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IGLESIA PENIEL, PAMPLONA – NORTE DE SANTANDER, COLOMBIA 2018

Escuela sabática 13 de octubre de 2018


DANIEL: historia, pruebas y fidelidad
Introducción:
La vida de Daniel es una ilustración inspirada de lo que constituye un carácter santificado.
Presenta una lección para todos y especialmente los jóvenes. Un estricto cumplimiento de
los requerimientos de Dios es beneficioso para la salud del cuerpo y de la mente (La
Educación Cristiana, pág. 268).
Daniel se propuso en su corazón no adoptar las costumbres de las cortes reales; no quiso
comer de las viandas del rey ni beber de su vino; buscó en Dios fuerza y gracia, y Dios le dio
sabiduría, capacidad y conocimiento sobre los astrólogos, magos, y hechiceros del reino. En
él se verificó la promesa: "Yo honraré a los que me honran." (1 Sam. 2: 30.) – JT 2, PAG. 70

Himno inicial: - 513, honra al hombre de valor

Oración:

Lectura bíblica:
Si los israelitas hubiesen seguido las instrucciones dadas y sacado provecho de sus ventajas,
hubiesen llegado a ser una lección objetiva para el mundo, por su salud y su prosperidad.
Los israelitas no realizaron el propósito divino y perdieron así las bendiciones que les eran
reservadas. Sin embargo, en José y en Daniel, en Moisés y en Elías, como en otros muchos
casos, tenemos nobles ejemplos de los resultados que pueden obtenerse viviendo
conforme a las verdaderas normas. La misma fidelidad producirá hoy día los mismos
resultados. A nosotros se aplican estas palabras: (1 Ped. 2: 9).

Vida y educación de Daniel


Los padres de Daniel lo habían educado en su infancia en hábitos de estricta temperancia.
Le habían enseñado que debía obedecer las leyes de la naturaleza en todos sus hábitos; que
sus hábitos de comer y beber ejercían una influencia directa sobre su naturaleza física,
mental y moral, y que era responsable delante de Dios por sus actitudes; porque las poseía
como un don de Dios, y por ningún motivo debía empequeñecerlas o invalidarlas. Como
resultado de esta enseñanza, la ley de Dios fue exaltada en su mente y reverenciada en su
corazón. – conducción del niño, pág. 158.
Misionero:

Durante los primeros años de su cautiverio, Daniel pasó por una prueba que debía
familiarizarlo con la grandeza de la corte, con la hipocresía y el paganismo. ¡En verdad era
una extraña escuela para capacitarlo para la vida de sobriedad, trabajo y fidelidad! Y, sin
embargo, vivió sin corromperse por la atmósfera de mal con la cual estaba rodeado. –
conducción del niño, pág. 158.
Marcando el rumbo:
IGLESIA PENIEL, PAMPLONA – NORTE DE SANTANDER, COLOMBIA 2018

En el momento de la prueba
Daniel y sus compañeros gozaron precozmente de los beneficios de la correcta educación y
enseñanza, pero estas ventajas solas no habrían podido hacer de ellos lo que fueron. Llegó
el tiempo cuando debieron obrar por sí mismos, cuando su futuro dependió de su propia
conducta. Entonces decidieron ser fieles a las lecciones recibidas en su infancia. El temor de
Dios, que es principio de la sabiduría, fue el fundamento de su grandeza. El Espíritu de Dios
fortaleció cada propósito genuino, cada noble resolución (Manuscrito 132, 1901).

Ofrenda musical:
En la historia de Daniel y sus compañeros, vemos cómo la áurea cadena de la verdad puede
ligar a la juventud al trono de Dios. Valoraron el favor de Dios por encima del favor y la
alabanza de los príncipes, y Dios los amó y los cobijó bajo su escudo. El Señor los honró
señaladamente delante de los hombres por su fiel integridad, por su determinación a
honrar a Dios por encima de todo poder humano. Hasta en la corte del rey, en sus palabras,
en sus hábitos, en sus prácticas, confesaron su fe en el Señor Dios del cielo. Rehusaron
inclinarse ante cualquier mandato terrenal que detrajera el honor de Dios. Deberíais estar
preparados para seguir el ejemplo de estos nobles jóvenes. No os avergoncéis jamás de
vuestra bandera; tomadla y desplegadla a la mirada de los hombres y los ángeles. Por la
elección de vuestras palabras y una conducta consecuente, por vuestra corrección, vuestra
ferviente piedad, haced una profesión eficaz de vuestra fe, decididos a que Cristo ocupe el
trono en el templo del alma, y poned vuestros talentos sin reservas a sus pies, para que
sean utilizados en su servicio. – MJ, 4.

¿Muy lejos el hogar está? Himno 476

Repaso de la lección: (sábado, domingo, lunes), (martes y miércoles) y (jueves y viernes)

Conclusión:
LA EXPERIENCIA de aquellos que trabajaron para Dios en generaciones pasadas, tiene
lecciones que debemos aprender los que vivimos en este tiempo. Cuán poco conocemos los
conflictos, las pruebas y las labores que soportaron estos hombres mientras se equipaban
para hacer frente a los ejércitos de Satanás. Poniéndose toda la armadura de Dios, fueron
capaces de hacer frente a las astucias de Satanás. Estos hombres que en tiempo pasado se
entregaron a Dios y al engrandecimiento de su causa eran tan firmes en los principios como
el acero. Eran hombres que no decaían ni se desanimaban; hombres que, como Daniel,
estaban llenos de reverencia y celo por Dios, llenos de propósitos y aspiraciones nobles.
Eran tan débiles e impotentes como cualesquiera de los que hoy están ocupados en la obra,
pero ponían toda su confianza en Dios. Tenían riqueza, pero consistía ésta en la cultura de
la mente y el alma. Y puede tenerla cualquiera que dé a Dios el primero, el último y el mejor
lugar en todas las cosas. – MJ, 6.

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