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LA ECONOMÍA COMO FLUJO CIRCULAR

por

W. Leontieff

Traducción del alemán de*

Félix Arias Schreiber Barba

Cynthia Sosa Gómez

Fidel Aroche Reyes

Revisión de Fidel Aroche Reyes

Cuando se observa la situación actual de la teoría económica se presenta en


primer lugar un laberinto variopinto de principios y perspectivas fundamentales de
las teorías del valor y del precio, conteniendo en su mayoría expresiones
contradictorias, sin que alguna posición se imponga, como hace poco tiempo podía
haberse dicho de la escuela de la teoría marginalista. No obstante, si se pasan por alto
las críticas extremas y las introducciones generales, se llega a las explicaciones
positivas, lo que lamentablemente y con frecuencia se torna muy difícil, por la
presencia de terminologías entrecruzadas. Entonces las contradicciones no son tan
severas como los propios teóricos creen. Lo que se observa es que las perspectivas
fundamentales e incluso los métodos, van por cauces comunes, y si éstos no se
condicen entre sí, ello se debe en gran parte a cuestiones de vocabulario. A la teoría
económica no le va en lo absoluto tan desesperadamente mal, como algunos
pesimistas (Gottlottlilienfeld, Stolzmann, Salin) sostienen.

* Agradecemos los comentarios y observaciones de Oscar Ugarteche a una verisión anterior (N. de T.)
1
Podría imaginarse, sin embargo, que lo común de las teorías particulares es
meramente una cantidad de sobreentendidos que resultan familiares a cualquier
“profesional experimentado”, sin conocimiento científico. La siguiente investigación
se propone demostrar lo contrario. Ninguna “evidencia práctica” es fundamento de
la teoría económica actual, y en verdad no sólo de la actual, sino más bien aquella se
apoya en concepciones muy abstractas, incluso apriorísticas.

La economía como flujo circular. Este parece ser el lema que expresa más
apropiadamente la esencia fundamental de la teoría económica moderna.

Al hablar de teoría económica, no aludimos al conjunto del aparato conceptual


de la investigación económica científica. Nuestra investigación considera solamente
construcciones racionales, al modo de la teoría económica “pura”, por ejemplo, las
leyes del precio*.

Si a lo largo del presente análisis nos adentramos más profundamente en una


cierta dirección, será con clara conciencia de que, tanto en el planteamiento de la
cuestión como en la manera de responderla nos movemos en el círculo estrecho de
las posibilidades de un método aislado. Nunca se trata de lo que Es; solamente de lo
que es Posible.

No obstante, en este intento se cruzan las barreras de la propia teoría del


precio. Es nuestro parecer empero, que el método abstracto no está circunscrito del
todo a una determinada área del conocimiento, sino que más bien caracteriza a un
determinado nivel de conocimiento.

Es del todo comprensible que el conocimiento racional se haya dirigido en


primer lugar hacia aquellos fenómenos que, según su esencia y contenido, puedan
ser portadores de una racionalidad subjetiva, hacia los fenómenos del mercado de la
economía capitalista. En esto coinciden, por decirlo así, la teoría y la práctica. Así se
explica el sobreentendido trivial de la mayoría de las “leyes del precio”.

*Walras define la teoría pura como la teoría de la determinación de los precios, Walras L. (1874)
Eléments d´économie politique pure, ou Théorie de la richesse sociale. Oeuvres Economiques Complètes Vol.
VIII, Paris: Economica, 1988
2
En la medida empero en la que se establece que incluso en esos límites
estrechos no se encuentra del todo ninguna cultura pura del homo oeconomicus**, se
abren entonces tan sólo dos caminos positivos para la teoría económica abstracta. Ya
sea que se mantenga el paralelismo entre el razonamiento teórico y el práctico,
elaborando la teoría como una disciplina normativa (una teoría de la economía
correcta1), o bien, se deja de lado la conexión directa entre el esquema del
conocimiento racional y el objeto de conocimiento racional. También se intenta
conocer racionalmente cosas que contradicen la razón práctica o que no tienen nada
que ver en lo absoluto con ella1ª.

Nos servimos acá del último de los métodos. Pero precisamente por ello,
deben suprimirse todas las barreras exteriores al conocimiento racional; asimismo
deben por ello aflorar con especial claridad sus limitaciones internas. Ni siquiera la
más elaborada hipótesis contiene una afirmación sobre la realidad. En este sentido
podría decirse que la teoría racional no es en lo absoluto conocimiento, sino un mero
instrumento de conocimiento. Consideramos asimismo la teoría del flujo circular
como un instrumento de conocimiento y creemos poder constatar que tal
instrumento ha probado ser eficaz a lo largo de la evolución del conocimiento
científico económico.

Es un fenómeno frecuente considerar y formular inicialmente a determinados


elementos de un sistema teórico hayan formulados como cualidades inmanentes del
objeto de conocimiento, para separarse poco a poco, y finalmente ser reconocidos
como principios metodológicos, es decir, exógenos. También el flujo circular
económico ha sido objeto de consideración teórica desde hace mucho tiempo; sin
embargo, apenas recientemente se le trata de manera consciente como un fenómeno
específico.

**En latin en el original (N.de T.)


1 Por ejemplo Erns Schuster Wistschaftstheorie und Wirstschaftspraxis [Teoría éconómica y práctica
económica] 1928 I. Bensheimer, Mannheim.
1ªEsta fisura epistemológica puede ciertamente repararse con facilidad. Si se encuentra un concepto
más genérico, y también cuando se encuentra un concepto aparentemente irracional, es posible
encontrar su justificación racional. Ese es el sentido del racionalismo filosófico: ¡todo ser es racional!
3
Por lo tanto, la tarea de la investigación metodológicamente orientada no
deviene en un intento por construir una “nueva ciencia” con la ayuda de un “nuevo
órgano”, sino más bien en una labor mucho más modesta, una de ordenamiento
dentro del edificio teórico antiguo. De allí sólo deben derivarse las últimas
consecuencias. Con ello nuestra investigación recibe asimismo y propiamente un
carácter crítico.

El problema del flujo circular de la economía ya ha sido examinado, sin


embargo, no se lo ha identificado nítidamente con alguna posición teórica, con una
determinada doctrina o sistema de algún autor particular. Cualquier posición
puramente crítica debería poner en movimiento una pesada maquinaria de
referencias y citas, ante cuya variada naturaleza y falta de unidad, finalmente toda
crítica sistemática debería ir al fracaso. Parece mucho más adecuado renunciar a una
referencia seguida de doctrinas particulares y abordar el asunto en primer lugar en
forma puramente analítica.

A. El esquema general del estudio de la economía como flujo circular

El objeto del conocimiento


A menudo el investigador considera que su primera obligación es definir en
forma muy rigurosa su objeto de estudio, distinguirlo cuidadosamente de las
materias colaterales antes de iniciar la investigación misma, para trabajar
posteriormente con toda seguridad en el campo que le es propio. Este es un prejuicio
metodológico del todo infundado.

No hay en lo absoluto límites que la naturaleza haya establecido entre los


distintos objetos de conocimiento. Cuanto más se profundiza, más se puede ampliar
el campo de investigación. Solamente en cada caso puede establecerse qué tan lejos
llega la investigación. En tal sentido Simmel tenía razón cuando observaba que: “es
una propiedad primaria de nuestro espíritu el poder construir conceptos certeros,
aún a partir de fundamentos poco firmes”. La parte del objeto de estudio debe
dejarse, por lógica, al último.

4
En primer término es una referencia general, sin llegar a ser una definición,
sino una forma de denominar [al fenómeno], la cual debe contener la menor
conceptualización posible y al mismo tiempo ser ilustrativa.

Nuestro objeto de conocimiento es la economía en un sentido amplio, es decir,


en toda la polisemia imaginable de la palabra.

El objeto de la economía
Se trata de un proceso en el que ciertos elementos establecen determinadas
relaciones entre sí y se alternan en un flujo incesante. Estos elementos son de diversa
naturaleza: objetos, servicios, sentimientos, etc.

Surge entonces la pregunta: ¿cómo pueden formar una estructura tales


elementos individuales, ajenos entre sí? Vamos a evadir intencionalmente la
pregunta sobre el fin y nos vamos a limitar al problema de la posibilidad; ya que si
de alguna manera la economía dependiera de algunos fines superiores, habría que
indagar entonces ciertamente y en primer lugar, la posibilidad objetiva que cumpla
su finalidad y las condiciones para ello. Pero si algún fin se hace efectivo
propiamente en el objeto de estudio, por ejemplo en la forma del “principio
económico” (la búsqueda de la satisfacción de las necesidades) nuestro análisis , que
no es práctico sino puramente teórico, puede entonces tomar como dado el
cumplimiento (en gran o menor medida) del fin y circunscribirse más bien al
“cómo”.

Técnica y economía

Desde la perspectiva de la idea del flujo circular, la discusión acerca de la


relación de la “técnica” con la “economía” parece quedar fuera del alcance del
problema propiamente.

Es realmente sorprendente cuán de acuerdo están en este aspecto la mayoría


de los teóricos, a pesar de las variantes e incluso de las divergencias de los sistemas,
cuán unánimemente establecen como mandato metodológico superior el riguroso

5
divorcio de la ciencia y la técnica y cuán apasionadamente y se critican mutuamente
por la falta de acatamiento.

En lo que a ello respecta [la técnica frente a la economía], tienen que


distinguirse dos modos de apreciar la cuestión. En el primero se busca delimitar
ambos campos como si se tratara objetivamente de dos muy distintos, de dos objetos
que son en lo esencial ajenos. De esta manera, todo lo que concierne a los procesos
mecánicos en una fábrica es considerado propio de la técnica, mientras que todo
aquello que discurre en la cabeza del hombre en cuanto reflexiones y evaluaciones
económicas es considerado propio de la economía. La línea divisoria pasa aquí muy
estrechamente por lo psíquico (por ej. Liefmann), o es empujada continuamente por
lo material.

La otra forma de concebir la cuestión tiene un carácter lógico, más


precisamente teleológico*. Bajo esta concepción se enfrentan entre sí dos posiciones,
dos distintos puntos de vista, de forma tal que todo fenómeno podría ser
considerado desde cada uno de los ángulos. La definición de Gottl-Ottlilienfeld dice
por ejemplo: “la economía se organiza de acuerdo con objetivos finales”, la técnica es
una “búsqueda de instrumentos”2.

Realmente ambas posiciones deberían confluir en un determinado punto. Por


ello es que existe también la tendencia a su combinación. La mayoría de semejantes
intentos de combinación sufren, sin embargo, de artificialidad y rigidez. Ello parece
obedecer a que ni por una parte ni por la otra se alcanza el nivel que les corresponde.
Para una división objetiva, la “economía” debería reducirse a una idea pura (como en
el objeto de conocimiento de Rickert), es decir, despojarse de toda materialidad y ello
sería inaceptable para la delimitación objetiva. En el segundo caso, debería realmente
elevarse el punto de partida de las distintas percepciones muy por encima de la
economía, y ello se anuncia asimismo imposible porque se los estaría colocándo en el
ser humano, es decir en el objeto mismo, a modo de un “telos** inmanente”.

* El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define a la teleología como la doctrina de


las causas finales (N.deT.)
2 Grundiss d. Sozialök [Esquema de la economía social], Sección II, T. II, 1923, p. 14,16.
** En griego en el original: Telos, el fin (N.deT.); las cursivas son del traductor.

6
Para nosotros, tanto las relaciones “técnicas” como las “económicas” (en el
sentido de su distinción objetiva) son datos o hechos, que deben usarse como punto
de partida para el análisis posterior, sólo para ese fin. Por ejemplo un físico,
investigando las leyes de la emersión y sumersión de los cuerpos, conoce meramente
sus diversos pesos específicos y desatiende los aspectos de su estructura, naturaleza
química y otras propiedades cualesquiera . Es sólo cuando los pesos específicos
particulares se tornan en el objeto mismo de su investigación, que deviene pertinente
su diferenciación. Un análisis sistemático (y esto es para nuestro caso de especial
relevancia), es en este terreno precisamente imposible porque tal diferenciación es
imposible, ya que a partir de este punto las cadenas causales específicas toman
distintas direcciones.

Si la propuesta fuera investigar los elementos particulares del flujo circular de


la economía en su estructura específica, tendrían entonces que convocarse a un gran
número de ciencias sociales y naturales para ayudar. Las conexiones que unen a
todos los elementos, en la economía como una unidad, no son específicamente
económicas sino de diversos tipos y tan diversos como los propios elementos: físicos,
biológicos, psicológicos, sociológicos, etc. Si el teórico de la economía, en oposición al
práctico, analiza el circuito económico no requere conocimientos de física, ni biológía,
ni de ningun otro [carácter] especial, precisamente porque toma las relaciones como
dadas y no pretende establecer ninguna otra explicación. A este respecto podría
suceder que la investigación específica de cualquiera de [tales relaciones] pueda
encontrarse tampoco en el área determinada de otras ciencias. Así sucede, por
ejemplo, con la regularidad psicológica de satisfacer las necesidades, la cual ha sido
explicada tan sólo marginalmente por la psicología especializada. El economista
puede proponerse llenar tal vacío. Al emprender un esfuerzo de este tipo ingresa
precisamente en los terrenos de la psicología, tal como para esclarecer otras
relaciones, puede realizar estudios meteorológicos e incluso astronómicos (como en
su momento lo hizo Jevons y recientemente Moore). Desde el punto de vista del
método, todas estas investigaciones -no es el caso discutir los términos por lo que
pueden también ser llamadas económicas- van más allá de los límites del problema
propiamente dicho.

7
Insumos y producto*

La forma en que se presentan las relaciones de los elementos del fenómeno


económico es la única posible entre las relaciones reales; es precisamente causal. Las
unas son producidas por las otras en el proceso de la producción, para luego
nuevamente ser usadas, consumidas, en el transcurso de la producción continua.

Desde el punto de vista de la mayoría de las teorías, este proceso ciertamente


llega a su final con el llamado consumo último**. Para poder establecer algunos
conceptos fundamentales evitaremos por el momento abordar esta debatida cuestión
y nos asentaremos en primer lugar en el terreno “verdadero”de la producción , en el
sentido más estricto del término.

Insumos y producto. Son conceptos fundamentales correlativos. Los insumos


son aquellos elementos económicos cuyo consumo en el proceso de producción da
origen a los correspondientes productos.

El asunto parece en primer lugar extremadamente sencillo. Para la producción


de una cantidad determinada de pan es necesaria mucha harina, carbón para la
cocción, etc.; para la producción de un saco de cereales se emplea de un modo o de
otro mucho trabajo, semillas, abono, así como otros bienes. Puede empero, suceder
que en el primer caso, debido a una inadecuada producción calórica se consuma más
carbón; asimismo que, en el segundo caso, debido a un clima desfavorable una parte
de las semillas se pierda. ¿Es también ese consumo adicional un componente de los
costes, o es acaso un “consumo no productivo”? Uno podría ir incluso más lejos y
afirmar que el consumo productivo de carbón de una máquina a vapor está, por

* En el original “Costes y producto”, sin embargo, esta sección se refiere a la transformación de los
insumos en productos (N. de T.)
** Se refiere a la teoría de la transformación de los factores primarios y las materias primas en bienes de

consumo, a lo largo de sucesivos procesos productivos. Correspondientemente, los bienes finales


pueden descomponerse en tales elementos primarios no producidos. Leontief volverá sobre este
punto.
* Leontieff (sic.) usa el término „ Kostengüter”, literalmente “bienes de costo”, más adelante también

„Kostenelement” “elementos del coste” (N. de T.)



Leontieff (sic.) usa el término “Ertagsgüter”, literalmente “bienes de producto” y algunas variantes
de „Ertrag”, “producto” como „Ertrasgüter”, “bienes producidos”, „Einzeltrag” “producto
individual”, „Gesamtrag“, “producto de todos los componentes” (N. de T.)
8
ejemplo, realmente limitado al equivalente termodinámico de su rendimiento
efectivo y que todo lo restante (70%-80% de su consumo total) se pierde en el aire, es
decir, se consume “no productivamente”. Por el contrario, considerado físicamente,
el oxígeno consumido durante el proceso de combustión debería estar representado
entre los insumos.

Debido a que desde una perspectiva del todo imparcial ninguna concepción es
incuestionable, parece inevitable que ocurra una colisión entre la perspectiva
económica y la técnica. En realidad, la teoría económica suele adoptar en este punto
su enfoque específico. Aquí interviene el concepto de escasez, la distinción entre
bienes gratuitos y los económicos***. Este drástico cambio de vía no nos parece
necesario. Debería intentarse evitar cualquier tipo de resquebrajadura y resolver una
cuestión que se propone, aparentemente del todo contradictoria, en el terreno de la
objetividad dada. Desde este punto de vista, el problema se aborda de la siguiente
manera:

La economía como flujo circular

Se supondría que todo el campo del fenómeno en cuya área caen los
denominados fenómenos económicos ha sido investigado en su absoluta
complejidad, en toda su vastedad y sin residuo alguno; es decir, que se conocen las
relaciones regulares de todos sus elementos particulares, que han sido descubiertos
hasta los últimos y más finos [elementos]. ¿Cómo sería posible, a partir de todos estos
últimos delimitar objetivamente el campo de la economía?

La solución más sencilla debería ser el caso en que todos los fenómenos
buscados estuvieran unidos estrechamente entre sí, como miembros de una misma
cadena causal. Sin embargo, la situación no es ésta . El fenómeno económico no va
paralelo a todo el movimiento, sino que en cierta medida lo atraviesa. Algunos hilos

***Cassel G. distingue entre los bines escasos y los abundantes y entre los gratuitos y aquellos que
tienen precio positivo, Cassel G. (1918) Theoretische Sozialökonomie Leipzig: C.F. Winter
9
causales sobrepasan, como lo hemos señalado, el tejido del proceso económico,
ingresando en el de lo no económico3.

Y sin embargo se presenta una posibilidad objetiva de selección. Más


precisamente con el auxilio de la idea del flujo circular.

En primer lugar, debe mencionarse que los últimos elementos del proceso
económico (más exactamente de la teoría económica) están en un nivel más bajo de
abstracción conceptual que los “últimos elementos” del ya referido simulado y
agotado análisis (sólo por ello, la teoría económica puede incluso surgir como un
sistema particular y especial).

De esto resulta también la multiplicidad de significados que caracteriza a las


relaciones en los fenómenos económicos. Por ejemplo, la variedad de los insumos
usados para la producción de un bien, así como la variedad de las posibilidades de
uso de ese mismo bien; lo que en realidad, visto desde una “perspectiva absoluta”,
consistiría en un acoplamiento de series paralelas. De ello resulta asimismo la
conexión interna de los procesos económicos, la cual debería mostrar su insuficiencia
si se llevara el análisis “hasta el final”. En ningún caso se implica con ello una
delimitación externa, ya que la fusión con el espacio no económico debe ser muy
estrecha, precisamente debido a la multiplicidad de significados de las relaciones.

Precisamente en este punto se requere de una perspectiva particular -al modo


del modelo del flujo circular. Del conjunto de las relaciones que son materia de este
fenómeno, tan sólo serán tomadas en cuenta aquellas que nos reconducen al punto
de partida.

Una justificación más profunda de ese principio se presenta en lo siguiente. En


primer lugar, un ejemplo de su aplicación: se trata de seguir el origen de las fuerzas
naturales del agua, que ponen en movimiento las turbinas de un generador, el origen
de los rayos solares (condición fundamental de todo proceso vegetativo) o el efecto
del vapor producido en el cilindro de una máquina de vapor. Esa vía nos lleva a los

3 Se ha señalado en múltiples ocasiones y con justicia, que el proceso económico muestra en su


desarrollo la tendencia a adecuarse a la dirección general de causalidad. A menudo se ve en ello tan
sólo un lado, prácticamente el lado deseado del proceso, la creciente utilización de los costes, sin
tomar en cuenta la otra, la parte decreciente de las así llamadas fuerzas libres.
10
terrenos más distantes del fenómeno sin que sea posible regresar nuevamente. Por el
contrario, sucede que en el caso de los bienes de producción económicos, sea el
carbón consumido o el desgaste de una máquina, es posible hacer paso a paso el
seguimiento a todo el proceso de “reproducción”.

Como ilustración puede concebirse todo el sistema de las relaciones


económicas como una larga avenida, que describiendo un círculo, regresa al punto
de partida. Esta avenida se ramifica a lo largo del recorrido en varios caminos más
pequeños, que por una parte, vuelven a reunirse en las más variadas combinaciones,
pero por otra, se separan. Para el investigador son sólo pertinentes aquellas vías que
posibilitan un viaje de retorno.

De esta forma se ofrece la posibilidad de evadir la ruptura entre las


concepciones técnicas y las económicas. Estos dos puntos de vista no son
contradictorios, sino que están estrechamente unidos de tal forma que el aparato
técnico (en sentido objetivo) debe estar asentado efectivamente para que sobre esa
base, más precisamente a partir de sus elementos, pueda levantarse el sistema
económico (más precisamente el económico-científico*).

Coeficientes técnicos

Todo proceso de producción se caracteriza primero cualitativamente, de


acuerdo con el tipo de los bienes que produce, así como por el tipo de insumos [que
consume] y, enseguida, cuantitativamente, por la relación numeraria de esos
elementos particulares entre sí. La clarificación del carácter cualitativo de los bienes
de producción y los productos se logra sin más, mediante una terminología rigurosa.
(Debe advertirse al respecto en que renunciamos absolutamente a cualquier
distinción entre los denominados materiales principales y los auxiliares desde el
punto de vista teórico*).

*En el original „wirtschaftswissenschaftliche“(N.deT.)


*Leontief renuncia a la discusión sobre el valor (por ejemplo “el trabajo es la fuente del valor”) y al
mismo tiempo, rechaza la transformación de los insumos no producidos (materias primas y trabajo)
en bienes suceptibles de ser consumidos a lo largo de rondas sucesivas. Hará mas explícitos tales
planteamientos más adelante [N. de T.]
11
Las relaciones cuantitativas dentro de un determinado proceso cualitativo
pueden expresarse evidentemente del modo más diverso. Lo más adecuado para
nuestro fin parece ser una combinación de los siguientes números relativos -
coeficientes técnicos.

1. Los coeficientes de coste – Relacion del número de unidades de cada tipo


especifico de insumo que participa en un cierto proceso productivo, al número de
unidades de cualquier otro insumo que participa en la producción.

No se acostumbra colocar en el denominador a los insumos, sino a los


productos. Para nuestros fines tal relación es, sin embargo, irrelevante ya que [esta]
depende del nivel de productividad. Para este fin nos servimos de un coeficiente
independiente.

2. La relación cuantitativa del producto con sus insumos -coeficiente de

productividad- se expresa en la relación del producto total medido, en unidades


específicas, con un tipo [especifico] de insumos.

3. Finalmente, la relación de distribución, cuyo uso en distintos puntos del


flujo circular puede ser representado por un número relacional análogo al de los
coeficientes de insumos, al cual podría denominarse coeficiente de distribución. Se
relacionan las unidades de producto que están dirigidas a una aplicación específica,
con el número total [de unidades de producto, en todas las aplicaciones].

Es indiferente qué tipo de insumo se elige como denominador en el cálculo de


los dos primeros coeficientes técnicos, ya que no interesan sus tamaños absolutos.

Si por ejemplo, para producir 6* unidades del bien No. 1 se consumen 4


unidades del bien No. 2 y 10 unidades del bien No. 3, entonces el coeficiente de
costes del bien No. 1 si elegimos al No. 2 como denominador es 1 y [el coeficiente del
bien 3] es igual a 2½. El coeficiente de productividad es igual 1½ [= 6/4]. Si los
componentes se distribuyen en forma tal que los 4 se emplean en el proceso de

* A lo largo del texto original se emplean numerales (N. de T.)


12
producción de [los] otros [bienes], entonces resulta que los coeficientes de
distribución son respectivamente 1/3 y 2/3**.

“Nuevas combinaciones”

Hasta el momento hemos concebido el flujo circular de la economía como un


movimiento de rotación que se repite indefinidamente. Ahora debe investigarse la
posibilidad de [que existan] cambios. Nuevamente no se trata de las fuerzas
impulsoras ni de las causas: se trata simplemente de las condiciones formales de los
cambios económicos.

Si el flujo circular de la economía consistiera en un sistema técnico


perfectamente cerrado, entonces cualquier cambio sería lógicamente imposible. Sería
algo así como un móvil perpetuo que una vez puesto en marcha repetiera su
movimiento regular indefinidamente. Pero el proceso económico es tan sólo una
parte de una relación más amplia y como tal, puede modificar su contenido con la
incorporación de nuevos elementos o la eliminación de los anteriores.

Compete a las ciencias técnicas hacer la investigación de las posibilidades


objetivas de todas y cada una de las modificaciones singulares, a la psicología por su
parte, la de las posibilidades subjetivas. Desde la perspectiva del flujo circular de la
economía puede considerarse en principio que las posibilidades de modificación son
ilimitadas. La expresión clave con la que se alude al cambio técnico es “nueva
combinación”. No es falsa pero tan imprecisa que sería mejor no decir nada, antes
que hacer esa referencia.

Por ejemplo, la combinación de tres telares, un trabajador y cualquier cantidad


de algodón produce una cantidad determinada de hilo. Si se aplican mejores
máquinas que generen menos residuos, puede entonces fabricarse más hilo. Se ha
llevado a cabo una modificación técnica aún cuando la combinación es la misma: tres
telares, un trabajador y la misma cantidad de materia prima que antes. Podría

**El autor no da mayores datos para comprender el razonamiento, más allá de lo expresado en el
texto. Sin embargo, si se sustituye “4” por “6” y suponemos que de la producción de 6 unidades del
bien No.1 se destinan 2 al proceso No.2 y 4 al proceso No. 3, los coeficientes 1/3 y 2/3 son coherentes
con la definición ofrecida antes. (N. de T.)
13
pensarse que se trata de un mero malentendido, que se trata de una nueva
combinación del factor de producción “máquina”. Y si en efecto se desagregan los
nuevos telares en sus insumos, entonces con toda certeza, se afirmará que su
producción se ha realizado mediante una composición distinta de insumos a la
anterior; lo que quiere decir que la “nueva combinación” puede alcanzarse tan sólo a
un determinado nivel de refinación conceptual.

Por otra parte, hemos visto que todo el objeto “economía” está él mismo unido
a un determinado nivel de abstracción. Si ese umbral se sobrepasa, deben entonces
colapsar las cadenas causales singulares y con ello también el objeto económico como
tal.

Cuanto más profundo se encuentra el punto en el que se ha ocurrido la nueva


combinación, [el investigador] debe desarrollar más escrupulosa y conceptualmente
la red de las relaciones de coste para alcanzarlo. La desagregación económica puede,
sin embargo, como lo hemos visto, mantenerse a paso con la “técnica” sólo hasta el
denominado umbral. Si el punto de cambio se encuentra por debajo de ese límite,
entonces puede considerarse que la nueva combinación en efecto existente no es
económica.

En la medida que la combinación de los insumos se exprese en los coeficientes


de coste y de que por otra parte, no todo cambio económico es necesariamente un
cambio de los coeficientes técnicos, la expresión “nuevas combinaciones” resulta
indefendible.

Esquema elemental del flujo circular de la economía

Para hacer posible un análisis riguroso, nuestro modelo de flujo circular tal
como ha sido presentado hasta ahora, debe someterse a una precisión conceptual.

Nos imaginamos el proceso económico como una cadena causal cerrada.

14
A0 A1
o o

A3 o o A1

A2 o o A2

Figura 1

Entre dos miembros próximos de tal cadena, de los cuales uno se presenta
como causa y el otro como efecto directo, existe un pequeño y determinado espacio
de tiempo indefinido. A éstos queremos llamarlos período de producción elemental.
Durante ese corto periodo de tiempo se consume y produce en cada punto de la
producción una cierta cantidad igualmente indefinida de determinados elementos
económicos. Uno puede denominarlos productos o insumos* elementales. Si se
relacionan entre sí esos tamaños pequeños e indefinidos, surgen entonces cifras
relativas finales que permiten efectuar cálculos. Ya que de todas las denominadas
unidades elementales -periodos de producción, insumos elementales y productos
elementales- sólo el periodo de producción en los procesos productivos es igual,
entonces deviene más adecuado igualarlos a 1 y reconducir los distintos productos
elementales o insumos elementales a tal base. Si en lo que sigue se opera, sin
embargo, con números absolutos, ello se explica tan sólo por motivos de simplicidad.

Además se establecen otros dos conceptos: el camino más corto medido en los
periodos de producción que un bien debería recorrer para describir un círculo
completo y retornar al punto de partida, a partir de un punto dado del flujo circular
económico, hasta uno de los tantos caminos probables de la producción. Ese periodo
se llama “periodo de reproducción más corto”.

* En el original “costes elementales"


15
Bien puede, sin embargo, el mismo bien recorrer otros tantos caminos, debido
a que las vías de la producción se ramifican. Al más largo de ellos lo llamamos “el
periodo más largo de reproducción”. De ello queda excluida ciertamente cualquier
repetición de la misma vía, aun cuando esta repetición exista parcialmente. No se
requiere demostrar que todos los elementos de la producción pueden tener periodos
de reproducción de longitud diferente.

Con la ayuda de este esquema se puede estudiar toda la red del flujo circular
económico en relación con cualquier elemento A, de tal forma que todos los
elementos restantes se distribuyan en grupos (zonas), según las distancias más cortas
registradas en la dirección de la producción por los periodos, cada de las cuales una
puede distinguirse por su correspondiente índice de distancia.

Todos los puntos cuya lejanía haya sido medida desde un punto A, en la
dirección de la producción, es igual a un periodo de producción; es decir, todos
aquellos en los que el elemento A se consume como elemento de costo productivo
recibe la denominación A1, los puntos de la zona próxima se llaman A2 y así
sucesivamente (véase la Figura 1).

Pueden definirse grupos de sistemas homogéneos, según su relación con cada


punto del flujo circular económico. Si se reúnen en una misma fórmula todas las
denominaciones que cualquier elemento recibe en todos esos sistemas, entonces se
caracteriza con ello de manera clara y acabada la situación de cada elemento en el
flujo circular económico.

Debe advertirse que la fórmula no es reversible, debido a que las distancias


sólo pueden medirse en una determinada dirección. Para evitar el uso de largas
fórmulas reversibles (por medio de los círculos de reproducción calculables), se
puede simplemente introducir el concepto de distancia negativa, siendo por ejemplo
que A-1 denominaría todos los insumos de A.

16
Niveles de producción

La red de relaciones productivas dentro de un sistema de flujo circular puede


construirse unitariamente - es decir de forma tal que la reproducción de cada uno de
los elementos dependa directa o indirectamente de la existencia independiente o
simultánea de todos los restantes - o puede en cambio componerse, de forma tal que
el todo consista de varios grupos que pueden reproducirse independientemente-, de
los cuales cada uno basta (directa o indirectamente) para la producción de todos los
demás y también de su propia reproducción. En este caso, se trata realmente de
varios sistemas de reproducción perfectamente similares y que coexisten, con un
cierto desplazamiento de fases.

Por ejemplo en el siguiente sistema de cuatro miembros:

B C

A D

Figura 2

aA + bB  C dD + cCA4
(1 + a) A + (1 – b) BD* (1 – d) D + (1 –c) CB

4 a y (1 – a), b y (1 – b), c y (1 – c), d y (1 – d) son los coeficientes de distribución de A, B, C y D. Cada


elemento económico se presenta en la forma de una unidad específica, indivisible y por tanto,
determina a los coeficientes. Sobre ello véase nuestro trabajo “Uber die Theorie und statistik der
konzentration” [“Sobre la teoría y estadística de la concentración”] en Jahrb. F. Nat. U. Stat. Vol. 126, p.
301 [Jahrbücher für Nationalökonomie und Statistik, Band 126, S. 301, märz 1927, ss. 301—311:, Anuario de
macroeconomía y estadística, Vol. 126, pp. 301-311, marzo, 1927 (N. De T.)]
* Como señalan Akhabbar y Lallement (Wassily Leontief and Léon Walras: the Production as a Circular

Flow. Munich Personal RePEc Archive MPRA Paper 30207, 2011) debe decir: (1 - a) A + (1 – b) BD
17
Los elementos de A, B por una parte y C, D por otra, forman tales grupos
reproducibles de modo independiente. Se trata en realidad de la duplicación del
circuito (A + B)  (C + D)  (A + B)  (C + D) etc., dándose tal desplazamiento de
fases tal que (A + B) y (C + D) existen simultáneamente.

Los grupos elementales independientes A, B y C, D pueden calificarse como


niveles diferentes de producción5. Evidentemente cada nivel de producción puede
representar por sí mismo a un sistema extremadamente complejo.

Tres fases del descenso de la productividad local

Con ayuda del esquema elemental del flujo circular podemos analizar el efecto
que produce la disminución de la productividad en un punto dado del circuito. Todo
el proceso puede dividirse en periodos individuales de producción.

0. Periodo: donde se lleva a cabo la reproducción simple sin ninguna transformación.

1º. Periodo: en el punto A0, la productividad cae en 1/n del nivel hasta entonces
alcanzado. De esto resulta el siguiente estado de cosas: se reduce el consumo de A
en un 1/n, respecto del periodo de producción 0 en todos los puntos de la
primera zona que relacionan los costes de producción desde A°. El remanente
permanece como en el periodo de producción 0.
2º. Periodo: En el punto A° el rendimiento permanece al nivel del primer periodo de
producción, debido a que la disposición de bienes de producción iguala aquella
del periodo de producción 0. En los puntos de la primera zona se reduce el
rendimiento en el coeficiente 1/n, debido a la mayor reducción del suministro de
bienes de producción. Con ello, queda sin uso un coeficiente igual a 1/n de los
elementos complementarios, que se consumen acá, junto a los bienes producidos
en A°.

5 Aquí intencionalmente se hace uso del concepto “nivel de producción”. En principio, nuestra
definición corresponde en todo a aquello que usualmente se entiende por él. Sin embargo, con tal
definición uno siempre piensa en una relación unilateral. Esto sucede en razón de que no se considera
todo el círculo grande, sino tan sólo una sección.
18
3º. Periodo: En el punto A° y en la zona A1 permanece todo inalterado. Las
modificaciones que dominaban en la primera zona durante el periodo inmediato
anterior en curso, se repiten en la zona A2.

La modificación continúa en forma análoga hasta que tiene lugar la


segunda fase de desarrollo. Se ha visto que paralelamente al efecto paulatino que
produce la disminución de la productividad primaria en el punto A°, sobre las
zonas A1, A2, A3 etc., el consumo de todos los demás elementos complementarios
se limita en proporción igual al de los de los elementos A. Empero, en la medida
en que los puntos de producción de dichos elementos no hayan sido alcanzados
aún por la ola de los limitantes de la producción, se verifica un excedente de sus
rendimientos. Pero si éstos llegan también a la serie, reciben entonces una ración
de bienes de producción también recortada. El rendimiento cae. La producción
superavitaria desaparece.

Esquemáticamente, el proceso puede representarse de la siguiente manera:


A° es el punto de partida de la modificación, Ap y Ap-1 Aq son otros dos puntos de
producción. Los índices p, 1 y p-1 designan las relaciones existentes entre estos
tres elementos: si p > q, debe verificarse que p - i = q, ya que, el tercer grupo
respecto del segundo es designada por el índice (-1). En este caso son dos zonas
consecutivas de A°. Pero si p < q, tenemos entonces el caso antes mencionado. La
reducción del consumo de (Ap-1) Aq se presenta en el periodo P, el excedente del
producto resultante de ello dura (q - p) periodos, hasta que éste se equilibra en el
periodo q, por una reducción igual del rendimiento.

4º. Periodo: luego viene la cuarta fase. Esta se caracteriza por el hecho que la ola de la
reducción del rendimiento alcanza por nueva vía los puntos ya antes afectados
por ella en el camino más abreviado de la producción. Cada una de las partes del
sistema se altera en tiempos del todo diferentes por ese revés. Mientras unos
puntos de la producción se afectan apenas por las consecuencias de la reducción
de la productividad primaria, los otros pueden ya haber padecido una repetida
disminución del producto.

19
Con el tiempo, la diferencia entre las fases se hace mayor. Si la separación de
dos puntos de producción desde el punto de partida de todo el movimiento es
igual a K1 y K2 y sus periodos de reproducción más cortos son iguales a M1 o M2,
entonces se da entre ellas la siguiente diferencia D de las fases en el periodo V,
según la reducción primaria de la productividad:

o:

Puede verse que cuanto mayor es V, mayor es también D.

Sin embargo, las diferencias -relativas de rendimiento que se producen por


una diferencia tal de las fases- se entienden al término de un número suficientemente
grande de periodos, en un caso continuo y más precisamente resultan iguales a 1/n
en la disminución primaria de la productividad, conforme a la siguiente fórmula:

Aumento de la productividad local

Cuando los coeficientes de costes permanecen invariables en la primera zona,


un aumento de la productividad local puede no acarrear cambio alguno en el sistema
del flujo circular económico, al contrario de lo que sucede cuando hay una
disminución de la productividad. Los elementos adicionales de rendimiento que se
generan por el aumento de la productividad pueden quedar sin aplicación alguna,
cuando el suministro de bienes complementarios se mantiene igual, quedando
aquellos fuera de la circulación económica.

20
Desplazamiento de costes

Con esto podemos ocuparnos del segundo tipo de cambios cuantitativos, del
desplazamiento de costes, es decir, del cambio de los coeficientes de costes.

Si el coeficiente de costes de un elemento de la zona A-1 aumenta en 1/n en el


punto de producción A°, se limita entonces con ello el rendimiento de A° a n, ya que
con la nueva distribución de costes los suministros desde el punto A-1 no son
suficientes para el volumen de la producción anterior. Con ello empero, quedan sin
aplicación 1/n de todos los otros elementos de la zona A-1.

La reducción del rendimiento en el punto A° debe, por cierto, repercutir


igualmente como en el caso de una simple disminución de la productividad.

Con un desplazamiento de costes opuesto, es decir, cuando el coeficiente de


costes de un elemento ha disminuido, el producto no experimenta entonces ninguna
modificación; se libera 1/n de los insumos.

Por lo tanto este caso puede también asimilarse sin más al ya conocido
fenómeno de la sobreproducción.

Cambios de los coeficientes de distribución

Finalmente, un cambio local de los coeficientes de distribución, debe


repercutir en los puntos de producción cuyo suministro ha caído, como una
subproducción; en los otros puntos [de producción], en cuyo favor se ha verificado el
desplazamiento [de los coeficientes, debe repercutir] como una sobreproducción.

Cambios combinados

Corresponde ahora investigar las combinaciones de los cambios de los


elementos cuantitativos. Los efectos de las modificaciones orientadas en la misma
dirección (es decir sólo positiva o sólo negativa) sencillamente se suman. Las
modificaciones en sentido opuesto deben, por el contrario, compensarse. Con ello
puede fácilmente constatarse que una compensación completa similar solamente es
21
posible entre cambios contrarios; aun cuando las modificaciones opuestas nunca
pueden compensarse en su totalidad.

Todo cambio de la productividad en el punto A° puede compensarse en la


zona A1 por un desplazamiento opuesto de los coeficientes de costes.

Las modificaciones contrarias del mismo tipo pueden, por el contrario,


compensarse sola y mutuamente en conexión con un desplazamiento de los
coeficientes de distribución correspondiente.

Luego de un crecimiento de la productividad local el flujo circular económico


no puede balancearse, nunca en modo definitivo, mediante una nueva distribución;
aun cuando es posible dilatar una aguda sobreproducción durante la duración de
algunos periodos de producción (cuando suceden pequeños desplazamientos
proporcionados).
Un ejemplo sencillo puede esclarecer la cuestión. Hay que imaginar un sistema
económico compuesto de tres elementos producidos primeramente en las cantidades
A, B y C. La producción se realiza según la fórmula:

1 1
B  C  A,
2 2
1 1
A  C  B,
2 2
1 1
A  B  C.
2 2

Luego, con el tiempo sube el rendimiento en A en 1/10. Vamos a presentar


esquemáticamente los correspondientes desplazamientos de distribución.

Para los fines de una representación gráfica difícilmente puede sernos de


utilidad el esquema circular hasta ahora en uso. Vamos a servirnos por ello de una
forma de representación tabular:

22
Se observa que en vez de que se da un desenvolvimiento uniforme del circuito
según el mencionado incremento de la productividad, surge un movimiento de tipo
pendular. En ello está comprendida la oscilación de un periodo de reproducción a
otro en constante crecimiento, de forma tal que finalmente es imposible un
aprovechamiento total del bien que ha sido afectado por el crecimiento de la
productividad. Cuán pronto aparece esta "desproporción absoluta" depende del
tamaño del cambio original de la productividad. En nuestro ejemplo, ello sucede en
el cuarto periodo de reproducción. Con un aumento del cincuenta por ciento de la
productividad resulta ya inevitable una sobreproducción después de dos periodos de
producción; por el contrario, con una elevación de la productividad del uno por
ciento puede aplazarse la sobreproducción hasta el décimo del periodo de
reproducción.

Cuando se produce una disminución de la productividad todo el proceso se


realiza de modo completamente análogo.

Cambios cualitativos

Al igual que los cambios cuantitativos, los cualitativos pueden también


dividirse en positivos y negativos: el surgimiento de nuevos y la desaparición de
viejos tipos de elementos económicos.

Nuevamente puede ponerse un ejemplo elemental. En un punto dado del flujo


circular surge un producto del nuevo tipo No. 2, en reemplazo del producto del tipo
No. 1, sin que haya un cambio de costes. Si estos nuevos elementos (No. 2) no se
23
relacionan con los puntos de producción de la zona próxima, ocurre algo similar a
una baja de la productividad en el punto de partida 0. El circuito se ha destruido en
su totalidad, como si en vez del bien No.1 no se hubiera producido nada.

Si la composición de los insumos se hubiera modificado en algunos puntos de


la producción, de tal forma que uno o más desaparecieran, se origina una
sobreproducción de los bienes que se han vuelto inservibles. Es evidente que todo
cambio local cualitativo corresponde a un desplazamiento cuantitativo.

Visión de conjunto del cambio económico

Luego de haber analizado cada uno de los elementos del cambio económico,
vamos a intentar ahora obtener la visión de conjunto de un ciclo económico mutante.
Para ello, las posibilidades de las modificaciones técnicas se entienden ilimitadas,
como ya se ha mencionado.

La cuestión exactamente es entonces la siguiente: ¿Con qué tipo de cambios en


los datos técnicos de un proceso económico éste mantiene las características de un
flujo circular? Se trata de lograr, ex definitione*, un esquema general del cambio
económico.

Cambio uniforme

En primer término, según nuestro supuesto fundamental, deben separarse


todas aquellas modificaciones que no corresponden en lo absoluto al principio de
reproducción. Hay sin embargo un tipo de circulación que satisface en su totalidad
los principios mencionados y que muestra cambios permanentes.

En el análisis del descenso de la productividad en un elemento hemos


examinado ya un circuito de ese tipo. Con unas composiciones de costes y de
insumos invariables, tenemos una producción en constante decrecimiento. En
contraposición a lo anterior estaría un crecimiento análogo progresivo. Ciertamente,
como hemos visto, lo último no puede ser resultado de un aumento de la

* En latín en el original (N de T)
24
productividad local, sino sólo de uno que sea simultáneo y proporcional en todos los
puntos del circuito.
El esquema de ese tipo de desarrollo uniforme puede fácilmente ser entendido
como un caso especial de circuito uniforme.

A, aA, aA, aaA, a 2 A, aa2 A, a3 A, aa3 A, a 4 A, aa4 A, a5 A,

(1  a) A, a(1  a) A, a 2 (1  a) A, a3 (1  a) A, a 4 (1  a) A,
bB abB2 a 2bB2 a3bB2 a 4bB2

B, (1  b) B, aB, (1  b)aB, a 2 B, (1  b)a 2 B, a 3 B, (1  b)a3B, a 4 B, (1  b)a 4 B, a5 B,

Cuando a = 1 estamos ante un desarrollo invariable y regular; cuando a < 1


ante uno regresivo y cuando a > 1 ante un cambio progresivo uniforme.

Modificación irregular

Puede construirse un [caso de] cambio absoluto e irregular cuando


primeramente varía una parte de los elementos de un proceso de reproducción,
dejando a los otros sin alteración, y luego se deja a los nuevos inalterados,
sometiendo a los viejos se someten a un cambio.

Cuando los cambios son paulatinos se conserva el principio de circuito,


[porque] se repiten los elementos iguales en todos los periodos de producción
colindantes, aun cuando desde una perspectiva más larga, se da la posibilidad
ilimitada de modificación.

Este esquema aparentemente arbitrario es conveniente para una interpretación


"práctica" e imparcial. Si se quiere concebir la economía como una actividad racional
y planificada, debe entonces vincularse todo cambio a una repetición parcial. Un
cambio ininterrumpido y constante del proceso económico visto desde esa
perspectiva, es del todo comprensible. Entonces un proceso como el económico, sin
fin y continuo puede construirse tan sólo de forma consciente, racional y dirigida en

25
una repetición perenne. Todo lo nuevo es un medio nuevo para alcanzar un fin
antiguo. Una máquina nueva produce objetos "anticuados". Si éstos son
genuinamente nuevos, igualmente deben aplicarse a un objetivo antiguo. A cuan
largo rodeo, debe conectarse a todo coste al anterior. Luego éste nuevo puede
devenir en un punto de reposo. Precisamente por ello debe repetirse a todo coste.

La sustitución de insumos*

Hasta el momento consideramos al flujo circular de la economía de forma que


puede representarlo nuestro esquema elemental. Una observación más cercana nos
muestra que este esquema sólo representa un cierto caso en el margen. La relación de
la produccion con sus insumos, como cualquier otro concepto sobre una relación
causal es laxa hasta cierto punto.

¿Cuál es el coste de 100 libras de pan? Un detallado análisis puede dar


múltiples y variadas respuestas , todas las cuales empero son igualmente acertadas.
Una afirma: tanto de masa más tanto de carbón y tanto de trabajo del panadero; la
otra: tanto de harina, levadura, agua y carbón; una tercera respuesta, libre asimismo
de toda objeción podría ser: tanto de semilla, de abono, de máquinas agrarias, tanto
de terreno con contenido de carbono, etc.

Cada uno de los miembros precedentes de una cadena causal puede ser
considerado como causa del cada uno de los siguientes miembros.
Correspondientemente, podemos también girar nuestro esquema hacia
cualquier dirección. Podemos reducir por ejemplo el circuito a 3 elementos, cuando
consiste originariamente de 45a.

43n - 1 + 14n - 1 
41n - 1 + 22 n - 1  103n
151n
81n-1 + 124n-1  42n 31n-1 + 22n-1  134n

*Costes en el original (N. de T.)


5aLos índices superiores indican los espacios de tiempo, los inferiores, distintos tipos de elementos
económicos.
26
Reemplazamos 12 por sus insumos 21 + 34

43n - 1 + 14n - 1  151n


41n - 1 + (41 + 64)n - 2  103n
31n - 1 + (41 + 64)n - 2 + 63  134n

De la misma manera podríase también eliminar un segundo elemento6.

Ello da origen a nueva composición de insumos, en la que cada uno de los


elementos no sólo se distingue el uno del otro cualitativa y cuantitativamente, sino
también con relación a su posición en la secuencia de los periodos de producción
subsecuentes: nuestro esquema nuevo y reducido contiene por ejemplo no sólo
periodos simples de producción, sino también duplicados. Esto debe tomarse
también en consideración en la distribución de las zonas [de puntos de producción
en el circuito].

Una modificación en el punto que ha sido eliminado durante la reducción,


puede expresarse en el nuevo esquema sólo indirectamente. El proceso que puede
representarse por completo en el primer esquema de manera breve y sencilla, se
reflejaría aquí sólo de un modo altamente complejo.

"Elementos del capital"

Si se toman en cuenta los elementos económicos existentes al final del periodo


(n – 1), tenemos entonces en primer término que el rendimiento de ese periodo es
igual a 151, 104 y 133. De ello quedan 81 y 124, los que en verdad se produjeron en el
periodo (n - 2) pero recién en el momento n llegan al consumo, aun cuando en el

6 El límite de las posibilidades de sustitución se determina por la composición cualitativa del último
de los elementos suprimidos. En nuestro ejemplo ningún grupo de costes consiste de menos de dos
tipos de bienes complementarios. Debido sin embargo a que el ejmplo contiene solo 4 puntos de
producción, no es posible eliminar más de dos.
Es superfluo demostrar que todo el procedimiento debe completarse de acuerdo con el esquema de
producción vigente [en el momento oportuno]. Nada tiene que hacer en ello la "historia originaria" de
cada uno de los elementos, donde quizá hayan ocurrido cambios técnicos.
27
entretiempo quedan fuera de la circulación, conforme a la forma de representación
abreviada. A estos los llamamos "elementos de capital".

El concepto de capital no es entonces, en ese sentido, especial ni propiedad o


característica alguna de algunos elementos económicos, sino sólo expresión de una
noción especial, o mejor dicho, de cálculo.

El tamaño de la "existencia de capital" aumenta proporcionalmente al número


de los puntos de producción sustituidos por los correspondientes elementos de coste.

Compensación de existencias

Hemos estudiado los cambios de los coeficientes técnicos y las condiciones


formales de la combinación de esos elementos fundamentales.

Sabemos ahora también, que los elementos “fundamentales” del sistema


económico no son simples en lo absoluto y correspondientemente también, que sus
relaciones recíprocas no pueden poseer la constancia absoluta de las relaciones
efectivamente "fundamentales". Por consiguiente los coeficientes técnicos que ya
hemos analizado son también constantes, y que en sentido estricto, en realidad
oscilan alrededor de un cierto tamaño promedio. Siendo así, entonces el transcurso
del proceso económico sólo puede concebirse de forma tal que en cada punto de la
producción existen determinadas existencias compensatorias del total de las
desviaciones de los coeficientes de costes o de productividad. La dimensión de esas
existencias compensatorias depende de la medida de las oscilaciones ocasionales y de
la longitud de los periodos de tiempo en cuyo recorrido se compensan mutuamente.
Pero debido a que resulta imposible hacer una diferenciación absoluta entre los
cambios ocasionales y los no ocasionales, puede entonces considerarse que todas
tales existencias compensatorias son elementos económicos sólo con cierta
probabilidad.

Deviene superfluo explicar también que los cambios técnicos recurrentes, aun
cuando no sean ocasionales (cuyas causas entonces son conocidas), exigen

28
igualmente existencias compensatorias, al igual que los cambios ocasionales (véase
más en detalle sobre las existencias compensatorias la pág. 610 y siguientes*).

Digresión

La proporción del intercambio

El transcurso del flujo circular de la economía se determina mediante las leyes


de costes inmanentes hasta en sus más mínimas particularidades. Estas no son
empero suficientes en una economía intercambio; ya que aquí, junto a la ya conocida
relación de producción entra en juego una segunda, la relación de intercambio.

Intercambio general y particular**

Los bienes a comparar son en ambos casos los mismos -los productos por un
lado y los insumos correspondientes, por otro. Si la comparación se realizara de tal
manera que todos los productores arrojaran los productos destinados al intercambio
a una pila para luego sacar de allí los insumos necesarios (de esta manera pretenden
algunos presentar gráficamente el proceso social de valorización***), entonces no
surgiría ningún problema especial. La tasa de relación no sería sencillamente otra
cosa que la ya conocida relación coste-beneficio. En la realidad no se verifica ningún
cálculo general sino uno particular, es decir, los bienes no se contraponen entre sí en
grupos, como en el proceso de producción, sino formando pares. Los resultados
últimos del intercambio general y del especial son los mismos; los medios son
empero diferentes.

*Se refiere a la sección titulada “Compensación de reservas” (N. de T.)


**No obstante el título „Tausch“ (“trato“ en el sentido comercial), lo que sigue considera el cálculo de
la relación coste-beneficio (N. de T.)
*** Esta analogia ha sido tomada de Schumpeter Joseph A. (1911) Theorie der wirtschaftlichen
Entwicklung, Leipzig, Verlag von Duncker und Humblot (N. de T.)

29
Ecuaciones indeterminadas de intercambio

Sin entrar al tema de las razones internas y de las causas de tal o cual
estructuración de las proporciones del intercambio, vamos a centrarnos en las
condiciones generales que deben cumplirse necesariamente en el marco de la
circularidad económica.

La cuestión precisa a dilucidar es la siguiente:

El producto total, es decir la suma de los producciones parciales de todos los


puntos de producción en un periodo se distribuye de forma tal que no puede tener
lugar ninguna producción adicional dentro de cada uno de esos grupos [que se
identifican con la] propiedad. En especial el intercambio debe garantizar una
redistribución tal que agrupe a los elementos económicos "aptos para producir", de
acuerdo con las proporciones [necesarias] de insumos [para llevar a cabo la
producción], de modo que pueda continuar el flujo circular. La pregunta que se
propone es, ¿en qué proporciones debe ocurrir el intercambio [ente los propietarios
de los insumos] para que ello pueda suceder?*

Con fines de simplificación, suponemos en primer término que la distribución


originaria de la propiedad corresponde a la clasificación del producto, es decir, que
cada tipo de producto es una propiedad individual independiente.

Para hacer totalmente clara la reducción de su expresión algebraica debe


introducirse el concepto de valor. Con ese término no debe pensarse de ningún modo
en una característica nueva de los bienes, sino precisamente en la relación resultante
del de intercambio a partir de de todas las relaciones que investigamos.

Considérese un sistema dado que se compone de dos elementos, que se


encuentran el uno respecto del otro en las siguientes relaciones de reproducción:

aA + bB A,
(1 – a)A + (1 – b)B B.

* La demanda por los bienes finales determina la manera en que se asignan los insumos en las distintas
líneas productivas (Cassel G., 1918, Theoretische Sozialökonomie Leipzig: C.F. Winter (N. de T.)
30
Los dos grupos de propiedad originales deben coincidir con los distintos
grupos de rendimiento cualitativos.

Los grupos de insumos "aptos para producir" pueden expresarse mediante la


siguiente fórmula general:

k (aA + bB) y m[(1 – a) A + (1 – bB)],

donde los "coeficientes de propiedad" k y m pueden aceptar todos los valores que van
desde 0 hasta 1.

Las dos fórmulas generales son entonces las siguientes:

Ap1 = k(aAp1 + bBp2) + m[(1 – a) Ap1 + (1 – b) bBp2]


(I)
Bp2 = l(aAp1 + bBp2) + r [(1 – a) Ap1 + (1 – b) bBp2]

Uno de los dos precios p1 y p2 puede igualarse a 1, - ya que se trata tan sólo de
relaciones.

De otra parte es:

k l 1
(II)
m  r  1.

Tenemos cuatro ecuaciones con cinco incógnitas.

Una solución única es imposible. Pueden variarse arbitrariamente las


proporciones del intercambio y correspondientemente las relaciones de distribución
de la propiedad, sin perjudicar el flujo circular económico. Un sistema definido de las
relaciones de precio es por ello y desde tal punto de vista aparece como un fenómeno
"aleatorio".

Rentas de la propiedad

De ese resultado puede observarse que de ninguna manera puede hallarse una
solución nítida al problema del intercambio dentro del campo conceptual presente.

31
Todos los casos, cuya expresión directa se encuentra en los coeficientes técnicos, han
sido ya tomados en cuenta. El problema debe ser abordado desde otra perspectiva.

Entre los distintos factores que determinan esta o aquella composición de


costes se encuentran también, como ya se ha dicho, las causas sociales, junto a todos
los datos naturales posibles,. Como a todas las restantes, se les ha podido considerar
hasta ahora como hechos "dados", sin hacer un análisis más preciso.

Ahora, empero, se ha de tomar en cuenta directamente - para fines del análisis


del intercambio - uno de esos "supuestos", más precisamente, la distribución. Su
efecto indirecto sobre la composición de costes mantiene ciertamente con ello su
vigencia.

Para tal fin es necesario efectuar un estudio exhaustivo de la relación entre la


distribución de la propiedad y su efecto en los coeficientes técnicos existentes Para
tener un conocimiento acabado de las relaciones de intercambio. Este consiste en que
un tipo especial de los insumos, la llamada renta, corresponde al fenómeno de la
propiedad (en relación con la renta como elemento del coste véase la pág. 619 y
siguientes*).

La economía de intercambio simple

Las estrechas relaciones entre el problema del valor y el de la renta se ponen al


descubierto cuando se piensa que una economía hipotética de intercambio sin rentas
por la propiedad, carece del necesario sistema de precios.

Imagínese la reproducción de dos tipos de bienes, por ejemplo los de


"consumo" y los de "producción" (los llamados bienes de capital). Dada una cierta
relación de cambio arbitraria, acorde con unas ecuaciones de precios indeterminadas,
cada una de estas ramas pertenece a un "propietario" particular.

Si se produce un cambio de los precios, se puede canjear uno de los insumos


por el segundo en menor cantidad que antes, y también [obtendrá menor cantidad de
algunos de sus] bienes personales, necesarios para la reproducción de la fuerza de

* Se refiere a la sección “Ingresos y costes” (N. de T.)


32
trabajo propia. El propietario, no recibe nada en una economía simple "sin
beneficios".

El otro propietario, en cuyo favor se desplazó la relación de precios, estará en


la situación de ampliar su consumo de insumos. Si es, por ejemplo, el productor de
los bienes de capital, entonces éste se apropiará no sólo los insumos necesarios para
la producción de bienes de capital, sino también de aquella parte de los insumos
necesariops para la producción de los bienes de consumo que no han sido adquiridos
por el otro [propietario] en razón de su pérdida de poder de compra. Al mismo
tiempo emplea parte de la fuerza de trabajo de los productores de bienes de
consumo, afectados por el desplazamiento del precio –aquella ha permanecido
parcialmente desempleada en su propio "negocio" [“rama”]- pero se desplaza a una
esfera de propiedad distinta. Después de que se haya producido el desplazamiento
del precio, el ingreso personal permanece igual que antes [al cambio de los precios].
En este caso carece de "interés" [la determinación] de ésta o aquella estructura de
precio y correspondientemente cada situación de equilibrio del sistema de precios.

La segunda ecuación

La renta por la propiedad está considerada ciertamente también dentro del


esquema del flujo circular general, junto a otros insumos, sin cualquier relación
directa a su causa (el fenómeno de la propiedad). Corresponde a la teoría del interés
comprender tales causas.

No podemos adentrarnos en esa temática especializada y vamos sencillamente


a anticipar el resultado definitivo para la teoría del intercambio. Dicho resultado es la
tendencia a la ecuación del valor entre los bienes de consumo utilizados en el campo
de un grupo dado de dominio y los bienes resultantes que han sido producidos a
partir de éstos.

Esta constatación puede servir para la ampliación de nuestro sistema de


ecuaciones.

33
Para sortear cualquier cálculo complicado vamos a considerar el caso
elemental ya conocido de un esquema del flujo circular con dos componentes.

Correspondientemente, el primer grupo de ecuaciones de cambio se forma del


modo siguiente:

( 1 = k (aAp1 + bBp2) + m[(1 – a) Ap1 + (1 – b) bBp2],


Ap
III) Bp2 = (1 – k) (aAp1 + bBp2) + (1 – m) (0 – a) Ap1 + (1 – b)
bBp2

A esto se agregan dos nuevas ecuaciones que se formulan precisamente en


razón del principio mencionado:

Ap1 = kAp1 + mBp2


(IV) p2 = 1
Bp2 = (1 – k) Ap1 + (1 – m) Bp2

Para investigar la proporción de intercambio, todo el sistema de ecuaciones


debe resolverse según p1. Para ello cada par de ecuaciones debe quedar inalterado,
ya que de otra forma resultaría una identidad. Así, tomamos las siguientes dos
fórmulas:

(III1, 1) Ap1 = k(aAp1 + bB) + m[(1 – a)Ap1 + (1 –b)B]

(IV1, 1) Ap1 = kAp1 + mB

De ello resulta:

(V) k(aAp1 + bB) + m[(1 – a) Ap1 + (1 – b)B] = kAp + mB

o: (k – m) (aAp1 + bB – Ap1) = 0.

34
En consecuencia, (k – m) = 0 ó aAp + bB – Ap = 0. La primera solución (k = m)
significa que cada una de las ramas de la producción están distribuidas
proporcionalmente en ambos grupos de propiedad. En tal caso, sin embargo, no se
da ocasión alguna para el intercambio. El valor correspondiente de p1 entonces no
significa una proporción de cambio.

Queda la ecuación aAp + bB – Ap = 0. Esta fórmula significa que el valor de un


bien es igual al de sus costes. Esta es la "ley del valor" de la así llamada teoría objetiva
del valor. Esta ley de costes juega más o menos el mismo papel en la teoría del valor
que el que la "ecuación cuantitativa del dinero"* juega en la teoría monetaria. La
relación funcional que encuentra expresión en la fórmula es reconocida por todos los
teóricos. Aun más vehementemente se discute a cuál elemento debe adscribirse la
mayor significación.

Parece oportuno acá, donde se trata del problema del flujo circular, distinguir
el teorema en sus dos componentes (el primer y el segundo tipo de las ecuaciones de
intercambio) y aislar el elemento circulante de la otra al que podría quizá
considerarse el verdadero principio del valor.

La proporción de intercambio en el flujo circular variable

En un flujo circular variable pueden aplicarse las mismas ecuaciones que en el


caso de la reproducción simple. Se supone por ejemplo que en el siguiente periodo
de producción, según lo que se ha acabado de considerar, en el punto de producción
No. 2 se produce un nuevo elemento que en lo que sigue encuentra conexión en los
restantes.

La nueva fórmula de producción sería por ejemplo:

aA + bB  A aA + cC  A
y después:
(1 – a)A + 1(1 – b)B  C (1 – a)A + (1 – c)C  C

* En el original „Verkehrsgleichung“o “ecuación de la circulación” (N. de T.)


35
En el tercer periodo de producción se usa el nuevo elemento tanto para su
propia reproducción como también para la producción del tipo de bien No. 1. Con
ello aparecen dos precios desconocidos, aquel del nuevo producto y también el del
antiguo elemento producido No. 1, pero con nuevos costes de producción.
Por razones de brevedad vamos a considerar como desconocido el precio del
elemento N0. 1 en el segundo periodo. Así se hace superflua una segunda ecuación
en el periodo siguiente.

El primer par de ecuaciones es, conectándolo con la fórmula (IV):

kAp1  mB  l (aAp1  bB)  r[(1  a) Ap1  (1  b) B](1  k ) Ap1  (1  m) B 


(VI)
(1  l )( aAp1  bB)  (1  r )[(1  a) Ap1  (1  l ) B],

la segunda:
kAp1  mB  1Ap 3  rCp 4 ,
(VII)
(1  k ) Ap1  (1  m) B  (1  l ) Ap 3  (1  r )Cp4

Los precios desconocidos son p3 y p4. Los nuevos coeficientes de propiedad,


también desconocidos son l y r. Los precios p1 y p2 son conocidos desde el periodo
anterior.

Una ecuación del primer par debe eliminarse. Por el contrario, las otras dos
pueden utilizarse conjuntamente, ya que en oposición a la reproducción simple, su
sumatoria no resulta en una ecuación de identidad.

Tres ecuaciones con cuatro incógnitas. Y sin embargo resulta una solución
determinada para p3 y p4.

(kAp + mB) y [(1 – k) Ap1 + (1 – m)B] pueden simplemente substituirse, según


las ecuaciones (II), por Ap1 y B.

Designamos (aAp + bB) por x; [(1 – a)Ap1 + (1 – b)B] por y. De (VII) sigue:

(1 – l) rCp4 – (1 – l) Ap1 = l(1 – r)Cp4 – lB,

36
o: rCp4 – Ap1 + lAp1 = lCp4 – lB.

Ap1  lAp1  lB
(VIII) P4 
rC  lC

De (VI, 1) encontramos que: Ap1  lx  ry o:

Ap1  ry
(IX) l
x

De (VIII) y (IX) sigue:

pero ya que: Ap + B = x + y, entonces:

p4 = (1 – a) Ap1 + (r – b) B.

Del mismo modo se halla también p3.

Se ve que la "ley de costes" es válida también para la circulación variable.

37
El flujo circular empírico

Hasta el momento hemos estudiado a la circulación económica en la forma en


que se construye a partir de las relaciones elementales de los productos con los
insumos. En verdad, el objeto de nuestro análisis no ha sido el mismo proceso
económico, sino un modelo de la circulación económica.

Nuestra próxima tarea consiste en pasar de ese esquema general al hecho


empírico.

Bajo ninguna circunstancia se trata en lo que sigue de una "abstracción


reduccionista". El nuevo problema posee la misma naturaleza teórica de los otros que
han sido tratados hasta ahora.

El concepto empírico de capital

La dificultad del tránsito del campo de las construcciones esquemáticas al de


la circulación económica real consiste en que en aquella hemos operado con lapsos de
tiempo infinitamente pequeños y hemos supuesto un conocimiento acabado de la
cadena causal, en ésta sin embargo, no es posible ni lo primero ni lo segundo. En el
proceso de la economía real se pueden fijar, según el gusto, muchos puntos de
producción con todos los coeficientes técnicos que les corresponden, aunque jamás el
número será infinito.

Ahora nos es útil el concepto de capital. La sustitución de costes significaría en


el análisis esquemático una complicación innecesaria de la forma de representación
elemental, aquí se ofrece el único medio para superar la variedad infinita mediante
pocos conceptos, escogidos a discreción.

El procedimiento de sustitución consiste, como ha sido mostrado, en que el


producto de una serie productiva discrecionalmente larga se reduce a sus insumos de
inicio. Todos los elementos intermedios se sustituyen por una suma de capital. Esta
es igual al producto de los insumos originarios y al número de los periodos
intermedios sustituidos. Pero en razón de que los insumos originarios (en nuestro

38
esquema los insumos elementales) son iguales al producto de un periodo de
producción, puede definirse la suma de capital de manera tal que puede decirse que
el capital es igual a la suma de los insumos originarios consumidos durante los
lapsos de tiempo sustituidos.

Esa magnitud puede investigarse sin más para cada elemento económico real.
Y así, con ayuda del concepto de capital, puede reducirse cada circuito económico a
un número discrecionalmente pequeño de elementos.

La longitud de los caminos productivos

La elaboración de un esquema de circulación empírico debe empezar


correspondientemente con la determinación de la distribución temporal, es decir, de
la separación mutua de los puntos de apoyo elegidos a discreción.

Aquí encontramos no obstante una dificultad relevante. Cada uno de los


puntos de la producción puede estar unido a otros mediante vías productivas de
diversa longitud. La más corta puede en todo caso fijarse fácilmente, ya que como
hemos visto, la reducción del producto se difunde precisamente por medio de la via
más corta y en principio, medir la distancia sólo es posible con ayuda de un
"experimento" de tal naturaleza. Por el contrario, para determinar todas las otras
sendas [por las que discurren los efectos de reducir el producto], debe seguirse en
una dirección paso por paso. Si todos los puntos infinitos de producción estuvieran
unidos en varias direcciones, uno se encontraría en ello con la misma multiplicidad
que debería ser superada mediante el procedimiento de sustitución.

La teoría de la circulación tiene que ver solamente con la formas posibles de


estructuración del proceso económico y por eso la cuestión acerca de si el número de
las ramificaciones que da cada una de las vías productivas es realmente infinitamente
grande o si es que tiene en todo caso un límite, no puede de ninguna manera
responderse sobre la base de alguna reflexión deductiva.

Nunca puede determinarse la estructura de la circulación económica por la vía


empírica, debido a su infinita multiplicidad que además se encuentra en permanente

39
cambio. Así, se plantea la disyuntiva de que uno deba ampararse en unas
consideraciones teóricas cualesquiera, que no sólo analicen las formas del proceso
económico sino también su contenido, o que uno se quede precisamente con
conocimientos empíricos incompletos. Para una evaluación completa de esos datos
"fragmentarios" es imprescindible la dirección metodológica de la teoría.

La investigación estructural

También la exploración empírica recibe el principio formal de orden desde la


teoría.

A través del análisis general del esquema de circulación hemos entendido que
las relaciones de reproducción [siguen] una suerte de estructuración por etapas.
Hemos clasificado tales grupos elementales como las etapas de producción de los
sistemas circulares, cada una de las cuales abastece la producción de todas las demás.
De ello resulta que la distancia entre los eslabones de cada etapa de producción es
siempre la misma.

Sin embargo, dado que cada punto de producción pertenece a algún nivel de
producto en un sistema compuesto, es decir, que todos los elementos que están en el
mismo paso de producción están también en la misma zona, respecto a cada uno de
los otros puntos del sistema. Entonces no pueden existir caminos de producción más
largos.

La tarea de la economía empírica, en este aspecto, en cumplimiento con la


teoría del desarrollo de los procesos económicos que pretende imponerse, consiste en
la exploración de la estructura periódica y gradual del circuito económico.

Nos parece que la “investigación estructural” moderna debe entender su tarea


justamente en este sentido. Esta distingue dos conjuntos de interrogantes: por un
lado, la delimitación de los diferentes niveles de producción -podría quizás referirse
a la investigación por zonas [en el cicuito de la economía]-, y por otro lado, la
validación de la relación mediante la cual existen los diferentes elementos de un
mismo nivel de producción -estrictamente hablando, el conocimiento de una sola

40
etapa de producción sería aquí suficiente. La relación de la “teoría del flujo circular”
con la “investigación estructural” sería un caso típico de cooperación entre la
investigación puramente “nomológica”* y al mismo tiempo, un modo de
investigación pronunciadamente orientado hacia la metodología “ideográfica**”.

Por supuesto, los puntos de referencia mencionados pertenecientes a los


mismos niveles de producción pueden combinarse y simplificarse, sin embargo, con
el objeto de que esta siguiente sustitución reproduzca las relaciones elementales
correctas, deben conocerse previamente todos estos puntos.

Capitalización
La distribución temporal de ciertos puntos de producción detectados de esta u
otra forma puede escribirse sintéticamente en la formula siguiente - como ejemplo
tomemos un esquema circular con dos puntos de apoyo:

aAn-K + bBn - An

(1 – a)An-d + bBn-r  Bn

Claramente puede utilizarse como escala de tiempo cualquier unidad. A y B


representan las utilidades producidas en el curso de esta unidad de tiempo.

Este sistema provisional se “capitaliza” ahora de la siguiente manera:

* En el original „nomologischen“, del griego  y  equivalentes a “de la ley” y “estudio”:
Ciencia de las leyes y de su interpretación. El texto se refiere a que existen fenómenos cuyas
conclusiones pueden generalizarse y a partir de allí se construyen las leyes de la ciencia; es decir, las
conclusiones de la investigación del flujo circular se generalizan en la teoría estructural de la economía
(N. de T.)
** En el original „idiographischer“, del griego y“idea” y “grafía”. El término significa que

existen fenómenos donde cada símbolo tiene un significado único. En el texto, el término se refiere al
estudio de los fenómenos desde el punto de vista de la unicidad de cada caso estudiado por la ciencia.
Es decir, a veces son cuestionables las conclusiones derivadas de la generalización a partir de los
estudios de caso, dado que éstos son únicos. Luego, el conocimiento de una etapa del proceso circular
de la producción no basta para llegar a conclusiones sobre el proceso completo (N. de T.)
41
[aA(n – k)]n-1 + [bB(n – 1)]n-1  An
[(1 – a)A (n – d)]n-1 + [(1 – b)B (n – 1)]n – 1  Bn

Las relaciones ingreso-costo en este sistema son totalmente diferentes a


aquellas del esquema elemental. Los coeficientes de capitalización (el periodo entre
los “gastos originales” y el “producto final”) son constantes.

Acumulacion de capital o bien, consumo de capital

Si la generación de costes experimenta un incremento en determinado nivel de


consumo, ello produce a su vez un aumento de la suma de capital técnicamente
necesaria, debido a la multiplicación de dicho incremento de los costes por el
coeficiente de capitalización. El aumento del rendimiento que corresponde al
aumento del consumo entonces sólo va a aparecer si se “acumula” el capital
adicional. Pero para esto se necesita un periodo de tiempo igual al periodo de
capitalización. Por el contrario, si se reducen los costes, significa que también se
reduce el acervo de capital necesario. La diferencia entre éste y la suma de capital
real puede “agotarse”; por ello el rendimiento podrá mantener su nivel inicial.

Nos abstenemos de cualquier análisis diferente a éste, ya que


metodológicamente la situación parece estar clara con base en los ejemplos dados.

--------------

De los teóricos modernos Fisher, E. von Böhm-Bawerk y Clark son quienes


han tratado a profundidad el problema del capital desde un punto de vista
morfológico -si se puede llamar así- del circuito económico.

La definición del capital de Fisher

La breve definición de Fisher dice:

42
“A stock of wealth at an instant of time is called capital (J. F.). A flow of service
through a period of time is called income”8*

De las dos parejas: acervo y flujo por un lado y riqueza y servicio por el otro,
en los cuales se basa la diferencia entre capital e ingreso, sólo la primera se encuentra
en el área de nuestro interés. Esta oposición entre acervo y flujo, según la opinión de
Fisher, sólo es aplicable a los bienes materiales (riqueza), debido a que los servicios
sólo son imaginables en un estado de flujo. Por lo tanto, podemos hacerlos a un lado
para comenzar.

El flujo (flow**) es: “The quantity of any specified thing undergoing any
specified change during any specified period of time.” ***

El acervo es: “The quantity of any specified thing at any instant.”9****

Continuidad del proceso económico

Si uno se imagina el circuito económico como un proceso continuo, entonces el


concepto “capital” corresponde a los rendimientos elementales o en su caso, los
costes elementales en nuestro esquema básico10. Si se observa de manera estricta, el
“acervo” de Fisher significa lo mismo que la suma de todos los rendimientos
elementales. El flujo entonces no es diferente a un múltiplo de esa misma suma.

8 J.F. The Nature of Capital and Income [La naturaleza del captal y el ingreso] 2.Edición, Nueva York 1923,
p. 52
* En inglés en el original (N. de T.): “Un acervo de riqueza en un instante de tiempo se llama capital (J.

F.). Un flujo de servicio a lo largo de un período de tiempo se llama ingreso.”


** En inglés en el original (N. de T.)
*** En inglés en el original (N. de T.): “La cantidad de cualquier cosa especificada sometida a cualquier

cambio específico durante un periodo específico de tiempo.”


9 Ibidem. pp. 332, 336
**** En inglés en el original (N. de T.): “La cantidad de cualquier cosa especificada en cualquier

instante.”
10 Un pequeño ejemplo explicativo: cada año se reproduce una cierta cantidad de un cierto bien. Se

podría imaginar el procedimiento de manera en que el proceso completo sucede una vez al año, por
ejemplo, el 31 de diciembre. Entonces habrían unas existencias iguales al producto del año. Si la
conversión tuviera lugar cada seis meses, por ejemplo el 30 de junio y el 31 de diciembre, entonces
sólo un acervo de la mitad de las existencias originales tendría que estar en el almacén y en el caso de
una reproducción mensual, sólo la doceava parte de una producción anual. En el caso de una
reproducción continua, sólo sería necesario como acervo una parte del rendimiento total que es
infinitamente pequeña.
43
Sin embargo, ahora uno extraña cualquier nota en Fisher que explique cómo se
puede averiguar ese número infinitamente grande de unidades infinitamente
pequeñas. Hemos visto que a través de un camino directo esa averiguación es
imposible. La manera en la cual Fisher se desvía del problema del cálculo del capital
sólo sería comprensible si hubiera visto el circuito económico exactamente de forma
contraria a nuestro punto de vista, es decir, como un proceso discontinuo. No existe
una mención al respecto de esto. Entonces, tratemos la cuestión por sí misma.

Estrictamente, no es posible demostrar nada aquí. Depende de cómo se


entiende la palabra “economía”. Sin embargo, somos capaces de mostrar que con el
entendimiento promedio de “economía”, es casi imposible ver a dicha economía
como un proceso discontinuo.

Para empezar parece casi indiscutible que una discontinuidad absoluta,


medida según “tiempo astronómico”, sea completamente irrelevante para el circuito
económico. Uno se imagina, por ejemplo, que toda la vida económica junto con todas
sus condiciones, se detuvo por completo como por obra de magia, para retomar su
camino después de un cierto periodo de tiempo. Es completamente claro que esa
demora general, que resulta igual si dura un segundo o cien años, no es posible
registrarla como un hecho económico.

Si uno habla de una discontinuidad del proceso económico, entonces ésta sólo
puede ser una discontinuidad relativa. En otras palabras, esta transformación dentro
de un flujo circular económico, que medido en un tiempo absoluto y comparado con
otros cambios, corre de la manera más homogénea, es decir, con las pausas más
pequeñas, y puede verse como una transformación absolutamente contínua. Sólo
esas partes del proceso completo pueden ser vistas como económicas, es decir,
relativamente discontinuas, ya que sólo éstas superan en su camino esta medida
mínima de discontinuidad absoluta.

No son escasos los “ejemplos prácticos”: son necesarios 50 años para la


producción de un buen vino; la producción de una tela de lana cruda toma
aproximadamente un año; algún proceso químico sucede en pocos minutos. Esto

44
mismo aplica para el consumo; éste no es diferente a la producción vista desde el
lado de los costes.

Ahora se hace válida la objeción siguiente:

El período de la producción de la tela parece ser muy largo sólo si uno calcula
dicho periodo a partir del día en el cual las ovejas están recién trasquiladas en
Australia. Si uno toma, al contrario, el punto de inicio del periodo el momento en el
cual el hilo es colocado en el telar, entonces la producción necesita sólo un poco más
de tiempo que el que requiere el tipo de proceso químico antes mencionado. Sin
embargo, si uno quiere ampliar la producción de dicho proceso químico hasta las
materias primas utilizadas, entonces se puede alargar a un periodo de producción de
varios meses. Esto sucede de manera parecida con el vino: un Tokaji de cincuenta
años se puede producir fácilmente dentro de doce meses si uno lo produce desde [el
vino añejado] … 49 años. Esto mismo aplica para el consumo.

De manera que depende de dónde uno empieza o termina de contar. El teórico


que desea introducir el concepto de “capital” como una categoría fundamental a un
lado del concepto de “flujo de bienes” a su sistema, debe construir forzosamente una
clasificación clara y fundamentada de las ramas de producción, “Classification of
industries”* como lo llaman los ingleses11, de lo contrario, su concepto de capital no
puede tener ningún sentido específico.

El análisis normalmente tan riguroso y acertado de Irving Fischer falla en ese


punto. Habla de una reserva de bienes momentánea como si fuese sobreentendido, y
en vez de analizar el concepto sistemáticamente, consulta 72 diccionarios.

Sin embargo, tratando el concepto de ingreso llega al flujo de bienes y se


enfrenta con el problema de la diferenciación de las etapas de producción y afirma de
manera simple y sin fundamentos que uno puede trazar una línea de manera
arbitraria, según su propia medida, atravesando cualquier proceso de producción,
pero añade correctamente que el lugar de esa frontera, es irrelevante desde el punto

* En inglés en el original: Clasificación de las ramas (N. de T.)


11 Por ejemplo Jevons, “The Principles of Economics”, (Los Principios de la Economía) 1905, pp. 107 a 114
[Jevons W. S. (1905) The Principles of Economics, Londres : Macmillan and Co. Limited]

45
de vista del cálculo del ingreso (donde ingreso para él significa lo mismo que flujo).
No se da cuenta que su concepto de capital pierde fundamento.

El concepto de Capital de E. von Böhm-Bawerk

En su crítica a la teoría de Fischer también Böhm-Bawerk olvidó tomar en


cuenta el error mencionado. Entonces, pregunta:

“¿En qué sentido existe de verdad y sin duda alguna la llamada antítesis
(entre capital e ingreso W.L.)?” y responde:

“Seguramente no en el sentido al que Fischer se refiere frecuente y


expresamente, que el capital es un acervo y el ingreso, un flujo”3

Sin embargo, en su propia construcción Böhm-Bawerk evadió un peligroso


acantilado con notable tacto teorético:

“El capital” dice “no es nada más que la agregación de bienes intermedios
(W.L.), producidos en distintas etapas individuales de las sendas de la producción”4.

Si se trata ahora de dar un ejemplo, entonces los “bienes intermedios”


desaparecen espontáneamente. En su lugar aparece el “trabajo previo”.

Sin embargo, si Böhm-Bawerk hubiera intentado enlistar todos los “productos


intermedios” según su propia definición “realista”, como él la llama, entonces su
situación sería solo un poco más afortunada que la de Fischer.

El concepto de capital de Clark

De los teóricos modernos, Clark parece haber reconocido de mejor manera las
dificultades lógicas de la teoría del capital. Pero también aquí uno echa de menos una
definición libre de errores.

3 “Kapital und Kapitalzins” [Capital e interés], 4°. Edición, Jena 1921, serie II, p. 4
4 Ibidem pág. 16
46
“Capital is this permanent fund of productive goods the indentity of whose
component elements is forever changing. Capital goods are the shifting component
parts of this permanent aggregate”5*.

En otra parte dice:

“We describe these real things by the use of an abstract term (capital, W.L.),
just as we describe a thousand other realities”6 **. Pero Clark no parece clara la
naturaleza de su propio concepto. El gran número de analogías en las que se apoya,
sin dar un sólo ejemplo, muestra la vacilación típica entre el sobreentendido y la nula
claridad. Se debate muy lógicamente que los “capital goods”*** se encuentran en un
flujo infinito y que para obtener el concepto verdadero de capital, uno se tiene que
imaginar éstos “in some way constituting a stock”****. Cualquiera que sea este
camino, no está claro. Tampoco el señalamiento del hecho de que el
“businessman”***** encarna, en la mayoría de los casos, en una suma de dinero al
capital, hace al concepto más claro; ya que antes de que uno venga con la escala de
valor, hay que detectar primero los objetos a medir, in natura.

“El flujo de bienes”

La imagen de una corriente de agua parece ser muy reveladora para Clark y
para otros teóricos. La comparación se lleva a cabo mediante los siguientes
paralelismos:

I. La longitud de un trecho de la I. Las “existencias totales” en un


corriente tramo del circuito económico
II. El movimiento de las partículas II. El paso de los bienes económicos

5 “Essentials of Economic Theory” [Teoría éconómica escencial], New York 1922, p. 29.
* En inglés en el original: El capital es un fondo permanente de bienes productivos y la identidad de
sus componentes cambia continuamente. Los bienes productivos son los componentes cambiantes de
este agregado permanente.
6 Ibídem pág.32
** Describimos estas realidades usando términos abstractos (capital W. L.) exactamente como

describimos otras realidades.


*** En inglés en el original: “bienes de capital“ (N. de T.)
**** En inglés en el original: “de algún modo constituyendo un acervo” (N. de T.)
***** En inglés en el original: “el empresario” (N. de T.)

47
del agua de una etapa de la producción a
la otra
III. La reserva de agua en una cierta III. La “existencia de bienes” dentro
parte de la corriente permanece de un tramo del flujo circular
constate, aún si se reeplazan permanece invariada, aunque se
algunas partículas reeplazan algunas unidades
contínuamente

Entre los dos flujos la diferencia principal es la “reserva de agua”, si uno no


pone debida atención a los elementos individuales, parece una masa homogénea,
mientras que el flujo de bienes consiste en una gama colorida de un sinfin de clases
de elementos. Sin embargo, ¿podría quizás, abstraerse el “valor de uso” y encontrar
en el “valor de cambio” un instrumento de medición general [de los componentes del
flujo de bienes]?

“Instrument of production composes the fund but the dollars serve to describe
it”7*, dice Clark.

De nuevo, una conclusión por analogía que resulta falsa. Como ya lo hemos
dicho, no es posible hacer valoración alguna cuando es imposible enlistar de manera
precisa los elementos a evaluar.

Se puede determinar el volumen de agua en una corriente ya sea


directamente, haciendo un corte transversal en cualquier punto de la corriente y
midiendo su longitud, o también de manera indirecta, determinando la cantidad de
agua que corre durante el tiempo que toma a una partícula de agua recorreer el
trayecto. El volumen de un flujo de bienes sólo puede ser determinado a través del
segundo camino, el indirecto (con ayuda del método de capitalización). Eso no hay
que olvidar en todas las conclusiones por analogía de la “teoría de flujos”.

7Ibídem pág. 31
*En inglés en el original (N. de T.) “El instrumento de producción es el fondo, pero los dólares sirven
para describirlo”
48
Reservas compensatorias

Si uno se pregunta, por último por qué parece plausible el concepto “realista”
de capital, ello se debe sin duda a que en el proceso económico existen reservas
momentáneas de tamaño finito. Son las reservas compensatorias.

Siendo estrictos dichas reservas deben encontrarse en cada elemento del flujo
circular (ver página 596* y ss.). Sin embargo, sólo en algunos puntos alcanzan un
tamaño finito, ya que de otro modo, la reserva total tendría que ser infinitamente
grande, considerando la cantidad infinita de puntos** del proceso de producción.

Puede verse que la suma de reservas finitas no cumple en ningún caso con la
noción de una reserva total momentánea, que es, por ejemplo, la base sobre la que
descansa la definición de capital de Fischer.

Mucho más difícil es la pregunta de si la existencia de las reservas


compensatorias quebranta también nuestra definición “nominalista”*** del capital. El
problema puede ser analizado más fácilmente con el esquema elemental conocido.
Tomamos un corte de dos periodos de nuestro modelo circular. Para simplificarlo,
debe observarse una línea de producción única. Del tipo de bienes No. 1 se produce
el tipo de bienes No. 2, el cual se consume con la producción del No. 3. El consumo
elemental del No. 1 es igual a A. El producto del No. 3 es igual a C. El rendimiento y
el consumo del No. 2 están sujetos a ciertas fluctuaciones, debido a ciertos cambios
técnicos. Si el cambio del consumo y el cambio del rendimiento fueran paralelos,
entonces la trayectoria armónica de la reproducción estaría asegurada sin reserva
ninguna. Sin embargo, si los coeficientes de producción se mueven de manera
independiente, entonces debe existir un fondo de compensación.

Como ejemplo, tomemos la siguiente fila (ver Tabla 1).

* Se refiere a la sección “Elementos del capital” (N. de T.)


**En el sentido de etapas en el flujo circular (N. de T.)
*** Relativo al valor nominal (N. de T.)

49
Nr. 1 Nr. 2 Nr. 3
Periodo 0 1 2
A B C 1
Periodo 1 2 3
A B C 1
B
Periodo 2 3 4
A B C 2
B
B
Periodo 3 4 5
A B C 2.5
Periodos de capitalización
B
Entre Nr.1 y Nr.3
B
B
Periodo 4 5 6
A B C 2.5
B
B
B
Periodo 5 6 7
A B C 2
B
B
Periodo 6 7 8
A B C 1.5
B

Tabla 1

El rendimiento de los elementos No. 2 es igual a B en el primer periodo, en el


trayecto de los siguientes tres periodos de producción, aumenta al doble, para
retomar después su nivel inicial. El consumo del No. 2, al contrario, permanece
estable en el nivel B en el trayecto de los cuatro primeros periodos (por supuesto, con
un desplazamiento correspondiente calculado para un periodo), los tres últimos
[períodos] igualan a 2B.

50
Nr. 1 Nr. 2 Nr. 3 Nr. 4
Periodo
0 1 2 3
A B C D 4 5
C
C
Periodo
1 2 3 4
A B C D 3.5 5

Periodos de capitalización entre Nr.1 y Nr. 5


Periodos de capitalización entre Nr. 1 y Nr. 3
B C
Periodo
2 3 4 5
A B C D 3 5
B
B
Periodo
3 4 5 6
A B C D 2.5 5
B C
B
B
Periodo
4 5 6 7
A B C D 2 5
B C
B C
Periodo
5 6 7 8
A B C D 1.5 5
B C
C
C

Tabla 2

Por lo tanto en los periodos 1 a 4 se acumula una reserva de No. 2, que se


consume en el trayecto de los siguientes tres periodos.

Después, el patrón de oscilación comienza de nuevo.

El caso de las relaciones de producción resulta un poco diferente, si el proceso


de producción se detiene periódicamente por completo (por ejemplo, en el caso de
los negocios temporales), hay que acumular, o bien, consumir dos reservas de
compensación siempre alternando entre consumo y acumulación. Por un lado, estas
reservas son los productos de dicho proceso productivo, por otro lado, los insumos.
Esquemáticamente se pueden exponer esas relaciones de la siguiente manera (ver
Tabla 2).

51
Para “capitalizar” las reservas, primero hay que determinar el periodo de
capitalización con ayuda del “experimento” hipotético ya conocido.

Generamos un cambio en el punto No. 1 (Tabla 1) y determinamos un periodo


de tiempo antes de que se produzca un cambio correspondiente en el punto No. 3.
Pero, ¿qué significa el cambio correspondiente? Significa que la producción
experimenta un cambio proporcional y se mantiene en ese nuevo nivel el mismo
tiempo que sus insumos, suponiendo la constancia completa de todos los coeficientes
técnicos en el nivel intermedio.

Tanto la constancia de los coeficientes técnicos como la variabilidad del


producto son relativas. En los casos aquí presentes, por ejemplo, donde las dos
variables pasan por una cierta fluctuación sin alguna fuente de “disturbio”, hay que
mantenerlas en el campo de la “constancia”.

Uno se imagina, por ejemplo, que como consecuencia de un aumento de la


productividad en uno de los puntos anteriores, en el punto de producción No. 1 el
consumo [de insumos] se duplique en comparación con el periodo 0; es decir,
también se duplica el producto. Después de un periodo, el consumo del mismo tipo
de bienes también puede experimentar un correspondiente aumento. Si se calcula el
siguiente desplazamiento dentro del periodo de oscilación entero, entonces, resulta
una compensación completa.

Periodo 6 7 8
N1 N2 N3
A B C
B
B C
B

Lo mismo vale para todos los cambios en la producción del bien No. 1 en el
periodo 0. El periodo de capitalización es aquí igual a 1. Permanece igual tomando en
cuenta el cambio en el primer periodo.

Si al contrario, el primer cambio en el producto del No. 1 hubiera ocurrido en


el periodo 2, entonces el consumo del bien No. 1 hubiera aumentado en el siguente
52
periodo y debería aparecer un déficit al final del periodo de oscilación. La razón es
obvia. La cantidad B, que se produce en el segundo periodo bajo las condiciones
productivas anteriores, para sumarlo a la reserva y para servir en el final del periodo
de oscilación como compensación, no será capaz de enfrentarse al consumo que
mientras ha aumentado. Con un rendimiento doble de número 1 en el segundo
periodo y un aumento de consumo proporcional inmediato, el déficit del último
periodo, el séptimo, sería igual a 1B. Si al contrario, el aumento del consumo no
aparece en el cuarto pero en el quinto periodo, entonces al final resultaría una
compensación completa.

Si se duplican los costes primarios del segundo periodo, el periodo de


capitalización es igual a 2. También en este caso, al igual que en el caso de una simple
cadena de producción, el tamaño y la dirección del cambio no juega un papel
importante en la determinación del periodo de capitalización. En el tercer periodo el
coeficiente de capitalización de número 1 es igual a 2.5, en la cuarta, también es 2.5,
en la quinta, éste baja a 2 y finalmente, en la sexta, sólo es 1.5 periodos.

De la misma manera, se pueden calcular los periodos de capitalización en el


segundo caso (entre los puntos número 1 y 3 a un lado y de número 1 y 4 por otro
lado) (ver Tabla 2). En el último caso, el periodo de capitalización, como era de
esperarse, es constante. Por lo tanto los cambios opuestos de las dos reservas se
neutralizan mutuamente8.

Digresión
El flujo de bienes y el flujo de dinero

Es de gran interés metodológico el comparar el “flujo de bienes” como lo


hemos conocido hasta ahora con el “flujo de mercancías” y con el “flujo de dinero”
como se contrapone en la ecuación cuantitativa del dinero.

8 Pero sería falso hablar de una “reserva permanente”, este concepto contiene una

contradicción interna. La reserva es siempre un fondo de compensación. Siendo así, no sólo debe
fluctuar, también debe bajar de tiempo en tiempo al punto cero. La “reserva mínima” no pertenece al
ciclo económico.
53
Un lado de la ecuación en su forma conocida contiene la suma de precios de
todas las mercancías que se comercializaron en un determinado periodo. El otro lado
contiene la cantidad completa de dinero multiplicada por el número de ventas que
sucedieron en el mismo periodo. A manera de simplificación, se ignoran las
múltiples ventas de la misma mercancía. Algebraicamente la ecuación de intercambio
se ve de la siguiente manera:

Q P) = MV

Imaginando el proceso real al cual se refiere esa ecuación, es facil ver


inmediatamente que el flujo de dinero se explica mejor y más completalente que el
flujo de mercancías. La suma de ventas al lado derecho se descompone en dos
elementos; a la izquierda se presenta una sola variable. (El hecho de que en cada uno
de los lados de la ecuación existan dos literales hace que parezca una simetría. Al
factor de precio P equivale también un “coeficiente de precio” al otro lado de la
ecuación; sin embargo este factor de precio, resulta igual a 1 debido a que la unidad
de medida es la unidad monetaria, y por esto, este factor puede ser suprimido en la
ecuación).

Si se define la velocidad de circulación como el número de las ventas que una


unidad monetaria consuma en un periodo, no se encuentra sin embargo ninguna
variable análoga por el lado de las mercancías, ya que la mayoría de ellas se venden
sólo una vez: el flujo consiste siempre de nuevas unidades.

Los dos componentes de la “suma de venta de mercancías”

Sin embargo, se puede observar la velocidad de circulación como si se dijera


cuántas veces se gastó una cierta cantidad de dinero dentro de un cierto periodo
simultáneamente.

Entonces también Q se descompone en dos elementos análogos: a un lado la


cantidad de mercancías que se intercambia una vez; uno también puede nombrarla

54
como MW; al otro lado, el número de tales actos de intercambio dentro de un cierto
periodo, VW.

MWVW = Q

La ecuación de intercambio toma entonces la siguiente forma:

MWVWP = MV

Las tres formas de la velocidad de circulación

El concepto de la circulación del dinero es el punto de inicio al observar el


flujo de dinero: es la suma total de los pagos que se efectuaron por las mercancías,
mostrados del lado izquierdo de la ecuación de intercambio en un cierto periodo.
Más difícil es la descomposición de esta variable en sus dos elementos M y V. Sin
embargo, ex definitione deben ser conceptos correlativos. Basta con definir cualquiera
de los dos para encontrar el otro de manera deductiva.

Como la cantidad de dinero es algo palpable, al contrario de la velocidad de


circulación, en la mayoría de los casos, ésta se define al inicio.

Usualmente se distinguen dos diferentes cantidades de dinero: (I) la total


existente y (II) la que circula. A la cantidad que circula o efectiva sólo pertenece esa
parte de la cantidad existente que dentro del periodo de observación ha circulado por
lo menos una vez.

Añadimos un tercer concepto: (III) la cantidad de dinero que se intercambió


simultáneamente.

Correspondientemente pueden generarse también los tres diferentes


conceptos de la velocidad de circulación. Un ejemplo simple muestra las diferencias
entre los tres pares de conceptos.

En el curso de un año se efectuaron 1.000 M pagos. Mientras que en total


existen 500 M. La mitad no llega a la circulación. Los otros 250M, por el contrario,

55
circularon cuatro veces, de manera que a diferentes tiempos, se efectuaron 8 pagos,
cada uno por 125 M.

I. La cantidad de dinero total es, como se ha dicho, igual a 500 M. La


velocidad de circulación correspondiente la encontramos a través de una división de
la suma total de ventas entre la cantidad de dinero: 1000/500=2.

II. La cantidad de dinero que se encuentra en circulación es 250 M, su


velocidad de circulación es 1000/250=4.

III. Finalmente, la cantidad de dinero pagada simultáneamente es igual a


125 M, de manera que la velocidad de circulación es 1000/125=8.

La jerarquía de las seis variables es la siguiente: M1 ≥ M2 ≥ M3; de la misma


manera,. V1 ≥ V2 ≥ V3.

Cada cambio en las ventas puede representarse de tres diferentes maneras. Si


en nuestro ejemplo la suma de dinero total es constante, la cantidad de dinero que
circula aumenta hasta 375 M y circula en quince pagos cada uno de 100 M (La suma
de ventas en este caso es igual a 1.500), entonces, el aumento resultante de la suma de
ventas puede representarse de la siguiente manera:

1. M1 = 500 V1 = 1500 : 500 = 3


2. M2 = 375 V2 = 1500 : 375 = 4
3. M3 = 100 V3 = 1500 : 100 = 15

Sea que la velocidad de circulación aumenta a la mitad con una cantidad de


dinero constante o que la cantidad de dinero aumenta por la mitad con una
velocidad de circulación constante o, finalmente, que una cantidad de dinero se
reduzca por 1/5, mientras la velocidad de circulación casi se duplica.

La transformación del “flujo de dinero” se refleja sin duda de manera más


“confiable” con el último método.

56
La velocidad de circulación de las mercancías y del dinero

La relación entre el flujo de dinero y el flujo de mercancías se puede mostrar


de tres maneras:

1. A través de una transacción en efectivo, la velocidad de circulación de ambas debe


ser la misma en cada una de las cadenas de intercambio (V = VW). 2. El pago a plazos,
significa que a una tranferencia de una mercancía corresponden varias transacciones
de dinero (V > VW). 3. Finalmente, al revés, la transferencia de una mercancía puede
ser mayor que la transferencia de dinero (V > VW)*.

La continuidad, o más bien, la discontinuidad del flujo de mercancías es una


variable dada técnicamente. Sin embargo, sería falso ponerla en relación con la
duración de los procesos singulares de producción. El vino más viejo se puede
entregar de manera continua, así como el agua de la tubería. La entrega menos
frecuente y concentrada de cantidades mayores aparece como más importante que la
transferencia frecuente de cantidades menores.

Ecuaciones de la circulación del dinero

Para representar el flujo del dinero puede utilizarse el sistema del flujo circular
común. Sin embargo, sólo hay que tomar en cuenta esos puntos de producción cuyos
productos son vendibles y el movimiento del flujo debe ser pensado como opuesto a
la dirección de la producción.
Por medio de un ciclo de mercancías con tres partes puede formularse la
circulación del dinero equivalente a las fórmulas de producción para cada “punto de
intercambio”. Ésta aplica como aquella para un cierto periodo.

I. (M V)1 + (M V)2 = (M V)3 + (M V)6

II. (M V)3 + (M V)4 = (M V)1 + (M V)5

* SIC (N. de T.): debería decir “(V < VW)”


57
III. (M V)5 + (M V)6 = (M V)2 + (M V)2

Al lado izquierdo se encuentran todos los ingresos y al lado derecho los


egresos.

La simultaneidad de los pagos

Con este esquema se puede precisar el sentido de la simultaneidad de los


pagos. Como todos los conceptos temporales, éste tampoco tiene significado absoluto
en el circuito económico. Para nosotros “simultáneo” son estos ingresos que siguen
uno al otro, entre los cuales no existen gastos y vice versa. Pero de esto sigue que el
número de ingresos y gastos simultáneos que se llevan a cabo en un cierto punto del
intercambio y tienen que ser iguales dentro de un cierto periodo, o (en el caso de un
número impar de transacciones) mostrar una diferencia igual a 1. En un intervalo de
tiempo suficientemente grande, esa diferencia es casi irrelevante9.

Cambio en la velocidad de circulación del dinero

Un cambio en la velocidad de circulación del dinero en un lado de la ecuación


de ventas sólo puede verificarse si ocurre un cambio igual en el lado opuesto de la
misma ecuación. Además, deben distribuirse en cantidades similares, de manera que
la suma de la circulación al lado pasivo sea igual a la suma de circulación al lado
activo.

9 Es posible descomponer una misma secuencia de pagos en un mismo punto del de manera

distinta en el punto de intercambio desde el punto de vista de quien los recibe y de quien los
desembolsa. Ello se debe a que densidad del resto de los intercambios puede ser diferente [en cada
caso]. Si se observa más cuidadosamente, es evidente que en un sistema cerrado del flujo del dinero la
diferencia [yace] en la frecuencia de los gastos o de los ingresos. Esa particularidad es imposible [en el
original: unmöglich, imposibildad]. Particularmente, esa imposibliddad se hace más clara si se piensa
en un sistema de dos elementos. En tal caso, el pasivo de una ecuación de ventas debe ser igual al lado
activo de su contraparte; es decir, serían dos proyecciones de una misma transacción.
Los ciclos de dinero crecientemente complejos pueden reducirse a dos grupos arbitrarios, de modo
que es posible ignorar las ecuaciones de ventas. De esta manera, en nuestro ejemplo las líneas II y III
podrían fusionarse; y las ecuaciones (M V)4 y (M V)5 intercambiarse, de modo que el sistema adopta la
forma:
(I) (M V)1 + (M V)2 = (M V)3 + (M V)6
(II ó III) (M V)3 + (M V)6 = (M V)1 + (M V)2

58
Al otro lado, cada cambio en la suma de ventas en una línea significa un
desplazamiento correspondiente de la “contrapartida” en las otras líneas. Éstas
corresponden a cambios en los lados opuestos de las ecuaciones etc., hasta que el
círculo se cierre. Sin embargo, no queremos, necesariamente, afectar a todo el ciclo de
dinero. Así, en nuestro ejemplo las variables (M V)2 y (M V)6 en las ecuaciones I y III
pueden intercambiarse sin alterar de modo alguno a los otros pagos. Esto pasa
cuando M2 = M6.

La velocidad de la circulación del dinero tiene límites muy amplios desde el


punto de vista del tráfico. Si el ciclo del dinero no fuera dependiente de la velocidad
del intercambio de mercancía por el pago en efectivo, entonces la secuencia de los
ingresos y los gastos podría alcanzar una densidad indeterminadamente grande.

Tanto más importante es la resistencia interna. El aumento de la velocidad de


la circulación sólo puede tener lugar, como hemos visto, si engloba al mismo tiempo
regiones más grandes de la circulación del dinero. La frecuencia de los gastos
depende de la velocidad de los ingresos. El aumento de la velocidad de la circulación
entonces sólo puede pasar en el caso en el que varios puntos de intercambio (que
forman un círculo de pagos) aumentan sus gastos. Pero esto sólo puede pasar si un
impulso general, por ejemplo la amenaza de una depreciación da un motivo para la
aceleración de los gastos. Una aceleración “local” de la circulación del dinero es
imposible ex definitione.

El hombre* en el circuito económico

Ahora queremos observar la posición del hombre en el circuito económico. La


cuestión puede parecer extraña, como si el hombre no fuera el centro “natural” del
proceso económico.

En la mayoría de las teorías el concepto del hombre económico es de hecho, el


punto de partida de toda deducción; lo demás se agrega digamos, según la necesidad

* En alemán la palabra „mensch “ se refiere al ejemplar genérico de la raza humana, el hombre


en ese sentido. Leontieff no usa el término latino más común „homo economicus“ (N. de T.)
59
en forma indistinta. Intentamos agrupar “lo demás” más sistemáticamente bajo el
concepto del flujo circular de la economía. Si en contra de lo usual se elige a éste
como el punto de partida del análisis completo, se debe a dos razones (la base
metodológica debe ser indudable).

Por un lado, nuestra tarea es crítica. Las discrepancias de una construcción


teórica se muestan más fácilmente desde este nuevo punto de vista, fuera de lo
común, que mirándolos desde el punto de vista común. Aquí falta cualquier tipo de
asociación y uno no corre el riesgo de compensar la mayoría de las fallas de manera
subconsciente con la propia fantasía10.

Al otro lado, ante el concepto complejo del hombre económico, el principio del
circuito merece prioridad debido a razones puramente sistemáticas, es decir, con la
finalidad de simplificar.

Ingreso y “costes”

Esquemáticamente los problemas mencionados se formulan fácilmente. Si se


observa al hombre económico como un “punto de transformación” dentro del flujo
circular entero, entonces pueden relacionarse los diferentes elementos del sistema de
dos maneras a este punto de partida. Ya sea a lo largo de la dirección de producción,
como ingreso, o al sentido contrario del flujo de producción, como costes en el
sentido más estricto de la palabra. Cada elemento puede observarse entonces no sólo
como ingreso pero también como “coste”. Pueden nombrarse los rendimientos de la
última de estas zonas (la primera que es negativa) como ingreso directo, y los costes
de esta primera zona como costes directos.

10Si F. Wieser quiere ver “uno de los medios más eficaces de la investigación” en la asociación y
condena justo por esta razón, cualquier terminología “nueva” que aleja al lector de cualquier tipo de
asociación (ver “Grundriss der Sozialök.” [Esquema de la economía social] No. 1, 2º Ed. p.11), entonces
una terminología completamente univoca, libre de cualquier asociación, nos parece al contrario, ser la
primera condición de un análisis científico. Sin embargo, si se despoja al investigador del control a
cambio de una innecesaria claridad, entonces la herramienta amellada es chatarra*.
[Se trata de un adagio que implica que el objeto del que se haba es disfuncional para la tarea
propuesta (N.deT.)]
60
Ingreso puro

Ahora llegamos a la diferenciación común entre el ingreso neto y el ingreso


bruto, los medios de manutención “necesarios” y el excedente “libre”.

La tendencia de resaltar el ingreso en el flujo circular entero de alguna manera


es igualmente arcaica a la misma ciencia de la economía. El modelo de los becerros
de Aristóteles siempre ha aparecido de esta u otra manera. Pero los argumentos que
tendrían que justificar esta idea son muy diferentes. En Adam Smith, por ejemplo,
eran consideraciones muy sobrias sobre la productividad del trabajo, donde la res
casi no resulta ser peor que el ser humano. En Schmoller son reflexiones de
naturaleza más ética que prohíbe la degradación del hombre al nivel de una simple
máquina.

En lo que concierne a la última argumentación, se trata por un lado de una


cuestión de creencia, pero al otro lado, de un asunto puramente semántico. Siendo
ambos lados indiscutibles. Uno entiende de mejor manera el sentido de la teoría del
exceso, como está planteado por la escuela clásica (por ejemplo, por Ricardo), y
también como es aceptado ahora en la mayoría de los casos, si uno pregunta por el
uso del ingreso “libre”. La respuesta es: ya sea acumulado o consumido
improductivamente.

Acumulación

Acumulación significa acá un cambio económico medible. No cabe duda que


los cambios económicos son posibles. Pero la pregunta es sobre su cuantía y de qué
manera pueden medirse.

En el caso de un cambio homogéneo, donde cada una de las proporciones


experimenta un incremento o un decremento uniforme, basta determinar el
coeficiente de cambio en cualquier punto de producción para poder deducir al
cambio global.

Sin embargo, si los coeficientes técnicos se transforman de manera no


homogénea, entonces uno está ante una tarea sin solución: transformar estos cambios

61
irregulares de ciertos tipos de rendimientos en un divisor común. La escala de valor
que es innecesaria en el caso de un cambio regular falla en el cambio irregular de
igual manera que la escala natural. El tamaño y hasta la dirección del cambio parece
diferente dependiendo de si uno utiliza uno u otro elemento como la unidad de
medida.

Consumo productivo e improductivo

La diferenciación entre consumo productivo e improductivo está relacionada


de manera muy estrecha con el problema general de la productividad, el cual ya
hemos discutido profundamente, donde ubicamos el fundamento del principio del
circuito (ver página 583*).

¿El consumo de bienes inducido por el fuego o porque del 10 al 20% del
germen de las mejores semillas resulta infértil es productivo o improductivo? Uno
puede nombrarlo como quiera. En un estado de la economía dado, estos insumos son
igualmente inevitables como por ejemplo el consumo de materias primas que es sin
duda alguna “productivo”. Cualquier intento de diferenciar la parte productiva e
improductiva del consumo personal es tan arbitrario como hablar de los bienes
elemento “objetivos” del coste.

Bienes y servicios improductivos

Algunos teóricos igualan al consumo improductivo con el trabajo


improductivo. En ese sentido se habla del “ingreso derivado”. La construcción en su
forma más pura recuerda a la economía de la caritativa dama de una vieja novela
inglesa: “Mylady was very charitable in her own way. She had a charity school for
poor children, where they were taught to read and learn gratis, and where they kept
well to spinning gratis for Mylady in return”11

*Se trata de la seccion „La economía como flujo circular“ (N.deT.)


11En inglés en el original: “Mi señora era muy caritativa a su manera. Tenía una escuela de caridad
para los niños pobres, donde les enseñaban a leer y les educaban gratis, y donde les bien mantenían
para que en cambio, hilaran gratis para mi señora”. (N. de T.)
62
Sin embargo ese esfuerzo “improductivo” se define, en la mayoría de los
casos, sin referirse a la producción “derivada” que puede obtenerse de él. Muchas
veces sólo los esfuerzos materiales cuyos productos son acumulables, son vistos
como productivos, con lo cual la acumulación se utiliza como sinónimo de
almacenamiento. Por ejemplo, Malthus formuló una escala de trabajos más o menos
productivos, diferenciados por la “durabilidad” de sus productos. Lo mismo quiere
decir, de hecho, Fischer cuando aplica el concepto de acervo sólo al flujo de bienes
pero no al de servicios.

Según lo que se ha dicho sobre el concepto de capital y la acumulación, ya no


es necesario refutar esta argumentación.

Sin embargo, cabe, la posibilidad de atribuir cada “ingreso derivado” y cada


“bien y servicio improductivo” a un “ingreso primario” o a un “bien y servicio
productivo” como un argumento metodológico sólido.

De la misma manera, a veces se muestra la primacía del trabajo contra el


“capital”.

“Factores primarios de producción”

Como en ambos casos se trata del mismo razonamiento, entonces miremos el


segundo problema más de cerca. Aquí, se abusa del método de reducción como
medio de demostración.

Desde Adam Smith existe una amarga disputa en torno a si hay que ver a los
dos factores de producción como primarios, o sólo al trabajo, mientras que el capital,
por el contrario, podría reducirse a aquel factor primitivo.

Ese problema tienta fácilmente a mezclar dos preguntas muy diferentes, de las
cuales una es de naturaleza puramente histórica, mientras la otra es de naturaleza
puramente analítica. En la primera se trata de indagar la historia de la génesis de los
bienes de capital en su relación con el trabajo; en la otra, la posición de los dos en un
sistema de reproducción dado.

63
Nos queremos dedicar justo al último problema. La relación fundamental de
los dos factores se puede examinar con un esquema de dos elementos.

aAn-1 + kKn-1  An
(1 – a) An-1 + (1 – k)Kn-1  Kn

La sustitución de K (“capital”) también puede hacerse según el siguiente


esquema:

Como es de esperarse, debido a lo ya mencionado anteriormente, es imposible


eliminar completamente un factor del sistema. Sin embargo, el tamaño del “factor de
capital” puede disminuirse hasta cualquier nivel deseado, remontando a periodos
anteriores.

Pero ¿qué objetivo puede tener esa reducción? Es imposible demostrar la


“prioridad” del trabajo sobre el capital así como lo es refutarla a través de una
reducción del factor de trabajo al factor capital, ejecutado de la misma manera*.

El método de sustitución tiene la clara tarea metodológica de facilitar en


primer lugar, con ayuda del concepto de capital, el registro del circuito económico

* Leonieff comparte con Schmpeter (1911) y con otros autores la preocupación sobre la „prioridad“ del
trabajo sobre el capital como fuente de valor. No obstante, es interesnate la mención de Schumpeter
dado el título coincidente del trabajo de Leontieff y del Capítulo I del libro de Schumpeter, Schumpeter
Joseph A. (1911) Theorie der wirtschaftlichen Entwicklung, Leipzig, Verlag von Duncker und Humblot,
traducido al castellano como Teoría del desenvolvimiento económico, México: Fondo de Cultura Economica,
1944
64
real y después, eliminar en cada caso especial, todos los elementos que nos son
importantes para el análisis. De esa manera se puede, por ejemplo, contraponer el
capital como algo homogéneo, al trabajo, en un sistema de reproducción de dos
elementos, y examinar las relaciones de esos dos elementos en un periodo de
reproducción. Es imposible una reducción doble, triple o mayor, de los mismos
elementos en relación con objetivo inicial. Tampoco es una simplificación, porque los
elementos que se pueden considerar no están relacionados entre sí por relaciones
directas, es decir, en el espacio de un periodo de reproducción, sino sólo en una
cierta distancia. En el caso de reducciones infinitas, están relacionados hasta en una
distancia infinita.

En el principio de la investigación se ha señalado que la tarea es crítica de


fondo, y ha tomado su carácter analítico sólo de consideraciones puramente
metodológicas.

Cierre

Al final, por lo menos, queremos resumir apretadamente nuestro resultado


crítico.

A su tiempo, J.St. Mill se opuso a la “cataléctica”* . Desde entonces la tendencia


a mirar a la economía como un sistema de precios y hacer de la teoría económica una
teoría pura de precios ha tenido auge. Con razón se han comenzado a oír voces
autorizadas contra la negligencia principal del punto de vista del “naturalismo”
histórico. Nos parece equivocado intentar la rehabilitación de estos puntos de vista
asentando una escala natural al lado de una escala de valor, como si todo el problema
de la economía consistiera en encontrar una “escala de medida correcta”.

*
La ciencia del intercambio. El concepto se refiere a una teoría de la praxis económica (la economía es
como es y no como debería ser), según la cual los mercados se ordenan espontáneamente, de modo
que los agentes participantes intercambian según sus objetivos particulares y fijan los precios sin
necesidad de la intervención de autoridad ninguna. Este concepto se asocia con la teoría de J. von
Mises, quien lo empleó por primera vez (N. de T.)

65
Basta con mirar los fundamentos de la “teoría pura de precios” más de cerca
para darse cuenta a qué grado está invadida por ideas “naturalistas”. Basta con
ordenar esas ideas más sistemáticamente y separarlas del edificio teórico para
restaurar la relación correcta entre el punto de vista “naturalista” y el “del valor”.

La pregunta no es sobre cuál punto de vista es el correcto, ambos tienen lo


suyo [y debe tomárseles en cuenta]. Sin embargo, en justicia debe reconocerse que
con imparcialidad, el punto de vista del “valor” debe desprenderse de ideas ajenas y
encontrar un lugar en el análisis, donde el punto de vista “naturalista” conservará su
importancia.

66

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