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I N S T I T U TO N AC I O N AL

DEPTO. DE ORIENTACION, Octavos básicos-2018 8.nov-2018

Previniendo el consumo de drogas y el alcohol,


en los hijos
Padres, Madres y Apoderados: compartimos una breve reflexión acerca de la prevención
del consumo de drogas y alcohol, un flagelo que va asesinando lentamente a los
jóvenes, y comprender cómo enfrentar este tipo de situaciones, para proteger a nuestros-
as jóvenes.

En esta etapa de la vida, sus hijos se sienten más adultos, necesitan probar su
autonomía, tomar decisiones y tener un estilo propio. Sin embargo, al mismo tiempo, aún
se sienten inseguros y necesitan sentir protección, cariño y guía. En este sentido es
importante tener presente que la adolescencia es una etapa clave en la vida de las
personas. La principal meta de los adolescentes es encontrar la propia identidad, es
decir, descubrir quiénes son y quiénes quieren llegar a ser, definiendo un proyecto de
vida. Para alcanzar esta meta, es importante que ellos logren diferenciarse de sus
padres y madres, para sentir que deciden por sí mismos-as. A esta edad son muy
frecuentes expresiones como: ¡No me entiendes!, ¡Déjame solo/a!, ¡Quiero salir con mis
amigos/as!, ¡No te metas! Esto se debe a que se busca la diferenciación mediante
distintas formas, por ejemplo, opinando de forma diferente e incluso contraria,
desafiando, desobedeciendo, discutiendo, cambiando y marcando gustos y estilos.

Es esencial respetar esta diferenciación, dar más espacios de privacidad, pero sin
dejarlos solos ya que, aunque los adolescentes muchas veces intenten alejarse a los
padres de su vida, los necesitan cerca para sentir seguridad y protección. Por ello, es
esencial tener claro cuándo opinar y cuándo callar para dejarlos y dejarlas ser. Opinar se
refiere a demostrar abiertamente a los hijos su preocupación y afecto. Además, se
relaciona con establecer normas y límites claros. Es importante opinar por medio del
diálogo y sin entrometerse, sabiendo también cuándo callar. Callar, es esencial en la
crianza, pero no en el sentido literal de guardar silencio de modo ausente o negligente,
sino que se refiere a acompañar a los hijos, respetando su autonomía y libertad.
Por ejemplo, “callar” cuando su hijo/a decide qué quiere comer significa decirle: “Elige lo
que tú quieras; lo importante es que te guste y que te lo comas” Es decir que el
adolescente asuma su responsabilidad. (Cabe también diferenciar entre ser “duro”, y
ser “firme” con los hijos; ser firme consiste en que una vez tomados los acuerdos con el
adolescente, se hacen cumplir, porque fue una “negociación” entre las partes)

Para comprenderles es necesario hacerse preguntas como: ¿Cómo fue mi


adolescencia? ¿Quiénes eran mis amistades? ¿Cómo me divertía? ¿Cuál fue el riesgo,
locura o aventura más arriesgada que realicé? ¿Cómo o por qué llegué a correr ese
riesgo? ¿Qué me motivó? ¿A quién recuerda que estaba en una situación arriesgada
durante la adolescencia?

Al responderse estas preguntas, se dará cuenta que los riesgos forman parte de
la vida, pero se encuentran especialmente presentes durante la adolescencia,
dado que los jóvenes necesitan conocer cosas nuevas, procurando mayor
autonomía; desean experimentar nuevas experiencias y tienen menor capacidad
de autocontrol.
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DEPTO. DE ORIENTACION, Octavos básicos-2018 8.nov-2018

Es necesario aclarar que no todos se meten en problemas; hay quienes toman


más riesgos que otros, dependiendo de sus características personales, del
ambiente en que viven, de las amistades, etc.

Teniendo presente, es importante que usted ponga atención a ciertas señales: si


se vende drogas en la calle, sea cercano de su domicilio o del colegio, o están
tomando en los “carretes”, o se juntan en casas donde no hay adultos
supervisando, etc.

Frente a esto debe tomar algunas precauciones: Fijar una hora común de llegada
en las noches. Cómo van y vuelven de las fiestas. Presencia de personas adultas
en los “carretes”. No poner alcohol en las fiestas ni permitir que lleven.
Avisar si se ve a alguien del curso en problemas de consumo, con el compromiso
de no sobre reaccionar ante ello. Cuidarlos a todos y todas como integrantes de
una misma comunidad.

Finalmente, le invitamos estimado Apoderado-ada, a:


Mantener una relación de confianza y afecto, con reglas claras que protejan
y guíen, y con una clara oposición al consumo de drogas y alcohol. Ud.,
puede ayudar a los-as jóvenes a vivir su adolescencia de una forma más
segura y prevenir situaciones de consumo. ¡Ayude a cuidar a sus hijos e
hijas!

Padres, madres y apoderados estando comunicados entre sí y tomando


acuerdos en conjunto, sin juzgarse, pueden cuidar y proteger mejor a sus
hijos e hijas, estando siempre atentos a los riesgos que estén a la vista.
Sus hijos e hijas los necesitan muy cerca; desean sentirse escuchados/as y
valorados/as, pero de una manera no invasiva y con una actitud respetuosa
frente a los cambios que están teniendo. Nunca traicione la confianza de su
hijo o hija. Por esto, es esencial que las conversaciones con él–ella, se
produzcan en espacios privados. Jamás comente delante de otras personas
lo que le cuenta. Si lo logra, estará cultivando la confianza y fortaleciendo
su relación, estos son factores gravitantes en la prevención del consumo de
drogas y alcohol.

No olvide Apoderado/a que usted es el responsable de la formación de su


hijo a través de la transmisión vivencial de los valores y principios que
han abrazado como familia.

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