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PUNTOS INTRODUCTORIOS AL EJERCICIO

Estos puntos no son para meditar sino para que el ejercitante se prepara y disponga con
oración a hacer bien los EE.

1 Re 18,21 (cf. 18,19-40): ¿hasta cuándo estaréis renqueando de los dos pies? Debemos
convencernos que ésa es la historia de cada uno de nosotros: renqueamos de los dos pies, es
decir, queremos estar con Dios y con el mundo, o con Dios y con nosotros mismos... Hay que
apuntar a lo que los autores de espiritualidad llaman “segunda conversión del alma”.

1. FIN DE LOS EJERCICIOS

¿Qué son los EE?

-[EE,1] “Porque así como el pasear, caminar y correr son exercicios corporales, por la
mesma manera todo modo de preparar y disponer el ánima, para quitar de sí todas las
afecciones desordenadas, y después de quitadas para buscar y hallar la voluntad divina en la
disposición de su vida para la salud del ánima, se llaman exercicios spirituales”.

-[EE, 21][Título de los Ejercicios]: “Exercicios spirituales para vencer a si mismo y


ordenar su vida, sin determinarse por affeccion alguna que desordenada sea”.

El fin de los EE no es:

-aprender algo nuevo


-escuchar pláticas bonitas o interesantes
-un tiempo de vacación...

¿Cuál es su fin?

1º Vencerse a sí mismo. Son tiempo de lucha. Hay que comenzar por vencernos en las
cosas pequeñas: vencer la curiosidad, la tentación de hablar, de perder tiempo. Vencer el miedo
a la penitencia y a la mucha oración. Es el primer objetivo que indica San Ignacio: “para quitar
todas las afecciones desordenadas...”.

2º Ordenar la vida: rectificar, enderezar lo torcido, regar lo árido, dulcificar lo amargo,


desapegarnos de lo que nos ata; desatar amarras... Es el segundo objetivo: “después de
quitadas, para buscar y hallar la voluntad divina”.

3º La conversión del alma. Ya lo hemos dicho. Para dejar de renguear con los pies.

4º Estar con Cristo, alcanzar la intimidad con el Señor: cf. Jn 1,35-39.

5º En definitiva, el fin último de los EE es la santificación de nosotros mismos.


“Hacernos santos”. Debemos convencernos que tenemos que ser santos. Santos no tan sólo de
ciencia (saber qué es la santidad) sino de experiencia. Santidad es “divinización”, es decir,
participar sobrenaturalmente de la vida divina. Para esto hay que “querer”, tener “voluntad”,
proponerselo como fin.

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San Ignacio divide los EE en cuatro semanas o partes. Cada una tiene un fin propio:

-La primera: reformar lo deformado.


-La segunda: conformar -con Cristo- lo reformado.
-La tercera: confirmar lo conformado.
-La cuarta: transformar lo confirmado.

2. PROSUPUESTO

[EE., 22] “Para que así el que da los exercicios spirituales como el que los rescibe,
más se ayuden y se aprovechen: se ha de presuponer, que todo buen christiano ha de ser más
prompto a salvar la proposición del próximo, que a condenarla; y si no la puede salvar, inquira
cómo la entiende, y si mal la entiende, corríjale con amor; y si no basta, busque todos los
medios convenientes para que, bien entendiéndola, se salve”.

Este “prosupuesto” sigue al título y es una prudentísima regla, práctica y útil.


Es muy interesante que San Ignacio coloque esto al comienzo de los EE. En definitiva
nos muestra cómo todo el trabajo de EE apunta a aprender el oficio de la caridad y por eso
comienza con hacernos ejercitar la caridad en el pensamiento (que suele ser aquella contra la
que más pecamos sin sensibilizarnos de ello) y la corrección fraterna (si fuese necesaria). En
síntesis: aprovechen para extremar la caridad durante los EE (sin faltar en lo más mínimo al
silencio interior y exterior).

3. DISPOSICIONES

Esto quiere decir que los EE no se han de hacer (ni por parte del ejercitante ni, menos,
del director) con la intención previa de elegir estado determinado de vida o para tomar
decisión alguna. La intención ha de ser aprender a escuchar a Dios; dejarlo hablar y buscar
sólo su Voluntad. Tiene que obrar Dios; y a esto apuntan los ejercicios: a que Dios se
comunique al alma. Los EE deben dar como fruto una sintonía entre el alma y Dios. Que
cada alma aprenda a escuchar y entender a Dios.

2) [EE., 16] “16ª La décimasexta: para lo qual, es a saber, para que el Criador y Señor
obre más ciertamente en la su criatura, si por ventura la tal ánima está affectada y inclinada
a una cosa desordenadamente, muy conveniente es moverse, poniendo todas sus fuerzas, para
venir al contrario de lo que está mal affectada; así como si está affectada para buscar y haber
un officio o beneficio, no por el honor y gloria de Dios nuestro Señor ni por la salud espiritual
de las ánimas, mas por sus proprios provechos y intereses temporales, debe affectarse
[apegarse, o bien esforzarse] al contrario, instando en oraciones y otros exercicios spirituales,
y pidiendo a Dios nuestro Señor el contrario, es a saber, que ni quiere el tal officio o beneficio
ni otra cosa alguna, si su diviná majestad, ordenando sus deseos, no le mudare su afección
primera. De manera que la causa de desear o tener uma cosa o otra, sea sólo servicio, honra
y gloria de la su divina majestad”.

Para lograr el máximo de acción de Dios en el alma: conviene utilizar la regla del
“agere contra”. Hacer todos los esfuerzos necesarios para desapegarse de las cosas que
condicionan nuestra voluntad.

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4. FIDELIDAD A LOS EJERCICIOS

1) [EE, 11] “11ª La undécima: al que toma exercicios en la 1ª semana aprovecha que
no sepa cosa alguna de lo que ha de hacer en la 2ª semana; mas que ansí trabaje en la 1ª, para
alcanzar la cosa que busca, como si en la 2ª ninguna buena sperase hallar”. Eviten la
curiosidad. A pesar de que pueden tener el libro de los EE no lo curioseen; déjense guiar por
el predicador.

2) [EE., 12] “12ª La duodécima: el que da los exercicios, al que los rescibe ha de
advertir mucho, que como en cada uno de los cinco exercicios o contemplaciones, que se
harán cada día, ha de estar por una hora, así procure siempre que el ánimo quede harto en
pensar que ha estado una entera hora en el exercicio, y antes más que menos. Porque el
enemigo no poco suele procurar de hacer acortar la hora de la tal contemplación, meditación
o oración”.

3) [EE., 13] “13ª La terdécima: asímismo es de advertir que, como en el tiempo de la


consolación es fácil y leve estar en la contemplación la hora entera; assí en el tiempo de la
dessolación es muy difícil complirla; por tanto, la persona que se exercita, por hacer contra
la dessolación y vencer las tentaciones, debe siempre estar alguna cosa más de la hora
complida; porque no sólo se avece [se acostumbre] a resistir al adversario, mas aun a
derrocalle [derrotarle]”.

4) [EE., 17] “17ª La décimaséptima: mucho aprovecha, el que da los exercicios, no


queriendo pedir ni saber los proprios pensamientos ni peccados del que los rescibe, ser
informado fielmente de las varias agitaciones y pensamientos, que los varios spíritus le traen;
porque según el mayor o menor provecho le puede dar algunos spirituales exercicios
convenientes y conformes a la necesidad de la tal ánima así agitada”. sea: no hay que
decirle las faltas al director, pero sí es muy conveniente explicarle los diversos movimientos
del alma (consolaciones y desolaciones, de qué tipo, duración, modo en que se presentan,
etc.). por eso la importancia de dl dialogo con el director de lo EE

5) [EE., 20] “20ª La vigéssima: al que es más desembarazado y que en todo lo


possible desea aprovechar, dénsele todos los exercicios spirituales por la misma orden que
proceden, en los cuales por vía ordenada tanto más se aprovechará, quanto más se apartare
de todos amigos y conoscidos y de toda solicitud terrena; assí como mudándose de la casa
donde moraba, y tomando otra casa o cámera para habitar en ella, quanto más secretamente
pudiere; de manera que en su mano sea ir cada día a missa y a vísperas, sin temor que sus
conoscidos le hagan impedimento. Del qual apartamiento se siguen tres provechos
principales, entre otros muchos: el primero es, que en apartarse hombre de muchos amigos y
conoscidos, y asimismo de muchos negocios no bien ordenados, por servir y alabar a Dios
nuestro Señor, no poco meresce delante su divina majestad; el segundo, estando ansí apartado
no teniendo el entendimiento partido en muchas cosas, mas poniendo todo el cuidado en sola
una, es a saber, en servir a su Criador, y aprovechar a su propria ánima; usa de sus potencias
naturales más libremente, para buscar con diligencia lo que tanto desea; el tercero, quanto
más nuestra ánima se halla sola y apartada se hace más apta para se acercar y llegar a su

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Criador y Señor; y quanto más así se allega, más se dispone para rescibir gracias y dones de
la su divina y summa bondad”.

5. SÍNTESIS

Resumiendo: las disposiciones del ejercitante han de ser (Casanovas, I, 214-215):

1) Colocarse en perfecta serenidad y paz de espíritu, con grandes deseos de hallar la


verdad, recibiendo sin prevención de ninguna clase cuanto se proponga a su consideración y
desterrando de sí toda cavilación y prurito de disputar [22].
2) Ocuparse de lleno y solamente de las verdades presentes, como si todo acabase
allí, mortificando la curiosidad de querer saber lo que vendrá después [11].
3) Que no se deje llevar de apresuramiento ni ansiedad en querer resolver antes de
tiempo los problemas particulares [14].
4) Que abra su corazón con el director en todo lo que concierne a EE [15].
5) Entrar en comunicación directa con Dios, por el camino del amor [15], y para esto
que purifique todas sus intenciones allí donde se siente inclinado a una parte; y que si advierte
en sí la presencia de alguna afección desordenada, vaya al extremo opuesto [16].
6) Entrar en EE con un firme deseo de no contentarse con cualquier cosa, sino con
una determinación de adelantar cuanto fuere posible en la santidad [20] y con esforzado y
generoso corazón para darse del todo a Dios [5].

Como repetición
PRINCIPIO Y FUNDAMENTO
PRIMERA PARTE

Como muy bien sabemos, los EE de San Ignacio comienzan con el Principio y
Fundamento. Éste puede ser considerado de dos maneras: o como un Documento o como
Meditación. Como es la parte fundamental de todos los EE, San Ignacio lo hace ver desde
los dos puntos de vista. Vamos a comenzar a verlo como Documento, es decir, más parecido
a una plática que a una meditación.

El fin que nos proponemos aquí es tan sólo familiarizarnos con este importante
documento; aprender a entenderlo palabra por palabra.

1. PRINCIPIO

El término “principio” tiene dos sentidos:

a) Principio como inicio (punto de salida o arranque): es aquello de lo que toma inicio
algo, como el principio de una carrera, el principio de un camino, el principio de un libro,
etc. Las cosas diversas son diversas entre sí porque tienen principios diversos. Un error en el
principio, por pequeño que sea, ocasiona grandes y graves consecuencias en el fin (un cohete
milimétricamente mal apuntado, no da en el blanco si éste está lejos). Aplicado a nuestro
caso quiere decir que esta verdad (PyF) es el punto de arranque correcto para toda la vida
espiritual.

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b) Principio como constitutivo. Se llama principio a cada uno de los elementos
constitutivos de algo: como el hidrógeno y el oxigeno son principios constitutivos del agua;
como el alma es principio constitutivo de nuestro ser, como el esse y la esencia, la materia y
la forma, etc., son principios de la sustancia. En este sentido quiere decir que esta verdad es
el constitutivo esencial de una auténtica vida cristiana. Si lo tenemos presente nuestra vida
es vida verdadera y por añadidura es vida cristiana; si no lo tenemos presente nuestra vida no
es vida: le falta el alma.

2. FUNDAMENTO

Quiere decir base, cimientos.


Cf. Mt 7: parábola de la casa edificada sobre arena y la casa edificada sobre piedra...
Según sea el fundamento tal será la solidez del edificio.
Esta verdad se llama “fundamento” porque es la base sólida de una vida espiritual
tomada en serio, o sea, de toda santidad. Cuando se construye sobre otra base que no sea esta
verdad todo lo que se hace se desploma necesariamente.

3. EL HOMBRE...

Es decir, nosotros. El hombre puede ser considerado en tres estados posibles:

a) Justicia original: tal como fue creado en el Paraíso, con los dones preternaturales y
la gracia. Estado de felicidad único e irrepetible.
b) Caído: precipitado por el pecado: es el hombre pecador, enemistado de Dios,
engatusado por el diablo, desterrado del paraíso.
c) Redimido: comprado por la Sangre de Cristo y destinado de modo efectivo a la
visión beatífica; miembro de la Iglesia.

El hombre es ontológicamente “ad imaginem Dei”. “Ad” indica movimiento: no es


una “imagen de Dios” sino algo en acción: que se debe ir asimilando a Dios.

4. ES CREADO...

Fruto de un acto liberrimo de Dios.


Totalmente contingente, podría no ser, no haber sido.
Sacado de la pura posibilidad por una decisión gratuita de Dios.
O sea, fruto del amor inexplicable de Dios.

5. PARA...

Omne agens agit propter finem... Todo agente obra por un fin. También Dios.
El agente imprime su fin a la cosa que hace. Es el artesano el que le da el fin al jarrón;
el pintor “destina” su cuadro a adornar, agradar, decir algo a los espectadores...
¿Cuál es el fin que Dios me ha puesto al crearme...?
No podemos sustraernos al fin que nos ha dado quien nos hizo... No puedo cambiar
mi fin.

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6. ALABAR

Hacer referencia al reconocimiento intelectual de los beneficios de Dios y también,


como efecto de ello, a la prorrupción del corazón en cantos de júbili y amor al ver la grandeza
de las obras de Dios. Tenemos ejemplos hermosos de “cantos de alabanza” en:

-El canto de Moisés al ver el paso del Mar Rojo: Ex 15


-El canto de Ana al ver la maravilla de tener un hijo siendo estéril: 1 Sam 2,1-10
-El canto de Zacarías, el Benedictus: Lc 1,68ss.
-El canto de la Virgen, el Magnificat: Lc 1,47ss.
-El canto de Simeón: Lc 2,19ss.
-Muchos de los Salmos

7. HACER REVERENCIA

Significa:

-Reconocer intelectualmente la grandeza de Dios y la bajeza de sí mismo.


-Inclinación volitiva hacia Dios.
-Físicamente se manifiesta con la inclinación de nuestro cuerpo (genuflexión,
inclinación de cabeza). Espiritualmente es la inclinación de nuestra mente y de nuestro
corazón ante Dios.

8. SERVIR...

Es el obrar en consecuencia con lo reconocido; poner por obra lo que sabemos


intelectualemente. Servir es ponerse a servicio; ser útil a Dios, a los intereses de Dios, a la
propagación de su reino...

9. MEDIANTE ESTO...

La reverencia y el servicio es un medio; el fin del hombre es la unión con Dios.

10. SALVAR EL ALMA

Según el progresista Louis Evely en el lema “Salva tu alma” hay tres herejías:

-Salva: primero porque no nos salvamos nosotros; segundo porque no estamos en


peligro.
-tu: no nos salvamos individualmente sino en comunidad.
-alma: no se salva el alma sino la persona...

A pesar de esta sarta de disparates ésta es una de las verdades más importantes que
debemos asimilar:

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a) salvar quiere decir “poner en seguro definitivo” el alma; el peligro es real y existe,
ya que somos contingentes y podemos separarnos de Dios, y este es el peligro real para una
creatura: separarse de su Creador. Podemos separarnos temporalmente por el pecado y
eternamente por el Infierno.

b) Tu: De este negocio nos tenemos que encargar nosotros personalmente. “El que te
creó sin ti no te salvará si ti” (San Agustín). Hay un misterio en la relación entre nuestra
libertad y la Acción Divina, pero es absolutamente cierto que “hay” una relación: todo lo
hace Dios y también tenemos que obrar nosotros. No podemos despreocuparnos de esto. Es
“nuestro negocio”.

c) Alma. Se salva el alma y el cuerpo o se condena el alma y el cuerpo. Pero hay que
empezar por el alma, es decir, por la forma; la materia viene atrás. Y en el fondo el problema
de Evely, como el de todos los progresistas, es que para salvar el alma y el cuerpo hay que
ser más rigurosos con el cuerpo que con el alma y sacrificar el cuerpo antes que el alma. Para
salvar el alma hay que hacer penitencia y ser poco corteces con el “hermano asno” (San
Francisco de Asís).

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