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10 años y la mayor cuota de mercado, así

es cómo Chrome se convirtió en el


Internet Explorer moderno

En 1995, cuando Microsoft hacía cosas como recurrir al reparto de


'Friends' para promocionar el lanzamiento de Windows 95, los
usuarios conocieron por primera vez al inolvidable Internet
Explorer, un navegador que dominó el mercado completamente
por más de 15 años, y que incluso en los mejores años de
Firefox no vio su dominio temblar.

Pero en septiembre de 2008 todo empezó a cambiar. Google, una


empresa que hasta entonces se había dedicado solo a las
búsquedas, con un Eric Schmidt que llevaba unos seis años
oponiéndose a que su empresa desarrollara un navegador porque
eran "demasiado pequeños para entrar en la guerra de
navegadores", terminó lanzando Google Chrome, y en cinco
años derrotaron a Internet Explorer marcando el final de una
era y el inicio de otra irónicamente parecida.
Sin Firefox no habría Chrome

No podemos hablar de Chrome y su carrera a la cima sin


mencionar a Firefox. De hecho, Google llegó a contratar a varios
desarrolladores que trabajaron en Firefox para construir un
demo de Chrome, y cuando le mostraron el trabajo que tenían
hecho a Eric Schmidth, este dijo que era tan bueno que lo
convecieronde lanzarse a la guerra de los navegadores.

Mozilla llevaba años demostrando que los navegadores


podían ser mejores que el Internet Explorer de Microsoft, uno
que a pesar de sus buenos momentos es recordado
principalmente por su infinidad de fallos de seguridad.

Víctima de sí mismo y de Chrome,


Firefox ha continuado perdiendo
usuarios progresivamente
Firefox abrió el camino para otras opciones, cuando Google
lanzó Chrome, Firefox tenía un 26% de la cuota de mercado, y
hasta el 2014 se mantuvo sobre el 20%, pero víctima de sí mismo
y de la agresividad con la Chrome se apoderó del mercado, siguió
y sigue perdiendo usuarios, a punto de estar bastante cerca de la
pequeña cuota que le ha quedado a Internet Explorer casi que de
forma residual, un navegador cuya última versión fue lanzada en
el 2013.

Chrome fue creado usando múltiples librerías no solo creadas


por Google, sino terceros como Mozilla, además de otros
proyectos open source. Y si de casualidad no sabías, Chrome está
basado en el proyecto Chromium, la iniciativa open source en la
que están basados Chrome el navegador, y Chrome OS, el sistema
operativo.

Y sin Chromium habrían muchos menos


navegadores

Sin que se escape la ironía, la realidad actual es que la mayoría


de navegadores alternativos son en parte "otra versión de
Chrome". Al ser un proyecto abierto, Chromium tiene un legado
bastante grande, si sacamos de la ecuación a navegadores como
Edge de Microsoft, Safari de Apple, y pues a Firefox, nos quedan
opciones como Opera, Vivaldi, o Yandex, por mencionar algunos.
Todos están basados en Chromium.
El código de Chrome se liberó tres meses antes del lanzamiento
del navegador con el proyecto Chromium. Así que además de
Chromium el proyecto, existe Chromium el navegador. Hay
bastantes diferencias entre Chrome y Chromiumpero básicamente
el segundo no recoge métricas de usuarios, no soporta plugins
propietarios, solo existe para Linux, y las versiones son
supervisadas por cada distribución.

Si sacamos a Firefox, Edge y Safari de la


ecuación, el resto de navegadores
alternativos conocidos están todos
basados en Chromium

Opera que también lleva años luchando por un puesto entre los
navegadores más usados, decidió cambiar de rumbo
completamente por allá en 2013, y de ser un programa
desarrollado desde cero, pasó a ser uno basado en Chromium. En
2016, el ex-CEO de Opera decidió crear una nueva alternativa y
lanzó Vivaldi, un navegador para power users que también está
basado en Chromium.

La moraleja de la historia es que la base de Chromium es una muy


buena, y ha servido para crear alternativas al mismo Chrome que
algunos consideramos hasta mejores, pero al hacerlo se traen
consigo un beneficio inmediato: todos son compatibles con el
mayor ecosistema de extensiones que tiene cualquier navegador:
el de la Chrome Web Store.

"Navega a toda velocidad"

Ese sigue siendo el eslogan de Chrome cuando intenta convencer


a la poca gente que queda que no usa el navegador de que lo
instalen. Las primeras reseñas de Chrome coincidían todas en lo
mismo: "¡Es rápido!". Es que puedo recordar el día que usé
Chrome por primera vez como si hubiese sido ayer.

Tanto la instalación, como la navegación fueron sumamente


rápidos. Llevaba un buen par de años usando Firefox, pues usar
Internet Explorer era someterse a dar vergüenza en los círculos de
entendidos, más si estabas pasando por tu fase adolescente de
"todo el mundo debería usar Linux". Cuando Chrome pisó tierra
por primera vez, se sentía tan ligero y rápido al compararlo con
Firefox (en definitiva la mejor opción a IE de la época) que el
cambio para muchos fue inmediato. En 2009 ya lo
habían coronado como el mejor navegador del año.

La rapidez fue la puerta por la que


Chrome entró, tras años y mucha más
RAM después, siguen vendiéndose
como los más rápidos porque saben
que es lo que más te interesa
"Un viaje de ida" lo llamaron. Una vez que empezabas a usar
Chrome, la experiencia era mucho mejor, no había dudas. Esto
potenció la competencia, Firefox se tuvo que poner las pilas, pero
Chrome parecía estar siempre un paso adelante. Los
complementos de Firefox aunque poderosos, solían crear muchos
problemas, tantos que en Mozilla decidieron que debían morir
y hace nada los mataron por completo.

En comparación, las extensiones de Chrome eran cada vez más y


mejores. Todo el mundo quería tener su extensión para Chrome.
Todavía somos adictos a las extensiones para ese navegador, hay
muchas, y una es mejor que la otra. Chrome marcó un antes y un
después en los complementos para navegadores.
Cómo el navegador de Google se
convirtió en el Internet Explorer "de los
millenials"

Y pues, como no todos los cuentos de hadas tienen un final feliz,


aunque en este caso probablemente apenas estamos en el medio
de la historia, Chrome no es perfecto, a pesar de sus inicios de
ensueño. Llegó a la cima no solo gracias a ser mejor en muchas
cosas, sino que se ha mantenido también gracias a que tiene a
una de las mayores empresas de publicidad detrás.

Google te mete Chrome por los ojos en todo. La web más visitada
del planeta es Google, y si entras con otro navegador que no sea
Chrome, de inmediato te sugiere que lo instales para "navegar
más rápido". ¿Gmail? el servicio de correo web más usado del
mundo, también es de Google, también funciona mejor en
Chrome, también te invita a descargar el navegador de su
empresa.

¿YouTube?, la misma historia. De hecho, Google van tan lejos


como a hacer algunas "trampas" usando sus propias APIs
defasadas para que webs como el mismo YouTube carguen mejor
en Chrome y vayan más lento en los demás navegadores.
Estamos viviendo una repetición de la
tendencia a programar para un solo
navegador en lugar de programar para
la web
Cuando lanzaron Inbox su bandeja alternativa al correo de Gmail,
no podías usarlo en cosas como Edge. Hangouts funciona mejor
en Chrome y tampoco soportaba otros navegadores al
inicio. Google Earth no funciona en Edge ni en Firefox, ni
siquiera en Opera que está basado en Chromium.

Pero no es solo Google, otras empresas han adoptado esa misma


mentalidad de "funciona mejor en Chrome" o solo en Chrome. Los
desarrolladores web cometen constantemente el pecado
de desarrollar para Chrome y no para la web, algo de lo que
por años nos quejamos que pasó con Internet Explorer. Con lo
que costó que tu gobierno local, la página de la universidad, o
hasta el banco, empezaran a dar soporte a otros navegadores y
dejarán de mandarte a hacer todo en Internet Explorer, hemos
llegado a 2018 con el mismo problema pero en Chrome.

Google tiene demasiado control sobre lo que se considera un


estándar y pueden influenciar incluso al W3C escribiendo
propuestas y convirtiéndolas en estándar y por ende su
navegador es el primero en cumplir con tales estándares.

Es un problema que probablemente solo va a empeorar, si para


un desarrollador es más fácil recomendar usar Chrome que
resolver problemas de compatibilidad a través de múltiples
navegadores, ese 60% de cuota de mercado que tiene Chrome
hoy, no estaría virtualmente tan lejos de llegar a las cifras bestiales
de 90-95% que llegó a alcanzar Intenet Explorer, y ese nivel de
dominio, como demuestra la historia, no es bueno para nadie.
Bueno, solo para Google.

En 1995, cuando Microsoft hacía cosas como recurrir al reparto de


'Friends' para promocionar el lanzamiento de Windows 95, los
usuarios conocieron por primera vez al inolvidable Internet
Explorer, un navegador que dominó el mercado completamente
por más de 15 años, y que incluso en los mejores años de
Firefox no vio su dominio temblar.

Pero en septiembre de 2008 todo empezó a cambiar. Google, una


empresa que hasta entonces se había dedicado solo a las
búsquedas, con un Eric Schmidt que llevaba unos seis años
oponiéndose a que su empresa desarrollara un navegador porque
eran "demasiado pequeños para entrar en la guerra de
navegadores", terminó lanzando Google Chrome, y en cinco
años derrotaron a Internet Explorer marcando el final de una
era y el inicio de otra irónicamente parecida.
Sin Firefox no habría Chrome

No podemos hablar de Chrome y su carrera a la cima sin


mencionar a Firefox. De hecho, Google llegó a contratar a varios
desarrolladores que trabajaron en Firefox para construir un
demo de Chrome, y cuando le mostraron el trabajo que tenían
hecho a Eric Schmidth, este dijo que era tan bueno que lo
convecieronde lanzarse a la guerra de los navegadores.

Mozilla llevaba años demostrando que los navegadores


podían ser mejores que el Internet Explorer de Microsoft, uno
que a pesar de sus buenos momentos es recordado
principalmente por su infinidad de fallos de seguridad.

Víctima de sí mismo y de Chrome,


Firefox ha continuado perdiendo
usuarios progresivamente
Firefox abrió el camino para otras opciones, cuando Google
lanzó Chrome, Firefox tenía un 26% de la cuota de mercado, y
hasta el 2014 se mantuvo sobre el 20%, pero víctima de sí mismo
y de la agresividad con la Chrome se apoderó del mercado, siguió
y sigue perdiendo usuarios, a punto de estar bastante cerca de la
pequeña cuota que le ha quedado a Internet Explorer casi que de
forma residual, un navegador cuya última versión fue lanzada en
el 2013.

Chrome fue creado usando múltiples librerías no solo creadas


por Google, sino terceros como Mozilla, además de otros
proyectos open source. Y si de casualidad no sabías, Chrome está
basado en el proyecto Chromium, la iniciativa open source en la
que están basados Chrome el navegador, y Chrome OS, el sistema
operativo.

Y sin Chromium habrían muchos menos


navegadores

Sin que se escape la ironía, la realidad actual es que la mayoría


de navegadores alternativos son en parte "otra versión de
Chrome". Al ser un proyecto abierto, Chromium tiene un legado
bastante grande, si sacamos de la ecuación a navegadores como
Edge de Microsoft, Safari de Apple, y pues a Firefox, nos quedan
opciones como Opera, Vivaldi, o Yandex, por mencionar algunos.
Todos están basados en Chromium.
El código de Chrome se liberó tres meses antes del lanzamiento
del navegador con el proyecto Chromium. Así que además de
Chromium el proyecto, existe Chromium el navegador. Hay
bastantes diferencias entre Chrome y Chromiumpero básicamente
el segundo no recoge métricas de usuarios, no soporta plugins
propietarios, solo existe para Linux, y las versiones son
supervisadas por cada distribución.

Si sacamos a Firefox, Edge y Safari de la


ecuación, el resto de navegadores
alternativos conocidos están todos
basados en Chromium

Opera que también lleva años luchando por un puesto entre los
navegadores más usados, decidió cambiar de rumbo
completamente por allá en 2013, y de ser un programa
desarrollado desde cero, pasó a ser uno basado en Chromium. En
2016, el ex-CEO de Opera decidió crear una nueva alternativa y
lanzó Vivaldi, un navegador para power users que también está
basado en Chromium.

La moraleja de la historia es que la base de Chromium es una muy


buena, y ha servido para crear alternativas al mismo Chrome que
algunos consideramos hasta mejores, pero al hacerlo se traen
consigo un beneficio inmediato: todos son compatibles con el
mayor ecosistema de extensiones que tiene cualquier navegador:
el de la Chrome Web Store.

"Navega a toda velocidad"

Ese sigue siendo el eslogan de Chrome cuando intenta convencer


a la poca gente que queda que no usa el navegador de que lo
instalen. Las primeras reseñas de Chrome coincidían todas en lo
mismo: "¡Es rápido!". Es que puedo recordar el día que usé
Chrome por primera vez como si hubiese sido ayer.

Tanto la instalación, como la navegación fueron sumamente


rápidos. Llevaba un buen par de años usando Firefox, pues usar
Internet Explorer era someterse a dar vergüenza en los círculos de
entendidos, más si estabas pasando por tu fase adolescente de
"todo el mundo debería usar Linux". Cuando Chrome pisó tierra
por primera vez, se sentía tan ligero y rápido al compararlo con
Firefox (en definitiva la mejor opción a IE de la época) que el
cambio para muchos fue inmediato. En 2009 ya lo
habían coronado como el mejor navegador del año.

La rapidez fue la puerta por la que


Chrome entró, tras años y mucha más
RAM después, siguen vendiéndose
como los más rápidos porque saben
que es lo que más te interesa
"Un viaje de ida" lo llamaron. Una vez que empezabas a usar
Chrome, la experiencia era mucho mejor, no había dudas. Esto
potenció la competencia, Firefox se tuvo que poner las pilas, pero
Chrome parecía estar siempre un paso adelante. Los
complementos de Firefox aunque poderosos, solían crear muchos
problemas, tantos que en Mozilla decidieron que debían morir
y hace nada los mataron por completo.

En comparación, las extensiones de Chrome eran cada vez más y


mejores. Todo el mundo quería tener su extensión para Chrome.
Todavía somos adictos a las extensiones para ese navegador, hay
muchas, y una es mejor que la otra. Chrome marcó un antes y un
después en los complementos para navegadores.
Cómo el navegador de Google se
convirtió en el Internet Explorer "de los
millenials"

Y pues, como no todos los cuentos de hadas tienen un final feliz,


aunque en este caso probablemente apenas estamos en el medio
de la historia, Chrome no es perfecto, a pesar de sus inicios de
ensueño. Llegó a la cima no solo gracias a ser mejor en muchas
cosas, sino que se ha mantenido también gracias a que tiene a
una de las mayores empresas de publicidad detrás.

Google te mete Chrome por los ojos en todo. La web más visitada
del planeta es Google, y si entras con otro navegador que no sea
Chrome, de inmediato te sugiere que lo instales para "navegar
más rápido". ¿Gmail? el servicio de correo web más usado del
mundo, también es de Google, también funciona mejor en
Chrome, también te invita a descargar el navegador de su
empresa.

¿YouTube?, la misma historia. De hecho, Google van tan lejos


como a hacer algunas "trampas" usando sus propias APIs
defasadas para que webs como el mismo YouTube carguen mejor
en Chrome y vayan más lento en los demás navegadores.
Estamos viviendo una repetición de la
tendencia a programar para un solo
navegador en lugar de programar para
la web
Cuando lanzaron Inbox su bandeja alternativa al correo de Gmail,
no podías usarlo en cosas como Edge. Hangouts funciona mejor
en Chrome y tampoco soportaba otros navegadores al
inicio. Google Earth no funciona en Edge ni en Firefox, ni
siquiera en Opera que está basado en Chromium.

Pero no es solo Google, otras empresas han adoptado esa misma


mentalidad de "funciona mejor en Chrome" o solo en Chrome. Los
desarrolladores web cometen constantemente el pecado
de desarrollar para Chrome y no para la web, algo de lo que
por años nos quejamos que pasó con Internet Explorer. Con lo
que costó que tu gobierno local, la página de la universidad, o
hasta el banco, empezaran a dar soporte a otros navegadores y
dejarán de mandarte a hacer todo en Internet Explorer, hemos
llegado a 2018 con el mismo problema pero en Chrome.

Google tiene demasiado control sobre lo que se considera un


estándar y pueden influenciar incluso al W3C escribiendo
propuestas y convirtiéndolas en estándar y por ende su
navegador es el primero en cumplir con tales estándares.

Es un problema que probablemente solo va a empeorar, si para


un desarrollador es más fácil recomendar usar Chrome que
resolver problemas de compatibilidad a través de múltiples
navegadores, ese 60% de cuota de mercado que tiene Chrome
hoy, no estaría virtualmente tan lejos de llegar a las cifras bestiales
de 90-95% que llegó a alcanzar Intenet Explorer, y ese nivel de
dominio, como demuestra la historia, no es bueno para nadie.
Bueno, solo para Google.

En 1995, cuando Microsoft hacía cosas como recurrir al reparto de


'Friends' para promocionar el lanzamiento de Windows 95, los
usuarios conocieron por primera vez al inolvidable Internet
Explorer, un navegador que dominó el mercado completamente
por más de 15 años, y que incluso en los mejores años de
Firefox no vio su dominio temblar.

Pero en septiembre de 2008 todo empezó a cambiar. Google, una


empresa que hasta entonces se había dedicado solo a las
búsquedas, con un Eric Schmidt que llevaba unos seis años
oponiéndose a que su empresa desarrollara un navegador porque
eran "demasiado pequeños para entrar en la guerra de
navegadores", terminó lanzando Google Chrome, y en cinco
años derrotaron a Internet Explorer marcando el final de una
era y el inicio de otra irónicamente parecida.
Sin Firefox no habría Chrome

No podemos hablar de Chrome y su carrera a la cima sin


mencionar a Firefox. De hecho, Google llegó a contratar a varios
desarrolladores que trabajaron en Firefox para construir un
demo de Chrome, y cuando le mostraron el trabajo que tenían
hecho a Eric Schmidth, este dijo que era tan bueno que lo
convecieronde lanzarse a la guerra de los navegadores.

Mozilla llevaba años demostrando que los navegadores


podían ser mejores que el Internet Explorer de Microsoft, uno
que a pesar de sus buenos momentos es recordado
principalmente por su infinidad de fallos de seguridad.

Víctima de sí mismo y de Chrome,


Firefox ha continuado perdiendo
usuarios progresivamente
Firefox abrió el camino para otras opciones, cuando Google
lanzó Chrome, Firefox tenía un 26% de la cuota de mercado, y
hasta el 2014 se mantuvo sobre el 20%, pero víctima de sí mismo
y de la agresividad con la Chrome se apoderó del mercado, siguió
y sigue perdiendo usuarios, a punto de estar bastante cerca de la
pequeña cuota que le ha quedado a Internet Explorer casi que de
forma residual, un navegador cuya última versión fue lanzada en
el 2013.

Chrome fue creado usando múltiples librerías no solo creadas


por Google, sino terceros como Mozilla, además de otros
proyectos open source. Y si de casualidad no sabías, Chrome está
basado en el proyecto Chromium, la iniciativa open source en la
que están basados Chrome el navegador, y Chrome OS, el sistema
operativo.

Y sin Chromium habrían muchos menos


navegadores

Sin que se escape la ironía, la realidad actual es que la mayoría


de navegadores alternativos son en parte "otra versión de
Chrome". Al ser un proyecto abierto, Chromium tiene un legado
bastante grande, si sacamos de la ecuación a navegadores como
Edge de Microsoft, Safari de Apple, y pues a Firefox, nos quedan
opciones como Opera, Vivaldi, o Yandex, por mencionar algunos.
Todos están basados en Chromium.
El código de Chrome se liberó tres meses antes del lanzamiento
del navegador con el proyecto Chromium. Así que además de
Chromium el proyecto, existe Chromium el navegador. Hay
bastantes diferencias entre Chrome y Chromiumpero básicamente
el segundo no recoge métricas de usuarios, no soporta plugins
propietarios, solo existe para Linux, y las versiones son
supervisadas por cada distribución.

Si sacamos a Firefox, Edge y Safari de la


ecuación, el resto de navegadores
alternativos conocidos están todos
basados en Chromium

Opera que también lleva años luchando por un puesto entre los
navegadores más usados, decidió cambiar de rumbo
completamente por allá en 2013, y de ser un programa
desarrollado desde cero, pasó a ser uno basado en Chromium. En
2016, el ex-CEO de Opera decidió crear una nueva alternativa y
lanzó Vivaldi, un navegador para power users que también está
basado en Chromium.

La moraleja de la historia es que la base de Chromium es una muy


buena, y ha servido para crear alternativas al mismo Chrome que
algunos consideramos hasta mejores, pero al hacerlo se traen
consigo un beneficio inmediato: todos son compatibles con el
mayor ecosistema de extensiones que tiene cualquier navegador:
el de la Chrome Web Store.

"Navega a toda velocidad"

Ese sigue siendo el eslogan de Chrome cuando intenta convencer


a la poca gente que queda que no usa el navegador de que lo
instalen. Las primeras reseñas de Chrome coincidían todas en lo
mismo: "¡Es rápido!". Es que puedo recordar el día que usé
Chrome por primera vez como si hubiese sido ayer.

Tanto la instalación, como la navegación fueron sumamente


rápidos. Llevaba un buen par de años usando Firefox, pues usar
Internet Explorer era someterse a dar vergüenza en los círculos de
entendidos, más si estabas pasando por tu fase adolescente de
"todo el mundo debería usar Linux". Cuando Chrome pisó tierra
por primera vez, se sentía tan ligero y rápido al compararlo con
Firefox (en definitiva la mejor opción a IE de la época) que el
cambio para muchos fue inmediato. En 2009 ya lo
habían coronado como el mejor navegador del año.

La rapidez fue la puerta por la que


Chrome entró, tras años y mucha más
RAM después, siguen vendiéndose
como los más rápidos porque saben
que es lo que más te interesa
"Un viaje de ida" lo llamaron. Una vez que empezabas a usar
Chrome, la experiencia era mucho mejor, no había dudas. Esto
potenció la competencia, Firefox se tuvo que poner las pilas, pero
Chrome parecía estar siempre un paso adelante. Los
complementos de Firefox aunque poderosos, solían crear muchos
problemas, tantos que en Mozilla decidieron que debían morir
y hace nada los mataron por completo.

En comparación, las extensiones de Chrome eran cada vez más y


mejores. Todo el mundo quería tener su extensión para Chrome.
Todavía somos adictos a las extensiones para ese navegador, hay
muchas, y una es mejor que la otra. Chrome marcó un antes y un
después en los complementos para navegadores.
Cómo el navegador de Google se
convirtió en el Internet Explorer "de los
millenials"

Y pues, como no todos los cuentos de hadas tienen un final feliz,


aunque en este caso probablemente apenas estamos en el medio
de la historia, Chrome no es perfecto, a pesar de sus inicios de
ensueño. Llegó a la cima no solo gracias a ser mejor en muchas
cosas, sino que se ha mantenido también gracias a que tiene a
una de las mayores empresas de publicidad detrás.

Google te mete Chrome por los ojos en todo. La web más visitada
del planeta es Google, y si entras con otro navegador que no sea
Chrome, de inmediato te sugiere que lo instales para "navegar
más rápido". ¿Gmail? el servicio de correo web más usado del
mundo, también es de Google, también funciona mejor en
Chrome, también te invita a descargar el navegador de su
empresa.

¿YouTube?, la misma historia. De hecho, Google van tan lejos


como a hacer algunas "trampas" usando sus propias APIs
defasadas para que webs como el mismo YouTube carguen mejor
en Chrome y vayan más lento en los demás navegadores.
Estamos viviendo una repetición de la
tendencia a programar para un solo
navegador en lugar de programar para
la web
Cuando lanzaron Inbox su bandeja alternativa al correo de Gmail,
no podías usarlo en cosas como Edge. Hangouts funciona mejor
en Chrome y tampoco soportaba otros navegadores al
inicio. Google Earth no funciona en Edge ni en Firefox, ni
siquiera en Opera que está basado en Chromium.

Pero no es solo Google, otras empresas han adoptado esa misma


mentalidad de "funciona mejor en Chrome" o solo en Chrome. Los
desarrolladores web cometen constantemente el pecado
de desarrollar para Chrome y no para la web, algo de lo que
por años nos quejamos que pasó con Internet Explorer. Con lo
que costó que tu gobierno local, la página de la universidad, o
hasta el banco, empezaran a dar soporte a otros navegadores y
dejarán de mandarte a hacer todo en Internet Explorer, hemos
llegado a 2018 con el mismo problema pero en Chrome.

Google tiene demasiado control sobre lo que se considera un


estándar y pueden influenciar incluso al W3C escribiendo
propuestas y convirtiéndolas en estándar y por ende su
navegador es el primero en cumplir con tales estándares.

Es un problema que probablemente solo va a empeorar, si para


un desarrollador es más fácil recomendar usar Chrome que
resolver problemas de compatibilidad a través de múltiples
navegadores, ese 60% de cuota de mercado que tiene Chrome
hoy, no estaría virtualmente tan lejos de llegar a las cifras bestiales
de 90-95% que llegó a alcanzar Intenet Explorer, y ese nivel de
dominio, como demuestra la historia, no es bueno para nadie.
Bueno, solo para Google.

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