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Preguntas importantes a contestarse antes de seleccionar un antibiótico
Desde el punto de vista histórico, la clasificación más común se ha basado en la estructura química y
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mecanismo de acción, así se consideran:
• Aquellos que Inhiben de la síntesis de la pared bacteriana, en fases diversas de las síntesis: β-
lactámicos, fosfomicina, ciclosporina, vancomicina, bacitracina.
• Desorganización de la membrana citoplasmática, lo que conduce a la desintegración celular:
polimixinas, anfotericina B y nistatina.
• Inhibición de la síntesis de proteínas, por actuar sobre ribosomas; en la iniciación (subunidad 30 S):
tetraciclinas; en la elongación (subunidad 50 S): cloranfenicol, eritromicina y lincosaminas; en ambas, y
bactericidas: aminoglucósidos.
• Interferencia en la síntesis y/o el metabolismo de los ácidos nucleicos: rifampicina (ARN-polimerasa
dependiente de ADN), quinolonas (ADN-girasa), metronidazol y antivíricos.
• Antimetabolitos que bloquean la síntesis de ácido fólico: sulfonamidas, pirimetamina y trimetoprima.
Los agentes antimicrobianos se comportan de manera diversa:
La concentración inhibitoria mínima (CIM): la concentración más baja de droga que previene el
crecimiento visible de microorganismos luego de 18 y 24 horas de cultivo. Por lo que claramente se puede
interpretar, que si un antibiótico se mantiene en el organismo en concentraciones por encima de la CIM para
determinada cepa de un microorganismo, será capaz de inhibir el desarrollo de esa bacteria con comodidad.
Este concepto que ha iluminado el avance de la ciencia, continúa siendo un parámetro fundamental, sin cuyo
conocimiento no tendríamos posibilidades de éxito en terapia antibacteriana.
La concentración bactericida mínima (CBM), por otro lado, representa la mínima concentración de
antimicrobiano capaz de matar al 99,9 % de los microorganismos inoculados luego de 18 y 24 horas de
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cultivo.
La CIM y CBM poseen un alto valor orientativo, clasificándose la sensibilidad de un germen frente a un
ATB en función de sus respectivas CIM. Lógicamente, es objetivo primario de la terapéutica conseguir una
concentración tisular de ATB que supere las CIM, lo que no siempre puede conseguirse, por varias causas:
a) difícil acceso al sitio de infección del ATB
b) porque la CIM para un determinado germen puede ser excesivamente alta, y
c) porque el índice terapéutico, o relación entre la concentración tóxica para el
paciente y la CIM puede ser muy pequeño.
En el último supuesto, y puesto que la CBM para un mismo ATB varía según los gérmenes, el índice
terapéutico también varía según el tipo de agente causal.
Desde el punto de vista clínico se considera que una cepa bacteriana es:
Sensible a un ATB, cuando las infecciones causadas por ella y tratadas con las dosis
habituales del ATB responden satisfactoriamente.
Resistentes: las cepas en las que es improbable un buen resultado terapéutico con dosis
máximas.
Moderadamente sensibles: cepas que exigen un incremento de la dosis habitual.
Es muy importante considerar el factor tiempo, o duración del contacto del ATB con el germen, para lo
cual se debe tener en cuenta las propiedades farmacocinéticas que establecen las constantes de distribución y,
sobre todo de eliminación, lo que condicionará el ritmo de administración.
Además, es importante tener en cuenta que la inhibición del crecimiento bacteriano se mantiene
durante un tiempo determinado después de la exposición del microorganismo al ATB. Este efecto persistente,
denominado Efecto post antibiótico (PAE).
La duración del PAE in vivo puede ser modificada por varios factores: tamaño del inóculo, pH, tiempo de
exposición al ATB, concentración de ATB alcanzada en el sitio, medio en el que se encuentra el ATB, etc.
Combinación de antibióticos:
Al igual que con otros fármacos, es preferible por principio utilizar un único ATB para el tratamiento de
una infección. Las ventajas de este principio son claras:
se evitan riesgos tóxicos innecesarios,
se reduce el coste,
se disminuye la posibilidad de aparición de resistencias aunque, en casos de resistencia por
un solo escalón, puede ocurrir exactamente lo contrario (p.ej., tratamiento de la TBC).
Cuando se analiza la acción de DOS ATBs (antibióticos) sobre un cultivo bacteriano puro in Vitro,
aparecen las siguientes respuestas:
a) Sinergia: la acción combinada de los ATB es mayor que la suma de ambas cuando se
administran por separado.
b) Adición: la acción combinada es igual a la suma de las acciones independientes.
c) Antagonismo: la acción combinada es inferior a la del producto más eficaz cuando se
emplea solo.
d) Indiferencia: La acción combinada no es más potente que la del producto más eficaz
cuando se emplea solo.
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Factores del huésped:
El aumento progresivo en el número de ATBs disponible implica con frecuencia mayor dificultad en su
empleo, ya que exige conocer con detalle sus diversos aspectos: actividad antibacteriana, características
farmacocinéticas, toxicidad, etc.
La actividad in Vitro, aunque crítica, es sólo una guía respecto a si un ATB tiene probabilidades o no de
ser eficaz.
El sitio de la infección es el factor más importante que debe tenerse en cuenta, ya que condiciona no
sólo el fármaco indicado sino la dosis y la vía de administración. Se trata, en principio, de conseguir que la
concentración del ATB en el sitio de la infección alcance como mínimo la CIM adecuada para el germen
infectante. La concentración que alcanza un fármaco en un tejido determinado depende de varios factores; de
todos ellos los más importantes son la irrigación del tejido, la capacidad de difusión del fármaco en función de
su liposolubilidad y su grado de ionización y la inactivación debida a la presencia de pus o fibrina.
A menudo, factores innatos o propios del huésped pueden ser los determinantes no sólo para el tipo del
fármaco escogido, sino también de la dosis, vías de administración, riesgos y naturaleza de los efectos adversos
y eficacia terapéutica.
Un aspecto fundamental de la eficacia terapéutica de los antimicrobianos es el estado funcional de los
mecanismos de defensa del huésped. Los aspectos humoral y celular de la inmunidad son importantes.
Factores inadecuación de tipo, calidad y cantidad de las inmunoglobulinas; alteración del sistema inmunitario
de tipo celular o algún defecto cualitativo o cuantitativo en los fagocitos pueden generar ineficacia terapéutica
a pesar de utilizar compuestos adecuados y útiles. En huéspedes inmunocompetentes, la infección a menudo
puede curarse meramente al suspender la multiplicación de los microorganismos (un efecto bacteriostático). Si
hay alteraciones de las defensas del huésped, la actividad bacteriostática puede ser inadecuada, y es posible
que se requiera un fármaco bactericida para que haya curación.
Existen además factores locales en el sitio de la infección que pueden modificar la actividad
antimicrobiana del fármaco. Puede estar muy reducida en el pus, por tener fagocitos, restos celulares,
proteínas que se unen a los medicamentos o crean condiciones desfavorables para la acción de los mismos. Los
hematomas importantes infectados pueden ligar penicilinas y tetraciclinas y de este modo, aminora su eficacia.
El pH en cavidades abscedadas y otros sitios infectados cerrados (espacio pleural, LCR y orina) casi siempre es
bajo o ácido, con lo cual hay pérdida extraordinaria de la actividad antimicrobiana de eritromicina y
clindamicina. Sin embargo algunos fármacos como clortetraciclina, nitrofurantoína y metenamina son más
activos en el medio ácido comentado. En los abscesos está disminuida la penetración de los antibióticos por el
menor riego sanguíneo.
La presencia de un cuerpo extraño en un sitio infectado aminora en grado sumo la posibilidad de
obtener buenos resultados con los antimicrobianos.
Otro factor importante es la edad: la que al modificar las características farmacocinéticas de fármaco
puede potencialmente producirse situaciones de presencia de reacciones adversas que en condiciones
normales no se producirían.
La función renal varía con la edad: está disminuida en el prematuro y el recién nacido, se normaliza
entre los 2 y los 12 meses, y vuelve a disminuir a medida que el organismo envejece; es preciso recordar que el
aclaramiento de creatinina puede estar reducido en el anciano aun cuando el nitrógeno ureico o la creatinina
sérica sean normales, de ahí que en el anciano se deban vigilar los efectos adversos que son dependientes de la
concentración, como por ejemplo la nefro y ototoxicidad de los aminoglucósidos.
Otra característica del huésped a tener en cuenta es el caso del embarazo y la lactancia. Puesto que
todos los antimicrobianos atraviesan la barrera placentaria en grado diverso, se debe tener en cuenta su
posible acción sobre el feto. También existe un alto grado de incertidumbre en muchas ocasiones, ya que los
efectos observados en animales no son transferibles de modo lineal a la especie humana.
Las penicilinas, las cefalosporinas y la eritromicina son categoría B pudiendo utilizarse en el embarazo
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evaluando siempre, riesgo/ beneficio. Ver Anexo
Aunque todos los antimicrobianos pasan la leche, la mayoría se encuentra en concentraciones inferiores
a las del plasma materno. Puesto que el pH de la leche es más ácido que el del plasma, se concentrarán más los
fármacos que se ionicen como bases, lo que ocurre con la eritromicina, el metronidazol, el cotrimoxazol, la
lincosamina y la isoniazida. Pero aunque su concentración sea baja, se debe evitar la presencia en la leche de
sulfamidas y ácido nalidíxico por el riesgo de producir hemólisis en lactantes con deficiencia de glucosa-6-
fosfato-deshidrogenasa (G-6-PD), de cloranfenicol en las primeras semanas del lactante y de metronidazol por
el peligro de toxicidad neurológica. Las tetraciclinas presentes en la leche materna se absorben con dificultad,
pues suelen estar queladas.
Dentro de las características propias del huésped es muy importante tener en cuenta, al igual que para
cualquier terapéutica farmacológica, la función renal y la función hepática.
El impacto de la insuficiencia renal sobre la eliminación de los ATB depende del grado en que éstos son
extraídos en forma activa por el riñón, sea por filtración, por secreción o por ambos mecanismos. El hecho de
no tener en cuenta la reserva funcional renal del paciente ha sido y es origen de numerosas intoxicaciones por
ATB; con ello no se pretende desaconsejar la utilización de un ATB si está indicado realmente, cuando basta
con adaptar la dosis al grado de insuficiencia renal. Esto se consigue mediante la reducción de cada dosis o la
prolongación su intervalo, siendo este último procedimiento el más utilizado.
En cualquier caso, y especialmente para los ATB con toxicidad dependiente de la dosis, el ajuste de ésta
debe hacerse de forma individualizada mediante la monitorización de los niveles plasmáticos, siempre que sea
posible.
En caso de insuficiencia hepática se debe reducir la dosis de los ATB que se eliminan por metabolización
en el hígado; tal es el caso del cloranfenicol, los macrólidos y las lincosaminas.
Asimismo, la concentración biliar de los ATB que se eliminan por esta vía puede disminuir en los
pacientes con enfermedad hepática o con obstrucción biliar, como en el caso de la ampicilina y la amoxicilina.
No existen normas definidas porque se carece de datos seguros, pero parece aconsejable prescindir en
lo posible de estos fármacos, tanto más cuanto más activo sea el proceso hepático.
La existencia de peculiaridades genéticas o metabólicas influye sobre el comportamiento terapéutico o
tóxico del ATB. Tal ocurre, por ejemplo, con los pacientes que tienen un déficit de G-6-PD, en los que pueden
ocasionar hemólisis las sulfamidas, la nitrofurantoína, la furazolidona, las sulfonas, el cloranfenicol y la
cloroquina. En los acetiladores lentos, la isoniazida muestra mayor tendencia a producir neurotoxicidad. Por
causas no bien conocidas, la administración IM de ATB en los enfermos diabéticos presenta menor
biodisponibilidad.
Vía de administración:
RESISTENCIA BACTERIANA
Hay bacterianos que no se ven afectados por la actividad antimicrobiana de los antibióticos. Esto puede
deberse a que las bacterias carecen, el sitio de acción del ATB, bien porque el mismo no puede acceder al sitio
de acción. Esta situación se define diciendo que la bacteria es insensible o presenta resistencia natural. Estas
bacterias son resistentes a ese ATB de forma constante.
Otras especies son susceptibles al ATB, pero esto no impide que, por diferentes razones, se aíslen
ocasionalmente variantes que no lo son y que crecen normalmente en presencia del ATB. En este caso se habla
de resistencia adquirida.
Su aparición es una consecuencia de la capacidad de las bacterias, como todos los seres vivos, de
evolucionar y adaptarse al medio en que habitan. La aparición de cepas resistentes puede ocurrir localmente
en una determinada especie y en regiones geográficas.
Sin embargo la capacidad bacteriana para compartir su información genética acaba diseminando la
resistencia a otros géneros y la movilidad actual de la población se encarga de diseminar por el planeta las
cepas resistentes.
En la actualidad, la incidencia de cepas resistentes en algunas especies bacterianas es tan alta que
frecuentemente conlleva problemas de tratamiento, lo que puede ser muy peligroso en el caso de infecciones
como la TBC. Aunque este problema es especialmente grave en el medio hospitalario, las bacterias resistentes
son ubicuas y se encuentran tanto en portadores sanos como en bacterias ambientales que pueden constituir
reservorios de bacterias resistentes.
Hay pocas dudas de que la principal causa de este problema haya sido el abuso de los ATB en la práctica
médica y en otros sectores, como la ganadería, donde se han usado de forma masiva.
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Mecanismos generales de resistencia a antibióticos
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ANTIBIÓTICOS BETA-LACTÁMICOS
Introducción
Bajo ésta denominación se agrupa un número continuamente creciente de ATB cuyo origen se remonta
a 1928, cuando Fleming descubrió que un hongo del género Penicillium producía una sustancia,
posteriormente denominada por él mismo: penicilina, capaz de inhibir el crecimiento de Staphylococcus
aureus. La familia de las cefalosporinas se inició en 1948 cuando Botzu obtuvo a partir del hongo
Cephalosporium acremonium, material activo frente a S. aureus.
Las Cefalosporinas fueron agrupadas en la "primera generación" mientras que más adelante,
aparecieron otras de espectro extendido y se fueron clasificando como cefalosporinas de la segunda
generación, así sucesivamente hasta la existencia de una cuarta. Cada nueva generación de cefalosporinas
tiene más potencia frente a bacterias gram-negativas, asimismo va perdiendo su potencia hacia los Gram. +.
Se clasifican en:
Primera Generación: cefalotina, cefazolina, cefalexina, cefadroxilo
Segunda Generación: cefoxitina, cefaclor, cefuroxima, cefonicid, cefotetán
Tercera Generación: cefotaxima, ceftriaxona, cefoperazona, ceftazidima
Cuarta Generación: cefepima
Otros β- lactámicos
Estas son moléculas obtenidas más recientes y son los monobactámicos y carbapenems. Los
monobactámicos se caracterizan por la presencia de un anillo R-lactámico monocíclico, al cual se unen
diferentes radicales que confieren el aztreonam una elevada resistencia a la inactivación por R-lactamasas de
bacterias gramnegativas (enterobacterias, Pseudomonas y otras bacterias gramnegativas aerobias). Los
carbapenemes (imipenem, meropenem) el azufre endocíclico es sustituido por un grupo metileno, quedando el
átomo de azufre en posición adyacente al anillo bicíclico.
Inhibidores de β-lactamasas
Estos conservan en su estructura el anillo β-lactámico. Y son:
• ác. clavulánico,
• sulbactam y
• tazobactam.
Carecen de actividad antibacteriana propia, pero al inhibir competitivamente las β-lactamasas de
diferentes especies bacterianas, permiten que el antibiótico al que están asociados actúe, Por ejemplo:
amoxicilina + ác. Clavulánico, ampicilina + sulbactam, piperacilina + tazobactam
MECANISMO DE ACCIÓN
Ejercen su acción al alterar la síntesis de la pared celular bacteriana, la cual se encuentra por fuera de la
membrana plasmática y confiere a las bacterias la resistencia necesaria para soportar, sin romperse, la elevada
presión osmótica que existe en su interior. Producen inhibición de las etapas finales de la síntesis del
peptidoglicano o mureína.
Las bacterias vivas poseen varias proteínas que se localizan generalmente en la cara externa de la
membrana citoplasmática, las llamamos PBP. Todas las bacterias presentan un número variable de PBP. En la E.
Coli existen al menos 7 PBP, que se suelen clasificar como PBP de alto peso molecular (PBP 1, 2 y 3) que son
esenciales para la síntesis de la mureína y las de bajo peso molecular (PBP 4, 5y6) que parecen no ser
esenciales para la síntesis.
Las PBP de alto peso molecular son enzimas bifuncionales con actividad trasnglucolasa y transpeptidasa.
La actividad de la transglucolasa de estas PBP es fundamental para el crecimiento de la mureína y cada
proteína desempeña papeles diferentes, todavía no bien conocidos.
Los β-lactámicos, para ser activos, deben acceder a la membrana donde se encuentran las enzimas a las
que han de inhibir. Por lo tanto, hay que considerar, al menos, tres etapas:
La dificultad para alcanzar los sitios de acción explica, en parte, la ineficacia de los B-lactámicos sobre
muchas especies bacterianas; por ejemplo, clamidias y ricketsias de localización intracelular, o bacterias ácido-
resistentes con una pared muy rica en lípidos impermeables a los B-lactámicos.
Para que lo B-lactámicos muestren toda su actividad, es necesario que las bacterias estén creciendo
activamente, de lo contrario, serán insensibles a la acción de las penicilinas.
En los grampositivos, las membranas externas son fácilmente accesibles a moléculas polares, en las
gramnegativas, la existencia de una membrana externa constituye una fuerte barrera para los solutos polares,
como B-lactámicos. En la membrana de externa de estas bacterias se encuentran unas proteínas, llamadas
porinas, que son integrales de la membrana y contienen un poro hidrófilo para el paso de compuestos por
difusión.
En una población bacteriana susceptible a los B-lactámicos siempre existen algunas células que por
diferentes razones no son lisadas. Este fenómeno se denomina to/erancíay puede producir el fracaso del
tratamiento.
ESPECTRO DE ACCIÓN:
Penicilinas
Gram positivos: Streptococcus pneumoniae, Streptococcus pyogenes, Enterococcus
faecalis, Streptococcus viridans, Corynebacterium diphteriae, Bacillus anthracis, Listeria
monocytogenes. Gram negativos: Neisseria gonorrhoeae (no productora de penicilinasa), Niesseria
Meningitidis. Anaerobios: clostridium no difficille, peptococcus, Peptostreptococcus, Fusobacterium,
Actinomyces. Otros: Treponema pallidum, Borrelia spp. Y Leptospira.
Aminopenicilinas:
Tienen igual actividad que la penicilina G sobre bacterias Gram. positivas y mayor
efectividad sobre Gram. negativas. Restringido su uso en forma empírica en infecciones producidas
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por enterobacterias, H. influenzae, M. catharralis, S. aureus y N. gonorrheae.
Inhibidores de ß-lactamasas:
S. Aureus, H.influenzae, Moraxella catharralis, Bacteroides spp., N. Gonorrheae y
algunas enterobacterias.
Penicilinas antipseudomonas:
Pseudomonas, citrobacter spp., Neisseria spp., Klebsiella spp., Serratia spp., Neiseria
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spp., Haemophilus spp., y Acinetobacter spp.
Otros β-lactámicos
Imipenem y meropenem: Acinetobacter spp., Citrobacter spp., Enterobacter spp., E.
Coli, H
influenzae, Klebsiella spp., Pseudomona aeruginosa, Bacteroides spp., Fusobacterium spp.,
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estreptococos anaerobios, enterococo, S. Aureus meticilino sensible.
Monobactams:
Escherichia Coli, Klebsiella, Serratia marcescens, Proteus, Salmonella, Haemophilus
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Influenzae, Neisseria Gonorrhoeae y Pseudomonas Aeruginosa
Cefalosporinas
Cefalosporinas de 1era Generación: S. Pyogenes, S. aureus y otros G+ (excepto cepas
meticilino resistentes). También E.coli, Proteus, Klebsiella. Anaerobios de la cavidad bucal (no
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B.fragilis)
Cefalosporinas de 2da Generación: Más activas que c/E.Coli, cubren además: H.
Influenzae, Moraxella, la actividad para neumococo y S.aureus varía entre los distintos fármacos:
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cefuroxima es activa, el resto no.
Cefalosporina de 3era Generación: H. Influenzae, M. Catharralis productoras de ß-
lactamasa, grupo HACEK, N. meningitidis y gonorrheae, enterobacterias, Streptococcus pyogenes,
estreptococcus del grupo B, estreptococcus del grupo viridans, S. Pneumoniae, peptococcus y
peptoestreptococcus, estafilococo meticilino sensibles, Clostridium sppa., Fusobacterium spp.,
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Shigella spp., Salmonella spp.
El porcentaje de resistencias varía de unos sitios a otros, incluso dentro de un mismo país, por lo que es
importante conocer los datos de sensibilidad locales antes de tomar la decisión de modificar el criterio general
de tratamiento
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CARACTERÍSTICAS FARMACOCINÉTICAS
PENICILINAS
Las propiedades farmacocinéticas de los productos individuales se exponen en la Tabla: 1 que está a
continuación.
Generalidades del grupo: después de que son ingeridas, se absorben y distribuyen ampliamente por
todo el cuerpo, alcanzan rápidamente concentraciones en terapéuticas en tejidos y en secreciones como
líquido sinovial, pleural, pericárdico y bilis. Solo cifras pequeñas se detectan en secreciones prostáticas, tejido
encefálico y líquido intraocular, tampoco penetran a los fagocitos vivos en grado significativo. Su concentración
es del 1% aproximadamente en LCR con las meninges normales, aumentando hasta un 5% si hay inflamación de
las mismas.
Son eliminadas con rapidez particularmente por filtración glomerular y secreción tubular renal, de modo
que su vida media en el organismo es breve, con lapsos de 30-90 minutos, por lo que resultan grandes las
concentraciones de dichos fármacos en la orina.
CEFALOSPORINAS:
metabolitos poseen menor actividad antimicrobiana que los compuestos originales, dichos metabolitos
también se excretan por riñones.
Algunas penetran en el LCR en concentración suficiente; incluyen cefuroxima, cefotaxima, ceftriaxona,
cefepima. También cruzan la placenta; aparecen en concentraciones altas en los líquidos sinoviales y
pericárdico. La penetración en el humor acuoso del ojo es relativamente adecuada después de administración
sistémica de los compuestos de la 3ra. Generación, pero es poca la penetración en el humor vitreo. Las
concentraciones en la bilis suelen ser importantes y la mayor es la de cefoperazona.
CARBAPENEMES
Las características farmacocinéticas de cada fármaco se exponen en la tabla: 3
Generalidades del grupo: El imipenem es hidrolizado por una dipeptidasa que se encuentra en las
células del túbulo proximal renal y rompe su anillo R-lactámico dando lugar a un metabolito inactivo que se
elimina por orina; pero con la administración simultánea de cilastatina, inhibidor de la dipeptidasa, aumenta la
recuperación urinaria de imipenem en forma activa hasta el 70% aproximadamente. Meropenem no requieren
la asociación con cilastatina.
MONOBACTÁMICOS
Las características farmacocinéticas de cada fármaco se exponen en la tabla: 4
El aztreonam se administra sólo por vía parenteral, ya que su absorción gastrointestinal es muy errática.
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Su distribución es muy amplia y su eliminación es renal y hepática (excreción biliar) en una relación de 2: 1.
Relación farmacocinética/farmacodinamia
Tener en cuenta, que mientras más tiempo penicilinas, cefalosporinas y monobactámicos se encuentren
en concentraciones superiores a la CIM para el germen responsable en el lugar de la infección será lo que
determinará la respuesta al tratamiento (efecto dependiente del tiempo).
Esto está relacionado, con la duración del efecto postantibiótico que, aunque en las bacterias
grampositivas puede prolongarse durante 2-3 horas, en las gramnegativas es muy corto. Esto justifica la buena
evolución, en pacientes, con administración de ATB en infusión continua y cuando es intermitente, la necesidad
de administrar varias dosis al día.
El intervalo, depende de la semivida de eliminación correspondiente a cada derivado.
En cambio, en los carbapenemes, su actividad bactericida es dependiente de la concentración, y se ha
demostrado un efecto postantibiótico significativo tanto sobre bacterias grampositivas como gramnegativas.
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REACCIONES ADEVERSAS
PENICILINAS
1. Reacciones de hipersensibilidad:
a. de aparición inmediata (2-30 min.),
b. acelerada (1-72 horas) o
c. tardías (>72 hs)
2. De gravedad variable, desde erupciones cutáneas hasta reacción anafiláctica
inmediata a su inyección. Su incidencia es del 1-5% incluyendo desde las formas más leves hasta las
más graves; sin embargo, las reacciones anafilácticas sólo aparecen en el 0,2% de los pacientes, siendo
mortales en el 0,001% de los casos.
3. Alteraciones cutáneas, de tipo maculopapular
4. Diarrea
5. Aumento reversible de las transaminasas
6. Ocasionalmente anemia, neutropenia, alteraciones de la función de las plaquetas.
7. Hipopotasemia
8. Reacción de Jarisch-Herxheimer, cuando se usa penicilina u otro R-lactámicos para
Sífilis (4)
9. Nefritis intersticial
10. Encefalopatía, cuando alcanzan concentraciones elevadas en LCR, mayor
probabilidad si existe insuficiencia renal
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CEFALOSPORINAS:
1. Reacciones de hipersensibilidad son las más comunes y pueden ser cruzadas con las
penicilinas; se ha descrito el 5-10% de reacciones a las cefalosporinas en pacientes alérgicos a las
penicilinas. Las manifestaciones clínicas son idénticas a las producidas por penicilinas.
2. Nefrotoxicidad
3. Por vía parenteral pueden producir dolor localizado en inyección IM y tromboflebitis
por vía IV.
4. Intolerancia al alcohol, con cefoperazona.
5. Alteraciones en la hemostasia: mas frecuente y grave con cefoperazona que se evita
parcialmente mediante la administración simultánea de vitamina K.
6. Diarrea, colitis pseudo membranosa
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7. Encefalopatía semejante a la de las penicilinas.
8. Síntomas de colecistitis: por la formación de precipitados biliares con el uso de
ceftriaxona.
9. Test de Coombs positivo.
(4)
10. Falsa glucosuria
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CARBAPENEMES
Producen escasa reacciones adversas.
1. Reacciones de hipersensibilidad
2. náuseas o vómitos: en la administración IV
3. convulsiones (imipenem) en dosis elevadas, en pacientes con insuficiencia renal, en
ancianos y con patología cerebrovascular.
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MONOBACTÁMICOS
La diferencia que existe en la estructura química de estos ATB, disminuye la posibilidad de
hipersensibilidad cruzada, por lo que no se ha descrito hasta ahora ni reacciones anafilácticas ni alteraciones
cutáneas tras la administración de aztreonam en pacientes con test cutáneos positivos a la penicilina.
APLICACIONES TERAPÉUTICAS
Es importante aclarar, que la aparición de resistencias no invalida el principio de que las penicilinas
deben constituir el tratamiento de primera elección en gran número de infecciones bacterianas que a
continuación se describen.
Infecciones ORL:
a) Amigdalitis Bacteriana
b) Profilaxis de la Fiebre Reumática
c) Otitis Media y sinusitis aguda
d) Sinusitis crónica
Infecciones respiratorias bajas:
a) Neumonía extrahospitalaria: el germen más frecuente es el S. pneumoniae, por lo
que las penicilinas son su tratamiento de elección, y si no hay respuesta al tratamiento, hay que
pensar en resistencias u otra etiología.
b) Neumonía Intrahospitalaria
c) Neumonías por aspiración
d) Bronquitis
Infecciones óseas y articulares
Infecciones cutáneas y de tejidos blandos
Infecciones del Sistema Nervioso
a) Meningitis
b) Absceso cerebral
Infecciones Urinarias
a) Extrahospitalarias, tracto inferior.
Infecciones Intestinales
Infecciones de las vías biliares
Endocarditis Bacteriana
a) Endocarditis estreptocóccica
b) Endocarditis por Enterococcus faecalis
c) Endocarditis por S. aureus
d) Endocarditis por S. Epidermidis
e) Profilaxis de la endocarditis bacteriana
Infecciones dentarias
Profilaxis Quirúrgica
Otras Infecciones:
La penicilina G es también el ATB de elección en las infecciones producidas por los siguientes Gérmenes:
Corynebacterium diphtheriae
a) Clostridium tetan
b) Clostridium perfringes
c) Listeria Monocytogenes
d) Actinomices israelí
Finalmente, hay que tener en cuenta que los β-lactámlcos son ATB de primera elección en todos los
procesos infecciosos producidos por bacterias sensibles.
La decisión de utilizar un derivado u otro se tomará teniendo en cuenta la clínica del paciente y los
correspondientes estudios bacteriológicos (cultivo, antibiograma, etc.) siempre que sea posible.
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MACROLIDOS
Historia
La eritromicina fue descubierta en 1952 por Maguire y colaboradores en los productos metabólicos de
una cepa de Streptomyces obtenida originalmente de tierra reunida en el archipiélago filipino. La claritromicina
y la azitromicina son nuevos derivados semisintéticos de la eritromicina (Alvarez-Elcoro y Enzler, 1999).
ACTIVIDAD ANTIBACTERIANA
CARACTERÍSTICAS FARMACOCINÉTICAS
La eritromicina base es inactivada rápidamente en el medio ácido del estómago, por lo que se ha
comercializado en comprimidos con cubierta entérica. Para su mejor biodisponibilidad se han preparado
diferentes sales (estolato, estearato, etilsuccinato o propionato) que son más estables en medio ácido. El
estearato de eritromicina se inactiva más lentamente en el estómago y se disocia en el duodeno, liberando la
base activa que es posteriormente absorbida. El etilsuccinato y el estolato son menos susceptibles al ácido que
el estearato, por lo que su absorción en el trato gastrointestinal es mucho más completa, siendo menos
afectada por la presencia de alimentos.
Absorción oral de los nuevos macrólidos es mejor que la de la eritromicina; la
biodisponibilidad de la claritromicina es más del doble y la de azitromicina 1,5 veces mayor.
La existencia de alimentos en el estómago influye en forma variable sobre la absorción de los
macrólidos, pues mientras que en el caso de azitromicina se reduce hasta valores que pueden llegar a ser del
50%, la absorción oral de claritromicina mejora en el estómago lleno lo que está relacionado, al menos en
parte, con una mayor estabilidad en el medio ácido.
La máxima concentración plasmática (Cmax) se alcanza con cualquiera de los macrólidos 1,5-3 horas
después de su administración por vía oral y es importante señalar que ésta es significativamente más baja tras
la administración de azitromicina, lo que se debe a su rápida distribución tisular.
Distribución: es amplia, en todo el organismo: concentraciones de azitromicina en la
próstata, amígdalas, pulmón (vida media de 2-4 días), riñón y mucosa gástrica son 10-100 veces
superiores a las concentraciones plasmáticas, siendo también superiores en los macrófagos alveolares,
en la mucosa bronquial y en esputo.
La eritromicina en macrófagos alveolares llega a alcanzar concentraciones 9-23 veces mayores en
interior de las células que en el líquido extracelular y en los leucocitos polimorfonucleares, 4-24 veces mayores,
importante en tratamiento de infecciones producidas por bacterias intracelulares.
Asimismo el hecho de que la concentración plasmática de un ATB se reduzca hasta niveles inferiores a la
CIM para una determinada bacteria, aunque la concentración tisular permanezca elevada puede representar
un inconveniente importante en el tratamiento de las bacteriemias.
Escaso acceso al LCR en general para los macrólidos en condiciones normales, sin embargo, la
concentración que alcanzan algunos en el tejido cerebral puede ser mucho mayor, lo que podría explicar su
utilidad en la toxoplasmosis cerebral, como se ha comprobado experimentalmente en el tratamiento con
azitromicina de esta enfermedad en ratones.
REACCIONES ADVERSAS
Presentan escasa toxicidad, siendo uno de lo más seguros de los que se utilizan en terapéutica.
Eritromicina: dolor abdominal, a veces muy intenso, a veces con náuseas, vómitos y/o diarrea; en dosis
altas o cuando se administra a personas de edad avanzada o en pacientes con insuficiencia renal, tanto por vía
oral como parenteral, puede producir sordera (también con el uso de azitromicina, aunque tarda más en
aparecer y dura más tiempo), que a veces va precedida de vértigo o acúfenos. El efecto se caracteriza por su
rápida instauración y su desaparición igualmente rápida cuando se suspende el tratamiento.
Azitromicina: diarrea (3,6%); náuseas (2,5%) entre los efectos adversos más frecuentes; también,
cefalea, vértigo (1,3%) y aumento de las transaminasas (1,5).
INTERACCIONES FARMACOLÓGICAS
Los macrólidos pueden producir interacciones con otros fármacos por reducir su metabolismo hepático
por las enzimas del citocromo P-450.
La capacidad potencial para producir interacciones es variable para los diferentes grupos de macrólidos:
Grupo 1 (Elevada): Eritromicina.
Grupo 2 (Baja): Claritromicina, Roxitromicina, Josamicina.
Grupo 3 (Sin capacidad): Azitromicina, Espiramicina.
Se han descrito interacciones relevantes con repercusión clínica importante cuando se administran
macrólidos junto a derivados ergotamínicos, anticonceptivos orales, carbamazepina y teofilina (reducción en el
aclaramiento de ambas, con claritromicina especialmente), cafeína, lovastatina, algunas benzodiacepinas,
disopiramida, warfarina, metilprednisona, alfentanilo, ciclosporina, digoxina, terfenadina, midazolam,
bromocriptina.
(4)
Aumenta los niveles de: colchicina, cisapride, fenitoína.
Por lo dicho anteriormente:
los macrólidos incluidos en el grupo 1 deben ser evitados en pacientes que requieran
tratamiento simultáneo con otros fármacos metabolizados por enzimas del citocromo P-450.
deben asociarse con precaución o asociarse sólo si es imprescindible, los macrólidos del grupo
2, vigilando la posibilidad de interacción y, si es necesario, reduciendo la dosis del fármaco cuyo
metabolismo puede ser inhibido.
la posibilidad de interacciones es muy baja si se utilizan los macrólidos del grupo 3.
APLICACIONES TERAPÉUTICAS
Los macrólidos se caracterizan por ser ATB de primera elección en un escaso número de infecciones,
siendo sin embargo numerosas sus indicaciones como alternativa a las penicilinas, especialmente en pacientes
alérgicos a ellas.
neumonía por Legionella pneumophila y Mycoplasma pneumoniae,
tos ferina,
difteria y gastroenteritis por Campylobacter jejuni. Como alternativa a las tetraciclinas en las
infecciones por Chlamydia trachomatis, como alternativa a las tetraciclinas, especialmente
cuando estas están contraindicadas (niños menores de 8 años y embarazadas).
profilaxis en cirugía colorrectal
infecciones por Moraxella Catarrhalis, Eikenella corrodens, Listeria monocytogenes.
Tener en cuenta:
Los macrólidos son un grupo de antibióticos cuyo uso en clínica ha aumentado notablemente en los
últimos años, debido especialmente a la aparición de derivados con mejor tolerancia y demostrada eficacia
clínica (ver resúmenes de estudios más adelante) de actividad antibacteríana más amplia que la eritromicina.
es un tratamiento de primera elección en muchas infecciones, especialmente para gérmenes
grampositivos, en paciente alérgicos a penicilina
son antibióticos con actividadsobre un número importante de bacterias.
"POR LO DICHO ANTERIORMENTE, SE ACONSEJA UN USO MODERADO DE LOS MISMOS PARA EVITAR LA
SELECCIÓN DE CEPAS BA CTER/ANAS RESISTENTES"
TETRACICLINAS
ACTIVIDAD ANTIINFECCIOSA
Activa frente a gram negativos como N. Gonorrheae, Haemophilus ducreyi, H. Influenzae, Yersinia
pestis, Francisella tularensis, Vibrio cholerae, Brucella spp., E. coli, Klebsiella spp., Enterobácter spp., Shigella
spp., Generalmente S. pyogenes, S. pneumoniae son sensibles. Otros susceptibles: Rickettsia, Chlamydia spp.,
Mycoplasma spp., Ureaplasma spp., Treponema pallidum, Fusobacterium spp., Actinomyces spp., Bacillus
(4)
anthracis, Propionibacterium acnes, Plasmodium Falciparum, Balantidium coli.
No existen diferencias notables en la actividad de los diferentes componentes de es familia aunque la
minociclina y la doxiciclina presentan, en general, mayor actividad.
CARACTERÍSTICAS FARMACOCINÉTICAS
La absorción: primeras porciones del intestino delgado, (30-70%), con excepción de las
tetraciclinasde acción prolongada que se absorben en gran cantidad (90%); alcanzan la Cmáx
(concentración máxima) entre 1 y 3 horas después de la administración. Es interferida con la
administración conjunta de calcio, magnesio, manganeso, aluminio, cinc o hierro.
Su absorción puede interferirse de forma notable si se administran junto con alimentos u otras
sustancias que contengan cationes divalentes o trivalentes: calcio, magnesio, manganeso, aluminio, cinc o
hierro.
Pueden ser frecuentes y graves, la mayor parte de ellas puede relacionarse con su mecanismo de acción
y efectos farmacológicos (superinfección) o con su capacidad de fijarse a determinados tejidos (huesos,
dientes, hígado y riñón)
Aparato digestivo, las más frecuentes son náuseas, vómitos y ardor epigástrico,
alteraciones en las mucosas oral y faríngea, coloración negra de la lengua relacionada con
superinfección micótica. Úlceras esofágicas por su disolución y dispersión en el esófago, por lo que se
debe recomendar su ingesta con abundante agua, diarreas por superinfección por Staphylococcus,
Enterococcus, levaduras e incluso casos aislados de colitis seudomembranosa. Excepcionalmente,
degeneración grasa del hígado de comienzo y evolución súbitos, que pueden provocar hasta la
muerte, más característico en embarazadas y niños, aparentemente relacionada con concentraciones
elevadas de los fármacos.
riñón y medio interno: equilibrio nitrogenado negativo, efecto antianabólico, lo
que manifiesta mayor cuidado en paciente con Insuficiencia renal. Con fecha de caducidad cumplida
pueden provocar un síndrome de Lignac-De Toni-Fanconi.
huesos y dientes: se depositan, especialmente si se encuentran en fase de desarrollo,
pueden interferir en la osteogénesis. Los depósitos en el diente, parece que son irreversibles,
producen manchas amarillentas o marrón si se administran durante el embarazo, especialmente a
partir del 3er mes hasta el momento en que se produce la calcificación completa de los dientes en el
niño, a los 7-8 años, pero los de hueso pueden desaparecer a medida que progresa la remodelación
de este tejido.
En piel y mucosas: fotosensibilidad, es muy frecuente y aunque su intensidad suele
ser leve, con eritema, y edema, a veces puede cursar con urticaria, pápulas, exfoliación, reacción
liquenoide, etc.
Ocasionalmente onicolisis y decoloración ungueal, que aparece luego de unos días de la exposición solar
y siempre precedida de las lesiones cutáneas.
Poco frecuentes: exantema morbiliforme, urticaria, eritema exudativo multiforme, vesículas y erupción
fija. Minociclina: 48 hs después del inicio del tratamiento, náuseas, vómitos, anorexia, dolor abdominal,
irritabilidad, ataxia y mareos, cede al suspender el tratamiento.
La administración por vía IM resulta muy dolorosa y por vía IV puede producir tromboflebitis.
INTERACCIONES:
Antagonizan el efecto de los ATB bactericidas, especialmente β-lactámicos.
APLICACIONES TERAPÉUTICAS
Indicaciones:
Brucelosis
Cólera
Infecciones por Clamidias: Uretritis no gonocócica, enfermedad inflamatoria pélvica,
epididimitis, linfogranuloma venéreo, psitacosis, tracoma, conjuntivitis por inclusión y
queratoconjuntivitis.
Granuloma inguinal, sífilis
Infecciones por rickettsias
Neumonías atípicas producidas por Mycoplasma pneumoniae, Chlamydia
Francisella y Legionella.
Fiebre recurrente, Melioidosis, peste bubónica, enfermedad de Lyme, leptospirosis
Alternativa en Acné grave, actinomicosis, ántrax, Angina de Vincent, enfermedad de Whipple,
gastroenteritis por Yersinia enterocolítica y Campylobacter Jejuni, Esprue tropical, Tularemia.
Dosificación:
La doxiciclina por vía oral se administra a dosis de 100 mg cada 12 horas el primer día, y 100 mg 1 o 2
veces al día en días sucesivos según la gravedad de la infección. En niños mayores de 8 años y peso inferior a 45
Kg., la dosis es de 2,2 mg/Kg., con la misma secuencia que en los adultos.
La minociclina por vía oral en adultos se administra en dosis de 200 mg el primer día, seguidos de 100
mg cada 12 horas o 50 mg cada 6 horas en días sucesivos. La unidad en los niños es de 2 mg/kg.
Recordar:
NO, deben utilizarse durante el embarazo, ni en niños.
Deben emplearse con gran precaución cuando exista insuficiencia renal, donde debe
considerarse la elección de la doxiciclina por ser el único fármaco de ésta familia que no requiere
modificación de la posología.
QUINOLONAS
MECANISMO DE ACCIÓN
Esencialmente este grupo produce un efecto bactericida. Penetran en las bacterias a través de las
porinas, no afectándoles la integridad de la pared celular. Ya dentro de la célula inhiben una enzima que
prepara el ADN para la transcripción, la ADN-girasa. Ésta enzima está compuesta de cuatro subunidades (dos A
y dos B) y es la responsable del enrollamiento de las bandas de ADN, por lo tanto las quinolonas interfieren en
la síntesis del ADN, dependiente del ATP y catalizada por la girasa; esta enzima es también responsable de
otras actividades necesarias para la integridad del ADN, como son la unión y separación de las bandas que lo
componen y la hidrólisis del ATP, que por lo tanto también serán alteradas.
Las Quinolonas además, a concentraciones mayores que las necesarias para inhibir la ADN-girasa
pueden inhibir la topoisomerasa II, enzima cuya secuencia de aminoácidos presenta homología con la girasa y
cuyo papel es también de gran importancia en la reacción de superenrollamiento del ADN. Recientemente se
ha comprobado la acción del ácido oxolínico y el norfloxacina sobre la topoisomerasa IV de E. coli Estos
fármacos no modifican la estructura de los cromosomas humanos, ya que la topoisomerasa II de las células
humanas está formada únicamente por 2 subunidades en lugar de cuatro.
La acción bactericida se observa principalmente en el caso de las fluorquinolonas, siendo además
bifásica: para cada quinolona existe una concentración bactericida máxima por encima de la cual la actividad
disminuye, pero que vuelve a aumentarse si se incrementa más la concentración. Esta característica parece que
se explica por el hecho de que con ciertas concentraciones la acción bacteriostática impide la síntesis de
proteínas que participan en la acción bactericida.
También disminuye la actividad bactericida si previamente se ha inhibido la síntesis de proteínas en las
bacterias; por ello, no es recomendable su utilización conjunta con sustancias que inhiban la síntesis proteica o
el ARN bacteriano (rifampicina y cloranfenicol), ya que puede reducirse de forma significativa la actividad
bactericida.
ACTIVIDAD ANTIBACTERIANA
Son activas frente:
Escherichia col. Salmonella, Shigella, Enterobacter, Haemonhilus influenza:, Camnvlobactei, Neisseri,
Pseudomonas aerueinosí, Enterococcui, neumococos, Staohy/ococcus aureus resistente a meticilina, Chlamydk,
Mvconlasmí, Legionell, Bruceik, Micobacterium tuberculosa, Treponema pallidum, Serratia, Moraxella
catarrhaii,
La duración del efecto postantibiótico para las quinolonas varía entre 1 y 2 horas, aumentando con el
incremento de la concentración plasmática y el tiempo de exposición a estos antibióticos.
Resistencia bacteriana
Las resistencias que presentan las bacterias frente a este grupo de quimioterápicos son cruzadas entre
las de la primera generación y parece serlo también entre las fluorquinolonas entre sí. Pero no parece que
exista resistencia cruzada entre ambos grupos ni con otros quimioterápicos y antibióticos.
Las quinolonas de primera generación presentan resistencias de tipo cromosómico que se deben a
impermeabilidad o a mutación de la enzima sobre la actúan. Existe resistencia cruzada entre los ácidos
nalidíxico y oxolínico, aunque muchas cepas continúan siendo sensibles al pipemídico por no afectar a este
último la impermeabilidad de los otros.
En la práctica clínica se han observado resistencias en un solo escalón que al parecer se deben a la
utilización de dosis insuficientes.
En las fluorquinolonas, las resistencias por plásmidos son raras. Las más importantes clínicamente son
de tipo cromosómico, debidas a modificación enzimática de la subunidad A de la girasa o a la impermeabilidad
probablemente originada por modificarse los lipopolisacáridos de la pared celular de la bacteria, con lo que se
alterarían las porinas e impedirían la entrada en la bacteria del quimioterápico. Las resistencias por
alteraciones de la permeabilidad son más frecuentes en el caso de Klebsiella, Enterobacter, Serratia y
Pseudomonas.
Con la comercialización y el uso probablemente abusivo de las modernas fluorquinolonas se ha
observado un notable incremento de las resistencias, especialmente en bacilos gramnegativos. Por lo tanto
debemos considerar de forma muy rigurosa las indicaciones de estos quimioterápicos.
CARACTERÍSTICAS FARMACOCINÉTICAS
Dichas características están en la TABLA: 8 a continuación.
Ahora haremos mención algunos puntos importantes para tener en cuenta a la hora de la prescripción
de las Quinolonas y que escapan al formato de una tabla:
Los alimentos no interfieren con la absorción de las quinolonas en general, pero sí
pueden retrasar el tiempo para alcanzar la concentración plasmática máxima.
La absorción de la levofloxacina es interferida por sales de aluminio o magnesio, por
lo que deben administrarse en tiempos diferentes.
Las antiguas quinolonas alcanzan niveles plasmáticos insuficientes y de corta duración, por lo que no son
eficaces para el tratamiento de infecciones sistémicas.
Por escaso porcentaje de unión a proteínas por parte de la mayoría, el bajo grado de ionización y la
elevada solubilidad en agua que favorecen su transporte al territorio extravascular, alcanzando
concentraciones incluso superiores a las plasmáticas en:
mucosa bronquial,
gástrica,
riñón,
pulmón y
líquido sinovial
La concentración que logran en esputo, piel, músculo, útero o saliva es superior al 50% de la plasmática,
siendo sólo inferiores las concentraciones en LCR, grasa y ojo.
Como consecuencia de la concentración que las fluorquinolonas alcanzan en macrófagos y leucocitos
polimorfonucleares, en los tejidos infectados estos antibióticos se encuentran en niveles que superan los
plasmáticos y los de los mismos tejidos en condiciones normales.
Atraviesan la placenta y se concentran en el líquido amniótico.
Se eliminan por la leche, deben evitarse durante la lactancia.
Metabolismo hepático: diferencias notables; ofloxacina, levofloxacina y gatifloxacina son prácticamente
eliminadas sin modificar por orina.
Ciprofloxacina y norfloxacina se eliminan parcialmente por metabolismo hepático y parcialmente por el
riñón. En el hígado, la biotransformación ocurre por reacciones de oxidación en las que intervienen enzimas del
sistema citocromo P-450, o mediante reacciones de conjugación. Tanto los metabolitos como el fármaco sin
modificar pueden encontrarse en la orina y en la bilis; algunos sufren circulación enterohepática,
encontrándose en las heces en concentraciones elevadas.
El aclaramiento renal del norfloxacina, ciprofloxacino, ocurre por filtración glomerular y secreción
tubular activa.
Las fluorquinolonas son poco dializables. La insuficiencia renal prolonga la semivida de eliminación,
siendo necesario en ocasiones reducir la dosis o ampliar el intervalo de administración.
Se requiere una reducción de la dosis habitual a la mitad o duplicar el intervalo entre dosis, cuando Cl Cr
(clearence de creatinina) es inferior a 50ml/min. para ofloxacina; norfloxacina, ciprofloxacino, gatifloxacina y
sólo necesitan modificación de la dosis en los pacientes con ClCr inferior a 30ml/min. y no requieren
modificación ácido nalidíxico, moxifloxacina y pefloxacina. La hemodiálisis y la diálisis peritoneal reducen poco
la concentración plasmática de las quinolonas.
REACCIONES ADVERSAS
La incidencia general de efectos adversos es baja (8-10%) en su mayoría de carácter leve.
Gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea, dispepsia o dolor abdominal, incremento
asintomático de las transaminasas.
Hematológicas más frecuentes: leucopenia, eosinofilia o trombocitopenia. Ácido nalidíxico,
casos de depresión medular. En pacientes con déficit de glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa (G-6-PD)
pueden producir anemia y hemólisis.
Riñón: aumento de la creatinina sérica, cristaluria, sobre todo en orina alcalina.
Neurológicas: mareos, cefalea, alucinaciones, convulsiones, ansiedad, reacciones maníacas
o psicóticas, insomnio y parestesias (especialmente en enfermos predispuestos), hipertensión
intracraneal (ác. nalidíxico) en niños pequeños.
Reacciones alérgicas: prurito y urticaria.
Visión: más frecuentes con ác. Nalidíxico: visión borrosa, diplopía, fotofobia y anomalías en
la percepción del color o de la acomodación.
Otras: artropatía, lo que podría confirmar la toxicidad articular observada en animales,
tendinitis, mayor frecuencia en el tendón de Aquiles.
Deben evitarse en las siguientes situaciones:
En niños y adolescentes por estar en período de crecimiento.
En el embarazo, especialmente, durante el primer trimestre y el último mes.
En insuficiencia hepática grave
En insuficiencia renal grave
Ancianos
Pacientes con lesiones en el SNC
En pacientes con antecedentes de sensibilización.
INTERACCIONES:
Ciprofloxacino reduce el aclaramiento de teofilina entre el 20 y el 50%, aumentando sus niveles
plasmáticos y su toxicidad; sin embargo, el norfloxacina, el ofloxacina y el ác, nalidíxico no producen este
efecto. Junto a ciclosporina, aumento de los niveles plasmáticos de la misma.
Dicho incremento en los niveles plasmáticos, puede explicarse por una inhibición de tipo competitiva
sobre el sistema citocromo P-450 en el hígado.
Reducen su absorción: sales de magnesio, aluminio, el sucralfato y probablemente, los antagonistas H2.
Convulsiones: en asociaciones con foscarnet o con algún AINE, sobre todo fenbufeno.
Torsades de pointes: en asociación con antiarrítmicos del tipo procainamida o amiodarona.
APLICACIONES TERAPÉUTICAS
Quinolonas de primera generación
ANEXO
Clasificación de teratogenicidad establecida en todo el mundo, elaborada por la Food and Drug
Administraron de EE.UU. en función del tipo de estudios realizados y de la información disponible y que
es renovada periódicamente. La clasificación se establece en 5 categorías (A,B,C,D,X):
Categoría A (sin riesgos aparentes): medicamentos que no tienen efecto nocivo sobre
el feto tal como se ha demostrado en estudios controlados. Pueden usarse.
Categoría B (sin riesgos informados): son medicamentos que no han demostrado
riesgo para el feto en la experimentación animal, aunque no existe información en la mujer
embarazada.
Categoría C (riesgo demostrado): en la experimentación animal ha mostrado un
efecto adverso sobre el feto pero no existen estudios adecuados en la mujer embarazada. Sólo deben
usarse cuando los beneficios potenciales justifiquen los posibles riesgos fetales.
Categoría D (riesgo demostrado): existen pruebas de riesgo fetal en la embarazada.
Los beneficios terapéuticos para la madre pueden sobrepasar el riesgo de emplearlos cuando existen
situaciones que amenazan la vida de la mujer o existe enfermedad grave.
Categoría X (contraindicados): existe evidencia de riesgo fetal en el ser humano. El
riesgo sobrepasa cualquier beneficio
BIBLIOGRAFÍA
1- Florez J. Farmacología Humana
2- Reese, R.E., Betts, R.F. A practical approach to infectious diseases. Boston: Little, Brown 1991
3- Goodman & Gilman A. Las bases farmacológicas de la terapéutica. Vol II. Décima Edición.
Editorial Mc Graw-Hill Interamericana. 2003. méxico
4- Confederación Médica de la República Argentina. Formulario Terapéutico Nacional. Editorial
COMRA. i0ma edición.
5- http://www.fao.org/docrep/007/y5468s/y5468s0g (acceso Abril 2009)
6- Valcesia M. B-Lactámicos. http://med.unne.edu.ar/catedras/farmacologia/clas4to/19
cefalosporinas05 (acceso abril 2009)
7- Pascuzzo - Lima C. Farmacología Básica 2008. (acceso Abril 2009)
Autores
Aguirre, Jorge.
Roitter, Claudia.
López, Ana.
Garcia, Adelaida.
Cecchetto, Eugenio.
Bernet, Jorgelina.
Apóstolo, Agostina.
Caneiro, Alicia.
Gilardenghi, Luciano.
Gomez, Silvina.
Herrando, Pablo.
Manchado Bruno, Agustín.
Muhlberger, Adrián.
Ontiveros, Celeste.
Perea, Hernán.
Pinela, Gustavo.
Racca, Federico.
Año 2014