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REPRODUCCIÓN VEGETATIVA: ACODO

El acodo o amorgonamiento es un método artificial de propagación vegetal, que


consiste en hacer posible la aparición de raíces, por medio del calor, de la humedad de
la tierra preparada y de incisiones o ligaduras en las ramas acodadas, formando nuevos
individuos. Como en toda reproducción vegetativa, los nuevos individuos son similares
genéticamente al progenitor.

Las ramas acodadas enraízan más fácilmente cuanto más efectiva sea la detención de la
savia. Todas las operaciones de acodadura se dirigen a detener y dirigir la savia a la
parte de la rama o ramas que se han de enraizar.

Aun cuando el acodo se practica en todas las épocas del año, el momento más adecuado
depende de la especie y sobre todo, del clima del lugar. El momento en que la planta
está en pleno desarrollo es el mejor, ya que entonces la savia está en movimiento y
promueve las hormonas que inducen la formación del callo de donde han de brotar las
raíces. La tierra con la cual se hace el acodo debe ser ligera y ha de conservar la
humedad, para lo cual puede cubrirse con mantillo u otra materia que ayude a
conservarla.

1.- Acodo aéreo.

Este tipo de acodado es el que se suele usar con


los árboles con mayor frecuencia, aunque también
se puede usar con arbustos y plantas. Se realizan
unos cortes en la corteza de una rama y se rodea
de sustrato, se embolsa y se deja un tiempo hasta
que se produce el enraizamiento. Azaleas y
camelia, acebos, higuera, laurel y algunos más se
pueden reproducir con este acodado.

Este tipo de acodo se realiza principalmente en árboles. A pesar de ello, hay muchos
arbustos, trepadoras y plantas de interior que lo admiten perfectamente, como por
ejemplo el Acebo, la Azalea o la Camella.
Época

La mejor época para el acodo aéreo es la primavera, aunque hay que tener en cuenta que
las plantas de interior, que viven en un ambiente templado o en invernaderos, pueden
acodarse casi en cualquier época del año.

Procedimiento

Se selecciona una rama que podamos eliminar sin afectar al aspecto estético de la
planta. Realizamos un anillo de corteza a unos 30 cm de la punta de la rama. Con un
cuchillo, efectuamos dos cortes paralelos (separados 1 centímetro) y extraemos con la
corteza que hay entre los cortes. A continuación, sobre la zona anillada, se le aplica
polvo de hormonas de enraizamiento para facilitar la propagación. Seguidamente,
cogemos un trozo de plástico transparente y rodeamos con él la ramita, atando con una
cuerda su parte inferior. Obtendremos como resultado una forma similar a la de un
cucurucho. Este cucurucho, que hemos formado con el trozo de plástico, se rellena con
turba rubia y se ata con una cuerda para que contacte perfectamente con el anillo de la
corteza. A continuación, inyectamos agua con una jeringuilla para humedecer la turba.
Por último, se cubre todo con papel de periódico o papel de aluminio, quedando así
aislado del sol y la luz. Durante los dos primeros meses, se va destapando el papel cada
15 días para mirar cómo va el enraizamiento. Cuando las raíces rodeen al plástico por
dentro, será el momento de separar el acodo de la planta madre. Para ello, realizaremos
un corte limpio justo por debajo de las raíces.

2.- Acodo simple.

Típico de enredaderas y arbustos, se entierra una rama


baja, joven y flexible formando una curva, se le
practica un corte en dicha zona y se sujeta con una
estaca. Se cubre y se deja fuera el extremo con hojas.
Zarzas, brezos y avellanos son algunos de los
candidatos para este tipo de acodo.

El acodo simple suele utilizarse en enredaderas como


las Bignonias o la Madreselva. También se puede
llevar a cabo en arbustos (siempre que sea posible doblar un tallo joven hasta que
alcance el suelo) como el Corylus, el Continus o la Mangolia.
Época

Se suele realizar durante la primavera. Para ello, se usan ramas durmientes de un año de
edad y se saca la rama enraizada a finales del invierno siguiente (antes de que se inicie
el nuevo crecimiento).

Procedimiento

Se eligen ramas bajas y flexibles de 1 ó 2 años, que se pueden doblar fácilmente hasta el
suelo. Se realiza un corte en la zona a curvar (por la cara de abajo) de 2.5 cm de largo y
en sentido diagonal. La finalidad de esta herida es retener la savia para que se formen
raíces. Esta zona irá enterrada y el corte se mantendrá abierto mediante una pequeña
cuña de madera (o algo similar). Se impregna el corte con polvo o líquido de hormonas
de enraizamiento. Arrancamos las hojas que se encuentran en la parte de la rama que va
a ser enterrada, pero dejando algo de follaje en la punta. Se arquea la rama al suelo
(fijándola con una horquilla) y tapamos esa zona con tierra. Lo regamos durante la
época seca y lo protegemos de las malezas. A finales del invierno siguiente, ya se podrá
separar la rama de la planta madre cortando por debajo de las raíces emitidas.

3.- Acodo de punta.

Se introducen las puntas de las ramas unos ocho


centímetros en el suelo, se curva un poco y se sujeta
con alambres. Se suele usar con zarzamoras,
groselleros y frambuesos.

4.-Acodo múltiple.

Especialmente indicado para plantas trepadoras


como el jazmín, madreselva y demás. Requiere
ramas largas y flexibles, la técnica es idéntica al
acodo simple sólo que se entierra varias veces la
misma rama para obtener varias plantas de una
misma rama.

El acodo múltiple es una técnica indicada para trepadoras como Jazmines, o Clematis,
ya que estas plantas tienen tallos más largos y flexibles que facilitan este tipo de
acodado.
Procedimiento

Se realiza como el acodo simple, pero enterrando la rama en varios puntos. De esta
forma, se pueden obtener varias plantas nuevas de una sola rama.

Es importante que cada porción de tallo tenga una hoja y una yema, así podrá crecer y
producir savia nutritiva por las hojas.

5.-Acodo en trinchera.

Esta técnica se suele usar en los viveros para


multiplicar árboles frutales que son difíciles de
reproducir por otros métodos. Se planta el árbol
muy inclinado, después se cubren las ramas y el
tronco dejando sólo las puntas de las ramas y los
brotes nuevos al aire. Se usa con manzanos, nogales
y ciruelos.

Este tipo de acodado consiste en cultivar una rama de la planta madre en posición
horizontal, colocándola en la base de una trinchera o surco.

Se trata de un procedimiento usado en los viveros para propagar ciertos frutales cuya
multiplicación es difícil de lograr por otros métodos. Algunos ejemplos pueden ser el
Nogal, los patrones de Manzano y los patrones de Ciruelo.

Procedimiento

Establecemos la rama madre a partir de la cuál vamos a generar las nuevas plantas.
Colocamos esta rama a una distancia de 65 cm aproximadamente y, con una inclinación
de 45º. Durante el primer año, se dejan vegetar libremente las plantas madres tratando
de estimular su desarrollo. En el periodo de reposo invernal, abrimos un surco de unos 5
cm de ancho en el que colocaremos las plantas de manera horizontal. Antes de que se
abran las yemas, se cubren las plantas completamente con una fina capa de tierra ligera.
Cuando empiecen a emerger los primeros brotes, aporcamos la tierra. Cuando los brotes
han alcanzado una altura de unos 10 cm, se realiza un nuevo aporcado de tierra
cubriéndolos en no más de la mitad de su longitud. En el otoño siguiente se retira la
tierra y se saca la planta reproducida cortándola por la base.
6.-Acodo en montículo.

En esta técnica se cubre el tronco del árbol o arbusto


plantado verticalmente en el suelo. Se han de cubrir las
ramas del árbol para que echen raíces. Es similar a la
técnica anterior. Se usa con manzanos, groselleros,
arándanos y membrilleros.

Se utiliza para propagar arbustos y árboles


frutales con ramas menos flexibles como el Manzano,
los Arándanos o los Groselleros.

Procedimiento

Para realizar este tipo de acodado, durante la estación de reposo (invierno), se corta la
planta hasta el suelo. Se colocan las plantas madres separadas a una distancia de 40 cm
entre sí. Se dejan crecer todo un año y a finales del invierno se cortan a ras del suelo. A
medida que pasa el tiempo, la planta madre empezará a emitir brotes. Cuando éstos
posean unos 18 cm aproximadamente, se aporca la base (recogemos tierra del entorno
de la planta y la amontonamos junto a ella haciendo un pequeño montículo). Cuando
midan 25 cm y, nuevamente, cuando midan 40 cm, se repite el aporcado. A finales del
otoño del segundo año ya tendremos las nuevas plantas.

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