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CON NERVIOS DE TORO

AUTOR: Javier Maraví Aranda

Obra teatral inspirada en la fiesta Patronal de la Virgen Santa Clara de la

Comunidad de Llacuas Huachac, distrito de Manzanares, provincia de

Concepción, departamento de Junín.

Personajes :

Jacinto.......................Comunero Mayor

Lucero........................Chonguina

Florinda......................Esposa de Jacinto

Tiucho…………………Comunero

Condenado……………alma maligna

Alcalde

Sargento

Cura

Comuneros y Pobladores.

Víspera

Lentamente se van alumbrando las luces, es de mañana, la ambientación nos

da la imagen de la plaza principal de un pueblo andino. Pobladores y

comuneros hacen preparativos para la fiesta, barren sus calles, pintan sus

casas y otros llevan bultos, leñas y porongos de chicha. Al fondo se escucha el

sonido de huajras (cornetas de cuerno) y un jarawi cantado por Florinda.

CANCIÓN

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Jamuyllay Kuna

Plaza Kunapas. (bis)

(Vengan Comuneros

a la plaza de comunidad).

Tiucho ingresa observando lo que pasa; Jacinto y Florinda aparecen apurados

con dos comuneros a sus costados. Tiucho, desde un costado, los mira.

JACINTO Comunkunas (comuneros), estando en vísperas, por allá

cuentan que estamos trapos, por allá dicen que no tenemos

ni para nuestras ollas.

FLORINDA ¡Mentira! Por afuerita estaremos pobres, pero por dentro

nuestros corazones están ardiendo.

JACINTO Ahora las autoridades dicen que este año todo será

realmente diferente, que desde el extranjero vuelven a

pasar nuestra fiesta. (Tiucho comienza a aplaudir).

FLORINDA Tiucho... ¿Qué haces allí, como zorro mirodiando?

Tiucho hace una seña de burla. Por el lado opuesto ingresa la virgen sobre un

anda y a su alrededor danzan los comuneros, con música de tinyas y pinkullos.

Jacinto y Florinda también bailan. Tiucho se dirige hacia la virgen, con una vela,

para rezar.

SARGENTO (Ingresa junto con el Alcalde). ¡Campo por favor!...¡Campo¡

... ¡Orden!

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ALCALDE ¡Ya viene!...¡Ya viene! ...Sargento, ¿dónde está la

banda? (Movimiento y murmullos entre los pobladores).

CURA (Ingresando). Qué repiquen las campanas...

ALCALDE Ya pues, Sargento, ¡que toque esa banda!

SARGENTO (Ordenando). ¡ Ban...da!

Lucero aparece entre el público con un vestido largo muy escotado, de color

fosforescente y brillante, con botas negras de taco alto, su cabello teñido de

rojo amarillento, maquillaje recargado, un sombrerito con cinta y lazo, chal

tejido sobre los hombros, collares, pulseras y anillos en cada dedo. Tiucho

corre para ayudarla con sus maletas. Se escucha la banda ejecutando música

de vivas y fanfarrias, suenan las campanas, todos se quedan admirados por la

exuberante vestimenta.

ALCALDE Tres hurras por nuestra priosta... hip, hip...rra,

hip hip... rra...

SARGENTO Lucerito... Lucerito... Lucerito...

CURA Santo Dios, Padre mío... bendice a nuestra

Lucerito.

Lucero entra al escenario, da una venia a la imagen y saluda a las

autoridades. Jacinto y Jlorinda se encuentran entre los comuneros.

ALCALDE (Discurso). Mi más estimada Señora, aquí nos

hemos reunido los comuneros de Punchao, de Quipas, de

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Silla y de Quishuar para recibirle calurosamente, en

realidad nuestra fiesta corría peligro; gracias a usted y a

mis agotadas gestiones, Mamacha Virgen Santa Clara

derramará sus bendiciones. (Aplausos).

LUCERO Gracias, Señor Alcalde, no saben cuánta alegría

me da volver a esta mi tierra, era mi sueño de tantos

años...(Mirándolos compasivamente). Pero como si fuese

ayer no más... todo lo veo igual... nada ha cambiado. (Los

pobladores se miran unos a otros).

ALCALDE (Rompiendo el silencio). Sírvase pasar a los altos de

nuestro consejo, que por su llegada las autoridades

hemos preparado un rico calientito.

LUCERO Gracias, Señores Autoridades... pero antes, lleven la

imagen para el cambio de manto.

Suenan las tinyas, pinkullos y huajras, los comuneros salen cargando la

imagen. Jacinto y Florinda van entre ellos.

ALCALDE Mi estimada señora... Lucero, tenga la bondad de pasar a

la sala de actos de nuestro consejo para brindar el rico

calientito. (Aplausos).

SARGENTO ¡ Ban... da!

La banda toca una muliza. Lucero sale del escenario acompañada por el

Alcalde, siguen los pobladores. El Cura se queda solo al centro.

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CURA Santo Dios Padre mío... luz para este pueblo...

Entre música de banda se escucha vivas, hurras y mucho alboroto. El Cura

sale lentamente, la luz se va apagando y el sonido se pierde. Apagón. Cambio

de escenografía. Una luz amarilla se enciende, aparece el Apu Wamani (el

nevado mas grande de la comunidad). Jacinto, Florinda y dos comuneros

ingresan llevando en una manta, coca, aguardiente y velas. Para ver cómo se

desarrollará la fiesta, tienden la manta, prenden las velas y mastican coca.

FLORINDA Cocacha Mamacha, nos avisarás cómo será la fiesta...

JACINTO Alumbrando fuerte, luna está saliendo...

FLORINDA Bien temprano todavía es...tranquilo llegaremos para la

víspera.

JACINTO Allí también en plaza miraremos la coquita.

FLORINDA Ya vamos... abajo en el riachuelo te esperaremos.

Florinda con los comuneros salen, al fondo se escuchan sonidos de huajras.

Jacinto comienza a preparar el ritual, saluda a sus cuatro lados, echa un poco

de aguardiente a la tierra, luego se sirve.

LUCERO (Aparece guiada por Tiucho). ¿ Jacinto?

JACINTO ¡Lucero! (Se abrazan, tiucho sale escondiéndose). Qué

alegría verte...¿cómo has llegado hasta aquí?

LUCERO Tú siempre venías por aquí en vísperas.

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JACINTO Te recuerdas después de tantos años.

LUCERO Cómo no voy a recordar, si todo está tan igual

como lo dejé.

JACINTO Qué bueno que no te hayas olvidado de nuestra

comunidad.

LUCERO Tampoco de nuestro compromiso, Jacinto.

Escena del pasado. Las luces amarillas cambian por unas azules muy tenues.

Ellos recuerdan cuando eran enamorados, Lucero corre y Jacinto trata de

agarrarla.

JACINTO Mi Flor de kantu, mi hermosa flor de monte.

LUCERO Mi gañán de trigales, mi fuerza de surcos frescos.

JACINTO Pintay pintitay Lucerito, alumbrarás mi camino

para siempre.

LUCERO Cantarás para toda la vida mi palomitay.

JACINTO (Canta). Kukuy ulpay tanraran... (Juegan, se

abrazan y están por darse un beso).

LUCERO Un picaflor Jacinto... chápalo....chápalo...

Jacinto al atraparlo se transforma en picaflor y se acerca a Lucero para darle

un beso, nuevamente se prende la luz amarilla. Tiempo presente.

LUCERO Jacinto... he vuelto por ti, mi cariño vive aquí, sigo siendo

tu niñachay pintay Lucero.

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JACINTO ¡No!... ahora eres Lucero nada más.

LUCERO ¿Qué?

JACINTO Ha pasado mucho tiempo y el mismo tiempo se encargo

de borrar nuestro amor.

LUCERO Los compromisos se cumplen Jacinto...

JACINTO Comprende, tú hiciste tu vida y yo también, volver a

juntarnos no tiene sentido.

LUCERO Despierta Jacinto, he vuelto... Jacinto he vuelto por ti,

quiero que bailes conmigo, sé mi pareja en la pandilla, el

chonguino que vaya adelante conmigo.

JACINTO ¡ No!... no puedo ser tu pareja, tampoco seré parte de la

pandilla.

LUCERO Los tiempos han cambiado Jacinto, mira... por el dinero no

te preocupes ya he comprado tu vestuario.

JACINTO (Sorprendido). ¿ Mi vestuario...? Entiende Lucero, Floricha

es mi mujer, ella canta del fondo de los puquiales o del alto

de las trojas, su voz se mezcla con los trinos de los

pájaros y llega hasta el fondo del alma.

LUCERO ¿ Floricha...? ¡ Ha...!

JACINTO Yo siempre he bailado y bailaré‚ con los Llacuacinos.

LUCERO ¿Llacuacinos? Esa gente que todavía siguen con sus

pinkullos, sus tinyas, sus huajras...

JACINTO ¡Cállate Lucero!

LUCERO Estas más lejos de lo que yo pensaba, pero en fin te ha

llegado tu oportunidad, saldrás de tu inagotable miseria,

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aquí tienes para que por lo menos le compres un vestido

decente a tu mujer.

JACINTO (No recibe el dinero). Estás loca Lucero, no voy a permitir

que me ofendas de esta manera, olvidando que fuiste

pobre me obligas ser parte de la pandilla a la que juramos

nunca pertenecer, sabíamos muy bien que ellos por el

dinero pueden hacer cualquier cosa.

LUCERO Poesía, pura poesía Jacinto... esperaré. (Llamando).

Tiucho...(Ingresa Tiucho) Vámonos... (Salen. Jacinto se

queda sin saber qué hacer. Florinda ingresa con los dos

comuneros).

FLORINDA ¿Qué pasa?

JACINTO La coca está amarga Floricha, espinas están

tendiendo en nuestro camino.

FLORINDA Vamos ya...abajo nos estarán esperando para entrar a la

plaza.

JACINTO La luna con sus grandes ojos nos está alumbrando, difícil

erá que nos enredemos en los huacacashras (espinas).

Se escuchan las huajras, la luz se va apagando y ellos salen. Apagon. Cambio

de escenografía. Aparece la plaza del pueblo, es de noche y no hay luz, solo

las luces de las casas están prendidas. Jacinto y Florinda ingresan bailando

con música de huajras, pinkullos y tinyas. Forman un ruedo juntamente con los

comuneros. Lucero y las autoridades ingresan con el castillón (juegos

artificiales), al compas de la banda que se impone frente a los instrumentos de

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los comuneros. El Sargento va adelante abriendo campo. Luego, con música

de marinera, prenden el castillón. El Alcalde invita a Lucero a bailar, ella se

niega, el Sargento destapa una cerveza y agitándolo baña a todos. Los

comuneros están mirando de las esquinas.

ALCALDE Tres hurras por nuestra priosta... hip hip… rra...hip hip...

rra....

SARGENTO Lucerito... Lucerito... Lucerito....

Al termino del castillón las autoridades, invitados y algunos pobladores abrazan

y felicitan a Lucero. Los comuneros van saliendo en silencio uno por uno.

Jacinto y Florinda también se retiran. Las autoridades y algunos pobladores se

quedan bailando y tomando al son de la música de la banda, ante la mirada de

aprobación de Lucero. Las luces y el sonido disminuyen. Apagón.

Día central

Sala de actos del consejo. Luces prendidas. Lucero ingresa y tras de ella viene

Tiucho con una de sus maletas.

LUCERO No hay otro lugar mejor que este... (Abre su maleta y saca

un vestuario de huatrila – chuto decente, bufón de la

pandilla de chonguinos- y se lo entrega a Tiucho). Ten...

esto es para ti... ahora serás mi mayordomo (Tiucho lo

recibe emocionado y con las mismas sale. El Alcalde

ingresa). Mi estimado Alcalde, deje ya ese terno viejo, aquí

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tengo otro para usted. ( El Alcalde sale agradeciendo. El

Sargento ingresa). Ah...Sargento, para que inspire respeto

y orden, un uniforme de gala. ( El Sargento recibe alegre y

sale, El Cura ingresa). Padrecito...hoy tendrá que dar la

misa a todo dar, mire aquí tengo para usted una nueva

sotana.

El Cura sale bendiciendo, Tiucho ingresa cambiado con su elegante ropa de

huatrila, luego ingresan los pobladores uno por uno trayendo arrobas de maíz,

trigo, cebada; otros traen animales como gallinas, cuyes, ovejas y hasta cerdos

a cambio de una camisa nueva, de un pantalón, de un par de zapatos, de un

sombrero u otra prenda que Tiucho va sacando de la maleta. Todas las prendas

se ven nuevas y brillantes con apliques y lentejuelas de colores fosforescentes.

Lucero se encuentra en una mesa sacando sus cuentas. Al terminar se pone el

vestido de chonguinada ayudada por Tiucho. Se va apagando las luces,

apagón. Cambio de escena. Plaza principal. Esta vez se ve un estrado muy

adornado con dos sillones de terciopelo. Lucero ingresa acompañada por

Tiucho, su mayordomo. Se sienta en uno de los sillones luciendo su mejor

vestido de chonguina: falda y manta bordados en alto relieve con hilos de oro y

plata, un zapato de colores de planta y taco alto, un sombrero blanco con cinta

y velo negro, una imponente pechera con muchas monedas y billetes de todos

los tiempos. En seguida ordena a Tiucho con una seña para que comience el

desfile con la música de marcha ejecutada por la banda. El Sargento ingresa

desfilando, cruza el escenario y se coloca a un costado, luego el Alcalde y

algunos pobladores. El Cura ingresa con música de procesión, siguiéndolo

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viene el anda con la Virgen, su manto bordado de alto relieve y su corona

brillante. Los cargadores también se ven diferentes, todos lucen ropas nuevas.

ALCALDE Señora Lucero...autoridades, invitados y demás

pobladores, doy comienzo a esta pequeña ceremonia

cediendo la palabra al señor Sargento.

SARGENTO Gracias, señor Alcalde...por la importancia de la llegada

de nuestra priosta Lucero Gutiérrez, hizo que consigamos

lo siguiente: que las fachadas de todas las casas estén

pintadas y adornadas y lo más importante, se ha

terminado la pileta al centro de la plaza, con esto nuestros

invitados se llevarán la mejor impresión de nuestro pueblo.

ALCALDE Todo esto, señores pobladores, se ha conseguido gracias

a la donación que nos hizo llegar anteriormente nuestra

priosta y en agradecimiento a esto... señora Lucero, quiero

comunicarle que en reunión de cabildo abierto y decisión

unánime hemos acordado nombrarle... hija predilecta de

este pueblo (Todos aplauden).

CURA Estimados hermanos... yo quiero referirme al dolor del

alma, no puede ser que seamos mal gradecidos, las cosas

se consiguen con mucho sacrificio, venir de tan lejos sólo

con el anhelo de querer bailar la chonginada y no

conseguirlo. ¡Dios Mío!... deja caer tus bendiciones a esta

mujer que el corazón lo tiene herido, ¡miren!... ¡ese sillón

vacío!... dónde está Jacinto Cochachi! (Todos se mueven

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como queriendo hacer algo, se escucha murmullos y

conversaciones).

LUCERO Un momento por favor, señores autoridades, su amabilidad

y atención por mi llegada me conmueve, les agradezco,

pero no es para que se preocupen tanto, quiero verles

contentos de lo que están consiguiendo, porque yo no iba a

permitir una fiesta pobre en mi pueblo que me vio nacer...

ahora les tengo preparado un delicioso banquete. (Lucero da

una señal a Tiucho, él reparte cubiertos a las autoridades y

a los invitados). Mis tiempos fueron duros, fallecieron mis

padres cuando yo tenía tres años, desde entonces me

quedé sola y pobre, arañaba la tierra buscando que comer,

las noches eran largas y frías, en la oscuridad vivía mi

tristeza... (Todos expresan gestualmente compasión). Pero

no es para que se pongan así... en la tarde gozarán hasta

las últimas consecuencias y ahora el banquete.

(Autoridades con los cubiertos en sus manos, mímicamente

representan la comida). Fue un día como hoy, todos

bailaban y tomaban en esta misma plaza, mientras a mi,

azotándome me arrastraban entre humo y candela, tapaban

mi boca para que no gritara, sólo alcanzaba ver cuerpo de

llama con cabeza de calavera y serpientes que me

amenazaban. (Autoridades e invitados están entretenidos

completamente en el banquete). Yo gritaba fuerte y nadie

acudió a mi auxilio, desde entonces decidí irme lejos donde

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nadie me reconozca; pero allí también era dura la vida,

hasta que por fin con rabia y odio decidí no ser más pobre,

así pude sobresalir y ahora aquí tengo un compromiso.

Alcalde... me comprometo a colocar una placa recordatoria

en la pileta, nombrándolo a usted y a su junta edil como la

mejor gestión de todos los tiempos a cambio que consigan

que Jacinto baile para mi. Los compromisos se cumplen

señores autoridades. (Jacinto ingresa, silencio total). ¡Ah!

Qué sorpresa Jacinto.

JACINTO Quiero hablar a solas contigo Lucero.

LUCERO (Titubea por un momento, pero luego enérgicamente).

Señores...pueden retirarse. (Todos salen). Habla Jacinto, te

escucho.

JACINTO Tiucho tu mayordomo ¿qué tal?

LUCERO Bien...Tiene una ardua labor invitar a todos casa por casa,

alma por alma, debe estar agotado mi querido Tiucho.

JACINTO ¿Y en el Alcalde, las autoridades?

LUCERO Ya me voy acostumbrando con ellos, son muy atentos, son

muy lindos, muy... no creo que hayas venido a pedirme

cuentas, ¿no Jacinto?

JACINTO No...discúlpame, sólo preguntaba.

LUCERO Entonces a qué has venido.

JACINTO A hablarte de la fiesta.

LUCERO La fiesta ya se esta realizando y tu estas perdiendo tu

oportunidad.

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JACINTO La víspera fue impresionante... los fuegos del castillón

iluminaban todo el pueblo, esa banda toda uniformada

tocan

bien, la iglesia llena de flores, las capillas, la virgen, su

manto, la procesión, el desfile, las autoridades, los

invitados, todos con ropas nuevas, relucientes, brillantes,

nunca se había visto una fiesta así aquí el Llacuas

Huachac.

LUCERO Cambiaste de opinión, ¿verdad?, quieres bailar

conmigo, veo en tus ojos el entusiasmo.

JACINTO Mis ojos se alegran por el esplendor, pero mi

corazón esta llorando.

LUCERO Es tu arrepentimiento, cesarás de llorar cuando

bailes conmigo.

JACINTO No Lucero.

LUCERO No entiendo por qué desprecias la chonguinada.

JACINTO Nada hay en mí contra la chonguinada.

LUCERO ¿Entonces?

JACINTO Contra ti Lucero.

LUCERO ¿Por qué?

JACINTO Es verdad que no podemos seguir siendo pobres, el mundo

avanza y no podríamos detenerlo pero ahora la fiesta no

está siendo para todos, estás discriminando nuestros

jarawis, estás envenenando nuestros carnavales, sí, esta

fiesta a todos nos pertenece.

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LUCERO Mira, no voy a permitir que un semejante Jacinto

Cochachi, venga a difamarme.

JACINTO Es increíble lo que está pasando, no puede ser que ahora

los comuneros de Quishuar, de Punchao, de Silla, de

Quipas, estén mirando de las esquinas nomás y que las

huajras se estén alejando hacia las alturas, que el pinkullo

esté llorando y el resonar de las tinyas se esté apagando.

LUCERO :Esta es la realidad, estás entre la miseria y la

riqueza Jacinto.

JACINTO Tampoco es posible que en la fiesta de la

comunidad bailen solamente los Priostes, Mayordomos y

autoridades. La fiesta es del pueblo, son ellos los que tienen

derecho y no sólo unos cuantos gatos que estén dando

vueltas en la plaza.

LUCERO Esto es el colmo; fuera de aquí. Tú no tienes

ningún derecho a pronunciarte así, no sabes cuanta plata

se invierte en esta fiesta y yo estoy poniendo mi dinero,

esto ya no te pertenece, esta fiesta es mía yo la he

comprado y aquí mando yo, el que quiera bailar que baile,

el

que no, allá él. (Jacinto sale. Lucero se queda resignada

pero al mismo tiempo ordena). Tiucho, ¡música por favor!

Se escucha la banda e ingresan todos, bailan, toman, El Alcalde y Sargento

quieren bailar con Lucero, ella se resiste y desde su estrado mira sola a los

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demás, bebiendo licor de una botella. Todos terminan mareados, saciados y

extasiados.

LUCERO Un momento de silencio por favor... (Silencio total).

Tiucho... la máscara de chonguino por favor. (Tiucho sale y

vuelve a ingresar con la mascara). Alcalde...lleva esta

máscara donde Jacinto por última vez y dile que mis

condiciones son éstas, no voy a ceder ni un pelo. (El Alcalde

sale confundido con la mascara). Y bueno, señores, que

siga la fiesta.

Todos retoman la fiesta, luego la luz y el sonido van disminuyendo, apagón.

Cambio de escenografía. Aparece una de las esquinas de la plaza principal. Ya

es de noche. Una pequeña luz amarilla alumbra, Jacinto ingresa, tras él viene

el Alcalde.

ALCALDE Jacinto... espera Jacinto.... tú sabes que siempre

hemos sido amigos, te quiero decir algo.

JACINTO ¿Qué es lo que deseas Señor Alcalde?

ALCALDE Oye Jacinto, ¿qué te pasa? siento que poco a poco

vas a desaparecer y nadie se recordará de ti.

JACINTO ¿Qué voy a desaparecer? o ¿es qué me van a

desaparecer?

ALCALDE Nadie te quiere desaparecer hombre, Lucero sólo quiere

bailar contigo, mira todo lo que está haciendo por ti,

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Jacinto.

JACINTO Ya dije que no voy a bailar para ella, no seré su Chonguino.

ALCALDE No seas tonto, ella tiene billete.

JACINTO Señor Alcalde yo no soy cuarto de aguardiente para

venderme.

ALCALDE ¿Venderte? Ya pues Jacinto, hay que ser un poco

más... pragmático en esta vida, esta es otra oportunidad

no la pierdas, te traigo esto. (Muestra la mascara).

JACINTO La máscara, la máscara, tu también señor

Alcalde, ayer llevabas una máscara, ahora tienes otra,

¡mañana con que máscara andarás!

ALCALDE Eso no interesa, yo estoy aquí para ayudarte.

JACINTO ¿Ayudarme? o ayudarte a ti mismo.

ALCALDE ¿Es pecado querer salir de su miseria? Basta ya

de festejar fiesta pobre en este pueblo, ahora hay dinero,

inversión, crédito, capital, la fiesta se está modernizando

Jacinto.

JACINTO Piensa en el futuro Señor Alcalde hoy estarás

comiendo pero mañana quién te estará tragando.

ALCALDE Todo está asegurado, el futuro es nuestro.

JACINTO ¿Qué futuro nos espera vendiendo la esencia de

nuestras vidas?

ALCALDE No hay otro camino Jacinto.

JACINTO Y ahora, por qué tanto interés señor Alcalde, si tu

nunca te has preocupado de nada, siempre has esperado

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que te regalen, que te donen, que te obsequien, nunca se

hizo nada por resolver nuestra propia fiesta.

ALCALDE Por culpa de ustedes que son el atraso, que prefieren

seguir viviendo como animales y no como la gente decente.

JACINTO Tikuyo (Mala raíz) tenías que ser, grama tenías que

ser, mala hierba para nada están entrado a los sembríos.

ALCALDE No soporto más...aquí tienes la máscara la tomas o te

sometes a las consecuencias.

JACINTO Deja que el viento sople los pinkullos y el

resonar de las tinyas les remueva el alma.

ALCALDE Terco como una bestia tenías que ser, pues

jódete y no espero que vengas a pedirme ayuda. (Sale).

Jacinto guapea (grito de valor). Florinda ingresa cantando un toril, tras de ella

viene el toro arreado por los comuneros.

Canción: Toro llay toro

vaca llay vaca

plaza kunapas

pukllay kunapas.

(Mi toro

mi vaca

en plaza

juega con la comunidad).

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Juegan con el toro preparándole para la corrida, Jacinto lacea al toro y

jalándolo sale, tras él los comuneros. Cuando Florinda está por salir, es

retenida por Lucero que ha ingresado por el lado opuesto. Las dos mujeres se

enfrentan agrediéndose físicamente. Lucero, al verse derrotada, ordena al

Condenado para que intervenga, él ingresa haciendo sonar el surriago que

lleva en sus manos de serpientes y una cadena entre sus pies de sapo; vota

humo y candela entre sus dientes y sus ojos de calavera con cuerpo de llama y

lana y cuero viejo. Azota fuerte a Florinda ante sus gritos y la risa de Lucero. Se

escucha la voz de Jacinto que viene en busca de su compañera. El Condenado

tapa la boca a Florinda y ante su resistencia se la lleva arrastrándola y sale.

Jacinto ingresa desesperado, corre a las cuatro esquinas de la plaza y solo

encuentra el sombrero de su compañera tirado en el suelo, se arrodilla y

abraza al sombrero casi llorando. Las autoridades cruzan mareados,

desentendiéndose de la situación.

LUCERO (Ingresando despacio). Jacinto...¿qué te

pasa Jacinto?... ¿qué tienes?

JACINTO (Después de un silencio). Mi Floricha... mi

Floricha...

LUCERO ¿Te dejó? Seguramente... ya se canso de ti...

JACINTO No...Floricha está en algún lugar...yo lo estoy viendo...

espinas y huacacarhas están tendiendo en su camino...

entre fardos y costales la están asfixiando... allí está

luchando por sobrevivir... canta, Floricha, canta, remueve el

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alma de este mundo... así, Floricha, así... tú seguirás dando

fuerzas en tiempos de faenas...

LUCERO Despierta...despierta...la comunidad te dio la espalda, todos

han participado en esta fiesta, han tomado hasta

desconocer sus nombres.

JACINTO Es cierto, se han desgranado de las huayuncas (Las

mejores mazorcas de maíz) como a coronta me han

dejado, pero el canto de los puquiales seguirá verdeando la

tradición de los maizales.

LUCERO Jacinto, ahora que no está Florinda ¿puedes

bailar conmigo? (Jacinto se queda en silencio). Te doy

toda la razón Jacinto, hay que respetar las costumbres por

eso he comprado la casona que está en la plaza.

JACINTO ¿Para qué?

LUCERO Voy hacer un museo y allí te guardaré‚ como el comunero

principal, serás admirado por los futuros visitantes... (Se

escucha sonidos de huajras).

JACINTO Escucha Lucero, en el fondo de la quebrada están

retumbando los huajras, de los cerros están bajando, con el

toro estarán viniendo, la fiesta aún no ha terminado,

mañana nos veremos en la plaza que es el corazón del

pueblo.

LUCERO Eso veremos Jacinto...ya todo está preparado,

mañana seres mío vivo o muerto, no podrás detener el

cambio.

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JACINTO Eso es lo que tu crees, el canto todavía está en

mi pueblo, con nervios de toro apretaremos los agujeros

de los pinkullos y las tinyas cantarán, las florecillas del

campo teñirán el manto cansado de la Pachamama y

frutos nuevos brotarán de su vientre, el puquio nunca seca

Lucero, el nevado es para siempre. (Salen en sentidos

opuestos, la luz se disminuye. Apagón).

Corrida de toros

Plaza principal con el estrado, Lucero ingresa con música de banda, seguida

por Tiucho y toda las autoridades e invitados, sube al estrado. Jacinto aparece

por el otro lado con los comuneros y el toro, toman la plaza y comienzan a

jugar, luego las autoridades demuestran sus habilidades burlándose del toro

que solamente juega. Lucero, al ver al toro que ya está cansado, ordena el

ingreso del Condenado, toda la plaza se pone en silencio mientras el

Condenado comienza a azotar al toro que se retuerce de dolor. Jacinto y los

comuneros gritan para que el toro salga del ruedo mientras todas las

autoridades e invitados festejan la faena del Condenado. Lucero ordena la

muerte del toro. Tiucho entrega la espada al Condenado y se encuentran frente

a frente, el toro al ver la espada que se dirige hacia él, muge con tal grito que

toda la plaza nuevamente se queda en silencio. El toro, recobrando su fuerza,

hace retroceder al Condenado. Las autoridades y los invitados escapan

asombrados mientras Lucero grita incansablemente: ¡Que maten a ese toro! Al

final los comuneros toman la plaza, se escucha nuevamente las huajras, los

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pinkullos, las tinyas y el canto de Florinda. Los comuneros bailan formando un

gran ruedo, Jacinto está con el toro al centro de la plaza. Al fondo se ve a

Lucero sola en su estrado. Va disminuyendo la luz hasta el apagón final.

-GRACIAS-

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