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Helenismo en ética

Sociedad ateniense.

Las fuentes principales para el conocimiento de la filosofía de Sócrates son los diálogos
de Platón, varias obras de Jenofonte (Memorables, Apología, el Banquete y
Económico),
algunas comedias de Aristófanes (especialmente las Nubes) y Aristóteles (sobre todo,
la
Metafísica y la Ética a Nicómaco). Los dos primeros testimonios —aunque diversos—
pertenecen a discípulos en los que la admiración y simpatía por el maestro son
evidentes.
No así en el caso de Aristófanes que, aunque contemporáneo, vio al filósofo ateniense
con ojo crítico y burlón. Con Aristóteles, la distancia histórica es suficiente como para
impedir el apasionamiento de los testigos directos aunque no excesiva, lo que le
permitió
tener acceso a la enseñanza oral transmitida por antiguos discípulos.
El Sócrates platónico es el protagonista principal de casi todos sus maravillosos
diálogos
y en ellos se nos muestra un pensador profundo, irónico, lleno de vida y curioso hacia
todo lo que le rodea. Por el contrario, la visión que nos refleja Jenofonte, en un estilo
árido, es poco filosófica, humanamente menos atractiva y en apariencia más histórica.
La
critica cómica de Aristófanes, que inicia la tradición literaria de los filósofos como
personajes algo grotescos en su exterioridad y subversivos para el medio social, no
está
exenta de interés a pesar de su hostilidad manifiesta. De otra parte, las referencias
aristotélicas son puntuales, poco descriptivas, pero intentan sistematizar el legado
teórico
de Sócrates, es decir, fundamentalmente su contribución a la Ética.
¿Cuál de estas cuatro fuentes es desde un plano histórico suficientemente verídica?
¿O
acaso no ofrece garantía ninguna de ellas? Las respuestas, no sólo de los filósofos
sino
principalmente de los filólogos, cubren todo el espectro imaginable hasta incluir el
rechazo
global dejando reducido el tema a una mera leyenda socrática, imposible de descifrar.
En
general, desde un punto de vista filosófico. Platón sigue siendo el autor preferido —y
ello
a pesar de las muchas reservas que la crítica histórica ha formulado—. Los breves
análisis de Aristóteles siguen estimándose asimismo como apreciaciones básicas para
el
estudio del tema. Un crítico ha llegado a escribir ingeniosamente, al referirse a las
fuentes, que casi nadie se atreve a montar la cuadriga y a conducir los cuatro caballos
al
mismo tiempo, en lugar de quedarse con uno sólo desechando los demás. Andrés
Martínez, La ética de Sócrates y su influencia en el pensamiento occidental.

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