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ORIGEN Y FORMACIÓN DEL CABALLO DE PASO FINO

COLOMBIANO

Hace 55 millones de años (período EOCENO), en las gélidas estepas


de Norteamérica, apareció el Eohippus, recóndito ancestro del
caballo moderno. Se trataba de un animal del tamaño de un zorro,
dotado de cuatro dedos útiles y uno rudimentario. Herbívoro de
vegetales jugosos (ramoneador primitivo) y no de pastos fibrosos, el
estudio de sus dientes nos habla de un animal de vida corta.

Eohippus - mesohipus (pantano) - merychippus (bosque) - pliohipus -


equus; fueron necesarios 50 millones de años para llegar al caballo
moderno EQUUS, con una dentadura más complicada, un solo dedo,
cúbito y radio fusionados, igualmente tibia y peroné, pues ya no
tenía que correr para sobrevivir.

La mencionada evolución se dio tanto en Europa como en América,


aunque cuando el hombre blanco llegó a esta región del mundo, el
caballo ya no existía. Sólo se conoce por los restos que se han
encontrado de él. En Europa, por el contrario, resistió los cambios de
clima que se operaron en la tierra y sobrevivió hasta cuando el
hombre apareció en ella. El caballo Przewalski, única especie salvaje
sobreviviente, encontrada por un explorador ruso en 1879, así lo
comprueba.

El moderno £quus, históricamente, se confunde con la cultura del


hombre; es el caballo el animal de la mitología, la pintura, la música,
la escultura y la guerra.
De acuerdo con la mitología, Pegaso; el famoso caballo alado, era
propiedad de Belerofonte, y dice la fábula que al nacer golpeó la
tierra con su casco y allí brotó la fuente Hipocrene, a donde acudían
los poetas griegos en busca de la inspiración.

El amor por los equinos tiene muchos matices, seguramente muchos


de ustedes saben que el emperador Calígula nombró cónsul a su
caballo Incitato; además este gobernador le mandó edificar una casa
magnífica con muebles y criados, para que el equino recibiera
espléndidamente a quienes iban a visitarle. Y como si fuera poco
Calígula, sentaba a Incitato a comer en la mesa sirviéndole el mismo
cebada dorada.

Los hombres tan estrechamente ligados a los caballos en tiempos de


guerra y dependiendo a menudo de ellos en la batalla, se ocuparon
evidentemente más a fondo de sus animales en tiempos de paz. Es
probable que los caballos para deporte fuesen criados al lado de los
caballos de guerra, lo que se tradujo en nuevas razas.

Poco a poco el caballo perdió su carácter de simple medio de guerra


y, con el tiempo, los jinetes parecían entrar en relación con sus
animales: en efecto, en esta época, numerosos caballos célebres
llevaban el nombre del cual se hacía mención.

La fundación de la ciudad de Bukefalia en la India, por Alejandro, en


memoria de su caballo Bucéfalo, muerto en este lugar, son la
expresión de las relaciones entre el caballo y su propietario.
La conquista de las tierras americanas fue posible, casi
exclusivamente, por la acción del caballo. Los primeros caballos
españoles fueron domados por los Iberos, alrededor de los siglos XII
al XII antes de Cristo.

Los pueblos Berberiscos de la Costa Sur Mediterránea, trasladaron a


España, concretamente a Andalucía, parte de la cultura
mahometana, el idioma, la arquitectura, algunas costumbres y una
buena cuota de caballos Berbériscos africanos. Estos mismos
caballos fueron sobre los que combatieron los caballeros cristianos
en la reconquista y los que, mas tarde, participaron en el
descubrimiento de América. Miguel de Cervantes, autor de Don
Quijote de la Mancha, decía que Andalucía era "la cuna de los
mejores caballos del mundo".

Con el descubrimiento de América, los españoles debieron traer el


caballo Berberisco, propio de la zona norte de Africa.

De acuerdo con los cronistas de la época, Cristóbal Colón en su


segundo viaje a América el 10 de noviembre de 1493 trajo 25
caballos Berberiscos, de los cuales cinco eran hembras. El caballo
traído por los españoles era de sangre Arabe, digno de ser montado
por un Rey, como lo hicieron Felipe II de España, Enrique VII de
Inglaterra y Luis XIV de Francia.

También, Napoleón utilizó en sus batallas un caballo de raza


española andaluza, cuyo esqueleto se conserva hoy en el museo de
Historia Natural de París.
Cuando Hernán Cortés desembarcó en México, los Aztecas se
sorprendieron y asustaron por los caballos que traía la expedición. Al
verlos, estos pobladores pensaron en monstruos y que jinete y
cabalgadura eran un mismo ser, repitiendo en su miedo el mito de
los centauros de la cultura griega.

Los caballos desembarcaron en la Española, hoy República


Dominicana; luego llegan a Cuba, Puerto rico, Colombia y Perú; pero
el país donde realmente se desarrollan los caballos es Colombia.

En Colombia, lo mismo que en Perú, los más famosos son los paso,
es decir que mueven los remos laterales simultáneamente. El caballo
de paso representa la adaptación al medio de los traídos al nuevo
mundo por los conquistadores españoles. Estos caballos fueron de
tres tipos: Andaluces, Árabes y Berberiscos, que después de
múltiples cruzamientos a lo largo de varios siglos, llegaron a formar
la raza conocida como criolla de paso.

El caballo de paso colombiano es un producto de la geografía, una


muestra de la selección uno de los factores más importantes para el
~ ~

desarrollo del caballo criollo colombiano, con sus especiales


características de paso, lo constituyó el dificilísimo medio de las
montañas de nuestro país.

Al transito por las estrechísimas y empinadas veredas montañeras


solo sobrevivieron aquellos caballos de talla relativamente pequeña,
de huesos delgados pero muy fuertes y de una enorme resistencia
física. El trabajo por los caminos cenagosos obligó a la genética
equina una variación: el paso por los caminos de herradura no podía
ser el mismo, largo. Los animales aprendieron el ~VtrocheoVV paso
corto, en el que el caballo levanta las manos a media altura,
mientras se impulsa con la pata contraria, así el animal puede
sortear los caminos con huecos separados en donde un animal como
el Trotón Inglés queda enterrado.

Si bien todas las razas de caballos americanos tienen como tronco u


origen común a los traídos por los españoles, las distintas
condiciones climáticas, topográficas y de alimentación determinaron
variedades muy diferentes en cada país o región donde se
aclimataron.

En muchos ejemplares dominó el tipo Berbérisco, especialmente en


los de Antioquia y Caldas.

Ya en plena época de nuestra independencia está en su apogeo el


caballo de paso participando en la gesta emancipadora, llevando
sobre sus lomos a los soldados hasta los campos de Boyacá, Pantano
de Vargas, y a los más lejanos de Pichinchá, ]unín y Ayacucho.

Si nuestros conquistadores no hubieran tenido la compañía del


Equino, posiblemente el desarrollo del país no se hubiera dado.

Desde el final de la segunda guerra mundial, se registra en casi


todos los países de Europa una disminución considerable de los
equinos; la razón de esto, naturalmente, el progreso de la
mecanización en la agricultura. El rápido desarrollo de la técnica, el
avance triunfal de las máquinas y de los motores siempre más
poderosos tomaron la delantera del caballo, haciéndolo, lento pero
seguramente superfluo como animal de rendimiento.

Esta circunstancia provocó que el noble "bruto" quedara relegado a


un plano secundario y que de compañero, vehículo o instrumento de
trabajo, pasara a convertirse en objeto de exhibición.

El caballo de nuestros días es el último eslabón altamente


especializado de una larga evolución que va del eohippus hasta el
equus caballus; este animal obligado a llevar todo el peso de su
cuerpo sobre la punta de su tercer dedo de sus miembros, razón por
la cual esta parte se enferma a menudo, parece haber llegado al
termino de un impase filogenético.

Dediquemos más énfasis al mejoramiento de nuestro caballo criollo


colombiano, mientras en el resto del mundo la crianza de caballos
recibe el mismo tratamiento que se le da a la agricultura, en
Colombia se le considera una actividad suntuosa o de lujo que no
merece incentivos oficiales. Se desconoce que el caballo constituye la
base del trabajo agropecuario, especialmente, del sector ganadero. El
caballo de trabajo o vaquería se encuentra en vía de extinción, se
debe recuperar la actividad típica del país, la cual constituye el
principal centro de fomento y comercialización de esta especie.
Tenemos la necesidad de introducir elementos más técnicos en el
proceso de mejoramiento, para evitar que en un futuro muy próximo
tengamos que importar caballos "colombianos" adecuadamente
seleccionados desde Florida, Texas o Puerto Rico.

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