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La virtud de la Humildad

La palabra humildad tiene su origen en la latina humus, tierra; humilde, en su etimología, significa incli-
nado hacia la tierra; la virtud de la humildad consiste en inclinarse delante de Dios y de todo lo que hay
de Dios en las criaturas. En la práctica, nos lleva a reconocer nuestra inferioridad, nuestra pequeñez e
indigencia ante Dios. Los santos sienten una alegría muy grande en anonadarse delante de Dios y en
reconocer que sólo Él es grande, y que en comparación con la suya, todas las grandezas humanas están
vacías y no son sino mentira.

La humildad se fundamenta en la verdad, sobre todo en esta gran verdad: es infinita la distancia entre
la criatura y el Creador. Por eso, frecuentemente hemos de detenernos para tratar de persuadirnos de
que todo lo bueno que hay en nosotros es de Dios, todo el bien que hacemos ha sido sugerido e impul-
sado por Él, y nos ha dado la gracia para llevarlo a cabo. No decimos ni una sola jaculatoria si no es por
el impulso y la gracia del Espíritu Santo. La gracia, hace que los mismos ángeles se asombren al con-
templar un alma resplandeciente por este don divino.

Nada tiene que ver la humildad con la timidez, la pusilanimidad o con una vida mediocre y sin aspiracio-
nes. La humildad descubre que todo lo bueno que existe en nosotros, tanto en el orden de la naturaleza
como en el orden de la gracia, pertenece a Dios, porque de su plenitud hemos recibido todos y tanto
don nos mueve al agradecimiento.

“A la pregunta ‘¿cómo he de llegar a la humildad?’ corresponde la contestación inmediata: “Por la gracia


de Dios”. Solamente la gracia de Dios puede darnos la visión clara de nuestra propia condición y la con-
ciencia de su grandeza que origina la humildad”. Por eso hemos de desearla y pedirla incesantemente,
convencidos de que con esta virtud amaremos a Dios y seremos capaces de grandes empresas a pesar
de nuestras flaquezas…

Junto a la petición, hemos de aceptar las humillaciones, normalmente pequeñas, que surgen cada día
por motivos tan diversos: en la realización del propio trabajo, en la convivencia con los demás, al notar
las flaquezas, al ver las equivocaciones que cometemos, grandes y pequeñas. Andamos el camino de la
humildad cuando aceptamos las humillaciones, pequeñas y grandes, y cuando aceptamos los propios
defectos procurando luchar con ellos.

Quien es humilde no necesita demasiadas alabanzas y elogios en su tarea, porque su esperanza está
puesta en el Señor; y Él es, de modo real y verdadero, la fuente d e todos sus bienes y su felicidad: es
Él quien da sentido a todo lo que hace. “Una de las razones por las que los hombres son tan propensos
a alabarse, a sobreestimar su propio valor y sus propios poderes, a resentirse de cualquier cosa que
tienda a rebajarlos en su propia estima o en la de otros, es porque no ven más esperanza para su felici-
dad que ellos mismo. Por esto son a menudo tan susceptibles, tan resentidos cuando son criticados, tan
molestos para quien les contradice, tan insistentes en salirse con la suya, tan ávidos de ser conocidos,
tan ansiosos de alabanza, tan determinados a gobernar su medio ambiente. Se afianzan en sí mismos
como el náufrago se sujeta a una paja. Y la vida prosigue, y cada vez están más lejos de la felicidad...”

Quien lucha por ser humilde no busca ni elogios ni alabanzas; y si llegan procura enderezarlos a la glo-
ria de Dios, Autor de todo bien. La humildad se manifiesta no tanto en el desprecio como en el
olvido de sí mismo, reconociendo con alegría que no tenemos nada que no hayamos recibido, y nos
lleva a sentiremos hijos pequeños de Dios que encuentran toda la firmeza en la mano fuerte de su Pa-
dre.

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TEMA:

1. Cambios en la vida
Aplicación: Humildad

HECHOS:
Una mañana una mujer bien vestida se paró frente a un hom- bre
desamparado, quien lentamente levantó la vista.. y miró claramente a la
mujer que parecía acostumbrada a las cosas buenas de la vida. Su abrigo
era nuevo. Parecía que nunca se había perdido de una comida en su vida.
Su primer pensamiento fue: “Sólo se quiere burlar de mi, como tantos
otros lo habían hecho” -¡Por favor déjeme en paz! gruñó el indi- gente...
Para su sorpresa, la mujer siguió enfrente de él. Ella sonreía.

"¿Tienes hambre?" -preguntó ella. "No", contestó sarcásticamen-


te. "Acabo de llegar de cenar con el presidente…Ahora vete." La sonrisa
de la mujer se hizo aún más grande. De pronto el hombre sintió una
mano suave bajo el brazo. "¿Qué hace usted, señora?" -preguntó el
hombre enojado. “¡¡Le digo que me deje en paz!!”

Justo en ese momento un policía se acercó. "¿Hay algún problema, se-


ñora?" -le preguntó el oficial. "No hay problema aquí, oficial, contestó
la mujer. "Sólo estoy tratando de ayudarle para que se ponga de pie,
¿me ayudaría? El oficial se rascó la cabeza. "Si, el Viejo Juan, Ha sido un
estorbo por aquí estos últimos años.

¿Qué quiere usted con él?" Preguntó el oficial. "¿Ve la cafetería de allí?" -preguntó ella. "Yo voy a dar-
le algo de comer y sacarlo del frío por un ratito." -"¿Está loca, señora?" el pobre desamparado se resis-
tió. "¡Yo no quiero ir ahí! Entonces sintió dos fuertes manos agarrándolo de los brazos y lo levantaron.

"Déjame ir oficial, Yo no hice nada." -"Vamos Viejo, esta es una buena oportunidad para ti," el oficial le
susurro al oído. Finalmente, y con cierta dificultad, la mujer y el agente de policía llevaron al viejo Juan
a la cafetería y lo sentaron en una mesa del rincón.

El gerente de la cafetería se acercó y les preguntó. "¿Qué está pasando aquí, oficial? ¿Qué es todo
esto? ¿Y este hombre está en problemas?" -"Esta señora lo trajo aquí para que coma algo," respondió
el policía. "¡Oh no, Aquí no!" El gerente respondió airadamente. "¡Tener una persona como este aquí
es malo para mi negocio!” El Viejo Juan esbozó una sonrisa con sus pocos dientes. "Señora, se lo dije.
¿Ahora, si van a dejarme ir? Yo no quería venir aquí desde un principio."

La mujer se dirigió al gerente de la cafetería y sonrió. "Señor, ¿está usted familiarizado con Hernán-
dez y Asociados, la firma bancaria que está a dos calles?" "Por supuesto que los conozco", respondió
el administrador con impaciencia. "Ellos tienen sus reuniones semanales en una de mis salas de ban-
quetes." "¿Y se gana una buena cantidad de dinero con el suministro de alimentos en estas reuniones
semanales?” Preguntó la señora. -"¿Y eso qué le importa a usted? “Yo, señor, soy Penélope Hernán-
dez, presidente y dueña de la compañía". “¡Oh, perdón!” - dijo el gerente.

La mujer sonrió de nuevo. "Pensé que esto podría hacer una diferencia en su trato" - le dijo al policía-
que fuertemente trataba de contener una carcajada. "¿Le gustaría tomar con nosotros una taza
de café o tal vez una comida, oficial?" "No, gracias, señora"- replicó el oficial. "Estoy en servi- cio".
"¿Entonces, quizás, una taza de café para llevar?" "-Sí, señora, eso estaría mejor". El gerente
de la cafetería giró sobre sus talones como recibiendo una orden. –“Voy a traer el café para usted de
inmediato señor oficial.

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El oficial lo vio alejarse. Y opinó: "Ciertamente lo ha puesto en su lugar", dijo.

"Eso no fue mi intención” - dijo la señora… Lo crea o no, tengo una buena razón para todo esto". Se
sentó a la mesa frente a su invitado. Ella lo miró fijamente... "Juan ¿te acuerdas de mí?" El viejo Juan
miro su rostro con los ojos lagañosos "Creo que sí, digo, se me hace familiar". "-Mira Juan, quizá es-
toy un poco más grande, pero mírame bien", dijo la Señora. "Tal vez me veo más llenita ahora, pero
cuando tu trabajabas aquí hace muchos años vine aquí, entré por esa misma puerta, muerta de ham-
bre y frío." Algunas lágrimas corrieron sobre sus mejillas…

El Oficial, no podía creer lo que estaba presenciando, ni siquiera pensar que la mujer podría llegar a
tener hambre. “Yo acababa de graduarme de la Universidad en mi pueblo", la mujer comentó.
"Yo había llegado a la ciudad en busca de un trabajo, pero no pude encontrar nada. Con la voz que-
brantada la mujer continuaba: Pero cuando me quedaban mis últimos centavos y me habían corrido de
mi apartamento caminaba por las calles, era febrero y hacía frío, casi muerta de hambre vi este lugar
y entré con poca posibilidad de que podría conseguir algo de comer. Con lágrimas en sus ojos la mujer
siguió platicando… Juan me recibió con una sonrisa.

"Ahora me acuerdo", dijo Juan. "Yo estaba detrás del mostrador de servicio. Se acercó y me preguntó
si podría trabajar por algo de comer”. “Sí, y me dijiste que estaba en contra de la política de
la empresa". Continuó la mujer. -Entonces, tú me hiciste el sándwich de carne más grande que había
visto nunca... me diste una taza de café y me fui a un rincón a disfrutar mi comida. Tenía miedo de
que te metiera en problemas. Luego, cuando miré y te vi poner el precio de la comida en la caja regis-
tradora, supe entonces que todo iba a estar bien". "¿Así que usted comenzó su propio negocio? –dijo
el viejo Juan. "-Si, encontré un trabajo esa misma tarde. Trabajé muy duro y con la ayuda de mi Pa- dre
Dios, empecé mi propio negocio que, prosperó"

Ella abrió su bolso y sacó una tarjeta. "Cuando termines aquí, quiero que vayas a hacer una visita al
señor Martínez. Él es el director de personal de mi empresa. Iré a hablar con él y estoy segura de que
encontrará algo que puedas hacer en la oficina". -Ella sonrió. "Creo que incluso podría darte un ade-
lanto, lo suficiente para que puedas comprar algo de ropa y conseguir un lugar para vivir hasta que te
recuperes. Si alguna vez necesitas algo, mi puerta está siempre abierta para ti Juan." Hubo lágrimas
en los ojos del anciano.

"¿Cómo puedo agradecerle? preguntó. "-No me des las gracias", respondió la mujer. "A Dios dale la
gloria. El me trajo a ti."

Fuera de la cafetería, el oficial y la mujer se detuvieron y antes de irse por su lado le dijo: "Gracias por
toda su ayuda, oficial," “-Al contrario, dijo el oficial, hoy vi un milagro, algo que nunca voy a olvidar,
Y gracias por el café. "

MENSAJE:
Qué gran lección de sencillez, tanto de Juan como de la Sra. Hernández. No olvides que todo lo que
hagamos a otras personas, será devuelto. Dios es tan grande que puede cubrir todo el mundo con
su amor y a la vez tan pequeño para entrar en tu corazón.

MÁXIMA:
“A un hombre se le mide por sus valores y no por sus riquezas”
“Humildad, el valor más hermoso del ser humano”

COMPROMISO:
Hoy buscaré hacer un bien a quien no me lo pueda devolver.

TOMA DE CONCIENCIA:
¿Por qué debo ayudar al desvalido? ¿Qué gano yo, con ello? ¿Conozco lo que yo puedo y no puedo
hacer?

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TEMA:

2. Una historia verdadera


Aplicación: Humildad

HECHOS:
Una mujer en un desteñido vestido de al-
godón barato y su esposo, vestido con un
raído traje, se bajaron del tren en Boston,
y caminaron tímidamente sin tener una cita
a la oficina de la secretaria de Presidente
de la Universidad de Harvard.

La secretaria adivinó en un momento que


esos venidos de los bosques, campesinos,
no tenían nada que hacer en Harvard y
probablemente no merecían estar en Cam-
bridge. "Desearíamos ver al presidente"
dijo suavemente el hombre. "El estará ocu-
pado todo el día" barbotó la secretaria.

"Esperaremos" replicó la mujer.

Por horas la secretaria los ignoró, esperan-


do que la pareja finalmente se desanimara
y se fuera. Ellos no lo hicieron, y la secre-
taria vio aumentar su frustración y final-
mente decidió interrumpir al presidente,
aunque era una tarea que ella siempre es-
quivaba.

"Tal vez si usted conversa con ellos por unos minutos, se irán" le dijo. El hizo una mueca de desagrado
y asintió. Alguien de su importancia obviamente no tenía el tiempo para ocuparse de ellos, y el detesta-
ba los vestidos de algodón barato y los raídos trajes en la oficina de su secretaria.

El presidente, con el ceño adusto y con dignidad, se dirigió con paso arrogante hacia la pareja. La mujer
le dijo "Tuvimos un hijo que asistió a Harvard por solo un año. El amaba a Harvard. Era feliz aquí. Pero
hará un año, murió en un accidente. Mi esposo y yo deseamos levantar un memorial para él, en alguna
parte del campus. El presidente no se interesó. Él estaba en shock.

"Señora", dijo ásperamente, "no podemos poner una estatua para cada persona que asista a Harvard y
fallezca. Si lo hiciéramos, este lugar parecería un cementerio.” "Oh no", explicó la mujer rápidamente.
"No deseamos erigir una estatua. Pensamos que nos gustaría donar un edificio a Harvard"

El presidente entornó sus ojos. Echó una mirada al vestido de algodón barato y al traje raído, y enton-
ces exclamó "Un edificio! ¿Tienen alguna remota idea de cuanto cuesta un edificio? Hemos gastado
más de siete millones y medio de dólares en los edificios aquí en Harvard!"

Por un momento la mujer quedó en silencio. El presidente estaba feliz. Tal vez se podría deshacer de
ellos ahora. La mujer se volvió a su esposo y dijo suavemente “Si eso es todo lo que cuesta iniciar una

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universidad, ¿Por qué no iniciamos la nuestra?" Su esposo asintió. El rostro del presidente se oscureció
en confusión y desconcierto. El Sr. Leland Stanford y su esposa se pararon y se fueron, viajando a Palo
Alto, California donde establecieron la universidad que lleva su nombre, la Universidad Stanford , en
memoria de un hijo del que Harvard no se interesó.

MENSAJE:
¡Qué fácilmente se puede juzgar el carácter de los demás por la forma en que tratan a quienes piensan
que no pueden hacer nada para ellos! Por la sencillez, la humildad, las apariencias, no debemos juzgar
a las personas. La humildad se fundamenta en la verdad, y los Stanford no tenían necesidad de
“restregarle” en la cara del director, sus bienes materiales.

MÁXIMA:
“El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad” Ernest Hemingway
“Cuando no hay humildad, las personas se degradan” Agatha Christie

COMPROMISO:
Hoy trabajaré mi humildad ayudando a mi compañero en lo que soy bueno.
Agradeceré en los Acordémonos el valor de la humildad pidiéndole a Dios me de cada día más.

TOMA DE CONCIENCIA:
¿Cómo fue mi relación con Dios, hoy? ¿Cómo concibo yo la humildad?

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TEMA:

3. La rosa y la rana
Aplicación: Humildad

HECHOS:
Había una vez una rosa roja muy bella, se sentía de maravilla al
saber que era la rosa más bella del jardín. Sin embargo, se daba
cuenta de que la gente la veía de lejos. Se dio cuenta de que al
lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro y que era por
eso que nadie se acercaba a verla de cerca.

Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de


inmediato; el sapo muy obediente dijo: -Está bien, si así lo quie-
res.

Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa: y se


sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin
pétalos. Le dijo entonces: - Vaya que te ves mal. ¿Qué te pasó?
La rosa contestó: - Es que desde que te fuiste las hormigas me
han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual.

El sapo solo contestó: - Pues claro, cuando yo estaba aquí me


comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del
jardín.

MENSAJE:
Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos
más que ellos, más bellos o simplemente que no nos "sirven" para
nada. Dios no hace a nadie para que esté sobrando en este mun-
do, todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que
enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa
persona nos haga un bien del cual ni siquiera estemos conscien-
tes.

MÁXIMA:
“Humíllense ante el Señor y Él los engrandecerá” Sgo 4,10
“Nunca eres más grande que cuando estás de rodillas”

COMPROMISO:
Estaré atento a quienes están a mi alrededor para aprender de ellos.
Hoy lucharé contra una de mis fallas que tenga.

TOMA DE CONCIENCIA:
¿De quién aprendí algo hoy? ¿Cómo pude lograr superar mi falla, hoy?

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TEMA:

4. El peluquero
Aplicación: Humildad

HECHOS:
Un día pasó Dios por la casa de un pobre pelu-
quero, y éste salió corriendo para atenderlo,
Dios lo vio y esperó, entonces el pobre pelu-
quero le pregunto: ¿Puedo hablarte Señor? Y
Dios le contestó: Háblame amigo, entonces el
peluquero le pregunto: ¿Señor hay lugar para
mí en tu Reino, ya vez que soy un pobre, muy
pobre peluquero, no tengo grandes mansiones,
palacios o enormes ranchos? Y Dios le con-
testó: claro que hay un lugar para ti en mi Re-
ino, de hecho hay lugar para todos, no se ne-
cesita ser rico ó pobre, sólo se necesita tener
un corazón generoso lleno de amor, ternura y
comprensión para con los demás.

MENSAJE:
La persona más humilde puede ir por la vida
con la cara sonriente y esparcir flores de bon-
dad por doquier. Aquel que siempre está dis-
puesto a ayudar, siempre es bien recibido por
todos, la persona más humilde puede cultivar y
adquirir un carácter bello y bondadoso y enri-
quecer con el perfume del placer y la alegría a
todo aquel con quien tiene contacto.

MÁXIMA:
“¡Miren ustedes qué amor nos tiene el Padre, pues nos hace hijos suyos!” 1 Jn 3, 1
“Dios ha elegido a los débiles del mundo para humillar a los fuertes”1 Cor 1, 27

COMPROMISO:
Estaré atento a mi carácter hoy para con los demás.
Hoy compartiré una sonrisa y mi alegría con mi familia.

TOMA DE CONCIENCIA:
¿Cómo es mi carácter cuando estoy en la escuela y en mi casa? ¿Cómo me comporté con los demás?

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TEMA:

5. Manos a la obra
Aplicación: Humildad

HECHOS:
En los tiempos de la guerra civil en Estados Unidos, durante
los preparativos para una batalla, un hombre vestido de civil
pasó cerca de un cabo que con arrogancia daba instruccio-
nes a sus hombres de que levantaran una pesada viga. El
hombre se detuvo y preguntó al cabo: ¿Por qué no les ayu-
da? “Señor”, fue la indignada respuesta: “¡Soy un cabo!”

Murmurando una disculpa, el desconocido se quitó el saco y


puso manos a la obra para ayudar a los soldados. “Señor
Cabo”, dijo cuando el trabajo quedó terminado, “siempre
que no tenga usted suficientes hombres para hacer algún
trabajo, llame a su General en Jefe. Tendré mucho gusto en
ayudar”. Con estas palabras Jorge Washington se puso el
saco y se alejó.

MENSAJE:
Cuando ayudamos a los demás siempre salimos ganando,
muchas veces cuando nos encomiendan algún trabajo, o
comisión debemos comportarnos y brindar a los demás
servicio y humildad, pues todo esto es pasajero y no debe-
mos sacar ventaja o tratarlos con superioridad, humillarlos,
rebajarlos en su condición humana o tratarlos con prepo-
tencia pues todo lo que hagamos se puede volver en nues-
tra contra.

MÁXIMA:
“Buscaba a mi Dios, y Él desaparecía. Buscaba mi alma, y no era posible encontrarla.
Busqué a mi hermano y encontré las tres cosas”
“La belleza de una flor proviene de sus raíces” Emerson

COMPROMISO:
Estaré atento a lo que necesite mi compañero hoy para hacerlo prontamente.
Hoy ayudaré en las labores de mi casa sin repelar.

TOMA DE CONCIENCIA:
¿Qué aprendí hoy con respecto a la humildad? ¿Por qué debemos estar atentos a los demás? ¿Cómo
respondo a mis padres cuando me piden que ayude en las tareas de la casa?

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TEMA:

6. Razones para estudiar


Aplicación: Humildad

HECHOS:
Una persona puede estudiar por cinco razones: Para saber. Para mostrar
que sabe. Para obtener ganancias. Para instruir a otros. Para instruirse a
sí mismo.

Saber por saber, es curiosidad. Saber para mostrar que se sabe, es vani-
dad. Saber para conseguir dinero u honores, es comercio. Saber para ins-
truir a otros, es caridad. Saber para instruirse a sí mismos, es
humildad.

Solamente las dos últimas no abusan de la ciencia, porque estudian para


hacer el bien. (San Bernardo)

MENSAJE:
Piensa y reflexiona… ¿Para qué estudias? COMENTARIOS EN LA CLASE.

San Bernardo tiene toda la razón; cuando hacemos el bien obtenemos mu-
cho más, instruir al que no sabe e instruirse a sí mismo es lo que debe mo-
vernos en todo momento. O sea… ¡La caridad y la humildad por delante!

MÁXIMA:
“A quién le daña el saber, homicida es de sí mismo”
“La humildad es la marca por excelencia de la educación correcta”

COMPROMISO:
Hoy buscaré ayudar a mi compañero en lo que se le dificulte.
Ayudaré a mi hermanit@, NO HACIÉNDOLE LAS COSAS, sino enseñándole.

TOMA DE CONCIENCIA:
¿Qué sentimientos tuve al ayudar a otros? ¿Por qué debemos enseñar al que no sabe?

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TEMA:

7. Venciendo el orgullo
Aplicación: Humildad

HECHOS:
Ante las siguientes preguntas, ¡REVÍSATE! ¿Pretendes poseer lo mejor?
¿Te cuesta trabajo pedir perdón? ¿Nunca aceptas que el otro pueda tener
razón? Si no reconoces los valores y cualidades de los demás: ¿Te crees au-
tosuficiente y superior a todos? ¿Te vuelves rápido a la crítica, fácil para la
venganza y lento a la comprensión?

El ORGULLOSO NO SE DA CUENTA QUE OFENDE Y NO SIENTE CULPA. EL


ORGULLO VA UNIDO AL... Egoísmo, hipocresía, vanidad, presunción, y avari-
cia.

¿QUIERES VENCER TU ORGULLO?: Sigue a Cristo cada día despojándote de


todo y siendo sencillo. Pudiendo perder la posibilidad del amor y amistad.

MENSAJE:
Las personas debemos revisarnos nuestro interior, hacer una TOMA DE CON-
CIENCIA, para observar por dónde andamos, si lo que hacemos es correcto o
podemos mejorarlo. Este momento es una buena oportunidad de hacerlo…
¿Cómo vas?

MÁXIMA:
“Hay que pararse...para seguir caminando”
“Solamente lo bien hecho resiste al tiempo”

COMPROMISO:
Hoy demostraré mi sencillez reuniendo a los que no son “tan mis amigos” y jugaré con ellos.
Buscaré en mi interior al que ofendí y le pediré perdón.

TOMA DE CONCIENCIA:
¿Es fácil perdonar al que me ofendió… Y cuando me piden perdón… Es fácil darlo? ¿Hice mi compro-
miso por convicción o por cumplir?

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Tema:

8. Bellezas de la creación
Aplicación: Humildad

HECHOS:
Dios me pidió un poema sobre las belle-
zas de la creación, y me puse a hablar de
las cosas que Él creó. Hablé del sol y sentí
sus manos calentándome. Hablé de la luna
y sentí su brillo envolviéndome. Hablé de
la noche y sentí sobre mí su manto de
estrellas. Hablé de todo lo ver- de del
planeta y sentí su soplo de espe- ranza.
Hablé de las aguas y sentí su in- mersión
en el misterio de mi espíritu. Hablé del
cielo y sentí que su azul me protegía.
Hablé del fuego y sentí sus lla- mas
quemando mis penas. Hablé del aire y
sentí su soplo divino renovándome. Hablé
de todos los seres y sentí su pre- sencia
en cada viviente.

A Él le presenté todo lo que escribí: “Aquí


está el poema que pediste, espero lo
apruebes." Y oí su respuesta: “Prosigue,
aún no has hablado de ti."

En realidad tú eres la mayor belleza crea-


da por Dios. Todo tu interior es una caja
de sorpresas maravillosas.

MENSAJE:
La humildad descubre todo lo bueno que existe en nosotros. No te olvides que eres la mayor belleza
creada por Dios. Cuando nos presentamos tal como somos Dios nos engrandece.

MÁXIMA:
“¡El corazón se enriquece con aquello que da!
“Si sus pensamientos nacen de un corazón bondadoso, piensan bien”

COMPROMISO:
En los Acordémonos agradeceré a Dios haberme hecho su hijo.
Demostraré que soy una belleza de Dios haciendo… (Concretar)

TOMA DE CONCIENCIA:
¿Por qué debemos agradecer a Dios ser sus hijos? ¿Qué hice hoy como la máxima belleza de la crea-
ción?

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TEMA:

9. Pequeñas cosas
Aplicación: Humildad

HECHOS:
El jueves, era el día en que mis hijas y yo salíamos a
buscar en nuestro vecindario “algo” en que servir a
quien lo necesitara. Después de dar vueltas por las prin-
cipales calles de nuestra colonia, el hambre hizo presa
de nosotras y mis hijas me lo hicieron saber al momen-
to. Al ir buscando la comida “favorita” me di cuenta de
que en cada esquina había un pordiosero y gustosamen-
te dije: “Lo tengo” compraremos nuestras hamburgue-
sas y otras más para los que se encuentran en las ca-
lles.

Así lo hice, y compré 15 hamburguesas que nos dispusi-


mos a entregar. Nos acercábamos a un pordiosero, le
dábamos algo de limosna y le deseábamos que todo
fuera mejor. Luego le decíamos: ¡Ah, apropósito! Aquí
tienes tu almuerzo.¡Era maravilloso, la mejor forma de
dar! No había tiempo para que nos agradecieran, ni pa-
ra presentarnos. El Acto de Bondad era anónimo y nos
fortalecía a cada una. Ver por el retrovisor su expresión
de asombro con la bolsa de su almuerzo.

Al llegar a la última esquina, nos topamos con una mu-


jer que pedía limosna. Le entregamos como de costum-
bre la limosna, las palabras de aliento y la bolsa de al-
muerzo y dimos vuelta a casa. Infortunadamente el
semáforo cambió y nos detuvo. La mujer se acercó a nosotros y dijo: -“Nadie, nunca había hecho algo
así por mí” “Me alegra que hayamos sido los primeros” – respondí. ...y ¿cuándo piensas comerla? Dijo:
“Mi amiga, no voy a comerme esto” (Me sentí confundida) Tengo una pequeña hija que le encantan las
hamburguesas, aunque nunca las ha probado, pues no tengo dinero para comprárselas. “HOY, LE LLE-
VARÉ UNA” En aquel momento reconocí las palabras de la Madre Teresa de Calcuta: “No podemos hacer
grandes cosas, sólo podemos hacer pequeñas cosas con gran amor.”

MENSAJE:
Reconocer que no podemos hacer TODO el bien que deseamos es señal de humildad. Todo está en las
intenciones que tengamos para hacer las cosas. Si ponemos amor a lo que hagamos, poco a poco será
grande, no por nuestros méritos, sino por la Gracia de Dios, por la cadena que vayamos formando de
ayuda unos a otros, que es lo que nos enseñó Jesucristo. Que cada uno sepamos poner el ingrediente
necesario: AMOR.

MÁXIMA: “Sólo sabe sonreír el que no presume de si mismo ni de su propia bondad”


“Ámense con sinceridad dándose unos a otros”
COMPROMISO:
Reflexionaré en los actos que lleve a cabo hoy, cuáles son las intenciones con las que los hago.

TOMA DE CONCIENCIA:
¿Cuáles fueron las intenciones de mis actos hoy? ¿Pedí ayuda a Dios? ¿O los hago por mis propias
fuerzas?
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TEMA:

10. El zorro y el curvo


Aplicación: Humildad

HECHOS:
Un cuervo, de los más feos del lugar, estaba
sobre la rama de un árbol comiendo un trozo de
queso. Pasó por ahí una zorra quien teniendo
hambre pensó en la manera de hacerse dueña
del queso y comenzó a decirle al cuervo: -
¡Buenos días! Pero, ¡que hermoso animal se en-
cuentra en este árbol, es el más bello de todas
las aves que viven por aquí! ¿Acaso su canto
será igual de melodioso y bello? El cuervo se
sintió halagado y aunque le habían dicho que no
era feo, en ese momento se sintió el mejor de
todos y le dijo a la zorra ¡Claro! Y para de-
mostrártelo escucha mi canto, y abriendo el pico
comenzó a graznar, lo que provocó que se caye-
ra el queso que comía.

Rápidamente la zorra fue a atraparlo y le dijo:


¡Qué tonto, eres cuervo! ¿Acaso no te has visto
en el reflejo del agua? ¿No escuchas tus grazni-
dos que para nada es canto? Si fueras más
humilde, tuvieras tu comida aún. ¡Lo siento!

MENSAJE:
¿Habremos actuado alguna vez como el cuervo?
Sabemos lo que somos, lo que podemos hacer y
muchas veces por sentirnos superior a los de-
más, nos queda mal lo que hacemos. No trate-
mos de impresionar a nadie, ni ser mejores que
otros. Si nos comparamos, no nos hacemos
ningún bien y NO DEBEMOS. Reconozcamos
nuestras propias fuerzas y pongámosle CO-
RAZÓN Y AMOR a todo lo que hagamos.

MÁXIMA:
“Los grandes hombres se ven pequeños a si mismos”
“A veces, cuesta mucho más eliminar un sólo defecto que adquirir cien virtudes”

COMPROMISO:
Durante los Acordémonos pediré a Dios me ayude a ser humilde.
El día de hoy no haré comparaciones entre las personas.

TOMA DE CONCIENCIA:
¿Cómo fue mi oración?
¿Cuáles son mis actitudes ante los demás?
¿Por qué no debo hacer comparaciones?

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TEMA:

11. El diamante encontrado


Aplicación: Humildad

HECHOS:
El peregrino Nasrudin se encontró un diamante al borde de la carretera.
Según la ley, el que encuentra algo sólo puede quedarse con ello si anuncia
su hallazgo, en tres ocasiones distintas, en el centro de la plaza del merca-
do.

Como Nasrudin tenía una mentalidad demasiado religiosa como para hacer
caso omiso de la ley, y además era demasiado codicioso como para correr
el riesgo de tener que entregar lo que había encontrado, acudió durante
tres noches consecutivas al centro del mercado de la plaza, cuando estaba
seguro de que todo el mundo estaba durmiendo, y allí anunció con voz
apagada: “He encontrado un diamante en la carretera que conduce a la
ciudad. Si alguien sabe quien es su dueño, que se ponga en contacto con-
migo cuanto antes”.

Naturalmente, nadie se enteró de las palabras del peregrino, excepto un


hombre que, casualmente, se encontraba asomado a su ventana la tercera
noche y oyó como el peregrino decía algo entre dientes. Cuando quiso ave-
riguar de que se trataba, Nasrudin le replicó: “Aunque no estoy en absolu-
to obligado a decírtelo, te diré algo: como soy un hombre religioso, he acu-
dido aquí esta noche a pronunciar ciertas palabras en cumplimiento de la
ley”.

MENSAJE:
Este hombre estaba cumpliendo con la ley, pero su corazón estaba apartado de Dios, pues en el fondo
de su ser quería quedarse con el diamante por eso susurró lo del hallazgo con la seguridad de que nadie
lo escucharía. Cuantas veces he encontrado algún artículo que no es mío y no pregunto por el dueño y
te justificas diciendo que tú te lo encontraste.

Jesús dijo: “No piensen que he venido a abolir la Ley y los Profetas, sino a dar cumplimiento. Por tanto,
el que quebrante uno de estos mandamientos menores, y así lo enseñe a los hombres, será el menor
en el Reino de los cielos; en cambio el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los
cielos” (Mt 5, 17-19)

MÁXIMA:
“Escuchar la voz de mi conciencia es hacer plenitud la Palabra de Dios en mi vida”
“Se posee solamente aquello que se da. No nos poseemos sino cuando nos damos”
Enmanuel Mounier
COMPROMISO:
Examinaré si hago con amor y humildad, mis actos, o me domina el que dirán.
Dejaré hoy, de cumplir por cumplir.

TOMA DE CONCIENCIA:
¿Las acciones buenas que hice en esta semana fueron de corazón? ¿Reflexionar que cosas hago por
compromiso?

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TEMA:

12. San Antonio Abad


Aplicación: Humildad

HECHOS:

Se cuenta en la vida de San Antonio Abad que


Dios le hizo ver el mundo sembrado de los lazos
que el demonio tenía preparados para hacer caer
a los hombres. El santo, después de esta visión,
quedó lleno de espanto, y preguntó: “Señor,
¿Quién podrá escapar de tantos lazos?”. Y oyó
una voz que le contestaba: “Antonio, el que sea
humilde; pues Dios da a los humildes la gracia
necesaria, mientras los soberbios van cayendo en
todas las trampas que el demonio les tiende; mas
a las personas humildes el demonio no se atreve
a atacarlas.”

MENSAJE:
El que es humilde no necesita demasiadas alaban-
zas y elogios en su tarea, porque su esperanza
está puesta en el Señor.

MÁXIMA:
“Quien lucha por ser humilde no busca ni elogios ni alabanzas”
“La verdad y la sencillez forman la mejor pareja”

COMPROMISO:
Hoy le pediré a Dios en cada “ACORDÉMONOS”, la virtud de la humildad.
Estaré atento para ser sencillo como la paloma.

TOMA DE CONCIENCIA:
¿Cómo cumplí mi compromiso? ¿Necesito que constantemente elogien mi trabajo para sentirme bien?

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