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Caso Vaso de Leche

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Los problemas del Programa del Vaso de Leche Escolar

El vaso de leche escolar


El Lic. Gabriel Romero llegó a su oficina preocupado después de una larga reunión con la Dra. Susana López, Secretaria Regional de Salud. El
Lic. Romero, recién designado para el cargo de Jefe del Programa de Vaso de Leche Escolar, había estado discutiendo con su jefa sobre el
futuro del programa. En aquel momento, pocos meses después de iniciarse el nuevo Gobierno Regional de Trinidad, el programa enfrentaba
serias dificultades. El presupuesto de la Secretaría Regional de Salud había sido reducido en casi un 40 por ciento y, por consiguiente, este
programa también sería afectado. Una evaluación reciente del programa indicó que estaba lejos de cumplir sus objetivos: había funcionado en
menos del 60 por ciento de las escuelas ubicadas en la capital de la provincia, y apenas el 52 por ciento de las escuelas abastecidas recibía la
leche "regularmente". Además, varios de los funcionarios adscritos a las dependencias oficiales responsables del programa dudaban si, en
verdad, tenía un efecto nutricional que justificara su existencia. Al parecer, el programa adolecía de serias fallas logísticas, especialmente en
cuanto a su funcionamiento en zonas urbano marginales y zonas alejadas de la región, donde un suplemento nutricional hacía más falta. De
modo que la Secretaría Regional de Salud tenía que decidir en los próximos días si el programa debería seguir funcionando o no.

Por lo tanto, el Lic. Romero debía presentarle en corto tiempo a la Dra. López un pequeño diagnóstico del funcionamiento del programa para
conocer de primera mano los problemas que lo afectaban y proponer su desactivación o continuidad. En caso que planteara que el programa
debiera continuar existiendo, el Lic. Romero debería además proponer medidas concretas para mejorar la marcha del programa y asegurar que
la leche llegara regularmente a los niños, especialmente en las áreas rurales y urbano marginales donde más se le necesitaba. Debido a que
disponía de poco tiempo, decidió revisar la marcha del programa en cuatro escuelas: una en la localidad de El Cerrito, otra en Laguna Grande,
la tercera en Molinos y la cuarta en Pueblo Nuevo. Además, pensaba entrevistarse con varios ex-funcionarios del programa y con algunos
directivos de la Asociación de Ganaderos para complementar y ampliar la información obtenida en las escuelas.

Texto elaborado por C. Gustavo Gutiérrez y Juan Carlos Cortázar en base al documento "El Vaso de Leche Escolar" de Richard A. Mayers
(1980).

El Programa del Vaso de Leche Escolar

El Programa de Vaso de Leche Escolar en la Región Trinidad fue originalmente parte del Programa Nacional de Alimentación Escolar,
administrado originalmente por el gobierno central y transferido a la administración regional como parte del proceso de descentralización. El
Programa Nacional de Alimentación Escolar estaba dirigido a los estudiantes de primaria inscritos en los planteles oficiales, como un
complemento a la política de nutrición infantil del Estado. Se eligió la leche por considerarla un alimento proteico de buena calidad biológica,
económico, popular y aceptado por todos los estratos socia les, y debido al hecho de que la región era una de las principales zonas ganaderas
del país.

Objetivos del programa

- El programa perseguía los siguientes objetivos básicos: Proporcionar, mediante el consumo de un vaso de leche diaria, un 25 por ciento de
las recomendaciones proteicas y calóricas a los escolares de 6 a 11 años inscritos en planteles de educación primaria de la región.

- Contribuir al mejoramiento de los hábitos alimentarios de los niños, mediante la educación nutricional que se imparte en la escuela.

- Se aspiraba que el alumno actuara como agente de cambio y promoviera, en su familia, la sana costumbre de consumir leche para elevar el
nivel nutricional.
- Además, se pensaba que el programa debería generar ciertos beneficios adicionales, por ejemplo, que el escolar mejor alimentado rendiría
más en los estudios y que la distribución del alimento en el plantel constituiría una atracción para combatir el ausentismo y, por consiguiente,
incrementar la asistencia a clases.
Funcionamiento y transferencia del programa: Para la transferencia del Programa Nacional y su conversión en el Programa de Vaso de Leche
Escolar regional, se designó una Comisión de Transferencia encargada de asegurar la continuidad y mejora de los diferentes aspectos
operativos de la implementación del programa en el ámbito regional. Luego de un proceso gradual de transferencia, el programa empezó a ser
ejecutado plenamente por la administración regional a partir de enero del 2000, manteniendo como población objetivo todos los estudiantes de
educación primaria inscritos en las escuelas oficiales de la Región Trinidad. La Comisión de Transferencia aconsejó continuar el reparto de
leche según tres modalidades: 1) leche pasteurizada envasada en cajitas de un cuarto de litro, para los planteles urbanos de las localidades
con vías de acceso para el tránsito de camiones; 2) leche en polvo, para ser preparada por el personal de los planteles rurales con ambiente de
cocina y 3) "galletas" de leche comprimidas, para los planteles rurales que no contaran con ambiente de cocina. Participaban en el programa,
además de la Secretaría Regional de Salud (SRS), la Secretaría Regional de Educación (SER) y la Asociación de Ganaderos de Trinidad.

A la SRS le correspondía la responsabilidad de implementar el programa de acuerdo a las políticas, metas y estrategias fijadas por el Consejo
Regional de Coordinación Intersectorial, el cual estaba integrado por la Secretaria Regional de Salud, quien lo presidía, y por representantes de
las Secretarías Regionales de Educación, Agricultura, Promoción Social y de la Universidad Nacional. Dentro de la Secretaría Regional de
Salud, el programa estaba presupuestal y funcionalmente adscrito a la Sub-Secretaría de Nutrición, de la cual dependían las 5 unidades de
nutrición establecidas en la región. Estas unidades se encargaban de supervisar la ejecución del programa en el ámbito de cada una de las 5
provincias y presentar informes periódicos con recomendaciones pertinentes a su funcionamiento. Además, debían verificar las facturas
firmadas y selladas por los directores de las escuelas cada vez que recibían la leche, las cuales debían ser presentadas a la SRS por la
Asociación de Ganaderos o las casas comerciales, según corresponda, para su oportuna cancelación. También dentro de la Secretaría
Regional de Salud, el programa contaba con un Comité de Coordinación que se encargaba de asesorar acerca de su cobertura y alcance,
conocer las quejas y estudiar los problemas ocasionados en el proceso de ejecución y proponer soluciones en cada caso.

La Secretaría Regional de Educación participaba en el programa a través de la Sub-Secretaría de Educación Primaria, la cual debía suministrar
al Programa de Vaso de Leche Escolar la información actualizada correspondiente al calendario de actividades académicas
y la matrícula escolar, realizar y supervisar el programa en los planteles y recabar los datos de control pertinentes. Así mismo, centralizaba la
información sobre la marcha del programa. La Secretaría Regional de Agricultura debía asegurar la disponibilidad del producto lácteo en el
ámbito regional, tanto por parte de la Asociación de Ganaderos como por parte de las casas comercializadoras de alimentos, de modo que el
Programa se ejecute sin problemas de abastecimiento a nivel regional. La Asociación de Ganaderos de Trinidad y las casas comerciales
proporcionaban la leche (fresca en el primer caso y en polvo o en galletas en el segundo caso), según la demanda estudiantil, en cada uno de
los planteles donde se comprometiera su participación.

El licenciado Romero inició sus entrevistas luego de reflexionar sobre la información que necesitaba recopilar. Decidió hacer hincapié en las
tres preguntas siguientes:

1) ¿Cómo se incorpora un plantel al programa?

2) ¿Cuáles son los problemas que se han presentado en el funcionamiento del programa?

3) ¿Qué se puede hacer para solucionar estos problemas?

La Secretaría Regional de Salud

Con el personal anteriormente adscrito a la SRS, el Lic. Romero llevó a cabo tres entrevistas: una con el ex-Secretario Regional de Salud, otra
con la ex-Jefa del Programa del Vaso de Leche Escolar, quien estuvo a cargo del programa en la región durante su transferencia del gobierno
central a la administración regional, y la tercera con una nutricionista que supervisaba el programa en la capital de la región.

El ex-Secretario Regional de Salud

La primera entrevista fue con el ex secretario Regional de Salud. Según este médico-administrador, el programa se iniciaba cada año escolar
con base en las listas de matriculaciones que la Secretaría Regional Educación enviaba a la SRS. Para incorporar un plantel adicional al
programa, su director debía dirigirse al Sub-Secretario Regional de Nutrición y preparar un oficio para solicitar el pedido. Una vez que la SRS
conformaba la solicitud con el listado recibido de la Secretaría Regional de Educación, se tramitaba la orden para hacer llegar la leche al
plantel. El ex-Secretario Regional explicó que, para velar por la buena marcha del programa, se organizó el Comité de Coordinación compuesto
por representantes de Secretaría Regional de Educación y de la Asociación de Ganaderos, además de la SRS.

El Comité de Coordinación velaba por la ejecución coordinada del Programa, recibía quejas, identificaba problemas y les buscaba solución. Las
quejas venían de los padres de familia, de los directores y maestros de las escuelas, y de la asociación de ganaderos o de las casas
comerciales. Se recibían mediante llamadas telefónicas y por escrito. ¿Cuáles, a su juicio, eran los principales problemas que afectaban el
funcionamiento del programa? (preguntó el Lic. Romero). La leche no llegaba a las escuelas o llegaba de manera muy irregular porque "había
huelga de camiones", "porque se pinchó una llanta", "porque se echó a perder el camión", porque "la escuela es inaccesible".

- Los maestros (agregó) no le prestaban interés al programa, se les acusaba de llevarse la leche en vez de repartirla o, simplemente, se
manifestaban abiertamente en contra del programa... Había escuelas en zonas urbano marginales donde los camioneros decían que no podían
llevar la leche a diario, porque "los caminos están en mal estado y se dañaban mucho sus vehículos". Esta queja se resolvía asignándole a
esas escuelas la leche en polvo. Aunque en estos planteles a menudo no se disponía de agua, ni de luz, ni de sitio donde mezclar la leche para
repartirla. Además, muchos de los maestros se negaban a mezclar la leche, recordándoles a sus supervisores que ellos no eran "lecheros".

El ex-Secretario Regional de Salud le informó al licenciado Romero que, debido a estos problemas, se empezó a repartir la leche en polvo
directamente a los padres de familia para que se la dieran a los niños en su casa. Esto como resultado del propio pedido de algunos padres
que aducían que ellos harían un mejor uso de la leche del programa.

La ex-Jefa del Programa La ex-Jefa del Programa fue la próxima entrevistada. Aunque el papel del Comité de Coordinación era supervisar,
asesorar y asegurar que todos cumplieran con el programa, la ex-Jefa del Programa insistió en que después de "unas cuantas reuniones al
principio, en realidad el Comité nunca funcionó".

La entrevistada recordó vivamente los problemas de funcionamiento del programa:

- Las frecuentes fallas mecánicas de los camiones, la falta de equipos de refrigeración en los planteles donde guardar la leche hasta el momento
del reparto, la poca disposición de los directores de los planteles para colaborar con el programa y los constantes pleitos entre los camioneros y
los empleados de las escuelas. Según la ex-Jefa, era muy difícil identificar y resolver las irregularidades que afectaban el funcionamiento del
programa, porque "los directores no reportaban los problemas a la Secretaría Regional de Salud a través de su respectivas s unidades de
nutrición".
- La nutricionista
Al terminar su entrevista con la ex-Jefa del Programa, el Lic. Romero se dirigió a la Unidad de Nutrición de Trinidad, la capital de la región, para
conocer la perspectiva de la nutricionista que, hasta hacía poco, lo supervisaba. Le comentó la nutricionista que, para incorporar un plantel al
programa, su director debía traerle un oficio, junto con los datos de inscripción actualizados.
Los pagos a la Asociación de Ganaderos o a las casas comerciales se hacían de acuerdo con las notas de entrega de cada día, firmadas y
selladas por los directores en el momento de recibir la leche.
Luego la empresa presentaba su copia a la unidad, donde se conformaba con los informes enviados por los directores a la Secretaría Regional
de Salud, para entonces tramitar la cancelación mediante una orden pago. La nutricionista informó que, para efectos de supervisión, se contaba
con un Comité de Coordinación que canalizaba las quejas sobre el programa y les buscaba solución.
Además, ella se reunía por lo menos una vez al año con
los supervisores de Primaria de la Secretaría Regional de Educación para familiarizarlos con el programa. Sin embargo, ella pensaba que, fuera
de la Secretaría Regional de Salud, nadie se preocupaba por el programa. Refiriéndose a la Secretaría Regional de Educación, comentaba:
"Esa gente no le tenía mucho cariño al programa. Decían que era una carga". A su juicio, el programa adolecía de las siguientes fallas:
- No se realizaban repartos los días viernes, debido a las reuniones de profesores programadas para ese día.
- Los directores se quejaban del "papeleo" que requería el programa, diciendo que ya tenían suficiente con lo que les pedía la Secretaría de
Educación.
-Los camioneros se resistían a llevar la leche a zonas rurales o a barrios urbano marginales. Además para tener libre la mañana para
transportar otra mercadería, llevaban la leche tan temprano que a veces no había en la escuela quien la recibiera.
- En los planteles, no había donde guardar la leche, especialmente la que llegaba en la mañana para el turno de la tarde.
- Los directores y los camioneros "se pusieron de acuerdo para firmar las notas de entrega de antemano... Lógicamente se tuvo que mandar a
parar eso, pues el propósito de la nota de entrega era el de llevar el control de la cantidad de leche entregada y servir de constancia para fines
de facturación".
Al indagar sobre cómo la nutricionista intentaba manejar los problemas, comentó:

-En las escuelas donde se distribuía las galletas de leche, los niños no las querían comer porque decían que eran "horribles y duras".

El jefe de ventas
El jefe de ventas de la Asociación manifestó lo siguiente:
- Los camioneros no son empleados de la Asociación. El sindicato de camioneros los selecciona para contratar sus servicios, a fin de atender las
necesidades de este programa. Se le paga de acuerdo con la leche repartida...
- A los camioneros no les gusta mucho este trabajo porque se trabaja solo las mañanas en horario fijo de lunes a jueves, de seis a ocho meses
del año y no pueden aceptar otros contratos de envío de mercadería a puntos distantes durante casi toda la semana.

- Cuando había problemas, yo llamaba a la Asociación de Ganaderos, pero no podía obligarlos a cumplir, ni tampoco, el gerente podía obligar a
los camioneros a llevar la leche a las zonas rurales o a los barrios marginales. Con tanto problema en estas zonas, se optó por distribuir leche
en polvo... Pero se terminó entregando las bolsas de leche a los padres de familia ya que las escuelas aun no tenían como prepararla y no se
sabía si la leche llegaba efectivamente a los niños.
- En el caso de las galletas de leche no podíamos hacer nada porque las casas comerciales venden sólo una marca de dichas galletas.

- El licenciado Romero le preguntó al jefe de ventas acerca de las dificultades del programa desde la perspectiva de la Asociación.
“Bueno, la leche debe llegar a los planteles entre las 7:00 y las 11:00 y, ojalá, antes de las 9:00 para que pueda repartirse en el recreo. Pero a
veces cuando tienen otros encargos de transporte, los camioneros tratan de llevarla más temprano. A esas horas a veces no hay en la escuela
quien la reciba y, entonces, tienen que volver más tarde... y al llegar al plantel, el director se tarda mucho con la nota de entrega. Unas veces
no la firma porque no tiene talonario, otras porque está echando broma con sus compañeros en vez de atender al camionero. Pero si el
camionero se atreve a reclamar, porque está apurado por seguir su ruta de reparto a lo demás planteles, los directores se enfadan y se tardan
más.

También recordó la nutricionista las dificultades que había para darle seguimiento a las quejas y denuncias de carácter anónimo que se
recibían por teléfono. "Si los reclamos no se hacían por escrito (explicó) no se les podía dar seguimiento".

La Asociación de Ganaderos
A continuación, el Lic. Romero se entrevistó con el jefe de ventas de la Asociación de Ganaderos de Trinidad que suministraba la leche fresca
pasteurizada a las escuelas.

Al preguntarle el Lic. Romero sobre el problema de llevar la leche a algunas zonas rurales y barrios marginales, el jefe de ventas le respondió.
Los camioneros no querían llevar la leche a algunas zonas o barrios por el pésimo estado de las carreteras o por la falta de seguridad. Decían
que habían sufrido robos de mercadería y pérdida de accesorios de sus vehículos. ¿Cómo han hecho para solucionar el problema? Tratamos
de hablar con el sindicato de camioneros para llegar a un acuerdo, pero ellos nos dijeron que no podían obligar a sus miembros a ir a zonas
donde no querían ir.

-Con cada entrevista que realizaba, al licenciado Romero se le hacía más difícil la tarea de presentarle recomendaciones a la Dra. López sobre
cómo manejar el programa.
Con el programa durante el primer año después de su transferencia a la administración regional. Al igual que otros de los entrevistados, señaló
como problemas la hora de llegada y el estado de la leche, la medida tomada de entregarle a los padres de familia la leche en polvo y la apatía
de los maestros para participar en la realización del programa. La entrevistada reconoció que existían ciertos problemas de reparto: "Tal vez por
inaccesibilidad, pero al presentarse este caso, se cambiaba la modalidad a leche en polvo o a galletas, pues los repartos se hacían semanales".
Consideraba la funcionaria que el programa sufría de una falta de comunicación entre los diferentes niveles. Señaló que en los planteles había
maestros negligentes que dejaban de repartir la leche, o que permitían que asuntos ajenos al programa influyeran en su ejecución. Así, explicó
la entrevistada: Algunos directores no recibían la leche porque aducían que el programa pertenecía al partido del gobierno regional y ellos
pertenecían al partido contrario. ¿Cómo hacía para resolver esos problemas? Bueno, dentro de la propia SubSecretaría, los supervisores de
Primaria supervisaban la marcha del programa en los planteles. Si no llegaba la leche, el director del plantel avisaba a la Sub-Secretaría de
Primaria a través del respectivo supervisor. Donde ocurrían problemas de politiquería, mandábamos a los supervisores a arreglar las
dificultades.

La Secretaría Educación Regional


En la Secretaría Regional de Educación, el licenciado Romero se enteró de otras perspectivas sobre la marcha del programa. La Sub-
Secretaría Primaria de Educación

-La Sub-Secretaría de Educación Primaria, según su representante en el Comité de Coordinación, coordinaba la acción de la Secretaría
Regional de Educación con la Secretaría Regional de Salud.

-¿Con qué frecuencia se reunía el Comité de Coordinación? Nos reuníamos cada vez que había un problema que tratar, aunque siempre
estábamos en contacto... El Comité se enteraba de los problemas que hubiera a través de los representantes de la Secretaría Regional de
Educación y de la Asociación de Ganaderos y, directamente, de los maestros, directores y de algunos padres de familia. Para conocer los
problemas, se mandó una circular a todas las escuelas con un número de teléfono donde llamar para reportar las quejas. Además, este número
se hizo de conocimiento público. Por ejemplo, algunos padres llamaron para reclamar que los maestros se llevaban la leche a su casa en vez
de repartirla. ¿Se recibían informes maestros y directores? de los planteles recibían leche pasteurizada y el cuarto leche en polvo. Las
respuestas de los directores fueron bastante parecidas entre sí, como lo evidencian las siguientes:
Yo tuve que luchar cuatro meses para que me empezaran a mandar la leche aquí. Utilicé cuanta palanca había acumulado en mis treinta y
pico de años en el Sector, para que me hicieran llegar la leche más o menos regularmente. Es así en todo programa de asistencia social.
Siempre hay que conocer a alguien, tener una palanca, para que el programa se cumpla en el área de uno.

Los directores afirmaban que, aun con tanta lucha, la llegada de la leche no era regular. Según uno de ellos: Una vez pasó un mes entero sin
que llegara una gota de leche.
En realidad, la mayoría de veces no habían informes ya que por la falta de respuesta no se quejaban.

Al iniciar sus entrevistas en los planteles, el licenciado Romero pensaba que contaba con bastante información sobre el funcionamiento del
programa.

Mientras comentó: -

Cuando llegaba la leche, muchas veces venía con algunas cajitas vacías. Teníamos tres formas de distribuir la leche fresca a los escolares: los
alumnos hacían cola en la puerta de la cocina o almacén y el asistente administrativo repartía las cajitas; se ponía una mesa en el patio de
recreo y un par de profesores o el asistente hacían el reparto; o se llevaba las cajitas al aula y el propio profesor se

Los directores de los planteles


Para sorpresa suya, el licenciado Romero quedó gratamente impresionado por la actitud hacia el programa que encontró en los cuatro
directores. Los entrevistados llevaban años trabajando en el Sector Educación y por lo menos tres años como directores de sus respectivos
planteles. Tres de los cuales se encargaba de entregarlas. La mayoría de veces esto funcionó bien pero a veces se presentaban algunos
problemas, como en el caso del reparto en la cocina o almacén, situación en la que se formaban largas colas de estudiantes en las escuelas
grandes o me dianas. A veces la leche decía otro se echaba a perder en la mañana para los alumnos del turno de la tarde. Aunque nuestro
objetivo era que los niños tomaran la leche, no teníamos refrigeradora para guardarla y evitar que se calentara y malograra. Si la leche estaba
caliente o en mal estado, los alumnos se negaban a tomarla.

Pero esa leche, cuando más, dura tres días en la casa, porque la toma toda la familia.
Para obtener la leche en polvo, el director del plantel tiene que ir hasta la unidad local de la SRS y solicitarla, para luego pasar a recogerla en el
depósito de la SRS ubicado en otra zona. Explicaba el director entrevistado: Si la encargada de recibir las solicitudes no estaba, perdía mi viaje
y tenía que volver a perder otro día de trabajo... También tengo que ver cómo hago cada dos meses para conseguir un camión que me vaya a
buscar la leche...

A pesar de tantos problemas con la leche fresca, la alternativa de la leche en polvo también presentaba problemas. El director del plantel que
recibía leche en polvo señaló algunas de las dificultades que había presenciado: Nos cambiaron de leche líquida a leche en polvo, porque los
camioneros decían que la escuela era inaccesible... Pero este asunto de la accesibilidad es muy relativo, pues al abasto que está frente a la
escuela, todos los días le llega el camión de bebidas gaseosas.

La directora de otro plantel, que había sido calificado de "inaccesible", explicó al licenciado Romero cómo logró evitar el cambio a la leche en
polvo: Cuando comenzó el programa, mandaban muy irregularmente la leche, a veces venía mala y no venía a hora fija. Iban a cambiarnos a
leche en polvo, pero nosotras nos ganamos al camionero "sanamente" y decidieron seguir enviándonos la leche líquida. ¿A dónde acudieron
para que les mandaran la leche? Debíamos haber ido a la Subsecretaría de Primaria en la Secretaría Regional de Educación ... Pero, por fin, la
conseguimos a través de una señora asignada a la localidad que trabajaba en la Secretaría Regional de Salud.

Agregó el director que se había pensado mezclar la leche en polvo en la misma escuela. Pero el procedimiento resultó inoperante debido a la
falta de agua en la zona donde está ubicada la escuela, así como por la carencia de instalaciones y equipos para hervir el agua y batir o licuar
la leche. De modo que se optó por repartir a los padres de familia tres bolsas de leche por niño cada semana. El director advirtió:

-Cuando la leche no llegaba al plantel, los directores hacían su reclamo en diferentes lugares. Uno acudía a la Secretaría de Educación y los
otros a la asociación de ganaderos. Según los directores, los supervisores de la Secretaría de Educación no se preocupaban por el programa.
Aunque los directores aseguraron que planteaban sus problemas en las reuniones que mensualmente celebraban con los supervisores, se
informó que éstos mostraban poco o ningún interés en la marcha del programa, o en la solución de los problemas que afectaban su
funcionamiento. Dos de los directores coincidieron en la necesidad de una mayor supervisión. Dígales a los de la Secretaría Regional de Salud
que manden supervisores. Así se podría encontrar solución a muchos de los problemas.

Las apreciaciones del Jefe del Programa


Al salir de su última entrevista, realizada en El Cerrito, el licenciado Romero se montó en un vehículo que lo llevaría hasta las oficinas de la
Secretaría Regional de Salud. En el trayecto, revisaba los resultados de las entrevistas que había sostenido con los directores, y el contraste
entre las perspectivas de éstos y las que le habían presentado los demás funcionarios. Esa tarde le adelantaría a su amigo el Dr. Juan Valdez,
asesor de la Secretaría Regional de Salud, algunos de los resultados de las entrevistas y le plantearía la confusión que tenía. En realidad no sé
por dónde empezar... Fíjate en una cosa. En la primera entrevista, el ex-director de la SRS me dijo que había un Comité de Coordinación que
canalizaba las quejas y los problemas y les daba solución. Pero la licenciada que ocupaba mi puesto me dijo que esto nunca funcionó. Y un
director del plantel se quejó de que este Comité no tomaba en cuenta la información que le hacía llegar sobre cómo marchaba el programa
realmente. Pues del Consejo no sé nada... Cuando yo llegué a la Secretaría Regional de Salud, el programa ya tenía tiempo funcionando con
problemas. A lo mejor el Comité dejó de funcionar hace tiempo. ¿Quién sabe? Pero, mira esto. Los altos funcionarios de la Secretaría de Salud
y de la Secretaría de Educación decían que los directores de los planteles y los maestros no colaboraban, que eran apáticos y

El licenciado Romero, al constatar que todos los directores se mostraban tan abiertos y colaboradores al hablar del programa, les preguntó
sobre la actitud de los maestros. He aquí dos de las respuestas: Yo trabajo con los maestros en el programa, y nunca hemos tenido ningún
problema... Dicen otros directores que han tenido problemas con los maestros, pero en este caso, han colaborado mucho. El problema que he
tenido con los maestros es que quieren una dotación de leche para sus hijos.

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