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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Nacional Experimental Politécnica “Antonio José de Sucre”

Vicerrectorado Puerto Ordaz

Cátedra: Ventilación industrial

CONTAMINANTES CLORADOS

Profesora: Bachiller:

Mata Luis Vargas César c.i:20.883.976

Ciudad Guayana, septiembre del 2013


Introducción

En el año 1974 se descubre el efecto de los clorofluocarbonos sobre


el ambiente y la vida humana, específicamente su incidencia en la
composición y destrucción de la capa de ozono. Presenta una
mayor densidad cerca de la superficie del cuerpo, volviéndose más ligera con
la altitud. La atmósfera terrestre está compuesta por nitrógeno
y oxígeno principalmente y en ella la capa de ozono es prácticamente el filtro
de los rayos Ultravioletas (RUV) que son capaces de dañar la vida en el
planeta, de allí la importancia de preservar la misma mediante el uso
discriminado o eliminación de los clorofluorocarbonos y otros agentes
químicos que lo degradan.

El químico estadounidense F. Sherwood Rowland y el químico


estadounidense nacido en México Mario Molina demuestran que los
clorofluorocarbonos industriales (CFC) destruyen la capa de ozono, que
protege la vida de animales y plantas de la radiación ultravioleta procedente
del Sol.

El ozono se forma por acción de la luz solar sobre el oxígeno. Esto lleva
ocurriendo muchos millones de años, pero los compuestos naturales de
nitrógeno presentes en la atmósfera parecen ser responsables de que la
concentración de ozono haya permanecido a un nivel razonablemente
estable. A nivel del suelo, unas concentraciones tan elevadas son peligrosas
para la salud, pero dado que la capa de ozono protege a la vida del planeta
de la radiación ultravioleta cancerígena, su importancia es inestimable. Por
ello, los científicos se preocuparon al descubrir, en la década de 1970, que
ciertos productos químicos llamados clorofluorocarbonos, o CFC
(compuestos del flúor), usados durante largo tiempo como refrigerantes y
como propelentes en los aerosoles, representaban una posible amenaza
para la capa de ozono.
Los clorofluorocarburos (CFC o ClFC): son derivados de los hidrocarburos
saturados obtenidos mediante la sustitución de átomos de hidrógeno por
átomos de flúor y/o cloro principalmente.

Los C.F.C. o C.I.F.C son una familia de gases que se emplean en múltiples
aplicaciones, principalmente en la industria de la refrigeración y de
propelentes de aerosoles. Están también presentes en aislantes térmicos.
Los CFC tienen una gran persistencia en la atmósfera, de 50 a 100 años.
Con el correr de los años alcanzan la estratósfera, donde se disocian por
acción de la radiación ultravioleta, liberando el cloro y dando comienzo al
proceso de destrucción del ozono. Nombre genérico de un grupo de
compuestos que contienen cloro, flúor y carbono, utilizados como agentes
que producen frío y como gases propulsores en los aerosoles. Se conoce
también con la sigla CFC; sus múltiples aplicaciones, su volatilidad y su
estabilidad química provocan su acumulación en la alta atmósfera, donde su
presencia, según algunos científicos, es causante de la destrucción de la
capa protectora de ozono.

Fig. 1 Moléculas de CFC obtenidas por la sustitución de átomos de


hidrógeno por átomos de flúor o cloro.
Aunque se creía que la aparición del "agujero" de ozono sobre la Antártida, a
comienzos de la primavera austral, estaba relacionada con la fotoquímica de
los CFC presentes en diversos productos comerciales (freón, aerosoles,
pinturas, etc.), los últimos estudios científicos apuntan a que las causas son
de origen dinámico, relacionadas principalmente con los rayos cósmicos
galácticos. Según el estudio de Q.-B.Lu, del Department of Physics and
Astronomy, University of Waterloo, Waterloo, ON, N2L3G1, Canada: “Este
estudio informa sobre confiable información durante el período de 1980-2007
cubriendo dos ciclos completos de 11 años de rayos cósmicos (RC),
mostrando claramente la correlación entre los RC y la disminución del ozono,
especialmente la pérdida de ozono polar (agujero) en la Antártida.

Son usados principalmente con fin industrial, tanto para la formación de


aerosoles como para la creación de refrigerantes además de otros artículos,
tanto de uso personal como industrial e informático.

Tipos de CFC según su comercialización:

 El CFC-12 es un gas a temperatura ambiente. Hasta hace poco, se utilizó


extensamente en acondicionadores de aire de automóviles, de donde
eran liberados a la atmósfera durante su uso y servicio. Actualmente se
utiliza un equipo especial para capturar los CFC (y sus modernos
sustitutos) cuando los acondicionadores de aire de los coches han
finalizado su servicio.

Después de la II Guerra Mundial se descubrió que vaporizando el CFC-


12 en estado líquido, éste podía utilizarse para crear burbujas en
plásticos de espuma rígidos. Las diminutas burbujas embebidas
de CF2Cl2 hacen que estos productos sean buenos aislantes térmicos, ya
que este gas es un pobre condutor de calor. Sin embargo, el CFC-12 se
libera inmediatamente durante la formación de las láminas de espuma,
como las bandejas blancas utilizadas para envasar productos de carne
fresca, y anteriormente para contener hamburguesas en restaurantes de
comida rápida.

 El compuesto CFCl3, llamado CFC-11, es un líquido que hierve a


temperatura cercana a la ambiental. El CFC-11 se utilizó para formar
agujeros en productos de espuma blanda, como almohadas, alfombras
acolchadas, cojines y asientos y rellenos en coches. Este compuesto
también ha sido aplicado para hacer productos de espumas de uretano
rígido usados como aislantes en neveras, congeladores y en algunos
edificios. La utilización de productos de espumas aislantes aumentó en el
último cuarto de siglo debido al interés con respecto a la conservación de
energía.

 El otro CFC que origina gran preocupación ambiental es el CF2Cl--CFCl2,


llamado CFC-113. Este compuesto ha sido utilizado ampliamente para
limpiar la grasa, el pegamento y los residuos de soldadura en paneles de
circuito electrónicos después de su fabricación, cosumiendose cerca de 2
kilogramos por metro cuadrado. Muchos fabricantes han cambiado sus
procesos de fabricación con el fin de no utilizar ningún tipo de líquido de
limpieza. Los CFCs no poseen ningún sumidero troposférico de tal
manera que todas sus moléculas ascienden a la estratosfera. Este
proceso de transporte vertical en la atmósfera no está afectado por el
hecho de que la masa de éstas moléculas sean mayor que la masa
promedio del Nitrógeno y del Oxígeno en el aire, ya que la fuerza
diferencial de gravedad es mucho menor que la debida a la de las
constantes colisiones de otras moléculas que aleatorizan las direcciones
de moléculas, incluso las pasadas. Mediante este transporte, las
moléculas de CFC, finalmente, migran a las partes medias y altas de
la estratosfera donde hay suficiente UV-C de la luz solar aún no filtrada
para descomponer fotoquímicamente dichas moléculas, liberando de este
modo átomos de cloro.
 El tetracloruro de carbono, CCl4, es una sustancia disminuidora de ozono
(SDO). Comercialmente, se ha utilizado como disolvente y como
intermedio en la fabricación deCFC-11 y CFC-12, perdiéndose cierta
cantidad hacia la atmósfera durante su producción. Su aplicación como
disolvente en la limpieza en seco ha sido interrumpido en la mayor parte
de los países desarrollados, aunque hasta muy recientemente su práctica
aún continuaba en muchos otros países.

 El metilcloroformo, CH3--CCL3, o 1,1,1- tricloroetano, fue producido en


grandes cantidades y utilizado en la limpieza de metales, de tal manera
que una gran parte se liberó a la atmósfera. Aunque, cerca de la mitad de
esta cantidad ha sido eliminada de la troposfera por reacción con el
radical hidroxilo, el resto sobrevive suficiente tiempo como para migrar
hacia la estratosfera. En la actualidad el metilcloroformo y el tetracloruro
de carbono contribuyen, conjuntamente, en cerca de la mitad de la
contribución de os CFCs al cloro de la estratosfera.

Riesgos

Los fluorocarburos son, en general, menos tóxicos que los correspondientes


hidrocarburos clorados o bromados. Esta menor toxicidad puede deberse a
una mayor estabilidad del enlace C-F y, tal vez también, a la menor
solubilidad lipoide de las sustancias más fluoradas. Gracias a su bajo nivel
de toxicidad, ha sido posible seleccionar fluorocarburos que sean seguros
para los usos a los que se destinan. No obstante, la supuesta seguridad de
los fluorocarburos en estas aplicaciones ha hecho que se divulgara la falsa
creencia de que los fluorocarburos son completamente inocuos en cualquier
condición de exposición.

En realidad, los fluorocarburos volátiles posen propiedades narcóticas


similares a las de los hidrocarburos clorados, aunque más débiles. La
inhalación aguda de 2.500 ppm detriclorotrifluoretano provoca intoxicación y
descoordinación psicomotriz en el ser humano, un efecto que también se
observa con concentraciones de 10.000 ppm (1 %) dediclorodifluorometano.
La inhalación de diclorodifluorometano a concentraciones de 150.000 ppm
(15 %) provoca pérdida de la consciencia. Se han registrado más de 100
muertes relacionadas con la inhalación de fluorocarburos como
consecuencia de la pulverización de aerosoles que contenían
diclorodifluorometano como propulsor en el interior de una bolsa de papel y
su posterior inhalación. El TLV de 1.000 ppm establecido por la Conferencia
Americana de Higienistas Industriales del Gobierno (ACGIH) no produce
efectos narcóticos en el ser humano.

Los fluorometanos y fluoretanos tampoco producen efectos tóxicos, como


lesiones hepáticas o renales, por exposición repetida. Los fluoralquenos,
como el tetrafluoretileno, el hexafluoropropileno o el clorotrifluoretileno,
pueden causar lesiones hepáticas y renales en animales de experimentación
tras exposiciones prolongadas y repetidas a las concentraciones apropiadas.

No obstante, la toxicidad aguda de los fluoralquenos es sorprendente en


algunos casos. El perfluorisobutileno es un buen ejemplo de ello. Con una
CL50 de 0,76 ppm para cuatro horas de exposición en el caso de las ratas,
es más tóxico que el fosgeno. Al igual que este último producto, produce
edema pulmonar agudo. Por su parte, el fluoruro de vinilo y el fluoruro de
vinilideno son fluoralcanos de muy baja toxicidad.

De la misma forma que muchos otros vapores de disolventes y anestésicos


utilizados en cirugía, los fluorocarburos volátiles también pueden producir
arritmia o parada cardíaca cuando el organismo libera una cantidad
anormalmente elevada de adrenalina (como en situaciones de angustia,
miedo, excitación o ejercicio violento). Las concentraciones necesarias para
producir este efecto son muy superiores a las que se encuentran
normalmente en la industria.
En perros y monos, tanto el clorodifluorometano como el
diclorodifluorometano provocan rápidamente depresión respiratoria,
broncoconstricción, taquicardia, depresión miocárdica e hipotensión a
concentraciones de entre un 5 y un 10 %. El clorodifluorometano, al contrario
que el diclorodifluorometano, no provoca arritmias cardíacas en monos
(aunque sí en ratones) y tampoco reduce la función pulmonar.

Medidas de salud y seguridad. Todos los fluorocarburos sufren


descomposición térmica cuando se exponen a la acción de la llama o de
metales calentados al rojo. Los productos de la descomposición de los
clorofluorocarburos son los ácidos fluorhídrico y clorhídrico, junto con
cantidades más pequeñas de fosgeno y fluoruro de carbonilo. Este último
compuesto es muy inestable a la hidrólisis y rápidamente se transforma en
ácido fluorhídrico y dióxido de carbono en presencia de humedad.

Los estudios de mutagenicidad y teratogenicidad realizados de los tres


fluorocarburos más importantes desde el punto de vista industrial
(triclorofluorometano, diclorodifluorometano y triclorotrifluoretano), han dado
resultados negativos.

El clorodifluorometano (R-22), que en un tiempo se consideró como posible


propulsor para aerosoles, resultó ser mutágeno en los estudios de
mutagénesis bacteriana. Los estudios de exposición a lo largo de toda la vida
aportaron ciertas evidencias de carcinogénesis en ratas macho expuestas a
concentraciones de 50.000 ppm (5 %), pero no a concentraciones de 10.000
ppm (1 %). Este efecto no se apreció en ratas hembra ni en otras especies.
La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) ha
clasificado esta sustancia en el Grupo 3 (evidencias limitadas de
carcinogénesis en animales). También se obtuvieron ciertas pruebas de
teratogenicidad en ratas expuestas a 50.000 ppm (5 %), pero no a 10.000
ppm (1 %), ni en conejos expuestos a concentraciones de hasta 50.000 ppm.
Las víctimas de la exposición a fluorocarburos deben ser evacuadas del área
contaminada y recibir un tratamiento sintomático. No se les administrará
adrenalina, pues existe la posibilidad de provocar arritmias o parada cardíaca

Clorofluorocarbonos y cloroflurometanos

Hay diversos productos generados por las personas (conocidos como


halocarbonos), que causan la destrucción del ozono atmosférico a un ritmo
diferente del natural que ha tenido por siglos, con lo cual se afecta el espesor
de la capa de ozono.

Al adelgazarse la capa, la Tierra pierde la protección ante la radiación


ultravioleta del sol, lo cual tiene efectos nocivos para la vida en el planeta.

A pesar de los esfuerzos internacionales que se están haciendo, la liberación


de los halocarbonos en la atmósfera continúa, manteniéndose así la
destrucción de la capa de ozono, lo cual agudiza cada vez más éste
problema.

El agujero de ozono es un fenómeno descubierto en la Antártida en 1985.

Se ha formado principalmente sobre la Antártida y puede presentarse en


otros sitios debido a la combinación única de condiciones de tiempo que
favorecen las reacciones destructivas del ozono junto con la aparición de la
luz solar en primavera del Hemisferio Sur.

El agujero es tan extenso como los Estados Unidos de América y tan


profundo como el Monte Everest. Ha crecido casi todos los años desde 1979.
Los países más afectados en la región son: Argentina, Chile, y Uruguay.
En realidad, la capacidad de tener presentes a las generaciones futuras, es
decir, a los miembros no natos de nuestra especie, es precisamente uno de
nuestros hechos diferenciales como especie. También lo es la capacidad,
que nos ofrece la tecnología, de haber multiplicado nuestro poder de
transformación y de consumo, la capacidad de utilizar
nuestro conocimiento para duplicar la esperanza de vida y la capacidad de
utilizar la tecnología para reemplazar el lento proceso de la evolución y
generar decenas de miles de nuevos compuestos químicos, que no están
inscritos en nuestro genoma, sino que hemos externalizado y desarrollado a
través de la tecnología.

El uso de los CFCs

El 80% del cloro estratosférico ha provenido de las actividades del hombre.


(National Geographic Junio, 1999)

En 1930 se cambia el amonio empleado en la refrigeración por el CFC,


elemento excelente por sus propiedades de no toxicidad ni inflamabilidad y
por su estabilidad química.

- En 1950: se inicia la producción de espuma plástica (poliuretano).

- En 1960: profusión de producción de aerosoles

- Desde 1970 en adelante, empleo masivo de solventes para limpieza

- Desde 1970 en adelante, empleo masivo en equipos de refrigeración.

Carbono tetracloro:

- Solvente industrial

- Fumigaciones agrícolas

- Refinación petroquímica

- Lavado en seco

Metilcloroformo:
- Solvente industrial

- Limpiador de metales

Actualmente se han reemplazado los CFCs por HCFCs, debido a que son
menos nocivos debido a su contenido en hidrógeno, lo que facilita su
destrucción en la troposfera.

Halones:

Se utilizan fundamentalmente en extintores

Contribuyen en un 5 % a la destrucción de la capa de ozono; aumentan


anualmente en 10%.

Sin embargo hoy nuestro ambiente atmosférico está siendo amenazado por
la elevada contaminación del aire, lo que ha producido:

 Aumento del efecto invernadero.

 El debilitamiento de la capa de ozono.

 El incremento de la lluvia ácida en numerosos lugares.

Clorofluorcarbonos:

El aumento de la temperatura en la estratosfera se relaciona con la


composición química del aire, pues, a esa altura, hay un compuesto que
absorbe la energía solar y por ende, calienta localmente la atmósfera. Es el
ozono, sustancia muy poco estable quien absorbe la radiación ultravioleta,
cosa que no hacen el oxigeno ni el nitrógeno.

Los clorofluorocarbonos incorporados a la atmósfera en la superficie terrestre


se mezclan con mucha rapidez con las capas inferiores de aíre (por ejemplo,
compuestos emitidos en los Estados Unidos llegan a Europa en cuestión de
meses y, posiblemente, en no más de dos años están en el hemisferio sur).
Pero tardan alrededor de una década en alcanzar alturas suficientes en la
estratosfera y en encontrar la luz ultravioleta que los descompone, que es la
del tipo absorbido o filtrado por el ozono.

Una molécula conocida por todos los químicos y biólogos, el ácido


ribonucleico, que controla la herencia, también absorbe muy eficientemente
luz ultravioleta, los rayos que producen las quemaduras de sol y el
cáncer de piel. Posiblemente por ello, los sistemas biológicos han
evolucionado para adaptarse a las cantidades de luz ultravioleta que llegan
naturalmente a la superficie terrestre. Si esa cantidad aumentara, podría
producir daños importantes en muchos sistemas ecológicos y también, en el
hombre.

El ozono -O3, una molécula que tiene tres átomos de oxígeno- se produce
por la acción de la luz solar en el oxígeno normal que respiramos, que tiene
dos átomos por molécula. Se está generando continuamente, sobre todo en
los trópicos y en la alta estratosfera, y también se está continuamente
destruyendo, por su escasa estabilidad.

Clorofluorometanos:

Es por esto la urgencia de hacer algo y detener el calentamiento global.

Los más importantes gases de efecto invernadero son el vapor de agua, el


dióxido de carbono (C02) y el metano (CH4), que son un fenómeno natural y
necesario pues sin ellos no podría haber vida en el planeta. Sin embargo, si
estos gases aumentan de manera excesiva, van a retener más calor
proveniente del sol provocando cambios globales del clima. Hay otros
gases producto de la acción del hombre que también acelera el efecto
invernadero: los óxidos nitrosos (NxO), el ozono troposférico (O3) y los
clorofluorocarbonos (CFC).
El gas que está teniendo un aumento exponencial en los últimos años es el
dióxido de carbono. Más de la mitad de todo el CO2 es producido por la
utilización de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), que son la
base de la industria y del transporte.

Por esta razón nuestra apoyamos toda campaña que esté enfocada a
enfrentar la principal fuente de producción de CO2 en el mundo: el
transporte. A esto se agrega que el transporte es también el principal
causante de la contaminación del aire. Esta unión de los dos problemas nos
ha permitido crear conciencia y proponer soluciones que permitan disminuir
la utilización de los automóviles.

Efectos de los clorofluorocarbonos y clorofluorometanos en la vida


humana y ambiente:

Influyen en una medida totalmente acelerada, lo CFC'S como nos lo dice el


nombre son átomos de cloro (Cl), fluor (F) y Carbono (C).

El mecanismo a través del cual atacan la capa de ozono es una reacción


fotoquímica: al incidir la luz sobre la molécula de CFC, se libera un átomo de
cloro con un electrón libre, denominado radical Cloro, muy reactivo y con
gran afinidad por el ozono, rompiendo la molécula de éste último. La reacción
es catalítica, se estima que un sólo átomo de cloro destruye hasta 30.000
moléculas de ozono. El CFC permanece durante unos dos años en las capas
altas de la atmósfera donde se encuentra el ozono.

Al ser liberados en la atmósfera clorofluorocarbonos (Cfc), que contienen


cloro, ascienden y se descomponen por acción de la luz solar, liberando
átomos de cloro que reaccionan fuertemente con las moléculas de ozono; el
monóxido de cloro resultante puede, a su vez, reaccionar con un átomo de
oxígeno, liberando otro átomo de cloro que puede iniciar de nuevo el ciclo.
Otros productos químicos, como los halocarbonos de bromo, y los óxidos de
nitrógeno de los fertilizantes, son también lesivos para la capa de ozono.

Cada año, los países industriales generan miles de millones de toneladas de


contaminantes. Los contaminantes atmosféricos más frecuentes y más
ampliamente dispersos se describen en la tabla adjunta. El nivel suele
expresarse en términos de concentración atmosférica (microgramos de
contaminantes por metro cúbico de aire) o, en el caso de los gases, en
partes por millón, es decir, el número de moléculas de contaminantes por
millón de moléculas de aire. Muchos contaminantes proceden
de fuentes fácilmente identificables; el dióxido de azufre, por ejemplo,
procede de las centrales energéticas que queman carbón o petróleo. Otros
se forman por la acción de la luz solar sobre materiales reactivos
previamente emitidos a la atmósfera (los llamados precursores). Por ejemplo,
el ozono, un peligroso contaminante que forma parte del smog, se produce
por la interacción de hidrocarburosy óxidos de nitrógeno bajo la influencia de
la luz solar. El ozono ha producido también graves daños en las cosechas.
Por otra parte, el descubrimiento en la década de 1980 de que algunos
contaminantes atmosféricos, como los clorofluorocarbonos (CFC), están
produciendo una disminución de la capa de ozono protectora del planeta ha
conducido a una supresión paulatina de estos productos.

Las primeras evidencias sobre la destrucción del ozono debida a los CFC se
remontan a la década de 1970 y llevaron a la firma, en 1985, del Convenio
de Viena para la Protección de la Capa de Ozono, cuyo principal cometido
era fomentar la investigación y la cooperación entre los distintos países. En
mayo de ese mismo año, varios científicos británicos publicaron un
documento que revelaba y confirmaba la disminución espectacular de la
capa de ozono sobre la Antártida.
Durante varios años, a partir de finales de la década de 1970, los
investigadores que trabajaban en la Antártida detectaron una pérdida
periódica de ozono en las capas superiores de la atmósfera por encima del
continente. El llamado agujero de la capa de ozono aparece durante la
primavera antártica, y dura varios meses antes de cerrarse de nuevo. Otros
estudios, realizados mediante globos de gran altura y satélites
meteorológicos, indican que el porcentaje global de ozono en la capa de
ozono de la Antártida está descendiendo.

Si a esto le agregamos que los clorofluorocarbonados (CFC) son moléculas


muy estables, las cuales duran casi 20 años como tales en la atmósfera,
entonces todavía en el futuro, infinidad de moléculas de la capa de ozono
serán destruidas.

Se piensa que de seguir la tasa actual de disminución de la capa de ozono,


en corto plazo se habría de presentar graves efectos sobre los seres vivos,
pues la exposición a los rayos ultravioleta puede causar cáncer de piel,
cataratas y disfunciones del sistema inmunológico, así como, un rendimiento
menor de los cultivos, y lo mas grave, una disminución en
la productividad del fitoplancton, principal productor del medio oceánico.

Los CFCs y otras sustancias químicas que destruyen el ozono pueden


permanecer en la atmósfera durante décadas, por lo que a pesar del
progreso que se ha logrado para eliminar gradualmente estos productos, la
destrucción del ozono estratosférico continuará en los próximos años. Así, en
septiembre de 2003, el agujero en la capa de ozono sobre la Antártica
alcanzó una superficie de unos 28 millones de kilómetros cuadrados, inferior
al récord registrado en el año 2000, cuando alcanzó 29,78 millones de
kilómetros cuadrados. A pesar de las dimensiones del agujero de ozono, los
científicos prevén que, si las medidas del Protocolo de Montreal se siguen
aplicando, la capa de ozono comenzará a restablecerse en un futuro próximo
y llegará a recuperarse por completo a mediados del siglo XXI. De hecho,
científicos del Instituto Max Planck (Alemania) prevén que el agujero de la
capa de ozono desaparecerá en 30 o 40 años. Esta misma consideración se
hace desde la Organización Mundial de la Meteorología, que estiman que la
recuperación de la capa de ozono se producirá hacia el año 2050.

El llamado agujero de la capa de ozono aparece durante la primavera


antártica, y dura varios meses antes de cerrarse de nuevo. Otros estudios,
realizados mediante globos de gran altura y satélites meteorológicos,
indicaban que el porcentaje global de ozono en la capa de ozono de la
Antártida estaba descendiendo. Vuelos realizados sobre las regiones del
Ártico, descubrieron que en ellas se gestaba un problema similar.
Estas pruebas llevaron a que, el 16 de septiembre de 1987, varios países
firmaran el Protocolo de Montreal sobre las sustancias que agotan la capa de
ozono con el fin de intentar reducir, escalonadamente, la producción de
CFCs y otras sustancias químicas que destruyen el ozono.

Soluciones a la problemática por uso de CFCs y CFMs

Es un proyecto que tiene como condición fundamental la interdisciplinaridad,


por lo tanto se integra a un concepto global de sustentabilidad y
mejoramiento de la calidad de vida. El resultado que se presenta es el que
corresponde al área de nuestra competencia: la vivienda y el hábitat.
Metodológicamente, se toma partido por la metodología exploratoria
de Investigación-Acción-Participación.

Lograr un desarrollo sostenible basado en criterios de competitividad y


calidad de vida; entendiendo que la Calidad de Vida, de acuerdo con los
postulados de la UNESCO, implica la satisfacción del conjunto de
necesidades que constituyen los requerimientos que deben ser satisfechos
para que una persona sea saludable física y psicológicamente (UNESCO:
1978)
Por otra parte, en el nivel internacional, el interés por el ambiente ha
rebasado el propósito netamente proteccionista para vincularlo con
el desarrollo económico y el aprovechamiento racional de los recursos
naturales. Es así como se genera el concepto de desarrollo sostenible como
"un desarrollo que satisfaga las necesidades presentes sin comprometer la
capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias". Brudtlan
(1987). Y, el desarrollo rural integrado, debe ser un programa en el que todos
los sectores relevantes, tales como la producción, la educación, la vivienda,
la salud y el empleo, son concebidos como elementos interrelacionados en
un sistema en el que tienen lugar intercambios horizontales y verticales, en
términos operacionales y espaciales. Estas son las premisas que sustentan
las bases de una visión de Estado que concilia el desarrollo económico con
el desarrollo humano, y que se evidencia en las conferencias de las
Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo que se vienen
realizando en las últimas décadas del siglo XX. Las mismas han permitido
reunir a los jefes de Estado del mundo para tomar decisiones importantes
que competen a todas las naciones, ya que la sostenibilidad del planeta
implica tanto el respeto a los recursos naturales y el medio ambiente, como
también a los valores humanos, culturales e históricos, y sólo se podrá
alcanzar si los gobiernos asumen su significación y cometido, especialmente
en el nivel nacional y local.
Conclusión

Como consecuencia de los acuerdos alcanzados en el Protocolo de


Montreal, la producción de CFCs en los países desarrollados cesó casi por
completo a finales de 1995. En los países en vías de desarrollo los CFCs se
van a ir retirando progresivamente hasta eliminarse por completo en el año
2010. En la Enmienda de Londres (1990) se añadieron, a los calendarios de
eliminación, otras sustancias destructoras del ozono, como el metilcloroformo
y el tetracloruro de carbono.

Los hidroclorofluorocarbonos (HCFCs), menos destructivos que los CFCs


aunque también pueden contribuir al agotamiento del ozono, se están
usando como sustitutos de los CFCs hasta el año 2030 en que deberán
eliminarse por completo en los países desarrollados; en los países en
desarrollo la eliminación debe producirse en el año 2040, como se adoptó en
la segunda Enmienda al Protocolo de Montreal (Copenhague, 1992).

En la Enmienda de Beijing (1999), se hizo hincapié en la necesidad de


reforzar los controles, no sólo de la producción de los compuestos que
afectan a la capa de ozono, sino a su comercialización. También se incidió
en la necesidad de adoptar medidas suplementarias para controlar la
producción de los hidroclorofluorocarbonos y de otras sustancias nuevas.
Por otra parte, los términos Calidad de Vida y Desarrollo Sostenible no son
conceptos comprendidos ni aprehendidos en toda su magnitud y
complejidad, antes bien se han convertido en vocablos obligados en la
retórica política e intelectual de quienes lo utilizan. Las experiencias que se
han realizado afortunadamente en forma creciente son sólo el producto de
soñadores, casi siempre académicos, cuyos trabajos sólo sirven para
méritos, currícula, oportunidades para confrontar ideas en foros
de intelectuales, entre otros; pero, aun no han sido asumidos ideológica y
políticamente, y mucho menos como un planteamiento de desarrollo.

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