Pedro
Las dos epístolas de San Pedro que se conservan forman parte, en el Nuevo
Testamento, de las siete epístolas llamadas católicas que siguen a las catorce
de San Pablo. La primera fue escrita en lengua griega, tal vez en el año 64, y
va dirigida a los hebreos dispersos del Ponto, de Galacia, Capadocia, Asia y
Bitinia. Está fechada en Babilonia (V, 13), topónimo que, como en
el Apocalipsis, indica tal vez Roma. Destaca en ella un parecido de
pensamientos, de expresiones y de enseñanzas con las epístolas de San
Pablo. Enérgica, vehemente y densa en sentencias, su estilo es conciso,
elevado, autoritario y dulce a un mismo tiempo.
El propósito de la carta es exhortativo. En una primera serie de exhortaciones,
San Pedro expone la dignidad del cristiano, la sublimidad de su vocación y la
santidad de la vida que debe ser su consecuencia (I, 1-II, 10). Desde el capítulo
II, 11 al IV, 6, con graciosas comparaciones, el apóstol recomienda obediencia,
paciencia, respeto a la autoridad, amor a los enemigos y concordia entre los
hermanos. La tercera y última parte (IV, 7-V, 14) contiene instrucciones para
una vida pura y santa, primero para todos indistintamente y después para los
pastores de almas en particular. En toda la epístola está presente Jesucristo,
con sus padecimientos y sus consejos.
La segunda epístola, escrita aparentemente unos meses después, se presenta
como una continuación de la primera y va dirigida a las mismas personas,
según expresa el autor con las palabras "He aquí la segunda carta que os
escribo" (III, 1). Generalmente se presume que San Pedro la dictó poco antes
de su martirio, como se puede deducir del apartado I, 14. En la primera parte (I,
1-21), San Pedro recuerda los principios generales según los cuales deben los
cristianos atenerse tenazmente a la doctrina recibida y a la práctica de las
virtudes. En la segunda (II, 1-22) condena máximas y costumbres de los falsos
doctores, cuya perversión de mente y corazón describe en fuertes términos y
enérgico estilo. En la última (III, 1-13), ataca los frívolos argumentos con que
aquellos sectarios se proponen desacreditar la doctrina de los fieles.

Las bellezas literarias abundan más en esta segunda epístola que en la


primera. El estilo es vigoroso, a menudo impetuoso, y en toda ella se advierte
una viveza especial y un esplendor impresionante de metáforas. Cierta
diversidad de estilo entre esta carta y la precedente ha hecho dudar de su
autenticidad; la Iglesia, sin embargo, la acogió en el canon tridentino,
incluyéndola entre las epístolas católicas del Nuevo Testamento.
BIOGRAFÍA DE SAN PABLO

San Pablo (también llamado Saulo de Tarso, San Pablo Apóstol, el Apóstol de
los Gentiles y San Pablo de Tarso) nació en el año 5 en Tarso de Cilicia, en la
actual Turquía, bajo el nombre de Saulo. Era hijo de judíos fariseos de cultura
helenística y con ciudadanía romana. Fue contemporáneo de Jesucristo e
incluso estuvo en Jerusalén en la misma época que él, aunque probablemente
no se conocieron.

Pablo tenía una sólida formación teológica, filosófica, jurídica, mercantil y


lingüística (hablaba griego, latín, hebreo y arameo).

Participó en las primeras persecuciones y encarcelaciones de los cristianos

Durante un viaje a Damasco, poco después de la crucifixión de Jesucristo, cae


del caballo por el resplandor de una luz y escucha una voz que le dice: "Saulo,
Saulo ¿por qué me persigues?" En Damasco recupera la vista y se convierte a
la nueva fe, que por entonces era considerada una secta herética del judaísmo,
comenzando a predicar el evangelio de Jesús.

Desde entonces San Pablo se convirtió en el más ardiente propagandista del


cristianismo, al que contribuyó a extender más allá del pueblo judío, entre los
gentiles. Viajero incansable realiza tres grandes recorridos por el Mediterráneo
que lo llevan hasta Grecia, Asia Menor, Siria, Palestina y la propia capital de la
cultura antigua: Atenas.

Pasó numerosos peligros, fundó diversas comunidades con las que se


comunicó con cartas (encíclicas) que se incluyen en el nuevo Testamento de la
Biblia.

Polemizador culto y sagaz, es llamado apóstol de los gentiles (paganos). Los


escritos de San Pablo adaptaron el mensaje de Jesús a la cultura helenística
imperante en el mundo mediterráneo, facilitando su extensión fuera del ámbito
cultural hebreo en donde había nacido. Al mismo tiempo, esos escritos
constituyen una de las primeras interpretaciones del mensaje de Jesús, razón
por la que contribuyeron de manera decisiva al desarrollo teológico del
cristianismo (se atribuyen a San Pablo más de la mitad de los libros del Nuevo
Testamento).

Apresado por el Sanedrín y enviado a Roma para ser juzgado como ciudadano
romano es decapitado en el año 67. Según la tradición, la cabeza rodó por el
suelo y lo golpeó tres veces, y de allí donde chocó, surgió una vía de agua.

Fue enterrado en la vía Ostiense de Roma. El 11 de diciembre de 2006 el


Vaticano anunció el descubrimiento del sarcófago de San Pablo tras cuatro
años de excavaciones arqueológicas bajo el altar mayor de la basílica que lleva
su nombre
BIOGRAFÍADEL SANTO PADRE FRANCISCO

Su biografía oficial es de pocas líneas, al menos hasta el nombramiento como


arzobispo de Buenos Aires. Llegó a ser un punto de referencia por sus fuertes
tomas de posición durante la dramática crisis económica que devastó el país
en 2001.

En la capital argentina nació el 17 de diciembre de 1936, hijo de emigrantes


piamonteses: su padre, Mario, era contador, empleado en ferrocarril, mientras
que su madre, Regina Sivori, se ocupaba de la casa y de la educación de los
cinco hijos.

Se diplomó como técnico químico, y eligió luego el camino del sacerdocio


entrando en el seminario diocesano de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958
pasó al noviciado de la Compañía de Jesús. Completó los estudios de
humanidades en Chile y en 1963, al regresar a Argentina, se licenció en
filosofía en el Colegio San José, de San Miguel. Entre 1964 y 1965 fue profesor
de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en 1966
enseñó las mismas materias en el Colegio del Salvador en Buenos Aires. De
1967 a 1970 estudió teología en el Colegio San José, y obtuvo la licenciatura.

El 13 de diciembre de 1969 recibió la ordenación sacerdotal de manos del


arzobispo Ramón José Castellano. Prosiguió la preparación en la Compañía de
1970 a 1971 en Alcalá de Henares (España), y el 22 de abril de 1973 emitió la
profesión perpetua. De nuevo en Argentina, fue maestro de novicios en Villa
Barilari en San Miguel, profesor en la facultad de teología, consultor de la
provincia de la Compañía de Jesús y también rector del Colegio.

El 31 de julio de 1973 fue elegido provincial de los jesuitas de Argentina, tarea


que desempeñó durante seis años. Después reanudó el trabajo en el campo
universitario y entre 1980 y 1986 es de nuevo rector del colegio de San José,
además de párroco en San Miguel. En marzo de 1986 se traslada a Alemania
para ultimar la tesis doctoral; posteriormente los superiores le envían al colegio
del Salvador en Buenos Aires y después a la iglesia de la Compañía de la
ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor.

Es el cardenal Antonio Quarracino quien le llama como su estrecho colaborador


en Buenos Aires. Así, el 20 de mayo de 1992 Juan Pablo ii le nombra obispo
titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio recibe en la catedral la
ordenación episcopal de manos del purpurado. Como lema elige Miserando
atque eligendo y en el escudo incluye el cristograma ihs, símbolo de la
Compañía de Jesús.

Concede su primera entrevista como obispo a un pequeño periódico parroquial,


«Estrellita de Belén». Es nombrado enseguida vicario episcopal de la zona de
Flores y el 21 de diciembre de 1993 se le encomienda también la tarea de
vicario general de la arquidiócesis. Por lo tanto no sorprendió que el 3 de junio
de 1997 fuera promovido como arzobispo coadjutor de Buenos Aires. Antes de
nueve meses, a la muerte del cardenal Quarracino, le sucede, el 28 de febrero
de 1998, como arzobispo, primado de Argentina. El 6 de noviembre sucesivo
fue nombrado Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en el país y
desprovistos de Ordinario del propio rito.

Tres años después, en el Consistorio del 21 de febrero de 2001, Juan Pablo ii


le crea cardenal, asignándole el título de san Roberto Bellarmino. En esa
ocasión, invita a los fieles a no acudir a Roma para celebrar la púrpura y a
destinar a los pobres el importe del viaje. Gran canciller de la Universidad
Católica Argentina, es autor de los libros Meditaciones para religiosos (1982),
Reflexiones sobre la vida apostólica (1986) y Reflexiones de esperanza (1992).
En octubre de 2001 es nombrado relator general adjunto para la décima
asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, dedicada al ministerio
episcopal, encargo recibido en el último momento en sustitución del cardenal
Edward Michael Egan, arzobispo de Nueva York, de presencia necesaria en su
país a causa de los ataques terroristas del 11 de septiembre. En el Sínodo
subraya en particular la «misión profética del obispo», su «ser profeta de
justicia», su deber de «predicar incesantemente» la doctrina social de la Iglesia,
pero también de «expresar un juicio auténtico en materia de fe y de moral».

Mientras, en América Latina su figura se hace cada vez más popular. A pesar
de ello, no pierde la sobriedad de trato y el estilo de vida riguroso, por alguno
definido casi «ascético». Con este espíritu en 2002 declina el nombramiento
como presidente de la Conferencia episcopal argentina, pero tres años
después es elegido y más tarde reconfirmado por otro trienio en 2008. Entre
tanto, en abril de 2005, participa en el cónclave en el que es elegido Benedicto
xvi.

Como arzobispo de Buenos Aires —diócesis de más de tres millones de


habitantes— piensa en un proyecto misionero centrado en la comunión y en la
evangelización. Cuatro los objetivos principales: comunidades abiertas y
fraternas; protagonismo de un laicado consciente; evangelización dirigida a
cada habitante de la ciudad; asistencia a los pobres y a los enfermos. Apunta a
reevangelizar Buenos Aires «teniendo en cuenta a quien allí vive, cómo está
hecha, su historia». Invita a sacerdotes y laicos a trabajar juntos. En septiembre
de 2009 lanza a nivel nacional la campaña de solidaridad por el bicentenario de
la independencia del país: doscientas obras de caridad para llevar a cabo hasta
2016. Y, en clave continental, alimenta fuertes esperanzas en la estela del
mensaje de la Conferencia de Aparecida de 2007, que define «la Evangelii
nuntiandi de América Latina».

Hasta el inicio de la sede vacante era miembro de las Congregaciones para el


culto divino y la disciplina de los sacramentos, para el clero, para los institutos
de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica; del Consejo pontificio
para la familia y de la Comisión pontificia para América Latina.
JUDAÍSMO

Palabra judaísmo se encuentra vinculada con la cultura, religión e historia del


pueblo judío. A pesar de ser una de las tres religiones monoteísta (creen en la
existencia de un solo Dios) más antigua del mundo, el judaísmo cuenta con
poca cantidad de creyentes. Sus costumbres se basan en las enseñanzas de la
Torá, el cual está compuesto de 5 libros.

Los judíos creen en un Dios al cual llaman yahvé, el cual es omnisciente,


omnipotente y todopoderoso, el mismo que escogió al pueblo judío, para
entregarle sus diez mandamientos y las disposiciones de los rituales de los
libros tercero y cuarta de la Torá.

Se ha comprobado a través de la historia que del judaísmo se derivan las


demás religiones (cristianismo, islam y abrahámicas). Por ejemplo el
cristianismo procede del judaísmo ya que su fundador era judío,
proclamándose como el mesías; la biblia de los judíos es el antiguo testamento
de los cristianos y tanto los cristianos como los judíos se guían por los diez
mandamientos.

A continuación alguna de los principios en los cuales se fundamenta el


judaísmo:

El judaísmo se basa en el Tanaj, el cual es un resumen de 39 libros que hablan


acerca del hombre y los judíos.

La plegaria más majestuosa de esta religión es “Oye Israel, el Señor es nuestro


Dios, el Señor es Uno”, plasmando la esencia misma de la doctrina monoteísta.

El símbolo judío viene representado por la estrella de David.

La festividad más venerada entre los judíos era el Shabat que traducido es
sábado, qué significa reposo o pausa en las actividades”.

El rabino es el líder de la comunidad judía, se caracterizaba por ser una


persona culta e instruida en la halajá.

El culto judío se lleva a cabo en la sinagoga, lugar donde también se realizan


reuniones y encuentros comunitarios, en donde solo los varones tienen acceso.
La religión y la comunidad judía santificaron desde siempre a la tierra de Israel,
nombrándola como la tierra sagrada.

La lengua, hablada entre los judíos es el hebreo, el cual es considerado una


lengua sagrada; la mayoría de los escritos judíos está redactado en este
idioma, sin embargo a través de los siglos este dialecto fue desplazada hasta
considerarla lengua muerta; sin embargo fue recuperada con el resurgir del
Sionismo y acogida como dialecto oficial del Estado de Israel.
EL ISLAMISMO

El islamismo puede ser descrito como una ideología que exige la adhesión
plena del hombre a la ley sagrada del Islam; este además abarca un conjunto o
grupo de idearios que sostienen que la religión Islam debería guiar social y
políticamente, así como en la vida personal. Islamismo es un término polémico
cuya definición podría variar en ocasiones. Seguidamente el islamismo como
fenómeno político comprende diversos partidos políticos islámicos que
sostienen ciertos elementos demócratas y moderados, hasta una serie de
proposiciones radicales y extremos de carácter salafista, clasificados como
yihadistas.”. El islamismo rechaza tanto como sea posible influencia externa,
con algunas excepciones (como el acceso a la tecnología militar y médica).
Está infundido en un antagonismo profundo hacia los no musulmanes y tiene
una hostilidad particular hacia el Oeste. Esto equivale a un esfuerzo por
convertir el Islam, una religión y la civilización, en una ideología.

El Islamismo convierte los fragmentos dentro del Islam que tienen que ver con
la política, la economía y los asuntos militares en un programa sostenido y
sistemático. Opiniones islamistas hacen hincapié en la aplicación de la sharia
que es la ley islámica; de la unidad política pan-islámica; y de la eliminación
selectiva de las influencias militares, económicos, políticos, sociales, o
culturales occidentales no musulmanes, especialmente en el mundo musulmán
que ellos creen que es incompatible con el Islam.

El islamismo es también una transformación total del Islam tradicional; sirve


como un vehículo de la modernización. El famoso erudito francés Olivier Roy,
dice, “En lugar de una reacción en contra de la modernización de las
sociedades musulmanas, el islamismo es un producto de la misma.” El
islamismo no es un programa medieval pero que responde al estrés y las
tensiones del siglo XX.

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