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Sustancias de Consumo y trastornos mentales

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV-TR) describe


los trastornos relacionados con sustancias en dos apartados. El primero se refiere a los
trastornos por consumo y corresponde a la dependencia y abuso de sustancias; y el segundo
se abarca a los trastornos inducidos por sustancias y están marcados por la intoxicación y la
abstinencia. La constitución química de cada sustancia determina la gravedad del trastorno;
por ejemplo, el alcohol incide tanto en la dependencia, abuso, intoxicación y abstinencia,
pero sustancias como el cannabis e inhalantes no producen abstinencia o a su vez, la
cafeína sólo produce intoxicación y no los otros caracteres.

Ahora es propicio conceptualizar cada uno de los indicadores de los trastornos


relacionados con sustancias según el DSM – IV- TR:

Trastornos por consumo de sustancias. Se refiere a la ingestión de sustancias


psicoactivas en cantidades moderadas que no interfieren de manera significativa en el
funcionamiento social, educativo u ocupacional (Barlow. D. & Durand, V.; 2004; pg. 2004)

 Dependencia. Constituye un comportamiento de repetido uso de sustancias; a pesar


de que ya se observan problemas cuyas consecuencias se atribuye a las mismas.
Para el diagnóstico de dependencia a sustancias los síntomas deben presentarse por
al menos 12 meses.
 Abuso. Los criterios de diagnóstico para el abuso de sustancias no toman como
referencia el patrón de tolerancia o abstinencia sino directamente los efectos que
hay detrás del consumo. Al igual que la dependencia, el comportamiento debe
persistir por al menos 12 meses, reconocido por problemas como el deterioro de la
funcionalidad familiar, laboral, escolar y social; marcado por conflictos en los
mismos ámbitos y la ejecución de actividades riesgosas y problemas legales.
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Trastornos inducidos por sustancias

 Intoxicación. Desemboca irreversiblemente en el surgimiento de un síndrome


vinculado a la sustancia de consumo, el malestar es clínicamente significativo con
efectos fisiológicos directos en el sistema nervioso.
 Abstinencia. Produce síndromes debido a la disminución o interrupción total del
consumo de una sustancia específica. El malestar de la abstinencia abarca gran
deterioro social y laboral y el paciente necesita recurrir al consumo de la sustancia
para disminuir los síntomas.

Sustancias de consumo

1. Alcohol. Obtenido a raíz de la fermentación de productos naturales y agrícolas


como las uvas en el vino; el compuesto químico se llama etanol y es ingerido por
vía oral para ser absorbido por el torrente sanguíneo, metabolizándose en el hígado
como acetaldehído convirtiéndose posteriormente en acetato mediante el aldehído
dexidrogenasa hepático.
El alcohol produce un aumento de la actividad inhibitoria GABA-A y disminuye la
actividad del excitador glutamato. Los grados de alcohol en la sangre de menor a
mayor proporción producen respuestas fisiológicas y psicológicas del sujeto. De
0.02 a 0.03% no se observa ningún tipo de efecto conductual en el individuo, sin
embargo desde 0,08% empieza a constarse problemas de equilibrio, coordinación y
estados de euforia. Con 0.30% ya se refiere como una intoxicación y paso el 0,40%
se llega a un estado de inconsciencia.
2. Alucinógenos. Su principal función es alterar el sistema sensación-percepción del
consumidor; puede producir dependencia, abuso e intoxicación; pero no abstinencia.
Una clase de alucinógenos es referida por la dietilamida de ácido lisérgico, la amina
de ácido d-lisérgico (LSA), psilocibina y dimetiltriptamina (DMT). El LSD o ácido
lisérgico, descubierto por Albert Hoffmann, es el más conocido de los alucinógenos;
actuando directamente sobre la serotonina del cerebro. Otro grupo de alucinógenos
está formado por la mescalina, la metilenodioximetanfetamina (MDA), etre otras,
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Los alucinógenos como su nombre lo indica general alucinaciones en el usuario y


los efectos pueden ser varios; desde displacenteros hasta desagradables, como
nauseas, vómitos, disminución de la lucidez y el contacto con la realidad.
3. Canabinoides. Comúnmente conocido como marihuana; el compuesto químico
psicoactivo se denomina tetrahidrocannabinol (THC). El cannabis es una droga
ilegal en la mayor parte de países del mundo aunque su consumo es masivo. La
planta de marihuana se encuentra en todos los continentes del mundo, y la lucha por
su legalización es cada vez más pronunciada. La acción del THC en el organismo es
referida como una percepción de relajación por lo cual es usado frecuénteme por
fines recreativos; también se habla de que puede contribuir al control de pacientes
con cáncer y SIDA aunque ese hecho no deja de levantar debate.
4. Cocaína. Se obtiene de la planta de la coca originaria de Sudamérica. Estimula el
sistema nervioso incrementando la lucidez, energía sexual y actividad motriz. Freud
mismo fue un recurrente consumidor de coca, destacando sus efectos positivos,
sobre todo como refuerzo para su actividad intelectual. La cocaína bloquea los
vehículos de monoamina y bloquea la reabsorción de dopamina, por lo cual es una
sustancia con fuerte incidencia tanto en dependencia, abuso, intoxicación y
abstinencia. Es una de las principales fuentes de ingreso económico para el
narcotráfico.
5. Nicotina. Actúa sobre los receptores de acetilcolina nicotínicos del sistema límbico
y la formación reticular del mesencéfalo; distribuida por su nombre comercial
tabaco; la nicotina produce tanto dependencia como abstinencia en su consumo. Por
una parte y en consumos eventuales, es usado para la tensión del trabajo y el estrés;
sumado a ello es una droga socialmente aceptable. Por otra parte puede producir
efectos adversos; Brailowsky, S. (2008) describe algunas de las incontables
consecuencias relacionadas con el consumo excesivo de tabaco:
 Tentativa de muerte prematura,
 Enfermedades cardiovasculares.
 Riesgo alto de cáncer, especialmente de pulmón.
 Problemas de fertilidad e impotencia sexual.
 Problemas conductuales como ansiedad, mal humor e irritabilidad.
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6. Opioides. Tienen efectos inhibitorios de la conducta y si la respiración disminuye


en su totalidad pueden conllevar a la muerte al consumidor. Los opioides pueden ser
referidos como sustancias naturales, especialmente la semilla de la planta de la
amapola o como químicos propios del cerebro como las encefalinas y endorfinas.
Su función principalmente consiste en disminuir el dolor y producir sueño; por
ejemplo la morfina es usualmente usado como anestésico previo a intervenciones
quirúrgicas. La ingesta de opioides es generalmente por vía intravenosa como la
heroína y produce un alto grado de dependencia, abuso, intoxicación y abstinencia
en el usuario.

7. Sedantes hipnóticos y ansiolíticos. De este grupo forman parte los barbitúricos y


las benzodiacepinas; los primeros son sustancias químicas sedantes prescritas para
sustituir otras sustancias de adicción, sin embargo se conoce que los barbitúricos
también producen adicción. Las benzodiacepinas por otra parte son ansiolíticos,
pero así mismo sus componentes corren riesgo de dependencia aunque en menor
medida que los barbitúricos. Los sedantes e hipnóticos pueden frenar pueden frenar
las funciones del cerebro y otras partes del sistema nervioso (Organización Mundial
de la Salud. 2005).
Las benzodiacepinas y barbitúricos se ligan en los receptores GABA-A, dando
apertura a los canales de cloro que disminuyen la frecuencia de potenciales de
acción de las neuronas; produciendo lo síntomas clásicos de sedación e
hipovigilancia. La adicción puede ser explicada por la influencia que estas
sustancias tienen sobre el sistema dopaminérgico.
SEMANA 7 – SUSTANCIAS DE CONSUMO 5

Tabla 1. Sustancias y trastornos específicos producidos por cada una.

Fuente: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM – IV - TR


SEMANA 7 – SUSTANCIAS DE CONSUMO 7

REFERENCIAS

American Psychiatric Association (2002). Manual Diagnóstico y estadístico de los


trastornos mentales DSM – IV-TR.. Barcelona: Elsevier Masson.
Barlow, D. & Durand, V. (2003). Psicopatología (3ra Edición). Madrid: Thomson Editores
Spain.
Brailowsky,S. (2008). Las sustancias de los sueños: Neuropsicofarmacología. España:
Fondo de Cultura Económica de España.
Organización Mundial de la Salud OMS (2004). Neurociencia del consumo y dependencia
de sustancias psicoactivas.Washington, D.C: Biblioteca Sede OPS

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