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I write to ask you if you can lend me one or two thousand dollars at a
low rate of interest. If you can, it will be a great accommodation to me. I
am trying to prepare for publication many things that the people should
have. I desire to complete manuscripts on both Old and New Testament
history, that this matter may, as soon as possible, be put into circulation in
book form. {13MR 390.1}
I invest in the work of God all the means that I can possibly spare. I sent
one thousand dollars to Elder Haskell to help in beginning the work in New
York City. He and his wife have done faithful work in this large city. They
are able to explain the Word with such simplicity that those who desire to
understand the truth are enlightened. As a result of their labors in New
York, many have accepted the truth, and have founded their house so firmly
on the Rock that the storm and tempest of error cannot move them. {13MR
390.2}
I wish that I had money to invest in other places like Greater New York.
Many cities in the South should be worked. We who know the truth should
do what we can to proclaim the truth in new places, to carry the light to
those who are in the darkness of error. Those who have never heard the
truth for this time are to be given an opportunity of understanding it. But it
requires money to carry the truth to new fields.
-391- {13MR 390.3}
When I urge our brethren to begin the work in new places, they often
say, "We are doing all that we can with the means that we have at our
command." Unless we can raise the necessary money, it will be impossible
for us to enter our large cities with the gospel message. I appeal to all our
people to do what they can with the means they have received from the
Lord, to help in fulfilling the commission that Christ gave to His disciples just
before He left them: {13MR 391.1}
"Go ye therefore, and teach all nations, baptizing them in the name of
the Father, and of the Son, and of the Holy Ghost: teaching them to observe
all things whatsoever I have commanded you: and, lo, I am with you alway,
even unto the end of the world" [Matthew 28:20]. {13MR 391.2}
To us is committed the most solemn message ever committed to
mortals. Every delay is a loss of most precious time. {13MR 391.3}
Can you influence any of those whom you know to be entrusted by the
Lord with the talent of means, to lend me money, with or without interest,
to be used in the work of the Lord? I will give my note for whatever sum I
may receive. In the past some have lent me money without interest. And
no one has ever asked me for the return of their money without receiving
it. {13MR 391.4}
If our brethren will now lend me money, with or without interest, I will
invest it in various parts of the field to help carry forward the work that
needs to be done. {13MR 391.5}
It was thus that I helped in the advancement of the work in Australia. I
should like to write particulars, but cannot do so now. I borrowed money
for the erection of meetinghouses, and to provide facilities for tent
meetings. After a time Elder Haskell came to Australia, and he was a great
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help to us. He interested some of our brethren in Africa in the work that
was being started, and they sent us two thousand dollars to invest in the
work in Australia. I used the royalties on my books to help in starting a
school in Melbourne, and then I borrowed money from those who were
interested in the work. After the work was started in Victoria, we went to
New South Wales, which was then a new field, and there the Lord wrought
for us at every step. The work has advanced rapidly, and now we have an
excellent work established. I hope sometime to publish an account of our
labors in starting the work in Australia. {13MR 391.6}
We realize that the truths of the Word of God must be carried to all the
world, and we are doing the best we can. I have helped the work in Europe
as much as possible. It cost me over three thousand dollars to have my
books translated into the foreign languages. All the royalty on my books
sold in Europe I have given to the work in that field. This has amounted to
several thousand dollars. {13MR 392.1}
Elder Conradi has been doing a noble work in the different countries of
Europe. A few weeks ago Elder Conradi sent me five hundred dollars of my
royalty, hearing that I was pressed for means. As soon as I receive sufficient
money from the sale of my books, I shall return this five hundred dollars.
{13MR 392.2}
Besides what I have invested in Australia and in Europe, I have also made
donations to the Southern field. I have borrowed money to send to them
when they were in strait places. I shall continue to do all I can to help the
needy fields. Time is short, and I wish to see the money of our people that
is tied up in banks put into circulation where it can help the work of God.
Capítulo 16—La preparación para las crisis y desastres de los últimos días
Las condiciones de estos últimos días nos apremian a la preparación—Estamos viviendo en el tiempo
del fin. El presto cumplimiento de las señales de los tiempos proclama la inminencia de la venida de
nuestro Señor. La época en que vivimos es importante y solemne. El Espíritu de Dios se está retirando
gradual pero ciertamente de la tierra. Ya están cayendo juicios y plagas sobre los que menosprecian la
gracia de Dios. Las calamidades en tierra y mar, la inestabilidad social, las amenazas de guerra, como
portentosos presagios, anuncian la proximidad de acontecimientos de la mayor gravedad. { MB 139.1;
WM.134.1 }
Las agencias del mal se coligan y acrecen sus fuerzas para la gran crisis final. Grandes cambios están a
punto de producirse en el mundo, y los movimientos finales serán rápidos. { MB 139.2; WM.134.2 }
El estado actual de las cosas muestra que tiempos de perturbación están por caer sobre nosotros. Los
diarios están llenos de alusiones referentes a algún formidable conflicto que debe estallar dentro de
poco. Son siempre más frecuentes los audaces atentados contra la propiedad. Las huelgas se han
vuelto asunto común. Los robos y los homicidios se multiplican. Hombres dominados por espíritus de
demonios quitan la vida a hombres, mujeres y niños. El vicio seduce a los seres humanos y prevalece
el mal en todas sus formas.—Joyas de los Testimonios 3:280. { MB 139.3; WM.134.3 }
Está por suceder algo decisivo—La época actual es de interés abrumador para todos los vivientes. Los
gobernantes y estadistas, los hombres que ocupan
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puestos de confianza y autoridad, los pensadores de ambos sexos y de todas las clases, tienen la
atención fija en los sucesos que ocurren alrededor nuestro. Observan las relaciones tirantes y llenas de
inquietud que existen entre las naciones. Observan la intensidad que toma posesión de cada elemento
terrenal, y reconocen que está por ocurrir algo grande y decisivo, que el mundo está al borde de una
crisis estupenda. { MB 139.4; WM.134.4 }
Los ángeles están ahora sujetando los vientos de la lucha para que no soplen hasta que el mundo sea
advertido de su cercana condenación; pero se está preparando una tormenta, lista para estallar sobre
la tierra; y cuando Dios ordene a sus ángeles que suelten los vientos, habrá una escena tal de lucha,
que ninguna pluma podría describirla.—La Educación, 175. { MB 140.1; WM.135.1 }
Está muy cerca el momento en que habrá en el mundo una tristeza que ningún bálsamo humano podrá
disipar. Se está retirando el Espíritu de Dios. Se siguen unos a otros en rápida sucesión los desastres
por mar y tierra. ¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, así como de la
destrucción producida por incendios e inundaciones, con gran pérdida de vidas y propiedades!
Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de las fuerzas desorganizadas y
desordenadas de la naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero en todas ellas puede
leerse el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura
despertar en hombres y mujeres un sentido del peligro que corren.—La Historia de Profetas y Reyes,
207. { MB 140.2; WM.135.2 }
Grandes ciudades serán devastadas—El trabajo que hace mucho tiempo debería haber sido hecho en
la activa operación de ganar almas para Cristo no ha sido realizado. Los habitantes de las impías
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ciudades que muy pronto serán visitados por los desastres, han sido cruelmente descuidados. El
tiempo se acerca cuando grandes ciudades serán devastadas, y todos deberían estar apercibidos de
estos juicios venideros. Pero, ¿quién está dando al cumplimiento de esta obra la labor plena que Dios
requiere? ... { MB 140.3; WM.135.3 }
Hasta el momento presente no se ha realizado en las ciudades ni la milésima parte del trabajo que
debía haber sido hecho, y que debería realizarse si hombres y mujeres cumplieran con todo su deber.—
Manuscrito 53, 1910. { MB 141.1; WM.136.1 }
¡Oh, si el pueblo de Dios tuviera conciencia de la inminente destrucción de miles de ciudades ahora
casi entregadas a la idolatría!—The Review and Herald, 10 de septiembre de 1903. { MB 141.2;
WM.136.2 }
Desastres inminentes—No hace mucho tiempo, una escena muy impresionante pasó delante de mí. Vi
un inmenso globo de fuego cayendo entre algunas hermosas mansiones y causando su instantánea
destrucción. Escuché a alguien decir: “Nosotros sabíamos que los juicios de Dios vendrían sobre la
tierra, pero no sabíamos que vendrían tan pronto”. Otros dijeron: “¿Vosotros lo sabíais? Entonces, ¿por
qué no nos lo dijisteis? Nosotros no lo sabíamos”. En todos lados escuchaba decir tales palabras. ... {
MB 141.3; WM.136.3 }
Pronto penosas aflicciones sobrevendrán entre las naciones; una angustia que no cesará hasta la
venida de Jesús. Como nunca antes necesitamos apresurarnos a servir juntos a Aquel que ha preparado
su trono en los cielos y cuyo reino gobierna sobre todos. Dios no ha desamparado a su pueblo, y nuestra
fuerza depende de no separarnos de él. { MB 141.4; WM.136.4 }
Los juicios de Dios están en la tierra. Las guerras y los rumores de guerras, la destrucción por fuego e
inundación, dicen claramente que el tiempo de angustia, el cual irá en aumento hasta el fin, está cerca,
a las puertas. No tenemos tiempo que
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perder. El mundo está perturbado por el espíritu de la guerra. Las profecías del capítulo once de Daniel
casi han alcanzado su cumplimiento final.—Ibid. 24 de noviembre de 1904. { MB 141.5; WM.136.5 }
Indescriptible—El viernes pasado, de mañana, justamente antes de levantarme, se presentó delante
de mí una escena muy impresionante. Me parecía que me había despertado de dormir, pero no en mi
hogar. Por las ventanas yo podía observar una terrible conflagración. Grandes esferas de fuego se
desplomaban sobre las casas, y desde esas bolas de fuego, saetas ígneas volaban en toda dirección.
Era imposible dominar los incendios que se iniciaban y muchos lugares estaban siendo destruidos. El
terror de la gente era indescriptible. Después de un tiempo me desperté y me encontré en mi propio
hogar.—Carta 278, 1906. { MB 142.1; WM.136.6 }
Preparaos mientras hay una oportunidad—Cuando una agresión religiosa destruya las libertades de
nuestra nación, aquellos que estarán del lado de la libertad de conciencia se encontrarán en una
posición desfavorable. Por su propio beneficio ellos deberían, mientras tienen oportunidad, ser más
avisados en cuanto a las enfermedades, sus causas, prevención y curación. Y los que hagan eso,
encontrarán un campo de labor en todas partes. Habrá dolientes, abundancia de ellos, que necesitarán
ayuda, no solamente entre aquellos de nuestra propia fe, sino mayormente entre los que no conocen
la verdad.—The Medical Missionary, noviembre, diciembre, de 1892. { MB 142.2; WM.137.1 }
Listos para dar inmediata ayuda—Llegarán a nuestro conocimiento la pobreza y la angustia de algunas
familias, y tendrán que ser aliviados los afligidos y dolientes. Conocemos muy poco del sufrimiento
humano que existe en todas partes alrededor de nosotros, pero cuando tenemos
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oportunidad, deberíamos estar listos para dar inmediata ayuda a aquellos que están bajo grave
apremio.—Manuscrito 25, 1894. { MB 142.3; WM.137.2 }
La mano ayudadora de Dios para disminuir el sufrimiento—La obra de la reforma pro salud es el recurso
del Señor para disminuir el sufrimiento en nuestro mundo y para purificar su iglesia. Enseñad a la gente
que ella puede actuar como la mano ayudadora de Dios cooperando con el Maestro en restaurar la
salud física y espiritual.—Testimonies for the Church 9:112, 113. { MB 143.1; WM.137.3 }
Cada miembro debe echar mano de la obra médico-misionera—Hemos llegado a un tiempo en el cual
cada miembro de la iglesia debe hacer obra misionera médica. Este mundo se parece a un hospital
lleno de víctimas de enfermedades físicas y espirituales. Por todas partes, hay gente que muere por
carecer del conocimiento de las verdades que nos han sido confiadas. Es necesario que los miembros
de la iglesia despierten y comprendan su responsabilidad en cuanto a dar a conocer estas verdades.—
Joyas de los Testimonios 3:102. { MB 143.2; WM.138.1 }
La historia de las naciones nos habla a nosotros hoy. Dios asignó a cada nación e individuo un lugar en
su gran plan. Hoy los hombres y las naciones son probados por la plomada que está en la mano de
Aquel que no comete error. Por su propia elección, cada uno decide su destino, y Dios lo rige todo para
cumplir sus propósitos. { PR 393.3; PK.536.2 }
Al unir un eslabón con otro en la cadena de los
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acontecimientos, desde la eternidad pasada a la eternidad futura, las profecías que el gran YO SOY dió
en su Palabra nos dicen dónde estamos hoy en la procesión de los siglos y lo que puede esperarse en
el tiempo futuro. Todo lo que la profecía predijo como habiendo de acontecer hasta el momento actual,
se lee cumplido en las páginas de la historia, y podemos tener la seguridad de que todo lo que falta por
cumplir se realizará en su orden. { PR 393.4; PK.536.3 }
Hoy las señales de los tiempos declaran que estamos en el umbral de acontecimientos grandes y
solemnes. En nuestro mundo, todo está en agitación. Ante nuestros ojos se cumple la profecía por la
cual el Salvador anunció los acontecimientos que habían de preceder su venida: “Y oiréis guerras, y
rumores de guerras... Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y
hambres, y terremotos por los lugares.” Mateo 24:6, 7. { PR 394.1; PK.536.4 }
El momento actual es de interés abrumador para todos los que viven. Los gobernantes y los estadistas,
los hombres que ocupan puestos de confianza y autoridad, los hombres y mujeres pensadores de todas
las clases, tienen la atención fija en los acontecimientos que se producen en derredor nuestro.
Observan las relaciones que existen entre las naciones. Observan la intensidad que se apodera de todo
elemento terrenal, y reconocen que algo grande y decisivo está por acontecer, que el mundo se
encuentra en víspera de una crisis estupenda. { PR 394.2; PK.537.1 }
La Biblia, y tan sólo la Biblia, presenta una visión correcta de estas cosas. En ella se revelan las grandes
escenas finales de la historia de nuestro mundo, acontecimientos que ya se anuncian, y cuya
aproximación hace temblar la tierra y desfallecer de temor los corazones de los hombres. { PR 394.3;
PK.537.2 }
“He aquí que Jehová vacía la tierra, y la desnuda, y trastorna su haz, y hace esparcir sus moradores: ...
porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, rompieron el pacto sempiterno. Por esta causa la
maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados.” Isaías 24:1-6. { PR 394.4; PK.537.3 }
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“¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso...
El grano se pudrió debajo de sus terrones, los bastimentos fueron asolados, los alfolíes destruídos;
porque se secó el trigo. ¡Cuánto gimieron las bestias! ¡cuán turbados anduvieron los hatos de los
bueyes, porque no tuvieron pastos! también fueron asolados los rebaños de las ovejas.” “Secóse la vid,
y pereció la higuera, el granado también, la palma, y el manzano; secáronse todos los árboles del
campo; por lo cual se secó el gozo de los hijos de los hombres.” Joel 1:15-18, 12. { PR 395.1; PK.537.4 }
“Me duelen las telas de mi corazón: ... no callaré; porque voz de trompeta has oído, oh alma mía,
pregón de guerra. Quebrantamiento sobre quebrantamiento es llamado; porque toda la tierra es
destruida.” Jeremías 4:19, 20. { PR 395.2; PK.538.1 }
“¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él: tiempo de angustia para Jacob;
mas de ella será librado.” Jeremías 30:7. { PR 395.3; PK.538.2 }
“Porque tú has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
al Altísimo por tu habitación,
no te sobrevendrá mal,
ni plaga tocará tu morada.” Salmos 91:9, 10. { PR 395.4; PK.538.3 }
“Hija de Sión, ... te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos. Ahora empero se han juntado muchas
gentes contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo sobre Sión. Mas ellos no
conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo.” Miqueas 4:10-12. Dios no
desamparará a su iglesia en la hora de su mayor peligro. Prometió librarla y declaró: “Yo hago tornar
la cautividad de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia.” Jeremías 30:18. { PR 395.5;
PK.538.4 }
Entonces se habrá cumplido el propósito de Dios; los principios de su reino serán honrados por todos
los que habiten debajo del sol. { PR 395.6; PK.538.5 }