indiviso para uso de ambos grupos. Esta modalidad de reparto se observó también en la instalación de los burgundios en la zona a la que dieron nombre, Borgoña, y en la de los ostrogodos en Italia. En todas las regiones, la dificultad práctica de repartir bienes raíces entre gentes de las dos comunidades sigue haciendo suponer a algunos historiadores que el reparto no fue de tierras sino, como sucediera antes del año 418, de impuestos del Imperio. La distribución de germanos en el Imperio y el diseño de las áreas de dominio político de los reinos parecían claros a finales del siglo V. En general, cada pueblo había tendido a concentrarse en un espacio lo que le permitía asegurar la hegemonía de la minoría de sus guerreros sobre la mayoría de la población provincial romana. Los suevos lo habían hecho en Gallaecia, donde los tenían arrinconados los visigodos, quienes, a su vez, ocupaban el sur de la Galia y constituían la autoridad en Hispania. Dentro de ésta, tendieron a concentrarse en el triángulo comprendido entre Burgos, Toledo y Calatayud y en algunos puntos de lo que más tarde será Cataluña, a un lado y otro de los Pirineos.