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EXPEDIENTE NRO.

2002-1923-251801-JC01-0
Caso: PEREZ PAREDES VÍCTOR ANTONIO
CURA LAVERIANO DESIDERIO
DELIMITACIÓN DE AREAS Y LINDEROS
RESOLUCIÓN NÚMERO: CINCUENTA Y UNO
SENTENCIA DE LA PRIMERA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPERIOR
DE JUSTICIA DEL SANTA
En Chimbote, a los doce días del mes de Junio del dos mil seis, la
Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Santa, con la
asistencia de los señores Magistrados:
Ramos Herrera W. Presidente
Rodríguez Soto R. Vocal
Sánchez Cruzado M. Vocal Ponente

Actuando como secretario el Doctor Wilfredo Rueda Zegarra,


pronuncia la siguiente sentencia:
ASUNTO:
Viene en grado de apelación, concedida al demandante, la sentencia
contenida en la resolución número cincuenta y cuatro, su fecha diecinueve
de Julio del dos mil cinco, que declara Infundada la demanda interpuesta
por don Víctor Antonio Pérez Paredes contra Desiderio Cura Laveriano,
sobre Delimitación de Áreas y Linderos; expedida por el Primer Juzgado
Civil.

ANTECEDENTES:
El presente proceso, seguido por don Víctor Antonio Pérez Paredes, en
representación de de los esposos Eufemio León Vargas Salinas y Catalina
Anastacia Doroteo Miranda, contra Desiderio Cura Laveriano, tiene por
objeto que el Órgano Jurisdiccional proceda a la Delimitación del Área y
Linderos del predio rústico denominado “Huecor”; además, el
amojonamiento, es decir la colocación de mojones para la delimitación
correspondiente, más el pago de los daños irrogados.
Por su parte, don Desiderio Cura Laveriano se apersona al proceso, y
contesta la demanda solicitando que la misma se declare infundada, por
los fundamentos de hecho y de derecho que señala.
La Audiencia de Saneamiento Procesal y Conciliación, se llevó a
cabo conforme al acta de su propósito de fojas ciento catorce a ciento
quince, y la Audiencia de Pruebas, conforme al acta de fojas doscientos
cuarenta y nueve a doscientos cincuenta, asimismo, se realizó la Audiencia
de Explicación Pericial, la que corre documentada de fojas trescientos
ochenta y tres a trescientos ochenta y seis. En atención al estado del
proceso, los autos son remitidos al Ministerio Público para el dictamen
correspondiente, el mismo que corre de fojas cuatrocientos dos a
cuatrocientos cuatro.
El Primer Juzgado Civil, mediante la sentencia apelada, de fojas
cuatrocientos dieciocho a cuatrocientos veinticinco, falla declarando
Infundada la demanda.

FUNDAMENTOS DEL APELANTE:


El Apoderado Judicial de la parte demandante interpone recurso de
apelación contra la sentencia en cuestión, bajo los siguientes
fundamentos:
1.- Que, en la sentencia no se han determinado los cercos y
linderos; además, se ha violado el principio de la apreciación de la prueba
pública y preestablecida, como es el acta de conciliación de fojas
veintidós, que tiene el carácter de sentencia consentida y ejecutoriada.
2.- Que, el Juez se ha ido contra lo conciliado, al declarar infundada
su pretensión.
3.- Que la presunta afectación de la Reforma Agraria que se señala
en el considerando cuarto de la apelada, no desvirtúa de modo alguno el
acto jurídico de la conciliación. La reforma agraria sólo ha convalidado el
derecho posesorio a título de dominio.
4.- Que si bien es cierto en el tercer punto del cuarto considerando,
el Juez invoca el acto conciliatorio, sin embargo señala extensiones no
reales, no concordantes con la inspección judicial.
5.- En otro extremo cuestiona la interpretación que el A-quo hace de
la expresión ad corpus. con relación a la transferencia de posesión o
dominio que señala.
6.- Que el Juez no ha dado importancia ni menos ha accedido a las
diversas peticiones que señala, formuladas por su parte y que pudieron
haber servido para mejor resolver la controversia.

FUNDAMENTOS DE LA SALA:
1.- Conforme ha establecido la jurisprudencia, el Juez superior tiene la facultad de poder revisar y
decidir sobre todas las cuestiones propuestas y resueltas por el Juez inferior, sin embargo, cabe precisar
que la extensión de los poderes de la instancia de alzada está presidida por un postulado que limita su
conocimiento, expresado en el aforismo, tantum appellatun quantum devolutum, en virtud del cual el
Tribunal de alzada solamente puede conocer mediante la apelación, de los agravios que afectan al
impugnante, por lo que la revisión que haga el Colegiado al absolver el grado será con sujeción a dicho
criterio.
2.- El apelante alega como primer agravio, que la sentencia no
determina en forma veraz y fehaciente, los cercos y linderos de su predio
rústico denominado “Huecor”, y que en dicha resolución se ha violado la
apreciación de la prueba documental pública y preestablecida, como es el
acta de conciliación que tiene el carácter de sentencia. Sobre el particular
se tiene que dicho agravio constituye un despropósito, habida cuenta que
la demanda de delimitación de área y linderos, al haber sido desestima en
la sentencia materia del grado, el Juez nada tiene que ejecutar, dicho de
otro modo, la determinación de cercos y linderos por parte de éste,
deviene inexigible.
3.- Que, en cuanto a que en la sentencia se ha violado la apreciación
de la prueba pública y preestablecida, como es el acta de conciliación; al
margen de las consideraciones sobre la procedencia o improcedencia de
las adjetivaciones (pública y privada) a las que recurre el apelante, se
tiene que de la lectura y análisis del contenido de la apelada se advierte
que el A-quo, en el cuarto considerando, numeral tres de la sentencia en
cuestión, hace un análisis respecto del sentido y extensión de la
conciliación sobre el predio “Huecor”, a la que arribaron don Primo
Rodomiro Malaspina Alvarez y el demandado en este proceso, don
Desiderio Cruz Laveriano; que siendo así, el agravio que alega el apelante
carece de sustento fáctico; y en cuanto a la apreciación del documento que
contiene dicho acto, se debe tener en cuenta que en nuestro ordenamiento
jurídico procesal, prevalece el sistema de la libre valorización de la
prueba, de lo que resulta que las conclusiones que sobre la materia logra
el Juez, son el resultado de la apreciación razonada y conjunta de éste y de
otros medios probatorios aportados al proceso por las partes, debiéndose
precisar que el carácter de prueba pública y preestablecida que el
demandante le otorga a la conciliación, no relevan al Juez de su función
compulsatoria.
4.- Que, el supuesto agravio consistente en la vulneración de la
cosa juzgada por parte del juzgador, supuestamente, por no haber tenido
en cuenta la conciliación a la que se contrae el acta que la contiene, de
fojas veintidós a veintitrés, resulta inconsistente, pues si bien es cierto el
Juez, en el numeral tres emite juicios de valor respecto de la conciliación
que sobre el predio “Huecor” hace ante el Juez de Tierras de Chimbote
don Primo Rodomiro Malaspina Alvarez y el demandado Desiderio Cura
Valeriano, el día 14 de octubre de 1987; sin embargo el mérito que el A-
quo le otorga a dicho documento tiene su fundamento en el hecho que
antes de que se lleve a cabo la conciliación la parcela “Huecor” tenía una
extensión de ocho hectáreas, ocho mil doscientos setenta metros
cuadrados, sin embargo, a la fecha de suscripción de dicho acto la parcela
sólo tenía cuatro hectáreas y un cuarto aproximadamente, en razón a que
el resto del área del terreno que se menciona había sido arrasado por las
avenidas del río Loco, en el huayco de 1983, con las demás deducciones
que en la sentencia aparecen.
5.- Que, si bien es cierto el demandante en los fundamentos fácticos
de su petitorio señala que el predio rústico de su propiedad tiene una
superficie de cuatro hectáreas y media, con las colindancias perimétricas
que señala; sin embargo, tal situación no se condice con lo estipulado en la
cláusula tercera del acta de conciliación, de la que aparece que don Primo
Rodomiro Malaspina Alvarez, le cede a don Desiderio Cura Laveriano, una
hectárea y media de dicho predio, y el resto del mismo, queda en poder
definitivo de su propietario, don Primo Rodomiro Malaspina Alvarez..
6.- Que de otra parte, del documento de protocolización de expediente
seguido por don Eufemio León Vargas Salinas (demandante), con el
Ministerio Público, ante el Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de la
Provincia del Santa – Chimbote, corriente de fojas doce a diecinueve, se
advierte que las propietarias vendedoras del terreno, doña: Victoria
Petronila Macario Sánchez viuda de Malaspina y doña Rosa Baca de
Malaspina, como poseedoras legítimas y herederas de sus respectivos
esposos, que en vida fueron don Américo Malaspina Alvarez y Primo
Malaspina Alvarez, con fecha veintiuno de Diciembre de mil novecientos
noventa y cuatro, ceden en venta real y enajenación perpetua a favor de
los adquirentes compradores Eufemio León Vargas Salinas y doña Catalina
Doroteo Miranda, una extensión de cuatro hectáreas y media,
señalándose la respectivas colindancias, de lo que se desprende que las
vendedoras enajenan una extensión mayor de la que realmente disponían,
tal y confome también se concluye en el informe pericial corriente en
autos
7.- Que en la Audiencia de Saneamiento de Procesal y Conciliación se
fijo como primer punto controvertido, el determinar si el área y linderos
del predio rústico del accionante tiene las medidas perimétricas de
acuerdo a su título.
8.- Que, en la Audiencia de Pruebas documentada de fojas doscientos
cuarenta y nueve a doscientos cincuenta, el demandante al contestar a la
sexta y séptima preguntas del pliego interrogatorio ha reconocido que
nunca antes ha tenido problemas respecto a los límites y linderos del área
adquirida y que después de hacer la escritura imperfecta procedió a
posesionarse del bien inmueble, sin tomar las medidas del mismo,
procediendo a ocuparlo y a sembrarlo sin mayores observaciones;
acotando que al momento de la ocupación de dicho bien los linderos
estaban definidos, agregando, sin embargo, que el demandado se ha
introducido en una pequeña área de su terreno, en el cual estaba
posesionado desde la fecha de su compra.
9.- Que, sin embargo, en la diligencia de inspección judicial
documentada de fojas doscientos setenta y cinco a doscientos setenta y
seis, el Juez deja constancia de la existencia de un muro de piedra con
barro de una altura de un metro diez aproximadamente, el mismo que a
simple vista determina la colindancia de ambos predios y que en la parte
que ocupa el demandado se advierte la existencia de caña de maíz,
plantaciones de palto y ganado vacuno; también se deja constancia que el
muro de cien metros de longitud aproximadamente, que separa a los
predios en litigio data de varios años atrás, conclusión a la que se arriba
en razón a que el mismo se encuentra erosionado por acción del tiempo.
10.- De conformidad con el artículo 966 del Código Civil, la acción de
deslinde de predios vecinos, importa la determinación de la línea divisoria
que los separe, para sobre ella colocar los hitos materiales que la hagan
visible; sin embargo, en el caso de autos, el Juez por el mérito de las
pruebas actuadas ha concluido que el demandante no ha acreditado de
manera fehaciente que el predio agrícola “Huecor” de su propiedad, tenga
las medidas perimétricas que señala en el fundamento 2, literales a) b) c) y
d) de su demanda; por lo que concluye razonadamente que el muro o pirca
de piedras determina la separación de los predios vecinos que
corresponde al demandante y demandado, ergo la delimitación a la que se
contrae la demanda carece de objeto; de lo expuesto se concluye, que por
las consideraciones precedentes se concluye que la sentencia apelada ha
sido emitida con arreglo a lo actuado en el proceso y a la ley..
Por tales consideraciones y por los propios fundamentos de la
apelada, la Superior Sala Civil.
FALLA:
CONFIRMANDO, la sentencia apelada, contenida en la resolución
número cincuenta y cuatro, su fecha diecinueve de Julio del dos mil cinco,
expedida por el Juez del Primer Juzgado Civil, que declara Infundada la
demanda interpuesta por don Víctor Antonio Pérez Paredes contra
Desiderio Cura Laveriano; con lo demás que contiene; notificaron y los
devolvieron al juzgado de origen. Vocal ponente doctor Miguel A.
Sánchez Cruzado.-.
S.S.
RAMOS HERRERA W.
RODRÍGUEZ SOTO S.
SÁNCHEZ CRUZADO M.

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