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Colegio Gimnasio Campestre San Sebastián

GUIA INFORMATIVA N° 7
NOMBRE: _____________________________________ GRADO: Décimo
AREA: H. Política FECHA: JULIO – AGOSTO PERIODO: TERCERO
TEMA: movimientos antiimperialistas.
DOCENTE: Vida Patricia Durán González
COMPETENCIAS: INTERPRETATIVA – ARGUMENTATIVA – PROPOSITIVA
DBA SC 5: Analiza los conflictos bélicos presentes en las sociedades
contemporáneas, sus causas y consecuencias así como su incidencia en la vida
cotidiana de los pueblos.

POLÍTICA ANTIIMPERIALISTA: FORMACIÓN DE CLASE Y ACCIÓN SOCIO-


POLÍTICA

La oposición al imperialismo adopta una gran variedad de formas y prácticas


organizativas. No hay una sola organización internacionalmente dominante, que se
oponga completamente al imperialismo como sistema de poder. Más bien, los que
predominan son una serie de movimientos monotemáticos que se oponen a la
política e instituciones imperiales. Por ejemplo, importantes manifestaciones en toda
Latino América, movimientos y referéndums se han opuesto al Área de Libre
Comercio de las Américas (ALCA) patrocinada por EEUU. Para muchos de los
adversarios, la oposición al ALCA se basa en los efectos destructivos que el libre
comercio ejerce sobre los trabajos, así como sobre los granjeros y campesinos.
Para otros, el ALCA es visto como parte de una estrategia global estadounidense
para conquistar y dominar las economías y la política de Ibero América y del resto
del mundo. Los movimientos antiALCA se oponen a un aspecto importante del
imperialismo estadounidense - su intento de dominar el comercio e inversión de toda
la región por medio de su control formal del armazón político legal que rige las
relaciones económicas.
El movimiento antiglobalización y la campaña antiguerra (Irak, Afganistán) abarcan
tanto a grupos antiimperialistas como a “reformistas imperiales” que por lo general
apoyan el poder imperial estadounidense pero se oponen al particular modo de
ejercitar el poder, o a la ubicación específica en la que se manifiesta. Otros se
oponen al comportamiento de las corporaciones multinacionales pero no al estado
y sistema imperial en el que están inmersas. Estos movimientos son
antiimperialistas en cuanto movilizan fuerzas populares para oponerse a una
importante manifestación de la expansión imperial, despiertan la conciencia popular
sobre los motivos de los regímenes de EEUU y la UE y abren la posibilidad de
profundizar y extender la resistencia al imperialismo como sistema.
No obstante, con frecuencia no se comprenden las potencialidades de estas
políticas monotemáticas; la lucha contra un solo asunto se queda aislada del
rechazo general al imperialismo, y la victoria o derrota del poder imperial
generalmente termina con las movilizaciones. La movilización antiguerra de
Vietnam, que fue la oposición más amplia y más duradera contra una guerra
imperialista, disminuyó cuando se acabó el reclutamiento militar, los vietnamitas
ganaron la guerra y los EEUU retiraron sus tropas. Los efectos posteriores fueron
limitar el uso masivo de tropas estadounidenses de infantería durante quince años,
(hasta la Guerra de Golfo) y aumentar la contratación de ejércitos mercenarios
(Afganistán, Nicaragua, Angola, Mozambique, etc.), aumento de la dependencia en
agencias de inteligencia y fuerzas especiales para derrocar a los regímenes
antiimperialistas (Chile 1973, Argentina 1976, Uruguay 1973, etc.) y fuerzas a
pequeña escala para invadir países pequeños (Grenada, Panamá). Además, los
movimientos antiimperialistas monotemáticos no impidieron, ni siquiera se
movilizaron para terminar con el bloqueo económico a Cuba, Vietnam, Camboya,
Laos, etc. Finalmente muchos de los antiimperialistas de tema único se unieron al
ala liberal del pro imperialista Partido Demócrata de los EEUU, y los partidos
reformistas pro OTAN de Europa - el Partido Socialista de Francia, el Partido
Comunista de Italia etc.
El registro histórico de los movimientos antiimperialistas monotemáticos es muy
ambiguo; en algunos casos tiene efectos residuales a medio plazo, en otros se
disuelve en la política tradicional y en unos pocos casos alimenta movimientos
sociales más grandes. En el último caso, las luchas anticoloniales de Francia e Italia
alimentaron los mayores movimientos antisistema; París 1968, otoño caliente de
Italia en 1969.
La clave para identificar la dinámica (hacia adelante o hacia atrás) de los
movimientos antiimperialistas monotemáticos es la política: la ideología, los líderes
y los programas en torno a los que se organizan los movimientos. La mayor parte
de los impactos a corto plazo son resultado de la ideología política de los líderes de
mínimo denominador pragmático, fijándose exclusivamente en el tema más
inmediato (política imperial), disociados del imperialismo como sistema de poder,
evitando cualquier desafío político al poder del régimen o del estado, y acomodando
o subordinando el movimiento de masas a los políticos oportunistas “disidentes” de
los principales partidos imperiales, que buscan capitalizar la protesta de masas con
fines electorales.
Las movilizaciones antiimperialistas monotemáticas, como la antiglobalización,
surgen con fuerza, se extienden y después se hacen rutina y declinan, porque
omiten conectar instrumentos políticos para desafiar al poder, con las luchas
populares de masas. En el caso de la lucha antiglobalización, las falsas premisas
de los ideólogos del movimiento, la idea de las corporaciones multinacionales como
poderes autónomos divorciados del estado imperial, fallaron en prever las guerras
imperiales y la ocupación colonial. La reorientación de muchos antiguos activistas
antiglobalización, hacia el movimiento antiguerra de Irak, condujo a un aumento
masivo de protestas con el tema único de la guerra, seguidas de un desplome
después que EEUU conquistó y ocupó Irak. No ha surgido ningún movimiento de
masas que se opongan al régimen colonial estadounidense ni que apoye la
resistencia iraquí.
La erupción de los movimientos de masas monotemáticos opuestos a políticas
antiimperialistas específicas no lleva necesariamente a un progresivo, radicalizado
y consecuente movimiento antiimperialista, a menos que el movimiento vaya más
allá de asuntos únicos y desarrolle un programa y un liderazgo capaces de vincular
el antiimperialismo con la transformación del sistema.
Condiciones para la emergencia de los MAI

La segunda pregunta clave es: ¿Bajo qué condiciones emergen y se expanden los
MAI?
Casi todos los movimientos MAI más importantes y consecuentes han tenido lugar
en Latino América, Asia, o África. En el período actual podemos identificar varios
contextos en los que han surgido MAI significativos.
1. Invasión colonial y ocupación: Irak ha visto la reagrupación y resistencia de los
movimientos antiimperialistas de masas organizados contra el gobierno colonial-
militar. Los regímenes coloniales saquean la economía, designan a los gobernantes
coloniales, destruyen la infraestructura, matan a civiles, y torturan a sospechosos.
Las humillaciones diarias de millones provocan hostilidad, rechazo y resistencia. Lo
mismo es válido para Afganistán, donde existe resistencia armada contra la fuerza
de ocupación EEUU-UE y su régimen títere (Karzai)
2. Intervención Militar: La participación militar estadounidense a largo plazo como
asesores, proveedores de armas, y apoyo financiero de la oligarquía Colombiana
han provocado una guerrilla antiimperialista y oposición ciudadana a gran escala y
de larga duración. La fase más reciente de la intervención militar imperial (Plan
Colombia) ha polarizado al país, empobrecido a los trabajadores urbanos, y
aumentado las matanzas de campesinos, activistas pro derechos humanos,
periodistas y sindicalistas. La participación directa de subcontratistas mercenarios
estadounidenses en el combate y la erradicación de la coca ha contribuido aún más
al crecimiento de la política antiimperialista en las áreas rurales.
3. Privatización y Disminución del Nivel de Vida: La mayor parte de los bancos
privatizados, telecomunicaciones, servicios públicos (luz y energía), empresas
minerales y petrolíferas han terminado en manos de las CMN de EEUU y UE. El
resultado ha sido tiroteos masivos, precios más altos, reducción de las regiones
servidas y transferencia de recursos al extranjero a gran escala, legal e ilegalmente.
El proceso mismo de la privatización no fue transparente, porque los sobornos y
cohechos produjeron compras por debajo del valor de mercado. Esto ha llevado a
protestas masivas contra la empresa privada extranjera, la política estatal y las
consecuencias negativas. Enormes protestas antiprivatización han tenido lugar en
Perú (empresas eléctricas nacionalizadas), Bolivia (agua), Ecuador (petróleo y
electricidad) y muchos otros países. En Argentina hubo un levantamiento popular
(20/21 diciembre 2001) después de que los bancos de capital extranjero transfirieron
al exterior los ahorros de los depositantes. El grueso de la actividad antiprivatización
se ha centrado sobre el apoyo del IFI a la privatización y el respaldo al IFI por parte
de EEUU y la UE.
4. Comercio Desigual e Inversión: EEUU y la UE subsidian sus productos agrícolas
en una cifra de más de cincuenta mil millones de dólares en desembolsos directos,
y varios miles de millones más en sistemas de irrigación financiados por el estado,
subvenciones a la exportación, ayuda técnica, tarifas eléctricas y energéticas,
promoción de comercialización, infraestructuras, redes y "ayuda vinculada".
Además tanto EEUU como la UE imponen barreras arancelarias, cuotas, barreras
comerciales no tradicionales, a las exportaciones agrícolas y de productos
manufacturados del Tercer Mundo. En contraposición, los estados imperiales de
EEUU y la UE exigen la bajada y eliminación de tarifas y subvenciones en el Tercer
Mundo. Como resultado, el Tercer Mundo pierde aproximadamente doscientos mil
millones por año en ingresos comerciales, más del doble de todos los préstamos,
inversiones, concesiones y transferencias de los regímenes imperialistas. EEUU
propone, por medio del ALCA (Área Latinoamericana de Libre Comercio), consolidar
y profundizar en su desigual relación comercial con América Latina estableciendo
un marco legal y político bajo una comisión ALCA, que lo controlará, convirtiendo
de este modo a América Latina en una zona colonial mercantil.
En todas partes de Latinoamérica millones han protestado contra la firma del
acuerdo ALCA.
En Brasil en un referéndum informal, el noventa y cinco por ciento de los votantes
rechazó el ALCA – un total de once millones de votantes. La clave para el avance
del ALCA se encuentra en los regímenes vasallos que gobiernan en Latinoamérica
en particular en Brasil, Colombia, México, Ecuador, Chile, Bolivia, Perú y otras
partes.

La derrota del esfuerzo de re-colonización de Washington pasa por el derrocamiento


o la expulsión de los regímenes vasallos, que colaboran activamente con EEUU.
Las principales fuerzas sociales contrarias a la re-colonización son los campesinos
y los pequeños agricultores, que no pueden competir con los productos agrícolas
subvencionados estadounidenses que se venden a precios inferiores debido a las
subvenciones imperiales estatales a la exportación. En Bolivia, los campesinos se
vuelven hacia un cultivo alternativo, la coca, ya que no pueden competir con las
subsidiadas importaciones agrícolas estadounidenses. En México, Bolivia,
Colombia, y Perú los movimientos rurales reivindican el derecho a producir
cosechas alternativas y oponerse al ALCA. En Brasil el Movimiento de Trabajadores
Rurales Sin Tierra (MST) es la principal fuerza que se opone ALCA.
En la medida en que ALCA, en sustancia y símbolo, representa la conquista imperial
estadounidense y la colonización de América Latina, los movimientos antiALCA
representan un elemento clave de la lucha antiimperialista.
La transición del libre comercio al imperialismo colonial mercantilista ha estimulado
las condiciones para la aparición y extensión de los movimientos antiimperialistas
(MAI) Igualmente importante, el ALCA ha ampliado el alcance de la oposición a la
dominación de EEUU y la UE. Durante la primera fase del neoliberalismo, la
oposición al imperialismo estaba basada en una privatización específica de la
política y se fijaba en sectores industriales afectados concretos (o incluso en firmas
concretas) Las protestas iban dirigidas contra injusticias específicas, pérdida de
empleo, bajada de salarios, aumento de precios, etc. Estas luchas particulares
persisten - principalmente las de los trabajadores ecuatorianos del petróleo contra
la privatización y desnacionalización de la industria petrolera, los trabajadores de
centrales eléctricas y sector energético de México etc. Sin embargo, estas luchas
concretas están cada vez más explícitamente unidas a la oposición al ALCA y a la
conquista imperial estadounidense.
Movimientos antiimperialistas: Perspectiva histórica
Los actuales MAI son la más reciente de una serie de luchas que se remontan a la
conquista original del Tercer Mundo. Sin embargo los objetivos, clases sociales, y
programas de los MAI difieren enormemente de lo que fueron en tiempos
anteriores.
Podemos distinguir varios tipos y subtipos de MAI históricos y actuales.
MAI tradicionales

Los primeros movimientos contra la conquista imperial colonial, frecuentemente se


oponían al genocidio, exterminación, esclavitud, desplazamiento, y servidumbre.
Los objetivos de al menos algunos de sus líderes eran restaurar los sistemas
precoloniales de gobierno jerárquico con emperadores locales, consejos o
comunidades. Las rebeliones, derrotas, re-esclavitud, y dispersión de los pueblos
colonizados crearon dos economías paralelas: la economía colonial dominante y las
comunidades de subsistencia de pueblos anticoloniales en regiones remotas de los
países conquistados.

MAI modernos

Los MAI modernos pueden dividirse y subdividirse en aquellos que lucharon por la
independencia política del dominio colonial manifiesto (América Latina en el siglo
diecinueve y principios del veinte) y Asia/Africa (a mediados del siglo veinte) y
aquellos que lucharon por la independencia política y económica por medio de
luchas revolucionarias nacionales y socialistas a mediados del siglo veinte (China,
Cuba, Vietnam, Yugoslavia, etc.) Estas revoluciones antiimperialistas a su vez
sentaron las bases para la nueva confrontación entre movimientos capitalistas-
nacionalistas y socialistas-populistas. Los MAI modernos lograron establecer
economías y regímenes "híbridos", estado mixto, formas de propiedad privadas y
colectivas, y regímenes populares jerárquicos. Estos "regímenes y economías
híbridos" sirven de base para nuevas confrontaciones con el imperialismo. Las
nuevas élites nacionalistas y comunistas, divorciadas de las realidades socio-
económicas de las masas, y sujetas a la influencia o intervención imperial,
evolucionaron durante décadas hacia una nueva clase o fueron derrocadas y
sustituidas por regímenes vasallos del imperio, en particular durante las últimas
décadas del siglo XX. Regímenes nacionalistas de África y Asia fueron derrocados
y sustituidos por señores de la guerra tribales, vasallos coloniales y clérigos
reaccionarios - todos ellos inicialmente vinculados a EEUU y/o la UE. La conversión
de regímenes colectivistas en regímenes pro capitalistas/proimperialistas en la ex
URSS, Europa Oriental, y Asia del Sur se basaron tanto en fuerzas sociales
externas como internas. En Europa Oriental, el apoyo financiero e ideológico
estadounidense a políticos nacionalistas, élites intelectuales y jefes sindicales,
facilitaron el cambio de sus regiones pasando de satélites de Rusia a estados
vasallos estadounidenses - extendiendo el Imperio estadounidense desde el Báltico
hasta los Balcanes. La intervención militar y el apoyo de fuerzas paramilitares
subrogadas extendieron el imperio estadounidense desde los Balcanes a Oriente
Medio. En el siglo veintiuno los EEUU se expandieron al Oriente Medio y Asia del
Sur con las guerras de Afganistán e Irak. La ideología de la conquista imperial varió
su teórica del tradicional "humanitario" colonial a la de la "liberación" de Irak, y al
moderno subterfugio antiterrorista de Afganistán
Hacia el final del siglo XX ya surgieran tres variantes de antiimperialismo:
Antiimperialismo de derechas, articulado por disidentes cliente estadounidenses en
Europa Oriental, Balcanes, y Cáucaso como instrumento para mudar lealtades de
la dominación soviética al imperio estadounidense.

Antiimperialismo clerical, basado en la oposición religiosa (Musulmana) a la


agresión militar, conquista política, influencia cultural, depredaciones económicas y
hostilidad racial estadounidenses, orientado hacia la "restauración" de las opiniones
clericales tradicionales y en algunos casos combinándolas con valores nacionalistas
modernos.

Antiimperialismo moderno, oponiéndose a las guerras y conquistas imperiales, las


CMN, la OMC, el ALCA, apoyando las luchas de liberación del Tercer Mundo. Las
profundas diferencias de clase y políticas en los movimientos antiimperialistas o
nacionalistas -- entre movimientos pro imperio estadounidense, movimientos
clericales-nacionalistas y movimientos modernos de liberación -- tienen importantes
consecuencias teóricas y prácticas. La guerra de EEUU contra Yugoslavia basada
en una alianza con terroristas Musulmanes en Bosnia y Kosovo (ELK), los clérigos
derechistas de Afganistán y la tentativa de establecer una junta colonial clerical
(Shia) en Irak indican el modo como se articula el imperialismo con derechistas
reaccionarios contra regímenes seculares. El apoyo estadounidense y su influencia
sobre las élites disidentes de Europa Oriental y la conversión de éstas en vasallos
estadounidenses muestran la capacidad del imperio para cooptar la ideología
antiinfluencia y sus propagadores al objeto de afianzar bases militares y estados
vasallo políticos. El uso y desuso selectivo de Musulmanes, intelectuales seculares,
y extremistas étnicos son una parte fundamental de la estrategia imperial
estadounidense para debilitar a los regímenes antiimperialistas y dividir a los
opositores al imperialismo. Esto es particularmente eficaz en el caso de críticos en
los MAI que carecen de una perspectiva de clase respecto de la naturaleza del
imperialismo, las múltiples formas que toma y las flexibles concesiones que adopta:
apoyar a los Musulmanes contra los izquierdistas en un momento, atacar a los
nacionalistas Musulmanes y favorecer a vasallos seculares o Musulmanes en otro
momento. La ola actual de MAI incluye fuerzas seculares y clericales, socialistas y
nacionalistas, progresistas y restauracionistas.

Antiimperialismo en EEUU:
Los movimientos antiimperialistas han sido sumamente débiles en Estados Unidos.
A excepción del pico con motivo de la invasión estadounidense de Indochina entre
1966-1972, ha habido pocas actividades antiimperialistas de masas continuadas.
Sin embargo, la opinión pública estadounidense y las protestas electorales dirigidas
contra incursiones imperiales estadounidenses concretas, no han sido infrecuentes.
Esencialmente, podemos identificar varios períodos de oposición pública
estadounidense a aspectos de la política imperial.
1945-1947 oposición pública estadounidense y manifestaciones de tropas de
ultramar forzaron a los planificadores imperiales después de la segunda Guerra
Mundial a reducir considerablemente los despliegues de tropas estadounidenses en
los países ocupados y a limitar la intervención estadounidense contra las
revoluciones China, Indochina, y Socialista Yugoslava.

1951-1953 oposición pública estadounidense a la Guerra Coreana condujo a la


derrota del candidato presidencial demócrata pro guerra y presionó a Eisenhower a
negociar un armisticio que negó la victoria militar a Washington.

1966-1972 oposición pública estadounidense (manifestaciones de masas, y


acusada polarización sociopolítica) y el descontento a gran escala entre los militares
en Vietnam minaron las bases políticas y militares del poder imperial y contribuyeron
a la derrota del ejército de los EEUU.

Posteriormente hubo una protesta pública continuada sobre la intervención


estadounidense de Centroamérica, el apoyo estadounidense al régimen
apartheidista sudafricano y más recientemente a la invasión estadounidense de
Irak. Estas protestas tuvieron un efecto muy limitado para influenciar la política
estadounidense. Igualmente importante, la intervención de EEUU en Angola,
América Central y América del Sur durante la década de 1973 a 1983, en apoyo de
mercenarios y/o golpes militares, produjo poca respuesta pública excepto por parte
de pequeños grupos de activistas. La manifestación "antiglobalización" de 50.000
en Seattle en 1999 fue un acontecimiento singular - con poca continuidad efectiva,
excepto el rebrote de manifestaciones pacifistas de enero-febrero de 2003.
¿Qué cuenta para las raras pero exitosas movilizaciones de protesta antiimperialista
en EEUU? Tanto en Corea como en Vietnam, las tropas estadounidenses fueron
derrotadas o no fueron capaces de ganar y sufrieron muchas bajas (varios cientos
de miles de muertos o heridos) durante un prolongado período de tiempo (de tres a
diez años) a manos de las fuerzas nacionales de liberación. Las derrotas imperiales
y las bajas devolvieron la guerra a las comunidades, vecindarios, lugares de trabajo,
familias, y organizaciones sociales estadounidenses. En segundo lugar las
anteriores guerras se libraron con ejércitos de reclutas forzosos, que incluían o
amenazaban incluir en situaciones de combate a los hijos de las clases medias y
medias altas, afectando así a un importante sector del electorado.
La amenaza del alistamiento forzoso en un ejército que ya estaba sufriendo muchas
bajas con una guerra prolongada motivó que muchos hombres en edad militar y sus
padres se opusieran activamente a la guerra. En tercer lugar, las guerras imperiales
prolongadas y costosas, aunque estimularon la economía, llevaron a una pérdida
de valores en los mercados mundiales y fortalecieron a los rivales imperiales
estadounidenses, al tiempo que limitaron la capacidad de Washington para
intervenir y controlar otras regiones del mundo. Sectores de las clases dirigentes y
políticas comenzaron a dar prioridad a los intereses estratégicos del imperio en vez
de continuar con una guerra sin esperanzas que había llegado a un punto muerto,
llevando a desacuerdos entre la elite acerca de como mejor construir un imperio
mundial
Los factores combinados de probada resistencia popular, bajas militares
estadounidenses, miedo al alistamiento y desacuerdos entre la élite, propiciaron los
movimientos de masas organizados y oposición sostenida. Sin embargo, incluso en
las protestas a gran escala contra la invasión estadounidense de Indochina, la gran
mayoría no se opuso al sistema imperial estadounidense, sinó a aspectos concretos
del mismo, como la guerra de Indochina, el alistamiento, y las bajas militares
estadounidenses. Al final de la guerra, el éxito del movimiento era relativo; esto llevó
a una reducción temporal de los gastos militares (1974-1978), y a resistencia a
nuevos compromisos masivos de tropas de tierra en intervenciones manifiestas.
Posteriormente, durante los años 1970 a 1990, cuando EEUU cambió a
intervenciones encubiertas de la CIA (Chile, Argentina, Uruguay), y utilizó ejércitos
mercenarios en Angola, Mozambique y Centroamérica (Contras Nicaragüenses), se
produjo poca protesta. No hubo ninguna oposición de importancia en relación con
las invasiones estadounidenses de países diminutos, débiles, como Grenada y
Panamá en los años 1980 que causaron muy pocas bajas entre los reclutas de
EEUU.

Posteriormente, las invasiones y ocupaciones estadounidenses de regiones como


Yugoslavia y Afganistán, ambas en gran parte guerras aéreas con apoyo en tierra
de señores de la guerra fundamentalistas Musulmanes y terroristas, obtuvieron un
significativo apoyo público en EEUU. La invasión y la conquista de Irak por EEUU
confirman este análisis. La exitosa invasión y conquista fueron en gran parte
resultado de la enorme fuerza militar y bombardeo, una guerra aérea acompañada
por la rendición encubierta de los comandantes militares iraquíes, que condujeron
a una conquista militar rápida y exitosa con un mínimo de víctimas estadounidenses.
Sin embargo, la subsecuente ocupación y el gobierno colonial han llevado a la
oposición popular a gran escala en Irak y a una probada guerrilla urbana, que
causan docenas de bajas estadounidenses cada semana (más de cuatro mil heridos
y más de ciento cincuenta muertos) en los seis primeros meses (Mayo-Octubre
2003) A medida que crecen la resistencia guerrillera iraquí y la oposición popular, y
las bajas estadounidenses se acumulan, la opinión estadounidense comienza a
cambiar desde el apoyo rotundo a las guerras imperiales, a la oposición creciente
con un 49% de opositores a Bush hacia finales de agosto. Esto coincidió con citas
para audiencias en el Congreso y críticas a la guerra en la campaña electoral.
Igualmente importante la invasión estadounidense de Irak es la primera guerra
imperialista que no ha ido unida a beneficios socioeconómicos para las clases de
masas de asalariados y obreros. El imperio se amplía, las compañías petroleras y
los beneficios de las corporaciones bombean para doblar dígitos, a medida que el
paro aumenta y los recortes en las prestaciones sanitarias y educativas erosionan
cada vez más el nivel de vida de la masa obrera. A pesar de las medidas extremas
de la agresión imperialista y la severidad de los ataques sobre el nivel de vida, ha
habido poco "movimiento" contra el imperialismo por parte de las clases obrera y
asalariada. En círculos de oposición oficiales y semioficiales, la oposición se dirige
contra la "propaganda engañosa" (las mentiras del estado) no contra la cuestión
fundamental de las guerras imperiales. Los disidentes progresistas critican la
política concreta que llevó a la guerra no las estructuras de poder que generan la
política; critican al régimen de Bush no al estado imperial. La "solidaridad" existente
se dirigida a los soldados estadounidenses ("traed a nuestros chicos a casa") no a
la resistencia anticolonialista del pueblo contra un ejército de ocupación.
El registro histórico nos dice que serán necesarias condiciones extremas para
mover fuerzas significativas en EEUU que se opongan a la agresión imperial, tales
como una gran crisis económica, importante pérdida de vidas, o guerras
prolongadas de atrición. Debemos mirar hacia otra parte (fuera de EEUU) para
localizar la dinámica de los movimientos antiimperialistas, precisamente a aquellas
regiones y entre aquellas clases que han sufrido de lleno el impacto de la conquista
imperialista.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA

Tomado de: https://www.rebelion.org/hemeroteca/petras/030925petras.htm

VALORACIÓN INTEGRAL
CALIFICACION GUÍA FIRMA FIRMA
DESEMPEÑO
CUALITATIVA CUANTITATIVA DOCENTE ACUDIENTE
SUPERIOR
(96 – 100)
ALTO
(86 – 95)
BASICO
(75 – 85)
BAJO
(10 – 74)

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