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Coca-Cola ha llegado a París. Cambiando la vida de hecho. Con el lema “Beber fresco”, las
furgonetas de Coca-Cola recorrieron las calles y los vendedores distribuyeron muestras a
adultos y niños, en lo que Coca-Cola llama ahora “La revolución del frío”.
Coca-Cola había establecido fábricas en toda Europa durante la guerra, y quería empezar a
capitalizarlas.
En 1950, la compañía Coca-Cola decidió que el pueblo de Francia estaba listo para el gran sabor
de la Coca-Cola. Así que comenzó una campaña de marketing dirigida al país.
Coca-Cola había estado disponible extraoficialmente en Francia desde 1919 y oficialmente desde
1933, pero después de la guerra Coca-Cola decidió elevar su perfil y capitalizar la proliferación
de refrigeradores en los hogares franceses.
Bajo el lema "Drink Fresh", las furgonetas recorrieron las calles y los vendedores distribuyeron
muestras a adultos y niños, en lo que la Coca Cola llama ahora "La révolution du froid" (La
revolución fría).
http://www.coca-colaitalia.it/la-nostra-azienda/coca-cola-e-litalia-una-storia-iniziata-quasi-100-
anni-fa
Tengo que volver, y mis cuatro lectores me disculparán, a los días lejanos de mi
primera vida en Italia.
Que se esfuercen por ver con mis propios ojos: años inmediatamente después
de la Gran Guerra Mundial; en Italia, destrucción, escombros, miseria. Era
necesario reconstruir, partiendo de cero.
Y vi, ante mis ojos ingenuos y quizás torpes de niño, el despertar de un
renacimiento de la voluntad y el compromiso.
Lo logramos o, mejor dicho, ellos lo lograron.
En medio de esta humanidad dolorosa y trabajadora, fatigada pero fuerte y
orgullosa de sus objetivos, aquí aparece, junto al Plan Marshall (que por cierto
les fue más útil que a nosotros) la Coca-Cola con su imagen festiva y siempre
alegre, sonriente y feliz.
Ya, Coca-Cola.
A nadie le gustó, demasiado lejos de nuestro gusto italiano, europeo.
Comenzaron a distribuirlo gratuitamente, para los hogares, los primeros
carteles en las calles, publicidad con imágenes y sonidos atractivos en los cines.
Lo asociaron, fueron maestros en estas campañas de marketing, con una vida
libre, poco a poco más y más transgresora: se podía beber de la botella,
caminando por las calles; sin vergüenza.
Y ganaron; cambiaron nuestras reglas, nuestra forma de vida, nuestra forma de
comer y nuestra forma de tomar.
Uno no puede oponerse, ¡pero juzgar sí¡, a la vida que pasa, a las modas que
cambian, a los estilos de vida que se marchitan...!
Lo foto que he puesto arriba la saque del internet, tiene como título Coca-Cola
en Paris, 1950.
Es emblemático, y expresa perfectamente mi estado de ánimo, de aquella época
y de ahora.
Mira las caras desconcertadas, sorprendidas, casi repugnantes de los clientes de
este típico bar francés. Acostumbrados, que sé, a los pastis o calvados, los codos
descansando en el banco, ver un vaso de Coca-Cola servido. ¡Puah!
A veces una imagen dice más que mil palabras. Os dejo con esta imagen y mi
asco.