c g

ampo
128
La pelota que lancé al aire
en mi infancia, aun no bajó.
Dylan Thomas
rupal
• Año XIII • Nº 128
• Noviembre de 2010
• $ 10.-

El silencio

Lo invisible en la
pintura, el arte,
la literatura y la
filosofía de Oriente
Luis Gruss
Biopolítica,
subjetivación
y efectos de poder
Maurizio Lazzarato

De la expectativa
al conflicto
Fernando Fabris, Silvia Puccini

El grupo de padres en la
clínica psicopedagógica
Andrea Lucero, Erica Hamuy

Director
Román Mazzilli
Secretario de redacción
Walter Vargas
Redacción
Luis Gruss, Patricia Mercado,
Denise Najmanovich,
Daniel Seghezzo.
Administración y Publicidad
María Eugenia Conde,
Pablo Scarfo
Colaboran en esta edición
Fernando Fabris, Silvia Puccini,
Colectivo Situaciones, Ada
Fanelli, Andrea Lucero, Erica
Hamuy, Carlos Solero, Luis
Alberto Stoppiello, Raúl Sintes,
Roxana Kreimer, Andrea Rocha
Granados, Carlos Trosman,
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Caraballo, Pedro Alvarado
Redacción
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Campo Grupal / 2
Entrevista a Maurizio Lazzarato
Biopolítica, subjetivación
y efectos de poder
“Políticas del acontecimiento” es el título del libro de Maurizio
Lazzarato que la editorial Tinta Limón publicó en el 2006. De la
entrevista inicial del libro, publicamos este fragmento con algunos
de los conceptos centrales de su trabajo.
Colectivo Situaciones
colectivo@situaciones.org
H
ay en su libro un desarrollo particular de una noción que
está en el centro de muchos debates contemporáneos: la de
biopolítica. Usted hace una distinción entre biopolítica y
no-política en el marco de las sociedades de control, contraponién-
dose así al vínculo entre biopolítica y sociedades de control estable-
cido por Hardt y Negri en Imperio y Multitud. Y también introduce
un concepto de vida ya no ligado con la actividad mecánica del
cuerpo sino con el cerebro, recuperando la consideración de la vida
como memoria de la obra de Bergson. ¿Podría situar su teoría de
la biopolítica en el marco de las discusiones actuales a partir de
estos elementos?
En Foucault, la biopolítica, como las disciplinas, es una actividad
humana. la biopolítica no tiene la última palabra en la evolución de
su pensamiento. Debe ser comprendida en un marco más amplio,
que es el de las prácticas del gobierno de las conductas: cómo diri-
gir las conductas de los demás y cómo gobernarse a sí mismo. La
noopolítica forma parte de las tecnologías humanas de gobierno de
los demás.
Los dos últimos cursos de Foucault en el collège de France, pub-
licados en 2004, parecen ir en el sentido que indico en el libro.
Primero, según Foucault, no hay que considerar la población única-
mente desde el punto de vista “biológico” (nacimiento, enfermedad,
muerte, etcétera). “La población es entonces todo lo que va a exten-
derse desde el enraizamiento biológico a través de la especie hasta
la superficie de captura ofrecida a través del público” (securité, ter-
ritoire, population, en adelante STP). El público es “la población
tomada a partir de sus opiniones” (STP), agrega Foucault, y con-
tinúa: “los economistas y los publicistas nacieron en el mismo
momento”. Hay técnicas para las “conductas de las almas” que
conciernen a la población-público y que Foucault no analiza, pero
que hoy son estratégicas para la definición del capitalismo. El con-
cepto de vida y de vivo cambia completamente si se parte de esta
definición de la población como público, como opinión. Moviliza
en efecto el cerebro, la memoria, el lenguaje y las técnicas que
actúan sobre estos elementos.
Yo me limité a dar algunos elementos en este sentido utilizando la
teoría de tarde sobre la opinión y el público. Me parece que la teoría
de Giorgio Agamben pasa al costado de la definición de la biopolíti-
ca, porque por un lado limita la biopolítica a lo “biológico”, y por el
otro, la tradición de la que Foucault la hace derivar (la del poder pas-
toral, del “gobierno de las almas”), es la tradición de la iglesia
católica que, según el decir de Foucault, no tiene nada que ver con
la tradición romana ni con el “homo sacer”.
En segundo lugar, las técnicas biopolíticas que Foucault llama de
aquí en más “técnicas de seguridad” tienen una relación muy
estrecha con el acontecimiento. La vida es comprendida como acon-
tecimiento y no sólo en su dimensión biológica. “La seguridad
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Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos. M. Luther King
tratará de acondicionar un medio en función de acontecimientos o
de una serie de acontecimientos o de elementos posibles, serie que
hará falta regularizar en un marco multivalente y transformable. el
espacio propio de la seguridad remite a una serie de acontecimien-
tos posibles, remite a lo temporal y a lo aleatorio, un temporal y un
aleatorio que hará falta inscribir en un espacio dado. El espacio en
el que se desenvuelven las series de elementos aleatorios es, creo,
aproximadamente lo que llamamos el medio” (STP).
Hay novedades destacables en la teoría de Foucault que corremos
el riesgo de perder de vista si vamos demasiado rápido y si simpli-
ficamos demasiado su pensamiento. De la diferencia entre
sociedades disciplinarias y sociedades de control (Foucault prefiere
llamarlas sociedades de “seguridad”) podemos extraer una serie de
reflexiones muy útiles para la “ontología del presente”. Es muy
estimulante, por ejemplo, la distinción entre el poder que actúa
directamente y el poder que actúa a distancia. Las técnicas de la
sociedad de control no actúan directamente sobre el individuo,
como las disciplinas, sino sobre la acción del individuo. El poder,
según la última definición de Foucault, es “un modo de acción que
no actúa directa e inmediatamente sobre los demás, sino que actúa
sobre su propia acción”.
No se actúa directamente sobre el individuo y sobre su cuerpo,
como lo hacen las técnicas disciplinarias y el par legalidad/punición,
sino sobre el “medio ambiente”, porque el individuo no es el origen
absoluto de la acción. La acción no es reducible al individuo y a su
subjetividad, encuentra también su fuente en su “medio”. Y un
medio comprendido como espacio de acontecimientos posibles, y
no como “estructura”, sistema. según Foucault, las técnicas de
seguridad (o de control si se utiliza la definición de Deleuze) deben
actuar sobre las “reglas del juego” más que sobre el juego mismo.
Los dispositivos de seguridad definirán, a diferencia de los dis-
positivos disciplinarios, un marco bastante “laxo” (porque, precisa-
mente, se trata de la acción sobre las acciones posibles, sobre los
acontecimientos), donde “habrá una intervención que no será del
tipo del sometimiento interno de los individuos, sino una interven-
ción de tipo medioambiental [environnementale]” (Naissance de la
biopolitique). Hay que actuar entonces sobre el “medio”, sobre el
“marco”, sobre el “medio ambiente” (todas definiciones de
Foucault) del individuo. ¿Y qué es el medio? “es lo que se necesita
para dar cuenta de la ac- ción a distancia de un cuerpo sobre otro. Es
entonces el soporte y el elemento de la circulación de una acción”
(STP, p. 22). se podría decir que la seguridad actúa a través de la
moneda, la comunicación, el consumo, etcétera, sobre el “soporte”
y el “elemento de circulación” de la acción, en lugar de actuar sólo
a través del adiestramiento directo del cuerpo (disciplinas).
Creo que hay que comprender en este sentido los desarrollos de
Foucault contenidos en estos cursos. De todas maneras, es en este
sentido, también, que se desarrolla mi investigación. La acción de
poder es así “acción a distancia” de un individuo sobre otro indi-
viduo. Es exactamente la definición que utilizo de Tarde para dar
cuenta de la acción del público, de la opinión.
Cité mucho a Foucault para mostrar que se han dicho muchas
cosas imprecisas y simplificadas sobre su pensamiento, cuya actu-
alidad es asombrosa. Aconsejo a todo el mundo leer y trabajar estos
últimos cursos (Securité, territoire, population y Naissance de la
biopolitique), que son seguramente los libros más importantes de

los publicados en los últimos quince años.
Además de Foucault, usted se apoya mucho en la obra de Deleuze
y Guattari, particularmente con la utilización de la “diferencia y la
re- petición”, los conceptos de mayoría y minoría y la reflexión
sobre las dinámicas creativas, que opone regímenes de signos y de
expresión al agenciamiento maquínico de los cuerpos. ¿Podría
explicarnos el modo en que estas influencias sirven para compren-
der los procesos de lucha en estas sociedades de seguridad?
Tenemos aún una concepción “economicista” del capitalismo,
que deriva del marxismo y de la economía política. Lo mismo
podría decirse en lo que concierne a la categoría de “trabajo”. Mi
crítica del trabajo va en este sentido.
Ella había perdido el arte de la conversación, pero no la capacidad de hablar. George Bernard Shaw
27 de octubre
Ada Fanelli
adafanelli@gmail.com
El día está silencioso, tocan el tiem-
bre, un chico muy jovencito me pre-
gunta: -"¿Le puedo hacer unas pre-
guntas? Es para el censo". Se le mez-
clan los papeles y exclama: -¡"Qué
kilombo"!. Cuando algunas preguntas
le parecen tontas, se disculpa. Por fin
La metodología de la filosofía de la diferencia es muy diferente y me agradece y se va. Ahora soy yo la
puede ayudarnos muy bien en el trabajo de investigación. Por ejem- que me pregunto, mientras recaliento
plo, para analizar la “producción del desempleado”. en su trabajo en el microondas el café suspendido
sobre Foucault, Deleuze utiliza las categorías lingüísticas de “con- ¿qué me agradece este pibe? ¿que lo
tenido” y “expresión” elaboradas por Hjemslev para aplicarlas a las haya hecho pasar? ¿que lo haya trata-
distintas instituciones que fijan e integran las relaciones de poder en do como a un ser humano? ¿ los
las sociedades occidentales. el contenido y la expresión tienen, cada docientos pesos que cobrará (con
uno, su “forma” y su “sustancia”, de manera que no podemos cap- suerte) en diciembre? Suena otra vez
el timbre. Es el mismo pibe, pero está
tar lo que nos pasa según la oposición entre estructura y super- desencajado. Me dice: -"Se murió
estructura, real y representación, significante y significado, como lo Kichner. El presidente, eeehh... el ex-
hacen el marxismo, el situacionismo y la lingüística. presidente". Ahora soy yo la que le da
Según Deleuze, “una época no preexiste a los enunciados que la las gracias por avisarme, y la que
expresan, ni a las visibilidades que la completan”, es decir, que no piensa: ¡"Que kilombo"!
preexiste a la distribución de lo que se dice y lo que se hace. Si, por ¿Otra vez? Si, otra vez nos encontra-
mos con un acontecimiento que nos
hace sentir al borde. Porque vamos a
decir la verdad: amigos o enemigos,
se murio el tipo junto al cual salimos
del largo historial de la crisis. Y se
murió justo el día en que nos pone-
mos a sacar cuentas. ¿Cuantos
somos? Uno menos. ¿Se habra llega-
do a censar Nestor Kitchner? Menudo
palo para el Inconciente Colectivo de
la Patria. Hoy aqui, mañana quien
sabe. ¿Cuantos argentinos mas esta-
rán sintiendo esto? En esta capital del
psicoanalisis, cuántos mas sienten
miedo. Miedo a una mujer sola en el
gobierno. Miedo a una mujer sola.
Miedo a una mujer. Miedo.
Ahora vendran los homenajes, y se
dirán tantas cosas buenas y malas, y
los opinadores tratarán de ganarse el
mango como siempre. Dirán que a
los buenos se los lleva Dios y a los
Menem te los dejan para que te jodan.
Y dirán !!"Viva el infarto"! y que se
volvió a morir Peron y a Cristina le
buscarán un López Rega. Y le pediran
que demuestre lo contrario. O que
haga honor a la memoria. Y aparece-
rán los ayudadores de siempre dicien-
do "pobre mujer", olvidando que ni es
mujer ni es pobre. No es mujer por-
que ser mujer es nada más que un rol.
Vea quien así lo quiera en el dicciona-
rio de la lengua: la palabra "mujer" no
es sinónimo de "ser humano", y no es
por el rol "mujer" que la Señora
Cristina Fernandez ejerce la
Presidencia de la Nación. Tampoco es
"pobre" porque entre todos le paga-
mos un sueldo por su trabajo y por
tal, tendrá que seguir laburando. No
de mamá de los pobres huerfanitos, ni
de viuda de procer, sino de Primera
Mandataria. Y va a poder, siempre y
cuando le respetemos el duelo, como
a cualquier otro ser humano cuando
pierde su pareja, y siempre y cuando
no le pongamos palos en la rueda (no
nos pongamos palos en la rueda)
Esta, como cualquier otra crisis,
puede ser una oportunidad para
demostrar que somos un pueblo adul-
to, capaz de elaborar nuestras diferen-
cias sin cerrarle la ventana a los vien-
tos de la vida, aceptando que también
nos traerá a su debido tiempo el fin. El
fin para cada uno de nosotros, no
para esta Patria, tan llena de pibes.
Esos pibes que, ahora mismo, nos
están censando.
Campo Grupal / 3
Maurizio Lazzarato
en la Argentina
Las Cátedras I de Teoría y Técnica de
Grupos y de Introducción a los Estudios de
Género, informan que este año el II
Congreso Internacional de Investigación y
Práctica Profesional en Psicología, XVII
Jornadas de Investigación y Sexto
Encuentro de Investigadores en Psicología
del MERCOSUR se realizará los días 22, 23
y 24 de noviembre de 2010 en la sede de
Independencia (Av. Independencia
3065) de la Facultad de Psicología de la
UBA; y contará con importantes invitados
internacionales, entre ellos, Maurizio
Lazzarato.
Dentro de dicho congreso realizará
una Conferencia Central: “Capitalismo y
producción de subjetividad”, el miércoles
24 de noviembre a las 19.15 hs. en el Aula
Mayor de la Facultad de Psicología de la
UBA.
También participará de un Simposio
Internacional: “De las sociedades discipli-
narias a las sociedades de control: dimen-
siones sociales, filosóficas, políticas y
clínicas”. Será coordinado por la Dra. Ana
María Fernández participando como pan-
elistas el Prof. Mauricio Lazzarato, el Dr.
Osvaldo Saidón y la Lic. Felisa Santos. Se
desarrollará el mismo miércoles 24 de
noviembre 17.30 hs.
Asimismo, el miércoles 24, 15.30 hs., en el
salón Audiovisual, presentará “ASSAM-
BLAGES”, un material audiovisual produc-
to del proyecto de investigación que ha
realizado junto a Ángela Melitopoulos,
sobre el filósofo y psicoanalista Félix
Guattari y su práctica revolucionaria,
psiquiátrica y política.
El Prof. Lazzarato es sociólogo y filósofo
italiano, actualmente residente en París. Ha
sido uno de los miembros fundadores en
Francia de la Revista “Multitudes” e inte-
grante de su comité editorial, donde ha
compartido espacio con autores como el
conocido filósofo italiano Toni Negri. En
dicha revista se realizan investigaciones y
notas sobre las mutaciones vigentes en
torno al arte, la economía y la política, el
capitalismo cognitivo, el bio-poder y los
movimientos “postsocialistas”.
Los trabajos de Mauricio Lazzarato han
tomado el sesgo de una perspectiva crítica
con vistas a la transformación social
enmarcada en el pensamiento contem-
poráneo con el objetivo de re pensar la
práctica política y las producciones de
subjetividad. A partir de los aportes de M.
Foucault, Deleuze, Guattari, Michel de
Certau, Negri, ha avanzado en las concep-
tualizaciones de bio-política,bio-poder,
acontecimiento, multiplicidad. Ha investi-
gado distintas modalidades de resistencias
colectivas al paradigma neoliberal (como
el conflicto de los intermitentes en
Francia). Sus aportes a la teoría del bio-
poder constituyen toda una “ontología del
presente”
Ha escrito también sobre cine, video y
nuevas tecnologías de producción de imá-
genes.
Sus obras más destacadas son. Lavoro
inmateriale e soggetivita (“Trabajo inmate-
rial y subjetividad”, 1997) publicado en
francés en Futur Antérieur, nº 6, París,
1991; y en italiano en DeriveApprodi, nº 0,
Roma, 1992. Recopilado en Maurizio
Lazzarato, Lavoro immateriale. Forme di
vita e produzione di soggettività, Ombre
Corte, Verona, 1997. Traducción castellana
de Raúl Sánchez Cedillo, publicada origi-
nalmente en
<http://www.nodo50.org/cdc/Trabajoinmat
erialysubjetividad.htm>; Videofilosofía,
percezione e lavoro nel post-
fordisme(1997); Puissances de ‘inven-
tion (2002); La psychologie économique
de Gabriel Tarde contre l’economique poli-
tique (2002).
Su libro traducido al castellano y actual-
mente en circulación se denomina Políticas
del acontecimiento, Ed. Tinta Limón, Bs
As, 2006. Este libro ha sido el resultado de
cinco seminarios brindados en la
Università Della Calabria.
Su último libro, recientemente publicado
en Francia es Experimentations Politiques,
Ed. Ámsterdam, París, 2009.
Campo Grupal / 4
nuestra parte, aplicamos esta nueva distribución de lo discursivo y
lo no discursivo, de lo visible y de lo enunciable a las instituciones
de constitución, de gestión y de control del desempleo, y si tratamos
de clasificar sus funciones tal como el movimiento de los emplead-
os temporarios del espectáculo [intermittents] las ofreció a la luz a
través de su acción y su movilización, obtenemos entonces esta dis-
tribución.
La forma del contenido está constituida por los dispositivos (la
ANPE y los ASSEDIC, que distribuyen las asignaciones de desem-
pleo2) que inscriben, fichan, controlan, convocan, distribuyen las
asignaciones, deciden las radiaciones y las sanciones, organizan el
seguimiento (entrevista, dossier, formación), etcétera, de los desem-
pleados.
La sustancia del contenido está constituida por los “desemplead-
os”, que son gerenciados según dos lógicas diferentes: como “suje-
tos de derecho” y como “individuos vivos”, como “ciudadanos” y
como “gobernados”, es decir, como una población.
Los dispositivos materiales utilizan “tecnologías humanas”, pro-
cedi- mientos e instrumentaciones para ejercer sus funciones de
clasificación, control, represión e incitación, solicitación y some-
timiento. estas “tecnologías humanas” son a la vez disciplinarias, o
de seguridad, y también tecnologías para las conductas de las almas
y tecnologías de construcción de sí. La “expresión”, como el con-
tenido, también tiene su forma y su sustancia. la “forma de expre-
sión” está constituida por un conjunto de agenciamientos, de dis-
positivos de enunciación múltiples y heterogéneos. Los enunciados
y sus funciones son de naturalezas muy diferentes: el Parlamento
enunciador de las leyes (en este caso, el derecho del trabajo y de la
seguridad social), el Unedic de las normas, los ANPE y los assedic
de los reglamentos, las universidades de las categorías y de las clasi-
ficaciones científicas, los medios masivos de las opiniones y de las
definiciones no científicas, los expertos en juicios específicos sobre
la materia. La “sustancia de la expresión” está constituida por la
proliferación de discursos, enunciados, categorías, opiniones,
juicios. En nuestro caso, los objetos de enunciación son el “desem-
pleo”, el “empleo”, el “trabajo”.
Repito que la utilidad de esta nueva distribución reside en el he-
cho de no considerar la “expresión” como ideología, representación
superestructural que significa el “contenido”. La expresión dispone
de dispositivos, de una organización y de una división del trabajo,
como una universidad, un diario, un canal de televisión, una empre-
sa consultora, etcétera.
El desempleo, el empleo, el trabajo, no son realidades “naturales”
que tienen una existencia objetiva, una existencia en sí que preexi-
stiría a las instituciones que se supone que los regulan. Desempleo,
empleo y trabajo son el resultado de una construcción que se realiza
en el cruce de dispositivos que enuncian la ley, la norma y la opinión
con otros dispositivos que producen categorías “científicas” y con
otros más que gerencian y controlan las conductas y los compor-
tamientos de los individuos. en los extremos de las prácticas discur-
sivas y de las prácticas no discursivas podemos comprender el
desempleo, el empleo y el trabajo como “efectos globales”, “efectos
masivos” de una multitud de procesos que se apoyan unos en otros.
El “desempleo” no es en principio una categoría económica o, para
decirlo de otro modo, lo económico debe ser comprendido de entra-
da como un conjunto de actividades reguladas.
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El acento es el que convence y no la palabra. Delphine-Gay de Girardin
¿Reguladas por quién y por qué? Reguladas por la ley, pero tam-
bién por las normas, las costumbres, los saberes, las prescripciones
religiosas, mediáticas y culturales, por una multiplicidad de dispos-
itivos, etcétera. las actividades económicas son actividades regu-
ladas por diferentes técnicas y procedimientos, por diferentes
saberes y modos de enunciación, como lo hemos definido anterior-
mente en nuestra distribución cuatripartita.
Dicho de otro modo, hay que cuidarse de pensar que hay, como
nos lo sugieren Marx y los economistas, una “realidad propia y sim-
plemente económica del capitalismo, o del capital y de la acumu-
lación del capital”, que las leyes, las normas y los dispositivos no
económicos deberían luego regular. El capital no tiene una lógica
propia, leyes autónomas e independientes que deberían limitarse y
controlarse a través de los derechos, la opinión y los saberes. El cap-
italismo no tiene existencia histórica si no es dentro de un cuadro
institucional y de reglas positivas (legales y extralegales) que con-
stituyen su condición de posibilidad.
El proceso económico y el cuadro institucional “se llaman uno al
otro, se apoyan uno al otro, se modifican uno al otro, modelados en
una reciprocidad incesante” (Naissance de la biopolitique, p. 169).
Me parece que el análisis de la acumulación del capital, de la
mundialización, todavía se hace desde un punto de vista “eco-
nomicista”. Lo mismo podría decirse de las divisiones y los con-
flictos.
Lo hemos visto en el ejemplo de la gestión del mercado de traba-
jo. las divisiones, los clivajes, las diferenciaciones son fractales más
que dualistas. Incluso pasan al interior de las antiguas divisiones de
clases y hacen a muchas de ellas, de este modo, inoperantes desde
el punto de vista político. Tenemos la costumbre de pensar mediante
dualismos. El pensamiento de la multiplicidad, sobre todo en políti-
ca, es más raro. La inteligibilidad de un dualismo, de una división
binaria, como por ejemplo la “lucha de clases”, reside en un cues-
tionamiento que podemos fácilmente hacer remontar a Foucault y a
Deleuze-Guattari: ¿cómo se componen los efectos globales, cómo
se constituyen los efectos masivos a partir de las situaciones locales,
específicas, particulares?
Para intentar responder a esta pregunta, hay que partir de una mul-
tiplicidad de procesos extraordinariamente diferentes y mostrar a
continuación cuáles han sido los fenómenos de “coagulación, de
apoyo, de refuerzo recíproco, de puesta en cohesión, de integración”
de estos elementos heterogéneos. Los efectos globales, los efectos
masivos (la mundialización, los grandes dualismos de clases, el
imperio) no son el origen o la causa de lo que pasa, sino un resulta-
do. Existe toda una serie de preguntas y de problemas que corremos
el riesgo de obviar si no hacemos nuestra la lección de la filosofía
de la multiplicidad: los “efectos de poder” de los dispositivos
económicos y sociales (del asalariado y del estado de Bienestar),
Los efectos de poder de las prácticas discursivas, las restricciones y
las libertades implicadas en las relaciones de poder y de saber, los
dispositivos de sometimiento, pero también de subjetivación, la
dinámica estratégica y acontecimental del conflicto. Y, sobre todo,
la relación entre lo micro y lo macro, la relación entre la dimensión
molecular y molar que, en la acción política contemporánea, asume
una importancia particular que todavía, a pesar de que mayo del 68
pasó por aquí, es desconocida o despreciada.
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Un análisis de la subjetividad colectiva durante 2008 MEDIAS TINTAS
De la expectativa Raúl Sintes
raulsintes18@hotmail.com

al conflicto Nefasta influencia en el comporta-

miento de los colectivos (humanos)

A mí me faltaban 4 paradas para bajar-

me cuando subió una anciana que le
habló al chofer en voz baja. Él asintió
Fernando Fabris, Silvia Puccini durante 2008.2 con la cabeza y se puso de pie, cedién-
fernandofabris@datamarkets.com.ar El conflicto entre el Gobierno Nacional y las Organizaciones dole su lugar. Después se dio vuelta,
agrarias, a raíz de las retenciones móviles, activó una tensión social nos enfrentó, y dijo:

E
n el número anterior de Campo Grupal expusimos los prime- que se caracterizó por su intensidad y la diversidad de sectores y -La señora escuchó en la tele que la
ros resultados del proceso de construcción de un Modelo de ámbitos sociales sobre los que opero. El conflicto recorrió escena- libertad es la única, entre todas las
Análisis de Emergentes Psicosociales, elaborado a partir de la rios tan diversos como los del espacio público, la mesa familiar y ideas de la razón especulativa, cuya
perspectiva teórica de Enrique Pichon-Rivière. Con ello apuntába- los vínculos más cercanos. posibilidad sabemos a priori, aunque
mos a responder a la pregunta de cuáles son las características de Apareció por entonces una situación de conmoción y en cierto sin comprenderla, porque es condición
un Modelo de análisis de los emergentes psicosociales fundamenta- sentido también de confusión, favorecida por la acción de algunos de la ley moral –en ese momento tuvo
do en el Esquema Conceptual Referencial y Operativo (ECRO). medios de comunicación que intervinieron en la dirección de incre- que aferrarse de apuro a los pasama-
Para responder a ese interrogante tuvimos que ocuparnos de deli- nos porque el colectivo arrancó muy
mentar la tensión que se había desencadenado. rápido, a los tirones, –Y yo estoy de
mitar la perspectiva filosófica y metodológica, y considerar las téc- Los entrevistados señalaron como referentes de los polos del con-
nicas y procedimientos de recolección y análisis de datos con- acuerdo -concluyó.
flicto a las figuras de la presidenta Cristina Kirchner por un lado y -¿Y por eso usted le permite...?
gruentes con la perspectiva teórica elegida. Elaboramos un guión de los líderes De Ángeli y Cobos por el otro. Agregaron que la situa- –empezó a cuestionarlo, jadeante, una
entrevista en base a ejes de investigación inferidos y construidos a ción argentina no fue ajena al contexto latinoamericano. Dijo una gorda que había subido con gran
partir del marco teórico. Este guión de entrevista así como el entrevistada al respecto: “En Argentina el paro del sector patronal esfuerzo trayendo en brazos, para con-
Modelo de Investigación de Emergentes Psicosociales fueron pues- del campo, en Bolivia la crisis con los separatistas y el triunfo de seguir un asiento, a un chico de unos
tos a prueba por primera vez en 2008, oportunidad en la cual se uti- Evo en el referéndum, en EEUU las elecciones que dieron el triun- 13 o 14 años. No terminó la frase por-
lizaron, además de la entrevista semiestructurada, otras técnicas fo Obama.” que el vehículo dobló a gran velocidad
como el análisis documental, grupos operativos de investigación, Los sujetos entrevistados percibieron “un torbellino, por momen- y el muchacho se le resbaló de los bra-
talleres creativos de investigación, entrevista a informantes clave, zos y salió volando por una ventanilla
tos sin dirección”, la sensación de estar “invadidos” y con “dema- abierta. Muchos no habíamos podido
análisis bibliográfico e informaciones asistemáticas obtenidas en la siada información”. Otros refirieron “mucha tensión entre los dis-
práctica clínica y pedagógica. aún sobreponernos a esa pérdida,
tintos estratos sociales” y “la sensación de que esa tensión iba a cuando comenzó una áspera discu-
Este Modelo de análisis focaliza la consideración de hechos suce- explotar”. Cuando les preguntamos a cual otra época podía referir- sión.
didos en un año calendario, enmarcados en el proceso socio-histó- se el conflicto actual, surgieron distintos tipos de respuesta. -¡Amigo! ¡No tenés derecho a forrear-
rico y la vida cotidiana de la cual son parte estos hechos. Se inves- Un primer grupo lo refirió a los años 2001 y 2002 aunque desde nos citando casi textualmente a Kant!
tiga cuál o cuales fueron los signos característicos de un determina- dos miradas distintas. Por un lado por la conflictividad social y el –le espetó al ex conductor un robusto
do año, enumerando para ello los acontecimientos y las ideas que enfrentamiento y por el otro, por la sensación de que tanto en el joven con gorro de visera y un jean
parecieron tener mayor significación y resonancia y que se piensa 2008 como en el 2001 lo fundamental era el carácter anómico de la enorme que le dejaba al aire la mitad
la van a tener en el futuro. Es decir que nos interrogamos acerca de situación. de las nalgas.
los que pasó ese año desde el punto de vista de los emergentes psi- -¡Hobbes dice que está permitido todo
Quienes subrayaron la situación de enfrentamiento refirieron a la lo que se puede! –gritó un emo, triste
cosociales, la vida cotidiana y el proceso social. ¿Cómo fue vivido
y pensado ese año? ¿Cómo se proyecta hacia el pasado y el futuro pero estentóreo. En ese momento, un
buen número de pasajeros empezó a
inmediato? rodar de un lado a otro porque el
El sentido de construir un modelo de análisis de emergentes es
desarrollar instrumentos de análisis de la dimensión subjetiva de la Centro colectivo había subido a la vereda y se
desplazaba por ella, zigzagueando a
vida social cotidiana (la subjetividad colectiva) que tengan una vali- gran velocidad para esquivar a los
dez y eficacia similar a la que tienen los instrumentos clínicos y
pedagógicos con que operamos en nuestras prácticas diarias. Este
PsicoSocial transeúntes. Antes de caer del asiento
y salir despedido por el vidrio trasero
tipo de análisis es aún hoy, en gran medida, un irresuelto desafío
metodológico. A diferencia de la pericia con la que quienes pertene- Argentino del vehículo, llegué a escuchar voces
confusamente mezcladas, de distintas
cemos al campo “psi” analizamos una situación clínica o un proce- intensidades de sufrimiento.
Asociación Civil -No nos inclinamos por algo porque lo
so grupal, e incluso un problema institucional o comunitario, es Personería Jurídica: 1772728/57422 consideremos bueno, sino que, por el
poco frecuente encontrar un análisis de la subjetividad colectiva que Resolución Ministerial: 01198/06 contrario, lo consideramos bueno por-
transcienda claramente la mera opinión. Aún más: el análisis de la -Institución de Salud Mental que forma parte del Plan estratégico de Salud del Gobierno que nos inclinamos por ello –dijo
vida social, con énfasis en su dimensión subjetiva, es un verdadero de la Ciudad de Buenos Aires. alguien, -¡Pero no te inclines tanto
desafío también para las demás disciplinas sociales. ROAD: 4589/06 sobre mí, pelotudo, que me aplastás la
En el camino de cumplir con estos requisitos y conscientes de no Director: Prof. Daniel Gonzalez (Psicólogo Social) cabeza –protestó otro, medio ahogado,
haber llegado al logro del objetivo que nos proponemos, nos pare- -el Ser se dice en múltiples sentidos de
ce pertinente y provechoso compartir los primeros frutos del proce- lo que se dice! –insistió el primero. -
so de construcción del modelo y los análisis que a partir del mismo DEPARTAMENTO ACADEMICO Tenemos que acceder al segundo
venimos realizando. Para más información sobre las características género de conocimiento, no podemos
de este Modelo de análisis puede consultarse Fabris, F.; Puccini, S.;
Cambiaso, M. (2010).
Pasamos entonces a exponer algunos de los resultados de la
Marzo 2011 seguir condenados a este azar de los
encuentros –dijo una señora al ser
arrastrada violentamente por un infor-
me revoltijo humano.
investigación sobre los emergentes psicosociales de la Argentina Cuando desperté pude entrever a
OPERADOR SOCIOTERAPEUTICO varias personas vestidas de blanco que
manipulaban tubos dentro de mí.
FORMACION INTEGRAL DE ARTETERAPIA EN DROGADICCION -¡La culpa de todo esto la tiene la tele!
–dijo una de ellas, rabiosa por tener
Integración de las diversas formas comunicacionales y expresivas que trabajar tanto.
PLASTICA – MUSICA – LITERATURA – TEATRO – DANZA -¡En todos los programas pasan los
quilombos y conventillos entre los
ACOMPAÑANTE TERAPEUTICO mediáticos de Spinoza y los de Kant!
Modalidad teórico – vivencial. ¡Es una vergüenza! –resonó, áspera,
otra voz.
Fundamentación desde los enfoques -¿Llamamos a un sacerdote? –pregun-
neurobiológico, psicológico, tó un tercero.
sociocultural e histórico. DURACION 5 MESES - El gran secreto del régimen monár-
quico, su interés profundo, consiste en
Dirigido a profesionales y estudiantes Los certificados son OFICIALES engañar a los hombres disfrazando
con el nombre de religión el temor con
avanzados de Salud – Arte – Educación y con salida laboral. el que se les quiere meter en cintura,
de modo que luchen por su servidum-
Se requiere entrevista de admisión Todos los cursos tienen articulación bre como si se tratase de su salvación
–pude balbucear, con mucho esfuerzo.
Presidente Dr. Carlos Caruso
con la Universidad CAECE
Vicepresidente Dr. José Shliapochnik
Coordinadora docente Lic. Judith Mendelson
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El amor es así, como el fuego; suelen ver antes el humo los que están fuera que las llamas los que están dentro. Jacinto Benavente Campo Grupal / 5
 CORPOGRAFIAS
Carlos Trosman
carlostrosman@gmail.com
La escena transcurre en 1972. El adoles-
cente cuenta la historia cada vez con
más excitación y exaltación. Hace gestos
grandilocuentes y camina como enjaula-
do en un espacio pequeño. Viene a estu-
diar inglés, pues concurre a un presti-
gioso colegio bilingüe con nombre de
santo de la zona norte y tiene exámenes
que rendir. Pero en el momento de la
pausa, del recreo, se suelta con el cuen-
to que, por lo visto, le pesa en la con-
ciencia. -“Era un ‘nuevo’, uno de esos
tontos de primero. Recién entran y no
conocen las reglas. Se creen vivos.
Nosotros ya estamos en cuarto y somos
más grandes, tenemos más experiencia.
Así que lo agarramos como ejemplo
para que sepan quién manda en la
escuela. Lo molimos a piñas entre
varios en el baño de la escuela y des-
pués lo llevamos arrastrando a los ves-
tuarios y lo colgamos de una percha.
¡Cómo pataleaba! Y encima lloriqueaba.
Fue entonces que el ‘Mono’ encontró
una goma como una cámara de bicicle-
ta, que se estaba fundiendo contra la
caldera. La agarró y empezó a revolearla
y a pegarle al pendejo en las piernas.
¡Cómo gritaba! La goma derretida le
quedaba pegada a la piel. Todavía debe
tener las marcas. Ja ja ja ja.”
Al llegar a este punto, el adolescente
soltó la carcajada crispada por los ner-
vios.
Fue entonces que mi amigo Felipe tuvo
una idea genial: fue corriendo al baño y
trajo el espejo y se lo puso al pibe frente
a la cara. Cuando vió su rostro riendo en
el contexto de lo que contaba se angus-
tió y comenzó a desesperarse. Pasó de
la risa a convulsionarse por el llanto.
Recién después de un rato pudo hablar
de lo que le pasaba.
Él también había sido “iniciado” en su
momento y ahora seguía a la patota del
“Mono”. Había pasado de víctima a victi-
mario. Trasladaba las marcas que había
recibido en su cuerpo al acto de marcar
el cuerpo de otros, como si de este
modo, en la naturalización del hecho de
marcar a los “nuevos” con la ley del
más fuerte, se diluyera si angustia por
haber sido marcado. En la repetición del
momento traumático, esta vez como vic-
timario, había un intento de reforzar la
convicción de que no había otros cami-
nos posibles, que estaba haciendo lo
único que era posible hacer: someterse
en cuerpo y conciencia a la patota. Pero
la visión de su imagen, crispada en una
carcajada angustiosa en el espejo mien-
tras contaba la terrible vejación que
había cometido (aún terrible para su
conciencia a pesar de todo), quebró esa
naturalidad, hizo aflorar otras marcas,
denunció que otras direcciones eran
posibles en su vida y lo llenó de culpa.
¿Qué habrá sido de este muchacho des-
pués? No lo sé. Nunca volvió a seguir
con sus clases de inglés.
Recordé esta anécdota cuando leí en el
“pirulo de tapa” del diario Página 12 del
domingo 24 de octubre de 2010 que
“Tres penitenciarios bonaerenses fueron
condenados a tres años de prisión y
cinco de inhabilitación por el ‘rito de ini-
ciación’ que le hicieron a un compañero
nuevo el año pasado en el penal de
Melchor Romero. El nuevo guardia fue
esposado a una ventana, le colocaron un
casco y una máscara de gas, le afeitaron
los genitales, se los rociaron con alcohol
y se los prendieron fuego. Mientras gri-
taba, le ponían una escopeta en los glú-
teos y lo fotografiaban. La defensa de
los condenados dijo que el rito era “para
templar el carácter” . Otra vez la natura-
lización de la violencia, como lo
demuestra el argumento de la defensa.
Marcar los cuerpos con fuego como lo
hacían los nazis, marcando seres huma-
nos como animales, “naturalizándolos”.
Por lo menos aquí se aplicó la ley, lo
que instala otras marcas y, espero, otra
pedagogía que respete las individualida-
des de los cuerpos y las personas.
Campo Grupal / 6
“conflictividad, con la diferencia que en ese año los reclamos los
realizaban los sectores más desprotegidos y en este lo realizaron los
que defendían ganancias extraordinarias con las exportaciones”
(Luis, 47). Quienes subrayaron lo anómico de la situación dijeron
“En los últimos meses se puede comparar con la sensación de caos
de diciembre de 2001”. (Sonia, 54) y también que en ambas fechas
“no se priorizaban las necesidades sociales” (Susana, 30).
Un segundo grupo lo comparó al año 1976 e incluso 1955, aun-
que nuevamente aquí, desde ángulos distintos: unos veían un clima
pre-golpista y otros consideraban que se estaba viviendo “como si
fuese una dictadura”.
Un dato interesante es que un tercer grupo consideró lo que suce-
día en 2008 como algo nuevo y original. Se dijo: “No le encuen-
tro comparación, nada que ver con el cacerolazo, no es lo mismo”.
(Natalia, 20). “No sé, con ninguno, no sé, el 2001 era mucho peor”
(Juan, 40). “No tiene comparación con otro tiempo”. (Gustavo, 41).
“Es un momento donde hay cosas nuevas… a veces me emociona
porque siento que estoy en un momento como cuando algo va a
romperse y va a transformarse en otra cosa... (Soledad, 32).
Los entrevistados coincidieron en la sensación de estar viviendo
momentos de sufrimiento: “incertidumbre”, “inseguridad”, “dificul-
tad”, “insatisfacción”, “desánimo”, “abatimiento”, “pesimismo”,
“angustia”, “enojo”, “miedo”, “descreimiento”, “depresión”, “ata-
que”, “falta de estabilidad”, “decepción”. Por otro lado y al mismo
tiempo se registró un significativo optimismo acerca de la resolu-
ción de los conflictos y una expectativa positiva respecto del futuro;
un optimismo moderado pero optimismo al fin. Se afirmó “creo que
vamos a ir caminando muy lentamente hacia un país un poco más
justo“(Luis, 47). “Vamos a salir de este despelote, no hay que des-
animarse”. (Juan, 40). “Creo detectar rayos de luz en algunas acti-
tudes de la gente, en algunas medidas de gobierno” (Mirta, 66).
¿Cómo se articula la percepción de un 2008 de tensión y sufri-
miento con una imagen esperanzada del futuro y la creencia en una
solución positiva de los conflictos actuales?
Es probable que haya intervino aquí la vivencia de estar en un
momento de inflexión. La tensión y el sufrimiento referida por los
entrevistados parece ser la propia de un momento de crisis pero tam-
bién de cambio y transición hacia una situación nueva, un momen-
to de expectativa, de cierta perplejidad y crisis, aunque también de
construcción de una nueva identidad.
El optimismo respecto del futuro aparece condicionado a la exis-
tencia efectiva de la participación social; en este sentido puede con-
jeturarse un grado mayor de conciencia del propio papel (colectivo
e individual) en la construcción de la historia social y política.
“El futuro es por momentos incierto pero esto cambia al ver la
necesidad de ‘hacer’ de algunas personas…se vuelve promisorio
pensando en una participación colectiva, activa, desde mi lugar”.
(Nelly.41). “La necesidad consciente, caminar en un reencuentro.
Sin tanto individualismo”. (María, 45). “Participación popular, acti-
va y critica”. (Mariana, 38). “Promover organización de base de
todos los sectores, impulsando un planeamiento estratégico partici-
pativo.” (Ariel.66). “Retomar y recrear experiencias y espacios de
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El conocimiento se adquiere leyendo la letra pequeña de un contrato; la experiencia, no leyéndola. Francis Bacon
participación lo veo como imprescindible”. (Mariela.42).
Es probable que además de la necesidad de participación en lo
público, redescubierta desde antes del 2001, haya jugado un papel la
vivencia de tener un lugar en los acontecimientos. Por otro lado el
optimismo existente (de tipo mesurado y no exitista) puede deberse
también a la innegable reconstitución del sistema de representacio-
nes políticas, ahora contradictorio y conflictivo, pero no ausente
como en años anteriores, lo cual es probable que cause cierto alivio
subjetivo a una parte de la población. Para la mayoría se trataba
ahora de que se vaya “una parte” no del “que se vayan todos”, pro-
pio de los años anteriores.
En otro sentido cabe considerar que un grado mayor de salud
mental no presupone de por sí menos sufrimiento. Hay momentos
en que por lo contrario, la salud mental presupone ese sufrimiento,
relacionado a la elaboración de la pérdida de una ilusión protectora.
Es también evidente que no estamos en una época en la que exis-
tan expectativas de cambios sociales rápidos y radicales, sino más
bien de transformaciones sociales importantes pero graduales. Si
bien todos los factores mencionados son relevantes, consideramos
que el nombrado en primer lugar es el más importante. Nos referi-
mos al papel que los entrevistados adjudican a la participación
social y comunitaria, entendiendo que esta participación puede inci-
dir en el curso de los acontecimientos.
Otro ítem de la entrevista apuntaron a indagar cómo los sujetos
percibían la historia reciente: “De 50 años a atrás hasta ahora todo
se fue degradando” (Natalia, 20). “Vamos en bajada, en picada
decadente…desde el 90 hasta ahora es decadente” (Juan, 40.)
“Entonces es un país armado de esa manera, con esperanza pero con
mucha tristeza”. (Soledad, 32). “Un rompecabezas que no termina
de armarse, hay piezas que faltan y no se encuentran (Nelly, 41).
“Una historia joven de sucesivas luchas necesarias que no llegaron
a resolverse”. (Damián, 19).
Más allá de los matices hay coincidencia que en el 2008 se pro-
dujo una inflexión. Desde el campo de la política y del periodismo
se remitió esa inflexión a un supuesto “fin del kirchnerismo” que los
acontecimientos posteriores se encargarían de desmentir.
En los entrevistados la referencia fue la sensación de estar vivien-
do un estado de cambio, de crisis y de movimiento. De estar tran-
sitándose un momento de transición, de expectativa, trance, inse-
guridad y crisis, de construcción de una nueva identidad.
Consideramos que durante el año analizado se produjo una infle-
xión y reconfiguración del tipo de subjetividad colectiva predomi-
nante. Cabe aclarar que esta subjetividad colectiva está constituida
por los denominadores comunes de la subjetividad de cada uno de
los individuos que viven un mismo tiempo y espacio social.
Constituye una dimensión fundamental del proceso social e históri-
co, siendo producida a la vez que productora de la praxis social. No
se trata de ningún tipo de entidad transhistórica. La subjetividad
colectiva puede ser, como todo otro tipo de subjetividad, creativa o
estereotipada, meramente conservativa o crítica y trasformadora.
Sus componentes, o la relación entre los mismos, pueden describir-
se por medio de categorías como integración, disociación, fragmen-
tación, ambigüedad y/ó colapso.
El antagonismo de perspectivas alrededor de ciertos puntos en los
entrevistados, la vivencia general de estar en un momento de infle-
xión, el poder separar el sufrimiento vivenciado del optimismo que
mencionamos, así como otro indicadores, nos lleva a considerar que
durante 2008 se instaló o reinstaló un modo de funcionamiento sub-
jetivo: la disociación. Pero no se trata de una disociación patológi-
ca, mera defensa de angustias personales y sociales: se trata de una
disociación operativa e instrumental, es decir constructiva.
¿Cómo puede constituir la disociación una característica cons-
tructiva y por lo tanto positiva de la subjetividad?
Hagamos un poco de historia. Los años noventa se caracterizaron,
desde el punto de vista que aquí subrayamos, por la fragmentación
subjetiva y vincular (P. de Quiroga, A., 1998; Fabris, F. 2002).
Fueron años de vulnerabilidad y fragilidad subjetiva, donde se cons-
tituían identidades devastadas por la aplanadora neoliberal que qui-
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 Epifenómenos
Carlos A. Solero
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Jóvenes epifenómenos de una

sociedad desquiciada y en crisis, por-
tadores de un inmenso e insoluble
vacío existencial. Socializados en la
competencia feroz.
Hijos de las elites rapaces y preben-
darias. Entrenados en el consumismo
taba los más mínimos apoyos sociales. a un avance político, en tanto retomó contradicciones históricas y y en la trepada. Seres emblemáticos
Del otro lado encontraban estímulo subjetividades patológicas sociales reales. Pero también dio lugar a un avance psicológico en de una etapa tanática y perversa.
como el falso self, la psicopatía y diversas formas de perversidad tanto se instaló una disociación operativa que pudo constituirse Con codos firmes para ascender
narcisística en sujetos que sirvieron como ejecutores de la política superando la fragmentación de los noventa y también el carácter desplazando a otros y mantenerse de
de “acumulación por desposesión” (Harvey, 2004). doloroso del proceso de reconstitución y revisión identitaria que se cualquier modo., considerando a las
La fragmentación y el vacío constituyeron la experiencia subjeti- había desencadenó desde el comienzo de Siglo. mayorías desposeídas y sufrientes
prescindibles y supernumerarias.
va de millones de personas. El proceso de resistencia y confronta- A partir del 2008 se constituyó una nueva oportunidad de volver
Productos potentes y patéticos de
ción con ese orden social, desde mediados de los noventa tuvo un a pasar, de otra manera, por los obstáculos que como sociedad, en una sociedad alienada y alienante.
punto de llegada en la rebelión popular del 2001. Se conformó allí circunstancias anteriores, no pudimos transitar y así avanzar en la Los observamos transitar a alta
un momento de auge del rechazo político al neoliberalismo a la vez transformación para no repetir la historia.  velocidad por las ciudades y terminar
que se gestaron y extendieron nuevos tipos de prácticas sociales y estampados como insectos contra
nuevos modos de subjetividad colectiva, las cuales no se caracteri- columnas y paredones, a veces muti-
zaban ya por la fragmentación (Fabris, 2002). Notas lan a otros seres o los aniquilan.
1 Fernando Fabris, Psicólogo Social y Lic. en Psicología, fernandofabris@data- Van en su demencial carrera
Por un lado se recobraban los puntos de apoyo, las prácticas
markets.com.ar ; Silvia Puccini, Psicóloga y Psicóloga Social, presurosos en su vértigo hacia la
colectivas y la creatividad personal y social. Aunque el derrumbe spuc12@gmail.com.
del orden previo fue para muchos un momento de colapso subjeti- 2 Los entrevistados son varones y mujeres, mayores de 18 años, pertenecientes a nada.
vo, aumentando durante 2002 y 2003 el índice de suicidios tanto sectores populares y medios de Capital federal, Conurbano e Interior de la Argentina.
como las implosiones psicosomáticas (accidentes cerebrovascula- Cabe aclarar que esta trabajo fue presentado los autores en el “XII Congreso
res, infartos cardíacos, etc.). Metropolitano de Psicología” realizado los días 1,2 y 3 de julio de 2010. Buenos
Aires. Argentina. Colaboraron en algunas instancias de esta investigación integran-
Los años que continuaron a 2003 fueron de mucho sufrimiento tes del Equipo de Investigación en Psicología clínica y Psicología social (EDIPCYS)
social y subjetivo (caracterizados por entonces como el estar en el dirigido por F. Fabris. Entre ellos M. Cambiaso, C. Domínguez-Yates, C. I. Recla,
“infierno”). Pero también fueron años de revisión y reelaboración de G. Tonnier, M. M. Álvarez, G. E. Lachowicz y M.D. Galiñanes.
la historia social y personal, cuestión de la que fue un signo el que
los textos de historia pasaran a ser los bestsellers del momento. La
reconstrucción de lo dañado en las últimas décadas (durante los
noventa pero también desde la dictadura de 1976, y aún antes, desde
la década de los cincuenta según señalaron los entrevistados) se pro- ASOCIACION GESTALTICA
dujo gradualmente, permitiendo la reconstitución de una subjetivi- DE BUENOS AIRES
dad más integrada o por lo menos tendiente a la integración. Este 1980- 30 AÑOS -2010
proceso de reconstitución (es muy significativa la enorme produc-
Presidente: Lic. Fernando Bianchi
ción cultural de los últimos años) dio lugar a una subjetividad que
adquirió cierta profundidad existencial y una mayor conciencia his-
tórica o situada, como quiera ser expresado. En el marco de ese for- TALLERES ABIERTOS A LA COMUNIDAD
talecimiento es que se creó una disociación que, como fue plantea- (Inscripción telefónica previa)
do, es de tipo instrumental y creativa.
Siempre que hay disociación operativa es porque hay cierto punto 13 de noviembre: Descubrir y Potencializar Nuestros Recursos.
de apoyo. Este apoyo está dado por la presencia de una estructura 27 de noviembre: Vínculos Envolventes.
psíquica pero también una estructura vincular y social que permite
o da lugar a la aventura del contacto con la realidad (sin tanta ilu-
sión), al hacerse cargo de la historia social y personal, sobre todo de
sus aspectos más destruidos. Es decir que, dicho en otros términos,
ESCUELA DE FORMACION
hay que estar bastante bien para disociarse operativamente y no sólo
como defensa desesperada de determinada realidad externa o inter-
EN GESTALT
na angustiante. Mariana (38) lo dice en estos términos: Area Clínica y Area Organizaciones
“Sentí división, pero positiva. Porque fue producto de participar Tres años de duración con modalidad
Abierta la
tomando posturas políticas en relación a temas importantes. de 9 convivencias anuales 828 horas Inscripción 2011
Siempre estuvo, ahora se siente con más claridad”.
Esta disociación operativa se constituyó también sobre la base de Charlas Abiertas Informativas - Coordinador
un modo distinto de vivir el conflicto, a partir del aprendizaje social Noviembre: Viernes 26 - 19 hs
de una fragilidad no tan temida y por lo tanto una menor urgencia Diciembre: Viernes 17 - 19 hs
en Psicodrama
de certezas o salidas mágicas.
Sin embargo no se trata de una disociación operativa establecida - Coordinador de
fuerte y definitivamente ya que se observa la persistencia de un
ACTO CONMEMORATIVO POR LOS 30 AÑOS Recursos Expresivos
grado significativo de sufrimiento y de desestructuración y frag- DE LA FUNDACION DE LA ASOCIACION
mentación subjetiva en una parte de la población. Así y todo consi- Certificados Oficiales
deramos que el rasgo dominante está dado por esta disociación ins- 12 de Noviembre a las 18:30hs semanal/mensual
trumental y operativa, dependiente no sólo de la consistencia del en Auditorio Santa Cecilia de la Universidad
/cada 3 meses
proceso de su propia configuración (praxis), sino de condiciones Católica Argentina. Edificio San Alberto Magno,
histórico sociales sensiblemente mejores aunque también, en alguna Campus de Puerto Madero.
medida, inciertas y problemáticas.
Conclusiones Avenida Moreau de Justo 1500. CABA
El conflicto del 2008 marca un antes y un después: la intensidad
y extensión de la confrontación sugieren la presencia de un emer-
gente psicosocial ineludible: la tensión y el conflicto. Se dio enton- Informes e Inscripción:
ces un momento de inflexión no sólo política sino subjetiva, ins- Gurruchaga 1168 -C.A.B.A- 4772-9865 Instituto de la Máscara
tándose la disociación operativa como modo dominante de subjeti- agba@fibertel.com.ar agbaescuela@fibertel.com.ar buma@webar.com
vidad colectiva. www.mascarainstituto.com.ar
El 2008, aún en la exasperación de sus confrontaciones, dio lugar www.agba.org.ar Teléfonos: 4775-3135/5424

Sólo los superficiales llegan a conocerse a sí mismos. Oscar Wilde Campo Grupal / 7
El silencio

Lo invisible en la pintura, el arte,

la literatura y la filosofía de Oriente
Lo que sigue es un adelanto exclusivo de El silen- de Henry David Thoreau, el hombre que fue a los bosques para
cio, nuevo ensayo de Luis Gruss recién publicado encontrarse con su ser más secreto y primitivoi.
La trilogía clásica del taoísmo resulta de enorme importancia
por Capital Intelectual. Se trata de un capítulo para aproximarse a las nociones de vacío y plenitud que presi-
dedicado a explorar el lugar de lo invisible en la den el abordaje del silencio -visto siempre como elemento
pintura, el arte, la literatura y la filosofía de estructurante y no como algo inexistente o vago- en la pintura,
Oriente. El autor es colaborador permanente de la poesía, la música, la narrativa, la caligrafía, el teatro y aún
Campo Grupal. disciplinas físicas o medicinales como la acupuntura o el yoga.
¿No has visto que el silencio se adueña del paisaje cuando el
viento se retira y deja de sacudir las ramas? Zhuangtzi propo-
Luis Gruss ne imágenes visuales, casi pictóricas como la que resume la
lgruss@ciudad.com.ar observación precedente, y, de paso, subraya el interés por las
transiciones: el gradual pasaje de una situación de viento a otra
El valle es oscuro y hueco… de calma donde las ramas dejan de sacudirse.
Pero hace crecer todas las cosas. La filosofía china subraya el cambio de estados (la mutación)
François Cheng como un punto central de su cosmogonía. Lo dado no importa
tanto como el pasaje entre los diversos momentos de la materia.
I Esto vale para la consideración del tiempo, del arte, del amor,
de la pintura y la poesía, de la vida en todas sus manifestacio-
ma la naturaleza aborrece el vacío y no lo tolera como compo-
nente posible de lo real. El siglo XVII –con Torricelli, Pascal y
Guericke- consintió por primera vez, luego de arduas polémi-
cas, incorporar la noción de no presencia como contrapunto
necesario a la inmanencia. La pregunta principal de la metafísi-
ca es: ¿por qué hay algo y no más bien nada? Hay otra interro-
gación igualmente aguda: ¿la historia de la nada no se configu-
ra ante todo como la historia de lo denegado que sin embargo
relampaguea aquí y allá de manera episódica?iii
Resulta en principio imposible pensar que la nada sea algo. Si
fuese esto o aquello dejaría de ser lo que la define. Preguntar
entonces qué es la vacuidad resulta por lo menos insensato. La
única respuesta admisible sería el silencio, es decir, la no-res-
puesta. Cuando se presume que Dios ya no está entre nosotros
algunos optan por seguir creyendo y otros se resignan a admi-
tir, con Heráclito, que el universo es un fuego que se enciende
y apaga siguiendo una alternancia mensurable. ¿Puede extraer-
se una imagen artística de la metamorfosis que va de la nada
hacia la totalidad?

V
acío y plenitud. ¿No has visto que el silencio se adue-
ña del paisaje cuando el viento se retira y deja de sacu-
dir las ramas? La observación, que podría ser leída
como poema o aforismo, figura en uno de los diálogos pedagó-
gicos de Zhuangzi, nombre probable del más importante filóso-
fo de la antigüedad china. Vivió a mediados del siglo IV antes
de nuestra era en una época de inestabilidad política e intensa
vida intelectual. El libro que lleva su nombre consta de 33 capí-
tulos, de los cuales la crítica moderna ha dejado establecido que
se le pueden atribuir con seguridad los siete primeros. En casi
todos ellos, compuestos como parábolas muchas veces hermé-
ticas, sobrevuela una doctrina central (wu-wei) que predica la
revulsiva idea de no actuar, obrar con desapego y de acuerdo al
curso cambiante de la naturaleza. Hacia el año 300 Guo Xiang,
en su comentario del Zhuangzi, aclaró el punto: “Inacción no
significa no hacer nada y permanecer callados; es permitir que
todo haga lo que naturalmente hace, de modo que satisfaga su
condición”.
Zhuangzi (o Chuangtsé como lo anota Octavio Paz) abordó la
interacción dialéctica de términos opuestos. Lo explicó así: “No
hay nada que no sea esto. No hay nada que no sea aquello. Esto
vive en función de aquello. Tal es la doctrina de la interdepen-
dencia de esto y aquello. La vida es vida frente a la muerte. Y
viceversa. La afirmación lo es frente a la negación. Y vicever-
sa. Por tanto si uno se apoya en esto, tendría que negar aquello.
Esto posee su afirmación y su negación y también engendra su
esto y su aquello. Por tanto el verdadero sabio desecha el esto y
el aquello y se refugia en el Tao…”.
La crítica del lenguaje formulada por Zhuangzi no alcanza a
la imagen dado que ella no cumple, en sentido estricto, una fun-
ción verbal. El sabio predica una doctrina sin palabras. Su ense-
ñanza no recurre al ejemplo sino a la verdad. Los significados
primitivos se vuelven inoperantes, cree que la experiencia de
regresar a lo que somos originariamente es entrar en la jaula de
los pájaros sin ponerlos a cantar. Fan es jaula y regreso; ming
es canto y nombres**. Así la frase puede leerse como retornar
allá donde los nombres salen sobrando. Al silencio. Al mudo
palacio de lo evidente. Taoísmo y budismo zen avanzarán más
en esa línea. La meta es provocar en el discípulo el estado de
satori o iluminación, el instante que es todos los instantes. Los
maestros acudirán a las paradojas, al absurdo, al contrasentido
y a aquellas figuras que tienden a destruir la lógica, la perspec-
tiva normal y limitada. El satori consiste en penetrar la hondu-
ra del ser y aceptar la irrealidad del yo que tiende a diluirse por
distintos medios. Pero el estado de iluminación no puede ser
compartido. La doctrina de la verdad incomunicable está por
encima de los nombres y las formas. Las verdades de la ciencia
son transmisibles. La iluminación trascendental es personal y se
vive únicamente como experiencia silenciosa. De aquí que uno
de los términos sánscritos para aludir al sabio sea muni (el
silencioso): el último punto de la doctrina budista permanece
escondido y es necesariamente críptico.
Estos procedimientos pueden sonar extraños en una lectura
solitaria, iniciática y realizada fuera de contexto. Empieza a
adquirir sentido si se añaden los conceptos centrales de Laozi,
o Libro del Tao, otra obra canónica y fundamental del pensa-
miento chino antiguo junto al Libro de la perfecta vacuidad. De
alguna manera emparentados con el anarquismo moderno (o
con el pensamiento presocrático de la antigüedad griega) los
taoístas fueron considerados disolventes y antisociales. Su
defensa del hombre concreto (a diferencia de la figura abstrac-
ta imaginada por Confucio) permite identificarlos filosófica-
mente con los cínicos, los estoicos y aún los escépticos. Octavio
Paz los compara también con la visión orgullosamente marginal
nes. La fuente de estos conceptos es Laozi (nombre del libro o En la pintura china el espacio no utilizado ocupa la mayor
del autor) un probable contemporáneo de Confucio que vivió parte de la tela: la idea consiste en lograr que por ese desfilade-
entre los años 700 y 400 antes de nuestra era. Su vida y sus ro pueda pasar cómodamente una tropilla de caballos. El blan-
enseñanzas están colmadas de leyendas y parábolas donde co es funcional y está cargado de intenciones implícitas. No por
domina la prescindencia como recurso de salvación. casualidad uno de los pinceles que todavía usan los artistas de
Confucio era seguidor ortodoxo del rito y las formalidades. Oriente (conocido como feibai o blanco volador) tiene sus pelos
Laozi se movía como un carruaje empujado por el viento. Se separados de tal modo que, a la hora del trazo o pincelada,
cuenta que una vez ambos maestros se cruzaron en un camino. imprima en la tela espacios vacíos. Ellos representan la unión
El pensador taoísta atacó primero. “El hombre virtuoso, dotado de poder y levedad. Es como si la pincelada estuviera nimbada
de grandes prendas, parece un estúpido –disparó-. Suprimid del aliento primordial. “Si pintas bien la rama –ahondó el pin-
vuestra arrogancia y ambición, vuestro formalismo y lascivia: tor Chin Ning- el viento tendrá voz”.
todo ello no favorece a vuestra persona. Esto es todo lo que El papel virgen que recibe el trazo del pincel es concebido
tengo que decir sobre los ritos”ii. Tras oír esto Confucio se alejó como un recipiente o sostén originario. La íntima unión de
y le habló a sus discípulos sumido en un transe de estupor: ambos elementos alude por elevación a la fusión sexual que
Sé que el pájaro vuela, que un pez nada, que un animal anda: engendra las diez mil cosas del mundo. En China se considera
para lo que anda puedo hacer trampas, para lo que nada puedo obra maestra a aquella que se vuelve capaz de restituir las rela-
hacer sedales, para lo que vuela puedo fabricar flechas y arcos. ciones secretas entre los diversos elementos. En esa cosmogo-
En cuanto al dragón, sin embargo, escapa a mi inteligencia de nía la tinta representa una sustancia generosa. “Gracias al pin-
qué manera se eleva hasta el cielo montado en el viento y las cel se recrea el inmenso cuerpo del vacío”, precisó Wang Wei,
nubes. Después de haberlo visto hoy, pienso si Laozi no será poeta y pintor supremo de la dinastía Tang.
como un dragón. Las dicotomías vacío/lleno, presencia/ausencia, sombra/luz,
cerca/lejos, son guías fundamentales para el arte de Oriente.
Laozi basó su doctrina en vivir sin renombre, casi borrado. Se Tanto en poesía como en pintura la estética china recomienda
instaló por un largo tiempo en la localidad de Zhou, pero al ver no escindir lo exterior y lo interior de la emoción y el paisaje:
la decadencia en que se sumía el Estado se marchó. Cuando la figura debe nacer de la interacción entre esos factores.
llegó al paso fronterizo de Guan, el encargado de la defensa lo En el ajedrez chino y en un cuadro –como en toda persona-
detuvo. “Ya que vas a abandonar el mundo –le rogó- escribe un deben existir puntos disponibles. Cuantos más existan más
libro para mi provecho”. Así fue que el filósofo compuso el posibilidades habrá de ganar el juego. Lo más difícil es hallar la
Libro del Tao, cuyo comienzo es enigmático: el Tao (metáfora proporción justa. La escasez crea dispersión. La sobreabundan-
posible de camino) está oculto, no se le puede asignar nombre cia satura y obstruye. La conciencia del blanco del papel y la
alguno, no puede expresarse; si alguien lo nombra no lo cono- contención del negro de la tinta sería entonces la única vía para
ce, si lo conoce no puede decirlo; el que actúa fracasará, el que acceder al misterio y al instante que es todos los instantes. Esto
se aferra a algo lo perderá. podría resumirse provisoriamente no a través de un postulado
En el capítulo once puede leerse (según la reconocida traduc- fijo sino como una tendencia hacia lo indeterminado. El verda-
ción de Elorduy) la explicación del vacío como elemento orga- dero ser es un salto hacia el ser, la verdadera existencia se reve-
nizador que deviene del soplo o aliento primordial, otra clave la en el acto mismo de querer existir. El silencio precede y habi-
para entender la visión de los antiguos chinos. Treinta radios lita el movimiento en todas las instancias.
tiene la rueda de un carro; lo útil para el carro es la nada en
torno a la cual esos radios se sitúan. Con arcilla se fabrican las II
vasijas; en ellas lo útil es la oquedad. Se incluyen puertas y ven-
tanas para hacer una casa; los huecos le dan vida. En el ser anida No hay que imitar la vida.
el interés inmediato. Pero el no ser (lo invisible) encierra la ver- Hay que trabajar como ella.
dadera utilidad de todas las cosas. Proverbio chino
En Occidente el vacío fue negado por Aristóteles, opinión
que fue aceptada por consenso hasta la Modernidad, al punto de La pintura. La gran imagen no tiene forma, dice el libro del
acuñarse la fórmula del horror vacui; según esta noción extre- Tao. La idea sirve de título a un conocido ensayo del sinólogo
La revalorización del silencio en la vida y el arte constituye el eje central del nuevo
ensayo de Luis Gruss. Pero sus alcances exceden ampliamente ese objetivo para bifur-
carse en una amplia serie de reflexiones. Las grietas del lenguaje, las poéticas de
Oriente, los escritores que dicen por omisión, el erotismo que oculta y muestra a la vez,
son algunos de los senderos abordados en el libro. Lejos de enunciar una mística oscu-
rantista o de reivindicar las ventajas de una existencia inerte el autor sostiene que el
silencio niega y, al hacerlo, afirma. Hay sonidos benditos que forman parte de la aven-
tura humana. Hay, también, silencios de muerte y ruidos que alteran gravemente los
canales de comunicación. Entre los extremos se despliega una compleja trama en la que
los nudos son tan valiosos como los huecos. Sobre la base de estas ideas estimulantes el
ensauo invita a considerar más profundamente el lugar de lo invisible en el arte, el psi-
coanálisis, la educación, la literatura o el diálogo cotidiano y aun amoroso entre las per-
sonas. Desde esta perspectiva el silencio ya no es concebible como un tiempo muerto o
inútil para convertirse en un signo vital, una luz inesperada, un espacio abierto a todas
las posibilidades.

Campo Grupal / 8 Conciencia y cobardía son lo mismo, solo que conciencia es el nombre comercial. Oscar Wilde
François Jullien y nos pone en camino hacia el enigma y su evi-
dencia. La forma se acomoda a la materia y a lo indiferenciado
sin abandonar por ello la ambición estética de representación o,
para decirlo en términos más estrictos, de presentación. Lo real
tiende a diluirse y es atravesado por la ausencia. El artista capta
las formas y las cosas que surgen a la vez que se disuelven. La
pintura china no tiende únicamente a hacer visible algo o a tor-
narlo aún más evidente. Procura también ocultar. O cubre al
tiempo que muestra, como sucede en el erotismo artístico, exis-
tencial y literario.
Jullien echa mano a una imagen mítica, muy significativa
para los chinos. Un dragón del que pudiéramos ver de la cabe-
za a los pies no tendría definitivamente ningún encanto. Si en
cambio su cuerpo permanece oculto entre nubes, si no se perci-
be de él más que un trozo de escama o la mitad de su cola,
resultará cautivante. O, también, la hermosa mujer que antes de
exhibir sus encantos deja percibir la mitad de su rostro en un
espejo o permite que la veamos, soñadora, lánguidamente apo-
yada en la baranda de un balcón. Es esa presencia que se con-
tiene en lugar de mostrar. La que se constituye en el oculta-
miento y que en lugar de imponerse se despliega, aunque espo-
rádicamente, mediante una señal evasiva.
Si la gran imagen adopta una forma (concreta e individuali-
zada) dejará de ser: grande es lo que permanece abierto tanto a
lo uno como a lo otro, lo apenas esbozado, lo sutil, aquello que
logra expresar, de una presencia, lo evanescente de ella. La
imperfección es la cima, es conciencia de la fragilidad y preca-
riedad de lo existente. Por eso en los artistas chinos lo inacaba-
do es un gesto voluntario. Para ellos la clave está en presentar
las cosas como si estuvieran distantes y al mismo tiempo cer-
canas. Una obra hecha no está necesariamente finalizada. La
creación está siempre anticipándose y nunca termina de ser. De
igual modo la fiesta se instala antes de la fiesta y no cabe espe-
rar la culminación en lo que sería o será la meta realizada.
El concepto de no copiar la vida es fundamental para toda
creación. El arte es un esfuerzo incesante por competir con la
belleza de las flores –decía Marc Chagall-. Pero en ese impul-
so no triunfa jamás. En China, desde hace por lo menos dos mil
años, la idea viene presidiendo la producción de las bellas artes
y la poesía con la estatura de un mandato supremo. A los artis-
tas les basta un pequeño pincel y unas pocas gotas de tinta para
presentar los diez mil seres. Trabajando como la naturaleza y no
imitándola los pintores se basan en la unión indisoluble de ele-
mentos antitéticos como el Yin (principio femenino, sombra,
luna) y el Yang (principio masculino, luz, sol) que, luego, como
la nube y la lluvia, se unen a la vez que se alejan en el ritual de
una secreta cópula. Animada por el soplo vital, la pintura china
de hoy y de siempre no se satisface con reproducir el aspecto
externo de las cosas sino que intenta captar su hálito interno y
las relaciones invisibles que subyacen detrás de la evidencia.
Corresponde al artista, si elige un paisaje rocoso, abrir la piedra
a su dimensión invisible. Si lo hace debe lograr que lo físico y
lo material consigan decantarse hasta convertirse, ya no en
rocas, sino, como especifican los libros canónicos, en raíces de
nube.
Mientras en Occidente la presencia suele oponerse a lo
ausente (y lo real gobierna sobre el silencio que lo envuelve) los
chinos se interesan, como se ha subrayado, por pintar los cam-
bios de estado; impregnan sus cuadros de niebla y difumina-
ciones, al tiempo que rechazan todo artificio en beneficio de la
naturalidad y la verdad. Para entender mejor estos procedi-
mientos resulta útil descubrir cómo ha venido funcionando el
vacío en la pintura china antigua y contemporánea.
La ya aludida noción pincel/tinta (emparentada con la unión
sexual al igual que la dupla nube/lluvia) resulta distintiva. Sólo
el pincel puede dar vida, engendrar sustancia y forma. Sólo la
tinta fija la luz y el color. El pintor capta esa visión con trazos
discontinuos o quebrados. Pero el gesto está precedido y atra-
vesado por el vacío: no debe asfixiar o saturar el soplo que le
da origen. Inscribir un punto es trazar una semilla que debe
transformarse como todo lo que existe. “Antes de pintar un
bambú éste debe crecer en el interior del artista”, dictamina el
maestro Su Dongpo. Dos tercios de lleno y un tercio de vacío:
tal es el esquema que preside el ejercicio de la pintura china. El
vacío es un abismo con borde o, también, la nada vibrante. En
los tiempos modernos la pintura de oriente ha cambiado. Dejó
de ser un arte de frescos en las paredes de los templos o los
palacios y abandonó el propósito meramente ornamental.
Ahora se convirtió en una pintura reducida a los márgenes de la
seda o el papel, un lugar disponible (como los puntos del aje-
drez chino) donde el pintor improvisa en función de su inspira-
ción, de su goce, tanto cuando pinta como cuando escribe. Los
frescos chinos exudan la misma cautelosa intensidad que se
desprende de la poesía.
El taoísmo preside la pintura como buena parte de las pro-
ducciones filosóficas y literarias de Oriente. Laozi aborda la
existencia como un camino sinuoso y jamás como una meta o
carrera hacia el poder. Cien años después de la caída de los
Han* el arte amplía su visión y las fantasías surgidas en la
meditación igualan a la naturaleza sin copiarla. Los rollos pin-
tados originariamente permiten al observador realizar un viaje
por un paisaje de ensueño creado según las reglas del universo:
lo que se ve es infinitamente más perfecto que cualquier paisa-
Los conceptos están incluidos en las palabras. Henri Bergson
je real. La vida imita al arte una vez más.
A diferencia de muchos artistas occidentales los pintores de
China desechan las vanguardias, las rupturas, los movimientos
que se proponen enterrar el pasado de una sola pincelada. Por
el contrario privilegian la herencia y la filiación, reproducen en
sus trazos las grietas y el relieve conservados en un muro en
ruinas o en el incesante fluir del agua; los más díscolos renun-
cian al pincel en su ebriedad como lo hizo el artista Wang Mo.
Ríen y cantan con sus cabelleras al viento, salpicando alegre-
mente de tinta la superficie de seda. La pintura china no conci-
be la obra sin el vacío y el lleno. Su mirada es abstracta aún
para dar lugar a la obra figurativa. El creador trabaja sin escla-
vizarse a lo anecdótico de la forma sino a la sugerencia, a lo que
está abierto tanto a lo uno cuanto a lo otro, sin excluir nada y, a
la vez, excluyendo todo.
Pintura y escritura comparten un mismo origen donde los
métodos o procedimientos básicos también confluyen a través
de opuestos complementarios: visible/invisible, continuo/dis-
continuo, pleno/quebrado. Desde esta perspectiva la pintura
sería un poema muerto (silencioso) y la versificación un poema
parlante (sonoro). Los antiguos letrados dejaron indicaciones
precisas para los artistas que los continuaron. El experto Tang
Zhiqi sugirió por ejemplo que si se desea pintar nubes (aunque
éstas se encuentren encadenadas o concentradas, dispersas o
amontonadas) será preciso lograr un movimiento de fluidez y
no de obstrucción: como si las nubes quisieran volar. Si se quie-
re presentar la lluvia será necesario conseguir que los bosques
se hundan tras las nubes y contengan el viento y la bruma –el
cielo y la tierra habrán de desaparecer- obteniendo una suerte
de empapamiento generalizado, una imagen sin forma cuya
tensión básica se resuelve en el querer gotear de todas las cosas.
No se trata de describir ni representar. Lo que se busca es una
imagen que circule en el borroso límite de lo que se ve y lo que
se oculta. Lo invisible que interesa a los chinos es lo todavía no
visible; los estadios de lo inicial y lo ínfimo permiten alcanzar
el mundo de la transición. Si lo que se quiere es pintar el vien-
to (¿es eso posible?) habrá que dar con un estremecimiento
silencioso que recorra la tela en toda su extensión.
Pintores, calígrafos y poetas recurren a la técnica del blanco
volante mediante la cual, con un movimiento rápido del pincel,
se dejan huecos en el trazo. El espacio que aparece a través de
la forma es por donde lo físico se vacía, se decanta y se vuelve
alusivo a la dimensión de espíritu que lo hace vibrar. El artista
maduro no se deja atrapar por la inmanencia. Por el contrario:
debe prestar atención a la disolución del mundo o a su reabsor-
ción en la mirada. Este rechazo del artificio en beneficio de la
naturalidad y la verdad lleva a indagar, aún ligeramente, en la
idea del tiempo que ostenta la filosofía china. Para esa cosmo-
visión el pasado ya no es y el futuro aún no es. El tiempo es eso
que tiende a no ser ya, un lugar enigmático donde no importa
tanto lo eterno como lo constante que es acción y no eternidad
muerta. Los clásicos no hablan ni de comienzo ni fin, sino de
fin/comienzo. ¿Cómo vivir en el presente si éste, según su pro-
pia definición física, es tan solo un punto sin extensión, un ins-
tante sin ahora posible que busca unirse pronto con lo que no es
ni será?
Cheng considera que para la pintura el arte sería un producto
esencialmente espacial. Observó que para los artistas chinos de
la antigüedad las nociones de vacío y devenir en relación al
tiempo constituían el centro de las preocupaciones estéticas.
Son vagas intuiciones que plasman el afán del artista por man-
tener las figuras pintadas en su proceso existencial de evolu-
ción, en su metamorfosis, de modo tal que el cuadro adquiera
un valor autónomo y traduzca de la mejor manera posible la
sensación mutante.
El objetivo sería hacer sentir que el agua puede virtualmente
evaporarse bajo la forma de una nube y ésta puede retomar la
forma de agua. O que las montañas son capaces de transfor-
marse en olas y éstas de alzarse en montañas. La operación
debería hacerse sin miedo a lo no resuelto. Por el contrario lo
demasiado acabado debería rechazarse de plano: una obra cum-
pliría su cometido al dejar zonas de respiración, al dar lugar a
lo discontinuo, al evitar las cristalizaciones.
El arte de la ejecución se basa de este modo en el uso de
intervalos, en las sugestiones fragmentarias. El pintor y teórico
Li Rihua*
resume estos procedimientos con la expresión saber dejar, es
decir, no tentarse nunca por lo lleno. Una montaña puede tener
partes no pintadas y un árbol mostrarse parcialmente privado de
su ramaje, de tal suerte que todo permanezca en un estado de
devenir entre el ser y el no ser. En el siglo XVIII el gran artista
Zheng Banqiao inscribió lo siguiente en uno de sus cuadros de
bambúes:
La obra se encuentra limitada por el papel y, sin embargo, se
desborda casi hasta el infinito. En el cuadro se ven los tallos
más que las hojas. No obstante se adivina más allá del papel la
presencia duradera de las hojas invisibles, temblorosas de vien-
to y lluvia, o cargadas de bruma y rocíoiv.
Es necesario advertir que la inclinación por lo incompleto en
la pintura no es monopolio de Oriente. Bastaría, a modo de
ejemplo, darle una mirada a la intensa y desesperada obra del
pintor austríaco Egon Schiele (1890-1918) para descubrir en
sus cuadros brazos y piernas que no se resuelven, rostros ape-
nas esbozados, paisajes en devenir, ambientes cargados tam-
bién de bruma, lluvia, rocío o viento previo a la tempestad. Es
sólo un nombre y un concepto que podría extenderse a otras
obras del arte occidental.
III
En el atardecer de la vida me gusta el silencio
No me importan ya los asuntos del mundo
He medido sus límites,
Y sólo deseo volver a mi viejo bosque.
La brisa que sopla en los pinos hace flotar mi cinta
En la montaña toco el laúd a la luz de la luna
¿Quieren saber dónde reside la suprema verdad?
En el canto del pescador que se acerca a la orilla.
Wang Wei
Escritura poética. Ezra Pound tenía la idea errada de que los
ideogramas chinos pueden ser representados como una suce-
sión de pequeños dibujos naturalistas. Se ocuparon de desmen-
tirlo Octavio Paz y especialmente François Cheng, estrecho
colaborador de Lacan. Pound (dijeron) conocía poco y mal la
lengua china. La idea que se había forjado de sus mecanismos
era técnicamente falsa. Algunos sinólogos contemporáneos
admiten que, aún así, el poeta y traductor observó correcta-
mente que el poema chino no se articula en torno a un hilo dis-
cursivo y se proyecta, a la manera de fotogramas, en una serie
de imágenes comparables en cierto modo a los planos sucesi-
vos de una película. Pound se equivocó cuando creyó poder
atribuir las virtudes del lenguaje poético a la naturaleza preten-
didamente pictográfica de la escritura china. De todos modos
cabe la indulgencia con él y con cualquiera que se le haya ani-
mado a la escritura basada en ideogramas. Basta pensar un
poco en el singularísimo idioma donde un solo “dibujo” puede
significar sesenta y nueve cosas diferentes y cada palabra ador-
narse de cuatro o diez tonos, también distintos, que modifican
los significados. No es fácil para un occidental abrirse paso con
justeza en esta selva gobernada por un acendrado refinamiento
lingüístico.
En sus comienzos la lengua china se presentó en la forma de
pictogramas: hoy esas figuras realistas o representativas com-
ponen apenas el uno por ciento del total. Muy pronto se impu-
sieron los caracteres abstractos (ideogramas) formados en la
mayoría de los casos como resultado de una combinatoria
repartida en doscientas catorce claves o raíces: agua, madera,
hombre, luna, etcétera. Ya en esos comienzos los caracteres chi-
nos eliminaron lo gratuito y arbitrario del sistema semiótico.
Hoy la personalidad de cada uno de ellos conduce siempre a
nuevos sentidos y de ahí su carácter poético y misterioso. El
ideograma deja de ser un sistema denotativo que describe el
mundo para pasar a convertirse en una representación que orga-
niza las relaciones y provoca una amplia gama de sentidos y
silencios. Sin llegar a ser tan “simple” como la china, la gra-
mática japonesa es relativamente similar. El idioma carece de
artículos y no distingue entre las formas singulares y plurales.
El vocablo gráfico seki, por ejemplo, quiere decir barco, barcos,
un barco, algunos barcos, el barco, los barcos. El tiempo verbal
futuro en japonés adopta una forma ambigua: no es posible ser
categóricos en esa lengua sobre lo que sucederá mañana. En
ambos idiomas, como en todo significante de la escritura uni-
versal, la forma arrastra al contenido y, más aún, lo produce.
En China las artes no están separadas: poesía, caligrafía, pin-
tura, música y mitos forman una red compleja y unida que obe-
dece a un similar proceso de simbolización y a ciertas reglas de
oposición fundamentales. La poesía y la caligrafía son artes
complementarias. La escritura con papel, pincel y tinta negra es
un hallazgo del siglo III, dado que antes se disponía apenas de
láminas de bambú o seda. El arte caligráfico no se ha limitado
a la reproducción de simples contornos sino que despliega el
procedimiento que se aplica en las artes plásticas: contraste
entre lo fino y lo grueso, trazo discontinuo, espacios vacíos,
pinceladas que entrañan volumen y luz cambiante. Los ideo-
gramas ostentan partes habitadas y deshabitadas; sus trazos rec-
tos y curvos ocultan una vez más la oposición vacío/plenitud ya
observada en la pintura y en el ideario taoísta. Los poetas chi-
nos suelen hablar de palabras llenas (verbos y sustantivos) y
palabras vacías, que abarcan adjetivos, pronombres personales,
preposiciones, comparativos, partículas y otros nexos menores.
Los maestros zen suelen recordar un dicho habitual entre ellos:
subraya las palabras vivas y no las muertas. Las muertas son
aquellas que no remiten directamente a la experiencia.
Vacío-plenitud, yin yang, cielo-tierra-hombre. Son los tres
ejes en torno a los cuales se organiza un pensamiento cosmo-
gónico que, basándose en la noción de aliento primordial, sos-
tiene que el no ser es una dimensión vital del ser. Explorando
los límites de un lenguaje poblado de palabras muertas y pala-
bras vivas, Wang Wei afirmaba que las cosas han de estar pre-
sentes y ausentes al mismo tiempo. No ha de verse, de ellas,
más que la cima o el pie. De los almiares o cerros (recomenda-
ba) debe observarse la mitad; de las cabañas y pabellones ape-
nas una pared o una cornisa.
Los espacios en blanco de la pintura, los silencios del poema
o de la música constituyen su parte activa, el factor dinámico de
la obra. El poeta Tao Yuanming solía cargar siempre un laúd sin
cuerdas que utilizaba para tocar lo que denominaba melodías
silenciosas. “Me conformo con el sabor que yace en el corazón
Campo Grupal / 9
 TRANSITOS
Patricia Mercado
patomercado2001@yahoo.com.ar
Improbable
aquello que no somos capaces de espe-
rar. Lo que no brotará de la inercia de las
cosas, la rareza. Gira el dado, eternamen-
te, sin dejarse caer sobre la cara vedada
a nuestro destino. Suma imposible donde
danza el dolor sobre sí mismo.
Improbable desvío en el sendero remani-
do, cierto, del mendrugo.
El sol cae de cuerpo entero sobre las
huellas de la resignación o la desidia.
Desvelo sin ángeles, trayectoria del andar
cotidiano en la desolación.
¿Dónde se esconde la algarabía de la
oportunidad?
Algebra de la certeza, el miedo camina
con un mapa del mundo.
Recorre, tan solo, el sendero posible, y
sus pies deletrean con sigilo una ambi-
ción oscura.
Acomoda, minucioso, retazos del deseo
en impecables anaqueles de tiempo. Y no
es cierto que espere cosa alguna. Sólo
están allí, hechos trizas, como los restos
de un amor que no fue.
Sin embargo,
El mundo en los pliegues del mundo
espera.
Como el germen del amanecer dormido
entre las piedras del sentido común.
Lumínica inquietud capaz de destrozar
razones.
Lo improbable se inclina en lo abierto del
camino, alegría huérfana de señales.
Efímero viento en carne viva, fragancia
de jazmines a orillas de un día cualquie-
ra.
Desquicio topográfico, cualquier naci-
miento es una imprudencia. Lejanía de la
estrella que abruptamente acurruca su
infinitud bajo nuestra mano. Y nos deja
así, perplejos de sonoridades azules.
Cifra de una inflexión en la inexistencia.
Cálculo imposible donde se desvanecen
las simetrías. Curva que se desliza lenta,
inexorable, en la ríspida aridez de los
argumentos.
Meandro defectuoso en una vida perfec-
ta, sin fe. Darse al error, como quien se
baña en aguas primitivas, regreso a lo
primero.
¿A quién gritaremos el hambre incon-
mensurable?
Será necesario blasfemar sobre la masa
contable de nuestros logros y empezar
de nuevo.
Calcular es calcar una cifra imaginaria.
Reticencias y agregados en el jugo de la
vida, humedad fecunda del innumerable
número.
Deambular del anhelo, lo improbable
juega con inexactitud. Espacio del deleite
inaudito, una voz con dos cabezas salu-
da por la ventana. Lo que dice no impor-
ta, salvo por la eficacia con que adivina
el futuro.
Acaso porque nos sospechamos otro.
En el margen de la partitura societaria, lo
improbable saca a relucir cierto dúctil
acorde con que se sujetan el cielo y la
tierra en el horizonte del mundo. Lo pone
a vibrar paredes adentro del encierro de
tanto pájaro idea corazón amordazado.
Entonces la mesa la silla el anillo turque-
sa se desbarrancan ladera abajo de la
tabla estadística, y bocetan una casa
donde tomar té rojo de la China.
Lo improbable improvisa un mundo más
grande, no en cantidad sino en belleza. Y
aunque no es ajeno al horror, aún en él,
su aparición desmesurada, impúdica,
dibuja un gesto de esperanza.
Desata signos como un amor a la vuelta
de un día sin sol.
Y viene a anunciar que la vida tropieza en
cualquier parte. Calcular es, sin duda, un
juego de interés. La vida se encarga de
mover otra carta, y guiñarnos el ojo,
cómplice de sueños más altos.
Campo Grupal / 10 Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos. M. de Unamuno
del laúd –explicó ante el desconcierto de un viajero- ¿para qué empe-
ñarme en oír el sonido de las cuerdas?”.
Lo que realmente cuenta es la experiencia en singular; la obra sería
una consecuencia accidental, un efecto secundario, el residuo visible (o
audible), una especie de huella dejada en la nieve sin forma ni sentido.
Al estudiar el valor del zen en el arte del tiro con arco la idea del laúd
sin cuerdas se entiende mejor. Para el maestro de esa disciplina arco y
flecha son, por así decirlo, una excusa de algo, un camino, una ayuda
para dar el salto final y decisivo. Lo débil se impone a lo fuerte: el agua
cede pero no es vencida. El discípulo aprende a estirar la cuerda en
forma espiritual, casi a fundirse con el arco y también con el blanco, es
decir, con todos los factores en juego. Arquero y blanco dejan de ser
opuestos para trasmutarse en realidad única. Una vez que el arquero
haya alcanzado ese estado de evolución será maestro de la vida. No
necesitará (como el pintor) de lienzo, pinceles ni colores. Tampoco de
arco, flechas, blanco u otros recursos. Se servirá de su alma, de sus
miembros, de su cuerpo, cabeza, órganos, manos. Sus manos y pies
serán los pinceles. Y todo el universo es y será la tela sobre la cual pin-
tará su vida. El cuadro así pintado se llamará historiav.
Esta fusión casi completa entre sujeto y objeto, este contacto sin
mediaciones con la experiencia, caracteriza también al haiku, forma
preciosa, particularmente sosegada y sobria de la poesía japonesa.
IV
Ya nadie recorre
Este camino
Salvo el crepúsculo.
Matsuo Basho
El haiku. La poesía no debe significar sino ser. El valor de las pala-
bras reside más que todo en la sensación que provocan. Pero el senti-
do último se sitúa lejos de ellas. La paradoja así enunciada ayuda a
pensar el haiku, forma poética de tres versos de cinco/siete/cinco síla-
bas que condensa el cosmos sin nombrarlo, deslizándose como un pez
invisible en las arrugas del lenguaje. Su propósito apunta a tratar la
cosa, subjetiva u objetiva, directamente. El conjunto se formula desde
una parquedad notable. Pudiendo contentarse con un silencio extasia-
do el poema se inclina al fin por la palabra, la acepta, subrayando tres
aspectos esenciales: un ambiente concreto (dónde), un único objeto
(qué) y un momento preciso en el tiempo (cuándo).
Nacido y cultivado en Japón a partir del siglo XVI, el haiku debe
entenderse no sólo como poesía escrita sino, sobre todo, experimenta-
da. El ejemplo clásico que ilustra la idea es un texto de Matsuo Basho*
(o Basho Matsuo para la notación occidental), un haiku ejemplar que
nunca logró una traducción óptima en español.
Un viejo estanque
Salta una rana
Chapaleo.
Hay, como se ve, una enunciación de hechos prosaicos y al parecer
desligados: silencio inicial del estanque, aparición repentina de una
rana, salto al agua y ruptura de la calma. La iluminación poética es
fruto del choque de dos elementos. O quizás cuatro: agua en calma,
salto de la rana, agua agitada, estanque volviendo a su estado inicial.
No está de más recordar que la imagen del agua (metáfora del tiempo)
es recurrente para el pensamiento taoísta. Por algo inunda los haikus
con su música en fuga. Es fluida, remite a un punto indeterminado del
espacio, es flexible, se adapta y renueva de manera constante; es, sobre
todo, callada. La piedra es dura y el agua blanda (débil) pero termina
imponiéndose a lo sólido justamente por su falta de rigidez: no se gasta
ni se quiebra. Está en la naturaleza del agua buscar las zonas bajas, no
confrontar (eludir) y resistir desde el ocultamiento y el fluir continuos.
La forma no está en ella sino afuera: en el variable recipiente del terre-
no. El agua es deriva incierta que, aún tumultuosa, recupera pronto la
paz del remanso. La rana del poema cree alterar ese equilibrio al zam-
bullirse. Siente que ha logrado ahuecar la superficie tensa. Pero luego
del intento comprende que el agua es invencible. El viejo estanque
retoma su estado inicial.
El haiku escapa a las lecturas sentimentales. Su funcionamiento se
parece al principio que rige el montaje cinematográfico que busca el
efecto sobreimprimiendo escenas, cortándolas y pegándolas.
Eisenstein tomó del haiku la idea de que la combinación de elementos
separados genera algo distinto, una cualidad de otro orden que tradujo
a su concepto revolucionario del montaje. Tarkovski, el cineasta ruso,
se inspiró en el haiku por la sutil precisión y pureza con que esa forma
poética observa la vida.vi El poema se opone al mensaje, a la sobre-
carga, a la interpretación intelectual de los sucesos. Otro texto de
Basho subraya este aspecto:
Admirable
Quien ante el relámpago
No dice la vida es efímera.
Aquí se critica el lugar común (vida fugaz como el relámpago) pero
además se niega la tendencia a identificar palabra y significado. “El
lenguaje tiende a dar sentido a lo que decimos -subraya Octavio Paz-
pero una de las misiones del poeta es hacer la crítica del sentido”. La
verdad de la vida no acepta conceptos rígidos que diluyan el fenóme-
no en una torpe generalización. Y esa verdad se ubica afuera de las
palabras que la enuncian. Lo manifiesto en el haiku pone de relieve lo
no manifestado. Y lo hace remitiendo a una aprehensión más íntima,
directa, global e intuitiva del hecho. Sin voluntad de ir a ninguna parte
el poeta no dice lo que ve sino que expresa la fusión de su mirada y lo
observado. Es el mismo espíritu que anima a la pintura de Oriente. El
renombrado artista Sengai compuso una obra en la que representa a un
ciego tocando el shamisén (instrumento de tres cuerdas similar al laúd)
bajo la luz de la luna. Un hombre lo escucha, mirándolo de cerca, y
otros dos observan desde lejos. Parece que el músico oye a la luna. O
que la luna, en su quietud, está escuchando al instrumento. En el extre-
mo superior del cuadro Sengai escribió el siguiente haiku:
Ver o no ver
Es una cuestión del hombre
¡Pero no de la luna!
Nuestro satélite natural es en sí como todas las cosas. Un día Kyorai,
discípulo predilecto de Matsuo Basho, le mostró a su maestro el
siguiente haiku:
Cima de la peña
Allí también hay otro
Huésped de la luna.
¿En qué pensaba cuando lo escribió?, le preguntó Matsuo. Kyorai
respondió en su estilo. “Una noche, mientras caminaba en la colina
bajo la luna de verano tratando de componer unos versos, descubrí en
lo alto de la roca a otro hombre, probablemente pensando también en
escribir un poema”. Basho movió la cabeza. “Hubiera sido mucho más
interesante si las líneas allí también hay otro/huésped de la luna se
refirieran a usted mismo”. Quizás Basho se inspiró al decir esto en un
conocido y necesario principio zen: tú eres aquello.
Se podría extender la idea al eventual lector de haikus. Si aceptamos
que esta forma poética se estructura en torno a un silencio (el del viejo
estanque agitado por la rana) debemos admitir que el único que hace
ruido con su pensamiento es el receptor del poema. Está en su imagi-
nación completar o no el cuadro activamente y escribir con la mente
los versos no incluidos. Tal vez la idea más precisa no sea completar
sino escribir a la par, como si el lector fuera coautor del texto. La obra
compuesta se confunde así con el objeto pero también con la mirada
del observador. Lo dicho no significa negar la justa advertencia de
Barthes en el sentido de que el trabajo de lectura que se aplica al haiku
tiende a suspender el lenguaje y no a provocarlo.
Sen no Rikyu -monje budista japonés y maestro de la ceremonia del
té- observa ese aspecto. “La gente está siempre mirando afuera de sí
misma, preguntándose cuándo florecerán los cerezos en la colina o el
bosque, sin comprender que los cerezos y los arces otoñales habitan
sus propios corazones”. Para un occidental el haiku puede ser banal:
no hay casi argumento, no se refieren situaciones deslumbrantes, los
versos son secos y carentes de emoción. Pero quizás los banales sea-
mos nosotros por resistir el depurado encanto de la experiencia poéti-
ca.
Haiku es algo que está sucediendo en cierto lugar y en un momento.
Sólo que tal acontecer no es tanto el alba, un pato salvaje, una mujer
dormida o la mesa de trabajo (los temas podrían seguir hasta el infini-
to), sino la realización de un punto de vista: el sitio desde donde mira
un ojo humano y se transforma momentáneamente en lo mirado. Para
ello el ojo debería estar libre de telarañas. La intuición de Saussure se
realiza de manera imprevista: el punto de vista crea el objeto.
Lo observado cambia en el acto mismo de ser mirado. Esta idea des-
arma toda pretensión de objetividad. El haiku abandona la descripción
para tornarse mostración, captación inmediata y fusión íntima con el
objeto. De un pino aprende a ser pino, dictamina Basho. La poesía apa-
rece revestida de tal concisión que hasta se diría que coquetea con el
silencio. El zen, muy relacionado con las manifestaciones artísticas
chinas y japonesas, apunta en la misma dirección: se persigue no ya el
enmudecimiento completo del hablante sino, al menos, una sensible
disminución de su parloteo. Decir mucho con poco es lo conseguido,
por ejemplo, en el siguiente haiku de Shiki:
Entre tantos hombres
¡Qué calor en el cuerpo
de esa mujer!
Flor perfumada e inmóvil, el haiku se transforma en una anotación o
recreación rápida de un momento absorbido con un altísimo grado de
entrega. La alusión está siempre comprimida: una hoja alcanza para
presentar al bosque, una gota de agua contiene el mar. El autor traza en
tres líneas la figura de la iluminación y, como si fuese una de esas hier-
bas que florecen en forma de pequeñas estrellas de algodón, sopla en
ella y la disipa. Parece decir también que la iluminación real se produ-
ce por la no-iluminación. En la línea marcada por Tanizaki el haiku
resucita en parte el universo de sombras que hoy pretende ser negado
en nombre de la luz.
Notas
* La dinastía Han precedió el período de los Tres Reinos en China, desde el 202 a.C
hasta el 220.
* Li Ruhua (1565-1635). Tomado de El paseante, 20-22, segunda época.
* Reconocido poeta nacido en Ueno, Japón, en 1644. Murió en octubre de 1694.
i. Octavio Paz, El arco y la lira, Fondo de Cultura Económica, pág. 56.
ii. Lao-Zi, Libro del Tao, Santillana/Alfaguara, pág. 57.
iii. Sergio Givone, Historia de la nada, Adriana Hidalgo, pág. 11.
iv. François Cheng, El tiempo en la pintura china, revista El paseante. Traducción del
francés de Anne- Hélène Suárez, pág. 81.
v. Eugen Herrigel, Zen en el arte del tiro con arco, Kier, pág. 12.
vi. Haiku, poesía mayor. Varios autores. Leviatán, pág. 16.
Una aproximación clínica
El grupo de padres en la
clínica psicopedagógica
Andrea Lucero, Erica Hamuy
ehamuy@yahoo.com.ar
L
a clínica psicopedagógica apunta a explorar y comprender la
transversalidad subjetiva que recorre los procesos de apren-
dizaje, pesquisando las distintas maneras que adquiere la
producción simbólica de aquellos niños que siendo inteligentes,
manifiestan un modo de representar parcializado y restrictivo.
El objetivo específico de este trabajo es reflexionar sobre la
importancia del trabajo con los padres en el tratamiento de niños
con restricciones en su producción simbólica.
La calidad de los discursos parentales, en cuanto a la plasticidad
y apertura e interés por lo novedoso, propiciarán la transmisión de
enunciados que generen mejores condiciones para la complejiza-
ción de la actividad representativa del hijo, favoreciendo u obsta-
culizando el potencial simbólico de un niño.
Consideramos que la transmisión de una lógica intersubjetiva
determinada, no produce linealmente marcas intrapsíquicas, sino
que se trata de poder visualizar cuál es la herencia simbólica que
los padres transmiten y como se actualizan y tramitan en el niño de
una manera singular.
Características del dispositivo
Nuestro trabajo clínico se realiza en el ámbito institucional de la
Facultad de Psicología de la U.B.A. Somos terapeutas, integrantes
de la cátedra de Psicopedagogía Clínica que brinda un servicio de
asistencia a niños que presentan dificultades para acceder a nuevos
conocimientos.
En primera instancia se realiza un proceso diagnóstico, luego
del cual, los casos que así lo requieran, se derivan a tratamiento. El
tratamiento se realiza con una modalidad de abordaje grupal, con
dos co-terapeutas por grupo. La frecuencia es semanal y los niños
son agrupados por edad y nivel de escolarización alcanzado. Los
grupos tienen un máximo de ocho niños, son semiabiertos a fin de
permitir ingresos y egresos cuando se considere oportuno. Una de
las características particulares de nuestra modalidad de trabajo es
incluir a los padres en grupos de reflexión. De este modo el espa-
cio para los padres forma parte del dispositivo terapéutico con el
que se abordan las dificultades del niño.
En el momento de la derivación se acuerda con el o los padres o
con el adulto responsable1 del niño que deberá participar quince-
nalmente en grupo para padres. Decimos adultos a cargo del niño
para resaltar la función de aquel con capacidad de ejercer un tra-
bajo psíquico de transferencia libidinales de sostén, como de
modalidades de investimiento hacia objetos sociales.
Nos resulta importante realzar esta aclaración dado que en los
últimos tiempos nos vimos enfrentados a cambios sociales profun-
dos en las formas familiares tradicionales , no siendo muchas
veces aquellos que asisten a estos grupos los padres biológicos del
niños. Sin embargo, no siendo los “ genitores”, son los adultos que
le ofertan los suministros afectivos y simbólicos necesarios.
Objetivos del grupos de padres
Nos interesa puntuar algunos de los objetivos que tiene el grupo
de padres de niños asistidos en el servicio por problemas de apren-
dizaje:
Uno de ellos es
Acompañar a los padres en el proceso terapéutico de sus hijos.
El grupo para padres tiene la función de sostener y colaborar
con el tratamiento del niño y brindar a los padres un espacio donde
ser escuchados.
El espacio terapéutico de un niño debe contar con el apoyo de un
adulto responsable que se comprometa, en principio, a sostener la
continuidad en la asistencia.
Se les brinda a su vez, un tiempo donde ser escuchados.
Consideramos que la posibilidad de trabajar con los padres refle-
xionando , entre otras cosas, sobre su implicación en lo que les
sucede a su hijo y las resistencias que se van manifestando , favo-
recerían el proceso terapéutico del niño.
Los padres se quejan y desvalorizan la tarea de maestras o direc-
toras, quedando esto una vez más al servicio de evitar tanto su
compromiso como el del hijo, en el motivo que los trae.
En este sentido se hace necesario trabajar para construir allí una
demanda que les permita pensar e implicarse en la problemática
que los convoca.
Abrir la escucha al modo que los padres tienen de entender las
dificultades de sus hijos vinculadas al aprendizaje.
Este segundo objetivo, abrir la escucha al modo que tienen de
entender las dificultades de sus hijos en relación con el aprendiza-
je , le brinda a estos grupos una característica particular: son gru-
El amor es fuerte como la muerte; los celos son crueles como la tumba. Salomón
pos homogéneos en relación a que son padres de niños de edades
similares con dificultades en el aprendizaje; y son heterogéneos en
relación a la significación que tiene para cada uno de ellos, siem-
pre considerando la singularidad de cada caso.
Durante los primeros encuentros los padres expresan el motivo
que los convoca y descubren a otros atravesados por problemáti-
cas similares .El encontrar semejanzas, rasgos comunes con los
demás integrantes que concurren, genera una pertenencia identifi-
catoria que promueve cierto acercamiento al grupo. Sin embargo
desde la coordinación se apunta a favorecer que lo similar habilite
el trabajo de confrontación con lo diferente, lo novedoso.
Generar procesos reflexivos acerca de cuestiones referidas al
ejercicio de las funciones simbólicas parentales.
A partir de los relatos meramente descriptivos de los padres, el
coordinador genera interrogaciones y señalamientos con el fin de
promover procesos asociativos y reflexivos que les posibiliten ir
enlazando los problemas de aprendizaje con el sentido histórico
libidinal que puede estar afectando las restricciones en el desplie-
gue del potencial simbólico.
El encuentro de múltiples subjetividades promueve el encuen-
tro con la confrontación y lo diferente, y favorece la actividad
reflexiva de los padres. Posibilita procesos de elaboración, reela-
boración, de investimiento psíquico y potencia un mejor posicio-
namiento para la oferta de dones simbólicos a los niños.
Este último objetivo se logra luego de un proceso de trabajo más
o menos prolongado. Es frecuente que en los inicios los padres lle-
guen al grupo con ciertas creencias sobre lo que les sucede a sus
hijos y a ellos que actúan como verdades cristalizadas con escasa
posibilidad de apertura para la reflexión. Progresivamente, a partir
del trabajo de confrontación que el grupo promueve, estas certezas
comienzan a entrar en la lógica de la duda y la incertidumbre. El
relato de cada uno provoca reacciones diferentes en los otros y
produce reminiscencias de historias propias. En el encuentro con
otros, portadores de historias similares pero diferentes, se va gene-
rando un espacio donde es posible detenerse, interrogarse y refle-
xionar.
El abordaje grupal implementado no desconoce las distintas
transferencias que allí se producen, pero no se trabaja específica-
mente sobre las transferencias laterales. Los procesos transferen-
ciales múltiples que, de todos modos, se producen, llevan en oca-
siones a generar un efecto terapéutico.
Conclusión
La calidad de los encuentros con las figuras significativas incide
en la constitución de la subjetividad de un niño.
El trabajo grupal con padres de niños con dificultades en sus
aprendizajes
se vuelve una oportunidad para abordar ciertas particularidades
de la dinámica intersubjetiva, que favorecen la constitución de
cierta lógica intrapsíquica singular generando un tipo particular de
producción simbólica.
Podemos concluir, sosteniendo que el objetivo primordial en
estos espacios de trabajo con padres, es promover nuevos recursos
simbólicos, resignificar el sufrimiento, ligar el afecto y construir
un pensamiento más autónomo poniendo en cuestión certezas para
sustituirlas por un proceso constructivo y reconstructivo de la rea-
lidad misma. De este modo el legado fundacional que le transmi-
ten a sus hijos ,se verá enriquecido y junto con ello la calidad de
la oferta simbolizante.
Bibliografía
-Aulagnier, P.( 1977) : La violencia de la interpretación, Buenos Aires,
Amorrortu Editores.
- Bleichmar, S:
(1993): La fundación de lo inconsciente, Buenos Aires, Amorrortu
(2000): Clínica psicoanalítica y neogénesis, Buenos Aires, Amorrortu.
Castoriadis, C. (1993)comp. Lógica, imaginación, reflexión . En : El incons-
ciente y la Ciencia – Buenos Aires, Amorrortu Editores
Castoriadis, C. (1998): Hecho y por hacer. Pensar la imaginación, Buenos Aires,
Eudeba.
Schlemenson , S. ( 2009) La clínica en el tratamiento psicopedagógico , Buenos
Aires, Paidos
Nota
1 En este sentido nos referimos a aquella persona que mantenga una presencia
constante en la vida del niño, que muestre compromiso , realice el acompaña-
miento del niño , y mantenga un vínculo de comprensión y contención emocional.
CAFE
Roxana Kreimer
FILOSOFICO
filpractica@yahoo.com.ar
Cómo promover la ética
en los espacios públicos
¿Qué pasaría si las inscripciones en los espacios
públicos dejaran de ser monopolizadas por la
publicidad de productos y servicios comercia-
les? ¿Qué efecto tendría el anuncio de refranes
que ayuden a vivir y a convivir mejor? Un estu-
dio sugiere que podríamos ser un poco menos
deshonestos si recordáramos con mayor fre-
cuencia los códigos éticos. El psicólogo cogniti-
vo Dan Ariely realizó un experimento en el labo-
ratorio de la Universidad de California en el que
les pidió a algunos participantes que escribieran
los títulos de diez libros que hubieran leído en la
escuela secundaria. A otros les pidió que escri-
bieran todo lo que fueran capaces de recordar
de los Diez Mandamientos (Las trampas del
deseo, Dan Ariely). Después tenían que hacer
unos ejercicios matemáticos muy sencillos. El
que obtenía un mejor rendimiento, cobraría más
dinero. Para la evaluación se tomó en cuenta a
un grupo al que no se le dio la oportunidad de
hacer trampa, y a otro en el que los participan-
tes debían ver por sí mismos cuántos aciertos
habían tenido y romper la hoja del ejercicio, con
lo cual podían mentir y decir que habían acerta-
do más veces. Los que habían escrito sobre los
libros que leyeron en la secundaria hicieron un
poco de trampa (a partir de éstas y otras investi-
gaciones, Ariely postula que la mayoría de las
personas honestas trampea un poco –y sólo un
poco- si tiene ocasión), mientras los que fueron
tentados después de recordar los Diez
Mandamientos, algo que los investigadores pen-
saban que suscitaría en ellos la idea de honesti-
dad, no hicieron nada de trampa. Lo que impre-
sionó al grupo de trabajo de Dan Ariely fue que
aún los que fueron capaces de recordar uno o
dos mandamientos se vieron influidos por ellos,
lo que indicaba que no eran los mandamientos
en sí mismos los que alentaban la honestidad,
sino la contemplación (y el recuerdo) de alguna
clase de pauta ética. Si esto fuera cierto, podría-
mos utilizar pautas no religiosas para contribuir
a elevar el nivel general de honestidad. Ariely
propone buscar formas de actualizar los jura-
mentos profesionales y las reglas que impidan,
por ejemplo, que los diputados voten su propio
aumento de sueldo.
Si recordar las normas éticas más a menudo
favoreciera su cumplimiento, me pregunto si no
sería recomendable incluir en el espacio público
frases que nos ayuden a vivir mejor y nos
recuerden la importancia de respetar ciertas nor-
mas de convivencia. En Cuba hay grandes carte-
les ubicados en espacios públicos con frases
como “Vale más la vida de un ser humano que
todas las propiedades juntas de la persona más
rica de la tierra (Abraham Lincoln)”. La idea
puede ser útil independientemente de lo que se
opine sobre el régimen cubano. Mal no nos ven-
dría recordar algunas cosas de vez en cuando.
No es lo mismo saberlas que tenerlas presentes.
Ya imagino algunas objeciones: en un sistema
que admite muchas deshonestidades, de nada
serviría tener un puñado de buenas frases a la
vista. Pero aún cuando los refranes no cambien
el mundo por sí mismos, pueden contribuir en
una pequeña pero significativa proporción a ese
cometido. También podría objetarse que una
práctica semejante facilitaría el “lavado de cere-
bro” de la ciudadanía. Quien esto sostenga
deberá probar que la publicidad comercial que
monopoliza el espacio público no ocasiona ese
perjuicio en la actualidad, ni ha sobredimensio-
nado la importancia de consumir a la hora de
evaluar las condiciones de una vida buena, así
como deberá probar la futilidad o los perjuicios
concretos que implicarían el recuerdo de pautas
éticas consensuadas. Otro objetor podría pre-
guntarse con buen tino quién elegiría las frases.
Dado que el intendente de la ciudad de Buenos
Aires dijo alguna vez que uno de sus libros favo-
ritos era “La virtud del egoísmo”, de la filósofa
Ayn Rand, no hay razones para ser muy optimis-
tas al respecto. Es verdad, pero también podrían
pensarse otros métodos de selección, incluso
alguno consensuado mediante voto electrónico.
¿Elegirían alguna frase en particular que, exhibi-
da en el espacio público, pudiera ayudarnos a
vivir y a convivir mejor? ¿Cuál?
Yo propondría, por ejemplo: “Ojo por ojo, diente
por diente, y todos terminaremos ciegos”
(Gandhi)
Campo Grupal / 11
Losotros
Julio César Caraballo
jccaraballo@educ.ar
El profesor ingresa al salón de clases, firma el
libro expectante porque se trata de la tercera
clase con un primer año, observa de reojo los
movimientos que se van produciendo en el
curso y cuando termina su cometido, se levan-
ta, toma el marcador y en el borde superior
izquierdo del pizarrón escribe LOSOTROS.
Como si se hubiese disparado un mecanismo
invisible, Agustina dice, es el título, ¿no?;
Sergio la interrumpe y le dice, claro, no ves
que está con mayúsculas, Silvio, se toma su
tiempo e interroga, ¿va a dictar? Mientras que
el silencio va cubriendo todas esas expectati-
vas surgentes, el profesor saca de su maletín
una serie de bolsitas con algo dentro y hacien-
do un esfuerzo para seguir con su derrotero
escucha que Rocío pregunta, en hoja nueva
¿no?
Después de controlar sus ganas de contestar
o de no hacerlo, el profesor comienza su clase
diciendo, he traído ocho bolsitas, por favor
numérense en voz alta del uno al ocho en
forma consecutiva y luego de acuerdo al
número asignado formen un grupo todos
aquellos que pertenecen al mismo. Se arma el
revuelo consabido porque la consigna es lo
suficientemente compleja para la tercera clase
y el profesor con voluntad y paciencia (o sin
ellas pero haciendo un esfuerzo) va ordenan-
do a los chicos que todavía no saben qué
hacer con su hoja que lleva de título LOSO-
TROS.
Se armaron los grupos y como si sonara una
melodía de fondo, chicas y muchachos están
expectantes para bailar este ritmo imaginario
que los inquieta y que a la vez los convoca
para la inminente tarea. El profesor reparte las
bolsitas, sin emitir sonido, sin inferir nada
sobre la consigna. Esto produce una situación
todavía más tensa, Roxana dice, ¿la abrimos
profe? y Silvio le contesta, si la seño no dijo
nada, no hay que hacer nada y allí el profesor
no puede sostener el silencio y aclara, ya te
dije Silvio, no soy seño, cuando venga en
polleras y peinado con colitas decime seño
sino no… Las risas aflojan el clima y Agustina
no da más y abre la bolsita y al hacerlo expre-
sa, es un rompecabezas, me encantan los
rompecabezas, e inmediatamente lo vuelca
sobre la mesa, cuestión que se replica en
todas las mesas armadas para la tarea.
Podemos empezar, dice Juan y el profesor
asiente con la cabeza sin responder verbal-
mente.
Pasan unos momentos donde cada uno obser-
va las figuras, tratan de buscarles sentido y la
supuesta forma que se esconde en aquellas
figuras, Sergio masculla un, y sin el modelo no
lo armamos más…
El tiempo se dilata ante una situación en que la
frustración va avanzando sobre la imposibili-
dad de unir fichas hasta que Agustina, desple-
gando sus dotes de mirona y piscueta dice,
pero en la mesa de ellos hay fichas que corres-
ponden a nuestro rompecabezas, esto dispara
una seguidilla de miradas escrutadoras de las
fichas en todas las mesas y desemboca ahora
en una negociación sobre a ver qué ficha tenés
y te la cambio por esta que vos tenés varias de
ese color o que forma algo con lo tuyo y así se
desata una nueva etapa de desorden tendiente
a un nuevo más tranquilizante orden… En
aquel instante, Sergio dice, claro, ahí no dice
LOSOTROS, es LOS OTROS, en los otros rom-
pecabezas están parte de nuestras fichas y
como un resorte se pone a tratar de corregir
el título y como enojado expele un… ahora
voy a tener que pasar la hoja, frente a ello el
profesor le contesta, sabés cuántas hojas sigo
pasando yo todavía… Sergio se tranquiliza y
frente a esta actitud muchos van terminando el
rompecabezas y otros van borroneando el
supuesto título en aquella hoja que aun sigue
casi en blanco y Rocío dice, yo creo que no era
un título...
La dinámica encamina a los chicos a mostrar,
de cada grupo, su rompecabezas terminado al
profesor, este los observa, les toca la cabeza
en señal de satisfacción y todo esto en un
silencio casi inimaginable. Ya está a punto de
sonar el timbre y cuando se logra un instante
de atención, el profesor ordena sus cosas y
pensante, se acerca al pizarrón y agrega a lo ya
escrito: LOSOTROS a NOSOTROS. Y aporta,
ahora sí, la tarea es ver como transformamos
LOSOTROS en NOSOTROS, toma sus cosas,
se despide y escucha de fondo la frase de
Sergio que le aporta, ¿para la clase que viene?
Campo Grupal / 12 La mitad del mundo tiene algo que decir, pero no puede; la otra mitad no tiene nada que decir, pero no calla. Robert Lee Frost
Nuevos aportes al Mapa Fantasmático Institucional (Ultima parte)
Posibilidades de expresión
del cuerpo-institución
Luis Alberto Stoppiello
luistop@hotmail.com
(Continúa de la edición anterior)
III. a Algunas reflexiones teóricas
E
n una reciente publicación (Stoppiello, 2009c) desarrollé
una serie de ideas respecto al trabajo clínico en psicoanáli-
sis con intervenciones no tradicionales que, si bien no están
específicamente relacionadas con el MFI, considero que también
pueden pensarse respecto a este dispositivo de trabajo institucio-
nal.
Me parece importante extractar algunos párrafos del artículo
mencionado ya que permitirá dar a conocer mejor mi base episte-
mológica y, como ya dije, puede servir a su vez como base episte-
mológica del MFI.
Hay dos ítems que, a mi entender, resultan clarificadores: el I
“Introducción” y el IV “Reflexiones teóricas sobre la modalidad
de trabajo”.
En el primero, doy cuenta de mi evolución personal y profesio-
nal del siguiente modo:
“A lo largo de mi vida personal y profesional, me fui formando
en distintos ámbitos (Arte y Psicología) y marcos teóricos
(Psicoanálisis, Recursos Expresivos y Abordajes Corporales).
Durante mucho tiempo me sentí disociado, tipo “lunes, miérco-
les y viernes” haciendo una cosa (Psicoanálisis) y “martes, jueves
y sábado” haciendo otra (Abordajes Corporales y Expresivos).
Hoy, visto a la distancia de los años y la experiencia, creo que
no podía hacer otra cosa mas que seguir “a la letra” (Psicoanálisis)
o “al cuerpo de la letra” (Terapias Corporales y Expresivas) lo que
me enseñaban mis profesores… y que yo replicaba en mi trabajo
lo más fielmente posible” (pág. 18).
“Continué evolucionando como persona y profesional y lo que
en su momento permaneció disociado de a poco se fue encontran-
do con ‘lo otro’ en un diálogo tenso y contradictorio, pero también
fructífero e integrador.
En forma paulatina empecé a dialogar internamente con mis pro-
fesores, con sus marcos teóricos, con sus teorías y sus técnicas,
con sus modos de pensar, de sentir y de actuar. Aparecieron pun-
tos de intersección, de complementación y de enriquecimiento; las
barreras se fueron convirtiendo en puentes… y pude incluir “inter-
venciones no tradicionales” en “dispositivos tradicionales” de la
cura” (pág. 18).
Me pregunto si, en continuidad con este singular proceso, ha
sido el mismo recorrido el que me ha llevado a una síntesis teóri-
co-técnica, cristalizada en la propuesta del MFI.
En el IV ítem expreso, a través de ideas propias y de otros, el
modo de entender y enfocar mi trabajo que, partiendo de un enfo-
que psicoanalítico, es enriquecido con otros aportes.
A continuación comentaré y/o citaré textualmente otros párrafos
que permitirán entender mi marco teórico referencial, acorde con
lo que Pichon Rivière (2005) definió como Epistemología conver-
gente1:
Coincido con Buchbinder (2001) cuando se pregunta si la adhe-
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sión al psicoanálisis funciona (en relación a la clínica) como una
plataforma de lanzamiento para la creatividad (apertura) o como
un encerrarse (clausura).
Este párrafo está en sintonía con mi paradigma de base, ya que
mi propia propuesta de un MFI es el ejemplo de un dispositivo que
parte de un enfoque psicoanalítico pero que a su vez, a modo de
plataforma, me lanza hacia una síntesis conceptual y técnica que
incorpora otros aportes, pero sin dejar de ser una aplicación del
psicoanálisis.
Considero que en la misma línea están los siguientes párrafos:
“Coincido en mi práctica con Matoso (1996) respecto al encua-
dre, que incluye una modalidad de trabajo que va de la palabra al
recurso expresivo, y de éste al cuerpo y viceversa. Se trata de una
“conexión directa” con lo vivenciado y una “toma de distancia”
mediante la reflexión que lleva a su conceptualización” (pág. 22).
Como ya sucedió otras veces, me parece que otra vez el conte-
nido del párrafo es extrapolable al ámbito institucional del MFI.
Más adelante, y de acuerdo con otros autores, coincido en que la
utilización de un dispositivo que incluya diferentes recursos técni-
cos también obliga a interrogarse por la teoría y a un replanteo de
su relación con la acción, lo imaginario, lo simbólico y lo real, la
afectividad y la representación (también aplicable al MFI).
Tal replanteo, dentro de un encuadre psicoanalítico, deberá ser
riguroso y sincero, pues de lo contrario se podría caer en dogma-
tismos, tal como lo advierte Buchbinder (1993), y con quien coin-
cido.
El peligro que se corre puede ser doble (Buchbinder, 1993,
Stoppiello, 2009c): caer en posturas dogmáticas y eclécticas. La
primera, “lleva a absolutizar cualquier elemento técnico o concep-
tual por encima del diálogo, del enriquecimiento, del entrecruza-
miento entre diferentes orientaciones” (pág. 128) y la segunda,
“incorpora cualquier recurso sin fundamento previo o posterior”
(pág. 128).
El MFI, si bien es un dispositivo de trabajo inspirado en el psi-
coanálisis, da un paso más al incluir otros enfoques y aportes. Esto
no debe entenderse como una deformación o un desvirtuar la dis-
ciplina creada por Freud, mas bien todo lo contrario, ya que reite-
ro que se trata de una aplicación del psicoanálisis en ámbitos ins-
titucionales.
Para fundamentar y apoyar mis ideas, vuelvo a solidarizarme
con Buchbinder (1993), cuando dice que “se puede combinar la
práctica psicoanalítica tradicional con el trabajo expresivo y cor-
poral, sin dejar por ello de ser psicoanálisis. Se trata de rever el
enfoque tradicional del psicoanálisis como una práctica exclusiva
del diván y la palabra, porque si bien esto forma parte del encua-
dre, no es lo esencial. La esencia del psicoanálisis, para el autor,
pasa por el trabajo con lo inconsciente, el deseo, el amor, el odio,
la transferencia” (Stoppiello, 2009c, pág. 22), lo cual es contem-
plado en el MFI.
Agrega también Buchbinder en el mismo libro: “La escucha no
es unidireccional. La simultaneidad de escenas lleva a que el tera-
peuta escuche lo corporal y lo verbal y ‘la otra escena’, que es la
escena de lo inconsciente. La escucha como el mensaje son plurí-
vocos. No transcurren sólo con los oídos ni con la voz. La res-
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El psicoanálisis, como todo saber, tra-

baja contra su tendencia natural a
canonizarse en textos sagrados y
consagrados. Así, para quien esté dis-
puesta y la operatoria pasan del diálogo verbal al corporal y al distintos momentos de los procesos institucionales. puesto a escucharlo, cruje en sus
contradicciones internas y en sus
expresivo” (pág. 88). Pronóstico: para conjeturar estrategias de intervención y posi-
inconsistencias.
Como el MFI y todas sus versiones admiten la posibilidad del bles evoluciones de procesos institucionales. Este libro pretende poner en caución
uso de diversos recursos artísticos para su confección (dibujo, pin- Terapéutico: para promover elaboración, comunicación, refle- ciertos enunciados y hacer pie en las
tura, escultura, música, danza, escritura, teatro) los he definido. Se xión y puesta en marcha de cambios institucionales. vacilaciones del dispositivo psicoana-
trata de “un conjunto heterogéneo de disciplinas y técnicas expre- De control: para monitorear el desarrollo del proceso durante el lítico que fueron llevando a variacio-
sivas, cuya finalidad es la de exteriorizar los contenidos fantasmá- transcurso de una intervención institucional. nes en su práctica.
ticos del sujeto. Es justamente esta posibilidad de transferir a otro Didáctico: como dispositivo de trabajo incluido en los itinera- En los últimos treinta y cinco años, el
código de lenguaje las experiencias vividas lo que posibilita una rios formativos para los futuros analistas institucionales. psicoanálisis fue interrogado en su
mayor toma de conciencia y de elaboración (Stoppiello, 2009c, “Actualmente el MFI atraviesa por un período de reflexión, solipsismo por una gran diversidad
pág. 22). construcción y redefinición. Como todo cuerpo (conceptual) está de prácticas que fueron mostrando
que el psiquismo no está cerrado
Siguiendo con la misma línea de trabajo y pensamiento, cito a en un proceso constante de devenir, abierto y receptivo a comen-
sobre sí mismo y que allí donde se
Scanio (2004) quien dice del uso del arte en el ámbito clínico: tarios, críticas y sugerencias para seguir creciendo” (Stoppiello, encuentre un sujeto con otro, habrá
“Cuando se habla del arte en terapia, suele hacerse referencia a 2009a). afectación subjetiva para ambos pro-
la utilización de medios de expresión y comunicación diferentes tagonistas de la escena.
del lenguaje verbal de la vida cotidiana. Entendido en este sentido, Notas de las tres entregas Más de un otro entonces, para decir
el arte, valiéndose de símbolos y metáforas, a través de activida- 1 En adelante (MFI) según sus siglas. que la intersubjetividad genera nue-
2 En adelante (MFC) según sus siglas. vas marcas subjetivas, que no hay
des que incluyen un particular compromiso sensorial y cinestésico
3 En el punto II. c se expondrán los conceptos de Cuerpo Institucional (CI) manera de seguir siendo el mismo
(artes gráficas, plásticas, musicales, danza, etc.), es propuesto y Cuerpo Fantasmático Institucional (CFI).
como un medio para ‘liberarse’ del malestar, de la angustia” (pág. que se era antes de ese vínculo, que la
4 En alusión a las ideas de Pichon-Rivière (2005) sobre la relación dialécti-
9). ca entre texto y contexto y la de muchos grupalistas argentinos respecto a que
presencia del otro, produce inexora-
blemente una exigencia de trabajo
El objetivo no apunta a la estética, la técnica o el producto, sino el contexto social se convierte en texto grupal. Quiroga (1998) dice al respec-
to: “Sin negar la especificidad de los procesos grupales, afirmamos la deter- psíquico para alojar esa novedad.
al proceso de producción de una obra como modalidad de expre- Más de un otro designa, además, la
sión y elaboración de un conflicto: Lo disruptivo y enigmático se minación en última instancia de esos procesos por las relaciones sociales.
Estas relaciones, portadas por cada uno de los sujetos, síntesis y emergentes de tarea de un analista que fue incluyen-
puede entonces integrar como un nuevo sentido dentro de la cade- las mismas, se manifiestan con una modalidad particular en el sistema inter- do en sus prácticas una mirada vincu-
na de significaciones, a partir de que el sujeto del conflicto se con- accional del grupo. lar y recibe, juntos, a algunos otros,
vierta en un autor que se apropie de la interpretación (Scanio, En el ámbito grupal se reproduce la cotidianeidad. Esto es, la forma inme- para poner a trabajar sus alianzas
2004). diata en que experimentamos las relaciones fundantes del orden social. Las inconscientes.
En base a estas ideas, el cuerpo-institución que representa el vicisitudes y crisis de esa cotidianeidad determinan formas de encuentro con Y el psicoanálisis mismo, interroga-
MFI se transforma en texto encarnado listo para ser leído. Al igual el otro, de incluirse en el proceso interaccional, de significar la situación gru- do, intervenido, afectado, por los
pal y de relacionarse con el objeto de conocimiento” (pág. 91). efectos de dichas prácticas con más
que la escritura, el MFI también funciona a modo de un “otro 5 Concepto inspirado, según los autores, en el capítulo VI de la de un otro.
texto” producido por su autor o autores y con un doble estatuto: el Interpretación de los sueños de Freud (1900) para dar cuenta de una actitud
de expresión (externalización en la producción) y el de elaboración psíquica descripta como tendencia convergente de todos los datos del momen-
(reordenamiento y adueñamiento de las fantasías) (Buchbinder, to (estímulos internos y externos) hacia una sola unidad inteligible. Para
1993). Rodado (2008) entronca con el jugar y el dibujar. Constituye, de este modo,
Matoso (1996) agrega al respecto: “Podríamos considerar las una posibilidad de crear (más que de interpretar) significados, permitiendo
construir una nueva (otra) escena.
escenas alojadas en el cuerpo como haciéndose cargo de un texto
6 Concepto inicialmente creado para los grupos y que propongo extender a
sumergido en ese territorio, textos arcaicos, confusos, como hue- las instituciones. “Es el mensaje explícito o los aspectos fenoménicos de los
llas borroneadas que se alojan en esas representaciones. Y a su vez vínculos en los grupos” (Adamson y Sapia, 2005, pág.137).
podríamos considerar la escena como acontecimiento único, donde 7Desarrollo burocrático y cristalización de aspectos organizacionales a par-
los textos adquieren una organicidad propia y una estructura deter- tir de normas y valores establecidos (Castoriadis, 1975, Lourau, 1970).
minada; considerar la escena como estructuración de esa fantas- 8 Logro de los objetivos que se ha propuesto un grupo (o institución)
mática, de esos fragmentos” (págs. 83-84). (Pichon-Rivière, 2005).
Son justamente esas escenas congeladas en el cuerpo-institución
las que se busca primero corporizar y luego destrabar a partir de un
pasaje de código mediante su “encarnación” en nuevas posibilida- Escuela Superior de Psicología
des de expresión.
Social y Counseling (A-1327)
III. b Comentarios finales
El MFI se ha presentado como un elemento versátil y con múl-
tiples propósitos. Hasta el momento he individualizado cinco usos PSICOLOGIA SOCIAL
diferentes pero complementarios (Stoppiello, 2007) como disposi- (Presencial – Distancia)
tivo:
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reivindicarlos; devolverles su
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9 Uno de los dos principios que según Freud (1911b) rigen el funciona-
miento de la psique. Derivado del Principio de Placer, al cual modifica, con-
siste en la renuncia a buscar el placer por la vía más directa e inmediata y sí
en cambio, mediante rodeos, aplazamientos y negociaciones con las condicio-
nes imperantes en el mundo exterior (realidad).
10 Uno de los dos modos de funcionamiento del aparato psíquico descritos
por Freud (1895, 1900). En la metapsicología freudiana se corresponde, desde
lo tópico, con el sistema preconciente-consciente. Desde lo económico y diná-
mico, esta energía psíquica correspondiente se liga a representaciones más
estables antes de fluir y descargarse de un modo controlado. Este tipo de ener-
gía es, desde un punto de vista genético, posterior a la energía libre circulante
en el aparato.
11 Paráfrasis de la novela familiar del neurótico (Freud, 1908a).
12 Referencia del inconsciente freudiano para la comprensión de los fenó-
menos grupales cuando los contenidos no concientes pugnan por emerger en
el grupo a través de uno o varios portavoces (Adamson y Sapia, 2005, págs.
137-138).
13 Fuerzas innovadoras que apuntan a cambios en el desarrollo de los pro-
cesos institucionales a partir de cuestionar lo establecido (Castoriadis 1975,
Lourau, 1970).
14 Elaboración de los obstáculos (conflictos) que impiden al grupo (o insti-
tución) lograr sus objetivos. Para Pichon-Rivière (2005) estas dificultades, que
entorpecen el cambio grupal, tienen que ver con las ansiedades básicas (para-
noide y depresiva) que traban la resolución de la tarea.
15 Uno de los dos principios de funcionamiento psíquico según Freud
(1895, 1920g) cuya finalidad es la de evitar el displacer y obtener el placer del
modo más inmediato y directo posible.
16 Uno de los dos modos de funcionamiento del aparato psíquico según
Freud (1895, 1900). Según la metapsicología freudiana, desde el punto de
vista tópico, corresponde al inconsciente y desde lo económico y dinámico, la
energía psíquica fluye libre entre las representaciones (ligadas a experiencias
de satisfacción) mediante los mecanismos de desplazamiento y condensación
17 Paráfrasis del concepto de corrientes psíquicas de Freud (1918b, 1923b,
1927e, 1940e) para dar cuenta de la dificultad del diagnóstico en ciertos
pacientes debido a la coexistencia de varias estructuras psicopatológicas, tal
como es ejemplificado en el historial del Hombre de los Lobos (Freud, 1918b).
Ante conflictos nucleares entre el Edipo y la castración (Freud, 1927e, 1940e)
o en relación a los tres amos del yo (Freud, 1923b) las corrientes psíquicas se
perfilan como distintas alternativas de resolución para cada problema.
Maldavsky (1992, 2008e, 2009a) también se ocupó del tema, diciendo que
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un paciente no es una unidad rotulable (histérico, depresivo, etc.) sino más
bien una combinación compleja de varios componentes que pueden estar en
pugna, alianza, subordinación o dominancia entre ellos, sea de modo transito-
rio o permanente. Es decir que una corriente puede apelar a la represión de un
fragmento psíquico, mientras que otras pueden desmentir y/o desestimar otros
fragmentos.
Propongo la misma idea respecto a la institución, con un funcionamiento a
partir de corrientes psíquicas coexistentes, con distintas lógicas y defensas en
juego.
18 Encarnación, en la asociación, de la idea de que el contexto social que se
hace texto grupal. (ver nota a pié de página nº 4, pág. 3).
19 El rol es la función social internalizada que un sujeto asume y/o le es
adjudicada por el entorno mediante un proceso de asunción y adjudicación de
roles. Es producto del interjuego entre un rol prescripto por el grupo y el rol
asumido por el sujeto, como ensamblaje entre sus características personales y
una necesidad del grupo (Pichon-Rivière, 2005).
20 Anzieu (1986) define como ilusión grupal a un estado psíquico particu-
lar observable tanto en los grupos naturales como terapéuticos o formativos
que espontáneamente lleva a sus miembros a expresar un estado de comodi-
dad y felicidad bajo la forma “Estamos bien juntos, constituimos un buen
grupo….” (pág.85). Se trata de momentos de euforia colectiva que funcionan
como defensa frente a la angustia, vivida como amenaza.
21 Basado en las ideas de Arminda Aberastury (1962) sobre la importancia
de reconocer las fantasías de enfermedad y curación durante las primeras
entrevistas en psicoanálisis con niños.
Llevado al dispositivo del MFI, consiste inicialmente en detectar (diagnós-
tico institucional) y posteriormente trabajar (intervención institucional) las
fantasías inconscientes que circulan en los grupos institucionales sobre lo que
ha sucedido (motivo de la aparición del síntoma) y sobre lo que necesitarían
para solucionar el problema (elaboración del síntoma).
22 Conjunto de fases sucesivas que lleva paulatinamente al grupo a la cap-
tación, aprendizaje y reparación de la realidad institucional en la cual está
inmerso. La idea está tomada de los conceptos de acontecer grupal y proceso
grupal de Pichon-Rivière (2005).
23 Ver nota a pié de página nº 21.
24 Debido a la índole socio-histórica de la conducta humana, el sujeto no
puede ser abordado por una única disciplina, por lo cual Pichon-Rivière (2005)
propone una Epistemología Convergente, como abordaje pluridimensional e
interdisciplinario del hombre en tanto objeto de indagación científica.
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Ciclo de taller psicodramatico terapéutico: los talleres de mi vida
Coord: Silvia Schverdfinger
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"Mis sueños y proyectos" Jueves 9/12 de 19 a 21.30 hs
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Noviembre - Coord: Fernando Castelli - quincenal - Lunes de
19.45 a 22.15hs. - Lunes 1, 15 y 29/11 - Costo: los 3 encuen-
tros: $120
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Viernes de 19.30 a 21.30 hs. - Costo: $140
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Grupales que dirige Graciela Jasiner.
Lunes 8 de noviembre, a las 20 hs.
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Seminario 3: Ejercicios de ritmo. Pulso y Melodía
- Comunicación – Recreación - Equilibrio emocional
Seminario 4: Ejercicios de fuerza y concreción
- Revalorización personal – Motivación – Potencia
Seminario 5: Ejercicios de relajación
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Seminario 6: Danza del ave y danza de la serpiente
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Billinghurst 1642 PB "A" entre Güemes y Charcas
Informes e inscripción 4821-7426
allerandmabel@yahoo.com.ar www.a-mabel-allerand.com
Actividades en Fersic
.Workshop sobre Rorschach Nivel I "Administración y
Codificación"
01, 02, 03 y 04 de Diciembre, de 9 a 18 hs.
.Jornada "Introducción al DSM IV"
Sábado 20 de Noviembre de 9 a 18hs.
Informes: Av. Gúemes 3745 1º B, Capital
4822-7321 info@fersic.org.ar www.fersic.org.ar
Seminario de formación en psicoanálisis
Presencial y semipresencial
Ecuela Psicoanalítica de Psicología Social inscribe para el
Seminario de Formación en Psicoanálisis (Freud-Lacan y análisis
de casos clínicos) de dos años, a cursarse de frecuencia semanal
(turno mañana los lunes a las 10:30, y turno noche los jueves a
las 20, y en modalidad Semipresencial, el último sábado de cada
mes.
Informes: Echeverría 2806, de 9:15 a 12 y de 18:30 a 20:30
excepto viernes noche.
Tel-fax 4433-4988
info@psicosocial.com.ar
www.psicosocial.com.ar
Incorporación: inmediata.
Talleres en el Instituto de la Máscara
- Trabajo Corporal Expresivo
- Construcción de Máscaras
- Danza Butoh
- Escritura Psicodramática
4775-3135 buma@webar.com
www.mascarainstituto.com.ar
Jornada de Psicología Social
Trabajar en grupo. Cómo, porque y para que
Sábado 6 de noviembre de 9.30 a 18.30 hs
Actividad gratuita con inscripción previa
Primer Escuela Privada de Psicologia Social
24 de noviembre 997, CABA
4957-1907 / 4931-0200
secretaria@psicologiasocial.esc.edu.ar
Taller de danzaterapia
Sábado 13 de noviembre de 15 a 16.30
En Artesano, Mansilla 2738 1 piso, CABA
Melisa Lechini
Informes e inscripción: 15-3239-2949
www.aquietando.com.ar melisalechini@hotmail.com
La experiencia colectiva
Luego de haber compartido las dos primeras actividades del Ciclo
“La Experiencia Colectiva”:
• El cuerpo en la Clínica institucional. Escena y afectación, taller
coordinado por el Dr. Osvaldo Saidón y el Dr. Bernardo
Kononovich, y
• Fernando Ulloa en la Cátedra de Grupos: Conferencia “La salud
mental en el espacio público- político" (28-4-08) con la coordina-
ción del Dr. Carlos Altschul y la Dra. Ana María Fernández
la Cátedra I de Teoría y Técnica de Grupos, Fac. de Psicología,
U.B.A., invita al tercer encuentro del Ciclo, a realizarse el sábado
13 de noviembre, de 14.15hs a 18.15hs
Será el último encuentro del Ciclo por este año y tratará del Taller:
Las escenas temidas del coordinador de grupos, que coordinará
la Lic. Aída Alicia Loya. Presenta: Lic. Sandra Borakievich.
Las actividades del Ciclo “La Experiencia Colectiva” se desarrollan
en el Aula 22 de la Facultad de Psicología, U.B.A. - Hipólito
Yrigoyen 3242- C.A.B.A.
Al igual que en los encuentros anteriores, la inscripción se
realizará el mismo día, antes del inicio de cada reunión.
Actividad no arancelada - Se entregan certificados de asistencia
de la Secretaría de Extensión, Cultura y Bienestar Universitario de
la Facultad de Psicología, U.B.A. (al Ciclo completo o a alguno/s
de los talleres).
Cuerpo, escena y máscaras
Seminario intensivo trimestral
“El rostro social y la subjetividad”
Próximo encuentro: Viernes 12 y Sábado 13 de Noviembre
Horario: 1 fin de semana cada 3 meses. Viernes de 14 a 19 hs. y
Sábados de 9 a 14 hs.
Coordinan: Dr. Mario Buchbinder, Lic. Elina Matoso y profesores
invitados
En Instituto de la Máscara 4 775-3135 / 5424
buma@webar.com
www.mascarainstituto.com.ar
Taller de bienestar y desarrollo personal
Para terminar el año con energía renovada y equilibrio vital
Miércoles 3, 10, 17 y 24 de Noviembre de 19 a 21hs
"La Escalera" -Espacio de Arte- Juan B Justo 889 (Palermo)
Utilizaremos diversas técnicas de Creatividad y medios
expresivos: plástica, narrativa, movimiento.
Inscripción Previa - Cupos Limitados
Arancel $180 (los 4 encuentros)
Más info:
fernandabolli@hotmail.com
15 5050 1775
II Simposio Argentino de Psiquiatría, Psicopatología y Salud
mental
Buenos Aires, Abasto Plaza Hotel
26 y 27 de noviembre 2010
Av. Corrientes 3190 Capital Federal – Argentina
Organiza la Asociación Argentina de Salud Mental
Informes: Ayacucho 234, CABA
4952-1923 / 8930 15-3013-0929
Campo Grupal / 15
MIL
fotos
¿Por qué le habrán pues-
to caballos? La pregunta
nace de una vieja publi-
cidad. ¿Por qué caballos?
Imposible saberlo. No
hay duda de que son ani-
males bravos, decididos y
con carácter.
A veces juegan a las
carreras o se escapan
hasta recuperar el salva-
jismo original.
Los textos de esta página
se inspiran en la eviden-
cia equina de la imagen
pero hablan, como siem-
pre, de otra cosa.
El globo
Luis Gruss
lgruss@ciudad.com.ar
La ciudad está sitiada. Habría que pedir
refuerzos, pero ¿a quién? La última golon-
drina voló hacia otras primaveras. Los caba-
llos huyeron y todos los carruajes se incen-
diaron. El enemigo cuenta satisfecho los
minutos que faltan para el asalto final. El
gobernador de la ciudad –un hombre sin
corazón- está dispuesto a entregar el reino a
cambio de un pez o una medalla. Las fami-
lias se recluyen en sus cuevas, los ancianos
se despiden del sol, los niños juegan sin
ganas. Pero no todo está perdido. Mientras
las bombas acaban con las calles y los sue-
ños, mientras los actores lloran en el teatro
y las putas improvisan plegarias en la
Iglesia, hay todavía un caballero dispuesto a
resistir y dar batalla: es un sobreviviente, un
glorioso perdedor, un héroe optimista en
una época sin héroes. Con dos rosas en la
mano y una amplia sonrisa dibujada en la
cara se dispone a hacer posible lo imposi-
ble. Las fronteras están bloqueadas. Los
cañones no dan tregua. Aún así, travieso y
decidido como un duende, el hombre ha
resuelto salir a buscar auxilio más allá del
cielo y de la tierra. El pueblo, jugándose
acaso la última carta, lo acompaña con fer-
vor en la aventura. En medio de la algarabía
general las mujeres han donado su ropa
interior a los fines de armar, con los retazos
de esa candorosa intimidad, un globo capaz
de volar muy lejos. Los artesanos constru-
yen la canasta y los fogoneros arriman las
llamas que hacen falta para arrancar. Contra
toda indiferencia, contra toda frialdad, la
nave se eleva al fin sobre los tejados. El
gobernador observa el espectáculo con evi-
dente fastidio. Allá van, en esa burbuja
inconcebible, el jinete montado en su caba-
llo blanco y una joven de ojos grandes que
se colgó a último momento. Con aire
caliente y fantasía no van a llegar muy
lejos, murmura el funcionario ante sus
ministros desahuciados. Con tan poco (sin
embargo) el elegido se ha propuesto salvar
a la ciudad de la tristeza.
Campo Grupal / 16
Dolly
Marcelo Miceli
marcelo.miceli@yahoo.com.ar
Dolly siempre dudó de la calidad de la blusa
que Ricardo insistió en comprarle en París.
No es solo la tela, sino la exageración de
rosas distribuidas en los lugares menos pen-
sados, como si el diseñador, un enfant terri-
ble caído en el olvido, se hubiera obligado a
liquidar el remanente de flores de la noche a
la mañana; debe admitir sin embargo (y
supone que es eso lo que atrajo a Ricardo)
que la camisa deja al descubierto de forma
oportuna el nacimiento de un busto aún
envidiable, sin intervenciones que lo desfi-
guren. Allí están las hermanas Irurtia, por
ejemplo, discutiendo como si estuvieran en
el living de su casa. Teresa, la menor, ape-
nas consigue abrocharse el solerito, como si
hubiera crecido de pronto, sin tiempo a
comprar ropa decente para el nuevo talle de
silicona que les regaló papito.
-Una apple crumble: que esté tibia, nada de
heladera. Y un cortado, con más café que
leche.
Los gestos masculinos de Teresa fascinan a
Dolly: las rodillas separadas, el brazo en el
aire; las malas palabras que cabrían mejor
en la boca de un camionero. Si bien su piel
es tirante, no hay virtud en ello: los años se
encargarán de profundizar las arrugas que
hoy se insinúan bajo la nariz. La hermana la
escucha entre resignada y sorda.
La discusión distrae a Monique, sentada en
su mesa del ventanal. Anillo de oro, pulsera,
aros, collar de oro. Parece una caja de segu-
ridad. Está concentrada en los obituarios
desde que llegó: ¿busca al marido? ¿todavía
no lo mató?
-Ok. ¿Vio a Richard por acá?
-No señora.
Las hermanas tienen las mejillas rojas.
Dolly las observó hasta hace un rato en la
tribuna, protegiéndose del sol con una
crema que apenas usaron, con lentes y sin
capelina; con los hombros al aire y mos-
trando las nalgas; hablando por celular y
ajenas al paisaje. Espera que el aire a toma-
te pasado les dure toda la semana.
Monique deja el diario y la saluda con ruido
a campanitas. Dolly levanta la cuchara y
sonríe. Hola querida, cómo estás. Advierte
que así, con la cuchara, reproduce el gesto
de Ricardo en las mañanas de Ibiza, cuando
Escribe en la arena las faltas de tu amigo. Pitágoras
agotada de una noche complaciente, con la
convicción de que nunca nadie ha estado ni
estará a su altura, dormía hasta las dos de la
tarde, dándole a Ricky el tiempo necesario
para que arreglara sus negocios y requeri-
mientos familiares, dejando el resto del día
libre para estar juntitos juntitos.
Las Irurtia se van. Cada una hablando con
su teléfono. A pesar del televisor, donde
pasan viejas carreras, el salón vuelve al
silencio de los cubiertos.
Monique parece haber hallado un familiar
en el diario. La excusa para tomar otro
whisky.
-Esto es café con leche. Y la manzana está
congelada. Que lo pague Richard, si apare-
ce.
Dolly junta sus cosas y se va. El ruido de los
tacos rompe la quietud del salón.
Peces de papel
Andrea Rocha Granados
sinandre@hotmail.com
Esos días no habrían sido tan buenos sin mi
prima Angélica. Cuando entraba en la casa
de mi abuela lo primero que yo hacía era
buscarla en su habitación. Siempre la
encontraba mirando por la ventana como
quien espera la llegada de alguien sin saber
quién. Ella sonreía al verme. Luego me
daba detalles del juego del día. Podíamos ir
a la alberca y atrapar los peces de papel que
había estado dibujando la noche anterior.
Podíamos levantar piedras del jardín para
descubrir la extraña organización de los
ciempiés. Pasábamos horas y horas constru-
yendo habitaciones, puentes y autopistas
que los insectos se negaban a transitar. Y
todo así hasta que el frío de la tarde nos
obligaba a regresar a casa. Era entonces
cuando llegaba el instante preferido y mal-
dito a la vez. Mientras los adultos tomaban
el café de las cinco, nosotras nos encerrába-
mos en el baño para observar clandestina-
mente las fotos del álbum que mi abuela
ocultaba en el estante más alto de la biblio-
teca. Desfilaban imágenes de gente que no
conocíamos. Inventábamos historias sobre
fiestas transcurridas hace tiempo, bodas
pactadas, traiciones, indecencias. Apenas
sentía que la conversación de los grandes
estaba a punto de terminar, Angélica pasaba
las páginas del álbum con rapidez hasta lle-
gar a su foto preferida: la de una mujer
joven mirando por la ventana como quien
espera la llegada de alguien sin saber quién.
Cuando oscurece
Pedro Alvarado
malospoetas@hotmail.com
Cuando oscurece, oscurece.
El sol pone sus huevos sobre el valle hume-
ante y después todo o casi todo es silencio o
algo que se le parece demasiado: una melo-
día muda apenas interrumpida por un cen-
cerro de cabra, una finísima garúa, un grito
de mujer pariendo, algo que sucede tan lejos
como la estrella que llega última al banque-
te de los dioses.
Cuando uno está lejos nada puede hacerse.
Los perros sólo despiertan cuando presien-
ten que algunos caballos metieron el hocico
en propiedad privada. Pisan el pasto reseco,
se envuelven con las nubes que bajan de la
serranía, van a paso lento por la falla geoló-
gica donde todo es hueco y tibio. Los perros
corren y ladran con la intención de expulsar
a los intrusos. Todo lo que consiguen es que
los bayos se metan cada vez más adentro y
adentro y más adentro. Hay cópula o grillos
en la noche. Los canes retroceden y remon-
tan, ellos también, para no ser menos.
Perros y caballos. Caballos y perros. En
algún lugar brillan piedras bajo la quietud
lunar. Por ahora los actores se conforman
con mirar y miran. Los animales no piensan.
La yegua se deja y salta. El macho se va en
sueños que nunca se realizan. El patrón ha
salido a ver qué pasa. Ha salido con su rifle
cargado. Las balas no precisan huecos para
entrar. La mujer del patrón aprovecha para
hundirse en las sábanas deshechas. Sigue la
escena desde cerca y camina de pronto por
el campo. El viento acaricia una caprichosa
curvatura. El viento peina el hirsuto paisaje.
Pero ella no ve, lo que se dice, nada. Y se
tiende a dormir o a soñar sobre la hierba
negra.
Cuando oscurece –piensa- oscurece.