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“Con esta negativa, ellos [Marcelo Odebrecht y Jorge Barata] están poniendo en riesgo sus
propios beneficios de la delación premiada. Con ese riesgo podrían volver a la cárcel porque
está probado en el Perú que la empresa Odebrecht ha mentido y también sus funcionarios
implicados [en el caso Lava Jato], como [Fernando] Miglaccio, [Ricardo] Boleira, entre
otros”, indicó.
Pari Choquecota se refirió al impase ocurrido entre el Equipo Especial del Ministerio Público
para el caso Lava Jato, liderado por Hamilton Castro, y el exrepresentante de Odebrecht
en el Perú, Jorge Barata, quien anunció, a través de su abogado Carlos Kauffmann, que no
colaborará más con la justicia peruana hasta que se garantice que no se utilizará en su
contra las declaraciones brindadas en el proceso fiscal.
“Marcelo Odebrecht y Jorge Barata no han colaborado con la justicia peruana, han utilizado
los espacios de la colaboración eficaz para elaborar sus propias coartadas. El Ministerio
Público y la justicia peruana tienen que poner en evidencia a esos mafiosos”, sostuvo el
excongresista.
Según Pari, la prueba de la nula disposición de Odebrecht y Barata a colaborar son las
diversas versiones que han dado los altos ejecutivos de la constructora brasileña en
relación con los proyectos de infraestructura, por cuya adjudicación tuvieron que pagar
coimas a exfuncionarios peruanos, así como los documentos que han demostrado la
existencia de cuentas cifradas.
“A la justicia estadounidense le dijeron que habían dado una coima de US$ 29 millones por
dos proyectos en el Perú, después [Jorge] Barata declaró la existencia de ocho proyectos
involucrados con coimas en el Perú y ahora con la información que existe con el sistema
encriptado My Web-Day se dice que son más de 20 proyectos de los 79 que hay en el país,
entonces estamos hablando de mentira tras mentira”, subrayó el extitular de la Comisión
Lava Jato.
Sin embargo, Odebrecht no solo usó el programa My Web-Day para encriptar sus cuentas
sino también el sistema Drousys con el cual la constructora comenzó a operar
especialmente en el gobierno de Ollanta Humala.
“Hay otro sistema que data del periodo de [Ollanta] Humala que está en encriptado, el más
claro es el tema del Gasoducto, pero no se sabe cuántos más habrá, ya que también
estamos hablando de gobiernos regionales. Drousys es el otro sistema que empezó a
operar y que le dio continuidad al primero. Eso demuestra que hay otros proyectos más de
los cuales sabremos posteriormente”, dijo Pari.
INVESTIGACIÓN FISCAL
En otro momento, el expresidente del grupo que indagó las coimas de las constructoras
brasileñas sostuvo que el nuevo fiscal de la Nación, Pedro Chávarry –quien asumirá ese
cargo este 21 de julio–, tendrá que reformular la investigación efectuada a los directivos de
Odebrecht, ya que ellos no pueden pedir que no se les incrimine a cambio de la
colaboración, que ha sido escasa y poco confiable.
“La justicia peruana no puede estar sometiéndose a los chantajes de Odebrecht, el delito
no se puede ocultar, no se puede llegar a una negociación de no incriminación con una
empresa corrupta si los delitos están claros, podrá haber una negociación de penas, porque
la no incriminación de [los directivos de] Odebrecht implica la impunidad de todos, eso es
lo peligroso de hacer este tipo de negociados bajo la mesa”, comentó.
De acuerdo con lo señalado por el Ministerio Público, esa decisión permitía incorporar datos
claves a la investigación y “acortar los plazos ordinarios” que requiere la búsqueda de
pruebas en el exterior. “Dicha información será sometida a un procedimiento de
corroboración y valoración, para determinar la utilidad y trascendencia de la misma”, indica
un comunicado de la Fiscalía.
Para Juan Pari, la relación entre la Corporación Andina de Fomento (CAF) y la empresa
Odebrecht debe ser investigada, ya que esa entidad financiera avaló a la constructora en
varios proyectos, como la Carretera Interoceánica (IIRSA), más aún cuando sus directivos
fueron ministros de Economía.
“Lo que llama la atención es que dos organismos multilaterales, la CAF y el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), estén involucrados financiando a una empresa corrupta
con un millón de dólares. Eso es rarísimo y más aún cuando parte del directorio de la CAF
estaba conformado por ministros de Economía de los gobiernos de [Alejandro] Toledo, Alan
García y [Ollanta] Humala”, indicó.
“Es un tema que debe responder la CAF. Han estado apoyando para ‘palanquear’ dinero
en el tema de los certificados de reconocimiento de pago de avance de obra, y en ese
convenio de garantía soberana hay un artículo que dice que debe firmarse otra garantía
con la CAF. Si hay una razón de incumplimiento del Estado peruano, la CAF estaría
interviniendo, es decir, está garantizando a Odebrecht para que el Estado cumpla lo que
está indicando”, afirmó Pari.
Puso como ejemplo el convenio de garantía soberana hecho en febrero de 2006, y firmado
por Fernando Zavala en el caso IIRSA.
INFORMACIÓN BANCARIA
Los miembros de la Comisión Lava Jato, durante el periodo 2011- 2016, conocieron los
documentos financieros de las empresas Westfield Capital que involucraban al entonces
candidato presidencial Pedro Pablo Kuczynski (PPK), pero prefirieron no tocar el tema,
según indicó Juan Pari, quien dirigió dicho grupo indagador.
Entre los integrantes de esa comisión destacaron Mauricio Mulder (APRA), Karina Beteta
(FP), Josué Gutiérrez (PN), Jesús Hurtado (FP), y Carmen Omonte (PP). Tanto Mulder
como Beteta conforman la Comisión Lava Jato que es dirigida ahora por la fujimorista Rosa
Bartra.
Pari descartó que él haya querido esconder esa información y recordó que fue el legislador
aprista Mauricio Mulder quien pidió que la comisión no se involucrara en la campaña
electoral de 2016. “Es por eso que Alan García fue interrogado después de la segunda
vuelta y lo mismo hizo Alejandro Toledo”, recordó el excongresista.
CIFRA
US$ 45 MILLONES
El grupo Odebrecht realizó pagos identificados en Perú por más de US$ 45 millones a jefes
de Estado, candidatos presidenciales, viceministros, gobernadores regionales y hasta
intermediarios, entre los años 2006 y 2015, según documentos oficiales de las autoridades
judiciales y policiales del Brasil.