Professional Documents
Culture Documents
Pero, hoy, a comienzos del siglo XXI, si bien se conservan enormes brechas
sociales, y prevalecen la inequidad y la exclusión, los retos para la comunicación
son diferentes. La globalización, las tecnologías de la información, el surgimiento
de otras culturas juveniles, la ruptura de las fronteras, de los estados-nación, el
surgimiento del ciberespacio, han generado nuevos lenguajes y nuevas formas de
apreciación de la realidad que nos llaman también a formas creativas de
resistencia y de participación en lo público.
A tener en cuenta:
- Indagar por lo que pasa en zonas semejantes en el mundo, sin restringirse a los
países o regiones privilegiados por las transnacionales de la información.
Hacer comunicación es una opción de quienes van a producir los mensajes, más
que una definición por población o número de ejemplares de una publicación. Es
la apuesta por la expresión múltiple, diversa y creativa de las comunidades. Es
promover la controversia de visiones en el escenario público. Es aportar a que la
toma de decisiones que atañen a lo público sea transparente. Es ejercer control al
poder tanto a nivel local y regional, como nacional. Es evidenciar los riesgos,
consecuencias y oportunidades para el país de lo que sucede en el mundo. Es
trascender el día a día, para dar cuenta de procesos, no sólo de hechos. Es
construir democracia.
Un tercer aspecto que define que un medio sea comunitario es que, de una u otra
manera, se garantice que el interés común sea el protagonista, y que se puedan
generar consensos productivos. Al hacerse escenario común, en el que confluyen
distintos actores y puntos de vista, los medios de comunicación comunitarios
tienen la posibilidad de ejercer el papel de tramitadores de conflictos sociales.
Por las características mismas de estos medios, la sostenibilidad cultural debe ser
una condición intrínseca: conocer la comunidad, reflejar su expresión, sus formas
de vida, así como sus manifestaciones artísticas. En ellas debería darse a conocer
las creaciones e intérpretes locales, teniendo en cuenta la diferencia de edades y
de estilos. La programación debe responder, tanto en contenido como en forma, a
la manera de vivir y relacionarse la comunidad.
Son muchas las posibilidades que tiene una organización social en su relación con
los medios de comunicación comunitaria, pues las organizaciones manejan un
contenido importante para su programación. La relación de las organizaciones con
los medios comunitarios debe ser cercana, para facilitar la creación de tejido social
en la localidad.
Aquí mencionamos algunas posibilidades de participación de las organizaciones
en los medios:
Hay tantas maneras de escribir un artículo, como géneros periodísticos hay. Para
esta situación, los géneros más apropiados son: entrevista, reportaje, crónica y
encuesta de opinión, en la que se contraste diferentes maneras de pensar un
tema.
Así como los concursos, las radionovelas son bastante atractivas para la
audiencia. Varios locutores pueden dramatizar un problema social mediante una
puesta en escena, con personajes y situaciones comunes a los que están tras del
radio. Para hacer radio no se necesita tener una habilidad especial. Es un mito
creer que el micrófono es de quien habla mucho, o se expresa muy bien.
Precisamente, la radio, como todo medio comunitario, es un canal para la
expresión de las personas, no de los locutores. Es una ganancia para la sociedad
cada vez que una persona toma una iniciativa de comunicar, especialmente
cuando se refiere a temas que contribuyen a la construcción de un mejor país.
Para tener un programa de radio se debe contar, entre otros aspectos, con:
- Con habilidad para dar y tomar la palabra, así como para preguntar.
o Define las propuestas, así como los voceros para cada tema, en consenso con
los miembros de la Organización.
o Investiga previamente hasta tener dominio del tema, y de las diferentes maneras
de entenderlo.
“Lo importante para hablar en radio es tener claridad sobre lo que se dice.No es
fundamental tener buena voz.”
Preproducción:
o § Investigación.
o § Preparación del tema.
o § Elaboración del guión técnico, que indica lo que es necesario preparar para
recopilar el material del programa. Allí se establece qué grabaciones se van a
hacer; los planos que se van a utilizar, el tiempo de cada grabación, entre otros
aspectos.
o § Elaboración del guión literario. Este es el plan del programa, tal como va a
salir. Contiene los textos que se van a grabar, y una guía sobre lo que se va a
decir y a hacer en cada parte de la grabación.
Producción:
Postproducción:
a) Pautar en la radio: Entre los medios comunitarios, la radio suele tener buena
audiencia, entre otras razones, porque se puede escuchar en cualquier momento
del día, en forma simultánea a la realización de otras actividades. Esto significa, a
su vez, que algunos oyentes tienen sólo concentración parcial en lo que escuchan.
Sin embargo, el formato publicitario de la radio es bastante llamativo, atrae la
atención fácilmente, y se presenta en forma repetitiva, lo que va creando
memorización del mensaje. Es necesario revisar el tipo de público al que se quiere
llegar, para escoger el programa en el que se ubica la pauta.
Los medios impresos son una excelente vía para transmitir mensajes que
profundizan un tema: una carta abierta, por ejemplo.
6) Crear un medio:
También es una posibilidad para una organización, o una unión de ellas, crear un
medio nuevo, sea un periódico comunitario, una emisora comunitaria, o un canal
comunitario de televisión.
Mientras mayor número de medios comunitarios con calidad haya, más puertas se
abren a la democratización de la comunicación, y más posibilidades para la
comunidad de expresarse, de estar bien informada, de construir en colectivo.
Cuando se tiene interés en la creación de un medio comunitario nuevo, es el
Ministerio de Comunicaciones el encargado de dar las pautas para ello, su
reglamentación, sus posibilidades, así como de adjudicar licencia.
Comunitaria en Bogotá.
Escuchar la voz del vecino, del líder comunal, de la madre comunitaria, y ver cómo
eran escuchados, motivó el sueño de una emisora en el dial. Este sueño se fue
multiplicando en otras localidades. En algunos barrios, como San Cristóbal, los
casetes se escuchaban en los buses y colectivos. En Patio Bonito, por ejemplo, se
utilizaba una bicicleta con una corneta a bordo, y mientras recorrían la comunidad,
le informaban qué estaba pasando en el sector. En otros barrios, como Ciudad
Bolívar, Rafael Uribe, Suba, Santa Fe, y Tunjuelito también los comunicadores
populares se valieron de altoparlantes para llegarle a la gente.
Oswaldo Capriles
¿Cuál es el paradigma?
El caso "Reventón" es significativo sobre todo por su estilo y contenidos, más que
por una verdadera caracterización alternativa, aunque su público,
mayoritariamente joven, significó un cambio cualitativo en las publicaciones
periódicos del país. La revista, impulsada por un grupo joven en el que destacan
entre otros, Carlos Ramírez Faría, Pablo Antillano, y Raúl Fuentes, rompe todos
los esquemas: lenguaje absolutamente descarnado, incluso soez, temas
prohibidos, denuncias violentas, burla abierta a la autoridad, a los grandes
notables de las finanzas y del gobierno, en fin, ruptura con interdictos y tabúes,
hasta que ciertas denuncias involucradas de integrantes de las Fuerzas Armadas
colman la medida y envían a prisión y al exterior del país a los responsables. Pero
el estilo gráfico, la burla sin límites la agresividad de le¡ publicación -cuya duración
apenas rebasó el año- marcaron la pauta para que en tono menor otras
publicaciones siguieron similar orientación y para marcar de paso a todo el
periodismo crítico ulterior. Debe decirse que es allí donde aflora un hecho capital
en la comunicación interpersonal en Venezuela: la ruptura progresiva, pero radical
de las jóvenes generaciones con el lenguaje paterno y la utilización de una lengua
gruesa, un habla "liberada" incluso grosera y obscena, que se va aceptando,
primero entre compañeros de ambos sexos y luego entre todos los jóvenes, hasta
que finalmente contamina otros estratos e invade el habla corriente del país,
desapareciendo casi el "doble lenguaje" convencional hombres-mujeres-formal-
informal público- privado. El cine de ficción en Venezuela recoge la novedad en los
años setenta y la extiende a la actuación -naturalizado al máximo- y a los temas y
personajes, contaminando seguidamente a las telenovelas, que si bien no asumen
el lenguaje escatológico, si recogen las nuevas modalidades hasta donde pueden.
En este sentido Reventón representa más un síntoma del proceso que una causa
autónomo del mismo. La relación de Reventón con el Poder Joven no se explicitó
abiertamente, pero la similitud es evidente: El Poder Joven golpeaba verbalmente
desde la sombra de una anónima pertenencia a un movimiento que no tenía jefes
por definición y que, cuando tenía, los identificaba con nombres de frutas o
legumbres, como alguna vez pretendió hacer Simón Rodríguez -el afiebrado
maestro del libertador abandonado las sierras.
Igual sucede, desde un punto de vista más pretencioso, con la experiencia de Cine
Urgente, emparentado igualmente con esa necesidad de cuestionar jefes, autores
y productores. Cine Urgente, emparentada igualmente con esa necesidad de
cuestionar jefes, autores y productores. Cine urgente nace al calor de ese transito
de cierta militancia del P.C; pasando por el II Manifiesto italiano y por la decepción,
por el poder joven y por los primeros relentes feministas "científicos", que luego se
institucionaliza en el Movimiento al socialismos MAS, actual "tercera fuerza" en la
política de partidos, aunque a respetable distancia de las dos grandes
organizaciones del status.
Cine Urgente aparece en 1968 con altibajos subsiste hasta 1973, con un proyecto
concreto de cine de movilización política mediante la participación directa del
público que a la vez es objeto y tema -con sus problemas específicos- del trabajo
cinematográfico. El equipo estaba formado por Jacobo Borges, Josefina Jordán,
Franca Dando, Pedro Martínez, Luis Luksic, Emilio Ramos y otros. Se trabajaba
sobre el establecimiento de contactos en los barrios de "ranchos" de las montañas
y cerros que rodean a Caracas, Petare y Guarenas. (Zona metropolitana del gran
Caracas) y se filmaban los problemas más álgidos, con frecuencia un solo asunto,
se estimulaba la participación de los involucrados en una acción a la vez crítica y
de acción directo y concreto para atacar el problema; los resultados filmados se
proyectaban ante protagonistas y vecinos y servían a la vez para una nueva
dimensión de la discusión y para ampliar el número de los interesados;
sucesivamente al proceso se repetía en tanto fuese necesario para una
incorporación a las luchas concretas mientras perdurase el problema,
manteniendo luego la relación y llegando en una etapa avanzada o dejar en
manos del protagonista colectivo-público de si mismo la continuación de las
experiencias. Tal era el proyecto, que en su primera etapa logró realmente esa
circularidad aceleradora de participación, en la que en el cine se hacía un pretexto
para una movilización primero concreta y luego más consciente y general.
Protagonista-público, a la primera atracción narcisista sucedía una dominancia de
la discusión y un agudizamiento de las posiciones; finalmente el proceso se
subsumía en una protesta organizada, o en una lucha como la que acompañó a
los habitantes de ciertos barrios de Guarenas en su enfrentamiento a la empresa
de energía eléctrica concesionario de la municipalidad: allí, por ejemplo, el cine
sirvió para penetrar en la sola del cabildo, a donde no dejaban entrar a los
pobladores, y hasta para develar, o sorprender conversaciones y declaraciones de
personalidades involucrados. De esta manera, la denuncia y la agitación se
ensamblaban en un libelo acusador con la ventaja del proceso participativo,
repetitivo, casi sin fin, del montaje continuo. Desde luego, lo que describimos no
se realizó siempre de manera perfecta y controlado, ya que las vicisitudes del
equipo y la azarosa vida misma de los ranchos no facilitaban la continuidad del
proceso ni la persistencia del proyecto mismo; pero como visión teórico-práctica
de una comunicación alternativa y en tanto que experiencia pionera
probablemente en toda América latina, el ejemplo de Cine Urgente es altamente
significativo. Con María de la Cruz, un film de denuncia sobre la condición de la
mujer en los ranchos de Jordán-Donda, concluye el ciclo vital de esa experiencia
en 1973. Ulteriores intentos, realizados con Video portátil en años recientes no
han logrado insertarse de igual manera en la problemática social ni generar una
dinámica propia para contribuir a enfrentarla, quizás porque tales intentos
provenían de grupos de menor beligerancia, en coyunturas menos apropiados y
sin proyecto político (4).
3. ¿ Contracción o síntesis?.
Las proposiciones teóricos para asegurar la participación a todos los niveles tanto
en las tomos de decisiones previas, como en la función y operación de medios y
procesos como finalmente es programación –en el caso de medios masivos--
tropiezan con la gran duda de todos los proyectos no probados; Y es que las
políticas de comunicación no han sido rodados realmente en ninguna parte; al
menos, esas políticas posibles nacidas del proyecto democrático participativo que
se viene gestando desde Costa Rica.
Sin embargo, el doble "fracaso relativo" de las dos tendencias pone de relieve que
su principal rasgo en común es el de no tomar en cuento a la otra: en realidad, no
hay -o no debería haber- verdadera "comunicación alternativa" sin un proyecto
alternativo de organización social, lo que implica a la vez un proyecto político y
una estrategia para lograr dicho proyecto (atención: no queremos decir manejos
maquiavélicos, sino una verdadera estrategia social que excluya el engaño y la
manipulación, por más "bien intencionados" que éstos sean). Ello quiere decir que
toda proposición globalista que propugna una comunicación alternativa, está
obligada a considerar el tema de la política, y particularmente, el de una "política"
en especial; la política de comunicación (que puede ser dominada perfectamente
política cultural, o política ideológica). Así, un proyecto de comunicación alternativa
presupone un proyecto político, si no se quiere que la interacción comunicativo
que se propone sea un mero juego quasiautónomo, onanista, en el que la
deliberación incesante tuviese poco que ver con la verdadera toma de decisiones,
estableciendo un autismo que cree dirigir y determinar cuando es dirigido y
manipulado.
De igual manera, el movimiento propugnador de políticas de comunicación debe
saber que el diseño globalista no sirve a ningún fin que no esté precedido de algún
tipo de experimentación social, de intervención política de los sujetos sociales, de
algún tipo de implantación, si no al margen, por lo menos en filigrama oportuna
con la lucha oficial u oficiosa que el debate político de alto nivel busca establecer.
Una política de comunicación, para los que luchan por un cambio social profundo,
no puede sino estar inscrita en un proyecto que la trasciende, y que es, por lo
menos, un proyecto nacional de comunicación. Decimos "por lo menos", porque es
también, e indefectiblemente, un proyecto político de reorganización social, de
definición de la intervención de los sujetos sociales, de fijación de nuevas reglas
que deben servir a la tomo de decisiones; proyecto que debe aparecer deslindado
en sus líneas esenciales para que no pueda ser objeto de manipulación ni de
recuperación tal manera, la política nacional de comunicación aparece como un
componente estratégico de un proyecto político global (no partidista) que en el
concreto se caracteriza por el objetivo de la democratización real, y comprende un
proyecto comunicacional-cultural participativo y un proyecto de toma de decisiones
democráticas. Ese nuevo proyecto nacional de comunicación, es pues, parte un
cambio decisional y de un cambio definitivo de las relaciones sociales solo como
tal puede ser cabalmente comprendido. Entonces, las políticas que se propugnan
en el terreno de la comunicación, son aquellas que contribuyan a establecer una
verdadera democracia de palabra, un proyecto nacional futuro, más perfecto que
la política misma en tanto estrategia, pueda lograrlo. A partir de la realización ese
modelo nacional es que deberán redefinirse las nuevas políticas futuras destinada
perfeccionar la interacción de los sujetos sociales en los procesos de producción,
circulación y reproducción del sentido, en función de sus reales intereses y, por
tanto, son ineludibles incidencia la toma de las decisiones fundamentales, de la
sociedad.
Pero para imponer tales "políticas", o para hacerlas factibles a través de una toma
de decisiones de índole general, las practicas de la "comunicación alternativa" en
su infinita variedad- en sus errores, oposiciones , encandilamiento tácticos y otras
manifestaciones aberradas- vienen a constituirse en un material vivencial
fundamental, insustituible, que debe seguir trabajando en procesos cada vez más
autocríticos de experimentación, y que deberá dar testimonio fehaciente de la
posibilidad real de formas y modos comunicativos ineludibles en una nueva
sociedad, en cualquier proyecto político renovador, en cualquier iniciativa social
experimentadora. De tal manera, las prácticas alternativas, participatorias,
paralelos, etc. -poco importa el nombre deberán inscribirse en la necesaria
incisividad social que las haga claramente diferenciados de todo intento
recuperador por lo pequeño, por lo lúdico o por lo "auténtico"; pues tales
categorías definen en .general la falta de inserción de ciertos experimentos en un
proyecto político globo¡ que implica como su componente esencial una nueva
definición de las formas de comunicación social, en suma, una nueva convivencia
5. Notas
[3].lbid. nota (1). Desde luego, trabajos como los de Díaz Bordenave son
importantes para el análisis crítico de esas experiencias, especialmente en el
campo de la extensión y comunicación rural y agrícola. Muchos trabajos han
analizado, por otro porte, la importante experiencia de las escuelas radiofónicas y
de los radioforos en América latina, especialmente en Colombia, en donde las
radio-escuelas pasaban de 16.000 en 1965, sirviendo a un número aproximado de
130.000 estudiantes en su casi totalidad habitantes de zonas rurales. El número
23 citado de C. de Educación incluye una largo lista de trabajos: Schmelke,
Roads, Piper, Martin, Hayens. Los publicaciones de ALER suministran también
algunos datos de importancia.
[6] El acceso se define, desde Costa Rica, como Ia posibilidad para todos los
miembros de una comunidad, de tener acceso constante igualitario a todos los
mensajes generados por todos los medios y canales de comunicación existentes
en un momento dado en esa comunidad; Desde luego, se trato de la virtualidad y
no del acceso simultáneo a todo mensaje o medio, lo que seria imposible: se trate
de un derecho bajo forma de posibilidad permanente. La participación se puede
definir en esa misma perspectiva como la posibilidad permanente asegurado a
todos los miembros de una comunidad de tornar porte activa en las decisiones
concernientes a medios y procesos de comunicación, a programación, y a
participar en la producción de los mensajes. La dialéctica entre ambos polos surge
de la imposibilidad de estor "en acceso" (público) mientras se "participa"
(producción) y viceversa.
DIAGNOSTICO DE LA COMUNICACIÓN
1. Introducción.
3. Perspectiva epistemológica
4. La situación de comunicación.
6. Diagnóstico de la comunicación:
6.1.1. Actores
1. Introducción.
Para entender esta perspectiva es oportuno tener en cuenta uno de los principios
básicos de quienes adhieren a ella, formulado por Carlos Mathus: “Planifica quien
gobierna” (1). Esto implica que el diagnóstico y la planificación son orientados por
los objetivos que se ha propuesto quien detenta el poder.
Sin embargo, este no es el único camino posible. Nuestro equipo, adopta respecto
de la planificación, una perspectiva que se conoce con el nombre de planificación
diagnóstica, que utiliza el diagnóstico social como punto de partida del proceso y,
en muchos casos, involucra a los propios actores en la construcción de los
objetivos de cambio que habrán de proyectarse.
De manera similar, hoy en día no es posible explicar las prácticas sociales sin
hacer una lectura específica de lo comunicacional allí y toda acción que se
emprenda desde lo comunicacional termina afectando a la totalidad de las
prácticas sociales.
Hemos dicho que el diagnóstico es, por empezar, una estrategia de producción de
conocimiento. En este sentido, sería adecuado establecer algunas precisiones
respecto de nuestra perspectiva epistemológica.
Dado que se trata de una investigación para la acción, para el cambio, la teoría
nos permite hacer inteligibles las prácticas que analizamos, nos permite
interpretarlas para luego orientar las acciones. Pero a la vez, al confrontar esas
conceptualizaciones previas con nuestra intervención actual, estamos generando
nuevas conceptualizaciones.
A esto debemos sumar el hecho de que el investigador está atravesado por una
determinada voluntad de saber de la época. Según la época histórica, se ve de
distintas maneras y se dicen diferentes cosas acerca del mundo que nos rodea.
Por ejemplo, “para nosotros el sol es una estrella, pero para los incas era un dios.
Nosotros nos referimos al sol como un elemento natural mientras que los incas le
rezaban”[3]
Estas diferentes formas de ver y nombrar al mundo, son las que va constituyendo
paulatinamente los saberes de una determinada época histórica. Pero estos
saberes, son incapaces por sí solos de ser reconocidos como legítimos si no están
avalados por algún dispositivo de poder. A su vez, quien tiene el poder precisa de
los saberes reconocidos en determinada época histórica para legitimar y conservar
su poderío. Tal como plantea Esther Díaz, poder y saber interactúan y ninguno
puede sostenerse sin el otro. A lo largo de toda la historia de nuestra sociedad,
nacen, permanecen y se descomponen una serie de saberes asociados a poderes
que además están asociados a las prácticas sociales del momento.
Por todo esto, es que nuestro equipo le otorga un especial interés a la explicitación
del marco teórico en cualquier informe de diagnóstico. La importancia de su
formulación radica, en nuestra opinión, en que esto permite iluminar algunas de
las condiciones bajo las cuales se comprende, es decir, permite desocultar lo más
que se pueda esos condicionantes. La razón, dirá Nietzshe, interpreta. Pues bien,
nuestra propuesta consiste en dar cuenta, en el marco teórico, de qué forma nos
vinculamos con el objeto, reconociendo que cuando tomamos contacto con éste
nosotros ya estamos inmersos en un mundo con sentido, y que es desde esa
pertenencia a un mundo con sentido desde la cual lo comprendemos.
No sólo las ciencias sociales están determinadas por este círculo entre el
intérprete del objeto y el objeto que pasa a ser parte del mundo del intérprete, sino
que todo el conocimiento pasa a moverse dentro de esta circularidad, puesto que
siempre hablamos desde algún lugar. La diferencia con otro tipo de perspectivas
epistemológicas reside en que nuestro objetivo no consiste en eliminar nuestros
presupuestos, ya que entendemos que esta tarea es en cierta medida imposible.
Por el contrario, queremos explicitar nuestras categorías de interpretación, las
cuales concebimos no como elementos que hay que superar para llegar a la
verdad, sino como un condicionamiento que es parte de la verdad misma.
El concepto nos sirve tanto para analizar la sociedad en general, como para
hacerlo en instituciones, organizaciones, comunidades o grupos de diversa índole.
Tal como lo indica el mismo autor “podemos hablar de situación de comunicación
de un país, de una institución, de un proyecto, de una comunidad, de una familia
incluso”. En cada uno de estos ámbitos se dan discursos predominantes, temas a
los que prestar atención, recursos expresivos, estéticas. Todos estos elementos
constituyen “síntomas” que pueden ser leídos comunicacionalmente.
“La manera de entender algo, de juzgarlo”, señala el mismo autor. Pero advierte
que “en esto no intervienen sólo conceptos, sino también y muy a menudo
fuertemente, estereotipos. Las concepciones resultan de una mezcla de conceptos
y estereotipos, donde los límites entre lo que pueda ser demostrado, validado con
alguna solidez y lo que proviene de la experiencia de las creencias, están poco
marcados. Un estereotipo es una versión emotiva de algo, versión que puede ser
más o menos rígida. Las prácticas cotidianas se orientan, y a veces determinan,
por esas concepciones”.
Desde esta mirada las diarias prácticas “incluyen las relaciones más comunes de
la vida cotidiana: el trabajo y el esparcimiento, sobre todo. Pero también la forma
de cumplir las propias actividades, las relaciones grupales, los contactos
cotidianos”.[6]
La vida cotidiana está conformada por las relaciones tejidas entre las personas a
través de percepciones, concepciones y evaluaciones. Así entendida la vida
cotidiana es siempre una experiencia colectiva, grupal. Sólo en las relaciones
sociales existe lo que aquí estamos entendiendo por vida cotidiana.
Sin embargo, al decir esto hay que asumir la mirada compleja de esta perspectiva,
totalmente alejada de la idea simplista del lenguaje como “espejo” de la realidad,
sino más bien proyectarnos hacia lo que Denise Najmanovich llama “una
concepción en red multidimensional de los fenómenos lingüísticos”.[7]
En ese mismo marco “las cosas no ‘son’ sino que ‘devienen’ en las interacciones.
Las propiedades no están en las cosas sino entre las cosas, en el intercambio”.[9]
Podemos decir que la belleza o el peso o las dimensiones de un objeto no son en
sí mismos, no son categorías que puedan aislarse de la relación con las personas.
Son bellos, pesados, grandes o chicos con relación a alguien y al contexto en el
que se los mira. De la misma manera el sujeto no es aquel biológicamente
reconocido, sino aquel constituido en la vida cotidiana, en el complejo sistema de
relaciones que la misma genera.
Lo que comúnmente llamamos realidad está dada por un conjunto de hechos más
las percepciones de ellos, por los sujetos, más su interpretación y valoración. Este
explica y le da sentido a la idea “ponerse de acuerdo”, entendido como un método
para la producción colectiva de un conocimiento que sea transformador de la
realidad. Porque la cuestión central consiste en transformar no sólo los hechos
sociales de manera aislada, sino las valoraciones y las percepciones que los
sujetos participantes tienen de esos mismos hechos. Dicho de otra manera:
cuando actuamos sobre las prácticas sociales, cuando modificamos las relaciones
que existen allí y las prácticas comunicativas que le dan lugar, estamos
cambiando también la percepción que cada sujeto, individual o colectivo tiene de
la misma. [10]
Nos referimos también a la vida cotidiana y la forma como los actores sociales,
individuales o colectivos, se constituyen en ese contexto.
Podemos decir que “... los actores saben bastante más de lo que han dicho
respecto de su accionar, excepto que nosotros no le hemos preguntado qué es lo
que en realidad saben. Una de nuestras dificultades es el no haber preguntado a
los actores qué es lo que conocen, de lo que ocurre, cómo dan cuenta de lo que
les pasa a ellos y a la sociedad, y por lo tanto, haber tendido a sustituir modelos
de actor y modelos de acción por los actores y por la acción concreta”.[11]
· La naturaleza de la relación.
Naturaleza del vínculo que se establece. Asimetrías del mismo. Modos en que se
construye la legitimidad de los roles que representan, etc.
Cada problemática que se aborda tiene sus propias particularidades, que exigirán
nuevas miradas y renovadas formas de acercamiento a lo comunicacional. Por lo
tanto lo que presentamos anteriormente no es una receta ni un listado obligatorio.
Cada persona o cada grupo encontrará nuevos aspectos para tomar en cuenta en
función de los elementos que se presenten en cada organización.
Luego debemos identificar las variables explicativas que generan ese problema o
potencialidad. Por supuesto entre estas variables explicativas del problema o la
potencialidad se dan relaciones de intercambio sistémico que hacen que la
relación causal no sea lineal.
Al respecto, Daniel Prieto Castillo señala que “estamos insertos desde que
nacemos, en situaciones de comunicación. La sociedad nos habla a través de
múltiples discursos y nos va exigiendo que aprendamos a expresarnos de
determinada manera y a referirnos a ciertos temas por encima de otros. Una
situación de comunicación no se resuelve a través de algo tan pobre como aquello
de un emisor que emite y un receptor que recibe. Estamos siempre inmersos en
un todo significativo que se manifiesta por medio de distintos discursos, los cuales
pueden contradecirse, sin dejar de pertenecer por ello al todo. Una relación de
comunicación comprende las relaciones intrapersonales (yo conmigo mismo),
grupales, sociales en general; las circunstancias económicas, políticas, culturales,
el desarrollo de ciertas tecnologías, de ciertas formas de enfrentar y resolver los
problemas de la naturaleza de la sociedad” (6).
Pensando en nuestro trabajo en la organización, algunos de los elementos que se
pueden analizar para reconocer la situación de comunicación son:
6.1.1.- Actores:
En este punto es importante tener en cuenta que aunque algunas personas tienen
tendencia a cumplir determinado tipo de rol dentro de un grupo, los roles son
cambiantes y un mismo actor puede asumir varios de acuerdo con las
circunstancias que atraviese el grupo.
Para profundizar sobre este aspecto, si me permiten quisiera compartir con Uds.
las palabras que Michel Foucault pronunció en el College de France el 2 de
septiembre de 1970, y que luego dieron origen a un libro muy pequeño pero
interesantísimo y bello llamado “El orden del discurso”. Foucault dijo en esa
oportunidad:
“En el discurso que hoy debo pronunciar, y en todos aquellos que, quizás durante
años, habré de pronunciar aquí, hubiera preferido poder deslizarme
subrepticiamente. Más que tomar la palabra, hubiera preferido verme envuelto por
ella y transportado más allá de todo posible inicio. Me hubiera gustado darme
cuenta de que en el momento de ponerme a hablar ya me precedía una voz sin
nombre desde hacía mucho tiempo: me habría bastado entonces con encadenar,
proseguir la frase, introducirme sin ser advertido en sus intersticios, como si ella
me hubiera hecho señas quedándose, un momento, interrumpida. No habría
habido por tanto inicio; y en lugar de ser aquel de quien procede el discurso, yo
sería más bien una pequeña laguna en el azar de su desarrollo, el punto de su
desaparición posible.”[13]
Para Michel Foucault cada vez que pronunciamos un discurso estamos
violentando de manera tajante y decisiva su azaroso devenir y estamos ejerciendo
una violencia simbólica sobre el mundo. Para Foucault, toda vez que las gentes
hablen, deseo, institución y poder conviven en ese acto. ¿Qué quiere decir esto?
Entonces, siguiendo a Foucault, nos preguntamos con él: “Pero por qué es tan
peligroso el hecho de que las gentes hablen y sus discursos proliferen
indefinidamente ¿En dónde está tanto peligro?”[14]
El diagnóstico ofrece nuevos datos sobre la realidad misma pero además incluye
en la formulación de la situación deseada y de las estrategias para alcanzarla, las
miradas, las opiniones y, por lo tanto, la apreciación que tienen de la realidad una
multiplicidad de actores.
Daniel Prieto Castillo dice en su libro “Diagnóstico de comunicación” que “todo ser
humano tiene conocimientos válidos para enfrentar la situación que le toca vivir.
En ese sentido, nadie es totalmente ignorante, hay una sabiduría de la vida
cotidiana, producto de acumulación de experiencias de la confrontación con las
condiciones de existencia, sabiduría algunas veces más válida que las propuestas
teóricas. Pero ello no es suficiente para enfrentar todo. En este sentido, la gente
sabe y no sabe, está preparada para algunas situaciones y carece de la
información y experiencias necesarias para enfrentar otras”.[15]
c) toma de decisiones: los participantes pueden decidir sobre sus propios asuntos,
lo que supone una adecuada y oportuna información, el reconocimiento de
acuerdos, diferencias, mecanismos adecuados de discusión y de toma de
decisiones.
e) ejecutan el proyecto; y
f) finalmente lo evalúan.
Ahora bien, ¿quién determina la cantidad de actores que participan, los niveles,
campos posibles y grados de la participación?
a. De comunicación interna:
b. De comunicación externa:
a) De medios:
La centralidad de la massmediación y la importancia que esto tiene para todo tipo
de organizaciones sean estatales, privadas o privadas con fines públicos es un
dato con el convivimos en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, son pocos
aquellos casos en los que la organización ha diseñado una estrategia para lograr
una permanencia en los medios de comunicación o para colocar en la agenda
pública sus problemáticas de interés aunque todas lo reconocen como una
necesidad. Aquí el planificador debe incorporar conocimientos sobre los lenguajes,
los contenidos, los temas que se privilegian y el protagonismo actual de la
massmediación en la configuración de la percepción que los sujetos tienen de su
contexto.
Pero de esto ya hemos hablado anteriormente. Ahora veamos que otras tareas
específicas realiza el planificador en un diagnóstico de estas características.
b) De interlocutores:
Este tipo de diagnóstico ha sido sometido a crítica incluso por aquellos que se
abocaron a este tipo de análisis. En general el objetivo de este tipo era conocer y
respetar la percepción y la cultura de la gente o de la población objetivo de la
institución para luego, a partir de estas conclusiones, definir una estrategia de
comunicación institucional.
3. Identifique los actores sociales que están vinculados con ese tema o problema.
5. Identifique cuales son las propuestas de los actores en relación con esa
problemática.
Como se puede ver aquí hemos tenido en cuenta lo que desea comunicar la
institución, la caracterización de los actores y sus percepciones. Sin embargo,
hacia el final aparecen también elementos vinculados al trabajo con medios,
formatos y lenguajes.
Marco Metodológico
Pre-Diagnóstico
Obj. Específicos
Obj. Específicos
Obj. Específicos
Objetivo General
Realidad Comunicacional
Problemas y Potencialidades
Causas Profundas
Causas Superficiales
Tendencias
Líneas de Acción
PLANIFICACIÓN
[2] Rubén Pardo; “El giro hermeneútico en las ciencias sociales” en “La ciencia y el
imaginario social” Esther Díaz (compiladora) Ed. Biblos, Buenos Aires, 1996.
[6] Idem
[13] FOUCAULT, Michel; El orden del discurso, Cuadernos Marginales Nro. 36,
Buenos Aires, Tusquets Editores, 1992, pág. 9