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1. INTRODUCCION
El proceso de ahumado es uno de los métodos más antiguos de preservación de pescado, debido a su
combinación de efectos con métodos de secado y cocido.
El cocido destruye enzimas y elimina las bacterias: el secado reduce la humedad evitando así el
crecimiento de hongos y otros microorganismos de ahumado destruye bacterias, protege al producto
con humo.
El producto ahumado puede ser procesado en frio o en caliente. El producto ahumado en frio tiene
las condiciones óptimas para el almacenamiento sin refrigeración durante varios meses y sirve para
reserva de alimentos en varios lugares donde no existe línea de frio, tal es el caso de poblaciones
campesinas de la sierra y selva del Perú, las cuales están distantes de sus ciudades.
Para elaborar productos de buena calidad se debe trabajar con materia prima fresca, usar como
combustible aserrín de madera dura y si es posible combinar con coronta de choclo desmenuzado o
aserrín de árboles frutales los cuales dan buen sabor y aroma.
Ya que en nuestras comunidades pesqueras las carencias en sus medios de conservación e
incluso de locomoción para el traslado de sus capturas frescas, hace imperiosa la necesidad de
aplicar métodos de fácil realización y bajo costo que les evite pérdidas innecesarias por
descomposición. Al mismo tiempo, el valor agregado que adquieren los productos permite la
obtención de mayores dividendos por comercialización. Se han desarrollado
2. ANTECEDENTES.
A nivel industrial, en el año 1992, se exportó en el rubro seco/salado 3,5 toneladas de aletas de tiburón
para Hong Kong, por un monto total de U$S 73.468 lo que hace un precio promedio de la tonelada.
Si bien los volúmenes son pequeños, los valores por tonelada son muy importantes si tenemos en
cuenta que para el mismo año el precio promedio de la tonelada de pescado congelado fue de U$S
1.389 (Boletín comercial del INAPE enero diciembre 1992).
El ahumado de pescado es una tecnología utilizada para proporcionar un sabor y olor especialmente
atractivos. Sin embargo, en ningún caso deberá considerarse que puede ser usado para "mejorar" un
pescado que no es totalmente fresco, intentando enmascarar el sabor y olor del pescado descompuesto.
En otros países esto ha dañado enormemente la reputación del pescado ahumado, además de que en
ocasiones se emplea materia prima que por otras razones no es la más adecuada para este proceso
(Eilif Tornes y Paul George- Caracas 1972).
3.1 El pescado.
Para elaborar productos de buena calidad se debe utilizar materia prima fresca. Es conveniente
eviscerar y lavar el pescado inmediatamente de ser capturado, manteniéndolo en lugar fresco, a la
sombra, en tanto se acondicionan los materiales para su procesamiento.
Un pescado ahumado de buena calidad solamente puede ser obtenido a partir de materia prima
fresca de buena calidad o, si se dispone de los medios, pescado enfriado con hielo o
congelado, o aún pescado mantenido en salmuera, si el proceso no pudiera comenzar a pocas
horas de la captura.
Para esta tecnología es preferible usar especies grasas, tales como la lisa o la lacha. Se tendrá
en cuenta que durante el almacenamiento prolongado en congelado de estas especies
ahumadas, si no se toman las precauciones adecuadas, puede producirse la oxidación de la
grasa (enrancia miento), confiriéndole sabor desagradable.
Otras consideraciones a tener en cuenta con las especies destinadas al ahumado, incluyen las
modificaciones anuales en el contenido graso, debidas fundamentalmente a los ciclos
reproductivos y a la alimentación de las especies. Cuando el contenido graso es bajo,
coincidente con pobres condiciones generales del pescado, con el ahumado se obtendrá un
producto de superficie arrugada con una textura seca y dura. En estos casos es necesario
realizar pequeñas modificaciones a las técnicas aplicadas.
Lo mismo sucede con pescados "blancos" o magros, con los que aún no se han comenzado
experiencias de ahumado en el IIP. Dichas especies son de mayor significación económica
para algunas comunidades costeras, con las cuales ya se iniciaron los primeros contactos, en
especial con la de Valizas.
Para elaborar productos de buena calidad se utiliza como combustible aserrín y viruta de
maderas duras, y en muchos casos la combinación con aserrín de árboles frutales, marlo de
choclo, cáscaras de frutas desecadas o diferentes plantas aromatizantes (laurel, orégano). Se
investiga actualmente la posibilidad de uso de la cáscara de arroz, que aparece en el
departamento de Rocha como un producto secundario de descarte de la cosecha.
En general, las maderas duras brindan el sabor y olor deseados pero dan poco color, en tanto
que las maderas blandas otorgan un color profundo pero incorporan sabores resinosos.
d) Lignina: representa 1/3 aproximado de la materia sólida de la madera, y forma sus paredes
celulares. Su estructura no es bien conocida. Estaría formada básicamente por núcleos
cíclicos. Se transforma por pirólisis en metil alcohol. Para disociarse, la lignina requiere
temperaturas de 350°C. La pirólisis de la lignina produce brea, metiléster de pirogalol y éster
dihídrico fenol. En la brea se ha encontrado guayacol, vinilguayacol, cresol y ortocresol,
catecol, fenol, eugenol y otras sustancias.
Otros componentes:
Resina: las maderas blandas poseen más resina que las duras. Por ese motivo conviene, antes
de su uso, evaporar los aceites volátiles que tienen olor específico y sabor picante.
Según Zaitsev y Col. (1969) la proporción de las sustancias orgánicas de la madera blanda y madera
dura son las que muestra el cuadro siguiente:
Celulosa 48 - 53 54 - 58
Lignina 18 - 24 26 - 29
Hemicelulosa:
Pentosano 22 - 25 3 - 6 10 - 11
Hexosano 12 - 14
Resinas 1,8 - 3,0 2,0 - 3,5
Proteínas 0,6 - 1,9 0,7 - 0,8
Cenizas 0,3 - 1,2 0,4 - 0,8
b) La segunda fase:
Está marcada por la oxidación de los constituyentes del humo en presencia del aire
atmosférico. Esta zona se visualiza por la formación de llama y alcanza temperaturas
superiores a 900°C.
Cuando la combustión es incompleta, el humo reacciona con el pescado y le da sabor y olor a humo.
En esta combustión se producen fenoles, carbonilos, ácidos, alcoholes, ésteres, hidrocarburos
aromáticos polinucleares, etcétera.
Las sustancias orgánicas del humo se pueden controlar modificando la temperatura de la madera y
la cantidad de aire que ingresa al fogón (al reducir la cantidad de aire se produce la combustión
incompleta).
Con respecto a la humedad del combustible (aserrín, viruta o leña), se considera que es seco cuando
tiene 25% de humedad, es medio seco entre 25% y 35%, y húmedo si excede el 35%.
4. EL HUMO: COMPOSICIÓN Y PROPIEDADES.
4.1 Composición.
Se han identificado más de 200 constituyentes que varían en sus proporciones según el tipo de madera
y de humo producido, y que la combustión sea más o menos incompleta.
Ácidos orgánicos: se encuentran principalmente en la fase gaseosa del humo y son ácidos
simples de cadena corta, ácido fórmico, acético, propiónico, butírico, isobutírico. Los ácidos
de cadena larga se encuentran en la fase de partículas y son: valérico, isovalérico, caprílico.
Compuestos carbonílicos: son los constituyentes más numerosos del humo: acetona,
2butanona, 3-pentanona, 3-metil-2-butanona, 2-furfural, 5-hidroximetil-2-furfural, metanol,
propanol, butanol. Se los encuentra principalmente en la fracción destilable del humo.
b) una fase de partículas o fase dispersa: constituida por pequeñas gotas en suspensión
integrada por productos menos volátiles o de punto de ebullición más elevado.
Las dos fases se encuentran en equilibrio dinámico, de manera que la fase de partículas constituye la
"reserva" de la fase gaseosa. A medida que la parte gaseosa se adhiere a la superficie del pescado, de
la parte sólida se liberan sustancias hacia la fase gaseosa, para mantener el equilibrio.
La porción de vapor constituida por sustancias gaseosas invisibles presentes en la madera, representa
el 95% de los constituyentes del humo que absorbe la carne del pescado. Éstos provienen, como
hemos visto, de la lignina y de otras sustancias que destila la madera cuando su combustión es
incompleta.
Las partículas sólidas sólo se depositan parcialmente. Una deposición en exceso produce una
apariencia negruzca, de hollín. Por lo tanto, un humo muy denso no supone condiciones ideales para
obtener los mejores efectos.
La presencia o densidad del humo visible indica también la presencia de sustancias volátiles sin
quemar y es, en la práctica, el único índice disponible para medir y regular la combustión.
Como medidas para la densidad del humo, se han utilizado métodos subjetivos (observación de
objetos a través del humo), o métodos objetivos (empleo de células fotoeléctricas).
En el comercio es común encontrar "aceites para ahumar", más comúnmente llamados "humo
líquido", pero en muchos países no están permitidos dado que su composición difiere de la
composición del humo de madera natural, ya sea debido a diferencias en las condiciones de
preparación del humo (tal como la destilación seca de la madera que produce metanol y otras
sustancias tóxicas), o a las diferencias en la manera de obtener los concentrados.
4.2 Propiedades.
4.2.1 Efectos del humo sobre las propiedades organolépticas del pescado.
Color.- Se debe a las reacciones amino-carbonil que suceden entre los compuestos
carbonílicos y los grupos amino de las proteínas (empardeamiento no enzimático de Maillard)
en presencia de azúcares reductores. La deshidratación del azúcar y otros productos presentes
en el humo contribuyen con la reacción. Hay quienes sugieren que los componentes fenólicos
también contribuyen con la formación de color en el producto.
Aroma.- Es proporcionado en gran parte por la fracción fenólica (siringol, y 2-6 dimetoxi-
metil-fenol); otros constituyentes participarían también en el olor.
Sabor - Participan principalmente derivados fenólicos (guayacol, siringol y eugenol), pero en
la formación del gusto definitivo hay que tener en cuenta otros aspectos, como el porcentaje
de sal del producto y la especie con la que se está trabajando.
Esta propiedad del humo es sumamente importante en nuestro caso en particular, ya que se trabaja
con especies grasas con alto riesgo de oxidación de sus lípidos (enranciamiento). Las sustancias del
humo que cumplen esta función son los fenoles, inhibiendo la reacción de autooxidación al actuar
como catalizadores negativos. Los fenoles juegan un papel de aceptores de radicales libres,
originando radicales libres estables en la fase inicial de la oxidación. Los fenoles con mayor acción
antioxidante son los que se encuentran en la fase de partícula, o sea de alto punto de ebullición.
La fracción fenólica del humo de madera es la que posee la mayor acción en la inhibición del
crecimiento bacteriano. Los más activos son los fenoles de más bajo punto de ebullición. Se ha
observado que el Staphylococcus aureus se inhibió con el agregado de humo que contenía fracción
fenólica. Se ha comprobado el efecto bacteriostático del humo comparando la población bacteriana
de pescado ahumado y no ahumado.
Los fenoles de alto punto de ebullición tienen una acción antibacteriana indirecta dada por su acción
antioxidante.
Secado.- el calor generado durante el proceso de ahumado contribuye a secar el pescado, con
la consiguiente disminución del aw (actividad del agua) necesaria para las funciones
bacterianas.
Ahumado: es un procedimiento por el cual el pescado se trata con humo generado por madera
o materia vegetal que arde sin llama. El procedimiento se caracteriza generalmente por una
combinación integrada de etapas de salazón, secado, calor y ahumado en una cámara de
ahumado.
Ahumado por humo regenerado: es un procedimiento por el cual el pescado se trata con
humo reproducido o regenerado, atomizando el condensado de humo en una cámara de
ahumado bajo las condiciones de tiempo y temperatura similares a los del ahumado en caliente
o en frío.
Condensados de humo: son productos obtenidos mediante la degradación térmica controlada
de la madera con un limitado suministro de oxígeno (pirolisis) y la posterior condensación de
los vapores de humo resultantes y el fraccionamiento de los productos líquidos resultantes.
Ahumado en caliente: es un procedimiento por el cual el pescado se ahúma con una
combinación apropiada de tiempo y temperatura suficiente como para ocasionar la total
coagulación de las proteínas de la carne de pescado. El ahumado en caliente es generalmente
suficiente para matar los parásitos, destruir los patógenos bacterianos que no forman esporas
y dañar las esporas que causan preocupación para la salud humana.
Ahumado en frío: es un procedimiento por el cual el pescado se trata con una combinación
de temperatura y tiempo que no causará una coagulación considerable en las proteínas de la
carne de pescado pero causará alguna reducción de la actividad acuosa.
Salazón: es un procedimiento por el cual el pescado se trata con sal de calidad alimentaria,
para reducir la actividad acuosa de la carne de pescado y potenciar el sabor por medio de
cualquiera tecnología apropiada de salazón (p.ej. salazón en seco, salmuera, salazón por
inyección).
Secado: es un procedimiento por el cual se disminuye el contenido de humedad del pescado
a las características adecuadas requeridas y en condiciones controladas de higiene.
Envasado: es un procedimiento por el cual el pescado ahumado se coloca en un recipiente,
ya sea aeróbicamente o en condiciones de oxígeno reducido, incluso al vacío o en atmósfera
modificada.
Almacenamiento: es un procedimiento por el cual el pescado ahumado se mantiene
refrigerado o congelado para garantizar la calidad y la inocuidad del producto, de conformidad
con las Secciones 3 y 6.
Además de los tipos de madera, otros factores determinan la densidad del humo y su
composición:
la humedad de la madera
la tasa de combustión regulada por el ingreso de aire.
Si la madera húmeda es calentada con combustión lenta, produce una destilación sin descomposición
de los componentes de la misma; en cambio, si el ingreso de aire a una madera seca es abundante, se
originan llamas y hay una destrucción parcial o total de sustancias orgánicas produciéndose óxido de
carbono.
Durante este proceso, la temperatura nunca debe elevarse al nivel en que la carne sea cocida (es decir,
la proteína no se desnaturaliza). En la práctica, el promedio de temperatura está entre 15 y 35°C.
El tiempo del ahumado es variable de acuerdo con el producto; preferentemente será mayor en los
pescados de mayor volumen.
Un producto ahumado en frío tiene las condiciones óptimas para el almacenamiento sin refrigeración.
El humo penetra más profundamente en el músculo; puede decirse que todas las porciones quedan
impregnadas de los componentes del humo. La desecación del producto es mayor, y por consiguiente,
su aw es menor.
El tiempo de conservación depende del porcentaje de sal en el músculo, de la humedad del producto,
del tiempo de ahumado y secado, y de las condiciones de almacenamiento.
Es un proceso mediante el cual la carne de pescado es cocida al ser sometida al humo y al calor, cuya
temperatura fluctúa entre 70 y 95°C, pudiendo alcanzar 110°C.
Este tipo de ahumado cocinará el pescado, destruirá enzimas y reducirá el número total de bacterias.
Las bacterias más peligrosas, aún con el pescado cocido, podrían sobrevivir, por lo cual es muy
importante tener cuidados posteriores al ahumado.
Se recomienda que inmediatamente de ser sacado del ahumador se enfríe rápidamente a 0°C o -2°C,
manteniéndolo a esa temperatura hasta su consumo. El cocido, si bien disminuye la carga bacteriana
existente en el producto, no evita la multiplicación bacteriana que se produce posteriormente al
tratamiento, ya que el aw continúa siendo alto mientras los tiempos de ahumado, y por consiguiente
la penetración del humo, son menores. Esto hace que los productos ahumados en frío tengan siempre
un período mayor de conservación que los ahumados en caliente.
Podrían utilizarse aditivos como antioxidantes en la etapa de salado para prevenir la oxidación y
enranciamiento de la grasa.
Estos dos primeros pasos son comunes a los diferentes métodos que se aplicarán a los ahumados. Se
describirán con más detalle en las secciones correspondientes a los ensayos realizados.
De todas formas, es conveniente reiterar lo importante que resulta la utilización de materia prima
bien fresca.
En caso de tratarse de pescado espalmado, debe ser descamado, abierto y posteriormente limpiado
con cuidado, retirando vísceras, cabeza y/o agallas y sangre, incluidos hematomas.
En caso de ser filetes, se vigilará que no presenten otros defectos como restos de peritoneo,
hematomas, coágulos, manchas biliares, autólisis, restos de piel o cualquier otro defecto que pudiera
interferir con la obtención de un producto de buena calidad.
Puede ser realizado con sal seca o salmuera. En estos ensayos se ha utilizado salmuera en todos los
casos.
Antiguamente se utilizaba un salado muy fuerte, con el cual se lograba alcanzar hasta un 15% de sal
en el músculo, como medio para prolongar el almacenamiento útil del producto ahumado.
También la sal extrae proteínas solubles, pero parte de ellas quedan disueltas en la solución salina
que queda depositada en la superficie del pescado y cuando esta solución se seca durante el ahumado,
forma una película brillante con un atractivo color marrón amarillento resultante de la acción de los
constituyentes del humo, descriptos anteriormente.
La sal penetra más lentamente en pescados enteros o músculos gruesos y en pescados grasos más
que en magros.
El salado seco se usa cuando se desea estoquear previamente la materia prima. Deberán lavarse las
piezas por inmersión en una salmuera débil antes del ahumado, para evitar la formación de cristales.
En estas experiencias se han definido porcentajes de salado que permiten lograr este efecto y otras
propiedades organolépticas.
El pescado ahumado, ligeramente curado, debe protegerse con un empaque impermeable al agua y a
la grasa, que proteja el producto de la contaminación y pérdida de líquidos por goteo.
La conservación del pescado ahumado en frío o en caliente con sólo 2 ó 3% de sal en el músculo
(curado ligero), sólo se conservará en muy buenas condiciones durante dos a tres días a 15°C, o de
nueve a diez días con temperaturas próximas a 0°C. En dos o tres días más de almacenamiento, pueden
volverse no aptos para el consumo, dependiendo de la especie y el grado de ahumado.
El corte de la materia prima para ahumar debe ser realizado correctamente, sin dejar colgajos o bordes
desparejos que puedan ser motivo de rechazo por mala presentación.
La limpieza y lavado de la materia prima antes de ser salmuereada, debe ser muy buena. No se debe
permitir la presencia de sangre, trozos de vísceras, ni suciedad adherida.
Después del salado, en caso de tratarse de salmueras saturadas o sal seca, deberá eliminarse todo resto
de cristales adheridos luego del secado. Este defecto, que además es rechazado por el consumidor,
debe ser evitado, controlando correctamente los tiempos y concentraciones para no excederse en los
mismos.
Los productos deben poseer su superficie brillante, lo que indica el correcto proceso realizado entre
salado-ahumado. Esta característica constituye uno de los criterios comerciales de calidad y
presentación. Una superficie mate significa que la materia prima utilizada era de mala calidad o que
los productos no fueron procesados en la forma adecuada.
El color de los productos debe ser uniforme para cada partida. En lo posible se establecerá un método
de elaboración como norma para todas las producciones, de forma que pueda ser identificado siempre
por el consumidor. Para esto deberían ser etiquetados indicando procedencia y composición.
En cuanto a la textura de los ahumados, debe ser firme y algo elástica en su superficie. Un producto
demasiado blando, indica que fueron mal ahumados o que la materia prima estaba en mal estado.
La descomposición de los productos ahumados se manifiesta por un olor desagradable. Ante la duda,
se puede realizar prueba físico-organoléptica, con o sin cocción, dependiendo del tipo de producto
ahumado. Cuando el pescado ahumado en refrigeración se altera, los cambios producidos son iguales
a los que se producen cuando se altera el pescado fresco, presentándose los mismos cambios de olor
y sabor. Como resultado final, el producto adquiere mal aspecto y olores amoniacales y sulfurosos.
Cuando el producto ahumado queda con alto porcentaje de humedad, el crecimiento de hongos se ve
favorecido. Es muy importante enfriar el pescado luego del ahumado, para envasarlo posteriormente
sin riesgos de que adquiera humedad externa.
Durante el almacenamiento, entre los cambios producidos se observa que el sabor atractivo y aroma
típico del producto ahumado, se hacen débiles y suaves o, en casos más extremos, éste toma sabor a
brea. Por tal motivo, es aconsejable referirse siempre a la información existente sobre controles de
tiempo de almacenamiento.
La madera utilizada para los ahumados no deberá ser resinosa, para lograr el sabor de humo agradable
y no picante.
BIBLIOGRAFIA
1. (Boletín comercial del INAPE enero diciembre 1992).
2. (Eilif Tornes y Paul George- Caracas 1972).
3. Según Zaitsev y Col. (1969