Comencemos definiendo qué es un círculo. Un círculo es, desde la matemática, una
figura geométrica de infinita cantidad de lados. Por esta definición, el círculo ha sido considerado como símbolo del todo, la Eternidad. La historia de la figura del círculo es antiquísima, como puede evidenciarse en registros paleolíticos de danzas circulares. En la magia, existen distintas consideraciones del círculo. Pero antes de entrar en ellas, veamos con un poco más de detenimiento el simbolismo. Acabamos de afirmar que el círculo es un símbolo de eternidad, y por tanto, también de división. Separa un “adentro” de un “afuera”. Es decir, el Círculo son los límites de la Eternidad del Mago. Todo aquello que está “afuera” del Círculo es parte del Caos. En otras palabras, en toda operación mágica, el Mago pierde voluntariamente su control sobre las fuerzas del mundo ordinario, para crear temporalmente, un espacio reducido donde, si sus capacidades le permiten, tiene el control absoluto de esas fuerzas. En los Grimorios, o Libros de Magia, existen infinidad de diseños de estos círculos, y no es mala idea para un practicante relativamente experimentado crear su propio diseño. Lo ideal, es que este diseño, considerando la definición del Círculo Mágico como “la eternidad del mago”, refleje todo el simbolismo y visión del Cosmos del Mago adquirido a través de su formación, experiencia, deseos, etc. En este sentido, también funciona como un “escudo de armas” del Mago, siendo de esta manera, único para cada practicante de nuestro sagrado Arte. Sin embargo, no es excesivamente importante el componente físico de este círculo, sino más bien su función en otros niveles de existencia. Sabemos que la existencia tal como la conocemos es como procesamos una miríada de datos/información/energía para que sea perceptible a nuestra conciencia. En estados superiores, donde nuestra percepción se abre para poder captar más niveles de realidad, el Círculo funciona realmente en aquellos otros niveles más sutiles. Existen diferentes tipos de Círculos mágicos, no todos ellos creados por un practicante. Por ejemplo, los límites políticos de un país, son el Círculo Mágico de ese país. La esfera de sensación o aquello que vulgarmente se conoce como “aura”, el espacio de intercambio entre el medio interno y el medio externo, es una forma de Círculo Mágico. Un Mago puede estar realizando una operación en una habitación, desatando las fuerzas del Caos fuera de su Círculo. Sin embargo, una persona en una habitación contigua, está relativamente protegida de estas fuerzas debido al círculo mágico de su propia ignorancia. Es probable que históricamente, el primer Círculo Mágico haya sido el Círculo de Luz que emitía el fuego de la hoguera que mantenía a los animales salvajes y a toido lo que moraba en la oscuridad a raya y aquello que era “invisible a los ojos” se mantenía alejado. Como dice el axioma hermético “como es arriba, es abajo”, por lo tanto, esto se extendía a niveles espirituales. Existen muchas formas de trazar el Círculo Mágico. Los miembros de la Orden Hermética de la Aurora Dorada pasan horas trazando Círculos Mágicos (sí, horas) relativas a fuerzas específicas para poder contenerlas y tomar contacto con ellas en la forma más pura. Los miembros de la religión Wicca, una religión que tergiversa la brujería europea con prácticas ceremoniales (que a partir de la década del 60 fue bastardeada por el movimiento feminista y todo componente mágico fue eliminado casi en su totalidad) lo trazan en forma etérica con un instrumento mágico llamado “athame” o daga mágica. La Brujería Tradicional Europea, tiene el conepto de la Brújula, con su “axis mundi” en el centro, como representación del espacio entre los mundos. El famoso libro Gran Grimorio indica que el círculo mágico debe trazarse con un heliotropo (también llamado piedra de sangre, ya que es una variedad de calcedonita verde con manchas rojas que parecen gotas de sangre. Esta piedra se dice aumentar los poderes mágicos de su operador por lo que su uso en la magia no es extraño). Otra forma popular, aunque algo burda, es un círculo de sal consagrada a modo de protegerse de la influencia externa. Uno puede realizar el trazado de un círculo sencillo siguiendo un ritual clásico como el Ritual Menor de Proscripción (o Destierro) del Pentagrama de la Aurora Dorada, o incluso, tan sencillo como utilizar algún tipo de aceite consagrado para la purificación y/o la protección y dibujar un circulo alrededor utilizando una plegaria simple como “Benedicto et consacro istum circulum in altisimun nomine IAO” (“Bendigo y consagro este círculo en el altisimo nombre de IAO). En cuanto a la efectividad del círculo mágico, depende siempre del operador. El círculo, al igual que cualquier figura, debe estar completamente cerrada para evitar fugas (lo cual ocasionaría bastantes problemas) y, en caso de no poseerse un elemento mágico, puede realizarse visualizando fuego azul saliendo de la mano del operador en el mudra de bendición (dedos del medio e índice extendido, con el dedo anular y meñique cerrados con el pulgar encima de ellos, como si fuera un cuchillo). Un no-practicante podría llegar a tener algún grado de efectividad con la simple práctica. Un practicante experimentado, que realmente hace consciente los distintos niveles de realidad de un Círculo Mágico, puede utilizarlo efectivamente, y un verdadero experto en el arte de la magia, puede incluso, hacer percibir a los no practicantes e ignorantes del mismo de su existencia. Requiere por supuesto, de gran práctica y habilidad. A modo de ejemplo, a continuación, dejo algunos ejemplos de círculos mágicos utilizados por los magos a través de la historia Como nota final, siempre es buen ejercicio que a la larga uno cree su propio Círculo.