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Todos somos personas: seres inteligentes, capaces de amar, de llevar adelante una
actividad libre y autónoma, de trasformar la naturaleza, de crear, etc. Estas
capacidades que transforman la existencia de los Seres humanos y los diferencian del
resto de las criaturas de la naturaleza.
Para poder desarrollarnos como seres humanos todos tenemos derechos. No importa
nuestro color de piel, nuestras posesiones materiales, nuestro sexo, religión o ideas
políticas. Nadie puede quitarnos esos derechos por ningún motivo ni bajo ninguna
circunstancia. Esos derechos que todos los seres humanos tenemos solo por serlo se
denominan Derechos Humanos.
A partir del Siglo XIX, la concepción del mundo que fundamenta la organización de
nuestras sociedades responde a la idea de que todo Ser Humano tiene derechos
inherentes a su dignidad de persona. Estos derechos lo relacionan con el poder
público y lo ligan a la sociedad. Por su parte, el Estado tiene, en virtud de su función y
de sus compromisos con otros estados, el deber de respetarlos y garantizarlos, y de
organizar las acciones necesarias para satisfacer su pleno ejercicio.
Esta conciencia respeto a los derechos de las personas es nueva en la historia de la
humanidad. En la Edad Media, se pensaba que la gente tenía derechos y obligaciones
a partir de su pertenencia a un grupo social y no por la condición de persona
individual. Los siervos(los que trabajaban), los sacerdote, los señores (que
guerreaban) y, mas tardes, los burgueses quienes realizaban actividades comerciales
y artesanales, poseían deberes y privilegios diferentes.
A partir del siglo XVIII, se fue extendiendo, la concepción de que los seres humanos
tenían derechos por su pertenencia al género y que, por lo tanto lo eran propios desde
su nacimiento. Los Derechos Humanos han tenido, una historia vinculada a los
principales acontecimientos que dieron lugar a la formación del mundo actual.
A lo largo de la historia de la humanidad ha habido hombres que ejercieron el poder
sobre otros y que gozaron de privilegios. Estas formas de desigualdad se reflejaron en
la organización de las sociedades humanas. Pero también hubo quienes se resistieron
y se rebelaron contra este orden de cosas: una parte importante de las luchas de la
humanidad se llevo a cabo para avanzar hacia formas cada vez mas igualitarias de
trato entre las personas.
1215: La Carta Magna, que dio a la gente nuevos derechos e hizo que el rey estuviera
sujeto a la ley.
BIBLIOGRAFIA:
Formación Ética y Ciudadana, editorial Santillana 8 EGB 2001