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El modelo Hjalli es un método de enseñanza para educación infantil y primaria, creado

y fundado por Margrét Pála Ólafsdóttir en 1989. El modelo Hjalli, está reconocido por
su labor con educación diferenciada y su objetivo es librar a los niños y las niñas de los
roles de género tradicionales y los estereotipos.
Islandia se diferencia del resto de países por sus métodos educativos. Puede ser debido
a que han sido instaurados de manera progresiva. Mezclando convencionalismos junto
con una idea innovadora de educación y sacando el máximo partido de ambos aspectos.
Además se centra en el alumno y su potencial individual. Desde este país, como vemos,
modelo en políticas de igualdad, surge el modelo Hjalli, acreditado debido a la
aportación al logro de la equidad entre ambos sexos. Este enfoque fue polémico al
principio, después ganó reconocimientos en la forma de un premio del Ministro de
Igualdad de Derechos del país (1997) y posteriormente obtuvo la Cruz del Caballero de
la Orden Islandesa del Halcón del Presidente de Islandia por innovación en educación
en 2006.
Su autora inició con el modelo primero para Preescolares en 1989 y a partir de 2003 con
la primaria. Actualmente atiende 17 colegios etapas de Infantil, Primaria y Primer ciclo
de Secundaria. Atendiendo a un total de 2000 alumnos y contando con unos 450
profesionales.
El modelo de Hjalli es conocido por su labor en clases de educación diferenciada con el
objetivo de liberar a los niños y las niñas de los roles de género tradicionales y los
estereotipos. Este modelo se basa en pilares como la separación de los alumnos por
sexos. La obligación de llevar uniforme. O la prohibición del uso de libros de texto y
juguetes convencionales.
Su fundadora, que curiosamente es que era feminista y pretendía acabar con los
diferentes estereotipos de género, menciona que al separar niñas y niños, se asegura que
los docentes presten atención a ambos géneros dando la oportunidad de jugar y estudiar
en sus propios términos sin la interrupción del otro género. Las niñas y niños de edad
Preescolar juegan de forma diferente, tienen diferentes intereses, una cultura diferente y
habilidades diferentes. Como ejemplo de esto, las chicas generalmente dominan sus
movimientos de detalle, antes que los chicos y en un ambiente de género mixto. Esto a
menudo provoca que los chicos se confronten con las chicas, encontrándose en
desventaja en esta área y por lo tanto pierdan interés en juegos que demanda habilidades
motrices finas como dibujar, jugar con arcilla, etc.
Este modelo, lo podemos basar en cinco puntos importantes para su mejor comprensión
y clarificación de los objetivos.
Chicas buenas vs chicos importantes: En la típica clase mixta se afirma que las niñas se
portan bien, pero en masa. Pero los niños, en gran parte debido a su falta de control,
reciben atención individual. Entonces las chicas están aprendiendo que no son tan
importantes como los chicos, aunque se portan bien y obtienen buenas calificaciones.
Los niños también están aprendiendo, "somos importantes", a pesar de que están
perdiendo su autoimagen educativa y "muchos de ellos dejan de creer en sí mismos".
Nutrido en estereotipos de género: Para cuando llegan a preescolar, las niñas y los niños
ya han asimilado ideas estereotipadas de género de su entorno, especialmente de los
medios de comunicación. La configuración de clase mixta solo refuerza esto. Los niños
miran a las niñas para ver cómo no comportarse, y las niñas de manera similar. Esto es
lo que ella llama efecto de "espejo revertido".
Cerebros y experiencia: Es un hecho científico que hay diferencias de desarrollo entre
los sexos, pero si sus cerebros son diferentes a cierta edad, esto es en gran medida una
cuestión de tiempo, no de alguna diferencia esencial entre el hombre y la mujer. Los
cerebros están formados por la experiencia y la naturaleza, y son las experiencias que
quiere cambiar.
Compensación por lo que falta: La segregación de los sexos brinda un beneficio
automático para ambos, obtienen la misma atención para empezar, pero no es suficiente.
Luego necesitan una educación que "compense todo lo que no han aprendido en su
educación, debido a su sexo". Esto significa, por ejemplo, entrenar a los niños para
cuidar a los más pequeños o usar el rosa, y las niñas a ser más atrevido, franco y de
corazón abierto.
Aprendiendo a ser amigos: Sin embargo, hay un elemento de coeducación. Cada día hay
un tiempo para la interacción entre niños y niñas (usando juegos, proyectos) durante el
cual aprenden a mostrarse respeto mutuo, hablar entre ellos y desarrollar la amistad. "Si
no lo entrenamos, no se desarrolla", dice Pala.
De este modo, en un entorno de sexo único, el otro género no está ahí para la
comparación, por lo que los niños de las escuelas preescolares modelo Hjalli ponen todo
su empeño en dibujar, pintar, jugar con arcilla, cortar y hacer manualidades y sentirse
realmente listos. Al mismo tiempo, las niñas de las escuelas modelo de Hjalli usan la
sala de colchones para juegos divertidos y realizan actividades al aire libre y hacen
ejercicio con entusiasmo donde los niños no están presentes para ser comparados.
De esta manera, ambos sexos logran practicar habilidades que son esenciales para todas
las personas e importantes sin tener que "morder el polvo" del otro género. Un objetivo
final por la separación de género es, por supuesto, la combinación exitosa de los géneros
y esto se practica con los tiempos regulares juntos y luego se evita presentar proyectos
que se adaptan a un género mejor que el otro, sino que enfatiza para divertirse en orden
para que los niños vean los tiempos juntos y encuentren deseable encontrarse.
El currículo basado en el género es una manifestación de la visión del modelo Hjalli de
igualdad entre niñas y niños. En el trabajo escolar dividido por género, el objetivo es
tratar siempre a los géneros por igual y satisfacer las diferentes necesidades de niñas y
niños. Además, el objetivo es darles la oportunidad de trabajar y jugar en sus propios
términos, donde se respete y acepte la cultura de ambos sexos.
Los resultados que se obtienen del método Hjalli es que los niños aprenden a cuidar a
otros y a llevar prendas de color rosa y ellas a ser más atrevidas e independientes. Como
hemos visto, cada día hay un tiempo en los que los dos grupos interactúan y en el que se
les enseña a relacionarse, el respeto por el otro e incluso a romper ciertas reglas, como
por ejemplo entrar en una habitación por la ventana o pintar en el suelo de un aula, así
pues se fomenta la fortaleza y la resiliencia. Aún cuando no todos los colegios
islandeses siguen este método. La mayoría creen que deben enseñar a los pequeños a
tener una vida independiente y a pensar y adquirir conocimientos por cuenta propia.

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