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Presentación.
El propósito de este artículo es dar una mirada reflexiva a lo que ha sido la experiencia en
evaluación, específicamente evaluaciones formativas de logros de aprendizajes a gran
escala, en Panamá.
No es de interés definir ¿Qué es evaluación?, ¿Para qué sirve?, o los modelos de evaluación
existentes; sobre este tema hay disponible gran volumen de información. Más bien se
pretende dirigir la mirada a la práctica “in situ” ocurrida en nuestro país, durante estos
últimos 15 años, con relación a las evaluaciones estandarizadas; que miden el aprendizaje
de los estudiantes y de una manera u otra evalúan el sistema educativo nacional. Así mismo,
se propone reflexionar yerros pasados y prever como se espera sea una entidad de
evaluación, provista de un sistema integral, que obtenga información de calidad y,
sobretodo, cómo darle un uso sabio a la misma.
Introducción
El acelerado proceso de globalización, la competitividad en el ámbito económico y el
continuo desarrollo tecnológico ha puesto en la mira la educación y la formación de
individuos en los diversos niveles de escolaridad. Surge la siguiente interrogante: ¿Están
contribuyendo los regentes de la educación, efectivamente, a la formación de futuros
ciudadanos para los nuevos retos de este siglo? Esta preocupación condujo a la creación de
sistemas de evaluación, en diversas latitudes de nuestra América y el mundo.
El auge de la evaluación educativa a partir de los 90, trajo consigo que los nuevos sistemas
educativos consideraran la evaluación como elemento importante y decisivo en la mejora
de la calidad educativa.
El desarrollo de los sistemas de evaluación no ha sido igual en todos los países de América
Latina, debido a: políticas públicas, recursos económicos disponibles para mediciones a gran
escala, y el recurso humano especializado disponible. Pero sí es común un marcado interés
sobre estos temas. En algunos países ya se ha logrado consolidar entidades, o “institutos”
de evaluación, cuya tarea sea coordinar y regular las acciones de un sistema de evaluación.
Revista La Antigua. Universidad Católica Santa María La Antigua. Editorial La Antigua, pp 81-93.
Julio-diciembre 2015. Panamá.
Para ilustrar, a continuación los fundamentos que sustentan a los institutos de evaluación
de algunos países como México, Colombia y Ecuador.
INEE de México: Contribuye al mejoramiento de la educación a través de evaluaciones
integrales de la calidad del sistema educativo y de los factores que la determinan, así como
de la difusión transparente y oportuna de los resultados para apoyar la toma de decisiones,
la mejora pedagógica en las escuelas y la rendición de cuentas.
ICFES de Colombia: Evaluación de la educación en todos sus niveles, y en particular apoyar
al Ministerio de Educación Nacional en la realización de los exámenes de Estado y en
adelantar investigaciones sobre los factores que inciden en la calidad educativa, para
ofrecer información pertinente y oportuna para contribuir al mejoramiento de la calidad de
la educación.
INEVAL de Ecuador: Promover una educación de excelencia mediante la evaluación integral
al Sistema Nacional de Educación y sus componentes.
Obsérvese que todos convergen en la mejora de la calidad educativa. Panamá no está lejos
de esta intencionalidad; los gobiernos y la sociedad civil, en los últimos 15 años, han
manifestado el interés por las evaluaciones estandarizadas a gran escala a fin de medir
logros en los aprendizajes de los estudiantes y, por consiguiente, mejorar la calidad
educativa.
Pero surge una inquietud: ¿Por qué no se ha podido consolidar un sistema de evaluación?
Para dar respuesta a esta interrogante se debe entender lo ocurrido en Panamá con
respecto a la evaluación educativa, y reflexionar en el cómo se han realizado estas
evaluaciones.
¿Cómo se han dado en nuestro país las evaluaciones formativas a gran escala?
Panamá viene aplicando pruebas estandarizadas formativas desde el año 1996, con una
cuantiosa inversión en dinero, pero, por diferentes razones, no se ha podido lograr un
sistema de evaluación consolidado y útil para la toma de decisiones educativas. Hay que
comprender y saber que las evaluaciones formativas requieren de una gran inversión de
tiempo y recurso económico en la divulgación y uso de los resultados; si esto no se da, no
se está haciendo absolutamente nada1.
Para poder entender mejor esta situación se debe conocer que en todo sistema de
evaluación existen dos dimensiones, la dimensión técnica y la dimensión política. Zulma
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Grupo de Trabajo sobre Estándares y Evaluación, Las evaluaciones educativas que América Latina necesita.
Pág. 12.
Revista La Antigua. Universidad Católica Santa María La Antigua. Editorial La Antigua, pp 81-93.
Julio-diciembre 2015. Panamá.
Dimensión política: alude al “lugar”, la importancia y la función, que se les atribuye a los
sistemas de evaluación en Latinoamérica. Se alinean en esta dimensión los trabajos
referidos a: presentación y comunicación de resultados, uso de los mismos, el impacto que
éstos provocan en los distintos actores, la relación existente entre la información que surge
de los sistemas nacionales de evaluación y la toma de decisiones, etc.
• La poca capacidad técnica del recurso humano para elaborar reportes dirigido a las
diferentes audiencias (docentes, autoridades educativas, las familias y público en
general) con información clara, transparente y útil.
Otra de las grandes debilidades ha sido el poco o casi nulo desarrollo de sistemas de
información a partir de los resultados de estas evaluaciones. Este punto es muy importante,
pues da a lugar a la necesidad de crear indicadores educativos a partir de los datos
obtenidos de las evaluaciones con el fin de tener información para:
2
Pedro Ravela y el Grupo PREAL, (2006). Fichas didácticas: Para comprender mejor las evaluaciones
educativas. Santiago de Chile, PREAL.
Revista La Antigua. Universidad Católica Santa María La Antigua. Editorial La Antigua, pp 81-93.
Julio-diciembre 2015. Panamá.
ello tendría un enorme impacto en el sistema educativo: los alumnos recibirían mejor apoyo
en sus procesos de aprendizaje, las evaluaciones de certificación serían más justas y
garantizarían que los individuos están preparados para lo que se supone fueron formados,
el sistema seleccionaría a los individuos más competentes para desempeñar funciones de
conducción y responsabilidad institucional, los profesores y las escuelas aprenderían más de
su experiencia, las familias conocerían mejor qué es lo que sus hijos están intentando
aprender y qué dificultades tienen, la sociedad en general tendría mayor conocimiento y
compromiso con la educación, las políticas educativas podrían estar sustentadas en una
base de información más sistemática.
Encerrando todo lo anterior, en unas pocas líneas, se puede concluir que la evaluación debe
estar al servicio no solo de las autoridades educativas sino también de los maestros y
profesores como también de los estudiantes y la sociedad civil en general.
BIBLIOGRAFÍA
Ravela, Pedro. Grupo de Trabajo sobre Estándares y Evaluación (GTEE). 2006. Para Comprender
las Evaluaciones Educativas. Fichas Didácticas. I.S.B.N. 956-8589-00-7. Disponible en:
http://ineed.edu.uy/evaluaci%C3%B3n%20educativa/fichas-did%C3%A1cticas-de-preal
Ravela, P., Arregui, P., Valverde, G., Wolfe, R., Ferrer, G., Martínez, F., Aylwin, M. y Wolff, L. (2008).
Las Evaluaciones Educativas que América Latina Necesita. Documento de Trabajo N. 40. Santiago
de Chile: PREAL. Disponible en:
http://www.rinace.net/riee/numeros/vol1-num1/art4.pdf