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I RELACIONNA Dl VISIt

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g
A proporcion quo la luz venia a aclarar lo objetos, todo to-
maba ci carActer amable y risueric que tanto anima Is naturaieza
y a los sonidos lógubres de la noche 80 sucedian lo g cantares do
log pajama, quo saludaban COfl su entusiasmo inocente Is salida
del astro vivificador.

Grnno VarmanAMs.

LA 8IEMBRA DEL TRIGO.

I.

Llámase trilla Is operacion de desprender lo g granob del


trigo, de las espigas.
La produccion del trigo, corno lo saben lo g agricu1tores,
requiere muchas operaciones, desde Is eleccion de Is semilla,
hasta su puiverizacion en los molinos.
En log pueblos de Colombia, en que el trigo es Is principal
produccion agricola, Is siembra de esta ri9uIaima graminea es
una fiesta, en que toman parte todos 108 agricuitores couvecinos.
Expliquemos este punto.
La siembra del trigo no se hace simultLneamente en todo
terreno preparado pars ella. Los productores verifican In quo en
Colombia se llama corrvins, con el fin de que las siembras se
realicen en el menor tieinpo posible.
Cuando un agricultor quiere sembrar el trigo, invita a sus
vecinos con algunos dias de anticipacion, y se dá principio con
el aramiento del terreno, a quya operacion contribuyen mayor 6
menor ndmero do parejas de bueyes, segun sea ci Area amble.

:11.

En una ocasion tuve el gusto de asistir a una siembra en


el pueblo de M.... del Estado do Santander.
Yo habia auplicado a un jó'ven agricultor, amigo mio, que
92 CUADEOS DI

me avIsase a Is hora do ponernos march hLcia Is estancia


en donde so verificaria mm siernbra.
-A ]as tres de Is mañana ernpr nos viaje, y- despues de
una media hora liegarnos 6. Is estan En ci campo los bima-
nos madrugan más qué los pájaros.
Cuando penetramos en Ia casa di labriego, sit famulia estaba
en Is cocina, preparando el terrible 3ayuno do los estancieros.
El campesino trabaja mucho; pero a m mucho was.
El jefe de Is casa me recihió mucho placer; pues yo
era nada ménos que 61 maestro de di hos suyos.
—Aquf pasará tin mal dia, me ( D; pen los hombres de-
bemos sufrjr de alguna manera.
Yo le manifesté que aunque no pasase bien en ci campo.
lo pasaria mejor que en el pueblo y esta reflexion filosófico-
económica agradó muchisimo al p ire do mis dos discipulos.
Un niomento despues se presen 6 una muchacha, embozada
en una niantellina, y con una botell y tin vaso en las maims.
.—Que espante el diablo! me d 0.
Yo comprendi el tropo do Is óven estanciera, y me eché
entre pecho y espaldaun robusto tn ;o de anisado.
Apnas acabd do pasar el apec de vida, cuando otr j6en
me presentá on cigarro encendido.
El frio que soplaba. exigia 6. gr s aquel doble obsequio, y
con el anisado en ci pecho y ci cigar en la boca, me entreture
oyendo cuentos 6 historias, hasta p el monarca do ins gallinas
avisó 6, los moradores do Is casa uc el alba asomaba en el
Oriente su rostra, blanqufsiino, como do las muchachas do San-
tiago de Leon cubierto de Veloutine.

Ill.
A las cinco me encontré frei 6. frente con el desayuno
estanciero. Y qué desayuno! Una I dc café, quo contendria
tin litro, unit arepa de harina de ti quo mediria irno y medio
decfmetros de dilmetro, y como cc leniento, una cuajada blan-
qulsima.
Se necesita, pans hacer desap er on desayuno tan mons-
truoso, alga mu del apetito do 1 Sancho Panza, casi, caM la
voracidad do tin Heliogábalo. Y n remonto hasta Roma y la
Mancha buscando 6. esos dos terril enguulidores, pars, no herir
la susceptibilidad de algun amigo i
Los campesinos son demasli exigentes en 6rden S Jo
manducable, y el obsequiado deb ajo la pena de caer en su
T IILACIONfl fl VisaS. 93
desagrado, corner todo to que le presenten, aunque fuere una
gallina asada. En esta consideracion, cerrd los ojos y i Santiago
cierra Espana! ci desayuno desapareciâ en pocos minutos.
Como a Ins siete de la mañana empezaron a liegar los con-
viteros. lievando unos yuntas de bueycs, otros palas y azadones.
A In horn del almuerzo est.aba arado y cruzado el terreno;
pues maniobraban unas diez y scM yuiitas de bueyes eon sendos
robustos gaftanes.
Despues del alrnuerzo, en que Ins agrkultores sacaron Ia
tripa de mal aQo, pues en sus casas no to tenian tan abundante
y tan suculento, se procedi6 a regar In serniia.
Esta operacion es amy divertida. Los sembradores se dis-
tribnyen el area del terreno arado, y cada UW) ileva una cantidad
de trigo en un saco. A medida que to riegan, pan to cual van
siguiendo In direccion de los surcos, los arropadores van tras el
cubriendo con tierra los granos pie ban sido regados.
Mientras tanto que trabajan los sembradores y los thpado-
res 6 arropadores, unos y otros cantan bambucos de su caletre,
en los cuales cada uno procura lucirse.
A !as.doce es costumbre en Colombia, dar a Ins trabajado-
res Ia melon de guarapo fermentado, ci cual es lievado at campo
en harriles, 6 fabricado en In est.qncia misma. Los peohes sin
guarapo no trabajan, 6 to hacen perezosamente.
Al guarapo sigue to que Raman onces, y consists en cafd
6 cacao, con yuca cocida 6 arepa y tin pedazo de came asada.
Esta comida intermedia es de imprescindible necesidad, y
se acostumbra en todas las casas. Hay tin verho especial que
signifi.ca In accion de tomar Ins once, y es oncear 6 soncear, como
dicen Ins gentes non il/zaire,.
Iv.
El sistema de arado usado pot los agricultores de flues-
tros pueblos, Cs el que invent6 Tipt6iemo. Y no se crea que,
porque no usen los arados de Wilkie y Dombusle, nuestros Ia-
briegos no aran 4 Ins mil inaravillas. Se diM quc con ci arado
iejo Ia operacion de arar un terreno extenso es muy dilatada.
Tampoco es verdad; pues nuestros agricuitores ban resuelto el
gran problema del dia, que consisle en "reducir to inás pie sea
posible Ins fuerzas matrices de las máquinas," de una manera
niuy sencilla, rnuitiplièando ci nümero de trabajadores, 6, de
otro modo, hacienda conSes.
Está probado pie el sistema de convites es rnuy provecho-
*4 - CUADROS DI

so; pues cads agricuitor siembra ss semillas con ahorro del


pago diario do muchos peones, y con una ganancia considerable
do tiernpo.
El Sterna do sembrar el trip regado, es ci quo aM en
uso on todas partes. Un ilustrado colombiano, colaborador do
Csx.nss en ci inmortal Semanario deJa Nueva Granada, ci pta-
bitero doctor Eloy Valenzuela, Cur de Bucaramanga publicó
una meworia sobre el sistema do sembrar ci trigo £ bordon 6
coa; y segun ci autor, Ion renditnicuths del trigo por ese sisterna
serian notabilisimos. Aigunos opinaik I que el trio sembrado a
punzon di ci triple do 10 que produc e regado.
El Sterna del presbftero do4or Yaienzuela eucarna el
grave inconveniente de que so necesita mucho tiempo jrnra sein-
brat una carp do semilla ; ii paso qub regmndol, en pocas horas
so siembran niuchas arrobas. I

LIM
Ya habia descendido el sol, cue do los trabajadores, termi-
usda Is siembra, so hallaban sentadoi en bancos y piedras, espe-
rando is comida. Esta, como el aim erzo, fad muy copiosa. La
cane, escasisima en tiempos norms s, fud servida sin miedo.
Las gruesas y sabrosas papas, Is e* onjosa y blanca yuca y los
piltanos de grueso calibre, so ofrecü on a set vfctirnas de aque-
lbs heroes do Ia inanducacion.
Yo me incorpord entre los in iegoa y comi con ellos y
como dos; puespars cilo tenia e tItuio do liaber ser'vido de
gala a una yunta do bueyes quo arai en turn falda.
Las muchachas so portaron cm lucimiento, y como yoera
el finico hombre ilustrado quo habia n Is estancia. £ mi so con-
cretaron todos los obsequios. Es mu in cosa saber leer y escri-
bit y contar!
—Qué le ha parecido el tragin' me preguntó ci arno. de is
estancia.
—Muy agradable, le contesté. quo siento a qua no se
repita por lo ménos seis veces.
• —Ya le convidaremos a las I no tenga cuidado. Y
entónces gozará más quo nunca.
Yo no sabia lo quo a mm tn y me entusiasmd en alto
0.
S las seis pandas regresé a ml cansado, pero satis-
(echo con el paseo al campo.
BEICEFJO BaxcEt3o.

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