4. Surgimiento del yordei neocoloniel
‘A. mediados del siglo x1x, los frutos de la emanci-
pacién no han comenzado a cosecharse; Ja conquista de
Ia estabilidad, sin embargo, se ha logrado sélo en las
tierras antes marginales del imperio espafiol y en el Bre-
sil (aun para Ja turbulenta Argentina un emigrado an-
titrosista de la generacién romédntica, J.B. Alberdi, podfa
trazar, en 1847, un cuadro demasiado sisteméticamente
positivo, pero de ningin modo falso). Menos éxito
hhabfan logrado las tierras de mineria colonial —Méxi-
co, Peri, Bolivia—; particularmente Ia primera parecia
hundida ‘en un marasmo, una de cuyas causas eran las
obstinadas tentativas conservadoras de sacarlo dexgl-neg
vias impracticables. ere
Esos rasgos positivos —limitados en su significacién
por la aparicién de signos de futuras. tormentas— no
autorizban a esperar una consolidaciép. répida de un
nuevo orden latinoamericano. Esta comenzé 4 producit-
se sobre todo desde que Ia tela nak
némicas metzons| leans comenz6 a cambiar; i
es un aspecto del que a partir de mediados del.'sigio’
207208 Capitulo 4
afecta a Ja entera economia metropolitana. Gracias a él
pudo ésta cumplir las funciones que desde la emanci-
pacién se habfan esperado vanamente de ella: no sdlo
iba a proporcionar un mercado para ls tra:
dicaral Irinoaiericanas sino woh
junto de producciones ti eyas ala vez que ampliaba su
capacidad de ién_de los rats de las tadicions,
Borate ss
recer_los capitales que —junto
con la ampliacién de Tos mercados consumidores— gran
necesarios para una modemizacisn de la economia Jatino-
“esatios para una_mo
americang.
La cficacia que el_cambio_de 5-
mica mundial tuvo para Latinoamérica fue acrecida pot
el modo en que é&te sé produjo. Una explicacién hoy
impopular pone en la base de ese cambio el. descubri
miento del oto californiano, acrecido en sus consecuen-
cias por el poco posterior de los vacimientos australia.
nos. Esta explicacién tiene, en todo caso, el métito de
recordar que el cambio de coyuntura comenzado hacia
1850 no sélo abre una etapa de alza destinada a durar
hasta 1873, sino también se acompafia de una, amplia-
gidn del espacio econdmico, de una unificacién cteciente
fel que estaba organizado en torno de la metépoli gra
cias a un sistema de intercambios hasta entonces rela
vamente poco voluminoso. Esa_unificacién es facilitada
i s, dejada, sin embar-
80, en segundo plano por una intensificacién del empleo
de los tradicionales, sobre todo en las rutas ocednicas;
en las fluviales Jatinoamericanas y en el cabotaje cos.
tero (por ejemplo en el Pacifico peruano y chileno) e
PAB, ensavado desde Ja década del 20 en el Mapda-
le
nay el Plata, ha hy icign_masiva en la del
40;,en cambio, Ta navegacidn de fa costa oriental a la
occidental de Estados Unidos por la ruta del cabo de
Hornos sigue siendo la hazafia de los clippers de Nueva
Inglaterra. Son esos medios los que, ya antes de los des-
cubtimientos de metales preciosos, han permitido una
expansién. hacia el Pacifico insular que se ha traducido
en conflictos anglofranceses; es sélo el descubrimientoSurgimiento del orden neocolonial 209
iano, sin embargo,.el.que provoca una
aproxim: me entre cl rea del Pacifico y Ia eco-
fomia metropolitana, Las consccuencias inmediatas para
los paises hispanoamericanos que bordean ese océano
son considerables; stibitamente instalados sobre una ruta
que adquiere importancia creciente, esa nueva situacién
les ofrece medios més faciles para’ exportar sus, frutos.
No es esa Ia tnica consecuencia del descubrimicnto ca-
liforniano: la economia desenfrenadamente consumidora
que surge én torno de los centros auriferos activa di-
tectamente Ja ‘de los “pafses del Pacifico: en’ California
habré barrios de’ chilenos; en 1849, en Mendoza, rin-
cén andino de la Argentina, ha entrado también la
fiebre emigratoria, Més importantes son otras innova-
ciones: California es un estimulo para la agricultura
chilena, y Sarmiento pudo describir cémo la prosperidad
surgida de las ventas de trigo se tradujo en pocos afios
en Ia expansién de Ia construccin urbana en Santiago;
de nuevo en Mendoza una transformacién de menor al-
cance se produce cuando la fruta seca local halla el ca-
mino de las tierras del oro.
Otros cambios de émbito més limitado: los puertos
de Ja nueva ruta tienen ahora vida més intensa, deri
vada del puro trénsito, y entre Panamé y el Atléntico
tuna ruta muy cercana a la que en el siglo xvit segufan
Jas mereancias destinadas a las tietras espafiolas del mar
del Sur es ahora la que siguen inmigrantes ansiosos de
Iegar répidamente a California; entre 1850 y 1855 se
completaria alli, a muy alto costo, un ferrocartil que
a través de la selva comunicaba los océanos; eta uno
de fos primeros de América Latina, y sus duefios eran
capitalistas de Nueva York,
De esas transformaciones la més importante era, sin
embargo, indirecta: gracias al cambio que en el mapa
econémico del planeta introducia California, la Ibero-
américa del Atléntico y la del Pacifico entraban juntas
en su nueva etapa histérica,
Las innovaciones de ésta eran anunciadas por cambios
sin duda més superficiales, pero ya visibles a mediados
Halperin, 16