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REDEMPTORIS MATER
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I. INTRODUCCION
Cuando se habla de determinar las fuentes del Derecho Internacional Publico se debe
forzosamente hacer referencia al apartado primero del articulo 38 del Estatuto de La Corte
Internacional de Justicia, el cual establece:
Los tratados son acuerdos entre sujetos de derecho internacional, regidos por el Derecho
Internacional Publico. Debido a la importancia que adquirió el derecho de convenciones, en
1949 la Comision de Derecho Internacional de la Asamblea General de las Naciones Unidas
decidió codificar la materia de tratados. Se logro concluir un proyecto en 1966 el cual fue
adoptado en la Conferencia de Viena el 23 de mayo de 1969.
Se entiende por tratado un acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y
regidos por el Derecho Internacional Publico, ya conste en un instrumento único o en dos o
mas instrumentos conexos y cualesquiera que sea su denominación particular.
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serian objeto de otra Convencion, la cual fue adoptada el 21 de marzo de 1986. Es la
Convencion de Viena sobre el Derecho de los Tratados entre Estados y Organizaciones
Internacionales o entre Organizaciones Internacionales, la cual aun no ha entrado en vigor.
El segundo requisito del que hablábamos, es que el tratado sea por escrito, excluyendo asi
los acuerdos verbales. Actualmente resulta muy difícil pensar en acuerdos internacionales
verbales, a pesar de ello, si se diera este supuesto, la Convencion de Viena no afecta el
valor jurídico de los mismos.
La convención exige que los tratados internacionales celebrados entre estados y por escrito
se encuentren regidos por el Derecho Internacional Publico. Se exluyen asi los acuerdos
celebrados entre estados regulados por el derecho interno de alguna de las partes o por
algún otro derecho interno. Es el caso de los llamados “ tratados contratos” los que son
regulados al menos por el derecho interno de uno de los Estados participantes.
Debemos señalar que el hecho de que se celebren acuerdos internacionales fuera del ámbito
de aplicación de la Convencion de Viena no afecta la validez jurídica de los mismos y no
impide que se les apliquen normas enunciadas en la Convencion de Viena, a las que estén
sometidos en virtud del Derecho Internacional Publico.
1. Negociacion.
2. Adopcion del texto.
3. Autenticacion del texto.
4. Manifestacion del consentimiento.
Negociacion. Tiene por objeto lograr un acuerdo entre las partes a fin de determinar las
clausulas del tratado. Esta fase no se encuentra regulada de forma autónoma por la
Convencion de Viena. En esta fase, podemos decir que son muy definitorias las decisiones
previas que toman los Estados participantes en el nombramiento de sus equipos
negociadores (o del negociador si es el caso), su preparación, nivel de representatividad y
poderes otorgados son de vital importancia en esta fase.
Adopcion del texto. Una vez que se ha agotado la fase de negociación, el tratado se adopta
como definitivo. Tradicionalmente los tratados se adoptaban por el acuerdo unánime de las
partes. En la actualidad los tratados bilaterales se adoptan por unanimidad y los
multilaterales según lo dispongan los Estados parte, y a falta de acuerdo, por las dos
terceras partes presentes y votantes.
Manifestacion del consentimiento. Es el acto por el cual los Estados se obligan a cumplir el
tratado. Las formas de manifestación del consentimiento son:
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1. La firma.
2. El canje de instrumentos que constituyen un tratado.
3. La ratificación.
4. La aceptación.
5. La aprobación.
6. La adhesión.
Los artículos 12, 13, 14 y 15 de la Convencion de Viena establecen como los Estados
negociadores manifestaran de modo concreto el consentimiento. Antes de la Convencion de
Viena, en la doctrina y en la practica era corriente la distinción entre tratados y acuerdos en
forma simplificada. Los tratados eran aquellos que se celebraban en forma mediata, en
cuanto que el procedimiento de celebración se descomponía en varios actos: negociación,
firma y ratificación. Por el contrario, los acuerdos en forma simplificada se concluían
normalmente por el Jefe de Estado, Ministro de Relaciones Exteriores o Jefe de la
respectiva misión diplomática. Tales acuerdos no estaban sujeros a una ratificación
posterior, sino que obligaban a partir de la firma o el canje de instrumentos.
Fuera de los supuestos anteriores, cualquier otra persona deberá presentar plenos poderes
(representación expresa) o bien, de no presentarlos, podrá realizar actos de celebración de
un tratado si resulta de la practica de los Estados o de las circunstancias el considerar a esa
persona como representante de un Estado (representación implícita).
En todo caso, un acto de celebración de un tratado, realizado por una persona que no tenga
competencias conferidas directamente por la Convencion de Viena o que no se beneficie de
representación expresa o implícita, no producirá efectos jurídicos a menos que
ulteriormente sea confirmado.
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El articulo 24 de la Convencion de Viena establece que un tratado entrara en vigor de la
manera y en la fecha en que en el se disponga o que acuerden los Estados negociadores.
Esta observancia de los tratados no se vera obstaculizada por el hecho de que existan
normas de derecho interno contrarias a los mismos. Los estados no pueden invocar las
disposiciones de su derecho interno como justificacion para el inclumplimiento de un
tratado. Unicamente podra solicitarse la nulidad relativa de un tratado por oponerse a
normas fundamentales de derecho interno, cuando las violaciones sean manifiestas y
evidentes.
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Por ultimo, el articulo 30, parrafo 4, contempla la situacion de tratados referentes a
la misma materia, en que las partes no son las mismas. El problema se resuelve de
la siguiente manera:
1. Las relaciones entre Estados que sean parte en ambos tratados se regiran por el
tratado posterior en las disposiciones que sean incompatibles con el tratado
anterior.
2. Las relaciones entre un Estado que sea parte en un tratado y otro que sea parte
en los dos tratados se regiran por el tratado en que ambos sean parte.
1. Principio del sentido corriente de los terminos. Este principio consiste en que la Comision
decidio dar prioridad al metodo de interpretacion textual objetivo o logico gramatical de los
tratados. Esto significa que los tratados deben interpretarse conforme a su sentido
ordinario y corriente, dentro del contexto del tratado. Es decir la interpretacion no se
realiza aisladamente ni en abstracto, sino dentro del propio contexto del tratado (articulo
31, parrafo I de la Convencion de Viena). El parrafo 4 del mismo articulo, hace sin embargo
una excepcion, según la cual se dara a un termino un sentido especial si consta que tal fue
la intencion de las partes.
a. Todo acuerdo ulterior entre las partes acerca de la interpretacion del tratado o de la
aplicación de sus disposiciones.
b. Toda practica ulteriormente seguida en la aplicación del tratado por el cual conste el
acuerdo de las partes acerca de la interpretacion del tratado.
c. Toda norma pertinente de derecho internacional aplicable en las relaciones entre las
partes.
3.Principio de la conformidad con el objeto y fin del tratado. La funcion interpretativa debe
adecuarse al proposito que guio a las partes a contratar. Este principio aplica a todo el
tratado y cualquiera de sus disposiciones. Al interpretar un tratado a la luz de su objeto y
fin no disminuye el valor del texto, pues no pueden ser fuente directa y unica de una
disposicion, sino que son un elemento entre otros, en funcion de los cuales debe ser
examinado el sentido suceptible de atribuirse a los terminos.
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4.Principio de buen fe. En derecho internacional, al igual que en los derechos internons, la
buena fe se considera un principio general, como se constata frecuentemente por la
doctrina y la practica de los Estados. La buena fe puede ser entendida en dos sentidos
distintos: el subjetivo, en el cual significa ente otras condiciones un espiritu de lealtad, de
intencion recta, de sinceridad que debe predominar a nivel de la conclusion del acuerdo
internacional. Y el objetivo, donde se considera como un criterio utilizable en la
interpretacion de situaciones juridicas nacidas a proposito del tratado. Ademas la buena fe
invitaria a los Estados a cumplir razonablemente con los compromisos adoptados. De esta
manera el interprete o el juez, al aplicar un tratado internacional debe buscar el sentido
corriente de los terminos, de forma honesta y procediendo de buena fe.
El articulo segundo de la Convencion de Viena entiende por tercer Estado a aquel que no es
parte en el tratado. A su vez, el articulo 34 de la misma convencion, establece la regla
general de que un tratado no crea obligaciones ni derechos para un tercer Estado sin su
consentimiento. Un tratado puede producir efectos juridicos para terceros Estados bien sea
imponiendo obligaciones o concediendo derechos, unicamente con el consentimiento de
ellos. Asi, el articulo 35 de la Convencion de Viena establece que para la imposicion de
obligaciones a terceros Estados se requiere la aceptacion escrita por escrito.
El ariticulo 36 establece que pueden concederse derechos para terceros Estados, los cuales
se presumiran como aceptados si el estado correspondiente no se opone. La aceptacion de
un derecho por parte de un tercer Estado implica tambien la aceptacion de las condiciones
que para su ejercicio esten suscritas en el tratado.
1. Toda propuesta de enmienda debe ser notificada a todas las partes, las cuales
tendran derecho a participar en la decision acerca de la accion por tomar y en la
negociacion y celebracion del acuerdo de una enmienda.
2. Las enmiendas solo obligan a los Estados parte que las acepten; los Estados parte
que no ratifiquen o acepten las enmiendas quedaran sujetos al tratado original.
Cabe mencionar la posibilidad de que un Estado llegue a ser parte en el tratado despues de
la entrada en vigor de la enmienda, caso en el cual el Estado que se adhiere, si no
manifiesta una intencion diferente, sera parte del tratado enmendado, excepto en sus
relaciones con los Estados que no aceptaron la enmienda, las cuales se regiran por las
diposiciones del tratado originario.
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1. Que la modificacion no afecte el disfrute de los derechos que el tratado concede a
otras partes, ni el cumplimiento de sus obligaciones.
2. Que las disposiciones cuya modificacion se solicita no sean incompatibles en la
realizacion del objeto y fin del tratado en su conjunto.
Las partes interesadas deben notificar a las demas su intencion de celebrar el acuerdo y la
modificacion propuesta.
Las causas de nulidad de los tratados son taxativas, por tanto, un tratado no puede
impugnarse sino por los motivos contemplados en la Convencion de Viena de 1969 y
recurriendo a los procedimientos que ella misma establece. Las causas de nulidad son:
a. Violacion de una norma de derecho interno. Hay mucha polemica sobre este tema,
de un lado los llamados “constitucionalistas” alegan que si el tratado contradice a
constitucion del Estado parte, el mismo no es valido. De otro lado los “
internacionalistas” afirman que el tratado es internacionalmente valido y por tanto
obliga al Estado. La convencion asume una posicion intermedia, que si bien se basa
en la validez internacional de tratado, deja espacio para la posibilidad de afectar la
nulidad relativa de los tratados cuando las violaciones al derecho interno sean
manifiestas y afecten una norma de importancia fundamental.
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g. Coaccion sobre un estado por la amenaza o el uso de la fuerza. El articulo 52
establec que es nulo todo tratado cuya celebracion se haya obtenido por la amenaza
o el uso de la fuerza en violacion de los principios del derecho internacional
incorporados en a Carta de la ONU.
La funcion del deposito de los tratados cobra importancia con la celebracion de los tratados
multilaterales que son cada vez mas frecuentes. Asi se ve la necesidad de nombrar un
depositario que normalmente es el Estado sede de la Conferencia Internacional donde se
adopta el tratado o el principal funcionario administrativo de los organismos internacionales.
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En lo que refiere al registro, la Carta de Naciones Unidas en su articulo 102 establece que la
falta de registro conduce a la imposibilidad de invocar el tratado o acuerdo en cuestion, ante
cualquier organo del la ONU. Esta regulacion parece ser adecuada, al no afectar la validez
del tratado. Una vez registrados los tratados, la Secretaria debe publicarlos lo antes
posible.
Los sistemas de recepcion o incorporacion de los tratados a los sistemas juridicos internos
pueden clasificarse en dos grupos, los de incorporacion automatica y los de recepcion
especial.
El Art. 38,1b), del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia nos ofrece una definición de
la costumbre internacional, al decir que...
"...la Corte... deberá aplicar... la costumbre internacional como prueba de una práctica
generalmente aceptada como siendo de Derecho". señala que "el termino costumbre debe
de reservarse para el Derecho mismo, y que el termino practica debe usarse para indicar el
conglomerado de pasos que son formativos del Derecho".
El problema que existe al hablar de la costumbre, es que de una u otra manera es ambiguo
no en cuanto a su contenido sino a cuanto a la aceptación y realización de parte de los
Estados Miembros de la Comunidad Internacional, ya que no todos los países tienen las
mismas costumbres o muchas veces la práctica de las costumbres es realizada única y
exclusivamente solo por un pequeño número de individuos que conforman un Estado
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Ahora si bien es cierto que son los Estados los principales creadores de las costumbres,
tanto en sus relaciones mutuas como por medio de su práctica en el seno de las
organizaciones internacionales, es posible también que las organizaciones internacionales,
en calidad de sujetos de Derecho Internacional, puedan dar origen a una costumbre.
Actualmente, la doctrina acepta esta posibilidad en el sentido de que los precedentes
creados por las instituciones internacionales tienen el mismo valor que los creados por los
Estados.
m.ELEMENTOS CONSTITUTIVOS
De la definición antes expuesta podemos obtener los elementos constitutivos de la
costumbre:
• Material u Objetivo: una práctica de los Estados, un modo de comportarse, la
actuación en un determinado sentido, el concepto de práctica trae inmediatamente
al pensamiento la idea de constancia, de repetición; este elemento de hecho es lo
que se llama el precedente, los precedentes pueden encontrarse, no sólo en el
campo internacional (jurisprudencia internacional, actuación de los diplomáticos,
etc.), sino también en los mismos actos estatales internos, pues determinada
conducta de los órganos del Estado puede expresar en ciertos casos su voluntad de
actuar conforme a una costumbre internacional.
n. CARACTERÍSTICAS DE LA COSTUMBRE.
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o. COSTUMBRE Y TRATADOS
Las dos fuentes fundamentales del derecho internacional son: los tratados y la costumbre,
pero, ¿cómo determinar su jerarquía?; Es decir que los Estados, en sus relaciones
recíprocas, son libres para derogar la costumbre internacional, con la reserva de que esta
derogación no es aplicable a los Estados que no hayan dado su acuerdo a ello. Sin tomar en
cuenta que el problema más delicado es el que se presentaría en el conflicto entre una
costumbre y un tratado que se ha visto derogado tácticamente, el cual un juez debe
resolver teniendo en cuenta todas las circunstancias del caso, el resultado lógico de este
razonamiento nos lleva a proclamar la supremacía de los tratados sobre la costumbre.
Para que nazca una costumbre internacional no basta que haya sido adoptada por distintos
Estados en sus disposiciones nacionales, en los tratados y convenciones, que ella sea
aplicada en decisiones arbitrales.
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El uso practicado de modo general prueba el grado de aceptación y es garantía a la vez de
su racionalidad; pero generalidad no es unanimidad. Puesto que las normas
consuetudinarias son normas positivas, son mutables, y cambian. Ahora bien, el proceso de
cambio debe hacerse por actos de otros Estados que, al no conformarse con la regla
establecida son “contrarios al Derecho internacional”. Es decir, en un proceso de cambio, las
conductas que inducen una nueva norma no solamente no son generales, sino que además
inicialmente son hasta contrarias al Derecho establecido.
«Los hechos aducidos ante la Corte revelan tanta falta de certeza y tantas contradicciones,
tantas fluctuaciones y discordancias en el ejercicio del asilo diplomático... que no es posible
deducir de todo ello una costumbre constante y uniforme reconocida como jurídica en lo que
respecta a la calificación unilateral y definitiva del delito.
Entre la fórmula utilizada por el art. 38 de Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) para los
tratados (reglas expresamente reconocidas) y la que emplea en la costumbre (práctica
generalmente aceptada) hay una diferencia muy importante. En la regla consuetudinaria no
se exige el consentimiento concreto de cada Estado para que la norma obligue, en cambio
en los tratados si.
De conformidad con esta realidad, el TIJ en el asunto de la Plataforma del Mar del Norte no
rechazó de plano como mal fundada la pretensión de Holanda y Dinamarca de que la RFA
estuviera obligada por la regla recogida en el art. 6 de la Convención de Ginebra, cuando
era evidente que no lo podía ser por tratado ya que Alemania no lo habla ratificado.. En su
opinión disidente el juez Lachs lo expresaba así: «Para llegar a ser obligatoria, una regla o
principio del Derecho internacional no tiene necesidad de ser sancionada por la aceptación
universal... El elemento de apreciación determinante debe ser el comportamiento de un
gran número de Estados »
Siendo esto así no parece razonable la tesis que sostiene que la oposición de un solo Estado
seria obstáculo a la formación de la norma consuetudinaria.
No consta en parte alguna que el Derecho internacional haya concedido a los Estados algo
así como un derecho de veto para hacer oposición a la formación de normas nuevas. Pero el
principio del consentimiento sigue jugando su papel; la oposición sistemática, que si es
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aislada no impide la formación de la norma, libera en cambio al Estado que la realiza de la
obligación que de ella se deduce, ya que tal regla no le es oponible.
Esta cuestión de la apreciación del grado de consentimiento que una determinada práctica
ha alcanzado constituye el verdadero núcleo del problema. Y esto tanto en el momento de
la constitución de una regla nueva, como en el de su sustitución por otra. El juego de
acciones individuales o concertadas de reacciones e interacciones, de silencios cautelosos
que no confirman, pero tampoco contradicen, pueden llevar a un resultado final de
consensos generalizado que da paso a la norma jurídica.
Hoy se puede considerar como doctrinalmente rechazada la tesis que tuvo cierta aceptación,
sobre que la norma consuetudinaria podrá ser establecida por un acto único de la
comunidad internacional. Sería contrario a la propia naturaleza de la costumbre como
proceso y a la competencia constitucionalmente atribuida a la Asamblea por la Carta,
porque haría de ella un órgano con función legislativa, cosa que no es ni puede ser. Pero lo
que si es en cambio exacto, es que a través de los cauces nuevos en la manifestación y
expresión de ese consentimiento generalizado, se ha aminorado el rigor estricto de los
caracteres de la norma consuetudinaria. En esa valoración de las circunstancias, el juez
internacional juega un papel esencial.
Puesto que la misión del juez es aplicar el Derecho establecido, deberá éste quedar excluido
de toda participación en la formación de la regla que aplica. Esta posición del
constitucionalismo moderno, está hoy sometida en la doctrina y jurisprudencia a una fuerte
revisión, aunque conserve intacto su núcleo esencial. Pero nunca ha podido ser defendida
tal tesis en el orden internacional porque faltan en él los presupuestos básicos que la
originaron en el Derecho interno estatal.
En todo caso, los Estados en el orden internacional rechazan con el mismo vigor que en el
plano del Derecho interno «el gobierno de jueces». Una apreciación de conjunto de la
jurisprudencia de ambos Tribunales de La Haya en materia de costumbre internacional
permite las siguientes afirmaciones:
La 1ª condición para estimar la existencia de una norma internacional nacida por vía
consuetudinaria es una práctica estatal previa que acredite el uso generalizado. Faltando
ésta, el Tribunal no ha sentido la tentación de sustituirla con sus propias valoraciones.
Cierto es que ya en la primera época del TPJI el juez Altamira en el caso del Lotus lanzó una
opinión que ha estado apareciendo. Según la idea de este magistrado, una norma
consuetudinaria podría manifestarse, ya desde los primeros momentos con tal fuerza, que
seria rendir un buen servicio a la causa del Derecho ayudarle a manifestarse como regla
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positiva. Pero ambas Cortes se ha negado sistemáticamente a actuar en este sentido de
«parteras de la Historia».
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probaba, además, que las Potencias signatarias no tenían tal prohibición como regla
consuetudinaria. La norma consuetudinaria por abstención sólo se podría haber formado si
hubiera habido un número suficiente de Estados que, dotados de capacidad técnica para
proceder a tales experiencias, se hubieran abstenido de realizarlas por la convicción de que
estaban obligados a no hacerlo. Tal prueba no existía. Más bien se daba el caso contrario,
Francia y China, venían realizando talas experiencias y se habían negado a participar en el
acuerdo de Moscú que las prohibía. Las resoluciones votadas en la Asamblea General de las
N.U. urgiendo la detención de tales ensayos no tienen el valor jurídico de la protesta de
Estado.
En ambos casos el TIJ siguió otra vía distinta a la de la mera aplicación del Derecho
consuetudinario que le llevaba a soluciones, sin duda, por él no deseadas.
El interés mayor de la relación entre tratado y costumbre está en la forma en que el tratado
es instrumento de codificación de reglas consuetudinarias. El tratado no sólo es instrumento
necesario, sino único en esta tarea de clarificación y sistematización del Derecho
internacional común. La denominada «legislación internacional» no es otra cosa que la
sistematización de normas consuetudinarias en proyectos de acuerdos internacionales que
los Estados después ratifican.
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esa aportación de nuevas normas «se le puede ir la mano» a los responsables de la obra
codificadora y provocar un rechazo de ese Derecho innovador en el momento de la
ratificación por parte de los Estados,. Tal puede ser el caso de la Convención de Jamaica
sobre el nuevo Derecho del Mar.
Por referencia y contraste con la codificación en el Derecho interno, podemos perfilar los
siguientes rasgos de la internacional:
La codificación no modifica la naturaleza jurídica de la regla consuetudinaria. Las normas
que tienen esta condición, aunque integradas en el régimen de la convención, la conservan.
Si un proyecto de convención no alcanzara el suficiente nº de ratificaciones para entrar en
vigor en los Estados contratantes, no por eso desaparecen.
Pero el problema no se plantea sólo respecto del Derecho a crear en el futuro, sino de modo
preferente en el de la lex lata; esto es, en la aceptación del Derecho existente. No sin parte
de razón los nuevos Estados estiman que el Derecho consuetudinario tradicional responde a
intereses de una sociedad capitalista que no armonizan con los de un mundo en vías de
desarrollo. En ese enfrentamiento entre países pobres y ricos, se entremezclan ideas justas
y otras que lo son menos; de tal modo que en esa compleja trama resulta difícil encontrar el
justo medio. Esa tendencia de los últimos decenios hacia la patrimonialización de amplias
zonas marítimas consideradas hasta entonces mar libre, se entiende muy bien como
reacción desde el dominio de hecho que sobre el mar venían ejerciendo las grandes
potencias marítimas. Cuanto menor fuere la franja de mar reservado por el Derecho
internacional a la soberanía de los Estados litorales «débiles», tanto mayor seria el dominio
fáctico que sobre el mar «libre», ejercían los Estados con poderosas flotas. Pero en una
consideración más amplia, refleja una determinada relación de poder desigual entre unos y
otros Estados, como lo ilustra la vieja polémica del Mare clausum y Mare liberum.
Inglaterra, todavía débil frente al poder marítimo holandés, favorece la tesis del mar
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cerrado; cuando consigue ser una potencia naval fuerte, la Gran Bretaña se «convierte» a la
doctrina de la libertad de los mares.
Los principios generales del derecho más numerosos, son los surgidos de los ordenamientos
jurídicos internos, de los cuales mencionaremos a manera de ejemplos:
a) el principio de responsabilidad derivada de los actos ilícitos;
b) la obligación de reparar tanto el lucro cesante como el daño emergente;
c) la regla pacta sunt servanda;
d) la cosa juzgada.
Para establecer una jerarquía aplicable a los principios antes mencionados, la concepción se
basa en la preeminencia de la ley especial sobre la ley general
V. LA EQUIDAD
La equidad es, unas veces, modo de aplicación del Derecho Internacional y, otras, medio
independiente del Derecho, aunque no se puede admitir que se trate de una fuente formal.
La función general que cumple es la de coadyuvar a la aplicación del Derecho Internacional,
pero, tal como está redactado el artículo 38 del Tribunal de La Haya, no queda más remedio
que admitir que, si las partes lo desean, puede actuar contra legem.
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La equidad consiste en la aplicación de los principios de la justicia a un caso determinado,
ya sea porque se oponga la justicia abstracta al derecho estricto, o la justicia natural a la
legal. En la doctrina, hay quienes pretenden identificar la equidad con los principios
generales de la justicia. Una resolución basada en la equidad, y no en el derecho, convierte
la función del tribunal en una actividad de carácter arbitral.
Según el profesor Rousseau, la equidad está llamada a desempeñar un triple papel en
derecho de gentes:
a) La equidad como medio de atenuar la aplicación del derecho o Extra legem. Mediante
la aplicación de la equidad es posible corregir al derecho positivo en el caso de que su
aplicación resulte rigurosa.
b) La equidad puede ser utilizada para completar la aplicación del derecho o infra
legem, aquí se plantea como un medio para llenar las lagunas del derecho.
c) La equidad como medio de eludir la aplicación de derecho o contra legem. Para obtener
una solución de este tipo se hace
De tal forma que equidad representa un criterio dulcificador de las disposiciones del
derecho, ya que permite al juez, modificar alguna ley o norma que le parezca injusta en un
momento determinado, es decir, corrige las deficiencias de las leyes por lo considera como
una indudable fuente del derecho. La equidad como criterio de interpretación del derecho,
en vez de permitir la modificación de la norma jurídica, la aplica a los casos específicos, de
acuerdo con los principios contenidos en la misma y no en contra de su disposición.
u. LA DOCTRINA
La doctrina como fuente del Derecho Internacional se conoce como la opinión de los
jurisconsultos y de las asociaciones especializadas. Puede ser de carácter filosófico,
sociológico o histórico.El Instituto del Derecho Internacional en su proyecto de bases
fundaentales de dicho Derecho establece en su artículo 18: "Los precedentes diplomáticos,
las sentencias arbitrales, las decisiones de los tribunales nacionales en materia
internacional, así como la opinión de los publicistas de autoridad, no tienen valor sino en
cuanto ilustren, ya al Derecho existente, ya a los otros elementos arriba indicados a que
deben recurrirse en ausencia de reglas jurídicas".
La doctrina se considera como fuente indirecta, por cuanto se debe recurrir a ella como
complemento para los estudios de los diversos casos que se plantean. Su importancia radica
en que las opiniones dadas por los jurisconsultos son de carácter desinteresado y la cultura
jurídica de los jueces internacionales es la mejor guía para su aplicación. Sin embargo, no
es de carácter obligatorio, pues es el resultado de especulaciones de particulares, por muy
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grande que sea el prestigio de los mismos. Sin importar el valor que se le quiera dar a la
doctrina, es cierto que ha ejercido una gran influencia en las normas del ordenamiento
jurídico.
Son aquellos que, siendo independiente de todo otro acto jurídico, emanan de los Estados al
restringir éstos su propia competencia, y tienen un alcance jurídico de significación
internacional. Manifestaciones de voluntad destinadas a moderar efectos jurídicos que no
requieren la aceptación de otro Estado. Éstos también son considerados simples
aplicaciones de normas jurídicas internacionales vigentes, como por ejemplo la adhesión a
un tratado o su denuncia, o cuando sean contrarios a éstos, incurriera en responsabilidad;
tal un hecho del Estado que viola una obligación internacional que está en conformidad con
lo que él exige esa obligación.
La Doctrina le niega a los Actos Unilaterales de los Estados valor como fuente de derecho
internacional, por considerarlos como derecho transitorio que surge de la falta de tratado o
costumbre, y además por ser considerados simples instrumentos de ejecución que se
fundamentan en el derecho consuetudinario.
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• Reconocimiento: acto en el que un estado admite como legitimo un determinado
estado de cosas o una determinada pretensión, el cual obliga al estado que realiza el
acto a no negar la legitimidad del Estado de cosas o de la pretensión reconocida, es
decir, cuando un Estado admite a otro como sujeto de Derecho Internacional Público,
conlleva al Derecho de Legación activo, envían agentes diplomáticos del Estado
reconocido, y pasivo, recibe agentes del Estado reconociente.
• Protesta: acto por virtud de la cual un Estado niega la legitimidad de una
determinada situación, en ocasiones necesarias ya que si el Estado afectado por
alguna situación ilegitima atribuirle a otro sujeto deberá manifestarlo, de lo contrario
pierde su derecho a reclamar posteriormente ya que el acto se considera como
consentido.
• Renuncia: implica la extinción de un derecho subjetivo del Estado que la formula, es
decir, la extinción de la facultad por parte del estado.
• Promesa: declaración en la que el Estado se obliga a realizar un determinado
comportamiento.
•
Sólo la promesa y el reconocimiento satisfacen los requisitos de forma, de fondo y
capacidad, mientras que en los casos de la protesta, renuncia y notificación no se da el
requisito de fondo, y por lo tanto no son actos unilaterales en sentido propio.
VIII. CONCLUSION
A lo largo del documento hemos visto el rol y la importancia de la fuentes del derecho
internacional, y así como sus niveles e instancias de aplicación, siendo día a día mayor la
necesidad del derecho internacional ante una humanidad evolucionante en sus formas de
vida y aplicación de nuevas tecnologías que conllevan a una inevitable y creciente
globalización. Es así pues un reto para los gobernantes, entes consulares y representantes
gubernamentales la correcta y objetiva utilización y adopción de estas fuentes de derecho
internacional a fin de lograr pretenciones que beneficien a los estados garantizado un una
armonía internacional.
IX. BIBLIOGRAFIA
Libros:
Manual de Derecho Internacional Público. Alfonso Valle Gonzales. Managua, Nicaragua
Web Sites:
1. www.monografias.com
2. http://www.mailxmail.com/curso-derecho-internacional-publico-corte-penal-
internacional-sus-alcances/fuentes-derecho-internacional
3. http://www.wikipedia.org/
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