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AEDIFICARE

2010

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AEDIFICARE
2010
Anuario de Investigaciones de Estudios sobre Diseño

ADOLFO BENITO NARVÁEZ T.


Editor General

De la sección de Arquitectura:
Gerardo Vázquez Rodríguez

De la sección de Diseño y Arte:


José Manuel Prieto González

De la sección de Urbanismo:
Alejandro García García y
Jesús Manuel Fitch Osuna

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IIA

Dr. Jesús Áncer Rodríguez, Rector


Ing. Rogelio G. Garza Rivera, Secretario General
Lic. Rogelio Villarreal Elizondo, Secretario de Extensión y
Cultura
Dr. Celso José Garza Acuña, Coordinador Cultural
Arq. Francisco Fabela Bernal, Director Facultad de
Arquitectura

Universidad Autónoma de Nuevo León.


Ciudad Universitaria,
66451, San Nicolás de los Garza, N.L.

Comité científico de Aedificare 2010


Carlos Marmolejo Duarte, Universidad Politécnica de Cataluña
Pedro Abramo, Universidad Federal de Río de Janeiro
Tito Alegría Olazábal, Colegio de la Frontera Norte
Carme Miralles Guash, Universidad Autónoma de Barcelona
Osvaldo Méndez, Pusan University Korea
Eloy Méndez Sainz, El Colegio de Sonora
Daniel González Romero, Universidad de Guadalajara
María Teresa Camps Miró, Universidad Autónoma de Barcelona
Joan Minguet Bartolli, Universidad Autónoma de Barcelona
Gerardo Castro Ojeda, Universidad de Coímbra

Primera edición, 2011

© 2011 Adolfo Benito Narváez Tijerina, Jesús Manuel


Fitch Osuna, Gerardo
Vázquez Rodríguez, Alejandro García García, José
Manuel Prieto González.

Tiraje: 1000 ejemplares

ISBN 978-607-433-764-8
Índice
Introducción, Adolfo Benito Narváez Tijerina. 6

Sección de Arquitectura. 14
Nodos de configuración entre el imaginario y la ciudad red. El
cuanto de Diseño, Gerardo Vázquez Rodríguez, 15;
Consideración de los valores histórico, artístico y estético en los
procesos de valuación inmobiliaria, Primera Parte, José Manuel
Prieto González,32; De la netnografía al análisis de contenido en el
estudio de los espacios virtuales, Gabriela Carmona Ochoa; 67
Sección de Diseño y Arte. 99
Elementos del imaginario eurocéntrico: del mito, sus símbolos y sus
motores profundos, Adolfo Benito Narváez Tijerina, 100; El
sueño inconcluso de Émile Bénard. Escenario y actores, Víctor
Manuel Ortiz, 141; Nueva mirada a olvidados lugares de la
ciudad: banquetas, azoteas y callejones, Dr. Alejandro García
García, 149; Un mundo sin calles. A manera de reflexión o lo que
es lo mismo, de autocrítica, Federico López Castro, 161.
Sección de Urbanismo. 181
El Mercado Residencial en el proceso de metropolización, Jesús
Manuel Fitch Osuna, Karina Soto Canales, 182; Principios de la
gestión de la demanda de agua doméstica urbana, en Hermosillo,
Sonora, Adolfo Benito Narváez Tijerina, Arturo Ojeda De La
Cruz, 204; Centros múltiples de alta densidad residencial: Zona
Metropolitana de Monterrey, G. Gerardo Veloquio González,
236; Migración indígena en la zona metropolitana de Vallarta,
Erika Patricia Cárdenas Gómez, 276; La influencia carretera en
la construcción de paisajes: el caso México, Mario Guadalupe
González Pérez, 299.

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Introducción.
Adolfo Benito Narváez Tijerina.

El anuario de Estudios sobre Diseño que corresponde a


los trabajos presentados durante el año 2010, se encuentra con un
panorama interesante en cuanto a lo que acontece en el mundo.
2011 podría ser recordado como el año de la indignación. El
panorama internacional recibió a los manifestantes de los países
árabes, que no tardarían en ser el blanco de la represión por la
fuerza y por el silencio de sus voces públicas, que se manifestaban
igualmente en los espacios de las plazas que en las redes sociales
virtuales.
La represión de una violencia considerable, quizás fue el
mejor pretexto para que las fuerzas de Estados Unidos y Europa,
hicieran acto de presencia en aquellos escenarios, para atacar a los
regímenes de mano dura, con una violencia mayor. En el
paroxismo de esas campañas bélicas, el mundo fue testigo del
horror del paseo del cuerpo muerto y masacrado del presidente
libio, imágenes que por su crudeza fueron el objetivo de duras
críticas en Italia, que clamaba por el retorno de la paz en ese
devastado país.
Ciertamente, estas imágenes representan el claroscuro de
la lucha por la liberación de los poderes de las sombras, pero a
costa de imponer la barbarie cruel de otra violencia que parece
igual de sombría, y en el medio, se encuentran inermes las
poblaciones, entre esa lucha de titanes. No es posible estando ahí
no salir herido.
Entretanto, en Europa, en Estados Unidos, en Chile, en
México, y en muchos países más, la indignación tomaba carta de
presencia como una manifestación que surgía de las sombra de
un mundo paralelo, virtual, auto-organizado, marginal. Las
protestas que llevaron a los Españoles a posesionarse de la Puerta
del Sol en mayo, se extendieron como un reguero de pólvora por

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el mundo, la ocupación de la city de Londres por campamentos de
indignados y la de Zuccotti Park en Wall Street, habrían sido el
acicate para que los poderes fácticos vieran con preocupación el
movimiento social que se gestaba a través de las redes sociales
virtuales. A lo que siguieron litigios en las cortes inglesas por la
apertura de la información confidencial de los “agitadores” del
movimiento que reclamaba el fin de un estado de cosas
insostenible; y tan fuerte se volvió la situación que atravesaba el
poder establecido, que, aparentemente, no pudieron conseguir la
información que buscaban, con lo que la criminalización de estas
actividades de comunicación entre los ciudadanos no prosperaría,
más allá de las declaraciones de limitar el uso de las redes hacia
fines no ligados a la agitación política.
Esto que sucedía en Inglaterra, en México sí prosperó.
Aparentemente, el gobierno mexicano se hizo de la información
necesaria para dar con el origen de mensajes en Internet que
interpretaban como provenientes de fuentes que desestabilizaban
potencialmente a los poderes establecidos. Hubo arrestos
preventivos, amenazas, intimidaciones, conminaciones al orden,
que lo que hicieron fue atentar contra la libre expresión de la
gente. Los resultados que ahora vemos en los medios es una
castración de la voz anónima, en aras del mensaje único, de la voz
que ordena lo que hay que entender, que nos indica cómo
tenemos que actuar.
Como una muestra paralela que no se ve cómo fácilmente
embone en este rompecabezas, sobrevino la crisis mediterránea,
que tuvo en vilo al pacto de la Unión Europea. Los arreglos en la
cima del poder de los países miembros de la zona euro, lograron
contener apenas lo que se veía como una dura caída de las
economías de esa rica región. Poco a poco, es visible junto a estos
hechos que presenciamos en el 2011, el repunte de las economías
asiáticas y la consolidación de China como el más poderoso país
hacia la década que corre. Este cambio del equilibrio de las

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fuerzas internacionales, acaso pueda explicar el agitado año que
nos ha tocado presenciar.
Los efectos de ello en las ciudades, se han dejado ver en el
reacomodo que experimentan diversas urbes en nuestro país a
raíz de la violencia, que en paralelo a estos hechos, se ha
desatado. Cambios importantes en la visibilidad de la autoridad,
en la actuación represiva contra ciertos núcleos desfavorecidos de
nuestra sociedad, en la proliferación de organizaciones de
criminales armados hasta los dientes, han provocado una
diferenciación social que acusa ya síntomas urbanos evidentes,
desde fenómenos de migración interna y externa inéditos, donde
se ha visto una diáspora constante de conciudadanos de las clases
altas y medias hacia Estados Unidos, hasta la construcción de
medidas de aislamiento, vistas como buenas medidas de
aseguramiento de una vida pacífica, a costa de fragmentar a la
ciudad, creando espacios intersticiales que difícilmente podríamos
hoy calificar como espacios públicos.
Estos síntomas que presentan las ciudades, acaso serán
los que revelen una enfermedad más profunda relacionada con un
sistema de vida y de ver las cosas que está esencialmente
fracturado, que ofrece muchos beneficios materiales a muy pocas
personas y que no ofrece gran cosa a las mayorías. El paso de
estos hechos a la explicación de que esos pocos privilegiados
viven en ese estado de plácida felicidad material a costa de la
pobreza de las mayorías es pequeñísimo. Cruzarlo puede luego
ser el inicio de una fragmentación mayor, de un rencor que
traducido a los imaginarios sociales, podría ser el acicate de más
división y más violencia. No es fortuito, que en los medios
rurales, donde la pobreza es mayor, inclusive llegando a niveles de
pobreza alimentaria, es en donde los programas de requisa de
armas por parte del ejército y de las policías, sea más frecuente,
en donde se declara a las fuerzas armadas del Estado, como los
únicos que legítimamente pueden portar armas en nuestro país.

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Frente a este escenario de división profunda es que
debemos actuar con creatividad, con claridad y con fortaleza, para
convertir nuestra labor académica en el medio para conseguir el
proyecto de mejores escenarios para que nuestras sociedades se
desarrollen, en paz, con prosperidad, con unión, con justicia
plena. Tal es el alcance que tenemos en mente para emprender
esta labor que en este libro alcanza ininterrumpidamente ocho
años de labor científica que se expresa a través de estas páginas
que así se convierten en un testigo del tiempo que pasamos.
Como en los años anteriores, en este anuario hemos
podido congregar a colegas comprometidos con esa añoranza de
una mejor vida para nuestros hermanos, rescatando desde
importantes centros universitarios de nuestro país trabajos que
reflejan bien esos objetivos que han animado nuestro trabajo
todos estos años. Como es ya tradicional, este anuario se ha
dividido en tres secciones: la primera, dedicada a los estudios de
arquitectura, la segunda dedicada a los estudios sobre diseño y
arte, y la tercera, dedicada a los estudios sobre urbanismo.
La sección de arquitectura la abre un trabajo de Gerardo
Vázquez, de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que
intenta comprender el fenómeno de la creación de un imaginario
colectivo, por medio de la información que se encuentra dentro
de los objetos de diseño. A lo largo del trabajo, el autor se
impone el objetivo de comprender lo anterior a través de la
hipotética existencia de un macro sistema de objetos que
englobaría a su vez dos subsistemas, uno configurado por la
realidad tangible y otro por el concepto de información en
canales de comunicación que enlazarían a los individuos
existentes en el mismo, Através de su trabajo, el autor configura
un concepto que él mismo ha bautizado como “cuanto de
diseño”.
Este trabajo lo sigue el de José Manuel Prieto, también
profesor de nuestra universidad, que aborda el tema de la

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valoración de los inmuebles con atributos históricos o artísticos.
Su trabajo constituye una aproximación al problema: propone (y
define) una serie de variables de análisis que permitan abarcar la
rica variedad de matices que ofrecen algunos inmuebles en
relación a la historia, el arte y la cultura del lugar en que se
asientan, como paso previo para la elaboración de una
metodología científica, que permita abordar la valuación
inmobiliaria con un rigor necesario para las exigencias de la
especialidad.
La sección la cierra el trabajo de Gabriela Carmona, de la
Universidad de Guadalajara, que aborda el problema de la
necesidad de contar con una metodología más específica de cara
al análisis de los comportamientos urbanos en los ambientes
virtuales. A lo largo de su trabajo aborda el estudio de dos
métodos, uno de origen cualitativo, surgido de la perspectiva
etnográfica: la netnografía, y otro surgido de aproximaciones
cuantitativas, que es el análisis de contenido. La autora maneja la
idea de que esta aproximación mixta ayudará a entender
profundamente cómo los habitantes de las ciudades construyen
sus imaginarios en torno a los ambientes virtuales de convivencia.
La sección de diseño y arte es abierta por el trabajo de
Adolfo Narváez, de la Universidad Autónoma de Nuevo León,
que aborda el problema de definir al imaginario eurocéntrico. Se
trata de una doble intención, ya que por un lado se explora sobre
una manera de ir “codificando” los imaginarios sociales a través
del estudio profundo de las representaciones y su simbolización,
así como entender los componentes de este imaginario
hegemónico. El trabajo forma parte de un esfuerzo mayor
encaminado al estudio de las expresiones urbanas, arquitectónicas
y de diseño de Occidente, para la identificación de los “motores
profundos” que constituirían el núcleo del imaginario
hegemónico.

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El trabajo de Víctor Manuel Ortiz, de la Universidad
Autónoma Metropolitana, nos sumerge en la historia de un sueño
inconcluso, la de un arquitecto que ve truncada su idea de
construir un glorioso palacio legislativo, pero que lo alcanza la
revolución. Siguiendo la trama de la vida, que compara
constantemente con una serie de novelas tristes, Ortiz llega a una
conclusión trágica: la de que aún en la muerte, el arquitecto debió
seguir imaginando que su sueño acaso podría llegar a buen
puerto.
El trabajo de Alejandro García, profesor de nuestra
universidad, se centra en los espacios “olvidados” de nuestras
ciudades. Hace un trabajo de antropología del diseño, en el que
rescata el sentido que las azoteas, los callejones y las banquetas,
representan y cómo se vuelven –en algunos casos- elementos
urbanos para la expresión de grupos sociales que sin estos canales
no tendrían voz. A través de una aproximación de corte
semiótico, intenta encontrar el sentido a estas expresiones
urbanas que hacen visibles los imaginarios de la resistencia.
La sección la cierra el trabajo de Federico López Castro,
profesor de la Universidad de Monterrey, que explora sobre los
modos de enseñanza académica tradicional de la arquitectura,
frente a la necesidad de construir unos diseños menos rígidos que
los que hoy ofrece el mercado inmobiliario de casas mínimas
hechas en serie. Alude a la experiencia que vivió con C.
Alexander en la década de 1970 en Mexicali, como un ejemplo de
que es posible la concepción de un entorno que se adapte al ser
humano y no al revés, de lo que propone una nueva ética para la
enseñanza y la práctica del oficio.
La sección de urbanismo, es abierta por el trabajo de
Jesús Manuel Fitch, profesor de la Universidad Autónoma de
Nuevo León y de Karina Soto, profesora de la Universidad de
Monterrey, que aborda el problema de la metropolización y la
transformación de los mercados inmobiliarios. Exploran sobre las

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variables asociadas a la elección residencial, y de cómo, de la
subasta de unos atributos ambientales diferenciados, sobreviene
el fenómeno de segregación urbana, como un proceso
concomitante a la metropolización, por la manera en que se han
construido las condiciones del mercado inmobiliario. Insisten en
que este proceso de segregación se agudiza en la medida en que
las condiciones del sistema económico global, tienden a propiciar
la acumulación diferenciada del capital y a segregar por su acceso
a los bienes materiales a los diferentes grupos sociales.
El trabajo de Arturo Ojeda, profesor de la Universidad
Autónoma de Sonora y de Adolfo Narváez, explora sobre la
problemática del manejo de las aguas urbanas, de cara a la
fragilidad de este recurso en algunas ciudades mexicanas, se
explora el caso de Hermosillo, presentando el modelo de gestión
que ha predominado en su sistema de abasto, que es el tradicional
de gestión de la oferta, enfocándose a aumentar siempre el
volumen de agua producido en las zonas de captación. Ante
esto, se propone como necesario conocer la situación e identificar
los factores más influyentes en el consumo de agua. Se hace una
descripción de la problemática y se propone el modelo de
Gestión de la Demanda de Agua como alternativa sustentable y
viable en una ciudad localizada en una región desértica.
El trabajo de Gerardo Veloquio, profesor de la
Universidad Autónoma de Nuevo León, que se basa
profundamente en su tesis de doctorado, se propone el identificar
y comparar los patrones geográficos de la densidad residencial en
Monterrey, para a partir de ello determinar las áreas de
crecimiento de la ciudad, así como estimar la intensidad y
magnitud de la problemática en esas áreas y sugerir opciones para
una estrategia de ordenamiento del espacio, de cara a la necesidad
de contar con instrumentos de planeación estratégica para la
ciudad de Monterrey.

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El trabajo de Erika Patricia Cárdenas, de la Universidad
de Guadalajara, tiene como objetivo analizar, en términos
generales, la literatura que se ha enfocado en el estudio de la
migración interna en México. Algunos de los trabajos llegan a
conclusiones, tales como que la migración se dirige hacia las
ciudades medias, una de ellas es Puerto Vallarta. Se resalta
también que el nuevo fenómeno en la migración interna es de los
indígenas a las ciudades.
Finalmente, el trabajo de Mario González, profesor de la
Universidad Autónoma de Durango, ofrece una visión sobre la
influencia de las carreteras en la construcción del paisaje en
México, cuestionando a través de un estudio de la necesidad de
construir infraestructuras que unan a las ciudades, a la influencia
de las infraestructuras carreteras en el territorio de México, como
son proyectadas en la actualidad, en tanto elementos que
modifican sustancialmente los paisajes, deberían ser concebidas
siguiendo criterios de justicia social, equidad, cuidado con el
medio ambiente, entre otros aspectos.

13
SECCIÓN DE ARQUITECTURA
Sección a cargo de Gerardo Vázquez Rodríguez

14
Nodos de configuración entre el imaginario y la
ciudad red. El cuanto de Diseño
Gerardo Vázquez Rodríguez / UANL.
"Nuestro
conocimiento está
constituido por el
pensamiento y la
experiencia
acumulados de
innumerables
mentes."
Ralph W. Emerson

La ciudad desde un enfoque contemporáneo podría analizarse


como un complejo sistema de objetos de diseño, concepto que
no podría manifestarse ideológicamente desligado del fenómeno
de la complejidad sistémica. Sería imposible e inadecuado en este
momento histórico interpretar el complejo acontecer de una
urbe, sus objetos y sus habitantes a partir de un solo enfoque o
conocimiento especializado, así la teoría de sistemas a partir de su
multi-enfoque en las variantes de organización de elementos, en
la colectividad de los mismos así como en la percepción y
desarrollo de patrones en los individuos que lo conforman, nos
permitirá organizar la información arrojada por las entidades
urbana sin desestimar datos, imágenes, percepciones o narrativas
por mas latente que se encuentren en los propios elementos
formativos de la urbe.
Permitámonos así establecer un primer postulado, donde la
ciudad estaría configurada como un macro sistema abierto que a
su vez estaría formado por dos subsistemas operativos, uno
imaginario, ideológico, abierto operativamente e intangible y el
otro tangible, concreto y especializado en clausuras operativas,

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ambos subsistemas estarían en permanente relación la cual estaría
determinada bajo diferentes patrones de correlación.
El primer subsistema, imaginario colectivo o iconografía sistemática
imaginaria1 estaría formado por los canales o redes naturales de
comunicación que se establecerán entre todos los seres humanos
que habitarán cualesquier colectivo urbano , estas redes
intangibles que entrelazan a los individuos estarían formadas por
entrañas de información en constante movimiento
y donde la cantidad de personas afines a una red o canal de
comunicación sería el principio de importancia y jerarquía de una
red sobre las otras, se debería mencionar que la afiliación de
individuos hacia una red sería en base a la igualdad y empatía de
características entre las masas de información de cada uno de
ellos, cabria acotar respecto a la idea anterior que la gran mayoría
de nosotros estamos conectados a estas redes virtuales de
información, pero en muchos de los casos, si no que en su
totalidad lo hacemos de manera involuntaria motivados mas por
la necesidad inherente de compartir con los semejantes una
percepción propia de la realidad la cual estará condicionada por
nuestras creencias, condicionamientos y comportamientos
expresados a partir de nuestros propios cuerpos; sobre lo anterior
Daniel Stern Psicólogo de la Universidad de Ginebra llegará a la
conclusión “Nuestros sistemas nerviosos se construyen para ser captados
por los sistemas nerviosos de los otros, de modo que podemos experimentar a

1
Ejercicio teórico de postular por parte del autor el concepto de Iconografía
Sistemática para tratar de dar un mejor entendimiento al hecho de concebir un
supuesto campo imaginario de canales de comunicación no tangibles que
almacenarán información en formatos muy variables que van desde la imagen
de un recuerdo hasta la fluctuación de adrenalina en el cuerpo lograda por un
hecho emocional en el individuo, así una iconografía nos referirá al hecho de
intentar una clasificación o descripción de datos inherentes a una posible
organización sistemática basada en el estudio de sus partes o propiedades.

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los otros como si estuviéramos metidos en su piel”(1); es decir, pareciera
entonces que nuestra actividad sensorial estuviera mas hecha para
exteriorizar información que para solamente recibirla, el ser
humano estaría condicionado desde su aspecto elemental más
básico, el genético, para fomentar una colectividad permanente
en base a la información que pueda llevar al proceso de
comunicación y que pueda exteriorizar e interiorizar de nueva
cuenta como un vinculo de afinidad entre iguales.
Es entonces que áreas como la mercadotecnia, la publicidad y los
medios electrónicos realizan sus principales estrategias de trabajo
en descubrir estos canales o redes de información invisibles para
lograr establecer discursos afines a las características de los
vínculos comunicativos más jerárquicos de una sociedad y así
lograr la mayor empatía con el mercado al que irían destinado, es
decir que lo que estos especialistas proponen ante nuestros ojos y
cerebros, nosotros mismos en realidad lo precipitamos y dimos
pie para su conceptualización; todo este intercambio de
información se suscitará alrededor de nuestros aconteceres
diarios y por lo tanto en la medida que un objeto, diseño,
programa o campaña publicitaria(2) nos reafirme ese vinculo de
información jerarquizado en un grupo de convivencia, entonces
nos sentiríamos en uno o varios grados más unido a la
colectividad buscada e inminente en nuestras vidas, resolviendo
así momentáneamente una de nuestras mayores predisposiciones
genéticas, la pertenencia al grupo. A este primer subsistema lo
determinaríamos como el plano de información virtual o
imaginario social.
El segundo subsistema o iconografía sistemática concreta sería la
representación más clara y tangible que tendríamos de una
ciudad, esta representación estaría conformada por los objetos
tangibles que nos rodean y dan forma a lo que determínanos
como urbe. Estas entidades que forman a la ciudad y que
aportan identidad: “Lo que se puede decir, sentir o no sobre una

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metrópoli, región, pueblo o colonia”. Este subsiste será la parte concreta
y determinante del macro sistema que postulamos para
explicarnos el concepto de ciudad; ya sea lo que un objeto nos
pueda transmitir de información entendiéndolo como un todo;
desde un puente vehicular atirantado hasta una silla juego del
comedor de alguno de nuestros familiares, ambos objetos
determinan y configuran un mismo sistema urbano. Es decir todo
el sistema de objetos que nos rodea estará transmitiendo
información a partir de todas y cada una de sus propiedades y
partes.

(1)Daniel Stern, The Present Moment in Psychotherapy and Everyday Life


(Nueva York: W.W. Norton, 1985).

2 Objetos que se sujetan al hecho de lograr una clausura operativa en el


segundo subsistema, basados en la análisis de la red de comunicación o
imaginario del primer subsistema:. Para que existieran estos fenómenos
tangibles hubo primero que tener un conocimiento previo sobre las
características de la información de mayor jerarquía en los imaginarios de un
colectivo determinado y entonces poder formar conceptos que a su vez
crearan objetos que derrochan información importante ya existente en las
redes de determinada colectividad.

Configuración del Macro Sistema Abierto Urbano.


Cualquier objeto creado, rediseñado, manipulado o alterado
siempre replicará la información que su autor de forma
consciente o inconsciente le imprimió desde su particular punto
de observación sobre el sistema de imaginarios a los cuales tiene
una pertenencia.
Hemos explicado hasta ahora la posibilidad de conceptualizar a la
ciudad como un macros sistema de características abierta y que
este a su vez estaría formado por subsistemas que permanecen en
continua relación, el primero de estos sistemas menores,
explicábamos se conceptualizaría como un campo intangible

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formado por los canales de comunicación que existen entre cada
uno de los habitantes de una urbe, mencionamos también que
estos canales estarían configurados permanentemente por
información con características dinámica y mutables; las redes
formadas por los canales de información lograrían su jerarquía e
importancia sobre otras redes a partir de la cantidad de los
individuos afiliados a la misma, la pertenencia a un canal
comunicativo de información estaría dada por el hecho de
compartir información existente es el canal correspondiente, así
de esta manera una sola persona tendría múltiples conexiones de
acuerdo a las características de su información. Para Goleman los
datos informativos de un ser humano estarían almacenados en
sus redes neuronales, donde se darían por
asentados y a su vez estarían formando creencias y percepciones;
ambos conceptos aunque almacenados en nuestras neuronas son
experimentados como patrones de comportamiento que
modifican , alteran y se comparten en el escenario de la realidad
concreta, la cual daría contenido a nuestro siguiente subsistema,
el de la realidad concreta o segundo subsistema.
Entonces según lo anterior nuestro siguiente subsistema que
contaría con elementos concretos y tangibles sería la cristalización
de la información del primer subsistema y formando así lo que
conocemos y experimentamos como realidad. Pero esta
afirmación contendrá múltiples acotaciones; la primera es la
forma en que se “encapsularía” la información en una forma real
o comportamiento, nuestro postulado comprendería que
cualquier de nosotros ,usuario de este macro sistema, tendríamos
la capacidad de convertirnos en un ejecutante, el cual podría estar
permanentemente clausurando parte de la información existente
en el primer subsistema, con la condicionante de que primero
tendría que comprenderla en algún grado de conciencia individual
y entonces así tendría la capacidad de determinar características
de un objeto o acción en la realidad; cualquier objeto, acción o

19
patrón de comportamiento que forma nuestra realidad estaría
ligado a una lectura previa de nuestra identidad, formada por la
información adyacente en nuestros vínculos de comunicación
con los demás, sea esto de manera consciente o inconsciente.
El hecho de interpretarnos como diseñadores en cualquiera de las
múltiples facetas existentes dentro de las áreas del conocimiento
nos predispondría a tomar conciencia de la sensibilidad con la
cual contaríamos para poder dar lectura e interpretar estos
canales de comunicación que se establecen entre los individuos a
nuestro alrededor y si fuera de esta forma los objetos que
propondríamos tendrían las suficientes propiedades y
características para poder ser incrustados con éxito en la vida
diaria de los individuos.
También esto podría dar explicación al hecho de que en nuestra
sociedad existieran individuos que sin tener una predisposición
académica a ser reconocidos como diseñadores manifestarían una
clara sensibilidad para crear objetos de uso, procesos o acciones
con un profundo éxito en la sociedad, serían personas que sin
predisposición al conocimiento de forma y función manifestarían
una alta capacidad de lectura sobre la información que crea
empatía entre los individuos de una sociedad o grupo
determinado y entonces al tener este conocimiento les resultaría
fácil determinar las condicionantes de forma, función, uso y
discurso de cualquier objeto.
El objeto de diseño incrustado en los canales de comunicación
grupal sean estos de alta o de baja jerarquía en medida de sus
afiliados, de acuerdo a lo ya explicado, no solo tendría la
característica de ser un producto extraído de un sistema de ideas
sino que también manifestaría grandes y claras repercusiones
sobre las conductas de sus usuario y hasta pudiendo alterar su
percepción y conducta en el marco de la realidad; pensemos en el
hecho de un objeto de diseño como el teléfono móvil, objeto que
ha tenido altas repercusiones sobre la sociedad de los últimos

20
veinte años; fue un diseño que desde sus inicios entono
perfectamente con una necesidad altamente incrustada en la
información que gran parte del mundo occidental manifiesta, la
cual precisamente es el hecho de comunicarnos y tener
acercamiento con nuestros similares independientemente de
nuestra de ubicación geográfica, así la telefonía móvil tenía
asegurado el éxito pues su diseño conceptual estaba intrínseco en
el imaginario de casi todos los individuos de una sociedad
occidental, claro que habría que tener la sensibilidad de dar una
estética, función y discurso que fuera adecuada para los
diferentes grupos sociales formadores de la sociedad, y en este
proceso es donde comúnmente mas puede tardar un diseño o
fallar completamente en entrar a la realidad de las personas, es
decir ya que tenemos una información que se comparte entre
todos ahora el reto es que esta información colectiva tome una
forma y un discurso adecuado también a canales mas particulares
de comunicación expresados por los individuos en grupos
determinados, grupos de infantes y adolescentes con sus
respectivos subgrupos, personas adultas y sus clasificaciones.
Ahora la tarea no solo queda en diseñar en base a la identificación
de información social y sus características, sino que también tiene
su contraparte de igual importancia en el segundo subsistema, el
sistema de la realidad tangible, retomando el hecho del teléfono
celular, este fue creando en base a su alto éxito social,
comportamiento que partían desde posturas antropométricas
diferentes hasta la exploración de nuevas tecnologías asentadas en
receptáculos con morfología referenciada a los teléfono celulares,
y entonces toda esta información que se suscita en lo real irá
generando nuevos canales de comunicación en los grupos
sociales, y estos a su vez nuevas expectativas a cumplir ante los
determinados grupos de individuos; todo esto entendido como
un fenómeno que evolucionará de generación en generación

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determinado por la información que se obtenga y resulte de los
entornos propiciados por los objetos circunscritos al ambiente.

En determinados experimentos llevados a cabo por genetistas


desde la década de los cincuentas se ha podido determinar que el
entorno puede modificar no solo el comportamiento físico de
una persona en concordancia con las propiedades del ambiente
sino que se ha demostrado que existen variantes en el ADN de la
persona en consecuencia de su entorno, es decir al nacer
cualquier individuo nacerá con la herencia genética de sus padres
pero esto no quiere decir que sea este mismo código genético el
que vaya a finalizar en su cuerpo durante su edad madura, muy al
contrario estos códigos serán modificados por las condiciones del
entorno: gestación de raciocinios, tomas de conciencia,
conclusiones, percepciones, emociones y sentimientos
experimentados durante su estancia en el sistema real, sistema
que estará provisto y configurado a través de objetos. En el
estudio de la genética de poblaciones se emplea la expresión
variación Epigenética (3) para denominar a la variación fenotípica
que resulta de diferentes condiciones ambientales (norma de
reacción).

3El término fue acuñado por C. H. Waddington en 1953 para referirse al


estudio de las interacciones entre genes y ambiente que se producen en los
organismos.
Los cambios epigenéticos son cambios reversibles de ADN que
hace que unos genes se expresen o no dependiendo de
condiciones exteriores (polifenismo). La epigenética (del griego
epi, en o sobre, y -genética) hace referencia, en un sentido amplio,
al estudio de todos aquellos factores no genéticos que intervienen
en la determinación de la ontogenia. La ontogenia es la historia
del cambio estructural de una unidad sin que ésta pierda su
organización. Este continuo cambio estructural se da en la

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unidad, en cada momento, o como un cambio desencadenado
por interacciones provenientes del medio donde se encuentre o
como resultado de su dinámica interna. La ontogenia entre sus
principales funciones manifiesta el asegurar la continuidad de la
vida de una generación a la siguiente por medio de la
transferencia de información necesaria para su existencia ante los
canales de información social que podría experimentar.
Los objetos de diseño entonces no solo servirían para funciones
determinadas, sino que en base a las experiencia que suponen
para un usuario crearían un entorno capaz de modificar la
información genética del usuario y por lo tanto expectativas y
percepciones de la vida en todos a sus ámbitos y la información
que heredará a sus próximas generaciones. Así la responsabilidad
y compromiso de un diseñador debería crece de manera
exponencial ante la sociedad.
A raíz de lo postulado creeríamos pertinente la reflexión sobre la
terminología determinada como Objeto de Diseño. En la búsqueda
de términos más acordes hemos encontrado la nomenclatura de
Cuanto de Diseño. Basándonos en las directrices que marca el
Diccionario On line de la Real Academia de la Lengua Española:
Cuanto (Del lat. quantum, n. de quantus).1. m. Fís. Salto que experimenta
la energía de un corpúsculo cuando absorbe o emite radiación. Es
proporcional a la frecuencia de esta última. Entonces la definición de
Cuanto de Diseño surgiría de la analogía entre el término usado
en la Física Contemporánea y el hecho o proceso que se suscitaría
en el objeto de diseño entendido como un corpúsculo, célula o
elemento de un sistema que contará con la capacidad de
experimentar intercambios de energía en forma de información a
partir de la experiencia del observador que actuaría en este caso
como un fenómeno de radiación estimulante posible.
A partir de todo lo anterior haríamos referencia a la creación de
una aproximación metodológica basada en la exploración del
término Cuanto de diseño.

23
En referencia al postulado que hemos explorado en este
documento cabria mencionar nuestra afinidad con las ideas del
sociólogo alemán Niklas Luhmann quien postularía una forma
diferente de comprender a la sociedad. Pues en sus principales
apuntes dejaría totalmente de lado la idea de una sociedad
compuesta por hombres, proponiendo a la misma sociedad como
el nivel emergente en el cual se reproducen las comunicaciones
sociales. Este entendimiento daría forma a una sociedad en base a
un entrelazado de vías de comunicación que conllevan
información Fig.1.
Establezcámonos entonces en este nivel de caracterización social
y a partir también de nuestra explicación previa para
experimentar con la metodología siguiente.

Fig.1 Interpretación por parte del autor para la representación que haría Niklas
Luhmann sobre la sociedad.

Cuanto de Diseño según la propagación de su Información en el Macro


Sistema Abierto Urbano.
Podríamos establecer dos clasificaciones para los elementos que
forman cualquier entorno urbano, basándonos en la
heterogeneidad de forma, función y discurso de estos fragmentos
que lo conformarán y su relación de interacción comunicativa

24
con el usuario, entendiendo en un primer plano a la ciudad como
un sistema complejo de elementos, los cuales se podrán
denominar como objetos de diseño o cuantos de diseño, estos
elementos o fragmentos de ciudad nos rodearán
permanentemente a lo largo de nuestra vida, ya sea tanto a una
escala urbana, arquitectónica u objetual; así el primero de
nuestros fragmentos de ciudad podría ser clasificado bajo el
termino analógico de una polaridad positiva, esto desde el punto
de vista y enfoque de identificación satisfactoria en la interacción
con los individuos de determinado grupo social urbano, el cuanto
de diseño podría o no reafirmar los valores de comunicación
jerarquizados que amalgaman a cierto grupo social
Lo anterior lo podríamos explicar en base a que todos los objetos
de diseño en cualquier ciudad tendrán siempre un determinado
usuario a nivel directo o indirecto, directo para quien fue pensado
en su utilidad primaria e indirecto para quien tendrá relaciones
menos formales con el cuanto de diseño, algunas veces solo se
establecerá como una relación del observador con su entorno o
escenario de vida, pero sin embargo en los dos casos de uso se
establecerá un intercambio de energía e información; ahora en
cualquiera de los casos el usuario siempre contará de forma
inherente con características de pertenecía a un grupo social, la
lectura entonces que se da por parte del observador/usuario
estará siempre acotada por su misma pertenecía y fidelidad de
ideas a cierto grupo social.
Esta pertenencia y fidelidad se manifestará por los fuertes
vínculos comunicativos o de interacción social con los demás
integrantes de grupo, así de esta manera si el objeto de diseño por
medio de sus formas, funciones y discursos logrará consolidar y
reafirmar la información de los canales comunicativos que une al
usuario y al grupo social con su identidad, entonces podríamos
mencionar que el objeto de diseño estaría teniendo una favorable
y positiva identificación y resonancia con el usuario y su masa

25
comunicativa social, constituyendo entonces un cuanto de diseño
positivo Fig 2.

Cuanto de diseño de polaridad positivo Fig 2


El establecimiento de un elemento de ciudad en la clasificación
de cuanto de diseño de polaridad negativa Fig. 3 sería bajo los términos
de cómo el cuantos de diseño no cumple con una interacción
satisfactoria en relación a los valores de la información que darán
la identidad a determinado grupo social.
Sería entonces muy tentador el hecho de poder establecer en el
sistema de creencias del diseñador, que entonces cualquier objeto
de diseño tendría que buscar primero su resonancia en el nicho
social al cual va determinado y de esta manera asegurar un éxito
por la constante exaltación en los elementos de diseño hacia la
información que amalgama a un sistema social, y hasta se podría
entonces imaginar que este diseño que cumpla con las normas de
identificación estaría destinado a transformarse en un icono
referencial y de culto de cierto grupo social, y en realidad muchas
veces sucederá de esa manera.
Pero esto es aun más complejo; no podríamos subestimar una
interacción negativa entre el usuario/observador y el objeto de
diseño y creer que nos llevaría a nada; de forma muy contraría
existen cuantos de diseño de una alta resonancia negativa, pero
que precisamente en esta cualidad esta su validez principal; un

26
cuanto negativo puede ser tan apabullante y radical en su discurso
de la realidad, que podría por una parte reafirmar los valores
propios del sistema o poner en incertidumbre cualidades de la
información, esta misma información que es la que recorre los
diferentes canales de comunicación de un sistema social y que
crea a su vez enfoques para recrear la realidad en el individuo y en

el sistema.
Cuanto de diseño de polaridad negativa Fig. 3

Cuanto de diseño de polaridad negativa predictivo Fig. 4

En casos singulares, existe el cuanto de diseño de polaridad negativa


predictivo Fig. 4. Diseño que puede ser tan apabullante en su discurso

27
estético o funcional, radical e incluso ser vaticinador de
información que aún se estaría gestándose en los canales de
comunicación social y la cual estaría propensa (la información) a
actuar y solidificarse en la realidad, y entonces este diseño
negativo podría por una parte reafirmar los valores propios del
sistema o poner en incertidumbre cualidades de la información,
transformando así la propia morfogénesis del sistema.
En relación a todo lo anterior podríamos establecer que el cuanto
de diseño se volvería una realidad tangible del imaginario social,
explicando con su nivel de efectividad ante el sistema los posibles
modelos de información existentes y a su vez entender por medio
de esto como es que los sistemas se van integrando en base a
compartir los canales de información que los forman.
También afirmaría Luhmann “Que los sistemas se configuran
sobre la base de distinciones realizadas por observadores en la
sociedad (por ende es imposible suponer una distinción que
permita abarcarlo todo). Esa operación básica de distinguir un
sistema se produce a partir de la distinción sistema-entorno”.
Tomando como base estos postulados podríamos intentar realizar
un primer acercamiento a un entendimiento de la relación de los
imaginarios con la ciudad y el cuanto de diseño.
Conformación de la Ciudad red por medio del Cuanto de Diseño
En la siguiente grafica Fig.5 presentamos un esquema del
postulado de conformación de una ciudad por medio de los
canales de comunicación, su información y la interacción del
cuanto de diseño.

28
Fig. 5 conformación de una ciudad por medio de los canales de comunicación,
su información y la interacción del cuanto de diseño.

Pensemos que los círculos de color gris son los individuos que
habitan una ciudad, y entre ellos las líneas establecidas
representarían los canales de comunicación que los unirían en
grupos determinados por el hecho de compartir la información
que recorre estos canales, en conjunto estos canales de
comunicación y la información que conllevan sería determinado
como imaginario social; si algún individuo no compartiera estas
características de información entonces quedaría aislado de los
principales imaginarios que ayudan a establecer determinados
grupos de convivencia.
Las flechas ubicadas sobre las líneas de comunicación
representarían los cuantos de diseño, en color oscuro estarían
graficados los de clasificación positiva en base a que existen
sobre los canales jerarcas de información, recordando que esta
jerarquía se da por medio de la cantidad de afiliados que
contengan estas vías. En colores más bajos están los cuantos de
diseño negativo, algunos dependiendo de sus características
podrían ser diseños negativos predictivos.
En el siguiente dibujo Fig. 6, observamos varias graficas que
representarían ciudades cada una con sus modelos sistemáticos
determinados en base a sus conexiones comunicativas y de

29
información, así como la construcción de sus propios cuantos de
diseño.

Fig. 6, Conformación de una ciudad red


También se integran a la grafica círculos de color rojo, los cuales
indicarían como por el hecho de entablar canales de
comunicación e intercambiar información con personas de otra
ciudad ya sea de manera personal o virtual se estarían exportando
comportamientos, creencias, cultura en general; a partir de lo
anterior podríamos entablar la idea de que entonces los
imaginarios antes muy bien delimitados para cada región se
estarían disolviendo en sus fronteras y permitiendo cada vez más
una unidad basada en las aproximación constantes que presentan
sus individuos entre sí.
Y si lo anterior lo percibimos de una manera principalmente
intangible, en el plano de la realidad tangible o nuestro segundo
subsistema es donde de manera precisa podríamos comprobar el
fenómeno de cómo una ciudad a otra se vuelven una sola y se
establece como una red, en la cual el cuanto de diseño sería la
concretización de los imaginarios disueltos en el afán de crear un
solo macro sistema urbano.

30
La ciudad red manifestaría una clara tendencia a homologar la
información existente en sus imaginarios, a jerarquizar vínculos
de comunicación entre grupos sociales afines y por lo tanto a
proponer y crear objetos de diseño de identidad similar o hibrida
para asegurar así la pertenencia de sus individuos al sistema en
creación.
Bibliografia.
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México, Fondo de Cultura Económica
LUHMANN, Niklas (1989). Gesellschaftstruktur uns Semantik. Studien zur
Wissenssoziologie der Modernen Gesellshaft. Frankfurt, Suhrkamp.
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MORIN, Edgar (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. París,
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NARVÁEZ, Adolfo (2010). La morfogénesis de la ciudad, elementos para una teoría de
los imaginarios urbanos. México, Plaza y Valdés.
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WIENER Norbert. (1948)Cibernética o el control y comunicación en animales
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the Machine)
WIENER Norbert (1950)Cibernética y sociedad (The Human Use of Human
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WIENER Norbert (1964)Dios y Golem S.A. Comentarios sobre ciertos
puntos en que chocan cibernética y religión (God & Golem, Inc. A Comment
on Certain Points Where Cybernetics Impinges on Religion)
WIENER Norbert (1965) Cybernetics of the Nervous System (póstumo)
WIENER Norbert (1966) Differential Space, Quantum Systems and
Prediction, con A. Siegel, B. Rankin, W.T. Martin (póstumo)

31
Consideración de los valores histórico, artístico y
estético en los procesos de valuación inmobiliaria
Primera Parte
José Manuel Prieto González2

Introducción
Es un hecho que los valuadores profesionales tienen que
enfrentarse en ocasiones a avalúos de inmuebles con valor
histórico-artístico. Desconocer la naturaleza y alcance de esos
valores puede traducirse en una manifiesta ignorancia sobre cómo
actuar en esos casos y, en última instancia, en inoperatividad o
negligencia. El marco de referencia de esta investigación apunta a
México en general y al Estado de Nuevo León en particular.


La investigación fue financiada por la Universidad Autónoma
de Nuevo León (Monterrey, México), dentro de su Programa
PAICYT (Programa de Apoyo a la Investigación Científica y
Tecnológica), convocatoria 2009. Clave de proyecto: CS100-09.
Duración: sept. 09 / ene. 11. El autor agradece, asimismo, la
colaboración de dos becarios: Arq. Ricardo Lazcano Gómez e
Ing. Álvaro Vázquez Martínez. Este último, como consecuencia
de su participación en la investigación, presentó su tesis de
maestría en Valuación Inmobiliaria el pasado 8 de diciembre de
2010, con resultado satisfactorio. Dicha tesis lleva por título:
“Botica „Morelos‟ (Linares, Nuevo León): Avalúo de un inmueble
con atributos históricos y artísticos (no catalogado)”.
2José Manuel Prieto González: Facultad de Arquitectura (Departamento de
Posgrado, Universidad Autónoma de Nuevo León). Av. Pedro de Alba, s/n,
Ciudad Universitaria, 66451, San Nicolás de los Garza (Área Metropolitana de
Monterrey), Nuevo León, México. Correo electrónico de contacto:
jmpg71@hotmail.com

32
Durante mucho tiempo lo usual ha sido proceder como
en cualquier otro inmueble, con la diferencia de un plus agregado
de manera más o menos intuitiva y genérica. Pero operar así es
poco riguroso y científico, además de nada profesional, pues
compromete gravemente la fiabilidad o certidumbre del resultado
final del avalúo, cuyo agregado por concepto de valor histórico
y/o artístico puede resultar excesivo o, por el contrario, quedarse
corto. La clave está en saber justificar minuciosamente cada
décima del coeficiente que luego se aplicará al valor comercial.
De ahí que no sea exagerado considerar este tipo de
avalúos como “especialidad” dentro del ámbito de la valuación
inmobiliaria. Un documento del Instituto de Administración y
Avalúos de Bienes Nacionales (en adelante INDAABIN),
organismo dependiente de la Secretaría de la Función Pública,
señala que, dadas las características especiales de los inmuebles
con valor histórico-artístico, la valuación de los mismos precisa
de un “valuador especialista en la materia, con los conocimientos
necesarios comprobables y acreditados” (Gómez-Morín, 2008).
En base a lo anterior, el presente trabajo pretende
contribuir a la formación de valuadores inmobiliarios en una
parcela “específica” de esta actividad profesional, la valuación de
inmuebles dotados de cualidades histórico-artísticas; inmuebles
que se distinguen por algún tipo de reconocimiento o protección
oficial, o que aspiran a él en función de unos méritos de índole
histórica, estética y/o artístico-arquitectónica. Se aspira, por
tanto, a la conformación de una metodología científica para la
valuación de este tipo de inmuebles o, al menos, a la definición de
unas variables que permitan abarcar la rica pluralidad de matices
que expresan algunos edificios acerca de la historia, el arte y la
cultura del lugar en el que se asientan.
La dimensión económica de los valores culturales
El concepto de “valor” ha tenido diferentes significados
según lugares y épocas históricas; como noción antropocéntrica,

33
remite a consideraciones subjetivas. En este terreno los
consensos son difíciles. El valor de un bien denota una cualidad
del mismo que lo hace estimable, pero la estimación se expresa de
diversas maneras, a veces casi antagónicas; una de ellas es
económica, monetaria. Aunque partimos de un interés por lo
histórico, lo artístico y lo estético como valores culturales, el
campo de aplicación nos obliga a expresar ese valor en cifras, en
números, pues la valuación inmobiliaria consiste en asignarle
valor económico a los edificios. De hecho, se ha llegado en
algunos casos a la ostentación pública del coste de los inmuebles.
En el pórtico del Palacio de Gobierno de Ciudad Victoria, en la
ciudad de Tamaulipas en 1950, por ejemplo, hallamos una placa
que da cuenta del nombre del arquitecto (Enrique L. Canseco) y
del “costo de las obras” del edificio, que ascendió a $
5‟600,000.00. Aunque no siempre, el poder público necesita a
menudo evidenciar y justificar sus gastos ante los ciudadanos
(Fig. 1).

Figura 1. Palacio de Gobierno (Ciudad Victoria,


Tamaulipas, México)

Fuente: Ricardo Lazcano Gómez (RLG).

34
Entre las acepciones del término “valor” que recoge el
diccionario oficial del castellano, la segunda lo define como
“cualidad de las cosas, en virtud de la cual se da por poseerlas
cierta suma de dinero o equivalente”. Asimismo, las primeras
acepciones de los verbos “valorar”, “valorizar” y “valuar”
coinciden en el sentido de “señalar el precio de una cosa”. Este
tipo de valor, que es variable, remite al mundo de la economía,
del mercado, de las bolsas de valores, de las operaciones
mercantiles, etc. Existe también otro sentido, ligado al anterior
por tener traducción económica, que identifica el valor con el
“grado de utilidad o aptitud de las cosas para satisfacer las
necesidades o proporcionar bienestar y deleite”. Es decir, primero
la utilidad; después, la comodidad y el placer. El concepto de
“bienestar” puede entenderse en términos físicos, pero también
espirituales. ¿Es posible, más allá del compromiso materialista de
los significados anteriores, invocar un sentido simbólico-cultural
(espiritual e intangible) al hablar de “valor”? No sólo es posible,
sino necesario. El diccionario incluye otra acepción del término,
la más difusa, que bien podría encajar aquí: “alcance de la
significación o importancia de una cosa, acción, palabra o frase”.
La trascendencia de este tipo de valor reside, en efecto, en la
capacidad significativa que poseen algunos objetos, edificios
incluidos (Herrera y Ezquerro, 2004). En este marco se inscriben
los valores que son objeto de estudio aquí.
Pero la naturaleza intrínsecamente cultural de los valores
histórico, artístico y estético de un bien, que se expresa sobre
todo en términos significativos, comunicativos, simbólicos y
representativos, no impide su proyección económica. A los
historiadores del arte tal vez pueda aterrarles la idea de
mercantilizar los edificios históricos, de ponerle precio a algo
cuyo valor real escapa a la fría exactitud de una cifra que,
precisamente por eso, no dejaría de ser arbitraria. Pero esto viene
de lejos. Sonia Lombardo (1984:5) ha dicho en relación al caso

35
mexicano que, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, se
advierte una…

“…contradicción entre el proyecto cultural que


nacionaliza los bienes muebles e inmuebles, promoviendo su
conservación, y la demanda de su mercantilización, generada o
bien por un mercado de antigüedades principalmente externo, o
bien por el mercado capitalista inmobiliario al interior, que
tienden en el primer caso a la exportación y en el segundo a la
destrucción de los edificios para destinarlos a distintos usos del
suelo”.
Sin embargo, al confrontar el caso de la arquitectura con
el desaforado mundo del mercado del arte pictórico, es posible
entender que el valor económico no compromete al valor
simbólico-cultural-intangible; al revés es distinto, porque aquél se
justifica en éste. En todo caso, los contextos en que se expresan
uno y otro son completamente diferentes. Por otra parte, cabe
pensar que, contrarrestando la subjetividad inherente a la
apreciación de estos valores con cierto rigor metodológico, es
posible “objetivar” los méritos histórico-artísticos de un
determinado inmueble y, en última instancia, ponderarlos
económicamente. ¿Qué decir, entonces, del tópico según el cual
hay cosas que tienen un valor “incalculable”? Desde esta
perspectiva, todo o casi todo en nuestro mundo estaría sujeto a
cálculo.
Por paradójico que resulte, dada la “inflación patrimonial”
que vivimos, estos valores culturales (sobre todo el histórico)
están en crisis. Y no tanto porque no se hable de ellos, cuanto
por perder o ignorar sus verdaderos significados, algo que ha
conducido y conduce a la arbitraria instrumentalización de los
mismos. Así lo atestigua el fenómeno de la “industria
patrimonial”, verdadera ingeniería cultural alentada por los
políticos con vistas a un desarrollo turístico susceptible de arrojar

36
pingües beneficios económicos (Choay, 2007:189). Para estimar o
apreciar el valor o mérito de una cosa, primero hay que saber
reconocerlo; aquí es precisamente donde radica el problema. En
sociedades de consumo como la nuestra, además, el valor de las
cosas tiende a ser efímero. Como mandan las estrategias de
marketing y cálculo de ganancias, la vida útil de los productos
debe ser corta. La arquitectura se ha distinguido tradicionalmente
por su voluntad de permanencia, pero la sociedad de
consumidores desvaloriza la durabilidad, equiparando lo viejo con
lo anticuado, lo inútil y condenado a la basura; en ella hay
siempre una necesidad apremiante de “eliminar y reemplazar”
(Bauman, 2007:36).
El consumo ha alcanzado también al patrimonio
arquitectónico. Françoise Choay (2007:214) ha denunciado los
excesos de un consumo patrimonial que tiende a transformarse
en consumismo. Conviene aclarar que consumir patrimonio no es
lo mismo que vivirlo, entenderlo, disfrutarlo y ─en el caso de la
población local─ asumirlo realmente como algo propio.
Curiosamente, la primera acepción del verbo “consumir”
identifica esta acción con “destruir” y “extinguir”; otro de sus
sentidos se refiere a “satisfacer necesidades o gustos pasajeros”.
Consumir patrimonio, algo que no puede atribuirse en exclusiva a
los turistas, supone acercarse a él en clave automática, superficial,
instantánea, espectacular; reconocerlo y vivirlo de verdad requiere
de mayor esfuerzo, pues implica cierto conocimiento previo y
actitud reflexiva (personal y colectiva). Entonces, ¿qué relación
puede establecerse entre la filosofía “presentista” que rige en
nuestra sociedad de consumidores y los valores culturales que,
como el histórico, parten de un reconocimiento del pasado? La
asignación de valor histórico a un edificio por parte de
especialistas o de la propia sociedad civil no suele estar sometida
a revisión periódica; un inmueble que hoy es histórico, mañana
no puede dejar de serlo, entre otras cosas porque ─en

37
condiciones normales─ su capacidad significativa podrá
incrementarse con el tiempo, pero no perderse. Sin embargo, la
cultura de consumo actual ha contribuido a la progresiva
desaparición de la función memorial del monumento3 (Choay,
2007:14).
En términos patrimoniales, Choay preferiría dotar a la
noción de valor de un sentido unívoco, referido exclusivamente a
lo cultural. Sin embargo, consciente de la “ambivalencia” que
existe a este respecto, señala un “conflicto” entre la valorización
económica y la cultural. Al criticar la primera, se refiere
básicamente a la explotación económica del patrimonio
arquitectónico entendido como industria cultural rentable, lo cual
incluye, por ejemplo, el uso de edificios de este tipo como
soporte publicitario. Pero en su crítica parece tener cabida toda
estimación de valor que revista carácter económico4 (Choay,
2007:194).
Desde el ámbito de la economía se ha visto este asunto de
otro modo. El valor del patrimonio arquitectónico también se ha
abordado desde un enfoque medioambiental, desde la perspectiva
de la economía ambiental. La “valoración ambiental” remite a un
conjunto de técnicas que tiene por objeto cuantificar el valor
social (valor de utilidad) que, desde una perspectiva económica,
tienen los bienes o servicios que carecen de mercado. Es decir, el
interés se centra en el valor económico-social de los bienes
públicos sin mercado, lo cual implica a plazas, calles, parques,

3 El sustantivo “monumento” viene del verbo latino monere, que significa


“recordar”, “dejar memoria”; un monumento sería, por tanto, un objeto que
perpetúa un recuerdo.
4 Este término clave [valorización], que pretende ser tranquilizador, resulta en

realidad inquietante por su ambigüedad. Remite a los valores del patrimonio


que se desea que se reconozcan. Pero contiene también la noción de plusvalía.
Plusvalía de su interés, de su agrado, de su belleza, ciertamente. Pero también
plusvalía de su atractivo, de obvia connotación económica”

38
jardines, etc., pero también a inmuebles patrimoniales o
monumentos de alto nivel como puedan ser catedrales, grandes
museos, palacios, etc. Teniendo en cuenta que nuestro objeto de
estudio comprende edificios de menor rango y susceptibles de
transacciones comerciales, el campo del enfoque ambiental es
limitado, pero algunos de sus planteamientos son válidos y
perfectamente aplicables a los casos de estudio aquí propuestos.
Por bienes públicos se entiende aquellos cuyo consumo
no puede ser negado a nadie. Pero los bienes no son
estrictamente privados ni estrictamente públicos: una casa, por
ejemplo, tiende a verse en principio como un bien privado, pero
participa de lo público en cuanto a imagen urbana, pues en
condiciones normales su exterior es visto por todos. El hecho de
que esos bienes públicos no tengan mercado no quiere decir que
carezcan de valor; en muchos casos son símbolos cívicos y –
como tales– tienen valor ambiental. De ahí que, frente a la
valuación convencional o de mercado, se recurra en estos casos a
las herramientas de valoración ambiental. Una de ellas es el método
de precios hedónicos, que parte de la base de que los bienes públicos
(patrimonio arquitectónico incluido) irradian externalidades
ambientales que impactan positivamente sobre un mercado de
bienes privados como el inmobiliario. Así, este método permitiría
saber en qué medida contribuye la existencia de un edificio
histórico-artístico a que otro inmueble próximo tenga más valor.
Las externalidades de los bienes públicos inciden sobre todo en
su entorno o contexto urbano más inmediato, pero terminan
afectando a toda la ciudad. Para el caso que nos ocupa podrían
citarse las vistas, las buenas vistas, porque no es lo mismo
contemplar continuamente la fachada de una catedral que la de
una cárcel. El valor del bien público se observa, por tanto, a
partir de su reflejo en otros bienes que sí tienen mercado. Otra
técnica es la valoración contingente o de preferencias declaradas, que
consiste básicamente en preguntar por el valor que cada quien

39
otorga a un determinado bien, a fin de conocer el grado de
utilidad del mismo. En este sentido, la gente puede expresar su
disposición a pagar por mejorar su nivel de bienestar, que
incluiría las ya mencionadas vistas y otros aspectos ligados a la
imagen urbana. Finalmente, el método de coste de viaje es una técnica
que se aplica sobre todo a monumentos, es decir, a bienes
comunitarios que provocan viajes o desplazamientos, y se basa en
el esfuerzo económico que realizan las personas para acceder a
esos bienes. Lógicamente, a mayor número de visitas, mayor
valor socioeconómico del bien. Sirviéndose de este método,
Alberto Alegret (2002) ha logrado demostrar que, en tanto bien
colectivo medioambiental, el Templo barcelonés de la Sagrada
Familia, de Gaudí, genera externalidades que modifican tanto la
demanda turística como la oferta de bienes y servicios del
entorno5.

Los desequilibrios identitarios de la arquitectura


Para un historiador del arte, como es mi caso, es
imposible separar arte y arquitectura; no entiendo la verdadera
arquitectura desligada del arte. El hermanamiento de la
arquitectura con la pintura y la escultura viene de lejos; ya era un
hecho en el mundo grecorromano, donde una y otras tenían entre
sus objetivos la consecución de la belleza. La clave estaba en un
denominador común, el dibujo, que en el Renacimiento permitió
englobar a las tres en la categoría de “artes del disegno”. Este
enfoque se consolidó en el marco de la concepción dieciochesca
de la arquitectura como parte integrante de las Bellas Artes,
difundiéndose a través de las Academias del ramo (como la
mexicana de San Carlos). La enseñanza de la arquitectura en las

5 Para más información sobre cuestiones de valoración y economía ambiental


remito a la consulta de AZQUETA, D., Introducción a la economía ambiental;
RIERA, P. et al., Manual de economía ambiental…; y MARMOLEJO, C. y
FRIZZERA, A., ¿Cuánto estamos dispuestos a pagar por el silencio?

40
academias de bellas artes privilegió el dibujo como recurso
metodológico, lo cual llevó a descuidar la parte científico-técnica
de la carrera, basada en las matemáticas y expresada en la
construcción. Fue precisamente esta hipertrofia artística de la
arquitectura y la consiguiente debilidad técnica de los arquitectos
lo que terminó derivando en la aparición de un nuevo
profesional, el ingeniero civil. No obstante, en el transcurso del
siglo XIX y primeras décadas del XX fue produciéndose una
paulatina emancipación de los estudios de arquitectura con
respecto a las academias de bellas artes, pasando a integrarse en
instituciones universitarias (a veces, incluso, de tipo politécnico).
La realidad demostró ser bastante caprichosa (por
oscilante) a ese respecto, pero lo cierto es que el arte siguió
siendo el refugio seguro de la arquitectura, toda vez que en la
parcela técnica llevaban clara ventaja los ingenieros. Si algo quedó
claro es que la arquitectura no podía reducirse a mera
construcción.
El cambio radical llegó con la arquitectura moderna. Los
gurús de la modernidad, especialmente Le Corbusier, tuvieron
claro que el futuro de la arquitectura pasaba por un firme
acercamiento a la ingeniería6. Pero esta sublimación de lo ingenieril
no entra en contradicción con el arte y la belleza. Lejos de ser el
problema, el arte (moderno) fue la (otra) solución para la
arquitectura. Aquí radica buena parte del malentendido histórico.
Interpretaciones superficiales y apresuradas del discurso
corbuseriano, a las que el propio Le Corbusier contribuyó en
ocasiones, condujeron a identificar la modernidad arquitectónica
con un debilitamiento de lo artístico (a partir del rechazo al

6 Le Corbusier dedica el primer capítulo de Hacia una arquitectura,


probablemente el manifiesto más importante de la modernidad arquitectónica,
a la “estética del ingeniero”, entendida como espejo en el que debía mirarse la
nueva arquitectura. Porque, a su juicio, la arquitectura de entonces estaba en
crisis, en “penosa regresión”, mientras ve a la ingeniería “en pleno desarrollo”.

41
sistema beaux-arts) y un reforzamiento de lo constructivo (a partir
del elogio de la ingeniería). Pero lo cierto es que Le Corbusier
afirma con rotundidad que la arquitectura es “una obra de arte,
un fenómeno de emoción, situado fuera y más allá de los
problemas de la construcción”; es decir, marca distancias con la
construcción, cuya misión es “afirmar algo”, mientras que la
arquitectura “se propone emocionar”, consiste en “armonías” y
es “pura creación del espíritu”. El malentendido afectó también a
la consideración del pasado y la historia; la idea de la tabla rasa, de
la novedad absoluta, es más mítica que real. Lo que Le Corbusier
rechazaba era fundamentalmente la copia servil de los modelos
históricos, pero no las enseñanzas más profundas y menos
aparentes que la historia es capaz de ofrecer. Desde una
perspectiva epistemológica, la definición de la arquitectura a
partir de la dicotomía arte-ciencia ─sancionada por el positivismo
decimonónico─ ha generado confusión. La mala interpretación
del discurso corbuseriano es un claro reflejo de ello (Le
Corbusier, 1998:9).
Mientras la arquitectura operaba oficialmente dentro de la
categoría de las bellas artes, una parte importante de la profesión
la entendió como “ciencia y tecnicismo”, al considerar que su
dominio era la matemática; su misión, por tanto, debía consistir
en satisfacer necesidades materiales (necesidades objetivas de
utilidad) más que placeres visuales, pues la belleza siempre sería
secundaria frente al fin cubierto. Desde la perspectiva cartesiana,
la creatividad y la imaginación ─cuestiones de base
antropológica─ serían fenómenos “inexplicables” para estos
arquitectos. La dualidad arte-técnica siguió manifestándose en
términos de disyunción, repulsión y anulación recíproca. Lo cual
sigue siendo evidente en el ámbito profesional, donde, de manera
reduccionista, hay quienes ejercen la arquitectura a través de la
administración de la construcción y quienes, casi en el extremo
opuesto, ponen su título al servicio del diseño de interiores. Es

42
preciso pasar de la disyunción a la conjunción, distinguir sin
desarticular, manteniendo la dualidad en el seno de la unidad. No
es posible reducir la arquitectura a construcción, sin que ello
suponga, por supuesto, ningún demérito para esta última. En
relación a la valuación inmobiliaria, el propio concepto de
inmueble alude –etimológicamente hablando– a un bien que no
que se puede mover, sin más relación expresa con la arquitectura;
normalmente hablamos de inmueble como sinónimo de edificio,
pero conviene recordar que no todos los edificios son
arquitectura. Para poder hablar de arquitectura es necesario que
haya algo más que construcción; ese “algo más” remite
precisamente al arte, a la poesía (la arquitectura podría verse
como poesía en piedra, acero u otros materiales).
Cabe enfatizar aún más lo anterior en contextos culturales
como el de Monterrey, provistos de un fuerte sentido utilitario y
trasfondo empresarial. El rápido desarrollo industrial y comercial
que experimentó esta ciudad desde 1890 exigió técnicos y
especialistas bien capacitados; el conocimiento de la tecnología
moderna se volvió así prioritario. El de Monterrey, Torreón y
otras ciudades mexicanas es, por tanto, un contexto cultural en el
que han primado durante mucho tiempo los criterios de
necesidad y utilidad, y en el que, consiguientemente, aspectos
ligados al placer sensorial como el arte y la belleza quedaron
relegados.
La Universidad tampoco ha contribuido mucho a
modificar ese estado de cosas. Diversas instituciones de esta
índole, públicas y privadas, conciben la carrera de arquitectura en
el marco de los estudios de ingeniería, conformando a menudo
facultades de ingeniería y arquitectura. Añádase a ello que apenas
se ve historia del arte en la carrera, mientras que las materias de
historia de la arquitectura (descontextualizadas de lo artístico)
dejan bastante que desear en muchos casos. Un arquitecto
mexicano de prestigio como Teodoro González de León se ha

43
referido a la desaparición de “las historias” por “oscuros motivos
ideológicos” (González de León, 1996:32). Teniendo en cuenta,
además, que en México es posible convertirse en valuador
inmobiliario sin tener estudios previos de arquitectura, resulta
lógico inferir que un amplísimo número de esos profesionales
carece de la formación artístico-cultural necesaria para abordar
con ciertas garantías trabajos valuatorios de edificios artísticos
(edificios-arquitectura). Es tiempo de empezar a revertir esta
situación. Mi experiencia profesional como docente de la
Maestría en Valuación Inmobiliaria de la Universidad Autónoma
de Nuevo León me ha permitido reconvertir una ambigua
materia denominada “Civilización y Cultura”, gracias a una
oportuna y acertada reforma del plan de estudios, en otra que se
ha dado en llamar “Valuación de inmuebles históricos y/o
artísticos”. Ello obligará a familiarizar a los alumnos con la jerga
artístico-arquitectónica, así como con diversos aspectos de
interpretación histórica, patrimonio cultural y legislación en la
materia, cuestiones de lectura, descripción y análisis de edificios,
repertorio estilístico, etc.

Estimación de estos valores en métodos aplicados en México y análisis crítico


de los mismos
Las primeras aproximaciones al tema condujeron a la
búsqueda de metodologías ad hoc. En México estas herramientas
de auxilio son escasas, no del todo fiables e incompletas. Pero la
escasez metodológica de esta especialidad profesional no es
privativa de México (Rodríguez et al., 1999; Herrera y Ezquerro,
2004). Veamos algunos ejemplos mexicanos.
El Ing. Rafael Arellano Ocampo y la Arq. Maribel
Arellano Merino, maestros valuadores, presentaron a la XXXV
Convención Nacional de Valuación (c. 1999) una tabla de
coeficientes (Tabla Angelópolis, Tabla 1) que afectan al VNR
(valor nuevo de reposición) para encontrar el “valor estimativo”

44
de inmuebles poblanos. Es una sencilla tabla en la que
únicamente se toman en consideración tres variables: localización
urbana (zonas A, B y C, siendo A la más céntrica y valiosa), grado
de conservación y originalidad (original, restaurado, reconstruido
y deteriorado) y edad (abarca un periodo comprendido entre los
siglos XVI y XX, parcelado por centurias). De acuerdo con esto,
el coeficiente más alto (3) correspondería a un edificio original del
siglo XVI localizado en “A”, mientras que el más pequeño (0.6)
se lo llevaría un inmueble deteriorado del siglo XX ubicado en
“C”. Sin embargo, no hay modo de saber si el inmueble tiene
valor estético o artístico.
Y en cuanto al valor histórico, solo se nos ofrece a partir
de una consideración objetiva del tiempo, es decir, a mayor
antigüedad, mayor valor. Pero, ¿qué pasa con los posibles hechos
históricos asociados al inmueble? En caso de que este hubiera
sido lugar de nacimiento o residencia temporal de algún personaje
ilustre (local o nacional), o bien escenario de acontecimientos
trascendentes para la comunidad, ¿cómo quedarían reflejadas esas
circunstancias en términos de valor histórico? (Fig. 2) Por otra
parte, es preferible valorar el tiempo a partir de unidades más
pequeñas (mitades, tercios o cuartos de siglo). ¿Por qué?
Supongamos que tenemos que valuar dos edificios: uno data de
1599 y el otro de 1601, es decir, aunque en realidad median solo
dos años entre ellos, uno pertenece todavía al siglo XVI y el otro
se encuentra ya en el siglo XVII, lo que traducido a los
coeficientes de la Tabla Angelópolis puede significar una
diferencia sustancial de hasta medio punto (de 2.50 a 3).

Tabla 1. Tabla Angelópolis (Puebla de los Ángeles) de


coeficientes que afectan
el V.N.R. para encontrar el valor estimativo del inmueble

45
Fuente: Ing. Rafael Arellano Ocampo y Arq. Maribel
Arellano Merino (XXXV Convención Nacional de Valuación, c.
1999).

Figura 2. Casa natal de Morelos (héroe de la


Independencia). Morelia, Michoacán, México

Fuente: José Manuel Prieto González (JMPG).

46
Nótese, asimismo, que el valor de antigüedad (parte
integrante del valor histórico global) entraría en conflicto con el
criterio que penaliza la obsolescencia en el avalúo tradicional; es
decir, el paso del tiempo (la edad) es meritorio en el primer caso,
mientras que en el segundo constituye un factor de demérito.
Lógicamente, las restauraciones prolongan la vida útil del edificio,
pero ¿qué pasa cuando el avalúo antecede a la restauración y el
inmueble ha consumido su vida útil? Retomando el valor de
antigüedad, hay criterios que sólo lo activan a partir de una
determinada edad (¿50 años?); teniendo en cuenta lo arbitrario
que resulta éste o cualquier otro número de años, considero más
adecuado referenciarlo directamente en el presente. Y por lo que
respecta al extremo opuesto, lo idóneo sería considerar el límite
(determinante del coeficiente máximo) en términos relativos, es
decir, vendría dado por la edad (exacta o estimada) del edificio
más antiguo de la localidad implicada. En este sentido, la Tabla
Angelópolis no aplicaría en Monterrey, dado que aquí, a
diferencia de Puebla, no quedan edificios del siglo XVI. Por
último, cabe mencionar que el valor histórico no siempre va
ligado al valor de antigüedad. Buena prueba de ello es el Museo
Guggenheim de Bilbao, diseñado por el arquitecto Frank Gehry:
con tan solo 11 años de existencia (se inauguró en octubre de
1997), su valor histórico es indiscutible. Aparte de lo que
(objetivamente) ha supuesto este edificio para la transformación
general de la capital vasca, la gente vive la ciudad de otra manera7
(Pollack, 2006). (Ver figura 3)

7
Juan Ignacio Vidarte, director del Museo, señalaba hace un par
de años que, “si ahora desapareciese, nadie entendería la ciudad”.
Y una periodista local, Neres Abasolo, aseguraba que “desde
entonces [1997] la autoestima de la comunidad ha crecido mucho,
[pues] tenemos un edificio que el mundo entero admira”.

47
Figura 3. Museo Guggenheim, Bilbao (País Vasco,
España)

Fuente: RLG.

Además de la edad y la localización urbana hay una


tercera variable que se relaciona con el estado de conservación,
estableciéndose cuatro rangos de valor que, de mayor a menor,
serían: “original”, “restaurado”, “reconstruido” y “deteriorado”.
Pero estos términos son imprecisos: el término “original” se
refiere aquí inapropiadamente a un perfecto estado de
conservación, pero podría confundirse con originalidad en el
sentido de creatividad. Aun así, ¿no podría darse el caso de un
inmueble original y deteriorado a la vez? ¿O restaurado y
deteriorado? Es más, entendiendo la reconstrucción en cierto
modo como una „mentira‟ (en tanto clon del original), ¿tendría
realmente más valor un edificio reconstruido que otro
deteriorado? Valgan estos interrogantes para la reflexión y el
debate. Fitch (1990) ha definido con bastante precisión los
conceptos de preservación, restauración, conservación y
reconstrucción.

Procedimiento INDAABIN

48
Más elaborado es un documento del ya citado
INDAABIN, organismo dependiente de la Secretaría de la
Función Pública, que establece un procedimiento técnico para la
elaboración de trabajos valuatorios que permitan dictaminar el
valor de inmuebles históricos8. En él se habla también
genéricamente de edificios “antiguos”, pero en el título no se dice
nada de inmuebles artísticos o con valor estético. En el desarrollo
del procedimiento, sin embargo, se dice que las construcciones
históricas “contienen aspectos culturales, valores artísticos, estilos
arquitectónicos definidos y ornamentaciones… que las hacen
distinguirse de las edificaciones que se realizan hoy en día” (ver
página 2 del documento). También se habla de determinar “valor
estético”, “rareza”, etc., e incluso se exige a estos peritos
valuadores tener los conocimientos necesarios para, por ejemplo,
describir y analizar iconográficamente cada parte de una fachada.
Desde esta perspectiva, lo histórico contiene a lo estético-artístico
y lo hace subsidiario de sí, negando su autonomía como valor;
ello genera confusión, dado que no todos los inmuebles
históricos revisten cualidades artísticas.
Este enfoque deriva de una tradición legislativa en materia
de patrimonio arquitectónico que ha priorizado la arqueología y la
historia como categorías conceptuales, en detrimento del arte y la
estética. Durante los siglos XVIII y XIX, coincidiendo con el
proceso de formación de una conciencia nacional en México, los
monumentos jugaron un importante papel como elementos
“cohesionadores” del nacionalismo y como fuentes para el
conocimiento de la historia del país. De ahí surgió la necesidad de
su conservación y protección, y la correspondiente legislación al

8 El hecho de que este procedimiento haya sido publicado en el Diario Oficial de


la Federación (lunes 12 de enero de 2009) incrementa –al menos
simbólicamente– su legitimidad y relevancia en términos públicos, al margen
de la obligatoriedad que pueda conllevar su aplicación en determinados casos
(bienes nacionales).

49
respecto. Lo que más interesó inicialmente fue el legado de las
sociedades prehispánicas, al ser la cultura indígena la que
imprimía “carácter distintivo” a la joven nación, algo muy
importante cuando lo que se persigue es la afirmación frente al
otro, es decir, los demás países de la comunidad internacional. De
ahí la trascendencia de las campañas promocionales hacia el
exterior9. Si las culturas antiguas daban prestigio a las naciones, la
arqueología, ligada en este caso a una cultura prehispánica dotada
de abundantes restos materiales, era la encargada de evidenciar
una “tradición histórica”. Ahora bien, los inmuebles estudiados
por los arqueólogos tienen innegables connotaciones estético-
artísticas que, en términos de conocimiento, quedan atrapadas en
la dimensión arqueológica.
Cabe referirse también a otros aspectos de este
procedimiento del INDAABIN. El documento señala que el
valuador debe dar prioridad a la información emitida por una
institución oficial, en referencia al INAH (Instituto Nacional de
Antropología e Historia) y al INBA (Instituto Nacional de Bellas
Artes) principalmente. Sin embargo, la información
proporcionada por los catálogos de monumentos históricos del
INAH varía notablemente según los estados (y sobre todo de
estos con respecto al Distrito Federal) y deja mucho que desear
en la mayoría de los casos, tanto cuantitativa como
cualitativamente. Los cuatro tomos de Nuevo León son buena
prueba de ello. No solo es urgente su actualización, sino que la

9 Algo parecido se vivió en épocas más recientes, concretamente bajo la


presidencia de Carlos Salinas de Gortari. El decreto de 4 de enero de 1993
(que permite la exportación temporal de monumentos arqueológicos para su
exhibición en el extranjero) se inscribe en el marco del Plan Nacional de
Desarrollo 1989-1994, en virtud del cual se estima que la realización de
exposiciones de monumentos arqueológicos en el exterior propiciará el
conocimiento de la cultura mexicana y reafirmará la identidad nacional en el
extranjero.

50
información ofrecida por las cédulas es a menudo insuficiente,
inexacta o directamente errónea, pues muchos de los datos
recopilados en su día no fueron verificados ni contrastados. En
este sentido, son cuestionables algunas afirmaciones que se hacen
en el documento, como decir que “normalmente” las cédulas de
los catálogos indican el “periodo estilístico” al que corresponden
los edificios; o que en ellas se reportan las partes originales y las
intervenidas a través de las fechas de los cambios (ver página 20).
En cuanto al INBA, es preciso recordar que carece de sucursales
en los estados, así como de inventarios y catálogos de los
inmuebles que la ley pone bajo su jurisdicción (siglo XX).

Figura 4. Botica “Morelos” (Linares, Nuevo León,


México). Ejemplo de
inmueble histórico-artístico no catalogado por el INAH

Fuente: RLG.

Pero el mayor inconveniente de este procedimiento es tal


vez que exige para su aplicación una declaratoria previa emitida y
publicada por cualquiera de los dos institutos. Teniendo en
cuenta las insuficiencias señaladas en los catálogos, es fácil
deducir que han quedado sin catalogar muchos edificios que lo
ameritan (Váquez, 2010), ver figura 4. ¿Qué hacer en esos casos?

51
La posición del documento en este punto es confusa y
contradictoria, porque en un momento dado se dice que, si se
diera el caso de un inmueble no catalogado pero con claros
indicios de tener que estarlo, el valuador “deberá justificar dentro
del trabajo valuatorio el porqué considera utilizar este
procedimiento”, es decir, se admite la posibilidad de aplicación a
edificios no catalogados. Más adelante, sin embargo, se reafirma
la exigencia de declaratoria o catalogación10. Las continuas
apelaciones al INAH y al INBA revelan que este procedimiento
está muy atado a las directrices de la todavía vigente Ley Federal
sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, que
data de 1972 y que, como luego veremos, es un instrumento que,
en materia de patrimonio cultural, ha quedado desfasado, al ser
ampliamente rebasado por los acontecimientos. El concepto de
“monumento”, por ejemplo, que en esta ley sigue siendo rector,
se ha sustituido en muchos otros países por nociones más
integradoras como la de “bien cultural” (o “bien de interés
cultural”). No es que haya desaparecido o se haya descartado el
término “monumento”, sino que ha quedado integrado en esa
otra expresión, conceptualmente más amplia.
El procedimiento, además, adolece de numerosas
incongruencias. A la hora de definir el concepto de “monumento
histórico” se supera (acertadamente) la ley del 72 al considerar
edificios que llegan hasta el presente. Más adelante, sin embargo,
se da por buena la definición de esa ley que limita lo histórico a la
acotación de los siglos XVI-XIX. Asimismo, en un momento

10
Convendría precisar, porque esto suele generar confusión, que
una cosa es la declaratoria en firme como “monumento
histórico” o como “monumento artístico”, que se hace pública en
el Diario Oficial de la Federación, y otra es el inventario o
catalogación de un bien, como se hace en los catálogos del
INAH, que no supone necesariamente lo anterior.

52
dado se dice que el INAH ha extendido su proceso de
catalogación hasta 1930 (sin especificar en qué entidades
federativas), pero poco después se señala (conforme a la ley
vigente) que los inmuebles del siglo XX, de 1901 a la fecha, son
catalogados por el INBA. ¿En qué quedamos? Todo ello genera
mucha confusión, especialmente en los neófitos en estos temas
legislativos.
Lo más interesante del procedimiento, a mi juicio, es el
mecanismo de obtención del coeficiente que, expresando el valor
histórico como “intangible” que puede tener un edificio de esa
índole, termina aplicándose al valor comercial (o, mejor dicho, al
valor neto de reposición de las construcciones) para sacar el valor
total del inmueble. Dicho mecanismo plantea como paso previo
estimar el valor comercial total, entendido como resultado del
análisis de hasta tres parámetros valuatorios: valor de mercado
(enfoque comparativo de mercado), valor físico o neto de
reposición (enfoque de costos) y valor de capitalización de rentas
(enfoque de ingresos). Es decir, no necesariamente tienen que
aplicarse los tres parámetros; de hecho, el análisis del valor
histórico se presenta únicamente dentro del enfoque de costos. Si
quedaran dudas podría realizarse una ponderación de diversos
indicadores de valor. Por otra parte, podrían plantearse dos
objeciones principales al factor de apremio (coeficiente) del
INDAABIN. En primer lugar, que solo tome en consideración
dos variables de análisis (“valor por antigüedad” y “valor
histórico”), teniendo en cuenta, además, que los criterios y rangos
de valor que se establecen son cuestionables11. Y en segundo

11 En el “valor por antigüedad” resulta arbitrario el rango máximo (que


proporciona un incremento de valor de hasta el 50%), establecido a partir de
401 años y en adelante. Ese “en adelante” puede y debe revestir mayor
concreción y precisión. Asimismo, resulta arbitrario también el rango más bajo
(que proporciona un incremento de valor de hasta el 10%) por fijar una edad
mínima de 50 años; ya se ha señalado en el texto lo que ocurre con edificios

53
lugar, que se establezca en 4 el máximo de veces que puede
representar ese coeficiente el valor comercial del inmueble. ¿Por
qué hasta 4 y no hasta 5 o más veces? ¿Qué elementos se han
tomado en cuenta para adoptar este criterio? Convendría aclararlo
o sondear posibles alternativas.
También podrían ponerse otros peros: ¿por qué exigir al
inmueble histórico que se encuentre en “perfecto estado de
conservación”? ¿Es posible que un mal o regular estado de
conservación anule por completo la dimensión o el carácter
histórico de un edificio? ¿No se están mezclando cosas
diferentes? O, ¿qué se entiende por “originalidad” cuando se
exige esta característica a esos inmuebles? ¿Se refiere a
originalidad formal, estilística, constructiva…? O, ¿por qué exigir
al inmueble histórico que sus méritos sean “de trascendencia para
el país”? ¿No es suficiente con que sean trascendentes para un
estado, comarca o municipio? O, si el valor histórico solo puede
entenderse como valor agregado para el inmueble (no podemos
penalizar a un edificio por no ser lo suficientemente histórico),
alguien podría preguntarse por qué es posible aplicar a un mismo
inmueble un factor de demérito por edad y un factor de apremio
por antigüedad. El hecho de que el primero afecte solo al avalúo
físico (como relación entre la vida útil total y la edad del

contemporáneos como el Museo Guggenheim de Bilbao. En cuanto al “valor


histórico”, considero ambigua y confusa la definición de las cinco categorías de
inmuebles históricos, e incomprensible el hecho de requerir en las dos
categorías más altas (que otorgan incrementos de hasta el 40% y el 50%
respectivamente) declaratorias de Patrimonio Mundial (UNESCO), habida
cuenta de los pocos casos que se dan (no conviene confundir la declaratoria de
un inmueble con la de todo un centro histórico). Tampoco parece admisible
otorgar sistemáticamente mayor valor a un inmueble histórico restaurado que a
otro sin restaurar, pues todo dependería de la calidad y acierto de la
restauración, que en el peor de los casos puede demeritar la obra original. En sí
misma, una restauración no garantiza necesariamente algo positivo. Falta por
definir mejor lo que se entiende por “histórico” en relación a esas categorías.

54
inmueble), debería servir para otorgar más autonomía
metodológica al valor histórico. Porque este asunto revela, de
hecho, cierta confrontación entre la macrodimensión cultural del
objeto a valuar y la esencia económico-comercial (capitalista) de
los procesos valuatorios, como ya se planteó en el segundo
apartado. El término “obsolescencia” se usa mucho en estos
procesos para castigar todo lo antiguo, entendido como aquello
que ya no vale, no funciona y es inútil (o está en vías de serlo)
desde una perspectiva económica o productiva. Curiosamente,
los modernos tildaron (y tildan) de obsoleta la arquitectura
histórica por los mismos motivos, por no adecuarse al tiempo
presente. Es decir, obsolescencia es un concepto que va ligado a
la historia, al paso del tiempo; por eso es preciso emplearlo con
precisión y precaución en estos casos. Por último, el glosario de
términos artísticos y arquitectónicos que se incluye al final del
documento presenta errores e inexactitudes en la definición de
algunos conceptos (como “barroco”). Sería preciso corregir y
actualizar esa terminología.

Propuesta MOVASA
De Durango procede el método conocido como
MOVASA. Aparece en 2007, en el marco de un diplomado sobre
valuación de monumentos históricos catalogados, organizado
conjuntamente por el Colegio de Valuadores del estado y la
Universidad Juárez del Estado de Durango. Sus responsables
fueron los arquitectos Luis Gonzaga Ávila del Palacio y José
Ángel Márquez Fernández, los ingenieros Francisco Mendívil
Ayón y Víctor Manuel Cisneros Pérez, así como el contador
público Antonio Lira del Mazo. Es interesante ese esfuerzo
interdisciplinar, que bien pudo haberse completado con la
participación de algún historiador del arte. Los autores
confeccionaron un método de valuación que incluye un “factor
MOVASA” formado por 7 variables de análisis a las que se

55
asignaron distintos porcentajes de valor: época (5%), originalidad
(30%), ubicación (25%), urbanización (10%), configuración
(10%), conservación (15%) y funcionalidad (5%). Queda por
saber qué criterios siguieron a la hora de repartir esos porcentajes;
en todo caso, el 25% conferido a la ubicación (aspecto colateral al
inmueble en sí) resulta excesivo, y el 5% asignado a la época
considero que se queda muy corto. Tal vez hubiera sido
preferible optar por porcentajes más similares y equilibrados.
Se nos escapa también el significado o sentido último que
se ha dado a los conceptos de las variables, y es importante
conocerlo porque algunos de esos términos se prestan a
confusión por ambigüedad; la precisión terminológica es clave en
estos procesos. Ya hemos aludido en el análisis del procedimiento
del INDAABIN al caso de la “originalidad”: ¿qué se entiende por
tal: rareza, singularidad, excepcionalidad en el conjunto urbano?
¿Afecta por igual a estilo, forma, materiales y técnicas
constructivas? Si se refiere a lo estilístico, ¿se identifica
originalidad con unidad de estilo, minusvalorándose los híbridos?
La originalidad, que también podría ponerse en relación con el
estado de conservación (como ocurre en la Tabla Angelópolis), es
un mito moderno que conviene manejar con cuidado12 (Rábago,

12
Piénsese, por ejemplo, que la arquitectura moderna del siglo
XX condenó en bloque al historicismo por considerar que se
limitaba a copiar estilos anteriores y que, por tanto, carecía de
originalidad. De ese modo los edificios historicistas fueron vistos
despectivamente como pastiches, término que alude precisamente
al hecho de imitar o tomar determinados elementos
característicos de la obra de un artista o de un estilo y
combinarlos, de forma que den la impresión de ser una creación
independiente. Este severo juicio moderno del historicismo
podría llevar a algunos a restar valor o mérito artístico a ciertos
edificios que se sirvan de formas y diseños anteriores, ya

56
2004:94). Por otra parte, desconcierta la autonomía de las
variables de “ubicación” y “urbanización” por la solidaridad y
conexión que –conceptualmente al menos– existe entre ellas;
además, inducen a preguntarse si no contemplan aspectos que
están considerados ya en el valor intrínseco del inmueble. En
cuanto a la “configuración”, ¿cabe entenderla como composición
o diseño arquitectónico? ¿Qué alcances tiene ese concepto? Y qué
decir de la “conservación”: estimo que es un elemento de análisis
más sujeto al avalúo físico que a las consideraciones históricas. El
estado de conservación nunca podrá comprometer la dimensión
histórica asociada al inmueble; las “ruinas”, por el hecho de serlo,
no pierden su valor histórico. La fachada del Cine Monterrey
(Monterrey), catalogada por el INBA, luce hoy en total
abandono, y no menos lamentable es el hecho de que esa fachada
déco es lo único que queda –como ruina– del histórico inmueble
(Fig. 5). Sin embargo, ello no ha impedido que siga siendo
noticia, a partir de la preocupación expresada por el Centro
INAH-Nuevo León en relación a su destino final (Mendoza,
2011:44). Por tanto, no digo que la conservación no sea
importante; solo señalo que es independiente del valor histórico
(aun cuando pueda complementarlo), pues operan en esferas
distintas. La pátina de un edificio, entendida como la huella que
deja en él el paso del tiempo, no puede interpretarse en términos
de suciedad o deterioro.

consagrados por la tradición, pudiendo dar la impresión de que


no existe un verdadero acto creativo. Nada más lejos de la
realidad. Borges describió de varias maneras y con precisión
cómo una de las características del acto creativo es el hecho, no
tanto de inventar algo nuevo, sino de hacer aparecer de nuevo
algo ya existente que había sido olvidado. En este sentido, “se
trabaja con la memoria y la imaginación”, se trabaja “en relación
al olvido”.

57
Finalmente, ¿a qué se refiere la “funcionalidad”? ¿A la
capacidad del edificio histórico para adaptarse a las necesidades
de uso del presente? ¿A su versatilidad tipológica? Si es así,
volvemos a estar ante un criterio que escapa a las consideraciones
propiamente históricas. Otro mito moderno13 (Rossi, 1999). Es
frecuente entre los valuadores inmobiliarios mostrar cierto recelo
hacia los edificios históricos al suponer que su vida útil podría
estar consumida; de ahí que lo primero que hacen en estos casos
es determinar la edad a partir de la última intervención mayor
realizada en el inmueble. Olvidan, sin embargo, que el valor
histórico de la arquitectura va más allá de su vida útil (Fitch,
1990).
Al arquitecto José Ángel Márquez, uno de los autores de
este método, se debe también una tesis de maestría sobre el tema,
presentada en enero de 2009 en la Universidad Autónoma de
Durango (Márquez, 2009:57). Ello revela que, aparte del medio
profesional, también se dan intentos en ámbitos académicos. Sea
en el medio que fuere, antecedentes no faltan14. A través de su

13 La versatilidad funcional de los edificios fue ampliamente defendida en la


modernidad a través del axioma “la forma sigue [o debería seguir] a la
función”. Hoy sabemos que el espacio no responde linealmente a una función,
sino que es más elástico; admite varias funciones a la vez. Ello explica, según
GONZÁLEZ DE LEÓN (1996), el cambio de uso que tienen los edificios a
lo largo del tiempo, a veces casi sin alteraciones. En su crítica al
“funcionalismo ingenuo”, Aldo Rossi demuestra que las funciones cambiantes
(que no necesariamente se alcanzan a adivinar en el exterior) se pueden adaptar
al envoltorio arquitectónico. La utilidad o el uso no es un elemento
relacionado con lo histórico o lo artístico, salvo en casos específicos como el
llamado “Funcionalismo”, dentro del Movimiento Moderno, donde la
funcionalidad es un principio rector que a menudo se expresa artísticamente.
14
Márquez señala varios intentos en ese sentido y da nombres:
Daniel Silva Troop (1979), María de los Ángeles Díaz de León
(1992), Eduardo Bátiz Gaxiola (1992), Ernesto Williams Aguilar
Méndez (1993), Burgos Hernández (1996). No se menciona la

58
tesis es posible conocer un poco más del método MOVASA.
Consiste, según dice, en un tipo de avalúo muy parecido al
tradicional, que recurre al método comparativo de mercado, al de
capitalización de rentas y al de costos (o método físico directo),
pero tiene una seria limitación: no aplicaría en avalúos de
inmuebles con más de 100 años de construcción. Les interesa
mucho la consideración de los inmuebles después de su
restauración, con el fin de aumentar la vida útil y, por extensión,
la rentabilidad del edificio. Sirviéndose del “factor MOVASA”,
Márquez trata a su vez de desarrollar una metodología para la
valuación de bienes inmuebles catalogados como monumentos
históricos.

Figura 5. Cine “Monterrey” (Monterrey, Nuevo León,


México). El estado
de conservación no compromete el valor histórico

procedencia (¿Durango?) ni el ámbito de trabajo de estos


profesionales, pero se les señala como pioneros en la elaboración
de métodos valuatorios de inmuebles con valor histórico. La
mayoría no se aparta demasiado de los avalúos tradicionales ni de
los catálogos del INAH como fuente de información primordial.
Suelen fijarse en cuestiones de conservación y restauración
orientadas a la rentabilidad de los inmuebles, a su vida remanente.
Díaz de León parece que repara en el valor estético, pero solo lo
cita de pasada, no problematiza sobre él.

59
Fuente: RLG.

La tesis de Márquez permite advertir un discurso que


vuelve a estar muy condicionado por las directrices de la
legislación vigente en materia de patrimonio cultural, la citada ley
de 1972. El énfasis puesto en el referente histórico, en detrimento
de los aspectos artísticos y estéticos (subsidiarios de aquél), y la
consabida acotación cronológica de lo histórico entre los siglos
XVI al XIX así lo atestigua. El INAH está muy presente también
a través de la exigencia de catalogación de los inmuebles. Por lo
demás, el alcance de estos esfuerzos tiende a ser localista y
restrictivo en la consideración de lo monumental, lo cual limita su
operatividad.
En definitiva, no hemos hallado un método que satisfaga
plenamente nuestras expectativas en relación a lo que debería ser
un procedimiento riguroso y científico a la hora de abordar
avalúos de inmuebles con atributos históricos y/o artísticos.
Nuestro primer propósito consiste, por tanto, en profundizar en
el conocimiento de la naturaleza de esos valores. Para ello será

60
preciso incidir en aspectos de patrimonio cultural y legislación en
la materia, interpretación histórica, estilos arquitectónicos,
distinción neta entre lo artístico y lo estético (términos que a
menudo se emplean como sinónimos y no lo son), autonomía o
dependencia de los valores histórico y artístico, etc.

Fuentes y Bibliografía
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caso de la Sagrada Familia, (Tesis Doctoral, Universidad Politécnica
de Cataluña). Barcelona, 2002.
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BAUMAN, Zygmunt, Vida de consumo, México (D. F.), Fondo de
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CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA
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en su 401° Aniversario (Tesis de Licenciatura inédita, Facultad de
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CHOAY, Françoise, Alegoría del patrimonio. Barcelona, Gustavo
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CONGRESO DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN, “Ley del
Patrimonio Cultural del Estado de Nuevo León”, en Periódico
Oficial del Estado, Monterrey, 23 de diciembre de 1991.

61
CONGRESO DE LA UNIÓN, “Ley sobre Protección y
Conservación de Monumentos y Bellezas Naturales”, en Diario
Oficial de la Federación, México (D. F.), 31 de enero de 1930.
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66
De la netnografía al análisis de contenido en el
estudio de los espacios virtuales
Gabriela Carmona Ochoa15*
Introducción
En la actualidad la investigación cualitativa se ha
convertido en un área multifacética; puede ser
interdisciplinar, transdisciplinar y hasta
contradisciplinar; y se realizan investigaciones
tradicionalmente en áreas como las humanidades, en las
ciencias sociales.
“Es multiparadigmatica en su enfoque. Los
que la practican son sensibles al valor del enfoque
multimetódico. Están sometidos a la perspectiva
naturalista y a la comprensión interpretativa de la
experiencia humana. Al mismo tiempo, el campo es
inherentemente político y construido por múltiples
posiciones éticas y políticas.
El investigador cualitativo se somete a una doble
tensión simultáneamente. Por una parte es atraído por
una amplia sensibilidad, interpretativa, postmoderna y
crítica; por otra, puede serlo por unas concepciones más
positivistas, postpositivistas, humanistas y naturalistas
de la experiencia humana y su análisis” (Balcazar y
otros; 2006: 20).

15Estudiante del Doctorado Ciudad Territorio y Sustentabilidad, en Facultad


de Arquitectura del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño
(CUAAD) de la Universidad de Guadalajara, México.
gcarmonaochoa@yahoo.com.mx

67
Para realizar una investigación de este tipo se
requiere que la mayor parte de la información que se
busca sea por ejemplo: conocer vivencias, percepciones,
sentimientos y emociones, hábitos y costumbres de las
personas; esto permite tener un conocimiento más
profundo sobre una fenómeno en concreto; pero
principalmente se toma la decisión de utilizar este
método en base a los objetivos planteados para ayudar
así a resolver el problema de investigación.
A continuación se presenta un cuadro que explica
cómo es la construcción del conocimiento a partir de la
utilización de un método cualitativo en una
investigación.
La Construcción del conocimiento desde la
perspectiva cualitativa
Holístico Empírico Interpretativo Empático

Contextualizado. Se orienta al Los Atiende a los actores


campo. investigadores se intencionadamente.
basan más en la
intuición.
Se orienta al caso Da énfasis en lo Los observadores Busca el marco de
(éste se entiende observable e ponen atención referencia de los
como un sistema incluye las en el actores.
limitado). observaciones de reconocimiento
los informantes. de los sucesos
relevantes.

Se resiste al Se afana por ser Se entiende que Aunque planificado,


reduccionismo y al naturista, no el investigador el diseño es
elementarismo. intervensionistas. está sujeto a la emergente, sensible.
interacción.
Es relativamente Se inclina por las Sus temas son
no comparativo, descripciones en émicos, focalizados
lo que pretende lenguaje natural. progresivamente.

68
básicamente es la
comprensión más
que las diferencias.
Sus informes
aportan una
experiencia vicaria.
TABLA 1. Fuente: Rodríguez y Cols. (1999) citado en Balcázar y otros
(2006)

Para diseñar una metodología además del objetivo


se debe de tomar en cuenta también el proceso de
investigación, el tiempo, los recursos y los resultados
esperados. Por ejemplo el Objetivo General de la
investigación en la que se aplicó esta metodología era;
poder interpretar el proceso de transformación del
imaginario urbano de una persona cuando se
implementan en su cotidianidad herramientas digitales y
nuevas formas de socializar como las redes sociales
virtuales; en esta investigación se tomaron en cuenta
cuatro elementos fundamentales: lo virtual, el medio, los
sujetos y la ciudad. A continuación se explica desde que
perspectiva especifica se estudió cada uno de los
elementos mencionados y los métodos de análisis que se
utilizaron en cada uno de ellos, al final se realiza una
explicación más profunda de la herramienta de
investigación que se utilizó.
En lo que se refiere al concepto virtual el interés era
hacer un análisis de los diferentes medios por los cuales
el concepto ciberespacio se incorpora al imaginario
urbano de un individuo, para lo cual se realizó un
análisis crítico de las principales fuentes bibliográficas,

69
hemerográficas y documentales del concepto de
ciberespacio; se busco dicho concepto en la literatura, el
cine y en imágenes extraídas del buscador Google en
internet; se realizó un análisis semiótico de las
representaciones del concepto ciberespacio en la red;
con el fin de poder comprender dentro de todo lo que
llamamos realidad virtual, las formas de representar el
concepto de ciberespacio; es decir saber desde que
perspectivas se ha representado dicho concepto.
Después de determinar el concepto ciberespacio y
como parte de la realidad virtual se opto por elegir a las
redes sociales virtuales como el medio por el cual se
puede analizar el impacto del uso cotidiano de estas
herramientas digitales en la realidad fenomenológica de
una persona. A través de realizar primero un análisis
crítico de fuentes bibliográficas, hemerográficas y
documentales sobre las redes sociales virtuales se
realizaron una serie de entrevistas a profundidad de
sujetos claves en el mundo digital; es decir personas que
podrían proporcionar información relevante sobre el
contenido, funcionamiento y uso de estas herramientas
digitales; por otra parte se realizó como parte
fundamental de esta investigación; el análisis
netnográfico (etnografía digital) en una red social
virtual; es decir se realizó durante un determinado
tiempo observación participante y registro de dicha
observación de una red social virtual con el fin de
poder realizar el análisis de contenido de los

70
comentarios, fotos, interacciones, etc., de los integrantes
de dicha red; lo que se busca conocer es el
comportamiento a partir de acontecimientos, la
estructuración de grupos y la identificación de patrones
de comportamiento de los sujetos en dicha red, es decir
conocer como es en general la socialización cuando se
utiliza un medio digital.
Por otra parte en el trabajo de investigación se llego
a la determinación de hacer un análisis más detallado
sobre las personas con las cuales estamos trabajando; es
decir los sujetos de estudio; enmarcados en la sociedad
red o sociedad de la información, lo que se busca
fundamentalmente es conocer la transformación de los
imaginarios urbanos del grupo de personas que utilizan
las tecnologías digitales cotidianamente, por lo tanto se
realizó una serie de encuestas diseñadas por el
neurólogo Gary Small y Gigi Vorgan(2008) para obtener
información sobre el grado de virtualización digital de la
red social determinada con anterioridad, para conocer
sus destrezas y habilidades en el uso y comunicación
virtual, conocer también el grado de alfabetismo o
analfabetismo digital; para lo cual además de la
aplicación de dicha encuesta y su posterior análisis se
realizó también un estudio netnografico (etnografía
digital) a través de la observación participante en la
utilización de herramientas digitales disponibles en
internet; herramientas como buscadores, localizadores,
descargas de información, etc.; con el fin de conocer

71
entre otras cosas quiénes son y para que utilizan el
internet los internautas.
La parte de la ciudad que interesa analizar en esta
investigación es la que tiene que ver con la parte
subjetiva del urbanismo; es decir los imaginarios
urbanos. Nos interesaba conocer como es la
segmentación de los imaginarios urbanos de acuerdo al
grado de alfabetismo o analfabetismo digital de los
grupos sociales de las ciudades seleccionadas; para lo
cual fue necesario georeferenciar los datos sobre los
usuarios de internet con los principales indicadores
censales de INEGI, como escolaridad, población,
vivienda, etc.; para reconocer si existe dicha
segmentación y si existen relaciones significativas entre
los principales usuarios de internet y la segmentación
socioespacial de una entidad; también se realizó como
parte del método netnografíco un análisis semiótico de
las principales representaciones en imágenes, videos en
la red a través del buscador Google de las ciudades
seleccionadas para reconocer el imaginario urbano que
se representa en internet.

b) Proceso metodológico
Uno de los principales retos al desarrollar la
metodología para esta investigación fue encontrar
herramientas que pudieran ser utilizadas en los medios
virtuales; a continuación se explica cual fue el

72
procedimiento para obtener los datos necesarios para
entender el fenómeno de interés.
En primer lugar se realizó la observación;
comenzando por seleccionar un grupo, un tema, un
fenómeno como objeto a observar de un modo
sistemático; el observador social debe de establecer
contacto directo e inmediato con los actores, es decir la
observación participante es una herramienta que
involucra la interacción social entre el investigador y los
informantes; y a partir de esta interacción el observador
recoge los datos en una forma sistematizada evitando en
todo lo posible la intromisión.
Algunas de las principales características; dice
Balcazar (2006), de esta herramienta, son la
adaptabilidad para realizar registros de la información
que emerge simultáneamente, de múltiples factores o a
varios niveles. La visión holística de la observación
participante permite captar el contexto de forma
integral, permite tener mayor conocimiento y existe la
posibilidad de explorar respuestas distintas e
idiosincráticas, respuestas que serían difíciles de captar si
utilizáramos otros medios.
En esta investigación se seleccionó una red social
que se forma a partir de la participación en sitios
virtuales; como por ejemplo Facebook, en donde el
observador se convierte en un miembro de la
comunidad o de la población a estudiar, participando
activamente en la red, pero al mismo tiempo

73
observando la manera en que las personas se comportan
e interactúan entre ellas o con organizaciones externas.
La fortaleza de esta herramienta radica en que el
investigador experimenta la situación al igual que los
sujetos y entiende mejor los fenómenos. La idea es
explorar las situaciones que emergen durante la
observación, es importante señalar que todos y cada uno
de los escenarios que surgen son intrínsecamente
importantes y tomados en cuenta para la investigación.
Cuando se utiliza esta herramienta es necesario
tener definido un objetivo general de lo que se quiere
obtener; en esta investigación se busca responder las
siguientes preguntas: ¿Qué diferencia hay entre una red
social real y una red social virtual?, ¿Cómo es la
socialización cuando se utiliza la tecnología digital?,
¿Cómo es el comportamiento de los grupos sociales en
las redes sociales virtuales?, ¿Cómo se segmentan y es la
jerarquización de los usuarios de las redes sociales
virtuales?, ¿Para que usan las redes sociales virtuales los
diferentes segmentos de usuarios?; pero es muy
importante señalar que una de las principales
características de esta herramienta es que ofrece la
posibilidad de ir transformando el enfoque a medida
que se utiliza, con lo cual nos da cierta flexibilidad para
poder realizar ajustes y poder ir adaptándose a las
situaciones que se presentan durante el ejercicio de la
observación.

74
En las notas de campo debe incluirse lo
observado por el investigador pero es importante
también registrar los sentimientos, interpretaciones,
intuiciones y preconceptos del propio investigador. En
general las notas deben de proporcionar por lo regular
información descriptiva y no evaluativa del hecho,
situación o fenómeno observado.
c)Investigación etnográfica
Parte de la investigación cualitativa es la etnografía o
investigación etnográfica; la cual es considerada como
un método de investigación útil en la identificación,
análisis y solución a múltiples problemas en diferentes
grupos; herramienta que es utilizada principalmente en
las áreas de la antropología y la sociología.
Etimológicamente se traduce como el estudio de las
etnias; es decir el análisis del modo de vida de una raza
o grupo de individuos, mediante la observación y
descripción de lo que la gente hace, su comportamiento,
la interacción; también es la posibilidad de describir sus
creencias, valores, motivaciones, perspectivas de
acuerdo al momento o circunstancia; básicamente
describe las muchas formas de vida de los seres
humanos. Permite descubrir el conocimiento cultural de
las personas que integran un grupo o una comunidad así
cómo las formas en que las personas utilizan su
conocimiento cultural cuando interactúan, es decir
describe significado y comportamiento. Por ejemplo la

75
etnografía observa ciertas conductas o sentimientos
como el miedo, la rabia, la ansiedad; pero además se
interesa por conocer también lo que producen estas
conductas, es decir el significado.
Al incorporar en su análisis aspectos cualitativos
este método cambia la concepción positivista de la
investigación (Balcazar y otros; 2006); ya que analiza el
comportamiento de los individuos, sus relaciones y la
interacciones con un contexto determinado. Se
considera además, que este método es una forma de
articular las experiencias de campo y el trabajo analítico;
imaginado como partes inseparables de un mismo
proceso: técnicas de recolección, el análisis, la
presentación de los datos (observación participante,
entrevistas abiertas, análisis cualitativo, descripción
narrativa).
El enfoque teórico en el cual está basada la
investigación etnográfica fue el adecuado para realizar
esta investigación ya que el trabajo implica realizar el
estudio en prolongados periodos de tiempo, la
etnografía básicamente es una tarea longitudinal en la
cual los recursos que se utilizan deben ser flexibles y
adaptables; por lo general se utilizan procedimientos
semi estructurados o informales en un principio y que
suelen generan en las últimas etapas de la investigación
procedimientos estructurado o formales.
El proceso incluyó también la impregnación del
investigador en la cultura, en este caso conocer a fondo

76
el concepto de sociedad red y en particular la forma de
socializar que existe en un red social virtual, el ambiente
en el que se desarrolla, etc., por ejemplo es necesario
aprender el lenguaje, las costumbres, conocer su punto
de vista, las condiciones histórico-sociales, conocer que
sucede, porque sucede y como suceden las cosas en ese
ambiente, incluso utilizar el mismo lenguaje.
“Aunque tradicionalmente la Etnografía se ha
considerado principalmente como la descripción de la
cultura de toda la comunidad, la metodología
etnográfica es adaptable a la descripción de las
relaciones sociales de cualquier grupo…. donde dichas
relaciones sociales se encuentran reguladas por la
costumbre, o incluso espacios públicos…. La
etnografía se sitúa en un ámbito concreto de la realidad
y el etnógrafo pone toda su energía en descubrir qué
ocurre en ese espacio.” (Balcazár y otros; 2006:95)
En el párrafo anterior se hace hincapié sobre el
trabajo especifico que tiene que realizar el etnógrafo;
pero además de esa observación también se hace
referencia sobre el lugar en el que suceden las cosas; es
importante señalar que en esta investigación el lugar en
el que se trabaja y en el cual se aplica la investigación
etnográfica tiene características muy particulares; es un
espacio virtual; lo que exige que en esta exploración se
utilice una metodología en particular: para eso se
decidió por utilizar el método conocido como
etnografía digital, tecnografía o netnología.

77
d)Investigación netnográfica
La netnográfia es un método de investigación
cualitativa en el cual se adaptan las técnicas de la
investigación etnográfica en el estudio de las
comunidades virtuales.
El neologismo netnografía net + etnografía fue
originalmente utilizado por un grupo de investigadores
norteamericanos; Neumann, Sandusky y Schatz en 1995
cuando implementaron en su investigación etnográfica
los medios electrónicos como herramientas para seguir
obteniendo información de los actores y así preservar la
riqueza de la observación que ya habían realizado en
campo.
Para Turpo (2008) la definición más acertada de lo
que es la netnografía es la que proporciona
Kozinets(citado en Turpo;2008)el cual dice que es: “un
método de investigación derivado de las técnicas de
etnografía desarrolladas por la investigación
antropológica, esto ha incrementado la posibilidad de
filtrar las complejas oportunidades de información
acerca de las comunidades en la world wide web”.
Kozinets(citado en Turpo;2008) propone que el
nivel de participación del investigación puede variar de
acuerdo a las características de cada trabajo; a
continuación se muestra un diagrama de los diferentes
niveles de participación que este autor propone.
El nivel de participación en la investigación

78
Seguimiento Participante autonetnografía
Netnografía Seguimiento
Netnografía
TABLA 2. Fuente: Kozinets (2006) citado por Dörnyei-Mitev
(2009:59)

Etnografía virtual, etnografía cibernética,


tecnografía, investigación etnográfica en línea,
ciberantropología, netnografía; son algunos de los
nombres con los que se le suele llamar a la investigación
que se realiza en el medio virtual, no importando el
nombre, el hecho es que se necesitan instrumentos
adecuados para el análisis de las nuevas formas de
socialización que genero internet, sobre todo a partir de
los años 80´s cuando nacieron las primeras
comunidades virtuales.
Pero la netnografía no es sólo la utilización de
herramientas digitales para obtener más información de
los actores sociales; es necesario conocer la manera en
que se relacionan estos con el medio digital, con el
espacio virtual; conocer cómo se desarrolla la
comunicación a través de un objeto que en este caso el
la computadora y en un espacio que se ha diseñado para
este fin; conocer densamente la cultura del ciberespacio
para poder entender a un grupo en especifico y su
forma de interactuar. Es un método cualitativo e

79
interpretativo que necesita de una combinación de
participación cultural y de observación.
El espacio en el cual el etnógrafo realiza su
investigación ha cambiado, el campo ha cambiado; las
tribus o grupos de sociales ahora se agrupan y conviven
formando redes sociales en un espacio virtual; “…la
netnografía, como propuesta de investigación en
Internet, enriquece las vertientes del enfoque de
innovación y mejoramiento social que promueven los
métodos activos y participativos dentro del espectro de
lo cualitativo (metodología y práctica social),
integrándose a las transformaciones importantes que
Internet ha provocado en nuestra
cotidianeidad.”(Turpo; 2008:83).
En este mismo sentido Turpo(2008) menciona
también la opinión de Jung y Portella(citado en
Turpo;2008); estos autores expresan que actualmente
existen un gran flujo de información caracterizando la
transición de la modernidad a la posmodernidad, que
existe una distorsión de términos, por ejemplo, lo local,
lo global, los cuales crean cierta confusión en criterios
metodológicos; para la realización de investigaciones de
este corte y que por lo tanto se valida la utilización de la
etnografía moderna (netnográfia) en la observación de
expresiones de representaciones de la cibercultura.
El cuadro que se presenta a continuación se
muestra las líneas básicas que propone Turpo(2008)
para realizar una investigación netnográfica.

80
Líneas básicas para realizar una investigación netnográfica
según Turpo
Establecer Establecer relaciones con los miembros de la comunidad,
relaciones evitando en la mayor
parte de los casos darse a conocer como investigador.
Estudiar el lenguaje, Estudiar el lenguaje, los símbolos y las normas de la
los símbolos y las comunidad. Es fundamental que el investigador se empape de
normas de la los códigos lingüísticos y éticos de aquéllos a quienes pretende
comunidad. estudiar, para así asimilar términos y conceptos
que le permitan establecer una comunicación óptima y extraer
los insights necesarios.
Evita la Evitar, en la medida de lo posible, la deshonestidad y el
deshonestidad y el engaño. En Internet,
engaño. estos factores podrían verse ampliados por la naturaleza
incierta de las respuestas y lo oculto de sus protagonistas. Sin
embargo, esta condición oculta
de los sujetos es precisamente la que garantiza que expresen
libremente y sin tapujos sus opiniones e intenciones, así como
abrirse de una forma más natural a como lo harían cara a cara.
Identificar a los Identificar a los distintos tipos de miembros que pueblan la
distintos tipos de comunidad, para saber cuál es el peso de sus opiniones.
miembros Dentro de una comunidad virtual se dan, al igual que en la
vida real, los fenómenos del boca a boca y del liderazgo de
opinión. De este modo, pueden distinguirse distintos tipos y
estatus de membrecía: aquéllos que ejercen el rol de líderes de
opinión (nivel de integración máximo), los que son visitantes
habituales (nivel de integración alto), quienes visitan una
comunidad de manera esporádica (nivel de integración bajo) y,
por último, los que acuden a alguno de estos sitios de manera
puntual, en busca de una información concreta (nivel de
integración nulo). Éstos últimos no suelen participar
activamente en ninguna de las actividades de la comunidad.
TABLA3. Fuente: Redondas, (2003) citado en Turpo (2008:85)
Krisztina Dörnyei y Ariel Mitev(2009)
investigadoras húngaras explican que al igual que la
etnografía la nenotgrafía es un método muy flexible y
que puede adaptarse fácilmente a una variedad de
situaciones, también se utiliza la observación

81
participante como parte importante para la realización
de una exploración, descripción, análisis más profundos
del fenómeno social. A continuación presento en forma
esquemática los pasos que proponen estas
investigadoras para realizar una investigación
netnográfica.

Pasos de la netnografía
Acceso a la cultura -Investigación, definición de la cuestión, pregunta de
investigación
-Análisis para incluir formas de comunicación en
línea
- Niveles de Participación: (observador,
participación, autonetnografía)
Recopilación y análisis de la - Identificación de los recursos (comunidades, blogs,
información redes, etc)
- Analizar y seleccionar el contenido relevante
- Comunidad en línea ( identificación )
- Análisis de contenido
Autentificación de la - Triangulación
interpretación - Narración polifónicos
Ética en la investigación - Cumplimiento de la normas
- Se cumplen las normas éticas
Miembros de la comunidad - Talleres
- Comentarios
TABLA 4. Fuente: Krisztina Dörnyei y Ariel Mitev (2009:57)

La netnografía es uno de los medios por los


cuales se puede realizar un estudio antropológico sobre
lo que sucede cotidianamente en el ciberespacio, además
que proporciona mayor número de datos, con mayor
calidad y a una mayor velocidad. A continuación

82
presento de forma sintética la opinión de tres autores
anteriores sobre la forma de obtener los datos del
ciberespacio.

Osbaldo Krisztina Dörnyei Adriana Amaral,


Washington Turpo – Ariel Mitev Geórgia Natal y
Gebera1 Lucina Viana
-Buscar todos aquellos -Detectar las -Datos recogidos y
foros y grupos de noticias comunidades de copiado directamente de
que tengan relación con comunicación en línea los miembros del
ese tema, eliminar los que comunidades en línea de
no tienen un número - Las observaciones de la interés; debido la gran
relevante de usuarios comunidad, cantidad de información
opresentan un nivel de conocer a los miembros recopilación y
actividad demasiado bajo. y buscar su jerarquia dudas que pudiera causar,
Filtro selectivo para es prudente
quedarse con una cantidad - Entrevista con la investigador para utilizar
de comunidades comunidad en línea. Esto varios tipos de filtros
manejable, pero suficiente se puede hacerse a través
para que los resultados del correo electrónico o -Observación: se refiere a
finales sean chat. la información que el
representativos de la investigador observa de
población total. las prácticas
comunicativas de los
-Decidir qué duración miembros de
tendrá la fase de recogida comunidades, las
de datos. Se propone tres interacciones, los
o cuatro meses para símbolos y su propia
obtener una información participación.
abundante que otorgue
credibilidad a las -Datos recogidos en las
conclusiones. Durante este entrevistas con
período, los servidores individuos, a través del
dedicados al estudio intercambio de correos
rastrean una o varias veces electrónicos o
al día las comunidades conversaciones en salas de
seleccionadas y almacenan chat, mensajería

83
los textos. instantánea u otras
herramientas.
-Recoger sólo los que sean
útiles para el informe. Se
basan en sistemas de
palabras relacionadas,
conceptos y sinónimos, de
tal modo que son capaces
de guardar textos que
tengan algo que ver con el
tema aunque no incluyan
exactamente los nombres
que se pretenden analizar.
TABLA 10. Fuente: elaboración propia

e)Análisis de contenido
Como se explico con anterioridad se utilizaron
diversas técnicas en este estudio, desde la lectura crítica
de los elementos bibliográficos y documentales,
herramientas que surgen desde la metodología
cualitativa y en especifico la netnografía para los
estudios de campo (ciberespacio). Específicamente para
los estudios sobre las redes sociales virtuales además de
la netnografía se utiliza el método de análisis de
contenido ya que en la mayoría de los procesos sociales
se llevan a cabo a través de símbolos,
Krippendorff(1990) asegura que por esta razón es en las
ciencias sociales y en las ciencias humanas en donde se
ha difundido más el uso del análisis de contenido como
herramienta de investigación.
El análisis de contenido ha tenido un mayor
desarrollo en el ámbito de la sociología, la antropología

84
social, la lingüística y la psicología; a continuación
presento una breve semblanza sobre su desarrollo a
través de reflexionar sobre problemas relativos a la
epistemología, metodología y técnicas del análisis de
contenido.
Las primeras investigaciones experimentales sobre
el contenido de la información se remontan a los
estudios teológicos realizados en Suecia a finales del
siglo XVII, en donde la iglesia estaba preocupada por la
producción de temas que no eran religiosos a través de
la prensa. Hacia finales del siglo antepasado surgió una
producción considerable de la prensa escrita en los
Estados Unidos, el interés en la opinión de las masas y
la evaluación de las masas por lo tanto también
aumento, y se realizaron en 1893 los primeros análisis
cuantitativos de periódicos.
La sociología comenzó a hacer uso de las
encuestas y sondeos de opinión para sus
investigaciones, a partir de estos trabajos nació una
vinculación con estudios sobre análisis de la
comunicación y en las décadas entre 1920 y 1930 nace
el concepto de “estereotipo social” determinado por
Lippmann(Krippendorff;1990). En la Segunda Guerra
Mundial, el Dr. Harold D. Lasswell y sus colaboradores
conceptualizaron los objetivos y procesos de
comunicación durante las hostilidades; crearon la
American Federal Communications Commisssion
(FCC) que fundamento sus estudios del enemigo en las

85
emisiones radiofónicas internas de estos para tratar de
predecir y comprender los acontecimientos que tenían
lugar en la Alemania nazi y sus aliados; ya para las
décadas entre 1950 y 1960 se realiza una codificación
manual, elaborada por Lasswell, Holsti y Pool .
Después de la segunda Guerra Lasswell concreta
sus ideas en un estudio mundial sobre “la atención”
basándose en el análisis de los símbolos políticos de las
editoriales de la prensa oficial en países como Francia,
Alemania, Gran Bretaña y Estados
Unidos(Krippendorff;1990). En el área de la psicología
se aplicó en la realización de análisis de los registros
verbales para descubrir características motivacionales,
psicológicas o de personalidad, los antropólogos
utilizaron el análisis de contenido para comprender el
contenido de mitos, leyendas y acertijos; por otra parte
los historiadores encontraron es este método una
manera fácil de analizar grandes conjuntos de
documentos históricos.
Supone Krippendorff (1990) que fue Sebeok y
Zeps quienes en 1958 realizar por primera vez un
análisis de contenido apoyándose en computadoras para
analizar cuatro mil leyendas populares de un pueblo
ruso llamado “los cheremis”. Con el surgimiento de la
informática se realizaron aplicaciones de codificación
electrónica automatizada partiendo de la obra de Stone
(1966) y sus colaboradores para el análisis de contenido
de mensajes por medio de computadoras en el sistema

86
General Inquirer. El análisis de contenido ha llegado a
ser con el tiempo un método científico que ofrece
inferencias validas a partir de datos esencialmente
verbales, simbólicos o comunicativos.
(Krippendorff;1990)
Una definición del el análisis de contenido es: “ el
conjunto de procedimientos interpretativos de productos
comunicativos (mensajes, textos o discursos) que proceden
de procesos singulares de comunicación previamente
registrados, y que, basados en técnicas de medida, a
veces cuantitativas (estadísticas basadas en el recuento de
unidades), a veces cualitativas (lógicas basadas en la
combinación de categorías) que tienen por objeto
elaborar y procesar datos relevantes sobre las
condiciones mismas en que se han producido aquellos
textos, o sobre las condiciones que puedan darse para su
empleo posterior” (Piñuel: 2002; 2).
Por otra parte Krippendorff(1990) proporciona la
siguiente definición:”El análisis de contenido es una
técnica de investigación destinada a formular, a partir de
ciertos datos, inferencias reproducibles y válidas que
puedan aplicarse a su contexto” este autor observa que
los mensajes no guardan un único significado, siempre
existe la posibilidad de analizar el dato desde otras
perspectivas, por lo tanto no necesariamente debe
existir coincidencia en los significados.
Piñuel dice además que los textos pueden
remitirnos a un amplio universo de prácticas sociales y

87
prácticas cognitivas, explica que cualquier interacción
comunicativa tiene un carácter particular y se
comportan como mediados y mediadores de las
prácticas a las que sirve. Bardin (citado en Piñuel y
Gaytán, 1995; 4) señala que el análisis de contenido es
una fuente de des-ocultación o re-velación de las
expresiones; lo interesante es encontrar lo escondido
entre lo latente, lo que él llama “lo no aparente”, lo
potencial, lo inédito, lo no dicho de todo mensaje.
Krippendorff(1990)explica que lo más importante
de los mensajes es que proporcionan al receptor
conocimiento sobre hechos o sucesos que se dieron en
un lugar lejano, de cosas del pasado o de ideas de otras
personas. “Los mensajes y las comunicaciones
simbólicas tratan, en general, de fenómenos distintos de
aquellos que son directamente observados”
(Krippendorff; 1990:31); por lo tanto el receptor puede
formular inferencias sobre el mensaje relacionándolo
directamente con el medio; es decir el “contexto de los
datos”. Un analista del contenido también es un
receptor de datos; según el autor el analista “...puede
ocuparse de formular la clase de inferencias que
efectúan algún receptor cuando trata de comprender las
comunicaciones simbólicas…” (Krippendorff; 1990:31);
la formulación de inferencias específicas son la clave en
el procesamiento de datos simbólicos y lo principal en el
análisis de contenido.

88
El autor aclara que cuando se realiza el análisis de
contenido debe de tenerse muy en claro la finalidad o el
objetivo de las inferencias que se realizaran; es decir
tener muy claro lo que se quiere conocer; además de que
la información que se obtiene es algo que no se puede o
no se pudo observar directamente, sólo se trabajará con
los datos disponibles. “En todo análisis de contenido la
tarea consiste en formular inferencias, a partir de los
datos, en relación con algunos aspectos de su contexto,
y justificar esas inferencias en función de lo que se sabe
acerca de los factores estables del sistema en cuestión.
Mediante este proceso se reconocen los datos como
simbólicos o como susceptibles de proporcionar
información acerca de algo que le interés al analista.”
(Krippendorff;1990:38)
El autor opina que los resultados que se
obtengan del análisis de contenido deben representar
alguna característica de la realidad, y la naturaleza de esa
representación debe ser verificable.

Marco de referencia para el análisis de contenido


Contexto real Contexto tal como lo
de los datos construye el analista

Representación
indicación
Fenómenos Objetivo
Resultado = inferencias
reales
referencial
probable
Condiciones y
fenómenos
circundantes

89
Datos Datos
Relaciones Análisis
estables de Constru
Factores anal
coadyuvantes contenido

Fuente:(Krippendorff;1990:40)

Entre otras características del análisis de


contenido podemos mencionar que no es una técnica
intromisiva, que es una técnica que acepta material no
estructurado, que el investigador en ocasiones no podrá
anticipar todas las categorías del análisis o las formas de
expresión si no ha obtenido y analizado todo el material.
Como el análisis de contenido es sensible al contexto
será capaz de procesar formas simbólicas; sobre los
datos es posible conservar la referencia a lo que
representan, causan, controlan, constituyen, reproducen
o a lo que están asociados en el interior del contexto
original; otra característica es que es posible abordar un
gran volumen de información. “…permite aceptar
como datos comunicaciones simbólicas
comparativamente no estructuradas y, en segundo lugar,
permite analizar fenómenos no observados
directamente a través de los datos relacionados con
ellos, independientemente de que intervenga o no un
lenguaje.” ( Krippendorff; 1990:45) El cuadro siguiente
se refiere a las principales categorias, unidades de
análisis, las disciplinas de influencia y la utilidad de los

90
diversos procedimientos de análisis de contenido a
manera de resumen.

Análisis de contenido según las unidades de registro y su utilidad.


C AT E G DISECCI DISCIPLIN PROCESAMIEN OBJETOS
ORÍAS ÓN A TO DE
U N I DA DE DE O MEDIDA ESTUDIO
DES ANÁLISIS INFLUENC (EJEMPLOS
IA )
Unidades Términos, Semántica Cuantitativo Hábitos
léxicas palabras Lexicología (estadístico) verbales
Campos
semánticos
Unidades Conceptos, Psicología Cuantitativos Productos
temáticas referencias cognitiva (estadístico) singulares de
Psicosociologí y/o cualitativos comunicación
a (lógicos) interpersonal
Sociología de y de masas
la
comunicación
Unidades Valoracione Psicosociologí Cuantitativos Productos
temático s, a (estadístico) singulares de
/ evaluativas actitudes y/o cualitativos comunicación
(lógicos) de masas,
según
formatos:
periodismo,
publicidad,
espectáculo,
etc.
Unidades Oraciones Gramatología Cualitativos Enunciaciones
Lingüístico Proposicion Filosofía del (lógicos) referidas a
proposiciona es lenguaje contextos en
les Sociolingüístic productos
a singulares de
procesos de
comunicación
Unidades Relatos Antropología Cualitativos Relatos
formales Psicosociologí (lógicos) ubicados
análisis a del en contextos
semiológico conocimiento de procesos
Narratolología singulares de

91
comunicación
Unidades Relación Sociolingüístic Cualitativos Dramatizacion
pragmáticas entre a (lógicos y es
del enunciación Etnometodolo hermenéuticos) entre los
discurso y e gía interlocutores
análisis interacción Semiótica por
semiótico de comunicativ Socioanálisis el uso de
acciones a enunciaciones
y
relatos latentes
Macro- Actores, Crítica literaria Cualitativos Productos
unidades personajes Psicosociologí (lógicos y comunicativos
psicobiográfi históricos, a hermenéuticos) referidos
cas y sujetos Psicología a historias
análisis de representati clínica personales de
“historias de vos comportamien
vida” de tos
aconteceres comunicativos
TABLA. Fuente: Piñuel (2002: 16)

Según Krippendorff(1990)los analistas pueden


utilizar el análisis de contenido para diferentes
aplicaciones, a continuación se hace una descripción
breve de cada una de ellas:
1. Análisis de contenido pragmático: forma de clasificar los
signos según causa o efecto probable.
2. Análisis de contenido semántico: manera que se
catalogan los signos de acuerdo a sus significados:
a) Análisis de designaciones: proporciona la reiteración
con que se hace referencia a determinados objetos,
personas, conceptos, grupos, etc.,
b) Análisis de atribuciones: proporciona la periodicidad
con que se remite a ciertas caracterizaciones de un
objeto.

92
c) Análisis de aseveraciones: proporciona la repetición con
que ciertos objetos son caracterizados de un modo
particular.
3. Análisis de vehículos-signos: forma de clasificar el
contenido de acuerdo con las propiedades psicofísicas
de los signos.
En esta investigación se realizó el análisis de
contenido semántico; es decir que se analizaron los
signos de acuerdo a su significado; por ejemplo en uno
de los casos de estudio se computo la cantidad de veces
que se menciona un hito urbano de la ciudad de
monterrey en la red social virtual twitter bajo el hashtag
#noeresregio; se analizaron también las designaciones,
las atribuciones y las aseveraciones a conceptos
específicos que reflejaran el imaginario urbano de los
habitantes de la zonas metropolitanas seleccionadas.
Krippendorff(1990)explica también las formas de
inferencias que pueden realizarse a partir de un análisis
de contenido: Sistemas, Normas, Índices y síntomas,
Representaciones lingüísticas, Comunicaciones y
Procesos institucionales.
Las representaciones lingüísticas presentan una
parte limitada de la realidad o de alguna experiencia,
puede tener origen en una sola persona o en un grupo
de personas que interactúan; lo interesante es que
pueden definir su propio asunto o tema además de
permanecer abiertos y aceptar nuevos hechos o
modificaciones a lo que creían verdadero.

93
Entre los datos que pueden ser analizados según
Krippendorff(1990) se encuentran las secuencias de
artículos editoriales, intercambios internacionales de
carácter oficial, los documentos oficiales, las
transcripciones de entrevistas y la interacción social.
Para esta investigación se utilizaron las representaciones
lingüísticas de la interacción social en una red social
virtual con el fin de realizar las inferencias sobre el
imaginario urbano, el cual se especificó en cada caso de
estudio; por ejemplo se analizó el discurso de un grupo
de personas que participaron en las redes sociales
virtuales en un tema especifico: por ejemplo: un sistema
de transporte alternativo y sustentable para la ciudad de
Guadalajara, Jalisco.
Como se explicó anteriormente una de las tareas
principales del análisis de contenido es lograr la
comprensión de los datos lingüísticos y desenterrar
inferencias sobre esa base y uno de los usos de las
representaciones lingüísticas es el desarrollo de mapas
cognitivos, por lo tanto es posible la obtención de un
mapa cognitivo que describa asertivamente el imaginario
que tiene un cierto número de personas sobre un tema
especifico.
El proceso de la información científica que se
analice por este método debe de tener una secuencia
lógica, en primer lugar al diseñarse el proyecto de
investigación debe ajustarse al contexto del cual
provienen los datos o respecto al cual se analizan éstos;

94
es decir el proyecto de investigación debe ser sensible al
contexto, debe existir una comunicación explícita o
implícita entre el medio analítico y las propiedades
relativas del contexto.
A continuación presentamos un diagrama en el
cual se puede observar los procedimientos que se
utilizaron en el análisis de contenido:

Procedimientos utilizados en el análisis de


contenido
Teorías y conocimientos
sobre las relaciones
estables entre los datos
y el contexto

Esquema para
la determinación Plan de Instrucciones para
Construcción
unidades muestreo el registro
analítica

Observaciones
primitivas Determinación Muestreo Registro Reducción de Inferencia A
de unidades los datos

Val
Pruebas directas sobre los fenómenos inferidos

Fuente: Krippendorff; 1990:78

En proyectos como este en donde es necesario


poner a prueba una hipótesis según explica
Krippendorff (1990) es necesario hacer una
comparación de los resultados obtenidos de un análisis
de contenido con los que se obtienen de forma

95
independiente, así como los datos no inferidos mediante
esta técnica.
Agrega que existe una variedad de datos de entre
los cuales algunos no es posible vincularlos con
comunicaciones simbólicas, por lo tanto en una
investigación puede comprender las relaciones entre los
fenómenos que se analizan mediante el análisis de
contenido y su contexto inmediato.

Diseño de análisis de contenido para verificar


hipótesis Verificación de
la hipótesis

Indicación
Fenómenos

probable
Relación
establecida Análisis
como de
hipótesis Datos Contenido

Otros
Datos

Fuente:(Krippendorff; 1990:78)

Por último es importante mencionar claramente los


distintos componentes o pasos que se requieren en el
proceso para el análisis de contenido:

96
 Formulación de datos
Determinación de las unidades
Muestreo
Registro
 Reducción de datos
 Inferencia
 Análisis
Por todo lo anterior se logro inferir que el análisis
de contenido tenía también las características necesarias
para ser otro instrumento metodológico que soportara
a esta investigación y que junto con la netnografía se
puede lograr la obtención de información veraz para
una investigación que incluya dentro de sus procesos las
nuevas formas de socialización que se están
presentando a través de las redes sociales virtuales que
el internet ofrece.

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Cualitativa. Universidad del Estado de México. México.
DÖRNYEI, Krisztina y MITEY, Ariel. (2010)
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marketingkutatásban. Vezetéstu Domány. Review. Vol.
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97
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España.
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investigación en Internet. Revista EDUCAR 42. España.
RACO. Revistes Catalenes amb accés obert.
http://www.raco.cat/index..php/educar/article/view/a
rticle/142550/0

98
SECCIÓN DE DISEÑO Y ARTE
Sección a cargo de José Manuel Prieto González

99
Elementos del imaginario eurocéntrico: del mito,
sus símbolos y sus motores profundos.
Adolfo Benito Narváez Tijerina16.

El mito.
El Mito Eurocéntrico y su desarrollo a través de la
historia de Occidente ha sido la preocupación de algunos
pensadores de nuestros tiempos, entre los que podemos destacar
a Braudel (1984), Samir Amin (1988, 2006), Blaut (1993),
Hosbawm (1998), Appleby, Hunt y Jacob (1998); Allatson, Le
Nevez, Lu, Mikulla y Pratt (2002); Peet (2005), Marks (2006),
Pachón Soto (2008), Grosfoguel (2008), Panayotopoulos (2009),
Nieto Olarte (2009), Kallinen (2010), Kayaoglu (2010), Amini
(2010), Alcadipani y Reis Rosa (2010), Bhambra (2010), Ronald
Hall (2011), Ibáñez (2011), entre otros.
Marks adelanta una muy certera definición del mito, a
través de la cual alega que: “algunos críticos sostienen que la
visión eurocéntrica del mundo ve en Europa el único agente
activo de la historia del mundo, su único „manantial‟. Europa es
activa; el resto del mundo, pasivo. Europa hace la historia; el
resto del mundo no tiene historia hasta que entra en contacto con
Europa. Europa es el centro y el resto del mundo, su periferia.
Sólo los europeos son capaces de iniciar cambios y promover la
modernización; el resto del mundo es incapaz.” (Marks, 2006:
24)17. El autor sostiene que este mito permea ahora la visión,

16
Doctor en Arquitectura. Fundador del Doctorado en Filosofía y del
Instituto de Investigaciones de Arquitectura de la UANL, miembro del SNI
nivel III, docente de la UANL, profesor invitado a la UM en Argentina, la
UNAM, la UPC en España, la UT en Arlington, entre otras. Premio ANUIES
en 1999, premio de Investigación UANL en 1998 y el 2001. Miembro de la
AMC.
17 Ibáñez (2011) al referirse al contacto de los europeos con los americanos

sostiene que: “Los europeos se enfrentaron a un mundo nuevo, fascinante y

100
acciones y los proyectos políticos de los países desarrollados, lo
que hace pensar que este imaginario lejos de haber muerto con la
modernidad, que fue la condición histórica para su mayor
impulso y difusión, ahora está más vivo que nunca.
Por su parte, Amin (2006) sostiene que la hegemonía
global y liberal actual ha de caracterizarse ahora a través de la
“modernidad producida por el capitalismo imperialista que es
culturalmente parcial, Eurocéntrico, masculino patriarcal y
prometéico en el sentido de que concibe a la naturaleza y la utiliza
como objeto” (p. 44)18. De lo que ya podemos extraer
características propias del mito que pueden ayudarnos a explicar
el sentido de sus expresiones más materiales y visibles.

Elementos y representaciones de occidente y los occidentales sobre sí mismos.


Aún y que se reconoce a través del mito eurocéntrico a las
antiguas civilizaciones del mediterráneo como los orígenes de lo
europeo, la construcción de los Estados de la Europa renovada
por la época de la Ilustración y del Romanticismo fundarían su
visión en lo medieval. Así, el ideal rescatado por los folcloristas e

terrible, que trataron de comprender dentro de sus marcos culturales… pero


como ello no fue posible, procedieron a desvalorizarlo o satanizarlo. Claro que
había una enorme diferencia entre una cultura individualista y de dominación
del mundo y otra que era más bien comunitaria en su búsqueda de la armonía
cósmica. Pero el problema fue que, conforme a su visión del hombre y del
mundo, los europeos, cuando no exterminaron a los pueblos originarios por la
violencia quisieron „convertir‟ a los indios sin dejarse cuestionar o „convertir‟
por ellos. Sólo los colonizados podían „convertirse‟, nunca los colonizadores.
Pues estos últimos partían del presupuesto de que ellos poseían las verdades
universales y eran portadores o mensajeros del único Dios verdadero” (pp. 29-
30).
18 Ibáñez (op. Cit.), por su parte, opina que “el pecado original de nuestras

repúblicas es que habían sido construidas sin el indio y contra el indio. A lo


cual se podría agregar… que se han edificado sin la mujer y contra la mujer, sin
el negro y contra el negro, sin el campesino y contra el campesino, o sin la
población urbano- marginal y contra ella, añadiendo un largo etcétera” (p. 30).

101
historiadores sobre esta “edad dorada” se volvería un ejemplo
vivo. Sobre todo visible en el ámbito británico, una parte de la
obra urbanística de inspiración en el arte romántico durante este
tiempo, recuperaría a la aldea medieval como la idea para abordar
la producción de las villas suburbanas. Por su parte, los
estadounidenses fundarían su visión de futuro en la luminosa
reminiscencia del pasado clásico expuesta en los proyectos de sus
grandes ciudades y de la capital federal, pero los pequeños
poblados seguirán adoptando una estructura y un sentido estético
inspirados en la tradición heredada de los colonizadores ingleses y
de ahí hundirían sus raíces –por la vía de un arte importado y
luego vuelto propio durante el siglo XIX- en la mítica edad media
revisitada por el romanticismo.
Un persistente acento en la nostalgia de un pasado
campesino impregnaría una época en la que los cottages serían un
ideal edilicio a seguir por la emergente burguesía de los países
más industrializados y que se afincaban en las grandes ciudades.
Esta idea, que muy bien puede situarse como originada
directamente en la pintura romántica y en un paisajismo pastoral
adoptado por la aristocracia y la alta burguesía, originaría una
búsqueda general por la recuperación de la naturaleza y por su
incorporación a lo urbano, que tendría luego importantes efectos
sobre la planeación territorial alrededor de áreas para el rescate de
una naturaleza no humanizada en los parques nacionales.
Alrededor de estos hechos el desarrollo de actividades
turísticas ligadas a la exploración de esos restos de naturaleza
prístina e intocada, jugaría un papel para la difusión de unas
imágenes que alimentarían el deseo por estar ahí donde los
bosques aún no habían sido tocados, de acercar a la ciudad estas
imágenes. De nuevo los urbanistas ingleses y norteamericanos
jugarían un papel preponderante en la producción de proyectos
de grandes parques urbanos que atraerían –a través de su diseño
fundamentalmente- la idea de contar en el corazón de las grandes

102
metrópolis de Occidente –Londres, Nueva York- con pedazos de
ese suelo evocador del bosque primitivo, un componente
fundamental de la construcción de la imagen de lo medieval en la
visión romántica del siglo XIX19.
La difusión de estos modelos o sus derivados más
industrializados por los Estados Unidos en el medio agrario y en
las nuevas planificaciones urbanas inglesas no deja de ser
sorprendente; llama la atención sobre todo el grado de aceptación
y persistencia que aún y con una adaptación a los tiempos
modernos, es posible verla persistiendo en los nuevos suburbios
de los Estados Unidos y en el centro de Europa.
Otro importante componente de este imaginario lo
podemos encontrar en el cristianismo. La actual idea que hemos
fabricado de lo medieval es difícil de separarla de la idea de un
mundo cristiano (lo que tangencialmente niega la presencia e
influencia de lo musulmán y lo mongol en la construcción de lo
medieval europeo). En las mitologías alrededor de lo medieval, la
aldea cristiana prácticamente autogobernada y constituida como
una democracia cristiana primitiva, se convertiría en una imagen
idílica a seguir por los fundamentalismos cristianos reformistas.
En la formación de las comunidades utópicas cristianas,
esta imagen se reflejaría en ideas de autogobierno muy cercanas
en su forma a los ideales anarquistas, en el aislamiento y el
agrarismo que caracterizaría su forma ideal de vida, en el
conservadurismo fundado en una visión religiosa rígida y de una
moral inquebrantable basada en el esfuerzo, el trabajo manual y
una sexualidad y vida familiar restringidas por preceptos tomados
directamente de las interpretaciones de diversas versiones
protestantes de la Biblia; lo que posiblemente alimentó la

19 Como referencia clave de esta corriente del paisajismo urbano romántico del
siglo XIX se puede mencionar la obra de John O. Nash del parque y edificios
de Regents Park en Londres de 1820.

103
formación de expresiones urbanas, arquitectónicas y de diseño de
artefactos basados en una gran austeridad expresiva y un amoroso
apego a la naturaleza, tanto por el uso de abstracciones de sus
formas, como por el uso de los materiales naturales como la
apariencia final de las cosas20. A lo que se agrega,
contradictoriamente, un profundo sentimiento de desprecio hacia
los habitantes rurales. En los Estados Unidos ellos son llamados
despectivamente por sus compatriotas del rico Este, “rednecks”,
aludiendo a las duras labores campesinas a pleno sol que tuestan
su cuello, como una evidencia visible de su estúpida ignorancia.
Una curiosa mezcla de amor y odio impregna esta expresión del
imaginario.
El agrarismo producto de estas visiones religiosas
alimentaría, sobre todo en los Estados Unidos, la formación de
una imagen nacional basada en el uso y ocupación sistemáticos de
la tierra. A través de la Land Ordinance del gobierno de Jefferson
de 1785 del que se derivaría la subdivisión agraria y política
impuesta por la Retícula Territorial Nacional, y del plan de Henry
Clay propuesto al congreso de los Estados Unidos en 1818 para
la construcción de infraestructuras para los territorios, se
plantaban las semillas de una ocupación extensiva, lo que
ulteriormente se convertiría en lo que hoy vemos: grandes
autopistas y vías férreas que articulan una retícula que soporta
una tenue urbanización sobre las extensas praderas. Una
poderosa ciudad red que ilumina al este de Norteamérica en las
claras noches del verano.
A un lado de este componente del mito se situaría lo que
a todas luces parecería una contradicción con la visión
20
Ciertas tendencias del diseño de objetos que prevalecen hasta ahora son
fruto del trabajo artesanal de estas comunidades. Cabe destacar por la pureza
de su expresión y su elegancia a las producciones de los Shakers del este de
Estados Unidos.

104
desarrollada por las influyentes comunidades del cristianismo
utópico protestante: una ciega confianza en el progreso de la
ciencia y de la técnica, hasta el osado (e ingenuo, a veces)
optimismo por un progreso sin límites, proyectado hasta los más
inverosímiles sueños. El ascenso de Occidente se presentó junto
con el desarrollo de su capacidad de producción y de la invención
de artefactos para potenciar la fuerza a través de la explotación de
energéticos minerales que substituían a la madera y carbón de
leña utilizados hasta ese momento. Esto conduciría rápidamente a
Gran Bretaña y posteriormente a los Estados Unidos, en paralelo
con otros países de Europa Central, a adoptar una forma de
producción económica distante de la basada en lo que Marks
(2006) reconoce como el antiguo régimen biológico, es decir,
donde la fuerza productiva y económica estaba basada y limitada
prácticamente en su totalidad por los límites potenciales de los
recursos biológicos y energéticos presentes en el territorio.
Ante esta nueva manera de accionar de la potencia
económica se sumaría la posibilidad de procesar materiales como
el acero o el vidrio que cambiaron profundamente la base
tecnológica de la producción. Huelga decir que las mayores
invenciones en torno a la construcción de la arquitectura y las
ciudades a partir del siglo XIX estarían relacionadas con las
portentosas obras de ingeniería basadas en el uso intensivo y
evidente del acero, que potenciaba las posibilidades estructurales
de edificios e instalaciones urbanas hasta límites que hubiesen
sido considerados imposibles por los artífices de la construcción
en piedra del pasado. Similares situaciones ocurrirían en torno a
los trasportes marítimos y terrestres. La mejora de la máquina de
vapor en las últimas décadas del siglo XVIII, en las que era ya
utilizada como combustible la hulla, permitirían la invención y
mejora de trenes sobre rieles de acero y barcos que aumentaron
notablemente la velocidad de desplazamiento para mercancías y
personas, amén de la capacidad bélica de Inglaterra y

105
posteriormente de los Estados Unidos y del resto de las naciones
de Occidente.
Las repercusiones de la Revolución Industrial en el
ámbito de la producción urbana fueron profundas y de largo
alcance. Fue muy evidente que con la mejora de las
infraestructuras para el transporte, los ciudadanos podrían
desplazarse desde sitios más lejanos, con lo que los suburbios
dormitorio se convirtieron en una realidad funcional potencial.
Ya para 1882, con la Ciudad Lineal de Arturo Soria y Mata, se
abrió la posibilidad de una ciudad súper extensa basada en un eje
central de tranvía eléctrico y otras infraestructuras; lo que sumado
a los ensanches practicados a las ciudades medievales tras el
derribo de sus murallas21, proyectarían hacia un exterior abierto y
extenso a las apretadas urbes medievales.
En el campo de las ideas, la producción de literatura de
anticipación durante el siglo XIX proyectaría a la imaginación
hacia mundos confiados en un gran bienestar humano basado en
la mejora de la técnica. Además de los trabajos de Julio Verne, al
final del siglo XIX, fue muy influyente y provocador de la fantasía
de las masas el trabajo de William Dean Howells (1884) A Traveler
from Altruria, que era un retrato visionario de un nuevo mundo
nacido de la ruina final de las ciudades.
Tal confianza depositada en el progreso tecnológico y
científico, a pesar de las catástrofes y las guerras mundiales que

21 Entre las intervenciones más importantes sobre las que pudo basar su
proyecto Soria y Mata, vale mencionar el influyente ensanche de Barcelona,
España, de Ildefonso Cerdá de 1860 y el proyecto de urbanización de las
tierras del Altstadt en Viena, Austria, de Ludwig von Förster realizado en 1858.
La propia difusión de las ideas sobre una ciudad lineal habrían tenido eco tanto
en urbanistas alemanes y soviéticos posteriores, como en el proyecto para la
reforma de Magnitogorsk para su conversión en una urbe industrial, propuesto
por Ernst May durante la era de Stalin en la extinta Unión Soviética, o los
trabajos de Nikolai Milyutin para un urbanismo socialista en este mismo
contexto y época.

106
cortaron de tajo la confianza febril en la tecnología de los
científicos e ingenieros del siglo XIX y que abrirían el camino
hacia la elaboración de ficciones científicas oscuras y pesimistas,
no acabarían con este elemento clave del mito eurocéntrico.
Hasta la actualidad, es visible un discurso que cambia de tiempo
en tiempo de la euforia a la cautela sobre los beneficios que
aportarán a la sociedad futura las nuevas invenciones,
descubrimientos y las mejoras tecnológicas.
Si lo medieval se encuentra en el corazón de una utópica
vida dorada conectada al campo y a la prístina naturaleza del ideal
suburbano, este ideal sólo puede atraer el bienestar prometido
por el arribo de la modernidad ilustrada a través del uso de una
técnica cada vez más sofisticada y ubicua. Es así que pese a que
en su expresión estos dos lados de un ideal de vida que renuncia
explícitamente a la ciudad tradicional, parecen extremos
irreconciliables (y que podrían remitir a los extremos
conservador- liberal de la historia política de la época moderna),
en la práctica se solapan y apoyan mutuamente hasta encontrase
en una síntesis curiosa. La ciudad red parece ser así una buena
síntesis espacial de esta aparente tensión en las ideas y un buen
vehículo para la expresión del imaginario dominante que se
encuentra subsumido en el mito eurocéntrico, apoyado tanto en
la idea de un mundo tradicional, anti urbano, agrario y que
rescatara la moral de un mítico medioevo; como en la búsqueda
de que la vida se apoyara en artefactos que usasen la técnica más
avanzada para conducir a la vida urbana hacia un escenario de
existencia que sería edificado a través de una negación sistemática
de la ciudad tradicional.
El desarrollo de la técnica se ligó históricamente al
desarrollo del capitalismo como sistema económico dominante y
como una respuesta a la necesidad de liberar paulatinamente al
capital de su sujeción a la tierra y a la servidumbre, que fueron los
activos que contuvieron por cientos de años a la riqueza en

107
manos de las aristocracias dominantes. Amin (1989, 2006) Marks
(2006), Goody (2006), entre otros, sostienen que uno de los más
importantes apoyos del eurocentrismo como idea sin duda lo
constituye el propio desarrollo y empoderamiento del
capitalismo.
Éste a su vez habría tenido una importante expansión
precisamente de la mano de la técnica. Si hay un factor
contingente del ascenso de occidente que pueda ligársele a la
capacidad del pensamiento, este es el desarrollo tecnológico. Asia,
antes de 1750 representó para el mundo el centro neurálgico de la
actividad económica, una posición que en el inicio del siglo XXI se
avizora recuperada tras un impasse de al menos dos siglos. Sería
la capacidad bélica de las naciones occidentales, con Inglaterra a
la cabeza, seguida muy de cerca por los poderosos estados
coloniales de Europa Central y los Estados Unidos, la que en
muy poco tiempo pondría de rodillas a la portentosa China. Las
razones sobran para afirmar que fue a través de una armada
provista con embarcaciones acorazadas la que lograría dar la
vuelta a la página de la historia.
Ciertamente, a esta capacidad se sumaría la habilidad para
intervenir mediante agentes a los gobiernos locales de Asia, ya
fuera a través de incursiones militares abiertas, por la instalación
de gobiernos títeres, o por la introducción de estupefacientes que
mermaron las capacidades de importantes segmentos de los
pueblos volcados al vicio. Huelga decir que el empoderamiento
de Occidente, sería el acicate para obtener importantes
dotaciones de recursos naturales y mano de obra empleada en
condiciones de esclavitud, que garantizaron la expansión
económica de las naciones coloniales. Si estos recursos
cumplieron como sostén de la máquina económica occidental,
otro tanto habíamos de pensar de los recursos –
fundamentalmente en forma de metales preciosos, y de estos
esencialmente de plata que desde el siglo XVI, al menos, sería la

108
unidad de tesoro adoptada por el imperio Chino- que fueron
trasegados de los tesoros de las naciones asiáticas a través del
comercio de drogas, principalmente, hacia los bancos europeos y
que serían, entre otras cosas, el acicate para la fundación de los
bancos nacionales –iniciando por el de Inglaterra- y que servirían
como parte del “capital semilla” para la formación de la gran
industria del siglo XIX.
Evidentemente esto no es una novedad, se trata de
hechos que han sido discutidos en numerosas fuentes históricas y
ciertamente no representan en sí originalidad alguna, pero
puestos en el camino de definir al imaginario eurocéntrico,
representan un componente que de este parece ser fundamental y
en ciertos niveles contradictorio. En efecto, una de las más
poderosas exhibiciones de la fuerza de Occidente actualmente se
encuentra en su capacidad para la producción y reproducción de
invenciones, en el alarde de su portento intelectual que se refleja
muy bien en el atrevimiento técnico llevado al límite –de lo que
hablan sus poderosos rascacielos, puentes colgantes, presas,
caminos- y en una creatividad llevada siempre a sus más
avanzadas expresiones. Si de ello hay una imagen que pueda
sintetizar esto, sería la del héroe, que supera toda expectativa y
plan, que se sobrepone a toda adversidad y que en el centro de sí
tiene al esfuerzo sobrehumano.
Lo sobrehumano en sí representa a esta pulsión por el
dominio a partir de la invención. Nietzsche (1893) en Also sprach
Zarathustra, dibujó con su poderosa y profética voz el camino del
ascenso del superhombre. Tomada en una literalidad burda, esta
idea llevaría al programa de una reformulación de lo humano a
través de la ciencia. Un camino que iría de la eugenesia racista de
los nacionalismos enfebrecidos, hasta la moderna investigación
sobre el genoma humano (Baudrillard, 2002), que promete unos
hombres diseñados a la medida.

109
Pero en esa, por momentos ilusoria, por momentos pueril
y en ocasiones perversa confianza en la técnica, se esconde una
poderosa contradicción que tira hacia dos extremos distintos. Por
una parte está la patente amenaza de la técnica al ideal de una
vuelta a un pasado bucólico que se imagina dorado y perfecto. En
sí la técnica destruye toda posibilidad de recuperar al “buen
salvaje” que se plantea como imagen perfecta el propio mito
eurocéntrico. A través de este mito, se intuye que la híper
tecnificación del presente aleja al occidental –y pretende arrastrar
tras de sí en su ecuménica borrachera al resto de los pueblos- de
la inocencia primera y prístina de una era antes de la suciedad de
lo moderno. Pero es a través de la técnica que el habitante de las
atestadas y compactas capitales medievales y del renacimiento,
pudo al fin recuperar su anhelada vida en los bosques.
Esta contradicción se encuentra en el corazón mismo del
imaginario eurocéntrico y encuentra su más acabada expresión en
las extensas ciudades que hoy parecen abarcar todas las llanuras
de Renania y Westfalia o que se extienden a través de cientos de
kilómetros a lo largo de la costa Este de los Estados Unidos.
La otra contradicción tiene que ver con el papel que juega
la ciencia y la técnica en el imaginario eurocéntrico con relación al
poder en sí. Si una imagen es dominante alrededor de las ciencias
occidentales es la de ser proveedoras de poder para sojuzgar,
poder para cambiar a la realidad. Ciertamente, esta imagen ha de
remitirse –cuando menos- a la filosofía utilitarista de F. Bacon,
que declaraba como un imperativo la necesidad de contar con la
naturaleza tan solo como un recurso de uso, despojando por una
parte de toda ánima a los antiguos bosques y a los animales y
estableciendo una dura división entre hombre y naturaleza,
noción que persiste hasta hoy como uno de los núcleos más
duros del imaginario Occidental. Esta imagen luego ha sido tan
intensa, que ha atrapado a las más ilustres mentes de nuestro
tiempo que intuyen un poder humano (Occidental,

110
evidentemente) sin límites cuando se basa en el uso de la técnica.
Morin (2011) advierte desde muy dentro del utilitarismo-
materialista-positivista Occidental que “el extremo desarrollo
técnico permite, a la vez, la génesis de la humanidad planetaria, es
decir, esta nueva edad de hierro, y su destrucción apocalíptica” (p.
71) La ambivalencia de una técnica que crea y destruye
potencialmente a todo lo humano, se opone así a la otra que
niega la vida antigua que echa raíces en la tierra, o que hace
posible la imagen de una vida bucólica solamente sometiéndose a
su imperio.
Se trata de imágenes que en sí mismas albergan una
descomunal violencia. Una violencia que es de tal magnitud que
puede acabar con la presencia del hombre en la tierra. Una
imagen así es la de la declaración de un poder omnímodo, al
mismo tiempo que la aceptación del horror que pende paranoico
sobre la cabeza como una espada de Damocles. Se trata de
aceptar que se ha perdido todo ya, que se es un despojado del
pasado y de todos los antepasados, prostituido por una técnica
que lo corrompe todo, que todo lo vuelve corriente y sin
abolengo, que lo único que puede ofrecer es un parque temático
o una strip de casinos llenos de las más burdas imitaciones. Se
trata de aceptar que se vive –encerrado- en una sociedad que es
puro espectáculo. Y que es una cárcel.
Esta parte del imaginario, del mito que funda a
Occidente, es por una parte un grotesco gesto de poder sin
límites –yo soy el centro de todo y todo a mi alrededor es un
vacío material para mi uso- y el horror angustioso de la soledad y
de la muerte: “No sabemos si la agonía en la que hemos entrado
es la del nacimiento o la de la muerte de la humanidad” (Morin,
2011: 70). El capitalismo, como una manera de entender las
relaciones de poder de unos sobre otros, transformado en
panóptico de una vigilancia estatal cuasi carcelaria, se presenta
como una consecuencia lógica de la historia; sí, pero antes ha de

111
hilvanarse como una violenta manera de producción que se
engrana perfectamente con esta visión de mundo. Otro corazón
que palpita fuerte en el imaginario eurocéntrico es una forma de
relación entre los hombres, basada en su sometimiento al
“mercado”.
La desesperación colectiva que desatara primero la
paulatina pérdida de los empleos a partir de la automatización de
las actividades productivas y luego (o en paralelo, no existe ni
consenso ni claridad alrededor de estos fenómenos), los procesos
de externalización de grandes segmentos de las actividades
productivas (Narváez, 2008), harían evidente para la gran masa de
la población el estado carcelario que implica la sujeción de la
biografía personal a la biografía laboral.
Esa sujeción forzosa al trabajo asalariado ha supuesto la
instalación de imágenes de encierro y vigilancia. Es visible cómo a
través del propio diseño de cárceles, escuelas, fábricas, hospitales,
o los edificios de la burocracia estatal, la vigilancia de los cautivos
sigue un patrón que desde 1790 diseñara J. Bentham y que diera a
conocer como “panóptico”: un diseño de tal naturaleza que todos
los cautivos fueran permanentemente vigilados por un supervisor
situado en una posición central y privilegiada. Desde cualquier
punto de vista, tal diseño supone un retrato de los ideales de la
burocracia en la actualidad, permanentemente persiguiendo la
máxima eficiencia y calidad en los procesos, el trabajo limpio y
sin descanso, la muestras periódicas de pruebas de que éste es
realizado, la sujeción a un estricto y fragmentario flujo del
tiempo.
El desarrollo del ideal capitalista es al mismo tiempo el del
desarrollo de la técnica, como una serpiente Ouroboros, el
capitalista da recursos para que el científico rehaga su técnica,
amplíe la planta productiva, la haga más veloz, limpia, eficiente,
ordenada; para que el capitalista consiga ampliar su riqueza, para
que siga creciendo la técnica: la serpiente mordiéndose la cola,

112
devorándose, acabando con su propia energía, buscando con
desesperación más y más allá de su horizonte, en la medida en
que los rendimientos de capital por unidad de inversión van
cediendo con la saturación del mercado, la disminución de
costos, la ampliación de la oferta de bienes y servicios que ofrece
el desarrollo técnico. Y de ahí la necesaria conquista del otro, del
extranjero salvaje que vive al margen de este sistema basado en
un monstruo mercantil insaciable. El destino del capitalismo,
entonces es, o bien la búsqueda de nuevo alimento para la bestia
o la muerte. La globalización ecuménica de los mercados es un
destino que está escrito en el corazón del capitalismo. ¿Cómo
entonces puede convivir esta forma de imaginar las relaciones
entre los hombres con la otra idea con la que el eurocentrismo
surgiría feroz en el ascenso de Occidente: el Estado?
Una serie de poderosas contradicciones parecen ser la
fuerza bajo la que el capitalismo se expande desenfrenado,
salvaje. La que hace que por necesidad el desarrollo de la técnica
solape al crecimiento del capital y de la producción. La misma
técnica que va llevando poco a poco hacia la desaparición de
puestos de trabajo, y con ello hacia la desaparición de los
consumidores, que son la base de ese sistema pretendidamente
omniabarcante (Rifkin, 1994; Forrester, 1997), es la técnica que
hace crecer la capacidad y la velocidad de la producción. Que al
mismo tiempo va formando una base asalariada por recursos cada
vez más exiguos y unas clases dominantes cada vez más ricas y
poderosas, las mismas clases que van haciéndose menos
numerosas, más impermeables con respecto al resto del edificio
social. Instalando en ese desenfrenado movimiento una sociedad
radial que se parece cada vez más a las sociedades cerradas
medievales, a los viejos castillos de los señores feudales:
amurallados, inmóviles. Paradójicamente en medio de lo que se
concibe como un puro movimiento perpetuo de un capital que
crece y crece, que se balancea entre crisis financieras en las que el

113
dinero se acumula más y más en menos manos y en las que
desaparecen los ahorros y el esfuerzo de las mayorías en el
resumidero de la acumulación y empoderamiento de los
poderosos.
Y la otra contradicción evidente es la trampa de la
libertad. Si la racionalidad ilustrada de la modernidad tuvo un
éxito político, fue en razón de cambiar revolucionariamente el
sentido mismo del poder a través de la invención del Estado. Las
promesas de libertad e igualdad cristalizarían en el proyecto de los
estados nación después de las revoluciones americana y francesa.
Unos estados laicos y democráticos que garantizaban que todos
los ciudadanos deberían sujetarse al imperio de la ley. La fuerza
debajo de este proyecto es la mítica recuperación de las primitivas
repúblicas medievales cristianas. Una mirada nostálgica recubrió a
este proyecto revolucionario de la modernidad. En el proyecto
moderno, el papel del Estado como regulador de todas las
transacciones entre los individuos y entre sus instituciones y las
poblaciones nacionales, tendría que pasar a través de unas leyes
imparciales que garantizarían hacia el futuro la abolición de todos
los abusos. Rosseau se refirió al Contrato Social como la garantía
de cohesión entre los pueblos y eso llevó a una concepción del
estado ahora envuelto en una piel de leyes e instituciones
despojadas de linaje.
No tardó mucho tiempo en que fuera evidente la pueril
esperanza de la abolición de todo abuso entre los individuos. La
sombra perversa del “dejar hacer” al mercado, se extendió por las
viejas capitales europeas, en la época de la primera
industrialización, en la forma de barracas, jornadas laborales
inhumanas, trabajo infantil, condiciones sanitarias pobres, en
polución y miseria. La inmigración de los desprotegidos
campesinos por la liberación de la servidumbre, lanzaría en esa
época este problema a dimensiones nunca vistas. Y lo que siguió
fue la lucha por los derechos, por el acceso a un estado de

114
bienestar mínimamente consonante con la promesa del mundo
moderno.
Un recurso que hubo de tener una inusitada fuerza, tras la
cadena de abusos a que fue sujeta la población más vulnerable
que arribaba a las viejas capitales, lo constituyó la imaginación. La
utopía se instaló como la vía imprescindible para avanzar hacia
unas relaciones más justas entre los hombres. Estas utopías,
como se verá, evolucionaron desde una confianza ciega en la
técnica, hacia la anti utopía de una técnica destructiva, coercitiva y
carcelaria, para desembocar en el horror apocalíptico de la
destrucción final de lo humano a manos de sus propias
creaciones artificiales (Howells, 1894); mientras que en otras
vertientes, evolucionarían o bien desde la búsqueda de la
felicidad, el bienestar y la libertad a través de un despojarse de
todo lo que tuviera que ver con la confusa vida urbana moderna
(Thoreau, 1854) en un ideal anárquico de auto liberación
personal, o bien desde la idea de cambiar ese estado de cosas
imperante a través de la revolución socialista.
Las cuatro formas que adquiriría la utopía social-
tecnológica, tendrían una expresión posible en las ciudades,
generando poderosas y sugerentes imágenes con puntos en
común y con importantes contradicciones. Las de un mundo
híper tecnologizado carente de la violenta exclusión del antiguo
régimen, fuera de las inmundas capitales, recuperando un
contacto con el campo prístino pero sin perder las comodidades
del nuevo mundo urbano moderno; las de ciudades de altísima
tecnología, pero apretadas, injustas, con claros estamentos
sociales inmóviles y excluyentes, súper contaminadas y en donde
las tecnologías, o bien eran usadas para el dominio de las masas, o
bien como el monstruo Golem, se debatirían con voluntad propia
en la aniquilación de sus creadores.
Habría concepciones que imaginaban un mundo más
justo, intentarían poner en consonancia el nuevo sistema basado

115
en una pulsión irrefrenable a producir mediante métodos
industriales modernos, y la necesidad de que la gente viva
“confortablemente”, que disfrute de salud y educación, que
constituya alrededor de la fábrica una comunidad perpetua de
felicidad y de trabajo. A estas propuestas, que serían llevadas a la
práctica por industriales socialistas como Owen22 o Fourier
(1843), conduciría la experimentación social por el control de los
trabajadores en las “ciudades fábrica” de Pullman (1885) o del
brutal industrial del acero estadounidense Andrew Carnegie, que
lejos de los ideales de justicia e igualdad propuestos por los
socialistas utópicos ingleses y franceses, implantaron con sus
modelos el control de todos los momentos y eventos de las vidas
de sus trabajadores. Modelos que ulteriormente serían imitados
en contextos bastante lejanos de sus fuentes occidentales como
medidas por medio de las que el mito de la justicia por el trabajo
extendía al imaginario dominante eurocéntrico más allá de sus
orígenes europeos y nortemericanos.
Más allá de estas visiones de igualdad o de justicia, o de
las interpretaciones chapuceras de los industriales más brutales,
emergió un modelo urbanístico que juntó como factores que
deberían estar contiguos, a la ciudad y a la fábrica, al amparo de
un campo perfecto que convertía a este ideal en sí mismo en una
negación de las ciudades históricas. Tony Garnier y su Ciudad
Industrial remitirían a este ideal de emparejar las ganancias de los

22 Al tiempo que era proyectado por Nash Regent‟s Park (1820), el industrial
Robert Owen hacía la propuesta de reforma y nuevas obras para la ciudad
industrial de New Lanark, en Inglaterra, que albergaría 3000 personas. El plan
se realizó siguiendo ideales socialistas. En apariencia a contracorriente del
aristocrático parque de Nash, ambos proyectos plantean una interesante
tensión simbólica que va de la visión romántica de un pasado glorioso y
natural, a la esperanza por un futuro de fraternidad y libertad. En 1825, Owen
propondría un proyecto que nunca llegó a terminarse para el pueblo New
Harmony en Indiana, Estados Unidos.

116
industriales con un mayor bienestar de los trabajadores.
Esencialmente, aún y que se trataba de imaginar ciudades nuevas
para unas nuevas sociedades, lo que se buscaba era un nuevo
comienzo, una tabula rasa de la historia, un impasse que permitiera
concebir un nuevo mundo, abandonar las viejas y malolientes
capitales como un medio para crear un mundo nuevo, prístino,
ideal, como habría advertido Jefferson, a través de sus escritos
políticos, un siglo antes del proyecto de Garnier.
El ideal anarquista llevado al extremo, implicó la renuncia
a todo lo urbano, la búsqueda de la pureza de un campo
impoluto, en el que el esfuerzo personal se volcara día con día en
el trabajo, como la expiación necesaria de la impureza arrastrada
hacia ese escenario salvaje, primitivo. El experimento de Thoreau
a las orillas del lago Walden, sería el acicate para toda una mística
desarrollada en pos de la ocupación agraria, de la renuncia a la
hostilidad urbana, de la esperanza de una felicidad rediviva por
los elementos en su estado puro, lejos de lo sintético.
En el fondo de estos ideales tecno-socialistas y
anarquistas, que clamaron por fraternidad, libertad y justicia, yace
un profundo desprecio a la ciudad. Bajo estas imágenes yacen
simbolismos religiosos fundamentales para el imaginario
occidental, el primero apunta hacia la vindicación del débil, que
aplastado por el poderoso, encuentra la oportunidad de tomar su
poder para ir a la gloria; el segundo, relacionado con la
destrucción de todo el statu quo a través de una suprema
vindicación final de los débiles, engendra en sí un profundo
sentimiento anti urbano. Lo urbano, de esta forma, se concibe
como injusto en sí mismo, perpetuador del abuso y de un
régimen que no se desea. Es así que uno de los componentes
básicos del mito eurocéntrico es su explícita renuncia a la ciudad
y a la historia, bajo lo que yacen deseos e imágenes apocalípticas.
Surgirá un mundo prístino, esa era la promesa socialista y
anarquista, pero habrá de surgir de las cenizas del viejo orden,

117
habrá de sobrevenir de la revolución radical, como el mítico
Fénix. Una visión de un purismo tal, que basó la esperanza en la
violencia brutal. Hay que ver en ello un indicio poderoso: el
imaginario eurocéntrico tiene como uno de sus ejes más
profundos a la guerra.
Si bien la guerra ha jugado un papel fundamental en la
expansión de las visiones y de los ideales de los conquistadores
sobre los conquistados, a lo largo de la historia de la humanidad,
en el tiempo del ascenso de Occidente ha experimentado una
transformación radical. Atada profundamente a la razón utilitaria
que fundara la posibilidad de explotar a la naturaleza como fuente
de los recursos para la multiplicación del capital, y este en un
círculo irresoluto atado a su vez a la técnica con la que
continuamente se renovaban sus artefactos de violencia; atada a la
pulsión de dominio y de extender allende los mares y las tierras
más lejanas las ideas, las visiones y las creencias de los europeos;
la guerra jugaría un papel central en la conversión del imaginario
eurocéntrico en un imaginario hegemónico.
De no haber sido por la armada acorazada inglesa de la
segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX, la
Gran Bretaña no habría podido acceder a los tesoros de Asia con
la velocidad y eficiencia que lo hizo. De acuerdo con Marks
(2006), en el Océano Índico, el centro neurálgico de la actividad
comercial y económica del mundo antes de 1800, se llevaba a
cabo un intercambio comercial prácticamente pacífico. Las flotas
de los países musulmanes, que eran importantes navegantes de
esta región, se habrían encargado de erradicar la piratería de esos
mares, con lo que consiguieron un espacio de prosperidad
comercial como no se había visto en la historia.
La primera expansión portuguesa en la circunnavegación
de África de Vasco Da Gama y la vuelta al mundo de Magallanes,
supondría la fundación de postas portuarias a lo largo de la ruta
occidental y oriental de África, que luego servirían como puntos

118
para la trata de esclavos africanos del imperio portugués y,
ulteriormente, para la expansión comercial de holandeses e
ingleses alrededor del Índico. De acuerdo con el historiador
estadounidense, dicha expansión supuso el forzar a las
poblaciones locales, por medio de la guerra y el terror, a aceptar
unas condiciones comerciales que sin ello hubieran resultado
inaceptables. Al mismo tiempo, una alianza de la guerra se
relacionó con un aparato de leyes y tratados encaminados a
establecer tasas impositivas hacia ciertos productos (los textiles de
la India, las manufacturas de porcelana de China) durante ciertos
periodos y a eliminar los aranceles comerciales en otros, en un
vaivén de apertura-liberalización-control-proteccionismo que
funcionaría durante el siglo XIX prácticamente como un sistema
de defensa de las economías europeas y de ataque a las economías
asiáticas, que verían paulatinamente mermado su poder
económico hasta caer en una situación miserable hacia finales del
siglo XIX.23
Visto desde este punto de vista, el empoderamiento
económico y político de China y la India del principio del siglo
XXI, supondría no la emergencia de un brutal cambio en el rumbo
del mundo, sino la recuperación hacia unas condiciones de
hegemonía previas a la Revolución Industrial. Lo que aquí resulta
interesante, en todo caso no es el constatar esta recuperación del
Índico como el centro neurálgico de la actividad política y

23Dicho sistema de tratados comerciales se haría efectivo a través de enclaves


urbanos dispuestos geoestratégicamente en torno al Índico y al Pacífico para
poder ejercer un control efectivo sobre los flujos del comercio durante el siglo
XIX por las naciones coloniales europeas y por los Estados Unidos, así como
por sus corporaciones y compañías comerciales. La piratería que antecedió a
esta instalación, a la luz de los datos del presente funcionaría como un arma
estratégica de debilitamiento de las economías locales de Asia. Una guerra de
bloqueos comerciales estratégicos como las que se usan hoy en día para poner
de rodillas a los regímenes que no se alinean con el establishment.

119
económica para el inicio del siglo XXI, y de seguir las tendencias
que a la fecha se avizoran, de presenciar el resurgimiento de la
hegemonía de China. No, lo que resulta más interesante es que en
las comunicaciones que circulan por Occidente, ello parecería ser
el resultado de una revolución histórica sin paralelo ni
precedente. Lo que de inmediato revela lo profundamente que se
encuentra enquistado el mito eurocéntrico en el corazón de las
interpretaciones de mayor alcance comunicativo: que nos llevan a
suponer que en el origen de todo modo de vida que ahora
conocemos se encontraría lo occidental, lo que en sí se revela
como una ceguera imponente.
Unos comentaristas políticos de una cadena mexicana se
planteaban hace unos días cómo concebir al sistema político y
económico de la moderna China; indudablemente aludiendo a su
pasado comunista y el giro que han dado en el presente en ciertos
sectores de su sociedad, hacia formas de producción capitalista.
La respuesta de una de las analistas me puso seriamente a
reflexionar sobre la realidad política internacional de la actualidad:
ella se refirió a que lo que hay en China hoy es una dictadura
bastante eficiente. Los asuntos de la economía –decía- no pasan
por las manos de unos poderes de contrapeso del poder ejecutivo
–lo que se intuye podría ser el aparato legislativo en los modelos
políticos occidentales- sino que eran dados por el dictador a sus
mandos inferiores para ser ejecutados sin discusión. Lo que
también me sorprendió del comentario es que empezó ahí a
quedar en entredicho la infalibilidad del sistema político
democrático, antes considerado como una condición sine qua non
del progreso libertario.
¿Accedemos a una era post democrática?, ¿el futuro que
se avizora para el resto del siglo XXI es el de la recuperación de
los viejos imperios, del empeño de las libertades individuales en
pos de la grandeza y fortaleza de las civilizaciones enfrentadas?,
¿estaremos presenciando el declive del mito eurocéntrico y de

120
todas sus condiciones inamovibles a través de la que nos
prometía una felicidad eterna?
La guerra moderna hace sus aliados a una técnica cada vez
más sofisticada, a unas estrategias de ataque a las bases
económicas locales (guerra económica y de mercado) y a un
intervencionismo estatal. Con el tiempo, la guerra que antaño se
libraba en los campos de batalla ha pasado a librarse en el
ciberespacio. En efecto, de acuerdo con Backes y Robert (2003),
hemos pasado en las últimas décadas del siglo XX de un
predominio de las transacciones bancarias en circulante a un
predominio del “dinero electrónico”. Las grandes transacciones
entre instituciones ahora circulan por el ciberespacio y son
registradas por sociedades de clearing con sede en Bélgica y
Luxemburgo. La apariencia de esto en la economía actual, es que
cada vez se relaciona más con activos simbólicos que materiales,
con lo que en paralelo, una parte del dinero que circula en las
economías del planeta, ha dejado de estar relacionado con activos
que existen en el mundo material. Klein (2002) alude a que en el
lapso de 1990 a 2000 los activos empresariales pasaron de estar
constituidos en su mayoría por activos físicos (terrenos, plantas
industriales, maquinaria, materiales, productos manufacturados en
stock, etc.) a ser mayormente activos simbólicos (logos, atributos
simbólicos de marcas, diseño, know how, etc.).
Además de que este proceso ha sido importante para
organizar de otras maneras a la producción y al trabajo,
favoreciendo la externalización o la automatización de actividades
que se han vuelto de bajo valor financiero, produciendo efectos
laterales como el de una gran fragilidad laboral, así como de la
ubicuidad y gran movilidad del capital productivo y en especial de
sus activos más valiosos. Esta desmaterialización del capital que
ha acontecido aceleradamente a partir del Crack Bursátil de 1929
(Narváez, 2006), ha tenido como uno de sus efectos más visibles
y generalizados el que recientemente la vida cotidiana se

121
empezara a desarrollar a la vez, tanto en el mundo concreto,
como en un mundo simbólico, que había sido históricamente
dominio del lenguaje, de las imágenes y de los sonidos, pero que
en el mundo contemporáneo se ha materializado a través del
espacio virtual, creando condiciones para una fragmentación
importante en el sentido de tiempo y lugar y que abarca áreas de
la vida cotidiana que se diversifican crecientemente.
Una parte de las implicaciones de la virtualización de la
vida contemporánea se refleja en la organización de ciertas
actividades y servicios, tanto concernientes a los Estados, como a
empresas privadas, que se relacionan con capacidades que puedan
desarrollar tanto las instituciones como las personas. Los
servicios financieros, apuntábamos, desde hace tiempo se mueven
en un espacio que es ajeno al de la vida cotidiana y que propicia el
anonimato y el sigilo de un gran número de acciones que luego
tienen importantes repercusiones en la forma que pueda adoptar
el territorio humanizado, pero esta no es la única área de la vida
actual que se ha virtualizado: ciertas zonas de la defensa y control
aéreo son gestionadas casi por completo desde el espacio virtual;
el control de zonas y a veces de la totalidad de las redes de
servicios eléctricos, hidráulicos, de transportes, de
comunicaciones, etc., tiene lugar en ese ámbito. Lo que ha tenido
como resultado que hoy existan objetivos en el ciberespacio que
son fundamentales para decidir el curso de las batallas en el
mundo real y con la posibilidad de lograr afectaciones
importantes en las poblaciones civiles.
Esto se ha visto claramente desde el inicio del siglo XXI
en el escenario de conflictos armados. Clarke y Knake (2011) se
refieren a la más moderna guerra como “ciberguerra” y a sus
soldados como “ciberguerreros”. Se trata de una nueva clase de
soldados que ya no usan armas convencionales, sino que diseñan
programas de ataque y espionaje del ciberespacio enemigo para
destruir sus sistemas de defensa y sus instituciones

122
gubernamentales y económicas. Los autores norteamericanos
narran los acontecimientos e implicaciones para la guerra del
futuro, señalando algunos ejemplos notables (y conocidos por el
público). En el primero de éstos, se refieren a cómo los ataques
dirigidos por los servicios de inteligencia israelí en septiembre de
2007, contribuyeron a establecer un bloqueo en los radares del
sistema de defensa sirio, durante el tiempo suficiente para que sus
caza bombarderos destruyeran una supuesta instalación de
fabricación de armas nucleares en territorio de Siria que
aparentemente era construida por ingenieros y científicos de
Corea del Norte.
En otros dos casos que reseñan, el del ataque de Rusia a
Estonia en 2007 y el del ataque de Rusia a Georgia en 2008, fue
más claro cómo una combinación de guerra convencional y un
ciberataque a las comunicaciones, a las instituciones de comercio,
a los bancos, a cortar el acceso de la población civil a su efectivo,
a comprar en tiendas mediante dinero electrónico, o el acceso a
servicios del gobierno (sanidad pública, tesoro, pensiones, etc.,)
tuvieron un éxito inusitado. Lo que consiguieron con esta
moderna estrategia fue aislar de tal forma a la población civil que,
en su incomunicación, los medios estonios y extranjeros no
pudieron dar cuenta a la comunidad internacional de los atroces
ataques militares rusos, ni lo que ocasionaron al ejercer esta clase
de bloqueos en la población civil. También esta estrategia forzó a
estas poblaciones a un grado tal de incomunicación interna y
externa que imposibilitó saber a los habitantes, la naturaleza,
extensión y el grado de penetración militar que sufrían. No se
pudieron defender.
Una guerra total, vertiginosa y abierta hacia el más
profundo terror, es la que plantea esta siniestra alianza con la
tecnología, con el terrorismo y las estrategias de bloqueo de las
comunicaciones, del comercio, de los mercados y del conjunto de
la economía. Una guerra así supone un alto grado de

123
intervencionismo. En el imaginario eurocéntrico la guerra es
posible concebirla como semejante a la evangelización religiosa.
Situados en los extremos de un continuo, en apariencia
estaríamos tratando con asuntos radicalmente opuestos. Pero
viendo ello desde la perspectiva de su ser simbólico esto no
parece ser así.
Planteada la guerra como un ejercicio violento del poder
sobre la vida, los objetos queridos y cercanos, sobre las fuentes
de supervivencia, sobre las casas y las ciudades; como un evento
que trastoca todo lo conocido, todo lo cotidiano; vista como un
ejercicio para pasear la muerte frente a los enemigos y a través del
siniestro espectáculo someterlos a una hegemonía proveniente del
exterior de todo lo que les es familiar, podría verse en sí como
una colonización de la vida cotidiana, como una irrupción
violenta. La evangelización del salvaje es otro ejercicio del poder,
pero ejercido sobre la conciencia, sobre la profunda fe, sobre las
creencias.
La luz y la oscuridad de la colonización se ven así
yuxtapuestas como dos aspectos del mismo horror externo que
trastoca toda la vida. No es fortuito que en el ejercicio de ese
poder sobre el otro que representa la guerra de colonización,
desembarcaran junto con los soldados, los misioneros, con sus
biblias y sus iglesias, que, por cierto, la modernidad empezó a
hacer portátiles, industrializadas y de ensamblaje rápido, como si
se tratara de cuarteles.
¿Por qué esta yuxtaposición de la guerra y la
evangelización en el imaginario eurocéntrico? Acaso podría
remitir a una pulsión esencial de dominio, dirigido tanto al cuerpo
material como al espíritu del otro. La división en sí del dominio
violento por la guerra- convencimiento “amoroso” por la
conversión, remite a una consideración paradigmática básica del
propio imaginario fundador del pensamiento occidental, que se
basa en la división básica (¿platónica?) de un universo dual

124
compuesto por lo ideal y lo material en una complementariedad
que hace a lo ideal el principio determinante de lo concreto, que
tomaría variadísimas formas, desde la concepción teológica de
reinos supraordinados, natural- preternatural- sobrenatural; o
hasta el modelo psicoanalítico de la mente concebida como el
devenir dinámico de ello- yo- superyó, en una mente formada por
estratos de profundidad: inconsciente- preconsciente- consciente.
Este parece ser uno de los núcleos más “duros” del
acuerdo que constituye la visión de mundo occidental, expresa en
su forma lo que sus pensadores han concebido como el ser
íntimo de la realidad en sí, que es vista como escindida en dos
mitades con naturalezas mutuamente excluyentes pero
encadenadas por la totalidad en sí, que de este modo se presenta
inalcanzable y por principio incognoscible, como el horizonte.
Otras culturas que entraron en contacto con los colonizadores
presentaban otras maneras de ver la naturaleza de la realidad. Los
indígenas americanos, por ejemplo, intuían una continuidad
orgánica esencial en la naturaleza que hacía insustancial cualquier
división del tipo objetivo- subjetivo. La comprensión de una
visión así para el occidental se volvería una empresa harto difícil,
la calificación de estos sistemas de pensamiento como
superstición, animismo, primitivismo, etc., lo que ha revelado en
suma es una incapacidad del imaginario eurocéntrico para ver
más allá de los límites de sus propias consideraciones instituidas
como una vía única.
La hermandad de la guerra y la conversión religiosa, desde
esta perspectiva, podría revelar una pulsión esencial por abarcar a
la persona entera en un afán de dominación que se revela así
total. Y esto puede verse como una de sus más importantes
expresiones: un afán de controlar a todos los aspectos de la vida y
del pensamiento del propio y del otro, que se traduce en el
panóptico moderno de la vigilancia, del encierro; a lo que subyace
una pedagogía dirigida hacia la reeducación del prisionero. Junto

125
al control total, existe también como expresión del imaginario
una voluntad intervencionista trasnacional. Pese a que la
modernidad se afianzó como programa político y como idea
durante el siglo XIX a través de la fundación de los estados
nación, la virtud más grande y contradictoria con su propio
programa político de la modernidad consistió en plantear un
contrato social común que convertía a los valores de la
revolución de las luces en derechos naturales de todos los
individuos.
Así, la igualdad ante las leyes y los tribunales, la libertad, el
predominio del bien común sobre el bien individual, por ejemplo,
fueron vistos como las únicas búsquedas legítimas de todo estado
moderno. Al tiempo que las formas de gobierno o los códigos
éticos diversos a los principios naturales de la modernidad, eran
vistos como una muestra de atraso, como despotismo, como
villanía, como el mal en sí encarnado en unas tradiciones injustas
y salvajes. Cuando países occidentales se enfrentan en suelo
propio a ciertas prohibiciones tradicionales, por ejemplo los
eventos que enfrentaron a la población musulmana y a los galos,
acontecidos en tiempos recientes en Francia alrededor de la
costumbre de los musulmanes de cubrir el rostro de sus mujeres,
la respuesta más común, la que generó un ánimo de rechazo o
sutiles críticas –dependiendo de las circunstancias, de la evolución
de los acontecimientos y del carácter propio de los medios en que
aparecieron estas noticias- estuvo casi por entero basado en la
imagen de unas costumbres salvajes y abusivas que son
insoportables en una tierra de libertad, progreso, orden y
modernidad.
Esta sutil en ocasiones y contundente en otras, forma de
intervencionismo, cubre a la historia de Occidente desde su época
de expansión hacia el resto del mundo. En su imaginario, la
necesidad de llevar al otro hacia una forma única de pensamiento,
es parte de un programa que se interioriza como una

126
colaboración, como la necesidad de hacer cambiar al otro hacia lo
occidental, como la vía que le conduzca hacia la felicidad. En
otros casos, olvidándose de toda sutileza, el intervencionismo ha
tomado la forma de violentas invasiones, de ataques fraguados
alrededor de hacerse del control de unos recursos naturales, del
desplazamiento o del exterminio de poblaciones enteras, siempre
con el objetivo de implantar un sistema de vida “objetivamente”
mejor, progresista, que hará evolucionar al mundo hacia un
estado ideal de felicidad.
En el fondo de esta imagen parece vivir una mitología
finalista, aquella que describe la separación de los justos y los
pecadores por un Dios implacable; una mitología que se apoya en
imágenes de un estado último de paz y felicidad en un perfecto
mundo con jardines de los que brota leche y miel; se basa en la
promesa de que la observancia de unas normas estrictas, guiará al
observante hacia la salvación. La sombra de esta imagen es el
fuego eterno, el castigo, el dolor. Es difícil no notar un
paralelismo de este dualismo con el otro que sitúa en las
antípodas al salvaje y al integrado; a la guerra y la evangelización.
Así, el intervencionismo, aún si se auxilia de una violencia
genocida, es justificado como una vía de superación del estado
primitivo. Es así que el imaginario eurocéntrico tiene un carácter
esencialmente universalista y mesiánico, a través de la inoculación
de una verdad única en la vida y los pensamientos del otro. El
mito eurocéntrico coloniza acaso los propios sueños. El resultado
esperado de este sistema de creencias, de las imágenes que brotan
de ese imaginario, es un mundo único, ordenado merced a una
imagen de perfección final e inalcanzable. Se trata de un mito
dirigido compulsivamente hacia el futuro. Es por lo tanto,
insaciable, ansioso, perfeccionista, a la espera de un estado en el
que el planeta se convierta en una unidad en todos los sentidos
posibles de la vida y los deseos. Hay una compulsión paralela de
control que podría relacionársele con un afán siempre

127
insatisfecho por el poder, de ahí su contradictorio componente
de violencia y caridad. El imaginario eurocéntrico, así, se
convierte en el motor de la brutal fuerza de la globalización.
Si el imaginario guía las compulsiones de progreso, poder
y control, es hasta cierto punto explicable la violenta ambivalencia
con que cada región de la vida puede convertirse en un
instrumento de dominio, explotación y de incorporación del otro.
Es así que el comercio, la actividad financiera, la propia
producción de objetos para el consumo, luego se convierten en
armas que son usadas para “convencer” y para “alinear” a los
sujetos que no sueñan el sueño de Occidente.

Ver más allá: Motores profundos del imaginario eurocéntrico.


El imaginario al convertirse en expresión a través de las
representaciones sociales, se revela en una totalidad ilusoria que
puede llegar a convencer a quien imagina y en su imaginación va
creándose un mundo para vivir, de que eso que se ha instituido
para la sociedad es todo lo que puede existir, que es así el origen y
el destino de la propia historia y de la de los otros. En ese
momento se puede crear un engaño descomunal que atrapa a la
conciencia en una cárcel que impide ver más allá de las
posibilidades que abren los motores profundos del imaginario.
¿Es posible ver más allá, escapar de la jaula, desvelar la ilusión?
Una pequeña ventana en lo alto de la celda por la que entra un
fino rayo de sol, parece abrirse en la medida en que la persona
experimenta un profundo autoconocimiento.
Cuando se empiezan a ver los motores profundos del
imaginario, empiezan a hacerse evidentes los límites de las
representaciones. Entonces podemos atisbar las razones que se
esconden tras las formas y los sentidos con los que armamos el
mundo, entonces podemos empezar a ver. ¿Qué son esos motores
profundos? Se trata de diversos modos de atención que enlazan
con “direccionamientos” o “temas” a través de los que la

128
conciencia puede conocer más allá de sí. De las reflexiones
hechas sobre las diversas expresiones del imaginario eurocéntrico,
es posible aventurar un análisis de sus motores profundos, como
un medio que ayude a desvelar el sentido que tienen sus
producciones, sus representaciones, especialmente aquellas que
más directamente atañen a temas urbanos.
El imaginario acciona a través de motores profundos que
son como “impulsos en expansión” o “para la expansión” del
propio imaginario, que son como pulsiones (Drang, Thieb). Se
trata de fuerzas que lo que hacen es posibilitar el ver a través de la
creencia, que primariamente se expresa en lo somático. Si el
imaginario cristaliza en las representaciones, eso solamente puede
suceder a través del tamiz de la imaginación. Eso ha quedado
claro ya (Narváez, 2010). El paso por la imaginación arroja al
motor profundo a través del tamiz de lo simbólico, que es el
medio a través del que la imaginación en sí cobra existencia; es así
que el motor experimenta un “desdoblamiento” simbólico, que le
hace pasar de ser una totalidad indiferenciada, un impulso puro, a
existir en tanto un símbolo. En el medio simbólico, toda energía
psíquica se polariza, pasando de la unicidad esencial de lo
imaginario a una dualidad fundamental, que es como un
claroscuro; y de ahí hacia la multiplicidad, que es la
representación, que cristaliza –enfriándolo- a lo simbólico, en la
compleja variedad de formas que de una manera u otra nos
remiten de nuevo y en una forma circular que también es
esencial, al significado simbólico y de ahí al motor profundo por
resonancia.
Y aunque las formas sean variadísimas y complejas, estas
remiten al símbolo, que es una ambivalencia que para la persona
puede resonar como la totalidad en sí, aunque como un espejismo
que al aproximarnos, desaparece fantasmagóricamente. Pero lo
que queda de ello es la ambivalencia atrapada en la
representación, que jala a la persona hacia dos extremos,

129
revelando que pese a que nos alineamos a nuestras virtudes, bajo
su luz, en las sombras, yacen irremediablemente todos los
pecados que son tan nuestros como toda la bondad y el amor.
El imaginario eurocéntrico se ha revelado ante sí mismo
como la totalidad a que deberían aspirar todos los hombres, se ha
revelado como un destino final inevitable, como fraternidad y
como exterminio masivo, como la caridad amorosa de los que se
han dado a los pobres para aliviar sus dolores y como la violencia
de las bayonetas y los cañones de los colonizadores. Se ha
presentado como trasnacionales que envenenan al medio
ambiente y como furiosos ecologistas que pelean por reconstruir
una naturaleza devastada. Es todo eso y más. A un tiempo.

Conclusiones.
A través de los componentes que hemos podido revelar,
por medio de la revisión de sus representaciones, es que podemos
echar una mirada a su imaginario. Tratar de ver los motores
profundos de lo imaginario entonces es como una reconstrucción
de una realidad que esencialmente ha sido deconstruida por la
sociedad. Las pautas están ahí, hay que atravesar el tamiz de lo
simbólico para poder ver lo imaginario.
En las representaciones del eurocentrismo, la naturaleza
juega un papel importante. Es presentada a través de imágenes
que con elocuencia remiten al bosque primitivo y misterioso. De
ahí que las representaciones de lo urbano tiendan a remitir al par
ciudad- naturaleza. Viendo las imágenes que han sido usadas bajo
la idea de que el único valor de la naturaleza es su valor de uso, a
partir de la época de las luces en el siglo XVIII y durante la época
de reacción conservadora y de profundo amor a la naturaleza del
acompañante antagónico de las ideas utilitaristas, durante el
romanticismo del siglo XIX; es que emerge un símbolo de
creación y destrucción, pero no como las potencias primigenias
de Eros y Thanatos; sino que, al amparo de la razón utilitaria y la

130
soberbia de la técnica, como una capacidad humana. En el fondo
de estas imágenes de la modernidad se esconde una pulsión
primaria de poder.
Esta misma pulsión de poder parece estar relacionada con
el desenvolvimiento del capitalismo, que ha construido su eje más
importante en el tomar, en la acumulación oral, que deviene en
una enorme capacidad para dar, que alternativa y recurrentemente
retrocede al egoísmo originario.
Las sociedades modernas occidentales se han constituido
a través de una necesidad de control que surge de la energía
descontrolada que intenta domeñar. El encierro panóptico
enmascara asimismo a la pulsión básica de poder a través de
símbolos del encierro y de la libertad: para hacer, para decidir,
para desarrollar una vida bajo el amparo de los propios impulsos
y deseos; lo que por oposición encuentra a la rigidez de los
sistemas de trabajo, de ocio, de estudio, de curación, de
corrección, que son símbolos de opresión de los deseos; están de
hecho constituidos para la vigilancia, que es una exteriorización
de la necesidad de controlar toda expresión de la libertad de los
individuos.
Esa simbolización del impulso de dominio por la
vigilancia, el encierro, la autoliberación o por la liberación de los
otros, se mueve asimismo por una pulsión fundamental de poder,
que anima la guerra, convirtiéndola en la expresión más brutal del
control y de la libertad, hasta el extremo del exterminio definitivo.
La guerra como la imagen más directa de la pulsión de poder de
Occidente, se presenta ante la conciencia occidental como el
desencadenante de la evolución o como una regresión a la
barbarie más básica del asesinato perpetrado con el único fin de
borrar del mapa a todo lo humano24. De ahí esa ambivalencia con

24
“Igual que los Halcones de la guerra que claman para bombardear países
„hasta devolverlos a la Edad de Piedra‟” (Klein, 2007: 57).

131
que los occidentales viven la guerra; o bien, autocalificándose
como patriotas o paladines de los ideales más altos, apoyan las
matanzas de civiles, la destrucción de sus formas de vida, de sus
civilizaciones; o bien a través de la excesiva y sistemática violencia
exhibida, se muestran horrorizados de una destrucción que
potencialmente podría poner punto final a toda la humanidad.
Con esa ambivalencia se jugó con las emociones de los
occidentales durante el periodo de la Guerra Fría. El habitante de
las naciones desarrolladas, aún hoy conserva la angustia profunda
de la posibilidad de desaparecer por un holocausto definitivo, o
de ser conquistado por las oscuras fuerzas externas del
terrorismo.
Y al lado de esta brutal expresión, se encuentra la
evangelización, que a través de símbolos de transformación, de
eliminación de las creencias originales, de eliminar lo diverso, de
unificar, manifiesta la pulsión primaria de poder dirigida hacia la
parte trascendente del ser humano.
Como artefactos de esta misma pulsión existen
expresiones como el dominio por medio del mercado y del
aparato financiero mundial, el imperialismo y el intervencionismo
trasnacional, la globalización omniabarcante; que se basan en
atributos como inteligencia- barbarie, avaricia- caridad, controlar-
dejar hacer, igualdad- diferenciación, fraternidad- odio, así como
por la idea de que caminamos como movidos por un destino
trascendente hacia la gran reunión humana, que tiene como
contraparte un creciente tribalismo en el seno de las sociedades
contemporáneas, que luego mueve recurrentemente a profundos
sentimientos de xenofobia entre los occidentales, precisamente
hacia esas tribus de “gente extraña”.
Expresiones como el socialismo o el anarquismo, se
mueven a partir de formas que implican compartir- acaparar, o
que remiten a símbolos de libertad- encierro, ambos relacionados
a su vez también con la pulsión de poder. Es interesante que los

132
símbolos que persiguen los ideales socialistas sean en el fondo tan
parecidos a los ideales del capitalismo, tan pregonadamente
antagónicos. Ciertas corrientes críticas dentro de la historia
contemporánea, sostienen que tal antagonismo es sólo la fachada
de movimientos ocultos tras de estas facciones que, entre las
sombras, pugnan por el dominio. El caso de la gran semejanza de
los programas de recuperación de la economía propuestos por el
gobierno de F. D. Roosevelt o por el gobierno nacionalsocialista
de Hitler, es exhibida como una prueba de una planificación
común, acaso cómplice de dos regímenes enemigos durante la
Segunda Guerra Mundial. Aunque las pruebas para afirmar esto
escasean.
La confianza ciega en el progreso de la tecnología podría
relacionársele con expresiones que remiten a la capacidad para
hacer– capacidad para destruir. Y en este sentido estricto
relacionar a esta confianza con la pulsión de poder; pero en este
mismo sentido, el ejercicio de esta capacidad despliega imágenes
tanto de una esperanza en que a través del progreso de la técnica
se alcanzará un estado más evolucionado de la sociedad; imágenes
que exhiben en sí una luminosidad que remite a expresiones que
lindan muy cercanamente con ideales de tipo religioso25, y,
especularmente, a expresiones profundamente desesperanzadas,
que conducen a imágenes oscuras, de un futuro incierto,
contaminado, decadente, y en los casos extremos, de un
exterminio absoluto de lo humano. Lo que a su vez linda con
imágenes de la destrucción final del mundo y del juicio de Dios,
con proféticas visiones religiosas. Así las expresiones que ponen
en el centro a la técnica y a la ciencia, guardarán relaciones muy
profundas y significativas con imágenes y expresiones religiosas.

25 La ciudad de Dios, la Jerusalén perfecta y divina adornada por joyas, que


tanto es una imagen finalista en el Apocalipsis de San Juan (21, 1-8) como en
los escritos de San Agustín en su “De civitate Dei contra paganos”, es una fuente
probable de las luminosas anticipaciones de la ciencia y la técnica modernas.

133
Si el núcleo de la expresión de las civilizaciones
regularmente se ubica en un eje religioso- ritual, las respuestas
simbólicas y emocionales que encontramos en la técnica pueden
guiarnos a especular sobre la gran relación de la ciencia en la
modernidad con los comportamientos, pensamientos y
emociones de tipo religioso del pasado. Es a partir de ello que
podemos empezar a ver símbolos de trascendencia y regresión
atados a las expresiones científicas y técnicas de la modernidad
¿Qué motor profundo está detrás de estos símbolos?.
Al mismo tiempo que hay un progreso del saber, se
solapa una creciente especialización que hace posible el manejar
informaciones cada vez más raras y desconectadas de otros
conocimientos, cada vez más fragmentarias. El crecimiento de la
especialización técnico científica, paradójicamente es un
crecimiento inconmensurable del conocimiento y un crecimiento
de la ignorancia. Junto a la pulsión de poder que caracteriza a la
técnica, y sobre todo en su relación con la guerra, estaría una
pulsión de vida (Eros) y de muerte (Thanatos), ambas mezcladas
con una pulsión sexual básica que acercaría a los sentimientos,
expresiones, narraciones, imágenes y conceptualizaciones sobre la
tecnología, a los sentimientos religiosos; y junto a estas pulsiones
estaría una pulsión de saber. Hay bajo estas tres fuerzas básicas
del imaginario una ansiedad insaciable que catapulta a la técnica y
a la ciencia hacia adelante, vertiginosamente.
Situándolas en un peligro latente permanentemente y en
una duda constante que lacera el cuerpo del propio imaginario
hasta destruir su sustancia para recrearla, en una carrera que es
interminable y desgastante de las fuerzas físicas y de las psíquicas.
Se trata del movimiento puro: “Lo imaginario, que asociábamos
de buen grado a lo real como su sombra cómplice, se desvanece
al mismo tiempo... Hemos investido así a la realidad de todo
nuestro imaginario, pero es este imaginario el que se está

134
desvaneciendo, porque ya no tenemos energía de creer en él”
(Baudrillard, 2008: 12, 13).
Casi como si se tratara de una reacción ante esa técnica
vertiginosa, que pretende verificarlo todo, materializarlo todo,
real-izándolo, demandante de recursos, esclavizante y liberadora,
que como una bestia insaciable devora todo a su paso; es visible
como parte fundamental del mito eurocéntrico, una honda
nostalgia por un pasado dorado que se sitúa en el Medioevo
cristiano antes de esa técnica que devora a lo metafísico; un
recuerdo situado en medio del espíritu, que como una luminosa
memoria de la infancia perdida, asalta al presente, dejando el
sabor agridulce de la felicidad y del dolor por la pérdida. En
medio de esa representación (que entra en juego desde la trama
de los cuentos de la infancia, las decoraciones que remiten a la
naturaleza y al pasado, las formas de autogobierno de las
comunidades locales y religiosas, etc.,) está la nostalgia, que es
recuerdo vivo, que es una atadura a unas imágenes vividas o
imaginadas de un paraíso perdido y el olvido, el abandono en una
realidad actual, desprovista de la magia de esas imágenes. Como
una contraparte en tensión de estas imágenes se presenta otra
expresión del mito eurocéntrico: la utopía, que cristaliza en la
mayor parte de las representaciones a través de imágenes urbanas,
que tanto remiten a un futuro luminoso (en muchas ocasiones
anti-urbano) como desesperanzador (superpoblado,
contaminado, decadente, opresivo, etc.).
Tanto la nostalgia por el paraíso perdido, como la
esperanza por un futuro irrealizado, remiten a poderosas
imágenes cristianas. Ambas expresiones calan hacia el jardín de
las delicias, la casa originaria, la creación en una infancia dorada y
protegida o hacia la perfecta Jerusalén descendida de los cielos,
nuestra morada anhelada. Si la resonancia simbólica más
poderosa de las imágenes de la casa –y por multiplicación, de la

135
ciudad- es la persona misma26, el fondo pulsional a que parece
remitir el Yo mismo, es a ser.
Y ello nos lleva a una de las expresiones más potentes del
mito eurocéntrico: el superhombre, que por encima de la
condición humana se eleva a un grado de evolución que es como
el horizonte para nosotros, que deja atrás los vicios propiamente
humanos, para encaramarse en otra etapa, que desprecia la
condición de bestia de carga o de fiera que lucha por su libertad o
por imponer su poder absoluto, para acceder a un estado de
conciencia tal que se encuentra al margen del esfuerzo del trabajo
y de la lucha guerrera (Nietzsche, 1893). El héroe sobrehumano
representa una de las aspiraciones más caras del occidental. Su
polaridad, su sombra, es el titán primordial, la bestia prehumana,
el monstruo, que en las mitologías más antiguas y fundadoras del
mito eurocéntrico adquiere forma serpentina (Tiamat, en su lucha
contra Marduk o Heracles enfrentado a la portentosa Hidra), por
lo tanto acuática, primigenia, materna.
Hay en las representaciones del héroe, del superhombre,
imágenes relacionadas con la claridad del mundo superior, de lo
aéreo, imágenes de evolución, de progreso; mientras que en su
sombra, en el titán primordial, en el monstruo, se desarrollan
imágenes de lo subterráneo, de lo acuático, de lo caótico-
indiferenciado; por lo tanto de todo aquello que es regresivo.
Estos símbolos están atados al par luz- tinieblas, que es también

26
Bachelard (1965), Explica cómo, en un juego de correspondencias y de
oposiciones, podría equipararse a la casa con la persona: “1) La casa es
imaginada como un ser vertical. Se eleva. Se diferencia en el sentido de su
verticalidad. Es uno de los llamamientos a nuestra conciencia de verticalidad;
2) La casa es imaginada como un ser concentrado. Nos llama a una conciencia
de centralidad.” (Bachelard; 1965: 51). Por extensión la ciudad, agrupamiento
de casas, es posible equipararla con el ser colectivo, que subsumido en la idea
de indiferenciación, conecta a la persona a una continuidad esencial que es
oceánica, del contacto primigenio con la madre.

136
diferenciado- indiferenciado, lo que los remite a una pulsión
primordial de ver.
Es posible plantear que el imaginario eurocéntrico se
encuentre relacionado con los motores profundos de poder, de
saber, de ser y de ver, en una dinámica que se intuye de una
dependencia compleja en donde el poder puede imaginarse como
el eje de la energía que proyecta a este imaginario hacia lo
concreto.

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139
THOREAU, Henry David (1854). Walden o la vida en los bosques.
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140
El sueño inconcluso de Émile Bénard
Escenario y actores
Víctor Manuel Ortiz27

El mundo no es ilusorio,
pero sí fugitivo.

Carlos Fuentes, Cervantes o la critica de la lectura

Este libro sobre el sueño inconcluso de Émile Bénard se


lee como una novela. Sólo que, como el título mismo lo sugiere,
se trata de una novela triste. Nunca los coitus interruptus
fueron felices. Triste, pero es una buena novela. Cumple, como
quisiera Roland Barthes, con el requisito de “el placer del texto”.
Triste, a la manera de las novelas que no tienen finales felices: El
Quijote o Ana Karenina; El viejo y el mar o El coronel no
tiene quien le escriba. Como éstas, triste, pero también
apasionante y conmovedora. A la manera de lo que sucedió a
Frank Lloyd Wright, que murió antes de ver inaugurado su
Guggenheim de Nueva York, y hasta murió Solomon el
mecenas, que no alcanzó a conocer el resultado espléndido de su
filantropía. O el drama de Jorn Utzon con la Ópera de Sydney,
teniendo que renunciar a la dirección y a la concreción de la obra,
después de 1 001 conflictos y desencuentros con promotores e
ingenieros, para irse a lamer las heridas a su maravillosa casa
blanca mallorquina, recuperación que no terminó sino con su
muerte. Tramas trágicas, como en el cine que nos hace llorar.

Profesor-investigador de la División de Ciencias y Artes para el Diseño de la


27

UAM-Xochimilco.

141
Es una historia tan ligada a un momento fundamental y
fundacional de este país, que no debe perderse. Y los autores de
este libro lo entienden y lo encarnan en este documento que
redondea, desde la óptica de la arquitectura, esa ruptura, ese
quiebre que fue fin y principio. Octavio Paz advirtió que toda
tradición es una sucesión de rupturas, pero esta fue más allá de lo
imaginado. Precisándolo, más que ruptura fue una conmoción
radical, un terremoto. También señaló Paz: El dios-historia cambia
continuamente con las circunstancias y con el tiempo.28
Hay un momento en este libro construido a base de un
diálogo entre la curiosidad de Javier Pérez y la memoria
memoriosa de Martha Bénard, que me parece genial, y que da el
tono para todo lo demás. Es ése en el que se subraya la ironía de
esas dos gigantescas paradojas: la primera, que el gran proyecto
de un régimen dictatorial fuera un Palacio Legislativo para que los
supuestos representantes del pueblo determinaran el destino del
país, cuando en realidad no lo representaban; se seguía el método
de palomeo de don Porfirio, y había que ser incondicionales del
viejo. Y la segunda, que los vestigios de esa ambiciosa obra se
convirtieran, con el paso de los años, en el monumento que
celebra la revolución que derribó a ese régimen.
Como se sabe, como la historiografía misma lo muestra,
la realidad humana no está hecha en blanco y negro. No se trata
de un juego de buenos y malos. Novela triste, pero no de
vaqueros. El pensamiento complejo nos permite ver, para nuestro
gran beneficio como contemporáneos, que los elementos para
evaluar lo que hacemos o dejamos de hacer, son más elaborados
que un dogmático catecismo. A estas alturas del partido hay ya
estudios sobre el porfirismo que van más allá de las condenas
simplistas. La Revolución Mexicana, por razones de su propia

28 Prólogo al tomo 9 de las obras completas: Ideas y costumbres. La letra y


el cetro.

142
dinámica, como dice Luis González, santificó a un oaxaqueño
ilustre, y satanizó al otro. Juárez a los altares y Díaz a los infiernos
de la patria. Pero no es suficiente, porque la realidad no se
interpreta con un tratado de teología. El libro que nos ocupa
ayuda a entender mejor los ingredientes con que se cocinó la sopa
de ese intensísimo quiebre de rumbo. Ese momento que Ramón
Vargas, quizá el mayor estudioso de la época, en relación con la
arquitectura, nos explica que el momento no era nada fácil. Dice:
El régimen porfirista29 se localiza en el parteaguas de dos siglos y en la
confluencia de dos etapas históricas. Con él se clausura la cruenta
implantación del liberalismo en México y se inaugura, tan dolorosa como
ésta, la Revolución de 1910. Por supuesto que no intento desconocer
los grandes errores del régimen, los muchos prietos en el arroz, o
reivindicar la positivista visión de país de los científicos, que,
según el mismo don Luis, en su tiempo, eran llamados
popularmente como “lo cien tísicos”. Pero, celebro el deseo,
mostrado en casi todos los órdenes de esta larga administración,
de hacer las cosas con el mayor rigor y calidad posibles. Hablando
del cómo se planearon las conmemoraciones del Centenario, en
donde se inscribe el proyecto de Émile, Rafael Tovar y de Teresa,
en El último bríndis de don Porfirio nos recuerda que quiso y
supo, aunque fuera de manera transitoria, aprovechar la conmemoración.
(Que) Se fijó objetivos muy claros: superar los conflictos internacionales que
surgieron durante el siglo XIX a causa de México como país independiente y
lograr su reconocimiento como un país digno y respetable; asimismo quería
mostrar el proceso de modernización en que se hallaba inmerso el país en los
órdenes material e intelectual y, con ese motivo, inauguró obras tangibles que
hubiera sido imposible construir durante el violentísimo siglo anterior. Todo
se cuidó, menos los nubarrones que presagiaban la tormenta. El

29 A Ramón, que fue tutor de mi tesis doctoral, no le gusta el término


“porfiriano”, que le suena despectivo, y se lo atribuye a don Daniel Cosío
Villegas. Un día que yo lo usé en clase, me regaño. Él usa, claro, el de
“porfirismo”.

143
único que lo había advertido, pero no le hicieron caso, fue Justo
Sierra.
Pero no nos salgamos del tema. Retomemos el tema del
arquitecto venido del mar, de su edifico y de la novela triste.
Cuenta Martín Luis Guzmán que don Porfirio, ya enfermo,
cuando le prohibieron salir, y en su casa de París se sentaba en
una silla que le ponían junto a la ventana desde donde miraba los
árboles de la avenida, se acercaba Carmelita a conversarle para
distraerlo. Pero que los esfuerzos eran inútiles. Una y otra vez su
pensamiento y sus palabras se iban para Oaxaca, y para la
hacienda de La Noria. Yo sospecho que de vez en cuando
también se iban, pensamiento y palabras, evocaciones, a todo lo
que había pasado en las conmemoraciones de 1910, y de lo que
en ese momento había quedado pendiente, y que ya no podría
terminar, ni ver nunca, particularmente el Teatro Nacional y el
Palacio Legislativo Federal. Éste había sido planteado con
enorme ambición por los llamaos “científicos” en el poder, y así
lo entendió Bénard, y lo tradujo al lenguaje del diseño, cuando le
dieron luz verde.
Las mujeres, ay las mujeres. Carmen Romero Rubio y
Castelló se casó con Porfirio en 1881, cuando ella tenía diecisiete
años y él 51. Y la menciono a ella porque aunque el libro no lo
cuente, y no haya modo de poderlo saber con seguridad, creo que
es válido suponer que influyó de manera determinante para que
se eligiera al arquitecto adecuado y el estilo específico para el
recinto. Es un ejercicio de interpolación: observando
simplemente que, como se sabe, ella influyó mucho al hombre en
materia de gustos en casi todos los sentidos. Hay una equivalencia
entre esta mujer que la noche del 15 de septiembre de 1910, ya en
la madurez de sus 46, para la ceremonia del Grito, camina por los
corredores y los salones de Palacio Nacional, ataviada con su
vestido en seda clara y aplicaciones de oro que muy discretamente dejaba al
descubierto el pecho adornado por un collar de perlas de varias vueltas,

144
debajo de una gargantilla, también de perlas, y brillantes, rematada por una
diadema que portaba sobre su pelo aún castaño, según rescata Guillero
Tovar30, y los suntuosos banquetes que se sirvieron esos días de
septiembre en Palacio Nacional. Un ejemplo: Porfirio Díaz ofreció
un suntuoso banquete la noche del 15 de septiembre de 1910, en uno de los
más grandes salones de Palacio Nacional, atestado de arreglos florales e
iluminado por hileras de focos blancos, se llevó al cabo el festín para celebrar
tanto el Centenario de la Independencia como el octogésimo cumpleaños del
presidente de la República. El francés Sylvain Daumont,, cocinero personal
de Porfirio Díaz, se había esmerado en preparar el extraordinario menú
para 10 000 personas". "Diligente, un ejército de meseros sirvió la entrada a
los comensales (cuyos atavíos parecían competir en cuanto a lujo): melón
helado con champaña (equivalente a las modernas perlas de melón al oporto),
para continuar con salmón asado del Rhin con salsa de mariscos; langostinos;
berenjenas al vino del Rhin; duraznos Florida (hoy serían melocotones
Melba); chocolates, pastelillos y tartaletas de postre (este menú, escrito en
francés como era la costumbre).
Y no es que para entonces no se estuviese ya en los
albores de una nueva figuración, de lo que luego se conocería
como Diseño moderno. Pero el concepto de hibridación no se
conocía. Y en gustos se rompen géneros. Así que aunque Adolf
Loos, desde un año tan temprano como 1897 hubiese escrito que
Cuanto más bajo es el Standard de un pueblo, más profusos son sus
ornamentos31, aquí tronaban más los chicahorrones de don José
Yves Limantour que los de don justo Sierra. Y Limantour fue el
que decidió los términos para encarnar el deseo porfirista para
materializar el edificio, como lo puntualizan Javier y Martha.
La arquitectura se comporta de una manera muy peculiar.
A diferencia de lo que ocurre en el teatro, o en el cine, donde los
actores representan sus papeles, son otros quienes se encargan del

30 En El último brindis de don Porfirio, p. 21.


31 Nikolaus Pevsner, en Pioneros del diseño moderno, p. 27.

145
escenario. En la arquitectura, a cualquier escala, incluyendo la
arquitectura de la ciudad, los actores diseñan al mismo tiempo el
escenario en el que discurre la vida. Es muy interesante, en este
sentido, observar los dibujos de Bénard, especialmente las
perspectivas, en las que se observan las representaciones qué el
hizo de los actores. A contrapelo del país plural y mestizo, que de
todas maneras existía, el arquitecto opta por dibujar un escenario
no de un edificio público, sino para la ópera. No hay, en todos
los dibujos, un sombrero ranchero, un rebozo de bolita, un
calzón blanco, una naguas de percal o unos huaraches. Juego de
máscaras, los personajes son forzados a ataviarse, contra la
realidad misma. En la arquitectura de verdad, el espacio es
concebido en su perspectiva dramatúrgica de la vida concreta.
Aquí no. Se construye una ficción. Los masculinos son,
literalmente disfrazados, con levita, smoquin y sacos de tweed,
con sombrero, según el caso, de copa, bombín o cannotier,
mientras que los femeninos, como el diseñador francés Paul
Poiret comenzaba a suprimir el uso del corsé, se visten y se
representan aquí con moaré y shantung de seda, mientas que las
estolas de tul y las capas o abrigos, interpretados con telas
pesadas adornadas con pieles y plumas, eran el obligado
complemento. Como el estilo elegido para el palacio, también la
vestimenta evidenciaba la imposibilidad de los hombres del poder
de entender los signos de los nuevos tiempos. Simple y
sencillamente no podían entender los cambios que ocurrían en las
cosmovisiones. Carmelita Romero, ya en Francia, luego del viaje
en el Ypiranga, cuando fueron informados de las casas que aquí
en la ciudad habían ocupado los carrancistas, comentó: Todo hay
que temerlo y esperarlo de los famosos regeneradores. ¡Qué salvajes son! 32No,
no entendieron los cambios que demandaba en ese momento este
complejo país, y que de todas maneras ocurrieron. Es patético el

32 Carlos Tello Díaz: El exilio: un relato de familia, p. 20.

146
fragmento de la carta, reproducido en el libro, que Sebastián de
Mier le escribe a Limantour, luego de que ha convencido a
Bénard de que realice el anteproyecto. Le dice: Creo que hemos hecho
una buena adquisición y que la presencia en México de ese arquitecto
eminente servirá no sólo para el objeto que lo lleva, sino también para
modificar el mal gusto que reina en casi todas nuestras
construcciones, y sobre todo en su decorado interior.
Sigue aquí la novela triste de don Émile, que de manera
harto quijotesca nunca pierde la esperanza. Todos los que hemos
padecido la frustración de un proyecto que se queda en el papel
comprendemos su drama. Así que optó por aplicar el refrán
mexicano que dice que de lo perdido lo que aparezca, al grado de
aceptar la remodelación y reducción radical del ambicioso
proyecto para ofrecer, ya a los nuevos gobernantes, la
trasmutación de palacio legislativo en panteón para los héroes de
la guerra. La historia de la arquitectura nos enseña los muchos
ejemplos semejantes, pero todos con cargas emocionales muy
fuertes. Recordemos a Santa Sofía de Constantinopla: de catedral
a mezquita, y finalmente a museo lleno de turistas con camaritas.
Cuando el arquitecto vuelve a México en el verano de 1919, no
sé cómo resiste ver la obra como se describe en el libro: llena de
escombros, charcos, maleza, árboles que habían crecido en el
interior. Una ruina. Pero se sobrepone, y consigue que se
concrete el contrato para el proyecto del panteón. La enorme sala
de pasos perdidos, vestíbulo monumental, se vuelve propuesta de
altar a la patria. En los nuevos dibujos ya aparecen dibujados
personajes más locales pero el estilo del escenario se conserva. Y,
como menciona, Javier, ya estaba pasado de moda. El asesinato
de Obregón aniquila el nuevo, y ya pequeño, sueño. Como
quiera, Carlos Obregón Santacilia, para lo que ahora tenemos, no
partió de cero.
La novela continua hasta el final, hasta que el arquitecto,
ya de 85 años, libra su última batalla, ahora con a muerte, y

147
también la pierde. A mí lo que me gusta mucho es que a
diferencia de don Quijote, que en el lecho de muerte , para su
desgracia, “recupera la razón”, se da cuenta de que es
simplemente Alonso Quijano, y que todo lo que había sido su
universo fantástico no existe, incluyendo el amor de su Dulcinea,
Bénard se mantiene sin hacer concesiones y simplemente no
continúa porque lo entierran junto a Aline quien, por lo que dice
Martha, no debió haber sido una mujer nada fácil.
Para terminar, confieso, olvidándome por un instante de
los significados, y deteniéndome sólo en las calidades, que yo
hubiese preferido ver encarnado el proyecto de Émile Bénard, en
lugar del horrendo edificio tricolor que se construyó en San
Lázaro. Llegado el caso, con el tiempo, se hubiese podido
modificar, para lograr algo similar a lo que consiguió Norman
Foster a partir de las ruinas calcinadas del Reichstag de Berlin,
no sólo muy hermoso, sino capaz de transformar una cúpula
cerrada en un mirador muy abierto hacia el interior del pleno del
salón de sesiones.

En Tlalpan, torre de Cruz Verde, el 11 de mayo del año 2011

148
Nueva mirada a olvidados lugares de la ciudad:
banquetas, azoteas y callejones
Dr. Alejandro García García33
Introducción
Este trabajo tiene como finalidad tratar de acercar al
lector –y especialmente al urbanista-, desde una metodología
basada en el uso de estrategias de corte etnográfico, (de lo que el
antropólogo Clifford Geertz llama “descripción densa”), a re-
visar, a dejar a un lado planos y mapas para re-conocer las calles,
la ciudad misma desde su propio ser, de sus dinámicas desde ese
país, origen de todos, que es la vida cotidiana.
Las aportaciones teóricas están derivadas de los niveles
de abstracción hasta los que puede llegarse partiendo de datos o
índices empíricos, hay diversas metodologías para el tratamiento
de los datos, desde el análisis del discurso, en un sentido
semiótico, hasta la iconografía.
El asumir una determinada postura argumentativa permite
al lector deducir las formas de abordaje del objeto de estudio y,
como consecuencia, el tipo de resultados que pueden esperarse.
Por ejemplo, una argumentación que recurre a cada momento a
remitir sus afirmaciones a las de otros teóricos, deja su “voz
propia” al final y habiéndose “protegido” con las declaraciones de
grandes teóricos de aquí y sobre todo de allá, de muy lejos.
Este breve artículo no tiene ese carácter, de hecho va en
un sentido opuesto, pues lo que se desea es ofrecer una voz
propia de autor a lector. Es obvio que nos hemos formado a
través de lecturas de clásicos, libros o ensayos recientes, etc., y
creo que los autores destinan sus trabajos para que sus ideas
trasciendan, que sean tomadas como criterios para el ejercicio de
la acción y la reflexión de otros. En el ámbito académico no creo

33Profesor-investigador de la Facultad de Arquitectura de la UANL. Miembro


del Sistema Nacional de Investigadores, nivel 1

149
que sean la fama o los grandes reconocimientos lo que mueve a
las aportaciones de los grandes investigadores.
Es por ese motivo que este artículo no tiene bibliografía,
pues aunque debo reconocer la influencia de lecturas como las de
De Certeau, Augé, Greimas, Geertz, Bollnow y muchas más que
están “entre líneas”, que sostienen colateralmente mis propias
argumentaciones .
Hay que reconocer que no es posible estar de acuerdo en
todo lo que un investigador plantea siempre, que hay una lectura
crítica de cada texto y que no podemos convertirnos en
discípulos de esta o aquella corriente teórica de un “plumazo”.
Las teorías acerca de un determinado hecho, generalmente, llegan
a contraponerse, por tanto es una cuestión de elección personal el
estar de un lado u otro. ha partir de razonamientos propios.
El “cientificismo” tiene su peor cara en la parafernalia
formalista, que más se preocupan de que cada “casilla” del
esquema sea llenada como “debe ser”, que en tener la versatilidad
para encontrarse con nuevas formas de mirar, aceptar estrategias
porque son adecuadas a un objeto de estudio y no a una
ortodoxia disciplinar, que generan textos que se presentan
rompiendo las formalidades viejas y nuevas, olvidando las formas
de poder que se ocultan tras la burocratización en la generación
de conocimiento, rompiendo con esa forma de hacer las cosas
que nos tiene produciendo cosas que no tienen la más mínima
repercusión, ni en el medio académico y mucho menos en la vida
social.

La banqueta
En un afán de remitirnos a los espacios vividos en el
ambiente cotidiano y extraordinario de las calles, queremos
referirnos aquí a las señales, marcas, signos que quedan
sólidamente trazados en nuestra alfombra de cemento, la del
peatón, la banqueta.

150
Este espacio para el paso de las personas es un ambiente
particular en la calle, es sitio para el caminar, el del encuentro con
vecinos y desconocidos, lugar de todos y de nadie aunque,
también, muchos habitantes hagan de este espacio una
prolongación de su vivienda.
De hecho, el uso creciente del automóvil, ha generado
que las banquetas se hayan convertido en rampas de acceso a las
cocheras, alterando un espacio básicamente peatonal a favor de
las necesidades de cuidar el o los vehículos.
Las banquetas contienen –vistas detenidamente- fechas de
construcción, nombres de personas, figuras como corazones,
grafiti, frases de nexo amoroso (“Paty y Luis”), maldiciones,
marcas del rayado de llantas, de bicicletas o autos, pisadas de
personas o perros, a todo ello lo hemos llamado concreto-
grabados. Son murales por los que caminamos frecuentemente,
pero que ya no observamos, a fuerza de repetirse
perceptivamente, tendemos a ignorarlos, aunque sea esa alfombra
sólida donde los signos de la historia urbana se expresan por
muchos años, manifestándose mientras nosotros crecemos,
cambiando gradualmente.
Lo más relevante de estas expresiones, es que son
espontáneas, no hay criterios para su formulación, son acciones
semi-furtivas que dejan entrever el humor de una época, sus
símbolos urbanos, el carácter de los “tatuajes” casi azarosos que
posee este trozo sólido de ciudad.
La banqueta es la frontera también, entre la vivienda y el
pavimento por donde transitan los vehículos, por tanto están ahí
también las caprichosas formas de la tubería del medidor del
agua, el cableado y caja que indica el consumo de energía
eléctrica, hay postes insertados, señalamientos viales, elementos
que poco a poco han configurado el escenario por donde se
cruzan nuestros pasos, donde sociabilizamos, ámbito que puede

151
convertirse en un espacio frecuentado, en punto de encuentro y
diálogo, de reunión con amigos, la novia, etc.
La vida cotidiana de los barrios existentes, se percibe en
sus banquetas, en los diálogos entre vecinos, es el espacio donde
se construye el recuerdo casi domestico, escenario de trajines
rutinarios, constantes.
Sin embargo, el ver banquetas vacías, es una tendencia
creciente en nuestras ciudades, donde el uso del automóvil se ha
impuesto culturalmente de manera drástica y donde el “otro” no
tiene importancia, los individuos buscan el aislamiento y una
ausencia de solidaridad para con los demás que se prolonga a las
calles.
La vida de las banquetas, su configuración, esta, ya lo
decíamos, directamente vinculada con la “motorización” de la
ciudad, con el uso del auto personal y todo lo que ello lleva
incluido: ser el indispensable soporte de expresiones sobre lo
bello, el éxito económico o sexual, etc. En la medida en la que
cada vez más usamos coche, en esa misma medida la banqueta
deja de tener relevancia como sitio de socialización. Es la rampa
de la cochera y punto.
Según la zona de la ciudad donde nos encontremos,
veremos un uso diferenciado de las banquetas. Generalmente en
el centro de las ciudades, estas son espacio de trabajo para el
comerciante informal, el lavacoches, los “viene, viene”, los
mendigos, prostitutas, homosexuales, el vendedor ambulante,
entre otros. Hay quienes usan el trozo de banqueta frente a su
casa como bodega, como lugar para colocar el promontorio de
triques, para el o los perros, como área de descanso y en buena
medida en fragmentos ajardinados, con plantas. También es la
cama del indigente, su lugar para deambular, para solicitar ayuda,
para sustituir el mundo domestico que le fue negado.
Las banquetas, en el caso de muchos centros históricos de
nuestras ciudades, han sufrido las ampliaciones del lecho

152
vehicular, reduciéndolas a franjas donde apenas pueden circular
una o dos personas, atiborradas de postes y señalamientos viales,
junto a fragmentos frontales de viviendas, negocios, etc.
La “lucha” desigual entre la motorización de las ciudades
y las políticas públicas dedicadas a propiciar una infraestructura
que beneficie el caminar, al peatón, está siendo perdida por este
último. La falta de consideración por el peatón ha pasado ya a
niveles de franca discriminación en el crecimiento urbano, en el
diseño de estacionamientos enormes sin áreas para el traslado a
pie de las personas, calles sin franjas como señalamientos de paso
de peatones en las esquinas, entre otras cosas.
Las banquetas sirvieron en el pasado como espacios para
juegos infantiles que no requerían tanto espacio: el trompo, el
yoyo, las canicas y con un lecho vehicular en las calles con poco
tráfico, se convertía, por supuesto, en cancha de futbolito,
voleibol, “tochito”, las banquetas eran las gradas de ese estadio
instalado en plena calle.
La banqueta –espacialmente en donde estas se cruzan, las
esquinas-, es también el sitio donde los enamorados construyen
un refugio a fuerza de estar ahí, de no tener otro sitio. Así como
la bandita de chavos, que hacen de la esquina o algún lugar
propicio a lo largo de la banqueta, su sitio de reunión, de
“cotorreo, y también de vigilancia con respeto a quien en entra o
sale de “la cuadra” o el barrio.
Asociada a la banqueta esta concepción territorial
señalada por la cuadra, el trozo de calle que va de una esquina a
otra, que, dentro del barrio representa una de sus piezas
constitutivas, una de las formas de construcción de significado en
nuestras vivencias diarias, un territorio específico del espacio
urbano que logra dar conexión a un grupo humano asentado.
Siendo la frontera entre el arroyo vehicular y el paso de la
gente a pie, está ahí para delimitar el lugar de tránsito y
estacionamiento de los automóviles, aunque esto en la práctica no

153
se ha respetado y los vehículos bloqueen el paso del peatón,
especialmente en las colonias donde hay una saturación de
automóviles.
Aquellas banquetas de las “poltronas” y las mecedoras,
que recibían el paso del atardecer y una parte de la noche, donde
los cuentos, los recuerdos, los chistes, los chismes tenían lugar,
desapareció con el rugido del rápido trajín de los vehículos, su
contaminación al aire, ruido, alteración definitiva de la vivencia
lúdica y de descanso que poseía la banqueta.
Hoy en día el campesino que recién migra, ocupa un lugar
en la “acera”, que lo cobija de la resaca de su decisión de salir, de
lograr lo que su compadre, hace años, le dijo que logró. Siempre
habrá un hueco que sirva de escondite en las banquetas.
El que el proceso de secado sea lento, propicia que el “plano”, la
“tela” de concreto se encuentre dispuesta para un buen lapso de
tiempo, tanto que toda vigilancia agota y termina por suceder lo
inevitable: el concreto-grabado.
Con una ramita, con los dedos, la traza del grabador queda
impresa por muchos años, convirtiéndose en elementos
distintivos de un lugar, de su gente y sus expresiones en el marco
de lo cotidiano, de lo espontáneo. Salvo que se construya una
banqueta, específicamente para que sirva de “tela” en una
producción intencionalmente artística.
Hay un asunto fundamental no advertido abiertamente, pero que
es relevante cuando de planear se trata: las banquetas son usadas
por la gente pero de toda esa gente todos son individuos con
nombre y apellido, no hay más absurdo que tratar de interpretar
la vida cotidiana a partir de los ”promedios” estadísticos, en
términos reales las singularidades de la vida cotidiana.
Afortunadamente, la vida cotidiana, sus haceres en sus lugares,
afloran día a día con un “sabor” diferente, la rutina, es un
concepto que niega lo fortuito, lo casual de la vida cotidiana.

154
Las formas con que la vida colectiva acontece, son
proporcionadas por las formas materiales, texturas que como
mínimos elementos de significación haciendo la vida diaria lo
que es, reafirmando la disolución permanente de lo cotidiano.
Mirar desde el carro de lujo o desde las banquetas
establece también hoy en día un nivel de discriminación, es otro
lugar en la lucha social, de la franca competencia que va de lo
individual a lo “clasista”.
También hay que mencionar a aquellos muertos por
accidente, generalmente automovilístico que son recordados con
una cruz, en medio del trajín, en banquetas y camellones de la
ciudad a un lado del asfalto, cruces metálicas, resistentes al paso
de los días, años, décadas, como fin trágico.

La azotea
La azotea como plataforma exterior que se expone, para
dar la interioridad, la seguridad de un “techo” a las personas, es
también una cubierta interior y una piel exterior. La azotea es
para el gato, (para lo silvestre, sea la planta, el pájaro) para lo que
es en parte domestico, propio, y en otro sentido, solo una parte
del caparazón externo de la ciudad vista desde arriba.
El conjunto de azoteas de la ciudad crean la textura de la
enorme “manta” que nos cobija, su cuadricula irregular de
cubiertas, de techos de los materiales más diversos, que enfrentan
con rigor el clima y amortiguan los padeceres de las vidas de
quienes habitamos las ciudades, las convierten en el “cascarón”
que atrapa la vida al interior de viviendas, empresas, escuelas, etc.
Las azoteas –no las terrazas-, son privadas, no son pre-
vistas como parte del itinerario de un visitante, ni calculada su
importancia en el plano arquitectónico. Es básicamente el
“resultado de” una edificación pensada hacia adentro y
fundamentalmente con una sola cara exterior, la fachada.

155
Es bodega, lugar de lavado o secado, taller, plataforma
para la instalación de los más diversos escenarios: tinacos,
antenas, receptores telefónicos, eléctricos, etc... La azotea es el
lugar donde se resuelven los imprevistos tales como “donde
pongo ahora esto” o “donde preparo la pintura”. La azotea es
también el lugar de la pobreza y la poca esperanza, del mueble
roto (y demasiado costosa su reparación) de lo que se puede
aprovechar.
Por otra parte, la azotea es el lugar del peligro
precisamente la manutención de los accesorios para acondicionar
la vida doméstica, ahí colocados, que junto a la caída desde lo
alto, provocan muchas muertes en nuestras ciudades diariamente.
Las azoteas de cada lugar, son una muestra de sus formas
de vida, sus estrategias y posibilidades constructivas, hay algunas,
como las realizadas en Quito, que por tener un alto grado de
inclinación y ser de teja de barro, no permiten la aplicación de
muchas de las argumentaciones aquí ofrecidas, que por ahora se
remiten a la ciudad de Monterrey y su área metropolitana.
Los techos tienen azotea si existe efectivamente como
territorio a considerar, si no es así, sigue siendo sólo un techo.
Por tanto, las casas hechas con concreto tienen más posibilidades
de contar con azotea, pues además es necesario tener una escalera
sólida para ascender y descender sin riesgos. Es una de las partes
más expuestas de la edificación, pero no recibe mantenimiento si
no cuando es estrictamente necesario, a diferencia de fachadas o
bardas.
La pobreza tiene un techo de laminas, viejas, de cartón o
galvanizadas, sostenidas de los fuertes vientos con llantas viejas,
pedazos de block, de concreto y “cachivaches”. La azotea no
tiene el suelo liso de sala, es grava pegada, es impermeabilizante,
no es sino para interaccione sociales breves y condicionadas,
especialmente por condiciones climáticas si no se encuentran con
algún techo pequeño. La lluvia, el sol, el frío, el granizo serán el

156
día a día de la piel de la azotea y puede ser, de hecho lo es, el área
de estar de las mascotas, de pájaros de “canto”, perros, etc.
Techo que es piso, es suelo para trabajar, lavar y colgar
ropa, hacer reparaciones a la bicicleta, la lavadora. Subir
ocultamente a la azotea por una escalera portátil es una de las
primeras grandes aventuras de un niño, no tener barandilla para
sostener la caída, acercarse a la muerte desde las alturas.
La corteza de la ciudad está hecha de estos fragmentos
grandes y pequeños, que narran historias familiares, que cuentan
en otros casos -donde grandes naves industriales son cubiertas
por enormes techumbres laminadas, con sus salientes
ventiladores, los cilindros convexos cuyas aspas no paran de dar
vueltas, y que cubren las actividades laborales fabriles, donde el
ambiente de grasa plástico, metal, dan escenario al esfuerzo de
trabajadores que ahí dejan su fuerza, donde se construyen las
historias sin historia, donde nadie debe sino trabajar.
Es curioso, pero grandes edificios, con grandes techos,
contienen algunas veces pequeños cuartos que protegen
maquinaria o para algún fin técnico, que luego son reutilizados
por conserjes y trabajadores como vigilantes y veladores, como
áreas para guardar cosas personales pequeñas y en resumen,
convertirlo en un espacio fuera de las normas del resto del
edificio.
En el Distrito Federal es evidente cómo la falta de
seguridad en las calles se ve reflejada en las azoteas, donde la ropa
es secada al sol a través de enrejillados para cada departamento,
que usan candados para proteger su ropa de los robos. También
en esta ciudad, vemos un enorme número de viviendas: cuartos
de azotea que son el refugio de miles de familias en la extrema
pobreza, que es poco probable que sean incluidos en censos y
conteos, siendo una población flotante.
La muesca de la historia particular de un territorio está
inscrita en los colores de las techumbres, ese “punto de vista” que

157
añadimos a la “personalidad” de una ciudad, cuando llegamos a
ella desde el aire y podemos observar su textura y complejidad.

Callejones
Aunque requeriría un amplio tratamiento aparte, el
callejón, el estrecho paso entre vivienda y vivienda o a manera de
corredores peatonales vinculados al diseño de edificios al diseño
de edificios multifamiliares, es un fragmento de la ciudad vivida,
que, al ser totalmente para uso peatonal, permite niveles de
socialización o encuentro más altos que en las transitadas calles.
Según el lugar de la ciudad del hablemos, el callejón
asume matices diferentes, en lugares como el barrio de La
Coyotera, en Monterrey, fueron lugar para escapar o esconderse
de la policía, recorridos solo por los moradores de las viviendas,
donde muchas de las veces había practicas de prostitución o
distribución de drogas. El otro extremo serian las calles cerradas
al tráfico vehicular en los centros históricos de nuestras ciudades,
los espacios ganados al vehículo y propicios para la distracción y
el paseo a pie.
Los callejones en los conjuntos de edificios
multifamiliares, casi siempre están –o intentan estar arbolados,
jardineras con bancas principalmente, en uno u otro diseños, son
el tipo de infraestructura situada en estos pasos peatonales, donde
las personas dejan su auto en un estacionamiento diseñado para
dar servicio a los habitantes de los edificios.
Por lo pronunciado del terreno, muchos sitios que fueron
dejados de lado por la sociedad regiomontana, para ser ocupados
gradualmente o como invasión masiva por los llamados
“posesionarios”: la Loma Larga, el cerro de la Campana, todo ese
lomerío, se encuentra entre el centro de la ciudad y su radiante
“Valle Oriente”, que además mira hacia la pobreza de Sierra
Ventana, a sus encrespadas calles y callejones. En el caso de la
colonia Alfonso Reyes, conocida como “La Risca”, donde no hay

158
posibilidad de subir en automóvil, la circulación de las personas
se logra a través de callejones ascendentes con decenas de
escalones, veredas que son en época de lluvias caídas de agua,
adaptación precisa al terreno y sus características.
Existen también las colonias donde el paso del tren
fragmenta o fragmentaba las calles y banquetas, para dar paso al
gran coloso motorizado. Fragmentos de vías que están ya sin uso,
pero que siguen recortando el territorio, imponiendo barreras al
tráfico vehicular y creando callejones “naturales”.
Finalmente, los callejones, constituyen la traza de los
núcleos barriales, donde las relaciones vecinales y familiares son
“fuertes”, donde se encierra el carácter de eso todo que es la
colonia o el barrio.

A manera de cierre
De la banqueta a la calle, de ahí al callejón ¿ha donde más
debe llevarnos este nuevo reconocimiento de la ciudad, como
espacio vivido, practicado? La discusión de fondo está en cómo
establecer un puente entre los trabajos etnográficos y la toma de
decisiones que efectivamente produzcan cambios en la vida
urbana, que estas decisiones no sean, al final, ajenas a la reflexión
intelectual que de ellos se realiza.
Descubrir el tipo de vivencias que efectivamente se logran
en cada tipo de fragmento en la complejidad urbana, es una tarea
que la antropología, junto a otras disciplinas, no puede prescindir
hoy en día. La importancia de invertir en la recuperación de estos
microambientes, será de gran importancia para lograr una gran
planeación urbana, una toma de decisiones sobre los espacios
públicos que resultan indispensables en nuestras urbes.
Para estar en lo cierto, la ciudad de los puentes costosos,
de las banquetas atestadas de peatones, de las perspectivas
panorámicas o el sitio con viviendas idénticas, no son sino la
pretendida “cara” que de la ciudad debe mostrarse, sólo una

159
parte, que, como en el cuerpo la cara, se inscribe como la parte, la
que pretendidamente es el atributo del todo urbano.
La ciudad es polifacética, los visitantes que recorren por
unos días la ciudad en los itinerarios tradicionales para el turista,
se encuentra con una escenografía planteada en gran parte para él,
que logra darle una idea de la ciudad que -como en las fotos
arriba del caballito en la feria-, sirven de fondo para hacer del
sujeto un sujeto “en circunstancia”, que se “vende” como real,
aunque es extraña a muchos rincones urbanos semiocultos,
olvidados y sus ritmos; todo ello está fuera de la vista del turista, y
de mucha gente que vive, literalmente, de este engaño (o
autoengaño).
Sin embargo, la ciudad no es una, es esa multiplicidad de
versiones que se condensan en los hechos, que avanzan antes o
después de caer en cuenta de su importancia. Así como estamos
físicamente imposibilitados para ver todo nuestro cuerpo, lo
estamos para ver a la ciudad, sus patios sucios, el desorden
sistemático que connota un montón de “trebejos” que han sido
acumulados por años, se ocultan a la vista del caminante o del
visitante.
Es necesario fortalecer una concepción amplia de la
ciudad que de pie al fortalecimiento de la transdisciplina ocupada
en el hábitat en todos sus rasgos, para conseguir una vinculación
imprescindible entre el campo de las humanidades, de la
arquitectura y el urbanismo y las esperanzas que han puesto en su
propio rol social en este momento.

160
Un mundo sin calles.
A manera de reflexión o lo que es lo mismo, de
autocrítica.
Federico López Castro

“Cuando una sociedad se corrompe


lo primero que se gangrena
es el lenguaje”
Octavio Paz.
1.- Introducción.
Cito lo escrito por Paz a manera de epígrafe porque me
asalta la duda sobre si lo que nos empeñamos en llamar
arquitectura en nuestra sociedad, no se ha gangrenado.
Y digo “lo que nos empeñamos” porque me atrevería a
afirmar que no ha toda la arquitectura nos atrevemos a clasificarla
como tal, no al menos en el mundo académico.

161
La indispensable crítica de la sociedad para salir del
letargo de la corrupción como afirma también Paz: “comienza
con la gramática y el restablecimiento de los significados” (1970:
76), para lo cual habría que recuperar la capacidad de reflexión,
de esa reflexión aletargada por la costumbre, pues no hay nada
más difícil que poner en duda lo que por fuerza de esta, nos
parece “normal”. En mi opinión, la crítica, ya ni siquiera la
autocrítica, ha sido desterrada de muchas instituciones
precisamente por tratarse de algo que pone en tela de juicio la
manera de ser y hacer las cosas.
Duda sistemática y que algunos consideramos sana, la
autocrítica nos mantiene en la inconformidad, en la insatisfacción
con lo establecido. Cierto que ello nos arroja a un mundo de
incertidumbre pero por lo mismo, el único mundo que se mueve.
¿Qué tiene de malo la arquitectura producto de la
academia?
La arquitectura tiene un gran problema, al menos lo
considero así: su contundente apariencia y todo aquello que
conlleva a saber: la tendencia de su profesión a moverse dentro
de ese ámbito formalista. Es común despreciar al teórico de la
arquitectura, es bien conocido que el éxito habita en el mundo de
la materia y no en el que escribe o teoriza sobre la arquitectura y
para prueba me remito a la poca literatura que al menos en
nuestro ámbito nacional circula al respecto, lo poco destinado a la
investigación y a los que investigan y sobre todo, lo que se ha
escrito en el ámbito de la teoría arquitectónica en comparación a
la que circula en relación a la materialización de la misma.
Lo cierto es que si la crítica y la autocrítica movilizan, la
ausencia de ellas estanca, y lo estanco muere, esa es una ley de la
naturaleza. Sin embargo en nuestro surrealista país impera lo
expresado en contrario por la famosa frase de aquel sempiterno
líder obrero: “el que se mueve no sale en la foto”, es decir, es

162
necesario e imperativo permanecer inmóvil para ser o estar en lo
que sea, no importa que. Esta es una ley desnaturalizada.
Sin embargo en la apariencia no todo es malo. En ella
también radica la posibilidad de autocrítica, el único problema es
que radica paradójicamente en una apariencia invisible, invisible
para el mundo académico naturalmente.
Como en la famosa película “El graduado34”, las palabras
a susurrar al oído dispuesto a escuchar son “inclusión-exclusión”.
Como en todo mundo clasificado, como es el mundo
institucionalizado de la arquitectura a través de sus academias, su
problema radica en el estancamiento natural y necesario que tiene
como condición sine qua non para existir como academia, aunque
también habría que hacer un examen de conciencia para
determinar si lo que consideramos por academia no ha sufrido
ella misma una deformación.
Me explico. Todo espacio tiene sus límites, lo que implica
inclusión y por lo tanto exclusión, es decir, lo que pertenece a él y
lo que no. Así es el mundo de la arquitectura académica el cual ha
construido un mundo cuyos signos por necesidad intrínseca son
fijos, o al menos persiguen estabilidad, o como escribe Rama:
“aspiran a la unívoca fijeza semántica” (2009: 99) y que como
tendencia natural, ha ido eliminando todo vestigio de crítica o
autocrítica pues es esto lo que amenazaría su permanencia. En
cualquier mundo académico rige una regla fundamental:

34El graduado (The graduate) película realizada en 1967 basada en la novela del
mismo nombre de Charles Webb. Dirección de Mike Nichols; producción, de
Joseph E. Levine y Lawrence Turman ; guión de Calder Willingham y Buck
Henry; música de Dave Grusin; fotografía de Robert Surtees; reparto, Dustin
Hoffman. Anne Bancroft, Katherine Ross, William Daniels y Murray
Hamilton.

163
establecer lo que pertenece a su mundo y lo que no para poderlo
enseñar y esta inmovilidad (y enfoque diría yo) es lo que ha
llevado a una deformación: hemos olvidado esencia por la
apariencia.
Un simple ejemplo: si le muestro este dibujo a cualquier
aspirante a arquitecto e incluso a arquitectos, seguramente que me
contestarán que se trata de una puerta.

Y como diría Magritte, pues no, “esto no es una puerta35”


sino la manera en la que se desea establecer una relación entre un
espacio y otro. Me atrevería a sugerir que no se debería enseñar a
dibujar la puerta sino a hacerle ver al discente que entre un
espacio y otro, es necesario diseñar una relación de transición36,
hasta ahí sería suficiente.
Como sugiere Ábalos: “la tarea de quienes quieran
cambiar su forma de pensar y proyectar es también la de cómo
escapar al marco, no sólo epistemológico sino también normativo
de la modernidad” (2000: 82).
Por lo tanto, si queremos realizar una autocrítica,
debemos movernos hacia el mundo que se mueve y ese es un
mundo externo a nuestro universo arquitectónico, o al menos del
mundo que académicamente consideramos como nuestro. Este
mundo externo es un mundo más dinámico, polisémico, un
mundo que rompe precisamente las reglas establecidas, como los

35 En relación a su famosa pintura “La traición de las imágenes” en la cual


escribió: “Esto no es una pipa”.
36 Recomendaría, a manera de ejemplo, ver el modelo número 224, p. 1056 del

Lenguaje de Modelos de Alexander (1977).

164
“grafiteros”, “esos necios quienes escriben sobre materiales que
no están destinados a esos fines por la sociedad” (Rama, 2009:
98). La sociedad se ha empeñado en enseñarnos que en los muros
no se escribe, se escribe en los cuadernos (ver ilustración 1).
Ilustración 1.

Por ello, la crítica debe iniciar estableciendo nuevas reglas


gramaticales que nos sitúen al margen y en el mejor de los casos,
que nos expulsen del universo establecido y ello con el único fin
de llegar a nuevos significados.
2.- La academia, o lo que es lo mismo, el club de elogios mutuos.
A diferencia de las academias del mundo griego, como
aquella de Platón, nuestras academias no están fundamentadas en
el desarrollo del ser del individuo sino en su entrenamiento para
transformarlo en sujeto, sujeto a un orden establecido, como en
nuestro caso, en lo que es ser arquitecto.
Los griegos se preocupaban en formar ciudadanos, es
decir, personas involucradas y preocupadas en la vida pública, por
ello lo único que enseñaban eran ejercicios espirituales que
ayudaban a formar el espíritu, pero un espíritu libre que

165
estimulado por una serie de ejercicios exegéticos, estimulaban su
desarrollo social. Las academias incentivaban la formación de una
concepción de vida, no una forma de hacerla, eso era cuestión de
cada individuo libre de ser. El lenguaje de modelos de Alexander
se podría considerar como un conjunto de ejercicios de este tipo.
En estas academias era indispensable el diálogo, es decir,
razón de dos, pues no existe una única razón ni una única manera
de hacer las cosas, como en las actuales academias, que a
diferencia de aquellas, estas fijan lo que se debe aprender y lo que
no para ser.
En algún momento, en algún lugar se mal interpretó y se
deformó, valga la redundancia, la forma por el contenido. De
enseñar una serie de ejercicios que ayudaban al espíritu a afrontar
la vida se pasó a una serie de normas de una específica manera de
ver la vida. Me atrevería a afirmar que en algo ha contribuido
concepciones como la que dio origen a la famosa academia de la
Bauhaus o al movimiento funcionalista de la modernidad tan
criticado en libros como el de Ambazs (2006), Leach (1999) o
Ábalos (2000).
Como lo explica Rodríguez:
“La reducción extrema a que nos llevó el racionalismo y la
frialdad expresiva de los objetos, han sido los dos puntos de
apoyo para cuestionar la validez actual de los principios del
Movimiento Moderno… […] y citando a Charles Jencks agrega:
felizmente podemos fechar la muerte de la arquitectura moderna
en un momento preciso. La arquitectura moderna murió en St.
Louis, Missouri el 15 de julio de 197237” (2000: 35).
Después de esto, cuesta trabajo creer que aquí en
Monterrey y después de casi cuatro décadas se construyan cosas

37 Rodríguez comenta que “el evento al que hace referencia Jencks es la


demolición del conjunto habitacional Pruitt-Igoe, que fue derribado debido a
que un profundo estudio sociológico demostró que el diseño de ese conjunto
promovía el surgimiento de conductas antisociales” (2000: 36).

166
como lo que se muestra en la siguiente ilustración (ver ilustración
2).
Ilustración 2.

Libertad de espíritu seguramente es la otra palabra clave y


que sin esa condición, no hay posibilidad de autocrítica o de
crítica simple y llanamente. Al discente se le confina a una
concepción de vida al momento de ingresar a la academia y que
solamente esto, daría tema para un interesante proyecto de
análisis crítico.
Definitivamente que cada vez que elucubro sobre estos
asuntos y otros referentes a la arquitectura y a la ciudad, me
convenzo que la propuesta de Alexander (1971, 1977, 1979) es la
más acertada de cuantas teorías han surgido en este universo del
diseño y de la arquitectura.
Naturalmente que al pasar el tiempo las academias de
diseño, se han transformado en un club de elogios mutuos, es
decir, en un espacio en donde se repite por imitación, la forma de
hacer las cosas de algunas luminarias del universo arquitectónico,
sobre todo del mundo considerado desarrollado. Aparte de aquel

167
popular libro de Van Lengen: Manual del arquitecto descalzo (1997), que es
una mirada diferente en muchos aspectos, son pocos las miradas
hacia nosotros latinoamericanos, mexicanos, regiomontanos.
En 1976 me tocó vivir la experiencia del “experimento”
con Alexander en Mexicali que llamamos “El sitio”. Fue en la
escuela de arquitectura de la Universidad Autónoma de Baja
California en donde se dio tal experiencia originada por una
auténtica necesidad de búsqueda que a fin de cuentas y por su
misma condición de autocrítica, llevó a un término incompleto de
la misma.
No es el fin de estas elucubraciones narrar tal
experimento o hacer una evaluación del mismo, que mucha falta
hace, sólo baste comentar que en él se construyeron 6 viviendas
para derechohabientes del ISSSTECALI, incluyendo la “Casa
muestra” (ver ilustración 3 y 4), construcción en la que los
alumnos y maestros participantes aprendimos la teoría subyacente
y expuesta por Alexander en su libro: “La forma intemporal de
construir” (1979) y que como comentario anecdótico, en aquel
entonces apenas era un manuscrito.
Ilustración 3.

168
Planta de la llamada Casa Muestra ubicada en la cabecera poniente de
la manzana 4 del subconjunto “D” del conjunto urbano Orizaba, ocupando los
lotes marcados con los números 1, 2, 13 y 14. Al sur la avenida Paricutin y al
poniente la calle Cofre de Perote, al norte la calle Nevado de Toluca.
Ilustración 4.

Planta de las cinco casas construidas para los derechohabientes del


ISSTECALI. En la esquina norponiente, la vivienda de la familia Rodríguez R.,
en la esquina nororiente, la de la familia Duran de Guzmán, en la esquina
suroriente, la vivienda de la familia Reyes de Serna, al surponiente, la familia
Tapia y al centro del conjunto, la vivienda de la familia Cossio. Las cinco casas
ocuparon la cabecera poniente de la manzana 3, lotes 7, 8, 15 y 16.
El proceso de construcción se realizó a la par que el
proceso de diseño, proceso realizado por aquellos que irían a
habitar dichas viviendas y guiados por un lenguaje de modelos
expuestos estos en otro de los libros fundamentales de este
mismo arquitecto: “El lenguaje de modelos” (1977).
Hay que destacar que en esta experiencia primero se
concluyó la edificación de las viviendas y posteriormente se
hicieron los planos de permisos. Toda la obra se realizó sin plano
alguno. Más apegado al momento no puede ser, más improvisado

169
e incierto el proceso no puede darse. El papel o quehacer del
arquitecto en esta concepción, pasa de ser el diseñador a manera
de gran artista, en un modesto asesor o guía de quien
verdaderamente debe de tomar las decisiones en el proceso de
diseño, quien habitará la edificación.
Esta manera de ver y hacer las cosas propuesta por
Alexander es el producto de un proceso de autocrítica, de
reflexión sobre nuestro quehacer que partió curiosamente del
extremo opuesto con su tesis doctoral muy conocida: “Síntesis de
la Forma” (1966) en donde se desarrolla un método racional y
matemático para el diseño. En su tiempo, fue el paradigma del
racionalismo. Hay que tomar en cuenta que Alexander es
matemático a la par que arquitecto, pero esta característica en su
formación curiosamente y como el mismo lo menciona, lo llevó a
la noción de fenómeno holístico y de ahí a su propuesta
intemporal de construir.
Parafraseando a Rama: “la academia de arquitectura
quiere ser fija e intemporal, como los signos, en oposición a la
arquitectura real, que sólo existe en la historia y que se pliega a las
transformaciones de la sociedad” (2009: 100).
La academia, en su forma actual representa un puente
entre la concepción de una muy particular manera de ver el
mundo y la realidad, generalmente coincidente con los grupos
hegemónicos que institucionalizan esa manera de ver y hacer las
cosas en aras de perpetuar las cosas de una determinada manera.
Son la personificación de una ideología, en el amplio sentido del
término “persona”, esa máscara teatral que nosotros los
arquitectos debemos usar para ser. La academia, dejó de ser social
para transformarse en sectorial, empeñada como menciona
Norris citando a Kerry T. Burch: “en la producción masiva de

170
idiotez38” (2001: 10), en el sentido etimológico de esta palabra
griega, esto es: producción de un mundo individualista y no
público.
Los centros educativos que soñó Paz como los centros
indispensables de crítica social se confabularon con el estatus quo
en una comodina, pero segura rutina aséptica. No escucho, no
hablo, no veo.
Desde la concepción del Monterrey cartesiano (ver
ilustración 5) propuesta por el tercer obispo Don Andrés
Ambrosio de Llanos39 se sentaron las bases del orden, de la
ubicación de cada quien, del lugar correspondiente según los
méritos de cada uno de los habitantes, por citar las palabras que
el rey de España que le dio a Pedrairas Dávila en 1513 respecto a
la fundación de las ciudades en este nuevo continente:
“Vistas las cosas que para los asientos de los lugares son
necesarias, y escogido el sitio más provechoso y en que incurran
más de las cosas que para el pueblo son menester, habréis de
repartir los solares del lugar para hacer las casas, y estos han de
ser repartidos según las calidades de las personas y sean de
comienzo dados por orden, por manera que hechos los solares, el
pueblo parezca ordenado, así en el lugar que se dejare para plaza,
como el lugar en que hubiere la iglesia, como en el orden que
tuvieren las calles” (2009: 37).
Ilustración 5.

38 En el mundo griego de la antigüedad se designaba “idiota” al individuo que


no participaba en el mundo público, es decir, en la política, no al limitado de
sus capacidades intelectuales.
39 Para ver a detalle esta propuesta consultar el libro de Herrera O. 2008. El

noreste cartográfico. México. Fondo Editorial del Estado de Nuevo León., pág.
348

171
Tal parece que este criterio de “según la calidad de las
personas”, como si esta fuera algo ajeno a lo social e inherente a
ellas, ha permeado todas nuestras instituciones. Un criterio que a
mi parecer está, como comúnmente se dice, “al revés volteado”.
Son las instituciones las que se supone deben de formar a estas
personas de calidad y no esperar que lleguen. Aquí la pregunta
sería: ¿de dónde carajos podrían llegar?, ¿de los cinturones de
miseria?, ¿de la gente bonita ya existente de por sí?
Es aquí en donde recurro a ver a esa otra arquitectura
invisible, la arquitectura sin calles, sin orden, como la de la Loma
Larga, como la de la Risca o la Coyotera o como la de tanto
asentamiento irregular producto no de los arquitectos académicos

172
sino por los arquitectos descalzos. ¿Qué nos puede decir? O para
mejor compromiso, ¿qué leo?
3.- El mundo sin calles.
“Al borde del precipicio,
ante la muerte entrópica del planeta,
brota la pregunta
sobre el sentido del sentido,
más allá de toda hermenéutica”
Enrique Leff

Como disco rayado insisto en la escena de la película “El


graduado”, en la que un adulto se le acerca al recién graduado y le
susurra al oído, como algo único y novedoso la palabra:
“plastics”. Así, al ver este mundo caótico, sin calles, sin orden, yo
les susurraría la palabra “libertad”.
Cada espacio delimitado, tiene una función (cualquier
función), y es a través de ella que se vuelve útil. Una clasificación,
categorización o cuadriculado aclara y despeja cualquier intento
de confusión y delimita de esa manera un territorio, nace así un
espacio delimitado y delimitante, como cualquier academia.
Si quisiéramos dibujar la colonia Chepe Vera, por
ejemplo, sólo tardaríamos el tiempo suficiente para memorizar
sus límites pues su interior es una clara cuadrícula. Si quisiéramos
dibujar la Risca, o la colonia sobre la Independencia ahí sería otra
cosa. El espacio se torna difuso, confuso, difícil de ordenar y por
lo mismo de controlar. Sus habitantes son los únicos que pueden
decir que conocen la zona y por lo mismo, la dominan. Ese
espacio reside en sus habitantes y no al revés como en el damero,
que radica en quien ostenta el poder. No sé si exista
levantamiento a detalle de esas zonas marginadas de Monterrey
como para poder asignarles un impuesto predial. Sospecho que al
igual que para las academias de arquitectura, para los diversos
departamentos gubernamentales, estas zonas no existen.

173
Por ello, crear compartimentos y de preferencia estancos
sería lo mejor. Una academia para formar individuos capaces de
crear una Risca sería tarea más difícil que una para formar
chepeveras. Dos más dos, desde Sinuhé el egipcio40 siempre ha
dado por resultado cuatro no así en el surrealismo en donde
puede dar un urinario.
Y si de lugares surrealistas se trata, en pocos lugares como
en la Risca o las zonas marginadas y olvidadas por la mirada
académica se ejecuta el diseño del entorno en forma tan
impredecible pero a la vez tan real y al pie de la letra según la
teoría de Alexander. Ahí, las escaleras miden lo que tengan que
medir y no responden ni les interesa responder a la famosa
fórmula 2h+G= 64, ellas suben por donde pueden y quieren
subir pero siempre siguiendo el camino del menos esfuerzo, pues
nacieron de él (ver ilustración 6). En ese tipo de lugares la
arquitectura crece como puede pero eso sí, sin endeudamientos
bancarios ni afiliaciones, cada quien delimitando el tamaño de su
espacio según el tamaño del otro, siguiendo aquel consejo
exegético de Juárez:”el respeto al derecho ajeno es la paz”, por
cierto muy al estilo de las academias griegas o de la filosofía
dialógica.
Ilustración 6.

40Novela histórica de Mika Waltari publicada por primera vez en finés en


1945.

174
Nosotros, los que vivimos dentro de fraccionamientos
claros, ordenados, vivimos en una sociedad disciplinaria, como la
clasifica García Canal citando a Foucault, una en la que:
“mediante el uso de técnicas clasificatorias, construye cuadros,
diagramas de distribución de los sujetos” (2002) y el orden y la
disciplina se van incrustando en nuestros cuerpos, todo en aras
de controlar, de manipular, de predecir y dirigir, no se diga en los
fraccionamientos en donde la planeación y el diseño llegó hasta
sus más mínimos detalles como en la casa positivista de Jacques
Tati (en Ábalos, 2000: 61), o en el fraccionamiento en Villa de
García Nuevo León, con casas de tres metros de frente y cinco de
fondo una pegada a la otra (ver ilustración 7,8 y 9) 41. ¿Será este el
precio que hay que pagar para entrar al universo
institucionalizado llamado sociedad?, ¿no sería mejor preguntar
por el tipo de sociedad, para saber si uno desea entrar?

41 Es sintomático de lo expuesto hasta aquí que en ninguna academia de


arquitectura se hizo algún estudio, comentario crítico o al menos mención al
respecto.

175
Ilustración 7.

Ilustración 8.

Ilustración 9.

176
Claro que para una sociedad como esta, no hay nada más
horroroso que lo incierto, lo inseguro e impredecible como
pueden ser el imperante en el tipo de zonas grises42, tanto por su
indefinición catastral como por el color de su arquitectura, gris,
debido al color del material más empleado para su construcción
como lo es el block de concreto. Zonas que en sí mismas
constituyen su academia, el lugar de formación de futuros
constructores al margen del movimiento oficial pero más apegado
a la realidad. Ahí domina el estilo en contraposición del tipo,
quimera esta inventada por el diseño funcionalista y que como
escribió Ábalos: “Este no es otro que el hombre tipo

42 El color gris dentro de la esfera cromática ocupa el centro, que por su


ubicación precisamente se puede comparar a la indefinición. No es ni rojo, ni
amarillo ni azul, tampoco es blanco ni negro, pero visto de otro modo, al no
ser nada lo es todo.

177
lecorbusierano, la familia tipo estadística, ese constructo mental
que permitió a los arquitectos ortodoxos objetivar su
comportamiento social y cuantificarlo en aquella experiencia casi
delirante que fue el Existenzminimun43” (2000: 72).
Como expresa García Canal: “La arquitectura a partir del
siglo XIX no está simplemente para ser vista o admirada, como
los palacios de los grandes señores,… […] está pensada para
observar mejor a los individuos que se encuentran dentro” (2002:
75). “Control”, esa sería la palabra a susurrar al oído en este caso,
control.
A diferencia de aquellas líneas transformadas en calles en
la propuesta del tercer arzobispo de Monterrey y que representó
para esta ciudad un patrón cartesiano inamovible en su posterior
desarrollo, es que debiéramos buscar una mejor opción en la
ausencia o indefinición de ellas, como en las zonas marginadas,
ausencia que debiéramos propiciar en la academia en aras de
recuperar la esencia, creo yo. Menos límites, más indefinición,
mayor libertad, más apertura, menos rigidez, más esdtilo, menos
tipo.
No sé pero por algo Saint-Exupéry logró complacer al
principito en su intento de dibujar un borreguito, precisamente
cuando no dibujó borreguito alguno y encerrando toda la
imaginación dentro de aquella caja con agujeros, le dio no uno
sino todos los borreguitos posibles.

En Monterrey Nuevo León, Mayo del 2011

Bibliografía.
- Ábalos, I. 2000. La buena vida. España. Editorial Gustavo Gili, S.
A.

43Rodríguez comenta que este concepto nace en la Bauhaus por necesidades


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informal education, www.infed.org.

Ilustraciones.
Ilustración 1y 2- Fotografías del autor.
Ilustración 3- Tomada de Acuña E. et alt. 1984. Arquitectura
Bioclimática. México. Tesis profesional Universidad Autónoma de
Baja California, Facultad de Arquitectura.

179
Ilustración 4- Tomada de: Chavez. J. et alt. 1978. Proyecto
experimental sobre vivienda de interés social aplicando un lenguaje de
patrones y un sistema de autoconstrucción. México. Tesis profesional
Universidad Autónoma de Baja California, Facultad de
Arquitectura.
Ilustración 5- Tomada de: Herrera, O. 2008. El Noreste
Cartográfico. Configuración histórica de una región. México. Fondo
Editorial de Nuevo León.
Ilustración 6- Fotografía tomada por el Dr. Alejandro García
García.
Ilustración 7 y 8- Fotografías del autor.
Ilustración 9- Imagen tomada del periódico Milenio del 15 de
abril del 2009.

180
SECCIÓN DE URBANISMO
Sección a cargo de
Alejandro García García y Jesús Manuel Fitch Osuna

181
El Mercado Residencial en el proceso de
metropolización
Jesús Manuel Fitch Osuna44, Karina Soto Canales45;

Definición teórica del mercado inmobiliario


Un enfoque social de la vivienda lo manifiesta Salgado
46
(2002) . En sus palabras: “la vivienda es como un hecho humano
concebido y realizado como el producto de un sistema cultural,
pero al mismo tiempo, es el medio ambiente y privado de un
individuo o de una familia”. Señala que el ser humano tiende ha
jerarquizar los factores que derivan el estudio de la vivienda, así
mismo hace hincapié respecto al problema de la vivienda donde
no puede ser considerado únicamente desde una visión
cuantitativa y cualitativa, sino la síntesis de ambos factores.
Desde el punto de vista del diseño arquitectónico, Dulce
María Barrios (2002) señala a la vivienda como el espacio más
íntimo del ser humano donde se lleva acabo su desarrollo físico,
intelectual, social y moral; durante todas las etapas de su vida, es
lugar donde se aprende a amar, a caminar, a comer, a dar y a
recibir, a vivir en sociedad y consigo mismo por lo tanto merece
la atención más profunda para encontrar e integrar todas la

44 Profesor e Investigador F. de Arquitectura. Universidad Autónoma de


Nuevo León (UANL) jesusfitch@hotmail.com
45 Doctoranda de la Facultad de Arquitectura de la UANL, Profesora de la

Universidad de Monterrey. karinasoca@gmail.com


46 SALGADO GOMEZ, Antonio (2002): “La vivienda: En busaca del sentido

perdido”. En Hábitat y vivienda en América, Editado por NARVÁEZ, Adolfo.


Publicado por La Universidad Autónoma de Nuevo León (México) y La
Universidad de Camaguey (Cuba). pág. 22.

182
cualidades que hagan de cada espacio que la constituye un recinto
adecuado para la potencialización de los atributos humanos.47
Las personas adquieren bienes en un mercado, por que
estos tienen una serie de atributos que les permiten ser útiles:
satisfacer alguna necesidad. De acuerdo a la escuela de la
economía clásica, diríamos que tienen un valor de uso.
Algunos bienes como es el caso de la vivienda cumplen al
momento de poseerlos una serie de utilidades sociales,
económicas y ambientales; a partir de las cuales se puede realizar
parcialmente una lectura del territorio mediante la disposición a
pagar por el bien, contemplando una serie de limitantes que se
presentan en cualquier adquisición de bienes: nivel de ingresos.
A diferencia de la mayoría de los bienes económicos, las
viviendas se caracterizan por ser bienes heterogéneos que poseen
una diversidad de atributos físicos, funcionales, de localización y
de durabilidad, a la vez que proveen una gama de servicios, como
confort, seguridad, proximidad al empleo y medios de transporte,
etc., que las hacen prácticamente únicas e irrepetibles. Sin
embargo, como lo que se tranza en el mercado es el bien
compuesto, esto es, la vivienda incluida la “canasta” de atributos
que la componen, no es posible observar los precios, o
valoraciones marginales, objetivas de cada uno de ellos. Debido a
esta particularidad, es interesante conocer cuál es el precio
implícito (precio hedónico) de cada uno de los atributos que
conforman la vivienda. En ello es importante señalar como la
demanda se modifica con el tiempo, por ciertos escenarios
sociales, económicos y políticos.

47BARRIOS; Dulce María (2002): ¿Pero, qué es una casa?. En Hábitat y vivienda
en América, Editado por NARVÁEZ, Adolfo. Publicado por La Universidad
Autónoma de Nuevo León (México) y La Universidad de Camaguey (Cuba).

183
La teoría económica espacial establece que son cuatro
los mercados urbanos que la conforman: suelo y vivienda,
trabajo, transporte y servicios públicos. (Hirsch,1977)
Las reglas dispuestas por los organismo de Planificación
Urbana y Desarrollo Urbano permiten que los actores privados
(desarrolladores, inversionistas) reconfiguren el espacio urbano
en formas de mayor retribución y valor para el mercado. Estas
nuevas formas urbanas se caracterizan por la inserción de
proyectos como: shopping malls, urban entertainment center,
escuelas privadas y complejos residenciales cerrados.
Los hogares, en aras de maximizar su función de utilidad,
eligen la localización residencial donde el nivel de cada atributo es
tal que su disposición marginal a pagar para cada uno se equipara
a su precio implícito (Rosen, 1974) Así mismo, la localización de
los productos inmobiliarios de vivienda ofrecen diversas
oportunidades, redes sociales y experiencias.
La más alta propiedad de un bien inmueble es la
localización, los productos ofrecidos podrán contar con mejor
servicio o mejor precio. Sin embargo, algunos autores
fundamentan que no es la localización lo que determina la
selección final de localización de vivienda sino aspectos
relacionados a la imagen, estilo arquitectónico o materiales de
construcción, incluso la dimensión de la vivienda.
El precio de mercado se puede obtener a partir del
análisis del bien a partir de cierta metodología, la de precios
hedónicos mph asume que el precio de mercado de los activos
inmobiliarios internaliza los precios implícitos de las
externalidades ambientales. Por lo que las localizaciones mejor
provistas de servicios ambientales, manteniendo igual la
accesibilidad a ciertos servicios o equipamientos, tiene un mayor
precio, en tanto proveen de una utilidad mayor a sus usuarios. El
valor del suelo no es más que la suma en una proporción
estimable, el precio del bien de mercado que se observa. Así, el

184
precio de una vivienda puede determinarse por la agregación de
los precios implícitos de sus características físicas – constructivas,
así como la integración del valor marginal de los atributos
locacionales como la accesibilidad (infraestructura, equipamiento,
servicios, entre otros), las características socioeconómicas y la
calidad del medio ambiente (natural o antropeizado). Esto se
obtiene a partir de procedimientos econométricos se calcula el
peso de las variables que determinan el precio final de la vivienda
( por ejemplo, superficie del lote y de la construcción, tipología,
número de habitaciones, de baños, antigüedad, distancia al centro
de la ciudad, nivel de polución atmosférica o atractivo del paisaje)
y, bajo determinados supuestos, se estiman los precios de dichas
características. (Marmolejo, 2008; Fitch, 2008)
La demanda de la vivienda se encuentra relacionada con la
calidad de su medio ambiente. Características físicas como la
topografía, paisaje, nivel de contaminación, clima; y características
de la gente del barrio.
Harris, Tolley y Harrel desarrollan un modelo, basado en
la teoría de la demanda del consumidor, considerando el atractivo
como los costes de transporte como factores determinantes de la
elección de residencia. El resultado fue que los valores positivos
más altos del atractivo se dan en las áreas residenciales más
elegantes, y los valores negativos más altos se dan en los barrios
más depauperados.48

Entorno teórico de la localización residencial


Teóricamente, en una economía de libre mercado, la
demanda y la oferta se reflejan en los precios. Pero si
introducimos la variable espacial necesitamos, también, tener en
cuenta el costo del desplazamiento tanto del producto como de

48 HARRIS, R. N. S.; TOLLEY, G. S. y HARREL, C. (1968): “The Residence


Site Choice”, The Review of Economics and Statics. págs. 241-247.

185
los consumidores, que se mide tanto en dinero como en tiempo
empleado en el traslado. Mediante ello la economía espacial
pretende analizar los fenómenos de la vida económica en las
ciudades.
Derycke (1983)49 en ello ha diferenciado dos grupos:
factores de microlocalización y macrolocalización urbana. La
microlocalización se basa en la teoría del consumidor y de la
empresa situándolas en un contexto espacial. Se caracteriza por
afectar directamente y encontrase en un entorno próximo al bien
urbano
Por otra parte la macroeconomía urbana estudia las
variables agregadas, tales como gastos de consumo e inversión,
exportaciones e importaciones, ingresos y gastos públicos y la
producción, renta, trabajo, entre otros considerándose
indicadores del funcionamiento de la economía urbana50. En
síntesis los precios inmobiliarios reflejan la localización
residencial, la cual se puede agrupar en tres factores: el acceso al
centro de la ciudad y al lugar del trabajo; el medio físico (calidad
ambiental) y el medio social (clase social, amigos, instituciones).
El estudio de la ciudad, desde una perspectiva de la
organización de las actividades, se considera a partir de la
ecología factorial, con la escuela de sociología y geografía de
Chicago durante los años veinte del siglo XX, donde realizaron
una serie de trabajos inspirados en los modelos biológicos de
Darwin. Park, Burgess y McKenzie (1925) visualizaron la ciudad
como un “organismo social”. Cuyo balance biótico se traducía en
el equilibrio de las ciudades. En esta línea han proseguido los
estudios de Burgess (1925), Hoyt (1939) y Harris y Ullman

49 DERYCKE, P. H. (1983): “Economía y planificación urbana”. Instituto de


estudios de administración local. Madrid.
50 HIRSCH, W. Z. (1977): “Análisis de economía urbana”. Instituto de Estudios

de Administración Local. Madrid. págs. 25-26.

186
(1945), sobre usos del suelo de la ciudad para definir el modelo
clásico de las zonas concéntricas.
Posteriormente se desarrolla la teoría del “análisis de áreas
sociales” desarrollada por Shevky y Bell (1955). En el caso de los
modelos teóricos de la estructura interna de las ciudades
latinoamericanas se tienen los siguientes estudios. Griffin y Ford
(1980) presentan un modelo, el cual es criticado por Crowley
(1995; 1998) quien a su vez propone un modelo, siendo la
síntesis de los diferentes usos del suelo de la ciudad. Otros
trabajos como los de Arreola y Curtis (1993), García (1995),
Garza (1999), Howell (1989), Germain y Polèse (1995),
Rubalcava y Schteingart (2000; 2000a), Buzai (2003), Borsdorf
(2003) han abordado de diferentes maneras la estructura socio-
espacial de la ciudad.
En el caso de México, hay estudios referentes,
principalmente de las grandes ciudades y su zona metropolitana
como México, Guadalajara, Monterrey (Garrocho, 1996; Garza,
1999; Salomón, 2005). La nueva dinámica de crecimiento urbano
en México a partir de 1990 se ha caracterizado por la disminución
en las metrópolis y aumento en su área de influencia. En el caso
de las ciudades medias emergen como centros urbanos de mayor
crecimiento demográfico (Graizbord, 1992). Esto propicia la
transición del modelos monocéntrico a un modelo policéntrico
(Méndez, 1996; Fuentes, 2001).
La Teoría de la Localización Residencial Urbana (Alonso,
1967; Goodall, 1987; Carter, 1995) se fundamenta en mercados
competitivos perfectos del trabajo y el mercado inmobiliario, lo
cual llevan a predicciones que no siempre son constantes con la
evidencia empírica. Sin embargo, esta teoría presenta la anomalía
de predecir que los salarios dependen de la localización del lugar
del empleo, pero no así de la localización de la vivienda.
A partir de la localización residencial se genera una serie
de consecuencias como la movilidad, accesibilidad a

187
equipamiento, localización de actividades y empleo, entre otros.
La ubicación de proyectos habitacionales en las metrópolis
dispersas a través de su infraestructura vial se promueve que se
alarguen las distancias cotidianas, (Ascher, 2004; Handy citado
por Suárez Lastra, 2007) Otros autores como Levison y Kumar
(1994) difieren al respecto sobre las rutinas de desplazamiento en
estructuras urbanas policéntricas o dispersas ya que argumentan
que en dicha disposición urbana se puede reducir el tiempo de
traslado y la distancia debido a que la descentralización de los
empleos mejora la accesibilidad para la población que reside lejos
del centro principal.
Otros aspectos que se consideran al investigar la
localización residencial refiere a los factores que intervienen en el
proceso de selección. Así de acuerdo a la hipótesis de desajuste
espacial (Kain, 1968; Mills, 1972; Cervero, 1996; Duhau, 2003;
Fuentes, 2008), se argumenta que no necesariamente se localiza la
vivienda cerca de la fuente de empleo de las personas, ya que
muchos otros factores afectan las decisiones de localización de las
viviendas, y es que el aspecto sobre el valor de la tierra determina
la ubicación de los diversos sectores relacionando directamente
percepción económica del individuo o familia, la raza, el nivel de
educación y la calidad de la vivienda.
A pesar de que las teorías de la localización residencial se
basan en argumentos sobre el comportamiento entre los
mercados competitivos perfectos del trabajo y el mercado
inmobiliario éstos no son siempre constantes con la evidencia
empírica. Algunos autores (Muth, 1969 y Zax, 1991) establecen
que si bien, las teorías predicen que de acuerdo al sitio de trabajo
es el nivel de percepciones salarial, pero no así de la localización
de la vivienda, por lo que pudiera asumirse que todos los
trabajadores en un determinado sitio de trabajo comparten la
misma localización de vivienda.

188
Otra teoría que se relaciona directamente con la de
localización residencial es la Teoría de la Búsqueda, en ella se
establece que en la obtención del empleo, los más cualificados
tienen áreas más amplias de búsqueda desde el lugar de
residencia, a la vez que los canales de reclutamiento de
trabajadores empleados por las empresas son distintos según el
tipo de ocupación del trabajador. Algunos autores como Lee y
McDonald (2003) inciden en que a mayores rentas existe una
mayor predisposición a la movilidad. Kain (1968), en su hipótesis
de desajuste espacial expone que a pesar de que hubiera un
balance entre empleos y viviendas los tiempos de traslado y las
distancias recorridas podrían no reducirse, esto motivado en si
por la creación de zonas de equipamiento, recreo, compras, entre
otros.
Uno de los factores que estimula la suburbanización
durante la época de la posguerra en los E.U. fue el
establecimiento de “ghettos” en las grades ciudades del norte. La
migración de negros a estas ciudades genero un efecto de
descentralización de gente blanca pudiente hacia los suburbios51.
La serie de crisis urbanas durante la década de los sesenta y al
principio de los años setenta fue causada por los problemas
relacionados con el cambio de carácter económico y social de las
ciudades centrales. Esto se puede ver reflejado en los resultados
de las encuestas nacionales llevadas a cabo por la organización
Gallup, donde la preferencia de residencia es en áreas rurales (Fig.
1).

51Ver: Peter O. Muller: “The Outer City: Geografhical Consequences of the


Urbanization of the Suburbs”, Resource Paper No. 75-2, A

189
Figura 1. Lugar preferido de residencia de acuerdo
con una encuesta nacional en 1972.

Área rural

Pueblo o villa

Suburbio

Ciudad

0 10 20 30 40
Porcentaje
Fuente: Environment Quality, council and Environmental
quality, Washington, D. C., Septiembre de 1976, pág. 276.
Las características concretas de una casa dependen del
clima, del terreno, de los materiales disponibles, de las técnicas
constructivas y de numerosos factores simbólicos como la clase
social o los recursos económicos de sus propietarios.
Las inmobiliarias, con el objetivo de atraer a sus clientes,
presentan en su publicidad las características más relevantes que
demandan los consumidores de vivienda. En síntesis frases como:
“En un entorno privilegiado, entre el mar y la montaña, se encuentra... a
pocos kilómetros de la costa... Esta población nos ofrece un entorno
agradable, para los que gustan de la naturaleza y la tranquilidad, pero con
la ventaja de la proximidad y la buena comunicación con el centro”. Ello
conlleva a resumir la demanda residencial en tres factores: social,
ambiental y de accesibilidad. Mediante lo cual, se puede
interpretar en términos generales, que los recursos naturales son
económicamente valorados. No obstante el factor accesibilidad es

190
una externalidad heredada por los primeros habitantes del sitio y
a partir de las vías principales se va estructurando los espacio con
relación a sus cualidades sociales y ambientales. Esto nos permite
aproximarnos a una lectura de la materialización del territorio,
donde los factores anteriormente citado hacen una diferencia el
producto inmobiliario.
Nijkamp (1986)52 señala la atención del análisis de los
micro-comportamientos. Expone que cada vez es más evidente la
explicación real de los procesos espaciales y de la dinámica
espacial mediante el análisis de las motivaciones individuales.
En relación con la variable de consumo de vivienda el
53
BBVA , señala que el consumo de metros cuadrados de vivienda
habitual por habitante en España sigue siendo uno de los más
bajos de Europa PIB
Gráfico.1. (Gráfico 1).
per capita y consumo de
vivienda
Europa = 100

52 NIJKAMP, Peter (1986): “25 años de ciencia regional: visión retrospectiva y


perspectivas
Fuente:deBBVA
futuro”. Estudios Territoriales. 20. Ministerio de Obras Públicas y
Urbanismo. Instituto del Territorio y Urbanismo. España. Págs. 15-29.
53 BBVA (2003): Situación inmobiliaria. Servicio de estudios. Octubre 2003.

191
El proceso de metropolización
Las ciudades en su desarrollo modifican sus límites en el
constante proceso de metropolización, el fenómeno en sí se
caracteriza por romper fronteras físicas-político-administrativos
ante la inevitable fuerza de expansión, conurbación y crecimiento
urbano (poblacional, económico, entre otros) (Safa, 1995; Kunz,
2003; Liernur, 2003; Sobrino, 2003; Negrete, 2005). Sin embargo,
otros autores previamente establecían que cuando la ciudad
alcanzara un determinado y deseado tamaño, se debería de
estabilizar su crecimiento y el excedente se ubicaría en otra ciudad
cercana a la primera, con lo que se formaría un sistema de
ciudades (Hall, 1977 citado en Mogollón, 2004). Tal supuesto,
quedó rebasado, ya que las metrópolis que son la suma de varias
ciudades no frenan su desarrollo territorial, poblacional,
económico y por ende, urbano.
El proceso de metropolización también se vincula
directamente con el aspecto de la edad o ciclo de vida de los
habitantes de la ciudad.
El fenómeno de crecimiento y evolución de una ciudad se
relaciona también con sus características en cuanto a su estructura
urbana, algunas de las metrópolis se caracterizan por presentar un
solo núcleo o centro, lo que se denomina estructura
monocéntrica y otras por el contrario cuentan con una serie de
núcleos por lo que se les conoce como policéntricas, también
existen otras que no presentan ningún centro (núcleo de negocios
o empleo) sino que presentan estructuras lineales (corredores).
(Suárea-Lastra, 2007). Hay autores que aseguran que los modelos
monocéntricos han quedado atrás, y que no explican la estructura
de las grandes ciudades, ya que debido a su configuración no

192
permite ante el crecimiento una estructura funcional. La
diferenciación entre las estructuras de las metrópolis propician a
su vez la concentración de actividades y por ende la utilización de
ciertos modos de transporte. Algunos autores (Gutiérrez y
García, 2005 ) sustentan que las ciudades de tipo monocéntrico
tienden a ser dependientes del uso del automóvil para ejecutar los
movimientos entre centro y periferia, por el contrario las
estructuras polinucleares o estructuras monocéntricas donde las
densidades de las viviendas son altas se fomenta el desarrollo y
utilización del transporte público.
Según sea la etapa en el proceso de Metropolización, la
vivienda (sobre todo la nueva) tiende a localizarse en diversos
sitios. Sin embargo, al analizar cualquier metrópoli es importante
considerar la etapa del proceso de metropolización en la que se
encuentra. La primera de ellas, urbanización, sostiene que la
ciudad central crece porcentualmente superando los niveles que
se presentan en las zonas periféricas. La segunda etapa de
suburbanización se presenta cuando el crecimiento de la periferia
es mayor que el del resto de la unidad metropolitana. Se dice que
una metrópoli se encuentra en un proceso de desurbanización
cuando en la ciudad central casi queda sin población. Y la última
etapa del proceso de metropolización se le conoce como
reurbanización, sucede cuando se redensifica la ciudad central,
conteniendo así las fuerzas expansivas de crecimiento. (Sobrino,
2006; Sousa, 2008). Eduardo Sousa (2008) expone que existe una
quinta etapa dentro del desarrollo urbano de una zona
metropolitana a la que denomina superurbanización, la cual
consiste en cuando una vez que ya han sucedido las cuatro etapas
originales del proceso de metropolización comienza una adhesión
de más ciudades o áreas metropolitanas, incluso de diferentes
entidades.
En cada una de las etapas antes referidas existen fuerzas
que influyen en la concentración (fuerzas centrípetas) o expulsión

193
(fuerzas centrífugas) de la población dentro de los límites
urbanizados, sin embargo algunas de estas fuerzas las centrífugas,
aquellas que rechazan a sus habitantes de la zona central hacia la
periferia (Colby, 1945; Sousa, 2008) son las que permiten que la
morfología urbana de las metrópolis continúe en un casi
incesante motor de crecimiento expansivo, Geyer y Kontuly,
denominan a dicho fenómeno como modelo de urbanización
diferenciada (Graizboard y Acuña, 2006) sobre todo dicho
fenómeno se presentan en ciudades latinoamericanas,
posiblemente vinculadas a otros factores como la planeación
urbana, gestión urbana y reglamentación del suelo. Desde un
punto de vista económico Hoover denomina a dichas fuerzas
como de aglomeración y de dispersión respectivamente, donde
son éstas últimas son las que determinan los límites de
crecimiento en la dimensión morfológica de las ciudades o
metrópolis. (Duranton y Puga, 1999).
De acuerdo a Sobrino (2006), existe otra manera de
concebir el proceso de metropolización y esto se vincula con el
patrón de usos del suelo donde generalmente aparecen cuatro
elementos en una organización centro-periferia: i) distrito central
y de negocios; ii) zona de transición; iii) área suburbana, y iv)
franja rural-urbana.
La dimensión territorial de las zonas urbanas con carácter
expansivo provocan una cantidad significativa de tierras
habilitadas con infraestructura permitiendo que ciertos habitantes
residan a grandes distancias de la zona central metropolitana
motivando una movilidad sin precedentes (Lazcano, 2005). Sin
embargo, originalmente se consideraba que solo aquellos que
percibían menores ingresos estaban destinados a vivir en las
regiones más apartadas de las metrópolis, destinando gran parte
de su tiempo en los traslados cotidianos cuando en la actualidad
sectores sociales de altos ingresos bajo ciertas características que
se presentan desde los productos de mercado también residen en

194
la periferia, con una diferencia notoria, establecen su residencia
en fraccionamientos exclusivos equipados de servicios, tanto
comerciales como educativos, recreativos, de salud, etc. (Corvi
citado por Gutierrez, 2000).
Sin lugar a dudas el automóvil particular es el elemento
estructurante de la expansión de la centralidad de las grandes
metrópolis, y en los problemas asociados a la congestión del
tránsito (de circulación, ambientales, económicos, etc) y a la
movilidad diferencial de quienes acceden al automóvil.(Gutiérrez,
2000)

La derivación social del crecimiento urbano: segregación


El concepto en sí, tiene diversas aplicaciones, como
segregación social, segregación territorial, segregación residencial,
entre otros. La segregación en sí, se define como una
desconexión cotidiana entre los grupos. Es así, que para la
situación relativa de la segregación residencial se explica como la
tendencia de la producción de desarrollos habitacionales cerrados,
vigilados, divididos e inaccesibles. (Janoschka, 2002; Lindón,
2006; Sabatini,2003). Éste proceso de segregación residencial se
origina una vez que la clase media y media-alta se inserta en zonas
habitualmente populares provocando en distintos niveles (social,
económico, cultural, territorial, entre otros) desigualdades a escala
reducida. El fenómeno en sí, puede ser estudiado o abordado
como procesos fragmentación urbana, de desintegración social y
aislamiento.
Existen de igual manera formas de segregación en cuanto
a la localización de los puestos de trabajo, de movilidad y los
espacios públicos. De hecho, en los desarrollos habitacionales
cerrados (fraccionamientos) está restringida la utilización de los
parques y las plazas a los residentes de dichos conjuntos de
vivienda.

195
Diversos autores (Gónzalez, 2000; Janoschka, 2002,
Rodríguez, 2008) establecen que el concepto de segregación
residencial en sí, se encuentra limitado y débil, pues argumentan
que tal segregación sólo reconoce aspectos diferenciales a nivel de
localización, y que para su análisis o definición habría que utilizar
otros conceptos como: segregación socioespacial54, atmósferas de
club, segregación residencial socioeconómica55, “artered city”56 o
ciudad cuarteada, ciudad insular, urbanismo de afinidad57, entre
otros.
De acuerdo a Di Paula (2004), la segregación espacial o
residencial es la aglomeración geográfica de familias de una
misma condición o categoría social, como sea que se defina esta
última, social, racial o de otra forma. En términos más complejos,
de acuerdo al autor, podemos diferenciar tres dimensiones
principales de segregación: la tendencia de un grupo a

54 Se define el concepto como la clara distinción social que se manifiesta en el


espacio donde se agruparán comunidades o grupos sociales de similares
factores socioeconómicos y culturales en un espacio determinado y se
separarán de aquellas comunidades o grupos sociales que no presente las
mismas características.
55 La segregación residencial socioeconómica se define como la distribución

desigual de los grupos socioeconómicos en el territorio metropolitano.


Considerando, sólo los patrones de aglomeración y distancia geográfica de
estos grupos, y no los de interacción social real, (Rodríguez, 2001). Estos
niveles aumentan si se eleva la homogeneidad socioeconómica de los espacios
submetropolitanos.
56 El término lo introduce Peter Marcuse (1997) (Arizaga, 1999) analiza los

nuevos patrones de la morfología urbana; para ello emplea el concepto de


"artered city", refiere al arreglo espacial que des-cuartiza la ciudad a partir d
diferentes dimensiones como la étnica, el género, los ciclos vitales y los niveles
socioeconómicos. Ésta situación origina un acuartelamiento espacial que
responde a la relación entre miedo y alteridad.
57 Jaques Donzelot lo define como el proceso por el cual se tiende a elegir

vecindad de acuerdo con parámetros de homogeneidad social, a diferencia de


lo que proponen las grandes urbes con su multiplicidad de diferencias

196
concentrarse, la conformación de áreas socialmente homogéneas
y la percepción subjetiva que tiene la gente de las dimensiones
objetivas (las dos anteriores) de la segregación.
En términos sociológicos, según Di Paula (2004), es la
ausencia de interacción entre diferentes grupos sociales y en
términos geográficos, son las diferencias en la distribución de los
grupos sociales en el espacio físico.
La “segregación social y urbana puede entenderse a los
espacios donde se separa y excluye de acuerdo a la condición
social, económica, étnica o religiosa, el espacio físico determina el
espacio social o también los ingresos determinan la ubicación
residencial de los grupos sociales” (Roitman, 2007, p.2)
En cuanto a las definiciones anteriores, para Rodríguez y
Arriagada (2004), la segregación residencial remite a formas
desiguales de distribución de grupos de población en el territorio
que se manifiestan de diferentes maneras: la proximidad física
entre los espacios residenciales de diferentes grupos sociales, la
homogeneidad social de las distintas subdivisiones territoriales en
que se puede estructurar una ciudad y la concentración de grupos
sociales en zonas específicas de una ciudad.
Por lo tanto, derivado de las definiciones anteriores,
podemos concluir que la segregación residencial socioeconómica
es la ausencia o escasez relativa de mezcla socioeconómica en las
unidades territoriales de la ciudad, es decir, la separación de
células de idénticas o con similares características, con la
necesidad o ganas de separarse, creando una distinción en
relación de los grupos restantes.
De acuerdo a Brain y Sabatini (2007), una de las tantas
motivaciones, es la relativa a la causa social, es decir, las personas
buscan una mejor calidad de vida. Debido a esta posibilidad,
seleccionan su localización en la ciudad, acceso a bienes públicos
o colectivos (los cuales no se pueden acceder en forma
individual) agrupandose en el espacio. Por lo que se provoca una

197
segregación, la cual les permite mejorar las posibilidades, en su
caso, a las familias de acceder a un paisaje, medio ambiente y la
seguridad urbana.
En términos más específicos, la segregación residencial
tiene tres dimensiones principales: la tendencia de los grupos
sociales a concentrarse en algunas áreas de la ciudad: la
conformación de áreas o barrios socialmente homogéneos; y la
percepción subjetiva que los residentes tienen de la segregación
"objetiva".
En relación a los impactos sociales “los problemas de
desintegración social que estan escalando hoy, representan
formas de empobrecimiento o de degradación social vinculadas a
las desventajas que con lleva el aislamiento físico” (Brain &
Sabatini, 2007, p.4).
Para el caso de la segregación algunas veces a partir de
dicha segregación se puede reducir, de acuerdo a que: “en una
estudio sobre la formación histórica de los “barrios altos” de
Valparaíso, Santiago y Concepción se encontró que aún los
barrios que nacen como más elegantes pronto registran
subdivisiones de sus lotes originales para ser vendidos a familias,
más modestas…” (Brain & Sabatini, 2007, p.12)
A partir de un estudio realizado por Francisco Sabatini,
comentan Brain y Sabatini (2007), se desarrolla la tesis de que la
localización de conjuntos residenciales para ingresos medios y
altos en zonas de menos categoría social permite capitalizar
importantes rentas de la tierra, por lo que el tamaño relativamente
grande de los proyectos permite generar la segragación residencial
en una proporción más reducida, por tanto, la homegeneidad
social de estos nuevos desarrollo es alta, pero menor la distancia
física a las zonas de residencia de grupos de escasos recursos.

Algunas reflexiones

198
La literatura documenta la dinámica de la vivienda en el
territorio, donde se puede definir la tendencia territorial a partir
de las amenidades ambientales, y a partir de ello una subasta del
lugar. Al igual que una segregación urbana por condición
económica, caracterizando los sectores de la ciudad por diversos
estratos socioeconómicos resultado de un proceso histórico. El
desarrollo de las vías férreas y de las carreteras, determinó una
dinámica económica caracterizada por la instalación de industrias
en ciertos sectores de la ciudad, opuestos a las zonas con una alta
calidad ambiental y paisajística. Donde los elementos físicos del
territorio van definiendo la jerarquía social en el espacio urbano y
la defición de espacio fragmentarios y segregativos.
La segregación residencial es un fenómeno que afecta a
las ciudades desde el momento de su conformación, sin embargo
en la actualidad debido a los cambios en la acumulación global
del capital que están reestructurando las políticas económicas de
diversos países, repercute de manera evidente en la expansión de
las ciudades.

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203
Principios de la gestión de la demanda de agua doméstica
urbana, en Hermosillo, Sonora

Adolfo Benito NARVÁEZ TIJERINA58, Arturo OJEDA DE


LA CRUZ 59

1. Introducción

En México la gestión del agua potable ha pasado por


varias etapas, su tránsito ha sido primero centralista desde el
gobierno federal hacia todas las localidades ubicadas en los
estados; con una evolución hacia la gestión descentralizada a los
propios estados y municipios, y ciertamente algo de
modernización.
Pineda y Salazar (2008: 60) señalan que desde antes de
1980 por más de cuarenta años la construcción y operación de los
sistemas de abastecimiento de agua potable y alcantarillado
estaban centralizados en la federación, específicamente por la
Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) a través de la Dirección
General de Agua Potable y Alcantarillado (DGAPA). En el
manejo de los sistemas hidráulicos la DGAPA se valió de las
Juntas Federales de Agua Potable. Posteriormente, las
responsabilidades de la SRH, en una reestructuración
administrativa de la federación, a partir de 1976 pasaron a ser
responsable de estos servicios urbanos la Secretaría de
Asentamientos Humanos y Obras Públicas (SAHOP), y otras
funciones a la Secretaria de Agricultura y Recursos Hidráulicos
(SARH).

58 Profesor Investigador del Programa Doctoral Arquitectura y Asuntos Urbanos,


Facultad de Arquitectura, Universidad Autónoma de Nuevo León.
59 Estudiante de doctorado en Arquitectura y Asuntos Urbanos, Facultad de

Arquitectura, Universidad Autónoma de Nuevo León.

204
En esa temática, Jardines J.L. (2008: 84) resume que el 29
de octubre de 1980, se emitió el acuerdo presidencial, facultando
a la entonces SAHOP del Gobierno Federal, para hacer entrega a
los gobiernos estatales de los Sistemas de Agua Potable y
Alcantarillado que aquél administraba y operaba o a través de las
Juntas Federales de Agua Potable y Alcantarillado. Menciona
también que, tres años más tarde, sin que pueda desprenderse de
ello un acto preestablecido en un programa definido, las
reformas al artículo 115 constitucional, el 5 de febrero del año
1983, marcaron los lineamientos fundamentales de la
transferencia de la gestión del agua potable y alcantarillado de las
dependencias federales a la de los municipios con el concurso de
los Estados. Ambos ordenamientos, si bien fluidos en cuanto a
trámites legales y jurídicos de transferencia de responsabilidades y
patrimonio, no cuidaron aspectos trascendentales que a la larga
han conformado un sinuoso camino que hace más compleja la
solución -presumiblemente buscada- al descentralizarse tales
atribuciones. No se tuvo cabal cuenta de las aptitudes y
capacidades técnicas, financieras y administrativas de los más de
2393 municipios existentes. Tampoco se crearon mecanismos
claros en cuanto al origen y aporte de los recursos para enfrentar,
no sólo la operación de los sistemas entregados, sino el
crecimiento de los mismos.
El 16 de enero de 1989 por acuerdo presidencial se creó
la Comisión Nacional del Agua (CNA) con el encargo de crear
una política de agua más consistente, coherente y adecuada a los
lineamientos de redimensionamiento del estado e impulso de los
mecanismos propios de libre mercado. De este modo la CNA se
convirtió en la reguladora de los sistemas urbanos de agua
potable operados por las administraciones de los estados y
municipios (Pineda y Salazar, 2008: 63).
Respecto a la labor de gestión del agua potable y
alcantarillado en los municipios de México, Rodríguez E. (2008:

205
37) expone que la administración municipal tiene dos
características fundamentales: es de corto plazo y es la más
cercana a la población. Lo anterior no favorece que se puedan
tomar decisiones radicales sin serios cuestionamientos político
sociales ni favorece los planes a largo plazo que son
indispensables en la administración de agua potable y
alcantarillado.
En respuesta a la inducción hacia una nueva organización
del servicio de agua potable, los gobiernos de los estados
empezaron a construir un marco legal propio con el fin de
incorporar los lineamientos y criterios de la CNA. Así es como en
Sonora el 7 de mayo de 1992, se expide la Ley de Agua Potable y
Alcantarillado de Sonora (Pineda y Salazar, 2008: 65).
En diciembre de 1992, el legislativo estatal en Sonora
hace una “reforma” en dicha Ley de Agua Potable y
Alcantarillado para incluir tan sólo en su sexto transitorio que se
establecerían los organismos operadores municipales de ocho
municipios del estado, entre ellos, el municipio de Hermosillo.
Diez años más tarde, una segunda “reforma” a esta misma Ley
realizada por el Congreso Estatal en diciembre de 2002, en la cual
se incluyó en pocas palabras, que cualquier modificación a las
tarifas, es una atribución que recae en el Legislativo Estatal.
Podría entenderse, por un lado, que el plan de la
descentralización de la gestión del agua hacia los estados y
municipios en México, llevaba consigo la consigna de crear
conciencia sobre el uso y manejo del agua urbana y desligarse de
los altos costos que ello representaba, esto independientemente
del proceso burocrático, del centralismo que aún se percibe, o
bien del poco o mucho apoyo que pudiera darse de la federación
a dichas entidades; y por el otro, que la autonomía otorgada a los
organismos operadores de agua se pensaba que permitiría tener
amplia libertad para planear, coordinar, ejecutar y administrar las
labores de gestión del agua en su localidad o municipio. Sin

206
embargo, gran parte de tal autonomía, hoy recae en grupos de
legisladores que integran el órgano Legislativo del estado, cuyas
personas no conocen realmente las grandes dificultades y
presiones por las que atraviesan los organismos operadores para
poder otorgar el servicio de abasto de agua a la comunidad. A su
vez, las grandes inversiones que requieren hoy en día los sistemas
de abastecimiento de agua urbana, es evidente, que los
municipios o localidades tienen una tarea difícil de hacerle frente,
por lo que requieren apoyos especiales y cuantiosos del estado o
de la federación. La figura 1 muestra la localización geográfica de
Sonora.

Fig. 1. Localización geográfica del estado de Sonora


en México.
Fuente: LuventicuS. Academia de Ciencias

Al igual que las diferencias sociales, económicas, políticas,


técnicas y otras, en los distintos municipios o localidades urbanas
de México; las condiciones geografías, hidrológicas y en general
de disponibilidad de agua marcan una gran diferencia en el estado
de Sonora respecto a otras entidades federativas; incluso a nivel
estado de Sonora se tienen distintas condiciones que hacen más
crítica, por ejemplo, la situación del abasto de agua a la ciudad de
Hermosillo.

207
Al considerar el país en dos grandes zonas: la zona norte,
centro y noroeste, es donde se concentra el 77% de la población,
se genera el 87% del PIB, pero únicamente ocurre el 31% del
agua renovable; y la zona sur y sureste, donde habita el 23% de la
población, se genera el 13% del PIB y ocurre el 69% del agua
renovable. La figura 2, ilustra la disparidad entre las dos zonas en
cuanto a su disponibilidad y su actividad económica
(CONAGUA 2009).

Fig. 2. Diferencias en la disponibilidad de agua y su actividad


económica en México
Fuente: CONAGUA

El objetivo del presente trabajo es primeramente dar una


relatoría general de la evolución de la gestión del agua en México
como principio fundamental. El trabajo se enfoca en la
descripción de los elementos que están involucrados en un
proceso de gestión de la demanda de agua, se analiza
descriptivamente el consumo de agua en un grupo de colonias
localizadas en un sector de la ciudad. Se pretende dejar una visión
general de los principios y beneficios que pueden obtenerse al

208
establecer un nuevo paradigma de gestión del agua doméstica en
la ciudad de Hermosillo, Sonora, como ciudad localizada en una
zona desértica de México.

2. Ciudad de Hermosillo
Hermosillo es la capital del estado de Sonora, en este
estado se localiza la región más árida del territorio nacional, cuya
zona es conocida como Desierto de Sonora que se extiende al sur
de Estados Unidos de América a través de los estados de Arizona
y California, y en México por Baja California y Sonora. Colinda
con los estados de Chihuahua y Sinaloa, y al poniente con el
Golfo de California a lo largo de 1207 km (fig. 1).
La ciudad se localiza en la cuenca del río Sonora
prácticamente a un kilómetro aguas debajo de la confluencia de
los ríos Sonora, San Miguel y Zanjón. En esta sección de
confluencia de los ríos se localiza el vaso de la Presa Abelardo
Rodríguez L (ALR) la cual fue construida con fines agrícolas en el
año de 1948. A pesar de no ser su propósito original llegó a ser
por un periodo de casi cuatro décadas la fuente principal y
tradicional en el abasto de agua a la ciudad de Hermosillo.
De los tres ríos mencionados que configuran la cuenca
hidrológica, el río Sonora es el que mayores aportaciones de agua
deposita en la presa ALR a través de su red de escurrimiento en
la superficie de la cuenca. En épocas de funcionamiento de esta
presa el agua es enviada por gravedad a las plantas potabilizadoras
localizadas aguas abajo, las cuales mediante un proceso de
limpieza y purificación hacen potable el agua, misma que se
distribuye para el abasto. Esta etapa de tratamiento y
potabilización ha sido cancelada desde que la presa dejó de tener
almacenamientos importantes (prácticamente desde el año 1996).
En 1990 sobre el cauce del río Sonora aguas arriba (casi
20 km) de la presa ALR, se construyó la presa “El Molinito”
fundamentalmente para el control de Avenidas máximas en el río

209
Sonora y como medida de protección de inundaciones a la ciudad
de Hermosillo, ya que en los años 1983 y 1984 se tuvieron
almacenamientos de agua extraordinarios que provocó el
vertimiento de agua de la Presa ALR, y cuyas excedencias
generaron ciertas inundaciones en un sector de la zona poniente
de la ciudad.
No obstante lo anterior, en la ciudad de Hermosillo,
Sonora (fig. 3) se está viviendo un grave problema de escasez de
agua, pues los habitantes no cuentan con este líquido durante las
24 horas del día para el consumo doméstico. Las primeras señales
de falta de agua se presentaron durante el año de 1996, haciendo
crisis en 1997 (Ojeda A. 2011).

Fig. 3. Localización de la ciudad de Hermosillo en el estado de


Sonora
En un estudio realizado por Diaz-Caravantes y Sanchez-
Flores (2011) sobre los efectos de la transferencia de agua en el
uso del suelo periurbano, examinaron cómo la expansión urbana
ha afectados los recursos hídricos y las tierras de las pequeñas
comunidades agrícolas (ejidos) en las zonas peri-urbanas de
Hermosillo en el contexto de la sequía. Su objetivo fue examinar
los cambios de uso del suelo/cobertura del suelo (LULC)

210
producido por las transferencias de agua urbana en el interior de
los ejidos peri-urbanos durante el periodo 1987-2007. En una
posición inicial realizando análisis de sensoria remota basado en
enfoques de post-clasificación, demostraron que las
transferencias de agua afectan negativamente a los medios de
subsistencia peri-urbanas, produciendo cambios en las tierras
ejidales. Mencionan que fueron 16 ejidos los que se vieron
afectados negativamente hasta cierto punto por las estrategias de
abastecimiento de agua a la ciudad, en la fig. 4 se muestran las
zonas circundantes a Hermosillo resultantes de una disminución
o de incremento de superficie afectada.
Evaluaron los cambios de LULC y, según la figura 4
observaron un aumento de más de 3,000 hectáreas para cada
periodo en el área de Hermosillo. La tierra estéril también
exhibió un aumento constante en los dos períodos, con un
incremento total de casi 1,000 hectáreas desde 1987 hasta 2007,
en su mayoría situados junto a las áreas de expansión urbana. Las
tierras agrícolas registraron una disminución general de 1130 y
4340 hectáreas para cada periodo, respectivamente, en toda la
zona de Hermosillo. Observaron que la superficie de tierras
agrícolas disminuyo drásticamente en el periodo 1995-2007, y que
las zonas de matorrales también se vieron disminuidas sobre todo
en el periodo 1987-1995.
Consideramos que la disminución de superficie agrícola
señalada en los párrafos anteriores es evidente que disminuyó
fuertemente en el último periodo de análisis; sin embargo, los
autores de dicho estudio debieron también haber concluido que
parte de esa disminución fue fundamentalmente por el
agotamiento de la presa ALR, cuyo vaso de almacenamiento de
agua en tiempos de suficiencia se compartía con el riego agrícola
de esas zonas mencionadas, sobre todo las que distinguen al
poniente de la ciudad.

211
Fig. 4 Cambios de Uso del Suelo/Cobertura del Suelo
(LULC) en Hermosillo
Fuente: Diaz-Caravantes

Así entonces, a partir de la mitad de la década pasada, las


autoridades de los tres niveles de gobierno en Sonora
responsables de la gestión y operación del sistema de
abastecimiento de agua potable en la ciudad de Hermosillo, han
hecho varios intentos por resolver de manera definitiva tal
situación, aplicando en todos los casos diversas alternativas que
básicamente se han enfocado a la búsqueda de nuevas fuentes de
abastecimiento, preferentemente agua subterránea. Es decir, se ha
buscado siempre incrementar la oferta de agua para suministrar

212
más líquido al sistema de distribución de agua urbana y en
consecuencia a los hogares. Lo cual sigue el paradigma tradicional
de una política de agua basada en la gestión de la oferta, centrada
en aspectos de elevar la cantidad de agua a través de la
construcción de obras que capten el agua, y también obras para
que dicha agua se conduzca desde grandes distancias (150 km en
el caso de la nueva captación que se pretende utilizar al sur este
de la ciudad de Hermosillo). Esta alternativa de solución, lleva
consigo el trasvase por medio de un nuevo acueducto desde la
cuenca del Río Yaqui a la zona urbana de estudio situada en la
cuenca del Río Sonora (Ojeda A. 2011).
Por otra parte, en el documento de SEMARNAT (2008)
en el capítulo sexto referente al informe de la Situación del
Medio Ambiente en México, se establece que Las Naciones
Unidas (2007) reconocen cuatro fuerzas fundamentales que
podrían incrementar la escasez de agua en las décadas siguientes.
La primera de ellas corresponde al crecimiento de la población.
En la segunda causa de la escasez de agua se menciona que se
encuentra la creciente urbanización de los países. En tercer lugar
como fuerza impulsora de la escasez de agua se encuentra el
consumo per cápita, agregándose que en la medida que el
desarrollo económico eleva el estado de bienestar de los países, el
consumo de agua por habitante tiende a crecer. Finalmente,
mientras los factores anteriores modifican la demanda del líquido,
el cambio climático tendrá un efecto importante alterando la
disponibilidad a nivel mundial. Señala también que si el cambio
climático sigue los escenarios proyectados, se observará un clima
más errático en el futuro, lo que supondrá una mayor variabilidad
en las precipitaciones, riesgo para las cosechas agrícolas y el
suministro de agua a la población.
Es pertinente hacer notar que, algunos rubros de tales
declaraciones podemos decir que ya se están sintiendo en algunas
zonas urbanas de diferentes localidades en distintos continentes,

213
como lo es en este caso, en la ciudad de Hermosillo que se
localiza en una zona desértica.

3. Crecimiento urbano

3.1 Crecimiento Demográfico


La población en la ciudad de Hermosillo registrada en el
año 1950 apenas llegaba a 43 516 habitantes, pero con la elevada
Tasa de crecimiento del 8.2% presentada en la década 50-60, su
población tuvo el primer repunte importante para el año 1960
puesto que duplicó su población registrando un incremento
poblacional del 120% (fig.5); en esta década Hermosillo tuvo
gran impulso en su zona agrícola denominada La Costa de
Hermosillo, presentándose también el desarrollo de la
Universidad de Sonora máxima casa de estudios a dos décadas de
su creación. Luego entonces, para los años 1970 y 1980
Hermosillo nuevamente ve su ascenso en la población con una
Tasa porcentual de crecimiento del 6.58% y de 5.16%
respectivamente. Las primeras tres décadas tuvieron las Tasas de
crecimiento más elevadas en el este periodo de estudio a pesar de
verse una tendencia de disminución de dichas Tasas. De modo
tal que hay una disminución de las Tasas pero un incremento
poblacional típico de todas las localidades urbanas en
crecimiento. Sin embargo, en 1990 y en 2000 se registra un
incremento en su Tasa de crecimiento cercano al 1% respecto a la
década anterior. Esto último es significativo puesto que el
incremento en habitantes es muy similar en ambas décadas, y en
ello se ve reflejado el asentamiento de empresas que generaron
empleos y el desarrollo industrial en esta ciudad.
Es importante mencionar que de la población registrada a
nivel municipio de Hermosillo en los años 2000, 2005 y 2010, la
mayor parte de los habitantes se concentra en la ciudad capital
(cabecera municipal) en un porcentaje de 89.52%, 91.44% y

214
91.16% respectivamente. También es pertinente mencionar que
tan sólo la concentración de habitantes en la ciudad de
Hermosillo representa el 26.86% de la población total en Sonora
al año 2010, esto de un total de 72 municipios.

Fig. 5 Población y Tasa de Crecimiento Poblacional


periodo 1950-2010
Fuente: Elaboración propia con datos de CONAPO en
COLSON

Es de relevancia considerar que las ciudades


normalmente atraen gran parte de la población rural generado
por la migración temporal que muchas veces se convierte en
nuevos residentes de la ciudad; más aún cuando se construyen o
se desarrollan atractores urbanos que hacen llamativa la estancia y
que tiende a ser permanente; provocando con ello, mayor
consumo de agua doméstica urbana.

3.2 Crecimiento en Urbanización

215
Al revisar los documentos Planes de Desarrollo Urbano
de varios periodos de la administración municipal, vemos que sus
líneas expuestas en tales Planes no se distinguen por tener una
continuidad en dichos Planes; es decir, por ejemplo, no hay
parámetros que permita observar una amarre entre la visión de un
plan y otro; puesto que mientras unos Planes establecieron
políticas referente a la restricción en la adquisición de reservas de
terrenos y disminuir el ritmo de crecimiento; otro Plan municipal
menciona en uno de sus objetivos ordenar el territorio para lograr
un desarrollo sostenible. Mientras que en otra administración el
Plan establece que se proponen en lo general tres políticas: las
aplicables a la ocupación de las reservas de crecimiento, las de la
densificación o reutilización del espacio urbano y las de
restricción al crecimiento o sujeto a la disponibilidad de agua.
Al elaborar y revisar las distintas etapas por las que ha
transitado la mancha urbana en la ciudad para el periodo 2000-
2009 vemos que, mientras en el año 2000 se tenía ya identificada
una superficie urbana con cierto equilibrio; en los años 2001 al
2004 empieza a presentarse un crecimiento disperso notándose
ello hacia el norponiente y sur-poniente. Durante los años 2005 al
2009 ya se observan otros desarrollos dispersos asentados al
poniente de la ciudad y al norponiente. En la figura 6 se puede
observar la evolución global del crecimiento urbano en el periodo
2000 a 2009.

216
Fig. 6 Crecimiento de la Urbanización en
Hermosillo
Fuente: Elaboración propia, usando datos de
ICRESON y ArcGis

Se ha podido observar que el crecimiento urbano ha


evolucionado de manera poco congruente con las políticas
descritas en diversos planes municipales de algunas
administraciones, puesto que no se ha previsto o se ha olvidado
que la generación de periferia y crecimiento disperso genera más
dificultad y eleva los costos en el proceso de suministro de agua
doméstica a través de la red de distribución de agua.
El área edificada registrada para el año 2009 se ha visto
incrementada alcanzando un valor de dicha superficie de la
mancha urbana de 16 000 has. Pues tan sólo en el periodo dos
décadas 1980-2000 la superficie urbana se incrementó de manera
significativa al pasar de 4 383 hectáreas a 13 991, resultando de
esto una densidad de población global al cierre de ese periodo de
50.5 hab/Ha. En la década 2000-2010 la superficie urbana de la

217
ciudad se incrementó un 19% pasando de un valor de 13,990 a
16,500 hectáreas.

Fig. 7 Evolución de la población y superficie urbana de


Hermosillo del periodo 1950-2010
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI e IMPLAN

En esta representación gráfica el crecimiento demográfico


y la superficie urbana se aprecia que en la mayoría de los
periodos se incrementaron paralelamente en el periodo de
análisis. Sin embargo, en las décadas 1970 y 1980 se observa un
crecimiento poblacional significativo respecto a la extensión de la
mancha urbana. Fue hasta el año del 2000 que crecieron
prácticamente en forma paralela ambos fenómenos urbanos, pero
distinguiéndose con una mayor presencia la urbanización. Por lo
que, es necesario investigar espacialmente esta relación para
evaluar la distribución de la población a través de su densidad
urbana.
Una forma de distinguir mejor el crecimiento urbano con
estos dos conceptos es identificando su relación a través de la
densidad de población la cual relaciona al número de habitantes y
la superficie urbana. Un mapa de densidad nos permite conocer

218
cómo se distribuye la población de la localidad por unidad de
área, siendo esa distribución de manera desigual puesto que hay
áreas en donde se concentra más gente y en otras habrá poca
población. En la fig. 8 se puede ver esta relación de densidad
para la ciudad de Hermosillo al año 2005.

Fig. 8 Densidad de Población (hab/ha) en


el año 2005
Fuente: Elaboración propia usando datos
de INEGI y ArcGis

Desde el año 2005 ya se distinguen tendencias de


crecimiento hacia los sectores poniente y norte. Las zonas con
mayor densidad de población no están muy concentrados, con
excepción de la zona norte en donde predomina una densidad de

219
rango 81-120 hab/ha, distinguiéndose también en esa zona áreas
aisladas de mayor densidad con rango de 121-160 hab/ha. En la
zona centro y sur de la ciudad predomina los rangos de 0-40 y 41-
80 hab/ha.

3.3 Temperaturas en la Zona Urbana


Las condiciones climáticas también tienen una gran
influencia en el volumen de consumo de agua. Las demandas de
los suministros de agua y el propósito del servicio continúan
creciendo en todo el mundo. El incremento actual de la
población en los países en desarrollo ha dado lugar a una
creciente necesidad de la provisión de agua segura y adecuada y
del saneamiento, e imponen una gran demanda del agua para
futuros proyectos de desarrollo y de gestión (Durga Rao, 2005).
Por otro lado, de acuerdo a lo señalado por Antón (1996;
183) expone que la cantidad de agua consumida a nivel de una
comunidad determinada depende de muchos factores. Entre
ellos se incluye el clima: se necesita más agua en climas áridos que
fríos. La demanda de agua depende asimismo de su
disponibilidad. La gente se adapta al volumen disponible y, si bien
existe cierta inercia relacionada con la modificación de los
hábitos, puede decirse que – a igualdad de otros factores- cuanto
mayor volumen de agua sea suministrado, mayor será el nivel de
consumo, aunque esta relación no sea aritmética.
En México existe una gran variedad de climas lo cual está
influenciado por las características del relieve; dos terceras partes
del territorio nacional se consideran áridas o semiáridas, mientras
que el sureste es húmedo, con precipitaciones promedio que
rebasan los 2 000 milímetros por año en algunas zonas
(CONAGUA 2009). Mientras tanto el clima que prevalece en el
Estado de Sonora se considera que aproximadamente en 95% del
territorio sonorense los climas son muy secos, secos y semisecos;

220
los cuales se caracterizan por su alta temperatura y escasa
precipitación.
De la distribución promedio de precipitaciones registradas
en el estado destacan los rangos muy bajos de la precipitación al
poniente de la región de Sonora y en específico la zona de
Hermosillo, cuyos rango de lluvia es entre 100 y 250 mm en
promedio anuales (CONAGUA 2007). Para representar la
situación climática en Hermosillo referente a la variación de las
temperaturas durante el mes de abril del año en curso, se
recolectó información histórica de la Estación climatológica
Hermosillo, de la cual se preparó la gráfica de la figura 9 para un
rango de 17 años, periodo 1992-2009.

Fig. 9 Variación de las temperaturas medias mensuales en


Hermosillo, periodo 92-09
Fuente: elaboración propia con datos de CONAGUA
En esta grafica se observa que las temperaturas máximas
medias mensuales con valores de hasta 38 °C predominan
durante seis meses del año (mayo a septiembre), y se observa
también valores más altos que sobrepasan los 40 °C en los meses
de junio y julio. También resulta que los meses considerados
como relativamente “fríos” serían escasamente diciembre y enero

221
con temperaturas mínima media de 17 grados centígrados y
máxima de 25 °C.
En un estudio sobre la variabilidad climática en zonas
urbanas, (Balling R. y Gober P. 2007) exponen en su revisión de
literatura que los estudios realizados en otras ciudades han
producido resultados contradictorios sobre los efectos de las
variables climáticas como predictores de la demanda de agua, en
parte debido a sus diferentes circunstancias ambientales y las
actitudes sobre el uso del agua, sino también debido a que utilizan
diferentes indicadores del clima y la demanda de agua; algunos
incluso sólo usuarios residenciales y otros considerando la
demanda municipal de todos los usos.
En el documento Water in a Changing World (UNESCO
2009; 14) se expone que aunque el cambio climático creará
presiones importantes sobre el agua, no es actualmente el motor
más importante de estas presiones externas del sector del agua.
La mayoría de los factores importantes - las fuerzas y procesos
generados por las actividades humanas - son la demografía y el
consumo creciente que viene con el aumento de los ingresos per
cápita.

4. Sistema de abastecimiento de agua


La competencia por el agua entre el sector agrícola y el
doméstico urbano en la zona de estudio ha sido evidente, lo cual
se vuelve más crítico cada vez que ocurre un periodo de sequía.
El periodo de estiaje más reciente que se ha presentado en la
zona de estudio tiene ya diez años y ha dejado de manifiesto tal
competencia en los dos sectores. El sector industrial aún no
manifiesta evidencias claras de estar compitiendo fuertemente por
el recurso hídrico de la región, sin embargo con el desarrollo
industrial que se está impulsando es muy posible que se amplíe
esta competencia por el agua en la próxima década

222
independientemente de las obras que se incorporen para
incrementar la oferta de agua al sistema de abastecimiento.
De acuerdo a datos del Atlas del Agua (CONAGUA
2009) La disponibilidad natural media de agua percapita en
México ha disminuido en el tiempo, mientras que en el año de
1980 se tenía registrado un valor nacional de 6168 m³/hab/año,
pasó a ser de 5 011 m³/hab/año de agua en 1995. Las
proyecciones que se han hecho al año 2007 siguen tendiendo a la
baja registrando un valor de 4 312 m³/hab/año. Sin embargo, al
revisar estos datos por cada región hidrológica vemos que en la
región II (noroeste de México) esa disponibilidad de agua
percapita toma un valor de 3 192 m³/hab/año para el año 2007,
y 2 819 m³/hab/año en la proyección al 2030. En la región
hidrológica II es donde se localiza la zona de estudio de
Hermosillo.
De acuerdo a la información del Organismo Operador
Agua de Hermosillo (AGUAH) la ciudad de Hermosillo capital
del estado de Sonora, tiene una cobertura de agua potable
registrada al año 2009 del 98% respecto a su población total.
Para este mismo año se tiene un registro de 130 622 tomas de
agua del sector doméstico con medidor instalado y 91 509 sin
medidor. Los registros de medidos son un recurso muy
significativo en la determinación y la asignación de la demanda,
sobre todo porque son mediciones reales del consumo de agua.

4.1 Captaciones de Agua del Sistema de Abastecimiento


El número de capaciones de agua para el abasto a la
ciudad ha ido en constante aumento por la simple razón de que la
gestión siempre se ha inclinado hacia la oferta de agua, más aún
obligados por la situación de escasez de agua en el contexto de la
sequía. Hasta los primeros años de la década de los noventas el
volumen de agua para el suministro era extraído de la fuente
superficial presa ALR (hasta ante de ser agotada) y sólo un año se

223
extrajo de la presa El Molinito (en 2008); y de fuente subterránea
derivado de varios conjuntos de pozos localizados en distintas
captaciones de agua subterránea. Algunas de las afectaciones en la
periferia de Hermosillo y ejidos circundantes a la ciudad ya
fueron expuestas en páginas anteriores de acuerdo al estudio que
realizó Diaz-Caravantes (2011).
Después de haberse declarado agotada la presa ALR en la
segunda mitad de la década de los noventas, un buen número de
pozos fueron perforados en el vaso de la presa ALR y están
participando con las aportaciones de agua en el volumen total
producido para el abasto. La figura 10 muestra la mancha urbana
de Hermosillo y el gran número de pozos ubicados en
captaciones al oriente de la ciudad, al noreste, al norte, al
poniente y al sur de la ciudad.

Fig. 10. Captaciones de agua para el sistema de abastecimiento


de la ciudad de Hermosillo
Fuente: Organismo Operador Agua de Hermosillo

La gran escasez que inició desde la segunda mitad de la


década de 1990 generó una gran movilización de las autoridades
responsables de la gestión, y las primeras acciones fueron la

224
búsqueda de más captaciones de agua, y después las de restringir
el servicio y ofrecer el abasto solamente unas horas al día.
Debido a tal situación, el Organismo Operador AGUAH
implementó programas de horarios en el servicio de agua a los
habitantes en los años 1998 y 1999, estos programas llevaron el
propósito de restringir el abasto de agua ofreciendo el servicio
sólo algunas horas del día. En el año 2005 nuevamente se
implementó un programa de tandeo o servicio restringido a unas
horas en el día (Pineda 2006).
No obstante ello, en la actualidad en Hermosillo el
suministro de agua no es al 100%, puesto que a partir de enero de
2010 el organismo operador inició el programa de
“racionalización” del agua, que consiste en entregar únicamente 8
h por día a los usuarios en la ciudad; a la fecha esta limitante en el
suministro está vigente (Ojeda A. 2011). La fig.11 muestra la
producción de agua para el abasto, en la gráfica destacan dos
segmentos de disminución del volumen: uno es en los años de
escasez y sequía (principios del 2000), y otro al final por el
programa de restricción de servicio de agua que inició en el año
2010.

225
Fig. 11 Volumen de agua producido en las zonas
de captación (miles m³)
Fuente: Elaboración propia con datos de
AGUAH

La presión en el suministro de agua desde el cambio de


clima y crecimiento de la población hace necesario que debe
tenerse una sólida comprensión de cómo las políticas de
planificación urbana afectan la disponibilidad y distribución de
los recursos regionales de agua y las consecuencias del consumo
de agua inducido por el desarrollo (Vorosmarty et al, 2000),
citado por Shandas V. (2009).

4.2 Consumo Promedio de Agua Doméstica


La información de la base de datos recolectada por los
autores de este trabajo, contiene una amplitud de 138 000
registros de usuarios del sector doméstico en los últimos dos
años, dicha información contiene el consumo de agua potable
(en m³) para los doce meses de los 2009 y 2010.
Tal información está desagregada a nivel de colonia; sin
embargo, en cada colonia se incluyen los consumos de agua de
los hogares apareciendo este dato sin nombre de propietario, ni la
dirección del mismo en la colonia respectiva; esto es por
considerarse datos reservados. De ahí se eligió una muestra no
probabilística de un sector de la ciudad (sector poniente), en
donde se revisaron los datos y se cruzó con el plano de la ciudad
a nivel colonia, para elegir el sector mencionado. En una primer
enfoque, se eligieron solamente 30 colonias o barrios en el área
seleccionada para los años 2009 y 2010, formando así una base
de datos exclusiva (de una extensión de 5 297 filas) para el
presente estudio preliminar con los valores mensuales del
consumo de agua potable doméstica. La base de datos para este

226
estudio fue procesada para determinar el consumo de agua
promedio mensual en este grupo de colonias, en los años
mencionados y estos valores medios se utilizaron para preparar el
resultado en la figura 12.

Fig. 12 Consumo medio de agua mensual en el


grupo de colonias (en Lts)
Fuente: Elaboración propia con datos de
AGUAH

En la figura anterior se observa el comportamiento


territorial seccional del consumo de agua potable urbana para el
grupo de 30 colonias para los años 2009 y 2010. En la mayoría
de los meses se tienen consumos menores en el año 2010 que
corresponde al año de servicio restringido a los usuarios. Se
observa también que el consumo de agua no manifiesta una
tendencia creciente gradual como se esperaría de acuerdo con las
temperaturas que se presentan en la ciudad y que se mostró en la
figura 9. Sin embargo, los consumos más altos se ubican en los
meses que presentan mayor temperatura en la zona urbana.

227
En la Gestión de la Demanda se ha demostrado que
produce beneficios económicos a través de aumentar la eficiencia;
así como, en muchos casos, una mayor equidad, reducción de
daños al medio ambiente y una mayor participación pública.
Desafortunadamente, la falta de claridad sobre lo que constituye
la gestión de la demanda de agua, y cómo puede ser
efectivamente introducida en diferentes sectores, regiones y las
culturas, está bloqueando su capacidad de jugar un gran papel
como debería en las políticas de agua y programas en todo el
mundo. En su sentido más simple, la gestión de la demanda de
agua significa obtener el máximo provecho de las aguas que se
tienen (Brooks, 2006).

4.3 Principios y Beneficios de la Gestión de la Demanda


En un estudio de la definición de patrones de uso del
agua Dube y van der Zaag (2003), señalan que la Gestión de la
Demanda tiene por objeto lograr las demandas deseables y usos
deseables. Influye en la demanda a fin de utilizar un recurso
escaso, de manera eficiente y sostenible. Esta definición implica
que la gestión de la demanda de agua también puede incluir
medidas destinadas a estimular la demanda de agua en los
sectores donde se considera el uso actual indeseablemente bajo.
La medición del consumo de agua a nivel de los hogares
(micro medición) es un proceso importante para implementar
acciones enfocadas a la gestión de la demanda. Es imprescindible
que se conozcan los consumos de agua reales a través de la
medición en los sitios de consumo de todos los usuarios, esto
permite por un lado conocer el consumo de agua total; y por el
otro, permite enfocar actividades de investigación en tiempo y en
espacio en la zona de estudio para facilitar la toma de decisiones
respecto al suministro de agua. En Hermosillo se tienen
registrados un total de 242 429 conexiones o tomas domiciliarias
de las cuales 228 385 (94.2 %) pertenecen al sector doméstico. De

228
este grupo de tomas que corresponden al sector doméstico
únicamente el 53.5 % tiene medidor instalado, y por lo tanto
existen registros de los consumos de agua doméstica con una
periodicidad mensual.
Los usuarios que tienen lectura de medidor y que se les
factura pagan el monto que corresponde al volumen de agua
consumido. El resto de los usuarios pagan un volumen de agua
estimado promediado con valores de la zona o sector por el
Organismo AGUAH. Las tarifas que están establecidas para el
sector doméstico son: tipo bloque. Los bloques definidos y
utilizados en m³ son: 0-10, 11-15, 16-20, 21-25, 26-30, y así
sucesivamente 71-75 y mayor de 76 m³. El costo del bloque
inicial en 2010 es $ 38.23; y por cada m³ de agua adicional hay un
aumento del costo. Tal incremento del precio por cada m³
adicional varía dependiendo en que bloque se ubique el volumen
de agua consumido.
Durante el periodo 2004-2010 las tarifas se han
incrementado en un 45%, casi un promedio anual del 8%. Sin
embargo, tanto el valor de la tarifa actual y el incremento total en
dicho periodo realmente no representa el valor real del agua ni
del servicio que recibe el usuario, y los consumos no disminuyen
por esta única razón. Por ende, no se debe poner atención
únicamente en las tarifas; debe gestionarse la demanda, buscando
ahorro de agua y eficiencia.
Difícilmente se podrá satisfacer plenamente, siempre y en
cualquier lugar, una demanda que, de no controlarse, no
encuentra límite. Siempre llegarán períodos secos en los que la
disponibilidad de recursos no podrá cubrir el consumo habitual y
habrá que racionar el agua o, en otras palabras, será necesario
gestionar la demanda, Y ello sólo es posible si se dispone de una
red de agua estanca y se tiene capacidad para modificar el
consumo. Todo ello exige una coordinación entre instituciones
que no siempre es la adecuada (Cabrera E. 2008). Actualmente

229
los sistemas de distribución de agua están llegando a estar cada
vez más bajo tensión, debido al creciente desarrollo demográfico
que ejerce más presión a los recursos del agua existentes (Lyman,
1992) citado por Burn y otros (2002).

Rother y Macy (2000) citados por Mansungu y


Machiridza (2005), declaran que la gestión de la demanda de agua
tiene como propósito conservar la calidad y cantidad de agua; se
centra en la demanda y no en la oferta. Está definida como la
implementación de estrategias que influyan en la demanda y uso
del agua, para lograr objetivos de eficiencia económica, desarrollo
social, equidad, protección ambiental y servicio sustentable del
suministro de agua, y una política aceptable.
En un estudio de evaluación de los consumos de agua
residencial realizado por Shandas V. y Hossein G. (2009)
referente a la integración de la forma urbana y la demografía en
la gestión de la demanda en Portland Oregon EE.UU. exponen
que evaluar el grado en que las políticas de gestión del suelo
afecta el consumo de agua puede ayudar a resolver varias
preguntas: ¿Qué estrategias de uso del suelo son más eficaces en
la reducción de la demanda de agua? ¿Cómo funciona la densidad
de un barrio en el impacto del consumo de agua? ¿En qué
medida los patrones de desarrollo alternativo pueden mejorar el
potencial de conservación? Hacer frente a estas preguntas puede
ayudar a marcar un enfoque para comprender cómo estrategias
de planificación de uso del suelo pueden afectar a los recursos
naturales y organismos de planificación urbanos cómo puede
trabajar en cooperación con los organismos de gestión del agua
en la aplicación de estrategias de conservación de agua.
El concepto de gestión de la demanda de agua alude al conjunto
de todas aquellas actividades que facilitan la obtención del mayor
volumen posible de servicios hidráulicos con la mínima cantidad
de agua. El concepto de "Conservación del Agua" responde a un

230
enfoque más amplio: contempla el conjunto de actividades que
permiten reducir la demanda de agua, mejorar la eficiencia en el
uso y evitar el deterioro de los recursos hidráulicos, y extiende su
campo de análisis tanto hacia las raíces técnicas y socioculturales
de la generación de la demanda, como hacia la protección de los
ecosistemas acuáticos (Estevan A. 1996).

5. Conclusiones.
El sistema de suministro de la zona urbana ha sido
afectado por una prolongada sequía en un periodo crítico de diez
años. Dicha situación y el incremento poblacional ha generado
mayores requerimientos de agua potable para cubrir las
necesidades de los hogares, además de los sectores comercial,
industrial, y servicios públicos. Esta situación ha provocado que
siga vigente el programa de “racionalización” del agua a través de
un servicio de 8 horas al día por usuario. De acuerdo a
declaraciones por las autoridades de los tres niveles de gobierno,
indican que esta restricción en el servicio concluirá cuando la
ciudad reciba mayor volumen de agua del nuevo acueducto que
está en proceso de construcción, y cuyo propósito es el trasvase
del agua de una cuenca vecina ubicado el sitio de extracción a
150 km de Hermosillo.
Sin embargo, el volumen de agua que esperan tanto las
autoridades y los habitantes de la ciudad de Hermosillo, existe el
riesgo de que dará enormes expectativas de que hay suficiente
agua y que por lo tanto hay que utilizarla, toda vez que el precio
por el consumo no es muy significativo. La señal que se envía con
las estrategias de gestión de la oferta es que hay agua en demasía.
No obstante lo anterior, es tiempo entonces de que
podamos ver que la política hidráulica en México, tanto en el
ámbito federal como en el estatal y local, se empiece a discutir de
manera formal, con compromisos y metas a mediano y largo
plazo, los estudios estratégicos, áreas de investigación, programas

231
de conservación del agua, proyectos y políticas públicas que se
impulsarán inspirados en los principios de la gestión de la
demanda y la conservación del agua; sin que ello signifique, por
supuesto, que hayan desaparecido el debate y los conflictos socio-
políticos en torno a la gestión del agua.
En un estudio realizado por Troy y Holloway (2004)
referente al consumo de agua residencial como un elemento de
planificación, exponen que derivado de estudios profundos sobre
la situación de los consumos de agua; las distribuciones espaciales
junto con los patrones de consumo de agua para los diferentes
tipos de edificaciones y hogares se podrían utilizar para permitir
la planificación de nuevas áreas y la reurbanización de las áreas
existentes dentro de la ciudad para reducir el consumo de agua.
Tal distribución geográfica y patrones de consumo se
convertirían así en una herramienta adicional de base analítica de
control del desarrollo, así como un método para llevar a cabo la
implantación o revisión de la planificación. La eficacia de este
enfoque se basa en la disponibilidad de información precisa de
las bases de datos que posee los responsables de las dependencias
relacionadas con ello.

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235
Centros múltiples de alta densidad residencial:
Zona Metropolitana de Monterrey
G. Gerardo Veloquio González60
La reflexión acerca del fenómeno urbano a través de los
cambios de la estructura interna residencial, es un tema que
apenas inicia, a pesar de la gran cantidad de artículos que tratan el
tema del crecimiento urbano en zonas metropolitanas y de cómo
éste permea en toda la estructura del sistema urbano desde las
actividades económicas y sociales, políticas de la población hasta
la diferentes formas espaciales de recuperación de la fuerza de
trabajo.
El estudio de los centros múltiples de alta densidad
residencial en la zona metropolitana de Monterrey, es una síntesis
del resultado de la tesis doctoral denominada Efectos del
Crecimiento en la Organización del Espacio de la ZMM.
Presentada en la facultad de arquitectura de la Universidad
Autónoma de Nuevo León en junio de 2009.
Además, este estudio examina los efectos del crecimiento
que en el proceso de urbanización se producen en el sistema de
los asentamientos humanos y cómo la organización del espacio es
estructurada por la densidad de la población en la ciudad, a través
de una compleja red de interacciones entre el área central y resto
de la periferia.
El crecimiento urbano de los barrios y colonias está
provocando una organización del espacio caracterizada por la
forma de agrupamiento de la población y sus actividades.
Los efectos del crecimiento se presume, tienen causas
multifactoriales y multidimensionales y el conocimiento de su

60Arquitecto, Maestro en Ciencias para la Planificación y Doctor en Asuntos


Urbanos por la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. Correo
gveloquio@far.uanl.mx

236
patrón espacial es una necesidad básica para el diseño de políticas
sociales urbanas.

1.- Introducción
Identificar, analizar y comparar los patrones geográficos
recientes de la densidad residencial en la zona metropolitana de
Monterrey, determinar las áreas de crecimiento alta o bajo según
el caso, estimar la intensidad y magnitud de la problemática en
esas áreas y sugerir opciones para una estrategia de ordenamiento
del espacio, es hoy en día la mejor oportunidad de revisar y
actualizar los marcos normativos del desarrollo urbano.
La finalidad de este conocimiento es que deberá servir
primero a la población interesada en el tema y segundo a la
disciplina de la planificación regional y urbana para la gestión,
legislación y financiamiento de las acciones.
Este instrumento en conjunto con otros con objetivos
afines podrá incidir en la realidad social en la medida que pueda
ser utilizado en la formulación y evaluación de políticas urbanas
públicas de la zona metropolitana de Monterrey.
Para efecto de esta investigación son consideradas las
causas que tienen que ver con los cambios registrados en la
densidad de población entre 1990 y 2000.

Figura 1 Patrón esquemático comparativo entre el crecimiento


urbano tradicional monofocal y el multifocal caracterizado por la
aparición de núcleos poli funcionales, poli céntricos,
jerarquizados y diferenciados al interior de la trama original.

237
Area Rural
Area Rural
A B
Suburbios
fuera del anillo
Suburbios Exurban

Subcentro Suburbios
dentro del anillo

Central City centro de la cd

dentro del anillo

Exurban
Region Metropolitana
Subcentro

ESTRUCTURA TRADICIONAL ESTRUCTURA POLICENTRICA

Fuente: Elaborado en base a Leigh and Lee, S (2005, p. 12).


Esquema de Crecimiento Tradicional

Estos cambios en la densidad de población son


provocados por una diversidad de factores entre los que destacan:
géneros mixtos en los usos del suelo, disminución en el tamaño
de las viviendas, la edad de la población y el tipo de tenencia de la
tierra entre otros.

Figura 2 el centro de Monterrey dividido para su análisis en


unidades espaciales homogéneas.

238
Fuente: Unidades de análisis espacial en base a áreas
geoestadísticas básicas (AGEB) de (INEGI). Elaborado por el
Dr. Vladimir Robles.

De la revisión de la literatura y a fin de elaborar una


propuesta de modelo para la medición del crecimiento se
desprende que los efectos del crecimiento urbano tienen que ver
con la densidad de población, con el crecimiento que
experimenta el área y las unidades contiguas, el modelo propuesto
incluye desde luego, variables de ponderación espacial, según la
ubicación de las áreas en el primer o segundo anillo de la ciudad,

239
a fin de analizar la forma de física y socioeconómica en el anillo
interior de la zona metropolitana de Monterrey. La zona fue
separada en partes para su interpretación de diferencias y
semejanzas.
Para lograr los objetivos se elaboró un marco teórico
acerca de la explicación de los problemas urbanos, con los temas
del nuevo urbanismo (Duanny, 1993).
Se analizan diferentes teorías y modelos de la
organización del espacio (Bailly, 1977), que provienen de
diferentes campos; la Escuela de Sociología y Ecología de
Chicago (R. E. Park,1925; R. D. McKenzie, 1926; E.W. Burgess,
1926; Christaller, 1933), la escuela Alemana (Weber, 1958;
Simmel, 1951), la Escuela de los Ángeles, (Davis, 1990; Soja,
2000).
Algunos conceptos como el de crecimiento inteligente
“Smarth Growth” versus “Sprawl”, (i.e., Expansión urbana por
dispersión de fraccionamientos con baja densidad), o los
denominados procesos de gentrificación o desplazamiento de
unos por otros nuevos habitantes, jóvenes solos, sin familia, con
alto poder adquisitivo, es el patrón de revitalización de las zonas
centrales.
El análisis urbano va desde la ciudad culturalista con sus
centros históricos simbólicos y emblemáticos, hasta la
banalización e indiferencia de la arquitectura y el urbanismo
contemporáneo, de la ciudad del espectáculo o de los paraísos
artificiales a la ciudad amorfa, sin límites y sin centros.
El tipo de investigación propuesto es explicativo con
enfoque positivista, para que mediante la prueba de hipótesis,
encontrar relaciones entre las variables dependientes e
independientes y dar respuesta a las interrogantes de conocer
cómo y porqué se produce el fenómeno del crecimiento urbano
en el estudio de caso.

240
Se evalúan técnicas gráficas y estadísticas buscando
resultados en la detección de patrones espaciales de la movilidad
residencial, se propone un método basado en la estadística
espacial y las técnicas de sistemas de información geográfica
(SIG), utilizado para, identificar las áreas que experimentan
cambios en los patrones de la movilidad residencial.
Se utilizan técnicas estadística paramétrica y no-
paramétrica, algunas medidas de desigualdad como el cociente de
localización, tasas de crecimiento media anual y pruebas
estadísticas de regresión del modelo propuesto.
Principalmente se analiza la relación entre densidad-
crecimiento- localización de la población y para las pruebas de
hipótesis se utiliza el análisis de regresión múltiple.
Los cálculos se realizan a nivel de áreas geoestadísticas
básicas (AGEB), en 1116 áreas, registradas en el año 2000 en la
ZMM, y 105 AGEB, en el primer anillo agrupadas en 29 unidades
homogéneas de análisis local UAL.
En algunos indicadores la medición se realizó a nivel de
manzana, principalmente para los cálculos del cociente de
localización, tanto para la densidad de población, estructura por
grupos de edad de la población y otros; la base de datos utilizada
son los datos oficiales del Censo de Población de los años 1990,
2000 y II Conteo de Población de 2005.
Los principales resultados del estudio arrojan que el
patrón espacial de la ZMM cambió de 1990 a 2000 en la forma de
un modelo monocéntrico por otro policéntrico
El procedimiento cuantifica las diferencias entre el anillo
central y el resto de la zona metropolitana de Monterrey.
Las variables básicas de la ecuación para explicar el
crecimiento urbano son: la tasa de crecimiento media anual
(variable dependiente VD) y la densidad de población (variable
independiente VI) Si el coeficiente de la variable VI es negativo y
estadísticamente significante, el crecimiento en el primer anillo es

241
directamente proporcional al crecimiento positivo del segundo
anillo y, por lo tanto, el sistema tiende a cambiar el patrón
monocéntrico registrado en 1990 por otro policéntrico a partir de
los datos estadísticos del año 2000.
Los resultados para el estudio de caso sustentan la
hipótesis del cambio focal de monocentrismo a policentrismo
(Sánchez, D. 2007), El urbanismo que viene presenta crisis y
retos para la planeación urbana y social en el siglo XX1.

2.- Métodos
Ubicación de la región de estudio
Unidades de observación
El objeto de estudio es la Zona Metropolitana de
Monterrey a través de sus manzanas y áreas geoestádisticas.
La estratificación en AGEB del primer anillo o área
central metropolitana y del segundo anillo del resto de la periferia
de Monterrey, es analizada tomando en cuenta los reportes
estadísticos oficiales, según los indicadores de bienestar social.
El área central, contiene 105 AGEB agrupado en 29
unidades de observación local UAL, conformando una primera
aproximación en unidades homogéneas.
Las áreas que integran el segundo anillo son 1,011 AGEB,
que en total incluyendo las 105 áreas del primer anillo, suman
1,116 AGEB, registradas en la Zona Metropolitana de Monterrey
en el año 2000.
El primer anillo se localiza en el área central de Monterrey
y agrupa a 29 unidades de análisis local (UAL) estructuradas a
partir de cierto grado de homogeneidad, donde se tomó en
cuenta la vialidad como límites y/o bordes entre ellas, el tamaño
en superficie de la unidad y el uso de suelo actual, esto se justifica
por la disponibilidad de la información y porque facilita examinar
los datos.

242
Unidades de análisis
Siguiendo las etapas propias de la metodología, se
presenta una tabla mostrando el detalle de las unidades de
análisis, agrupadas en variables demográficas, medida a través del
indicador de la densidad de población.
Por grupos de edad, principalmente la población infantil y
mayor de 60 años, además de socioeconómicas, de educación y
de ingreso, de propiedad de la vivienda, a través del indicador de
viviendas propias y/o rentadas.
Los indicadores utilizados se refieren a los datos de
población y vivienda y 1,011 del resto de la ZMM en un segundo
anillo, se utilizan los datos que generó el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía e Informática (INEGI) organismo
encargado de realizar los censos de población y vivienda en
México

Variable dependiente
El crecimiento urbano puede ser negativo o positivo,
según la región de estudio de que se trate. Sin embargo, el
crecimiento urbano negativo no sólo se presenta en comunidades
rurales y dispersas de alguna región, sino que también se presenta
bajo un nuevo fenómeno, denominado en algunos estudios
declinación o decremento de la población en las áreas urbanas
centrales.
El crecimiento urbano es también una política urbana
pública donde a través de leyes y reglamentos el Estado orienta la
forma, dirección y magnitud de tal crecimiento.
La normatividad y reglamentación son los instrumentos
legales para que el Estado oriente el lugar y tipo de la expansión a
través de la política urbana.
La expansión metropolitana es un fenómeno provocado
por la movilidad residencial interna de la zona y por la migración
que proviene de otros estados cercanos.

243
La movilidad a su vez tiene que ver con el ciclo de vida
familiar, con la oferta de viviendas en la ciudad, la propensión de
los habitantes a cambiarse de vivienda, siempre está presente la
mejoría del hábitat y las condiciones de vida de las familias.
La geografía de la organización del espacio de la Zona
Metropolitana de Monterrey, se caracteriza principalmente en la
pérdida de población (-2.14%), experimentada en el área central,
medida a través del indicador censal del número de habitantes en
1990 y 2000.
La variable dependiente es el crecimiento urbano y éste es
negativo en todas las unidades (UAL) del primer anillo, por tanto
ha sido elegida en este estudio como la variable que representa el
efecto de la política urbana de crecimiento en la ZMM.
El decrecimiento urbano es un problema principalmente
porque sin la presencia de los habitantes, las zonas carecen de
condiciones de habitabilidad, característica en las comunidades de
la ecología humana (Park, 1926), y por la falta de accesibilidad,
legibilidad y permeabilidad de la zona (Bentley, 2002).

Variables independientes
Las variables independientes o explicativas del
crecimiento demográfico en la ZMM, y que han sido identificadas
en la revisión de la literatura son: variables físicas-espaciales tales
como la densidad de población61.
Un indicador particularmente sencillo, que cuenta con
una larga tradición en el análisis urbano, lo es sin duda la
densidad de población “Los modelos de densidad tienen una
sólida base teórica consistente con la teoría microeconómica de
mercados urbanos que datan de Von Thünen a Alonso (1964),
hasta los nuevos argumentos de la economía urbana (Anas, 1987).

61 Newling explica a través de los gradientes de densidad el comportamiento de


la población en el espacio.

244
Por otro lado representan el más simple de los modelos de
interacción espacial (Wilson, 1970). ( Batty y Xie, en
Garrocho/Sobrino, 1995, p. 300).62
Para analizar el crecimiento urbano desde el punto de
vista de la organización del espacio, en primer lugar habría que
comenzar con la definición de densidad de población. Según el
diccionario de epidemiología es un “termino demográfico que
significa el número de personas en relación con el espacio
disponible de éstas.” (Last, 1989, p. 38).63
Mide la proporción de habitantes por hectárea, una
densidad alta, según la teoría da cuenda de un mejor
aprovechamiento del espacio, sin embargo la probabilidad de
aumentar las tensiones se sucede cuando se exagera en la alta
densidad residencial (e.g., reclusorios y guetos de segregación
social).
La densidad de población baja es sinónimo de dispersión
y costos excesivos de traslado, “(mayor a 120viv/ha, e inferiores a
30viv/ha.), conllevan graves disfunciones…50 a 65 viv/ha., es la
referencia ideal” (Higueras, 2006, p. 134).
Otra variable explicativa del fenómeno del crecimiento es
la localización de aquellas manzanas de alta densidad, si se
localizan en el primero o segundo anillo.
También si las manzanas que ya experimentan alta
densidad de población y aparte están rodeadas de manzanas con
alto crecimiento es un indicador de las zona que seguirán
creciendo al menos, de la misma forma, en los próximos 10 años.

62 Michael Batty y Yichum Xie (1995) Análisis urbano en un ambiente de


Sistema de Información Geográfico: modelado de la densidad de población
utilizando ARC/INFO. En Garrocho y Sobrino, Sistemas Metropolitanos,
Nuevos Enfoques y Prospectiva. Editado por el Colegio Mexiquense y la
Secretaria de Desarrollo Social, México, D. F.
63 Last M. John (1989) Diccionario de epidemiología, Editorial Salvat S.A.,

serie salud pública, dirigido a la Internacional Epidemiological Association.

245
La ubicación es la variable que determina, ¿Dónde se está
presentando principalmente el crecimiento? Sí es dentro del
primer anillo o en el segundo anillo del resto de la ZMM, las
variables denominadas Dummy 1 y Dummy 2, se consideran
variables binarias o ficticias de ponderación espacial, usadas
frecuentemente para medir la influencia de la localización
físicoespacial de los problemas urbanos.
La variable Dummi 1 se consideró en este estudio para las
áreas que están localizadas en el área central o primer anillo, y
Dummi 2 para las áreas que se ubican en el resto de la periferia o
segundo anillo.
Otros indicadores analizados están en función a las
teorías que explican el problema del despoblamiento o movilidad
de la población, éstos son principalmente demográficos, como la
estructura por edades de la población de 0 a 4 años y más de 65.
En el caso de los adultos mayores, la teoría dicta que éste grupo e
edad tiene propensión a la no movilidad en las áreas centrales,
mientras la mayor movilidad se presenta en el grupo de la
población activa con hijos pequeños de 0 a 4 años. (Susino, 1998;
Feria, 2001), y en un sin número de investigaciones, utilizan los
grupos de edad para comprobar ¿cuál grupo es el de mayor peso?.
La variable social como el indicador de arraigo
medido entre los habitantes que son nacidos en la entidad y los
que provienen de fuera del Estado, proporciona información
relevante de la composición de las zonas.

Fuentes de información
Se utiliza la información censal del XX1 y XX11 Censos
de Población y Vivienda, correspondientes a 1990 y 2000 para
observar el comportamiento a través del tiempo en un período de
10 años.
Las fuentes documentales adjuntas a la literatura de teorías y
modelos clásicos son los informes del Banco Mundial,

246
Interamericano de Desarrollo y Fondo Monetario Internacional,
del Gobierno del Estado de Nuevo León y los municipios de la
zona, así como los datos estadísticos de población y territorio
elaborados por el Instituto Nacional de Geografía Estadística e
Informática (INEGI).
Para el análisis del caso, se tomo en cuenta las observaciones de:
actores académicos, comunitarios, mercantiles y de la
administración pública, en el período entre los dos planes
metropolitanos aprobados para la Zona Metropolitana de
Monterrey por los gobiernos locales en 1988 y 2003.

Descripción de la base de datos


Los datos utilizados en esta investigación son
provenientes principalmente del Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática (INEGI), de los Censos
Generales de Población y Vivienda 1990 y 2000.
La información alfanumérica, está compuesta por
cuarenta y ocho (48) variables, de las cuales veinte se escogieron
del censo del 2000 y las veintiocho restantes fueron calculadas a
partir de las anteriores.
La recolección de los datos es a partir de los informes
censales y los planes estatal, metropolitano y municipales y
posteriormente el diseño de un cuestionario que se aplicó a
diferentes barrios y/colonias localizadas en el primer anillo para
recopilar datos cuantitativos acerca de percepción de los
habitantes en relación a la propensión a la movilidad residencial.
El tratamiento de la información, una vez obtenida ésta,
será utilizada con el apoyo del paquete estadístico SPSS para el
análisis y control de grandes bases de datos, así como la
correspondiente territorialización de los indicadores que puestos
en gráficas espaciales, dan cuenta de la posibilidad de elaborar
hipótesis para luego ser comprobadas científicamente con el

247
apoyo de evidencias de regresión múltiple y/o análisis de varianza
(ANOVA).
Se utiliza el paquete de cómputo Arc Gis a nivel de áreas
geoestadística básica (AGEB), aplicado a los problemas
diagnosticados para generar su correspondiente prueba de
hipótesis a través de los cálculos de regresión múltiple
principalmente.

Información cartográfica
La planimetría utilizada es un producto cartográfico del
INEGI, que tiene como proyección, la transversa de Mercator y
como dato horizontal el norteamericano de 1927.
La unidad geográfica utilizada es el área geoestadística
básica (AGEB), que consiste en delimitar el territorio en unidades
que faciliten la toma de datos en campo.
El área metropolitana cuenta con 1 116 AGEB, las que
fueron utilizadas en este estudio. Asimismo, es relevante hacer
mención que las unidades cartográficas están codificadas con el
objeto de referenciar la información estadística, lo que permitió
su procesamiento en un sistema de información geográfica,
utilizando el software Arcview.
La medición
La medida es hoy en día uno de los instrumentos más
consolidados de toma de decisiones respecto a una multiplicidad
de situaciones, por lo que conviene buscar todos los tipos
posibles de prueba..
En este caso, la manzana es el primer nivel de la
medición, y éstas están agrupadas en áreas geo estadísticas para
fines de los levantamientos censales, que en conjunto para el área
metropolitana de Monterrey se estima son: 1 116 según el censo
de población y vivienda 2000.
Los datos que habrán de referirse a la situación actual de
la zona, están representados por 48 indicadores, algunos son de

248
carácter demográfico, como los grupos de edad que conforman la
zona, o económicos como aquellos que tienen que ver con la
tenencia de la vivienda divididos en propias y rentadas, y otros
como los servicios que con que cuentan las viviendas de la zona.
Con la aplicación de los cocientes en forma territorilizada,
nos permitirá obtener distintos patrones espaciales, según las
diferentes características de la población que habita en la zona y
principalmente el patrón de asentamiento residencial a través de
la expresión grafica de la densidad de población en el año 2000.
Al examinar los datos en forma gráfica y espacial de la
revisión preliminar, se observa un cambio significativo, en la
forma de la estructura urbana focal, caracterizada por un
crecimiento concéntrico en 1990 a otro policéntrico en 2000.

Cociente de localización
De la revisión de la literatura encontramos que el
Cociente de localización (CL) propuesto por Sargent Florence,
representa un modelo sencillo de estimación, que sustituyendo
por los indicadores del modelo propuesto en esta tesis, compara
el número de personas que viven en una determinada manzana,
con actividad o atributo x y la superficie de esa manzana o
AGEB, según sea la disponibilidad de los datos.
En total se genera un conjunto de referencias par obtener
en forma gráfica el plano de densidad de población en todo el
sistema estudiado.

Fórmula:

249
Donde:
Q1j = Cociente de localización de la densidad de población en la
ZMM j
E1j = Población de la manzana 1 en la AGEB j
Ej. = Superficie de la manzana 1 de la AGEB j
E1 = Población del conjunto de AGEB en la ZMM (i)
En = Superficie total en el conjunto de AGEB en la ZMM(n)

El valor del cociente expresa el grado de concentración de


la densidad en la manzana en relación con el territorio de
referencia. Su significado es que un valor superior a 1, significa
una concentración proporcional en la región.
Por lo tanto, el resultado de éste cociente, también puede
traducirse en el grado de concentración de la densidad en
determinada área de estudio AGEB, con respecto al conjunto.

Método Kernel
El método Kernel requiere como datos, in put, de entrada
un patrón espacial de puntos que representen un valor, tal como
este caso utilizaremos el número de habitantes por AGEB. Los
centroides de las áreas (i.e., manzanas o AGEB) son los puntos
que conforman el patrón espacial específico y su peso
corresponde al número de casos (i.e., población, grupos de edad
etc.). El resultado del proceso es una superficie continua que
proporciona una intensidad a cada punto del área de estudio.

Modelo de crecimiento urbano por alta densidad residencial (ADR).


Algebraicamente el modelo que se propone en esta tesis,
denominado alta densidad residencial (ADR), puede ser
representado de la siguiente forma:
Fórmula:
ΔPob=ƒ (a+b1δo +b2WΔo+b3Đa1+b4Đa2+Ei)
Donde:

250
ΔPob=Tasa de crecimiento media anual entre 1990 -2000
ƒ= Función
δo=Densidad de población en al inicio del período (1990)
WΔo=Tasa de crecimiento de áreas contiguas
Đa1=Variable Dummy en anillo central
Đa2=Variable Dummy en anillo del resto de la ZMM
Ei = Error
Éste modelo que aquí se presenta, aun que es similar al de
Pacheco 2002,64 agrega variables de localización, acorde a Griffin
y Wong 2007,65 que a diferencia del modelo de Grifiny Wong, la
variable dependiente es la tasa de crecimiento media anual en
lugar de la densidad de población.
El modelo Griffin y Wong, sugiere que la variable
dependiente es la densidad, es decir, que la propuesta que los
autores hacen, explicar que la densidad es un efecto del
crecimiento urbano, entonces la densidad es una variable
dependiente.
El modelo captura el efecto de la densidad (Do), de la tasa
de crecimiento de las manzanas aledañas contiguas (WΔPob) , la
localización de las manzanas y AGEB en el centro (Dum1), y el
resto de manzanas y AGEB de la zona metropolitana (Dum2).
Donde las variable Dumy1 y Dumy 2, son un parámetro
de auto correlación espacial y Wij es el dato estandarizado por
renglón en la celda Cij, derivado de una matriz de ponderación
geográfica binaria, cuyas entradas son 1, si las manzanas i j, son
contiguas y 0, si no lo son.

64 PACHECO,A.I. y TIMOTHY J. T.J. TYRRELL (2002) ”Testing spatial


patterns and growth spillover effects in clusters of cities” J.Geograph Syst ;
4:275-285pag 275-285
65 GRIFFITH, P.A. y D.W.WONG (2007) “Modeling population density
across major US cities: a polycentric spatial regression approach” J. Geograph
Syst ; 9-53-75.

251
Una ventaja de esta especificación es que el territorio de
auto correlación espacial de los vecinos o de las manzanas
colindantes (WΔPob), localizado en el lado derecho de la
ecuación, funciona como un dato que puede ser usado según
convenga, en sustitución de variables no consideradas en el
modelo y tenderá a disminuir el error de estimación.
Por lo tanto, las variaciones locales o grupos de manzanas
no capturadas efectivamente por la especificación tradicional, son
capturadas por el término de auto correlación espacial.

3.- Resultados
La variable independiente no es significativa pero tiene el
signo correcto.66 El hecho de que la ecuación no sea lo
suficientemente significante señala que no hay relación directa
entre el crecimiento y la densidad, sin embargo, el signo correcto
indica que la ecuación es significativa no sólo por el R2 bajo, sino
por la evidencia de que el crecimiento negativo en el primer anillo
es directamente proporcional al crecimiento positivo de la
periferia o segundo anillo de la zona metropolitana de Monterrey.
Desde la perspectiva del modelo propuesto de
crecimiento por alta densidad residencial (ADR). El crecimiento
urbano está en función de la densidad de población de cada
manzana. El crecimiento por alta densificación residencial, se está
presentando fuera del área central.
Las colonias que registran mayor densidad, se caracterizan
por también presentar altas tasas de crecimiento
Es decir que están creciendo más, las áreas de densidad
mayor, que están rodeadas de colonias con altas tasas de
crecimiento.

66Este resultado es consistente con los estudios reciente sobre el crecimiento


urbano de la áreas metropolitanas (Wong, 1999; Lee, 2005 ).

252
Los resultados de esta investigación coinciden con la
afirmación de algunos teóricos (Lee, 2005), las áreas
metropolitana pasan por diferentes etapas de crecimiento,
primero monocéntricas, después policéntricas, regiones
competitivas, diferenciadas, industriales o de servicios (Wallis,
1994).
Además, “el centro de las grandes áreas urbanas se
transforma adoptando múltiples formas en espacios no continuos
y polinucleares, en un proceso incesante de expulsión y
renovación demográfica. Podemos estudiar entonces fenómenos
complejos como el envejecimiento de la población, la migración y
la ocupación del espacio por sectores privilegiados, en una
constante redefinición de su actividad económica y valor
social“(Sánchez, 2007, p. 6).
El ejercicio empírico de esta investigación prueba la
hipótesis de trabajo sobre el crecimiento urbano en radios
concéntricos. Los resultados también pueden ser útiles para la
formulación de una política de mejoramiento de las áreas
diagnosticadas de alta densidad, sin embargo “es necesario tener
en mente que no hay una política técnicamente perfecta”
(Treviño, 2008, p. 28), por lo que se hace imprescindible tener
claridad en la explicación en la selección de las acciones
estratégicas.
Quizás algunas acciones no sean lo suficientemente
rentables en términos económicos, pero crea enlaces con otras
externalidades que potencialmente resultan factibles a largo plazo
y necesariamente el involucramiento de los grupos de poder y
lideres de la comunidad en la coordinación con otros grupos de
interés diverso para asegurar los mejores resultados de la política.
Los estudios estadísticos de la distribución espacial del
fenómeno social están presentes en la nueva geografía y son la
base de la formulación no sólo para la identificación de nuevas
hipótesis, sino para aplicación de las políticas urbanas públicas.

253
Figura 3 Centros de Alta Densidad Residencial en la Zona
Metropolitana de Monterrey.

1. DENSIDAD DE POBLACIÓN

252 hab/HA 224 hab/HA

229 hab/HA

238 hab/HA

391 hab/HA

Mapa Kernel para LQ, 2000

Fuente: Veloquio, G. (2009) Efectos del Crecimiento Urbano de


la zona metropolitana de Monterrey, tesis doctoral, Facultad de
Arquitectura, Universidad Autónoma de Nuevo León.
Se concluye que a partir del análisis de los datos empíricos
los resultados de este estudio pueden mejorarse si se contrastan
con los obtenidos, sustituyendo en el modelo la variable

254
independiente por otras de tipo demográfico, como la estructura
por edad o socio económico, o por los que dictan la tenencia de
la vivienda en propias o rentadas.
Esta sustitución generará una multiplicación de nuevas
centralidades, incluso estableciendo los radios de diferentes
diámetros de las áreas de influencia de los equipamientos, por lo
que la tendencia urbanística es hacia una nueva estructura interna
de centros múltiples, indeterminados y complejos.
Sin embargo, también el modelo puede ser utilizado, en
su forma propuesta, tomando como centro las cabeceras
municipales de los municipios conurbados y su área de influencia,
o también a otras zonas urbanas con características similares a los
de la Zona Metropolitana de Monterrey.
La Zona Metropolitana de Monterrey constituida por los
municipios de Apodaca, General Escobedo, Guadalupe, San
Nicolás de los Garza, Juárez, García, San Pedro, Garza García y
Santa Catarina, se localiza en la región del noreste de México.
Esta zona tiene una extensión de 56,533 hectáreas, según los
datos censales de 2000.
Según el conteo que llevó a cabo el Instituto Nacional de
Geografía y Estadística (INEGI), en el año 2005 la ZMM
registró una población de 3.6 millones de habitantes, con ello se
muestra que la zona ocupa el tercer lugar en tamaño de población
en México, seguida en orden ascendente de las zonas
metropolitanas de la Ciudad de México y de Guadalajara con más
de 18 y 4 .7 millones de habitantes respectivamente.
La región de estudio tiene una ubicación geográfica
privilegiada, en el cruce de dos importantes corredores
prioritarios para el país, primero el denominado tratado de libre
comercio (TLC) entre Canadá, EUA (I, 35), y México, atraviesa
desde Nuevo Laredo a Lázaro Cárdenas.

255
Segundo el corredor Matamoros-Mazatlán, esta ubicación
geográfica representa un importante polo de crecimiento con
oportunidades de desarrollo para la región.
El crecimiento urbano de la ZM de Monterrey ha sido
notable habiendo obtenido una tasa de crecimiento media anual
de 2.22% entre 1990 y 2000.
El decrecimiento de población en el primer anillo de la
mancha urbana de la ZMM, es un efecto, y se puede medir no
sólo por el abandono que experimentan algunos barrios o
colonias sino por el más grave de los efectos, la pérdida de
población económicamente activa experimentada de 1990 a
2000.
La pérdida de población en el primer anillo y aumento de
la población en el segundo anillo de la ZMM, se debe
principalmente a la expansión experimentada en los últimos años
en la periferia.
El planteamiento del problema de investigación surge de
la revisión de la literatura y de pruebas empíricas previas, de
diagnósticos de zonas metropolitanas, así como de una
motivación académica, por el hecho de que la población de la
ciudad se agrupa en áreas que no son del todo conocidas, ni por
la población en general, ni por los organismos encargados de
dotar de equipamientos e infraestructuras.
El desconocimiento de los patrones de crecimiento
urbano ha conducido a la ZMM a contener una mancha urbana
amorfa, que continúa creciendo sin orden, por la falta de
estructura que le de cohesión y sentido a su desarrollo.
Esta estructura, no es sólo física espacial, o de su sistema
vial, o de transporte, tampoco hacia la integración de una red a
base de centros y subcentros urbanos, sino que la solución deberá
estar acompañada por una superestructura (i.e., leyes y
reglamentos) que consiste en el andamiaje para hacer viables los
proyectos urbanos integrales.

256
De la revisión de la literatura y de estudios empíricos de
casos de áreas metropolitanas, el estudio establece un objetivo
general y cuatro objetivos específicos, el objetivo general es: (1)
Analizar los efectos del crecimiento urbano en la organización del
espacio del área central y resto de la Zona Metropolitana de
Monterrey 1990-2000.
Por lo tanto, para llevar a cabo acciones estratégicas de
equipamiento, ordenación o desarrollo es necesario conocer el
patrón espacial, es decir, en primer lugar en dónde se ubica la
población, cuál es su localización específica.
La teoría dicta que los factores que intervienen en el
efecto del despoblamiento del centro, están asociados a la
dinámica demográfica, a la edad de la población, al tamaño de la
vivienda, a los cambios de uso de suelo, al deterioro de la
infraestructura, y al tipo de tenencia de la tierra.
De la revisión de la literatura y de la discusión entre
autores al problema del crecimiento urbano se deduce que el
cambio trascendental en la estructura urbana de la ciudad
tradicional a la ciudad contemporánea lo ofrece el modelo
policéntrico.
En relación a los elementos que determinan la estructura
urbana, los autores mencionaron a la densidad de población, esta
variable es la que más se repite, pero ninguno menciono, en
términos de estructura urbana, la centralidad sólo residencial,
quizás se le confunde con segregación, sin embargo, como bien
lo dicta Mckenzie, la centralidad se observa cuando existe algún
tipo de especificidad que la distingue, en el caso de este estudio,
es la alta densidad residencial, asociada al estrato social bajo.
Las zonas de alta densidad residencial (ADR), se
localizaron en cinco puntos, la tres en Monterrey, uno en San
Nicolás en los limites con Apodaca y otro en Santa Catarina en
los limites con San Pedro.

257
Estas áreas de ADR se relacionan con el estrato social
bajo, sus calles son estrechas y sus lotes pequeños.
Se recomienda llevar esta investigación a nivel de
microzonas, con el objeto de analizar la situación actual de los
barrios en relación con la ocupación y la intensidad en los usos
del suelo, las necesidades de equipamiento urbano y por supuesto
el grado de afectación social que las zonas de esta naturaleza
conllevan.
De continuar la tendencia en el 2010, habrá en el centro
150 000 habitantes, en el 2030 habrá sólo 50 000 habitantes y en
el 2040 ya no habrá habitantes; esto quieren decir los datos del
estudio analizado, el escenario catastrófico, es un centro
abandonado y caro, el precio por metro cuadrado va en aumento,
no se detiene por el deterioro, ya que está en función de los
recursos que el nuevo propietario puede invertir y del mercado
inmobiliario,67 y una zona metropolitana sin centro, sin forma y
sin limites.
El patrón de diferenciación demográfica entre las áreas
geoestadística AGEBS es, en general, poli céntrico y se manifiesta
principalmente: con los datos de la densidad de población, la tasa
media de crecimiento que experimentan las áreas contiguas y
principalmente su ponderación en el espacio, es decir si el
crecimiento de localiza en el primer o segundo anillo de al ZMM.
La diferenciación intra- urbana se ha incrementado entre
las subáreas que se establecen en el primer anillo, versus el anillo
del resto de la periferia de la mancha urbana, en términos de las
variables demográficas, socioeconómicas y de vivienda.
Estratos socio-económicos bajos medios y altos, las
variables – nodo (familias maduras población de propietarios

67La implantación de estas actividades en el centro se explica, si se considera


que es la economía del mercado la que en verdad regula el esquema espacial
urbano. Castells, M “El centro urbano página 170.

258
mayores de 60 años viviendo en el lugar más de 20 años) es decir
en el primer anillo estratos económicos bajos, población mayor
de 65 años y decrecimiento de la población económicamente
activa.
En los AGEBS del primer anillo (A1), en general ha
declinado el crecimiento urbano en relación al anillo (A2) del
resto de la ZMM. El mismo fenómeno ocurre a su vez en los
subcentros de las cabeceras municipales en relación al primer
anillo, éste proceso crea un exceso de infraestructura social
instalada en el A1 (i.e., educación, salud) y una demanda en
desproporción en el A2. Por lo tanto las nuevas áreas marginales
son más suburbanas que las anteriores.
Sin embargo, en general sigue siendo baja la densidad 43.8
habitantes por hectárea en el área central y 58.1 habitantes por
hectáreas en el resto de la zona metropolitana.
Factores determinantes del crecimiento urbano
El crecimiento urbano está en función de cuatro factores
1) de la densidad de población medida por el número de
habitantes entre la superficie de las AGEB, 2) del crecimiento que
experimentan las zona contiguas, 3) de la localización en el
primer anillo o área central y 4) de la localización en el segundo
anillo o del resto de la ZMM.
La prueba estadística demuestra que están creciendo en
mayor medida aquellas unidades que registran alta densidad de
población, y que además, se caracterizan por estar rodeadas de
zonas que experimentan alto crecimiento de población.
Estas unidades que crecen en mayor medida se localizan
en el segundo anillo, por lo que el crecimiento en el primer anillo
presenta signo negativo (coeficiente -0.64), es decir que las
unidades del centro no crecen de la misma forma que el resto de
la periferia (coeficiente 2.62), porque la densidad de población es
baja y las zona contiguas no están registrando tasas de
crecimiento mayores como el resto de las unidades en la periferia.

259
Por lo tanto, la forma de que el crecimiento en el centro,
vuelva a tener el dinamismo que lo caracterizó en antaño, es a
través de una política urbana de recuperación de plusvalías, con
usos mixtos que incluya los conceptos del nuevo urbanismo de
accesibilidad, transporte y áreas peatonales, es decir un rediseño
de reestructuración de las áreas centrales.
Tabla 4 Relación de conceptos teóricos entre los modelos de
estructura urbana
TEORIAS Zonas Jerarquía de Centros Densidade
concéntricas lugar central múltiples s urbanas
Zonas Los anillos En cada En las ZM
concéntrica concéntricos se anillo se el anillo
s establecen a establecen interior
partir del diferentes tiene
centro del centros en menor
lugar central función de la densidad
estructura que el
urbana resto
Jerarquía El hexágono Aplica la Ley La
de lugar se sustituye de jerarquía
central por el circulo Gravitación se
Universal establece
en función
del
potencial
de
población
Centros En los anillos Los niveles de La
múltiples concéntricos la jerarquía se función
existen establecen habitacion
sectores con según las al
diferentes funciones contiene
funciones densidad

Densidad La densidad La densidad


urbana es mayor en el es mayor en
primer anillo los barrios
y disminuye habitacionale
en el resto s

260
4.- Discusión
El tema de la organización del espacio es aún incipiente
sobre todo porque no llega a convertirse en práctica social y
política pública, con todo y esto existe una demanda social que
requiere de investigación empírica, no sólo con fines académicos
sino como instrumentos de mejora de los servicios urbanos.
Las preguntas sugeridas para la discusión al tema del
crecimiento urbano y sus efectos en la organización del espacio,
son a través de, primero definir el concepto del crecimiento
urbano y a qué teoría general pertenece.
¿Cómo funciona la organización del espacio? ¿Cuáles son
las principales teorías y modelos en la organización del
espacio?¿En qué consisten las funciones urbanas?.
Para Oscar Núñez G., existen tres corrientes dominantes
de la sociología urbana o posturas fundamentales de los llamados
asentamientos humanos, ecologista, estructural funcionalista y
marxismo.
El ecologista surge con la Escuela de Chicago Park,
McKenzie, Burgess, que a permanecido vigente hasta nuestros
días, la corriente estructural funcionalista, inspirada en el
pensamiento de Parsons de la Escuela de Sociología Harvard y la
tercera el marxismo, la representa Marx, Engels, Lefebvre,
Lojkine y Castells.
Para Henri Lefebvre, la distinción que hace al tema es que
“Desde hace algunos años mucha gente a concebido al
urbanismo como una práctica social de carácter científico y
técnico. En tal caso la reflexión teórica debería de ejercerse desde
esta práctica elevándola a nivel del concepto epistemológico. Sin
embargo existe una total ausencia de dicha epistemología
urbanística” (Lefebvre en Bassols, et. al., 1988, p. 466).
Según Lefebre, esto se explica porque actualmente
predomina el carácter institucional e ideológico del urbanismo en

261
lugar del carácter científico ignorando la tendencia de que el
conocimiento, depende siempre de la epistemología, habría
entonces que preguntarse ¿porqué la sociedad actual a invertido el
proceso?.
Tal como lo ha puesto de manifiesto Manuel Castells,
existen tres tipos principales de análisis en los asuntos urbanos, la
primera “los estudios sobre el proceso global de organización,
enfocados desde un punto de vista casi exclusivamente
demográfico…La otra trata acerca de “las investigaciones sobre
desorganización social y aculturación de la escuela de Chicago”; y
finalmente están los estudios de comunidades donde se privilegia
“cierta tendencia a explorar con especial detalle la unidad espacial
como tal”; Pero, sin embargo, “todos han de ser tomados en
cuenta pese a la dudosa validez de los resultados obtenidos”
(Castells, en Basolls, et. al., 1988, p. 492).
¿En qué consiste el problema urbano? ¿Cuál es el objeto de
estudio?
El problema no es puramente académico y su respuesta es
aún una conjetura, saber si el crecimiento urbano está en función
de la densidad de población de cada manzana de cada barrio o de
cada vecindario, es una cuestión que debe definir una
metodología lo suficientemente flexible y especialmente
específica para que pueda ser utilizada como guía de los trabajos
de investigación urbanística.
Se considera objeto de estudio a “todo aquello que sucede
en un contexto urbano” (Castells en Bassols, et, al, 1988, p. 494),
es decir, se estudian los hechos que las diferentes actividades de la
población realiza en el espacio urbano.
Es entonces esa multiplicidad de objetos de estudio
parciales incluso dispersos y asociados con otras disciplina, quizás
la ciencia de la sociología urbana, sea la base de muchas ciencias
más.

262
Tal como lo sugiere el profesor Castells “todas la ciencias
de la sociedad podrían estar en la sociología urbana” sin embargo,
otras teorías apuntan a la desaparición de la sociología urbana por
la dispersión teórica de los estudios urbanos.
“…La centralidad urbana y sus problemas ocupan un
lugar privilegiado y primordial en todo plan de urbanismo, en
todo esfuerzo por remodelar aglomeraciones en crisis o por crear
formas nuevas de agrupación humana en el espacio” (Castells,
1977, p. 167).
Aquí hay que agregar la propuesta de Robert E. Park, uno
de los pensadores más influyentes de la Escuela de Ecología de
Chicago, de diferenciar la centralización de la concentración. “La
centralización en cuanto proceso ecológico debe distinguirse de
concentración que es una mera agregación regional la
centralización es un efecto de la tendencia de los humanos
confluir a determinadas localizaciones para satisfacer
determinados intereses comunes especifico” (Park, en Basolls,
et.al. 1988, p. 111).
Según Lefebvre, existen principalmente dos críticas al
urbanismo contemporáneo: la critica de la derecha y la critica de
la izquierda.
En la crítica de la derecha conservadora nadie ignora que
ésta se apoya en el pasado en un cierto humanismo que alberga y
justifica directa o indirectamente una ideología neoliberal, es decir
la libre empresa abre la posibilidad a la inversión privada de los
capitalistas y de sus capitales.
En contraste la critica de la izquierda intenta abrir el
camino de lo posible, es decir no se contenta con describir o
inducir, sino de llevar a efecto prácticas de cambio social, se
piensa siempre, qué más hay atrás de los hechos y no sólo de lo
realizado por las fuerzas sociales, económicas o políticas
existentes.
¿Cuáles son los factores que inciden en el crecimiento?

263
Existe una multiplicidad de factores que afectan al
crecimiento urbano, algunas teorías apuntan a indicadores
económicos, como la investigación de Von Thünen (1826), W.
Christaller (1933), y otros a los movimientos orgánicos de las
comunidades en analogía a la ciencia ecológica (Park, Mckenzie,
Burgess, 1925).
En los estudios estadísticos “los efectos del crecimiento
urbano destacan características diferenciales de las poblaciones
urbanas y rurales” (Burgess, 1925, pp. 47-62), tales características
son: la mayor proporción de mujeres en relación a los hombres,
mayor proporción de jóvenes, aumento de nacidos fuera de la
entidad y la heterogeneidad en la ocupación, son fenómenos que
caracterizan a la ciudad actual.
Pero ¿Qué es lo que ha determinado el crecimiento de las
grandes ciudades? “En esencia encontramos que existen los
mismos que en la Edad Media formaron la ciudad… Las grandes
ciudades se desarrollan intensamente, porque son la residencia del
núcleo más numeroso de consumidores. Si el radio de la ciudad
se extiende, débese, pues, a la concentración del consumo”
(Sombart, en Bassols et. al., 1988, p. 77).
Finalmente, existe una corriente en sociología dominada
por la teoría marxista, que ha sido utilizada para reflexionar más
allá del simple cambio físico de los barrios y ahondar en lo que
no se ve y en sistemas alternativos de innovación y cooperación.
Según Anthony Giddens, “Si suben los impuestos en el
centro de la ciudad, los grupos y negocios con más tienden a
desplazarse aún más lejos…Se crea un ciclo de deterioro en el
que cuanto más se expanden las zonas residenciales, mayores se
hacen los problemas del centro de las ciudades” (Giddens, 2000,
p. 611).
Sólo que en los EUA, los residentes que se trasladan a las
afueras de la ciudad son grupos de renta elevada y en México son

264
grupos que apenas si les alcanza para adquirir un crédito para casa
propia.
¿Cómo se resuelve el problema urbano?
Si consideramos a la ciudad como un organismo que nace,
crece y se desarrolla, entonces, llega un momento o determinada
parte del proceso de cada unidad urbana que deberá evidenciar
ciertos rasgos característicos de su condición histórico social,
sean estos socioeconómicos o culturales, pero sobre todo, entre
las áreas segregadas de miseria, la disminución de esas
desigualdades sociales es el objetivo del cambio social.
Manuel Castells, señala que la ciudad puede entonces ser
observada como variable dependiente o independiente, es decir,
como efecto o como causa del problema urbano o como él lo
resume, empleando dos términos urbanismo y urbanización,
urbanismo como modo de vida, según L. Wirth, y urbanización
como proceso organizado a partir de un modelo.
Para Castells, las investigaciones pertenecientes al tópico
de los asuntos urbanos se caracterizan: “Primero los estudios
sobre el proceso global de organización, enfocados sobre un
punto de vista casi exclusivamente demográfico”, entonces la
pregunta que el autor se plantea es si ¿Hay una sociología
urbana?.
Esta pregunta responde a la preocupación por resolver
dilemas coyunturales de la investigación urbana, haciendo una
crítica a la ciudad como variable dependiente o independiente.

La ciudad como variable dependiente otorga a la ciudad el


carácter de efecto de los problemas de la sociedad.
En la ciudad como variable dependiente la ciudad es vista
como efecto del problema urbano, la ciudad es producto de la
historia, reflejo de la sociedad , acción del hombre sobre el
espacio para construir su morada, hasta aquí el principio es

265
aceptable el problema inicia al precisar el objeto de estudio,
también cuando debe formularse una hipótesis.
“En el programa de investigación explícitamente
propuesto por Robert E. Park, pueden encontrarse todos los
procesos reales a los que la sociología a consagrado su esfuerzo
de comprensión… se considera objeto de estudio todo aquello
que sucede en un contexto urbano” (Castells, en Basolls, et.al.,
1988, p. 498).
Además, Castells, afirma que “Dado el crecimiento de la
población en las sociedades industriales, todas las ciencias de la
sociedad pueden entonces estar comprendidas en la sociología
urbana”.
El trabajo de Burgués sobre el modelo de crecimiento
urbano según una zonificación progresiva y concéntrica, es el
punto de partida de otra perspectiva teórica que va más allá de la
ecología urbana.
“Lo irritante de la formulación de Burgess que presenta
(implícitamente) como rasgo de orden universal lo que en
realidad no es más que proceso social determinado” (Castells, en
Bassols, et.al. 1988, p. 499).
La ciudad como variable independiente o causa del efecto
del crecimiento urbano, se presenta, en forma de cultura de los
habitantes, en el medio urbano la cultura urbana es entonces una
variable explicativa del proceso de desarrollo de las comunidades
como ya lo cito Louis Wirth “Urbanism as a way of life”.
Por lo tanto, una aproximación a la solución del problema
urbano o el hueco teórico que se percibe en la revisión de la
literatura, al tema especifico del crecimiento urbano en su
relación con la organización del espacio, es estudiar sus patrones
espaciales como procesos de expansión.
Sí utilizamos la variable físico espacial, con el indicador de
aglomeración territorial, denominado densidad de población, que
automáticamente por contraparte, proporciona también el

266
indicador de dispersión, como ausencia presencia de la
concentración de la población.
Este indicador de uso frecuente en la mayor parte de las
disciplinas, permite observar las concentraciones (e.g., de lípidos
en la sangre o en la geografía para caracterizar las regiones del
planeta, o en la física, o la química, o la termodinámica).
Su origen proviene, según el diccionario en
epidemiología, existen cinco formas de utilización de la densidad
para medir efectos,68 sin embargo es este estudio es utilizado
como variable demográfica, pero, quizás todas las ciencias la
utilizan, principalmente por su simplicidad y objetividad a la hora
de caracterizar los problemas de cualquier índole.
¿Para qué sirven los métodos? ¿Cuál es su utilidad?
Los métodos ayudan a predecir y a diseñas acciones de
seguimiento y control de los hechos urbanos o actividades de la
población.
A través de los métodos se puede probar los objetos de
estudio en forma científica “Es más no hay ciencia sin hipótesis
científica” (Lefebvre, en Basolls, et. al. 1988, p. 460).
Sirven además para prevenir contingencias entre la
aparición de un fenómeno actualmente impredecible y cómo las
estructuras urbana pueden hacer frente a los cambios en las
morfologías espaciales.
¿Por qué la población debe conocer los efectos del
crecimiento urbano en la organización del espacio?
No sólo la población que habita en las áreas de mayor o
menor densidad debe conocer el fenómeno, sino todas aquellas
instituciones que tengan objetivos afines al desarrollo de estas
zonas, por ejemplo:

68 Densidad de incidencia, de probabilidades, de parásitos, de incidencia en un


intervalo y de población. Página 38 del Diccionario en epidemiología del
profesor John M. Last.

267
La satisfacción de equipamientos específicos para la
población, que es el objeto de estudio de un sin fin de
organismos públicos y privados o la adaptación de las áreas más
densas a la accesibilidad peatonal.
El diseño de espacios urbanos adaptados para responder a
las necesidades del envejecimiento demográfico o simplemente
para prevenir problemas que las densidades altas tienen como la
falta de espacios públicos, de estacionamiento y de convivencia.
¿Cuántos tipos de centro existen?
Según Castells, en la hipótesis de investigación propuesta
por él para la región de Paris, existen seis tipos de centros que, a
través de la política urbana según sea el nivel espacial ya sea
urbano o a todo el conjunto metropolitano puede promover
acciones.
Castells, inicia con el primer centro denominado
simbólico, donde se localizan las funciones culturales y de
prestigio, su núcleo son capas de irradiación de su influencia, aun
cuando la población decrece y ya lo deshabitó en algunas áreas,
quedan los monumentos.
Continúa con el que denomina centro integrador, que
vemos desarrollarse algunas veces al interior de las zonas
habitacionales y que han crecido en función de las actividades
comerciales y de servicios de la población residencial de los
barrios o colonias o llamados también mini centros por su
atomización en la estructura urbana de la ciudad.
Los centros de intercambio, tienden a estructurar el
transporte multimodal con plazas oficinas y comercios, son
centros que favorecen la estructura de la red vial y la
comunicación con otros nodos del conjunto metropolitano.
Otro concepto es el de centros de innovación, que
coincide con las actividades de propuestas por planificadores
públicos y privados, acerca de la recuperación de áreas marginales

268
con gran potencial de innovación, aún que el fin último es la
creación de un medio social nuevo.
Además, otro centro denominado emisor, o la
concentración espacial de actividades de gestión, información,
investigación y decisión es una yuxtaposición de oficinas,
estudios, universidades y sedes sociales.

5.- Reflexión
Política de crecimiento y política pública
Ningún tema como el que nos ocupa acerca de los efectos
del crecimiento en la organización del espacio había estado tan
cargado de componentes ideológicos que explican la falta de
universalidad de las teorías de los asentamientos humanos y
como cada escuela, cada enfoque, presenta una visión distinta al
problema urbano.
La ciudad de Monterrey de ayer, la representa una
aglomeración de pequeñas villas, la villa de Guadalupe, la villa de
Juárez con colonias para obreros y campesinos agrícolas, que
están atravesando un proceso de reorganización hacia un sistema
descentralizado en cuanto a sus funciones residenciales,
comerciales y de servicios.
Los municipios conurbados, congregan entre sus
territorios distintas actividades de la población en subáreas que
prestan diferentes servicios a la población.
Las actividades que la población realiza, se traducen en
términos espaciales, en la forma que toma la estructura urbana de
la ciudad.
La forma que caracterizó la estructura urbana de
Monterrey, desde el punto de vista focal, lo fue sin duda la
organización monofocal.
Hasta 1990, las actividades de la población, estaban
dominadas por el distrito comercial central, como se demuestra

269
en los flujos de los viajes de traslado diario, que los habitantes
realizan en la ciudad, presentado en el Plan Metropolitano 2003.
Hoy la población atraída por nuevas áreas de desarrollo,
conforma un cuerpo amorfo, de expansión e intensidad, de
actividades diseminadas en la zona urbana, caracterizado bajo la
forma de una constelación de centros múltiples.
El fenómeno urbano y la urbanización, es un proceso con
reglas globales y locales, por un lado es importante la localización
del área en el caso de Monterrey, al estar situado en un contexto
geográfico, en el corredor Monterrey, San Antonio, Dallas y
Chicago, presenta ventajas locacionales al desarrollo futuro de la
zona “…no se puede negar que las nuevas configuraciones del
crecimiento urbano han planteado retos para comprender su
significado” (López, R. 2003, p. 194).

Tabla 5. Centros múltiples de actividad en función del área de


influencia del equipamiento

Residencial Densidad alta,


media
y baja
Centros múltiples por Equipamiento Educativo y cultural

270
el área de influencia Salud y asistencia pública
de cada elemento Comercio y abastos
Recreación y deporte
Comunicaciones y
transportes
Administración y
servicios urbanos
Producción Industria pesada
mediana
y pequeña

Implicaciones políticas
Con estos resultados se elabora una propuesta que se
traduce en términos de acciones de desarrollo urbano a través de
la política de mejoramiento zonal aplicada a los centros múltiples
residenciales diagnosticadas de alta densidad consiste en:
Esta política se estima tendrá una aportación en tres
dimensiones, en la dimensión social la conformación de redes de
ciudadanos que habitan en zonas de alta densidad, en la
dimensión físico espacial la articulación de una red vial que las
integre en función de los flujos de sus habitantes
Elaboración de un levantamiento de los equipamientos
urbanos de cada zona y la cuantificación de su déficit o superávit
En la dimensión política el establecimiento de los
mecanismos financieros y no financieros de atención a las zonas.
Las políticas son estratégicas o tácticas las primeras sirven
para destruir el viejo patrón tradicional y las segundas tienen por
objeto recabar la evidencia de la calidad de vida de la población.
Figura 6. Áreas de influencia de los sectores dinámicos en
movilidad cotidiana

271
Concepto del policentrismo, diferenciado y jerarquizado
Gral
Escobedo

San Apodaca
Nicolás

Cumbres

Área central
Guadalupe

San
Pedro

Santa
Catarina Huajuco

El factor clave la reforma institucional en tres grandes:


líneas la primera consiste en asegurar una sana macroeconomía
estable de las instituciones fiscales y financieras, segunda, ampliar
el acceso a servicios públicos para la población y tercera, reformar
el trunco y elitista estado de bienestar a través de las
transferencias localizadas y condicionada de los efectos.
La crisis sin embargo, no está dando lugar a una nueva
fase porque el ajuste se está dando unilateralmente, en el pasado
las crisis se resolvían porque eran acompañadas de una
destrucción de las deudas acumuladas por medio de quiebra o
bancarrota y reestructuraciones financieras, un recurso que hoy
sólo utiliza la empresa privada que contrasta con la deuda del
sector público y su inminente y paulatina pérdida de poder que lo
había acompañado desde su aparición en la polis romana hasta
nuestros días.

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275
Migración indígena en la zona metropolitana de
Vallarta
Erika Patricia Cárdenas Gómez69

… el arribo significativo de
los inmigrantes a las
ciudades es un proceso
mediante el cual a las
relaciones sociales existentes,
con su lógica propia de
globalización, estratificación,
diferenciación y exclusión
social, se les agrega la
dimensión étnica como una
variable más; de allí que
conocer cómo se expresa y
cómo viven los indígenas tal
condición debe ser materia
de investigación y no de
generalizaciones que evitan
conocer las particularidades
de los procesos en los que
están involucrados y
contribuyen a generar

69 Licenciada en Estudios Internacionales por la Universidad de Guadalajara.


Maestra en Estudios sobre la Región por El Colegio de Jalisco. Actualmente
estudia el doctorado en Ciudad, Territorio y Sustentabilidad en el CUAAD de
la Universidad de Guadalajara. Sus temas de estudio son: comercio
internacional, transportes, infraestructura y migración. Alumna del Doctorado
en Ciudad, Territorio y Sustentabilidad, CUAAD-Universidad de Guadalajara

276
estereotipos (Pérez, 2007,
p.77).

Introducción
Este texto tiene como objetivo analizar la migración
indígena que ha recibido la zona metropolitana de Vallarta, para
ello se hace un recuento de los estudios de la migración interna
que se han realizado, sobre todo en el occidente del país, para
después pasar a los trabajos de la migración indígena: fenómeno
característico de la primera década del siglo XXI. El contenido de
este documento formará parte del primer capítulo de mi tesis, el
cual se intitula: “Puerto Vallarta en términos urbanos y la
migración indígena”. Así, el trabajo se divide en siete apartados.
Cabe señalar que la narrativa del escrito sigue por el
momento una forma esquemática, esto con el fin de construir el
apartado en cuestión, por un lado, y, por el otro, que me permita
tener claridad y precisión conceptual.

¿Qué es la migración?
La migración es un fenómeno complejo y se presenta en
las sociedades humanas desde que el hombre mismo apareció. Sin
embargo, a fin de que la reflexión sea pertinente y sin hacer una
historia de este fenómeno o ir al origen del concepto, conviene,
en primer lugar, explicar qué se entiende por migración, y que de
acuerdo con Ligia Aurora Sierra Sosa (2006, p.134), es el
movimiento territorial de personas que trasladan su espacio de
vida a otro ámbito, con tiempo de permanencia largo y
posibilidades de consolidar ahí su casa y trabajo. Esta misma
autora diferencia al mismo tiempo la migración internacional e
interna. La primera, nos dice, se limita en el cruce de las fronteras
nacionales para el cambio de residencia. En tanto que la
migración interna ocurre entre dos regiones de un mismo país
(Idem).

277
Conviene aclarar antes que existen varias definiciones
sobre migración. Por ejemplo, la Enciclopedia Internacional de
las Ciencias Sociales (1975, p.93) señala que la palabra deriva del
latín migrare que significa cambiar de residencia, pero en las
definiciones actuales se utiliza para puntualizar el cambio de
comunidad. Es por ello que la migración se define como el
desplazamiento de personas a una distancia significativa y con
carácter relativamente permanente.
Dentro de las consecuencias de la migración Beatriz
Canabal menciona que ésta implica una serie compleja de eventos
que alteran las relaciones sociales, tanto en las comunidades de
origen como en las de destino, además, conlleva la construcción
de redes sociales que posibilitan su movilización e inciden en
cambios en las comunidades que viven (Canabal, 2008, p.11).

Las causas de la migración


¿Por qué se da la migración? Es una pregunta difícil de
contestar. Pero quizá quien responde a esta pregunta es la
corriente denominada macrosocial, la cual señala como causa
principal la desigualdad económica que existe dentro de las
regiones, situándose así lugares de atracción y rechazo. Sin
embargo, queda la interrogante ¿por qué no todas las
comunidades de rechazo emigran? Ante ello la corriente
microsocial, puntualiza que en la migración intervienen los
factores individuales; el conocimiento del lugar de atracción,
parientes que habiten en éste, entre otros.
Paul Singer en la década de 1970 reconoció lo siguiente:
Si se admite que la migración interna es un proceso social,
hay que suponer que hay causas estructurales que impulsan
a determinados grupos a ponerse en movimiento. Estas
causas son casi siempre de fondo económico -
desplazamientos de actividades en el espacio, crecimiento
diferencial de la actividad en lugares distintos, etc.- y

278
alcanzan a los grupos que componen la estructura social del
lugar de origen de modo diferenciado. Así, si en un área
determinada la mecanización de la agricultura reduce su
demanda de mano de obra, los desempleados, tienen que
migrar hacia otra área, en busca de medios de vida. Esos
desempleados que migran son, en su gran mayoría ex-
asalariados, jornaleros, es decir, forman un grupo que no
tiene derechos de propiedad sobre el suelo. Los
propietarios y arrendatarios no se ven obligados a migrar,
en un primer momento, aunque algunos puedan ser
inducidos a hacerlo más tarde, por no poseer los recursos
necesarios para acompañar el cambio de la técnica de
producción (Singer, 1998, p.58).
Las apreciaciones de Paul Singer sobre la migración son
interesantes, ya que de éstas se desprenden varias observaciones.
La primera es que las migraciones deben ser analizadas por
momentos. En un momento inicial emigran los grupos sociales
que se han visto afectados por los cambios económicos y
sociales. Sin embargo, no todos los miembros del grupo social se
van a desplazar, sino que las condiciones objetivas y subjetivas se
pondrán en juego para tomar la decisión final. La segunda, y
teniendo en mente lo anterior, se debe comprender al área de
origen de un flujo migratorio como aquella donde se dieron
transformaciones socioeconómicas, que llevaron a uno o varios
grupos sociales a migrar (Singer, 1998, p.62).
Este mismo autor considera que el migrante recién
llegado al medio social se adapta por la ayuda mutua y solidaridad
que le ofrecen los migrantes más antiguos. 70

70Aquí se podría observar cómo la teoría de redes es analizada como un


mecanismo de adaptación. Este enfoque será profundizado en párrafos
posteriores.

279
Actualmente los expertos en temas migratorios reconocen
que para el estudio de la migración se debe tomar en cuenta lo
siguiente: a) un tratamiento de las fuerzas estructurales que
promuevan la emigración desde los países en desarrollo, b) una
caracterización de las fuerzas estructurales que atraen migrantes
hacia las naciones desarrolladas, c) tomar en cuenta las
motivaciones, objetivos y aspiraciones de quienes responden a
estas fuerzas estructurales, y d) considerar las estructuras sociales,
económicas y culturales que surgen para conectar las áreas de
origen y destino de la migración Durand y Massey, 2003, p. 39).
Por lo tanto, la propuesta para los estudios de migración es tomar
en consideración tanto los enfoques macro y micro y las redes
sociales.

Literatura de la migración interna en México


Respecto a los autores que han abordado el análisis de la
migración interna, sobre todo, en el occidente del país son los
siguientes:

Cuadro 1. Los autores de migración interna


Clasificación Autores Año
1. Estudios regionales, fue Jorge Balán, Harley L. 1977
Monterrey Browing y Elizabeth
Jelín.
2. Estudios de migración a Humberto Muñoz, 1977
nivel nacional Orlandina de Oliveira y
Claudio Stern. (Comps).
3. Estudios de caso Robert V. Kemper y 1976 y 1978
Lourdes Arizpe
4. Estudios cuantitativos Virgilio Partida Bush y 1994 y 2002
Rodrigo Pimienta Lastra.
5. Estudios de migración William W. Winnie, 1984, 1986, 1992,
en ciudades medias Jesús Arroyo Alejandre, 1993, 1997 y 1998
Luis Arturo Velázquez
Gutiérrez, y Jean Papail.
6.Otros Roberto Rodríguez, 1999 y 2002
Alejandro Canales y

280
Patricia Vargas.
Fuente: Elaboración propia.

Como se ilustra en el cuadro anterior estos autores


pueden ser agrupados en seis enfoques teórico-metodológicos.
En la primera línea se encuentra el trabajo de la migración en
Monterrey, el cual fue pionero en el estudio la migración interna
en el país. Con dicho análisis se inicia una tendencia por hacer
estudios regionales de la migración. En el trabajo se estudia, a
través de encuestas, la migración que arribó a la Sultana del Norte
destacando las características económicas y sociales de los
migrantes y las dificultades que éstos enfrentaban en su inserción
el mercado laboral.
En la segunda línea se puede apreciar el análisis, también
por medio de encuestas, la migración hacia la ciudad de México.
Al igual que en la primera línea se estudian las características de
los migrantes, y se hace la distinción entre nativos y migrantes
con el objeto de conocer la difícil situación por la que atraviesan
estos últimos para ascender socialmente. Asimismo, se señala que
las causas económicas son las que explican el fenómeno de la
migración en nuestro país.
La tercera línea, está representada por los autores que
hacen un estudio de la migración de tipo cualitativo. Kemper,
1976, menciona que los Tzintzuntzeños es la búsqueda de lazos
con otros aliados urbanos a menudo más poderosos, con el
objetivo de ascender socialmente. Por su parte Arizpe, 1978,
puntualiza que las fluctuaciones de los volúmenes están asociadas
con la circulación de capitales que provocan variaciones en la
demanda de mano de obra.
En la cuarta línea se aprecia los estudios de la migración
interna de manera cuantitativa. A los autores les interesa obtener
las cifras exactas y una visión general y total del fenómeno en el
país por medio de patrones de edad y sexo. Partida, 1994,

281
menciona que la causa principal de la migración se debe por la
distribución inequitativa del desarrollo social y económico entre
las diferentes regiones del país.
En la quinta línea destacan los autores que analizan la
migración interna en el occidente del país. Su propuesta fue el
cambio en los patrones migratorios, donde las ciudades medias se
convirtieron en los principales destinos de la migración. Las
razones de dicho cambio fueron económicas, políticas y
culturales.
En la sexta línea se encuentran varios trabajos que han
abordado la migración tanto en Puerto Vallarta como en su
región; mencionando las características de ésta y sus razones. En
párrafos posteriores se retomaran algunas de estas observaciones.

Literatura de la migración indígena en México


Un fenómeno novedoso en la migración a principios de la
década del siglo XXI es la de los indígenas a las ciudades. Esta
migración incluye tanto a niños, mujeres y ancianos. Pablo Yanes
sobre este punto destaca lo siguiente:
Hoy los pueblos indígenas se encuentran territorializados,
desterritorializados y tranterritorilizados. Están en el campo y en
la ciudad, en el país y fuera de él, dentro y fuera de sus territorios
originales. Reproducen su vida material y simbólica en sus
territorios de manera permanente, estacional o intermitente y se
vinculan objetivamente o subjetivamente con ellos. La relación
con los territorios originales se identifica, en unos casos, con la
propiedad agraria, en otros con el sistema de autoridades, con la
comunidad de lengua o variante dialectal o con otras instituciones
culturales (Yanes, 2008, p.240).
Sin pretender hacer un exhaustivo estado del arte, a
continuación se muestra un cuadro con los autores que han
estudiado la migración indígena que se dirige a las diferentes
ciudades.

282
Cuadro 2. La migración indígena en las ciudades
Ciudad según su Problemáticas analizadas Autores
actividad
económica
Ciudades Los autores señalan los Gabriel Torres (1997),
agroindustriales lugares de origen y destino Lourdes Consuelo
de los migrantes indígenas. Pacheco (1999), Elsa
Las condiciones en qué Guzmán y Arturo León
viven como jornaleros y (2005) y Beatriz Canabal
las razones de su Cristiani (2005) y (2008).
migración.
Ciudades Las autoras mencionan las Cristina Oechmichen
industriales estrategias de adaptación Bazán (2005), Séverine
que utilizan los migrantes Durin (2008), Adela Díaz
indígenas en las ciudades. (2008), Laura Chavarría
Así como la relación que (2008), Eugenia Bayona
guardan éstos con los (2007), Regina Martínez
nativos. (2007) y Aldo Ruíz (2008).
Ciudades Los autores estudian los José Antonio de la Cruz
turísticas de sol y cambios económicos, (2005), Gustavo Marín
playa culturales y urbanos que se (2008) y Alicia Castellanos
presentan con la y María Dolores (2005).
migración.
Fuente: Elaboración propia.

En términos generales, los hallazgos son los siguientes: en


el primer apartado del cuadro autores como Elsa Guzmán y
Arturo León (Ibíd., p.125) consideran que los jornaleros debían
cumplir con dos aspectos para concretizar la venta de su fuerza
de trabajo: el primero era el dinero para pagar la salida y, el
segundo, el tener las relaciones que permitieran encontrar al
contratante. Quizá lo anterior se aplique en algunos casos, pero
no hay que dejar de lado la participación de los enganchadores,
cabos, mayordomos, capitanes y otros términos de uso local en la
escena agrícola. Estos enganchadores cumplen con las siguientes
tareas:

283
 Se encargan de reunir a la mano de obra en sus lugares de origen
y transportarla a las zonas donde se les requiere.
 Viven en las colectividades rurales.
 Financian los gastos de transporte y entregan algún tipo de
recursos por adelantado.
 Cumplen la función de capataces en los campos de cultivo.
 Cobran comisiones a los productores por cada trabajador
reclutado, o bien, cobran un monto proporcional al volumen de
trabajo realizado (Sánchez, 2005, p.39).
Por su parte, en el segundo apartado Oechmichen (2005,
p.16) plantea que en las ciudades los indígenas, los mazahuas, son
incorporados como fuerza de trabajo, aunque generalmente en
ocupaciones mal pagadas y carentes de derechos laborales. Los
indígenas de este modo son residentes en la ciudad, pero se le
conmina a que regresen a sus pueblos. Tienen derecho al libre
tránsito, pero su presencia en las ciudades es motivo de conflicto.
Los indígenas, por la discriminación que son objeto en la ciudad,
transforman algunos indicios de su identificación.
En el tercer apartado se destaca por ejemplo que en
Cancún existen cerca de 40 mil indígenas de Chiapas, expulsados
por los estragos del huracán Gilberto y por la situación de guerra
que se vive en la zonas de Las Cañadas, Los Altos y zona norte
de la entidad (Castellanos y París, 2005, p.135).71
También los jóvenes indígenas de la zona maya llegaban a
Cancún por medio de sistemas de enganche. Vivían hacinados en
los campamentos cercanos a las grandes obras; estos
asentamientos provisionales fueron desmontados a medida que se

71 Así como este dato es significativo por la magnitud, también lo es estudiar la


migración chiapaneca en Puerto Vallarta no por la razón cuantitativa, sino
por, entre otras antes señaladas, dar cuenta de un patrón o nuevos elementos
que explican flujos migratorios del sur del país a ciudades no contempladas
tradicionalmente.

284
terminaban las labores de construcción en la zona hotelera del
centro turístico internacional (Idem). Es así como Playa del
Carmen ha sido rebautizada popularmente como “la ciudad de
los albañiles”, debido a la cantidad de inmigrantes que recibe
regularmente y que se emplean en las nuevas obras de
construcción (Ibíd., p. 136).
Para estudiar y analizar la migración, en general, es
mediante el enfoque de las redes sociales por las siguientes
razones:

Las redes sociales


Uno de los factores decisivos en la migración es la
cuestión de las redes. Beatriz Canabal define a las redes como las
conexiones que los grupos de migrantes logran establecer, con el
fin de facilitar su proceso migratorio, su estancia de trabajo y su
posible establecimiento en los lugares de destino (Canabal, 2008,
p.14).
Ofelia Woo menciona que las redes migratorias o redes
sociales son las formas de vinculación entre los migrantes con su
comunidad de origen, de cruce y de destino. Éstas se traducen en
transmitir información, conocimientos y el apoyo moral y
económico en el proceso migratorio (Woo, 1993, p.320).
Mientras que para Jorge Durand y Douglas Massey (2003,
p.31) las redes migratorias son conjuntos de lazos interpersonales
que conectan a los migrantes con otros migrantes que los
procedieron y con no migrantes en las zonas de origen y destino
mediante nexos de parentesco, amistad y paisanaje.
Ahora bien, se debe señalar el origen de la teoría de redes.
En el campo de la antropología se le ubica con la escuela de
Manchester y con Max Gluckman a la cabeza.
Ubaldo Martínez considera que cuando se analizan las
redes se deben tomar en cuenta el papel que juegan éstas en el
proceso migratorio como variable, ya que para algunos casos

285
puede ser de suma importancia, pero para otros no. El estudio
empírico de ellas dará la última respuesta. Además, se debe
considerar que la red de relaciones tiene características distintas
según el género de los implicados (Ibíd., p. 22).
Asimismo, se debe reconocer que en las redes se
establecen relaciones de solidaridad, reciprocidad y conflicto.
Este último aspecto se da por la convivencia prolongada, el
hacinamiento en los hogares y las necesidades económicas, pues
se generan conflictos que motivan a las familias recién llegadas a
conseguir otro lugar donde vivir (Woo, 1993, p.315).
Larissa de Lomnitz (1998) nos da pistas sobre la
importancia de las redes al describir que éstas son una modalidad
de sobrevivencia que utilizan los marginados: los campesinos que
todavía no se han integrado a la clase obrera urbana.
Éstas (las redes) representan parte de un sistema
económico informal, paralelo a la economía de mercado, que se
caracteriza por el aprovechamiento de los recursos sociales y que
opera en base al intercambio recíproco entre iguales. Aunque
utiliza relaciones sociales tradicionales (la familia, el compadrazgo
y la amistad), este sistema no es meramente un resabio de
modalidades económicas primitivas y caducas, sino que
constituye una respuesta evolutiva, plenamente vital y vigente a
las condiciones extremas de la vida marginada (Lomnitz, 1998,
p.11).
En las redes se producen intercambios. La frecuencia de
éstos y su importancia social y económica se constituye en un
valor adaptativo para los marginados en las distintas situaciones
urbanas (Ibíd., p.141). Y dos son los factores que lo favorecen: la
cercanía física y la confianza. De este modo, se puede deducir,
con la intención y reto a comprobar, que algunos de los
migrantes que arribaron a Puerto Vallarta en busca de obtener un
empleo requirieron del apoyo y ayuda de un integrante de la

286
familia que ya vivía en esta ciudad o en su cercanía.
Conformándose poco a poco una red social.
Ejemplo de redes es el de las mujeres migrantes indígenas
de la región de la Huasteca, las cuales se emplean como
trabajadores domésticas gracias a la participación de las redes
sociales que se tejen entre familiares. Aunque, por medio de estas
redes circulan también bienes, información y apoyo moral y
económico (Díaz, 2008, p.146). Así, amigas, primas, tías o
hermanas animan a otras mujeres a inmigrar a la ciudad y les
ayudan a conseguir trabajo, instalarse, a conocer la ciudad, a
moverse en transporte público.
Otro ejemplo de redes en la migración es el que da cuenta
Bayona para el caso de los purépechas, quienes para lograr esa
inserción laboral se han organizado en una red de parientes y
paisanos, lo cual les ha permitido conseguir y conservar un nicho
laboral (Bayona, 2007, p.128). Así, estas redes de parentesco y
paisanaje a los migrantes recién llegados a la ciudad les sirven
para conseguir mercancía, informarse sobre los mejores tianguis y
conseguir préstamos en efectivo para incursionar en el comercio.
Por su parte Regina Martínez nos dice que los otomíes
con la fiesta religiosa, celebrada el 25 de julio, mantienen una
estrecha red de relaciones sociales que les permite continuar en la
ciudad y conservar una organización para la fiesta patronal y las
peregrinaciones anuales. Esto garantiza la asistencia de todos,
independientemente de su lugar de residencia (Martínez, 2007,
p.108). Pero cómo se ha dado este fenómeno en mi espacio de
estudio.

Puerto Vallarta como polo de atracción de migrantes


Como contexto, como ya se mencionó anteriormente,
actualmente la migración se dirige hacia las ciudades medias, las
cuales presentan ventajas y adquirieron mayor importancia, pues
permitían costos comparativos más bajos y aprovechaban las

287
economías de aglomeración de alguna metrópoli al estar ubicadas
dentro de su área inmediata de influencia. Con ello evitaban los
costos crecientes de las deseconomías de la gran urbe
(contaminación, congestión, altos precios del suelo, etc.).
Jesús Arroyo, y en colaboración con Edgar Olmos
Santamaría, (1998, p.293) se destaca que
…la política económica que se aplicó en los años de 1970 y
1980 favoreció el crecimiento de las ciudades medias ya que
hubo una reorientación de los flujos migratorios. Para la
clase baja ya no era costeable trasladarse a Guadalajara,
ciudad que tenía una larga trayectoria migratoria, por lo que
se dirigieron a las ciudades medias de la entidad.
Ejemplo de esta ciudad media es Puerto Vallarta. Así,
Las ciudades medias están creciendo a ritmos superiores al
de la ciudad de México, y se debe a la apertura de fuentes
de trabajo y al incremento de su nivel de vida. Por estas
razones los flujos migratorios se dirigen hacia estas
ciudades (Rojas, 2000, p.37).
Además, en el caso concreto de Puerto Vallarta se puede
decir que en la década de 1970, éste empezó a despuntar como
un centro turístico internacional, lo cual atrajo migrantes. Winnie
(1984, p. 151) señalaba que en Puerto Vallarta en 1976 los
migrantes constituyen el 58 por ciento de su población total; y
con el arribo de migrantes a las localidades receptoras las
ciudades reforzaron su cambio de actividad económica.
El fenómeno de la migración en Puerto Vallarta es de una
magnitud desde la segunda mitad del siglo XX, y ésta se ha
concentrado en el sector terciario. Por ejemplo durante el año de
1940, el 70.8 por ciento de su población económicamente activa
laboraba en el sector primario. Mientras que para 1970 ésta
únicamente ocupaba el 11.0 por ciento (Arroyo, Winnie y
Velázquez, 1986, p. 127).

288
Luis Arturo Velázquez Gutiérrez en su artículo
denominado “Puerto Vallarta, cuidad de atracción migratoria”
puntualizó, con base en la Encuesta de Ingreso por Hogar de
1990, que de la población de Vallarta el 52 por ciento era
migrante y que predominaban los hombres. Las ciudades que más
aportaron a esta tendencia fueron la ciudad de México,
Guadalajara y el estado de Nayarit (Velázquez, 1993, p.139).
Entre lo que concluyen estos autores sobre Puerto
Vallarta, es que a finales del siglo XX se puede mencionar que: a)
la población migrante es joven ya que se concentraba en edades
inferiores a los 30 años de edad; b) tenían un nivel general de
educación más alto en comparación con otras tres ciudades
medias que también estudiaron: Ciudad Guzmán, Lagos de
Moreno y Manzanillo; c) casi el 19 por ciento de los hogares
vallartenses tenía una mujer como jefa de familia; d) un número
relativamente elevado de no parientes caracterizaba a los hogares
de Puerto Vallarta; y e) en Puerto Vallarta los hogares con parejas
menores de 30 años representaba casi el 30 por ciento (Velázquez
y Papail, 1997, pp.116-197).
En este sentido, Roberto Rodríguez reconoció que a
Puerto Vallarta también llegaba gente de Guadalajara y de la
ciudad de México, quienes tenían un nivel de estudios alto y
ocupaban lugares importantes en la jerarquía laboral. Es así, que
planteó tres motivos principales por los cuales los migrantes
probaban suerte en la ciudad: el primero era de tipo familiar, ya
que la familia decidía acompañar al jefe de ésta o vivir con
familiares cercanos en la ciudad; el segundo era de carácter
laboral, pues la compañía trasladaba a sus trabajadores; y el
tercero era de sobrevivencia económica (Ibíd., p.34).
La migración que recibe esta región, los autores señalan
que tanto en Puerto Vallarta como Bahía de Banderas la mayoría
de los inmigrantes provenían de otras entidades del país. En el
caso de Puerto Vallarta proceden de entidades lejanas. Otra

289
peculiaridad es el hecho de que se trata de una inmigración
primordialmente laboral. Casi el 60 por ciento de los inmigrantes
tiene entre 15 y 39 años, a la vez que otro 15 por ciento tiene
entre 40 y 65 años (Canales y Vargas, 2002, p.24).
Y en lo que respecta a la migración indígena, qué
características generales tiene.

La migración indígena en la zona metropolitana de Vallarta


Patricia Arias (2009, p.166) al respecto de este tema:
La migración indígena a zonas urbanas se ha generalizado a
casi todos los grupos étnicos, ha dejado de concentrarse en
la ciudad de México y se ha extendido a un sinfín de
espacios urbanos y metropolitanos pero, en especial, hacia
las urbes de la frontera norte y las ciudades turísticas:
Cancún, Ciudad Juárez, Puerto Vallarta y Tijuana. En los
espacios turísticos se han ampliado la oferta de empleo en
la industria de la construcción y los servicios y se ha
desarrollado un mercado para las artesanías y el comercio
indígena; dinámica que combina la inserción laboral de los
hombres y las mujeres.
Puerto Vallarta, al ser una ciudad media que recibió
afluentes de migrantes indígenas como nahuas, zapotecos,
mixtecos, otomíes, purépechas y huicholes. De este modo, la
ciudad desvió los flujos migratorios que se dirigían a la zona
metropolitana de Guadalajara (Valencia, 2000, p.71)
En este sentido, el primer dato con el que se debe partir
es saber cuál es la población indígena que hay en la zona
metropolitana de Vallarta. En el año 2000 y considerando el
Índice de Desarrollo Humano para los pueblos indígenas en la

290
zona metropolitana de Puerto Vallarta había 5 mil 331 indígenas
en universo poblacional de 244 mil 626 habitantes.72
En tanto que en el Conteo de Población y Vivienda de
2005 la población indígena en este especio urbano y
considerando que el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y
Geografía e Informática) los identificaba como tal sólo a los
hablantes de una lengua indígena, en la zona metropolitana de
Puerto Vallarta había 2 mil 562.73
Pero como ya se notó, tenemos aquí un primer problema
de medición, clasificación e identificación de los indígenas en la
zona metropolitana de Vallarta entre dos fuentes oficiales
encargadas de abastecer de información y construir bases de
datos. Cabe mencionar que las cifras no muestran algunos
aspectos de la realidad que inciden desde luego en la medición,
por ejemplo el hecho de que varios indígenas niegan, para no ser
objeto de discriminación, que hablan alguna lengua indígena. El
problema parte desde luego de la forma en cómo se define al
indígena y qué características tiene. Además, habría que agregar
que se está estudiando a personas que se mueven
constantemente, alterando con ello las cifras que ofrecen los
organismos oficiales de elaborarlas.
El resultado obtenido del conteo llevó a señalar que la
zona metropolitana de Vallarta existían varios grupos lingüísticos
indígenas, los diez principales son los siguientes: (Cuadro 3).

72 La población indígena de la zona metropolitana se obtiene de sumar la


población cuantificada en los municipios de Puerto Vallarta, Jalisco, y Bahía de
Banderas, Nayarit. En este sentido, en el municipio de Puerto Vallarta que
contaba con una población total de 184 mil 728 habitantes tenía, según Índice
de Desarrollo Humano, 4 mil 248 indígenas. Mientras que en el municipio de
Bahía de Banderas que tenía 59 mil 898 habitantes tenía mil 083 indígenas.
73 Según el Conteo de Población y Vivienda de 2005 del INEGI Puerto

Vallarta contaba con mil 949 indígenas, de éstos mil 057 eran hombres y 892
eran mujeres. En tanto que en Bahía de Banderas había 613 hablantes de
lenguas indígenas, de ellos 369 eran hombres y 244 mujeres.

291
Cuadro 3. Los diez grupos lingüísticos indígenas con mayor presencia
poblacional en la zona metropolitana de Vallarta *
Orden Grupo lingüístico Total Hombres Mujeres
1. Náhuatl 1019 533 496
2. Zapotecos 219 110 109
3. Otomís 149 73 76
4. Huicholes 119 65 54
5. Lenguas mixtecas 79 44 35
6. Triquis 72 36 36
7. Tzotzil 49 39 10
8. Coras 41 24 17
9. Popolocas 38 28 10
10. Tzeltal 24 17 7
Fuente: elaboración propia con base en el INEGI. II Conteo de
población y vivienda, 2005.
*Los datos por municipios se distribuyen de la siguiente manera: en Puerto Vallarta
había 837 indígenas del grupo lingüística náhuatl (437 eran hombres y 400 mujeres);
191 zapotecos (93 eran hombres y 98 mujeres); 144 otomís (74 hombres y 73 mujeres);
79 de lenguas mixtecas (44 hombres y 35 mujeres); 75 huicholes (42 hombres y 33
mujeres); 72 triquis (36 hombres y 36 mujeres); tzotzil 3 (hombres 3); Cora 11 (5
hombres y 6 mujeres); popolocas 16 (11 hombres y 5 mujeres) y tzeltal 6 (5 hombres y
1 mujer) . Por su parte en Bahía de Banderas se reportó que había 182 indígenas del
grupo náhuatl (96 hombres y 86 mujeres); 28 zapotecos (17 hombres y 11 mujeres);
otomíes 5 (2 hombres y 3 mujeres); 46 tzotziles (36 hombres y 10 mujeres); 44
huicholes (23 hombres y 21 mujeres); 30 coras (19 hombres y 11 mujeres); 22 popolas
(17 hombres y 5 mujeres); y 18 tzeltzales (12 hombres y 6 mujeres).
No cabe duda, que los datos que se mostraron
anteriormente son interesantes, pero hace falta hacer un estudio a
profundidad con cada uno de los grupos lingüísticos, con el
objeto de conocer, entre otras inquietudes, las redes que se han
establecido y sus estrategias de sobrevivencia.

Recapitulando
El esfuerzo realizado da algunas luces para entender el
tema de la migración interna en el país, con el objeto de llegar a
considerar que la primera del siglo XXI se caracteriza por la
migración indígena que se dirige a las ciudades medias. Una de

292
las ciudades medias que va a recibir afluente de migrantes
indígenas es la zona metropolitana de Vallarta.
Un hecho evidente es que el despegue de Puerto Vallarta,
como centro turístico internacional, muchos migrantes llegan en
busca de obtener un empleo. Y varios de ellos se quedan en la
ciudad para radicar. En este sentido, sería interesante conocer las
estrategias de integración de los indígenas a la vida urbana. La
invitación es adentrarse al análisis de los distintos grupos
indígenas que arribaron a dicho lugar, para cuestionar o precisar
algunas generalizaciones.

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S.XXI.

298
La influencia carretera en la construcción de
paisajes: el caso México.
Mario Guadalupe González Pérez74

1. Introducción.
Hace ya medio siglo que los teóricos estadounidenses
afirman que la forma urbana necesita de los sistemas de
transporte y de los comportamientos de accesibilidad. Los
esquemas teóricos más importantes se basan en los modelos de
Park (clásico), de Homer Hoyt (sectorial), de Harris C. Ullman E.
(multinuclear), y de Muller Meter O. (explica el crecimiento
metropolitano) (En Obregón, 2008: 7).
Si como lo menciona Méndez (2006), el territorio se
caracteriza por una serie de atributos, hechos y procesos75. En donde
las transformaciones dependen de los cambios en las estructuras
económicas y sociales y del creciente poder de transformación
que proporciona el mayor conocimiento científico y tecnológico.

74 Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería, Candidato a Doctor por el programa


de Doctorado en Ciudad, Territorio y Sustentabilidad del Centro Universitario
de Arte Arquitectura y Diseño de la Universidad de Guadalajara. Docente en
la Universidad Autónoma de Durango (Campus Culiacán):
inge_united@hotmail.com
75 Los atributos proporcionan identidad y especificidad en el contexto de la

pluralidad del espacio geográfico. En tanto que, los “hechos geográficos”


engloban por un lado; a los dones o manifestaciones naturales producto de una
elaboración y evolución natural, sometidos a las transformaciones crecientes
por efectos de la ciencia y la tecnología como: montañas, colinas, valles
intramontanos, planicies aluviales, llanuras, ríos, lagos, otros cuerpos de agua,
playas, ensenadas, bahías, islas; bosques, páramos, diversas formaciones
vegetales, fauna silvestre, yacimientos mineros y las fuentes de energía.
(Mendez, 2006), Disponible en:
http://gabrielaterritorio.blogspot.com/2007/04/i-espacio-geografico-y-
territorio.html

299
Ya que, la tecnología es sin duda el instrumento más poderoso
con que cuenta la sociedad para utilizar su sistema natural, su
aplicación ha estado asociada a grandes e irreversibles
modificaciones al ecosistema y su expresión visual: el paisaje
(Bifani, 2007). Ante estas transformaciones territoriales pudiese
preguntarse: ¿Qué calidad de vida representa para el usuario el
resultado de dichas transformaciones?
En efecto, los trazados de carreteras y ferrocarriles, que
en su acierto o desacierto ayudan u obstaculizan la comprensión
del paisaje, inciden también en la experiencia del transporte para
el viajero, es decir, en su calidad de vida, siendo difícil exagerar en
la apreciación del efecto de este hecho sobre la salud pública,
pues son millones los desplazamientos obligados que forman
parte de la vida cotidiana (Álvarez, 2007: 11).
En la actualidad, las infraestructuras lineales sirven
habitualmente para articular el territorio, pero fragmentan los
ecosistemas y establecen marcas visualmente muy nítidas en el
paisaje. Los impactos más importantes relacionados con la
construcción son aquellos que corresponden a la limpieza,
nivelación o construcción del piso: pérdida de la capa vegetal,
exclusión de otros usos para la tierra; modificación de patrones
naturales de drenaje; cambios en la elevación de las aguas
subterráneas; deslaves, erosión y sedimentación de ríos y lagos;
degradación del paisaje o destrucción de sitios culturales; e
interferencia con la movilización de animales silvestres, ganado y
residentes locales. Muchos de estos impactos pueden surgir no
sólo en el sitio de construcción sino también en las pedreras,
canteras y áreas de almacenamiento de materiales que sirven al
proyecto. Adicionalmente, pueden darse impactos ambientales y
socioculturales adversos en proyectos tanto de construcción
como de mantenimiento, como resultado de la contaminación del
aire y del suelo, proveniente de: las plantas de asfalto, el polvo y
el ruido del equipo de construcción y la dinamita; el uso de

300
pesticidas, derrame de combustibles y aceites; la basura; y, en
proyectos grandes, la presencia de mano de obra no residente
(Morláns, 2007). No obstante, el transporte de mercancías y la
movilidad laboral siguen sustentándose en las infraestructuras
carreteras.

Hecho es, que el sistema carretero ha incidido en la


estructuración del territorio, permitiendo el conocimiento del
medio físico y del paisaje. Por ello, dentro de la literatura se
tienen tres corrientes que convergen, divergen y en algunos casos
se complementan en torno a su interpretación del cómo influyen
las infraestructuras carreteras en el territorio. Estas corrientes que
se apoyan en diversos estudios de casos están representadas por
la corriente estadounidense, y sus estudios sobre la accesibilidad. En la
corriente italiana y sus estudios territoriales de la ciudad dispersa y
en la corriente francesa, ahondando en el desarrollo económico
regional. Como lo menciona Molinero (1997), el transporte
conecta e integra funciones que se desarrollan en diferentes
lugares, mediante la movilización de personas y bienes, lo que
permite la especialización de las actividades y los usos de suelo,
aprovechando las ventajas de la aglomeración asociada con otras
ciudades” De hecho, se sabe que la infraestructura del sistema de
transporte es un “prerrequisito para el crecimiento económico” (Adler,
1967: 5).
La concepción de una infraestructura lineal nueva y de
amplia capacidad (autopista, autovía, ferrocarril de alta velocidad,
línea eléctrica de alta tensión, etc.) suele ser unitaria, formalmente
homogénea y, sin embargo, atravesará diferentes paisajes en los
que sus repercusiones ecológicas y visuales serán desiguales, por
ello, las características propias de cada unidad de paisaje afectadas
deben ser tenidas en cuenta para establecer los requisitos y
matices paisajísticos imprescindibles en un proyecto unitario
(Zoido, 2007: 40).

301
2. Las infraestructuras carreteras en México: un recorrido histórico.
Desde 1887 hasta 1911, México se caracterizó por el
predominio del ferrocarril, donde el mantenimiento y crecimiento
de carreteras dejó de ser prioritario. Los recursos destinados a la
construcción de caminos carreteros disminuyeron drásticamente
en comparación con los recursos asignados a la construcción de
vías férreas durante el Porfiriato. El porcentaje de los capitales
estadounidenses era de aproximadamente el 38 por ciento y el de
los capitales británicos de 29 por ciento (Riguzzi, 1995: 159).
Una posible periodización consideraría a la Independencia
y construcción del estado nacional de 1821 a 1876, la guerra de
Reforma de 1857 a 1867, la República restaurada de 1867 a 1876,
el Porfiriato de 1876 a 1910, la Revolución de 1910 a 1920, la
modernización económica y el desarrollo estabilizador de 1940 a
1970, el período de 1970-1988, la transición del nacionalismo
tradicional a la globalización y el proyecto modernizador de 1988
al 2000 (Ojeda, 2006: 118-120).
De acuerdo con Chias Becerril, esta revolución (1910-
1921) provocó un gran atraso técnico y operativo en casi todos
los sectores económicos. Ya que, de los 19, 000 Km de vías, la
mayor parte se encontraba semi-destruida y lo mismo pasaba con
el equipo de tracción y arrastre. Y en cuanto a los caminos, la
situación era aparentemente mejor, pero de los 26, 000 Km., la
mayoría (19, 000 Km) eran brechas aptas para el tránsito de
recuas y caballos, pocas permitían el uso de carretas y diligencias
y su estructura se caracterizaban por funcionar como
alimentadoras del ferrocarril. Bajo esas consideraciones el modelo
primario exportador exigía la reestructuración del sistema de
transportes (Chias, 1990: 72).
Para 1930, únicamente unas cuantas localidades tenían
comunicación por carretera, tal era el caso de la ciudad de México
y 11 ciudades medias, la red contaba con 1500 km de carreteras,

302
cuyas rutas existentes ya eran cubiertas por los ferrocarriles. Para
1940 el territorio nacional era fundamentalmente rural, con una
red vial de 8500 km de carreteras, en 1950 eran 12, 526 km y para
1960 se tenían 22,437 km. Ya para 1970, se contaban con 71,500
km de carreteras mayoritariamente troncales federales y troncales
estatales y en 1976, había 190, 000 km de carreteras de los cuales
se llevaban 61,000 km pavimentados (Véase mapas 8, 9, 10, 11,
12 y 13).

Mapas 8 y 9
Red Mexicana de Carreteras en los años de 1930 y 1940

Fuente: http://www.amaac.org.mx/carrdesarr.pdf

Mapas 10y 11
Red Mexicana de Carreteras en los años de 1950 y 1960

303
Fuente: http://www.amaac.org.mx/carrdesarr.pdf

Mapas 12 y 13
Red Mexicana de Carreteras en los años de 1970 y 1980

Fuente: http://www.amaac.org.mx/carrdesarr.pdf

Los criterios que prevalecieron para el diseño,


construcción y posterior crecimiento del sistema de movilidad
carretero en México consistieron principalmente en: “La
sustitución del transporte de movilidad ferroviario por el transporte de
movilidad carretero (1925-1930), la comunicación entre ciudades más
importantes y regiones más productivas con la capital del país (1930-1950),
la corrección de desequilibrios por falta de planeación integral del transporte
(1950-1970), el mejoramiento de los niveles de accesibilidad en el medio
rural (1970-1980), la selección rigurosa de obras nuevas y modernización
sólo de lo justificado (1980-1990), y la integración a la red nacional de
autopistas (1990-1998).
Posteriormente, a partir del gobierno del Presidente
Carlos Salinas se aceleró la construcción de infraestructura
carretera considerada de altas especificaciones técnicas. La
realización de esas tareas se llevó a cabo mediante el
otorgamiento de cerca de medio centenar de concesiones
otorgadas por el gobierno de la república para la construcción,
operación, explotación y conservación del sistema carretero en el

304
territorio nacional76. El proceso de privatizaciones incluyó la
asignación de casi 5 mil kilómetros de la red federal de carreteras
a inversores del sector privado, por periodos de hasta 50 años.
Los principales beneficiarios fueron las constructoras: Ingenieros
Civiles y Asociados (ICA), Sociedad Controladora, Triturados
Basálticos, S.A. (Tribasa) y Grupo Mexicano de Desarrollo
(GMD), (González, 2007: 20).
Las razones que explican las políticas de privatización son
diversas, aunque el principal objetivo expuesto tuvo que ver con
la intención de aumentar la eficiencia económica y racionalizar la
participación del sector público en la actividad económica. Así,
los efectos de la privatización dependerán del entorno relativo al
mercado, las regulaciones y las instituciones en que la
privatización sea puesta en práctica (CEFP, 2007).
Para Santiago Rico Galindo (2005), el dilema que el
gobierno federal enfrentó a mediados de la década de los 80‟s,
relacionado con el excesivo endeudamiento del estado y los
compromisos de pago de la deuda externa e interna, que
impedían destinar recursos financieros para poder eliminar los
rezagos acumulados en materia de infraestructura carretera. En
tanto que, los recursos fiscales que obtenía la federación se
destinaban al pago de deuda y a programas prioritarios en materia
de educación, alimentación y salud; programa que contemplaba la
construcción de 4,000 km de autopistas de altas especificaciones,
financiadas en gran parte a través de empresas constructoras y
bancos privados, pero también con recursos del gobierno federal,
los gobiernos estatales y la banca de desarrollo. La administración
de Miguel de la Madrid inició el programa otorgando tres

76 Disponible en:
http://www.cefp.gob.mx/intr/edocumentos/pdf/cefp/cefp0162007.pdf

305
concesiones y la administración de Carlos Salinas de Gortari la
continuó otorgando 49 más77.
Además, es un hecho que, la red de carreteras construida
y rehabilitada desde 1992 que dejó de tocar ciertas ciudades en
México a partir de libramientos y pasos rápidos, tuvo como fin
establecer las condiciones de infraestructura necesarias para el
tráfico de mercancías frente al acuerdo de libre comercio de
Norteamérica que se firmara en 1994. Asimismo, la eliminación
de tramos de curvas en las carreteras que atravesaban las áreas
montañosas del territorio, substituyéndolas por túneles, puentes o
por nuevos trazados que dejaron prácticamente desconectados a
pueblos y pequeñas ciudades fuera de su nuevo paso, obedeció a
las exigencias de las empresas de transporte, para que las
carreteras se adaptaran al estilo de manejo de sus conductores.
(Narváez, 2008: 640).
Actualmente el sistema carretero evidencia una función
social, puesto que se concibe para dar un servicio al sistema
social; fungiendo como elementos estructurales con potencial
modificador e insidiador de cambios morfológicos, crecimiento y
decrecimiento económico y vertebración del sistema territorial.
No obstante, estas líneas son edificadas sobre un medio físico
caracterizado por valores naturales y socioculturales propensos a
afectación en mayor o menor grado debido a su explotación
(véase imagen 1).

77 Disponible en: http://publications.piarc.org/ressources/documents/actes-


seminaires05/c11c12-mexique05/7.5
s- Rico-Galindo-0405 C11 .pdf

306
Imagen 1
La función carretera

Tramo de la Mex-15 en la zona centro del estado


de Sinaloa
Fuente: Elaboración propia

De acuerdo al Manual de Proyecto Geométrico de


Carreteras (1991: 2) de la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes, los principales lineamientos de política general en
materia de carreteras, que se toman en cuenta para la formulación
de proposiciones consisten en conservar en buen estado la red
existente, para asegurar el servicio eficaz y permanente; terminar
al ritmo adecuado las obras iniciadas, buscando la oportuna
obtención de los beneficios previsto; construir nuevas carreteras
que sirvan a núcleos de población actualmente incomunicados y

307
propicien la incorporación de zonas capaces de aumentar la
producción y finalmente construir obras que mejoren el sistema
carretero en zonas ya comunicadas, cuando la demanda así lo
requiera.

3. Paisajes construidos: la influencia carretera.


El transporte por carretera representa hoy en día el modo
en que las personas viven en los espacios rurales y urbanos
contemporáneos. Desde el desplazamiento del hogar, el lugar de
trabajo, de estudio hacia la ciudad y dentro de la ciudad, hasta las
formas en las que se utiliza el tiempo libre. Esto muestra la
importancia del transporte por carretera como una necesidad de
las personas de moverse de un lugar a otro. Por ello, a partir de
que el Convenio Europeo del Paisaje hizo mención que el paisaje
representa un elemento importante en la calidad de vida de las
poblaciones tanto en los medios urbanos y como en los rurales,
tanto en los territorios degradados como en los de gran calidad,
tanto en los espacios singulares como en los cotidianos. Se
convierte dicho concepto en pieza fundamental en políticas de
ordenamiento territorial. Por ello, el paisaje es día con día un
tema de interés en materia de planificación de las infraestructuras
carreteras. Por considerarse parte del atractivo visual y escénico
del usuario.
Ciertamente, desde que Richard T. T. Forman (1998)
introdujera el concepto de “carreteras ecológicas”, se dio inicio a una
nueva disciplina que necesariamente implicó el trabajo conjunto
de profesionistas de diferentes áreas como biólogos, ingenieros y
geógrafos. En efecto, no se ha generado una teoría general que
permita tener reglas generales para la construcción carretera, lo
que conlleva a estudiar las condiciones caso por caso (Sánchez,
2007: 3). Por ello, dada la actual crisis ecológica y social, la
sustentabilidad debe tender hacia la descentralización, autogestión y
cooperación con el funcionamiento natural de los ecosistemas y

308
por tanto, hacia una sociedad armónica consigo misma y con su
entorno natural.
Como marco de la actividad humana y escenario de su
vida social el paisaje agrario, y los paisajes humanos en general,
son una construcción histórica resultante de la interacción entre
los factores bióticos y abióticos del medio natural, los usos de
esas capacidades para sustentar el metabolismo económico de las
sociedades humanas, y los impactos duraderos de esa
intervención antrópica sobre el medio. Es el trabajo humano el
que crea los paisajes, al modificar la sucesión natural y mantener
estados antrópicos intermedios convenientes y previsibles para
los fines humanos (Tello, 1999: 196).
Castillo et al., (2002), consideran que el valor científico-
cultural de un territorio, está en función de la identificación,
valoración y clasificación de bienes excepcionales tales como:
áreas naturales poco transformadas debido a la intervención o
explotación del hombre, áreas debido a la belleza de sus paisajes,
la representatividad de sus ecosistemas, la singularidad de su
flora, su fauna o de sus valores ecológicos, estéticos,
arqueológicos, y científicos78. En tanto, que para Pozueta (1995),
las carreteras paisajísticas parten de la consideración de la vía no
como un medio de transporte sino fundamentalmente como un
itinerario o recorrido visual (Ramajo, 2006: 5).
Si bien, la integración de la carretera en el paisaje depende
en primer término del trazado y de cómo éste recurre al
movimiento de tierras que la sostiene mediante excavaciones,
terraplenes, rellenos laterales y como ajuste de estas obras, las
canteras, escombreras y áreas de obra que quedan en el entorno
(véase imagen 1). Las dimensiones y condiciones de estos
elementos en la escena determinan el grado de presencia y
notoriedad de la carretera en el paisaje. Los relieves abruptos

78 Disponible en: http://www.uazuay.edu.ec/promsa/resumen/valoracion.pdf

309
reciben mal aquellos trazados de carreteras diseñados para
grandes velocidades como son los de las autovías, mientras que
las vías de baja funcionalidad, como por ejemplo las carreteras de
montaña, se adaptan mejor al relieve, desplazando menos
volúmenes de terreno en su obra (Consejería de Obras Públicas y
Transportes, 2008: 147).
Imagen 1
El paisaje desde la carretera

Tramo de la Mex-15 en la zona centro del estado de Sinaloa


Fuente: Elaboración propia
No obstante, de acuerdo a Bifani (2007), algunos sistemas
naturales están dotados de gran resiliencia79, de manera que; de
79 Leff (1986), “…afirma que la racionalidad capitalista induce a la
desestabilización del comportamiento natural de los ecosistemas, es decir,
ejerce una mayor presión económica sobre el ambiente. Sin embargo, al
respecto también menciona que existe una respuesta natural de los ecosistemas
a estos desequilibrios, y que depende de dos cualidades principales: “su

310
interrumpirse la interferencia antrópica, que origina la
modificación pueden recuperarse, retomando sino a un estado
preexistente, al menos a uno muy similar al estado original. Otros
sistemas, en cambio no se recuperan y se mueven hacia nuevas
posiciones de equilibrio, en condiciones de funcionamiento y
sustentabilidad diferentes. Empero, es posible plantear que, si la
inversión pública se sigue dirigiendo como hasta ahora hacia la
construcción de infraestructuras para la movilidad, empezará a
presentarse una tendencia descentralizadora de esos grandes
núcleos de población, conformándose con el tiempo amplias
regiones urbanizadas (Narváez, 2011: 64)
Con base en lo anterior, Nárdiz (2007: 105) sostiene que,
las obras de ingeniería en las que se han apoyado las
infraestructuras han sido elementos fundamentales en la
construcción del territorio. Ni el territorio rural, ni el urbano, ni el
paisaje de los centros y las periferias de las ciudades, se entienden
sin las obras de ingeniería, que han permitido salvar los
obstáculos geográficos a las vías de comunicación, ganar terrenos
al mar, proteger las poblaciones contra las avenidas, embalsar o
conducir el agua para el abastecimiento, el riego, o la electricidad.
Las obras de ingeniería histórica aparecen hoy integradas en el
paisaje, formando parte de las ciudades, núcleos o franjas
sectoriales que contribuyeron a transformar.

4. Conclusiones:
En efecto, el proceso de planificación y diseño de
carreteras ha evolucionado en los últimos 50 años en México. De

resiliencia hacia las perturbaciones externas y su estado actual de conservación


y salud”. Con respecto a la primera cualidad, menciona que “La resiliencia de un
ecosistema es su capacidad para mantenerse en un estado similar a las condiciones de
equilibrio estable”. Y con respecto a la segunda cualidad, agrega: “…el estado de
salud o conservación se refiere al nivel actual del ecosistema en relación con
dicho estado de equilibrio.”

311
proveer inicialmente una infraestructura para la movilidad rápida
y eficiente de vehículos y mercancías de un origen a un destino a
un proceso más integrado, considerando las necesidades de los
conductores, peatones, ciclistas, motoristas, personas con
impedimentos y otros usuarios (González, 2011: 92).
Como se sabe, “…fue el uso del ferrocarril, la principal
modalidad registrada en el Siglo XIX y comienzos del XX.
Luego, se hizo importante el descubrimiento del motor y del
autotransporte, que trajo la priorización de la carretera, la segunda
modalidad resaltante que utilizó México e implicó construir
carreteras longitudinales, especialmente hacía la Frontera Norte
mercado natural del país azteca…” (Ojeda, 2006: 116).
Los cambios en los nuevos desarrollos urbanos y la
rehabilitación de la red existente de carreteras ameritan un
enfoque interdisciplinario para poder satisfacer las necesidades de
todos los usuarios sin sacrificar los aspectos de seguridad y
movilidad y proveyendo espacios públicos para mejorar la calidad
de vida de todos. De ahí que, en este proceso de movilidad a
través de las infraestructuras carreteras se cuestionen las
externalidades que el propio proceso de construcción implica
(González, 2011: 92).
El hecho es que, para lograr la sustentabilidad en los
sistemas carreteros se debe reconocer que el trazado de las
infraestructuras carreteras debe responder a determinados
objetivos sociales, económicos, medio ambientales y político-
culturales y además se caracterice por ser:
a) Justo: al garantizar al usuario un acceso intra e inter territorial
eficaz, eficiente y económico.
b) Estético: al propiciar un recorrido, cuyas imágenes percibidas
en las diversas unidades paisajísticas deleiten al usuario.
c) Creativo: al ser un diseño flexible y estar integrado a las
condicionantes naturales de las unidades paisajísticas que
conforman al sistema territorial.

312
d) Ecológico: al minimizar el impacto ambiental, donde la
relación entre el espacio construido y las unidades paisajísticas sea
equilibrada. Así como la utilización de materiales de construcción
más amables con el medio ambiente natural.
e) Policéntrico: al proteger las superficies adyacentes, centrar e
integrar los nodos poblacionales y optimizar su proximidad.

Agradecimientos. Este proyecto parte de los impulsos del


Doctorado en Ciudad, Territorio y Sustentabilidad del Centro
Universitario de Arte Arquitectura y Diseño de la Universidad de
Guadalajara por motivar al planteamiento de propuestas
enmarcadas en el paradigma de la sustentabilidad.

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