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Los medios de comunicación social han alcanzado, con la llegada de una nueva era una
profunda expansión a nivel mundial y una influencia tal, que para muchas personas
representan un instrumento informativo y formativo, de orientación para actuar en la
sociedad. La tecnología moderna se ha introducido en los medios de comunicación
tradicionales, con las consecuencias de su modernización y la aparición de otros nuevos,
como los satélites, televisión por cable, discos compactos, ordenador; y otros. Y esta
utilización ha dado origen a “nuevos lenguajes”.
El constante ofrecimiento de imágenes e ideas y su velocísima transmisión ha traído
consecuencias positivas y negativas, sobre el desarrollo psicológico, moral y social de la
humanidad; esto de por sí, tiene consecuencias pastorales, porque estos medios pueden
aprovechar los medios de comunicación tanto para proclamar el Evangelio como para
eliminarlo.
Hay un contexto político y económico en donde los medios de comunicación públicos han
sido sometidos a determinadas políticas de manipulación ideológica y política, olvidándose
del objetivo de dar un servicio digno, y con la mirada puesta en el beneficio para evaluar el
éxito. Los contenidos, por tanto, es base a este animo de lucro son reducidos al beneficio y
no a la calidad del contenido. La solución seria aplicar una reglamentación en sintonía con
las normas de servicio publico que cualquier medio de comunicación debe tener, y no de un
control estatal sobre estos medios.
Los medios de comunicación deben estar al servicio de las personas y de las culturas para
promover la autentica dignidad de la persona humana, porque algunos problemas
interpersonales acontecen por el uso progresivo de los medios de comunicación que
eliminan el contacto personal y las relaciones con la familia y los amigos.
Los medios de comunicación deben estar al servicio del dialogo, y por ello la Iglesia debe
tener una participación activa hacia el mundo dialogando con este y poner puentes a sus
relaciones con los responsables de los medios de comunicación. Y con base a esto, se
pueden eliminar los obstáculos que se oponen al progreso humano y a la proclamación del
Evangelio.
Los medios de comunicación deben estar al servicio de la comunión eclesial para favorecer
el dialogo y la información en una utilización responsable en el seno de la Iglesia. Y esto se
logra con la comunicación intima de la Trinidad, de la que la Iglesia es reflejo.
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La Iglesia insiste en que la sociedad debe tener el derecho a una información correcta, y
esta comunicación que se basa en la verdad es comunicación que hace de si mismo el Verbo
de Dios.
La Iglesia ve en los nuevos avances de los medios de comunicación una oportunidad para
la evangelización y la catequesis en el mundo contemporáneo, como una vía a la nueva
evangelización. Pero este mensaje cristiano se debe integrar en la nueva cultura con nuevos
lenguajes, técnicas y comportamientos sicológicos.
Los retos actuales son la solidaridad y el desarrollo integral de la sociedad que sirvan para
eliminar los obstáculos de secularismo, consumismo y falta de interés por los pobres y
marginados que los medios de comunicación promueven.
Respecto del derecho a la información y a las comunicaciones no se puede limitar el
ejercicio de la libertad de comunicación a la educación, poder político o fortuna; porque
todos tienen derecho a la comunicación. Por esto, hay que hacer esfuerzos de todo tipo para
que los pobres y los menos pudientes tengan acceso a la información que necesitan para su
desarrollo individual y que también, tengan decisión sobre los contenidos de los medios.
Prioridades Pastorales:
Respecto a las culturas humanas, la Iglesia debe tomar medidas para favorecer y preservar
los medios de comunicación populares, reconociendo que, en determinadas sociedades,
pueden ser mas eficaces para la difusión del Evangelio que los medios de comunicación
mas modernos, debido a que posibilitan una participación personal mayor.
La Iglesia debe seguir desarrollando, manteniendo y favoreciendo sus propios instrumentos
y los programas católicos. Estos abarcan muchos medios de comunicación social, que van
desde la radio, televisión, oficinas de información católicas. Por tanto, las comunicaciones
sociales tienen que jugar un papel en todos los aspectos de la misión de la Iglesia. Pero para
ello, es preciso que las comunicaciones formen parte integrante de un plan pastoral.
La educación y la formación para las comunicaciones sociales debe formar parte de la
formación de los agentes de pastoral y de los sacerdotes. Porque los agentes de pastoral
deben estar dispuestos a servir en su ministerio tanto a los ricos en información, como a los
que no lo son; y que inviten al dialogo, pero que también eviten la dominación, y el
provecho personal. Los mas comprometidos deben formarse profesionalmente, doctrinal y
espitualmente.
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Las diócesis y las Conferencias episcopales, en sus planes pastorales deben abordar la
problemática de los medios de comunicación social, y en que su caso, se actualicen los
planes pastorales ya existentes. Para esto los obispos deberán buscar la colaboración de
profesionales de medios de comunicación de todos los medios implicados.
Elementos de un plan pastoral de comunicaciones
La situación de los medios difiere de una nación a otra, incluso de una diócesis a otra; por
ello, también va a haber diferencias en la actitud que la Iglesia ha de adoptar. Cada
Conferencia episcopal y cada diócesis debe elaborar un plan pastoral completo sobre las
comunicaciones, consultando a los profesionales ya sean católicos o no.
Vamos a ver unas directrices que ayudan a la elaboración de planes pastorales de
comunicación social: primero ha de haber una presentación de conjunto; segundo debe
haber una evaluación o inventario de los problemas que hay en cada territorio; como tercero
debe haber una proposición de estructuración de los medios eclesiales, con el fin de apoyar
la nueva evangelización y por ultimo; debe haber una educación para los medios de
comunicación, una apertura pastoral de dialogo con los profesionales de estos medios y una
indicación para asegurar la financiación de esta pastoral.
El modo de elaborar un plan pastoral de comunicaciones puede contar con un equipo de
personal profesional y eclesial. Este se desarrollará en la fase de Investigación y en la fase
de Programación.
La fase de investigación comprende la evaluación de las necesidades, recopilación de
información y la búsqueda de modelos alternativos de planes pastorales; que comprende
una recogida y análisis de los datos obtenidos en la investigación.
En la fase de programación, el equipo que elabora el plan deberá determinar los objetivos y
prioridades de la Conferencia o de la diócesis en el campo de las comunicaciones.
Así mismo, este equipo deberá afrontar los problemas de la educación para promover
programas de educación en comunicación en: escuelas, universidades catolicas, cursos,
talleres y de formación a sacerdotes, seminaristas, religiosos/as. Y también, una formación
espiritual y de asistencia pastoral para aumentar la fe de los comunicadores y para
enriquecer la formación profesional de éstos mediante jornadas de reflexión, retiros,
seminarios y grupos de apoyo profesional.
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