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Alcoholismo y drogadicción, repercusión en el embarazo

Alcoholismo en el embarazo
El consumo del alcohol durante el embarazo puede causar defectos de nacimiento
físicos y mentales. Cada año nacen hasta 40.000 bebés con algún tipo de
problema
relacionado con el alcohol.1,2 Aunque la mayoría de las mujeres son conscientes
de que beber mucho alcohol durante el embarazo puede provocar defectos de
nacimiento, muchas no se dan cuenta de que beber moderadamente (o incluso
poco) también puede dañar el feto.
De hecho, no se ha comprobado que haya ningún nivel de consumo de alcohol
durante el embarazo que se puede considerar seguro. durante todo el
período de embarazo y lactancia.
Además, puesto que las mujeres a menudo no saben que están embarazadas
durante los primeros meses, las que puedan estar embarazadas o las que lo
intenten, deberían abstenerse de consumir bebidas alcohólicas. Los estudios
gubernamentales recientes indican que aproximadamente el 13 % de las
mujeres beben durante el embarazo. Cerca de 3 % de las mujeres
embarazadas informaron haber bebido en grandes cantidades (cinco o más
bebidas alcohólicas en una sola vez) o beber con frecuencia (siete o más bebidas
alcohólicas por semana).
Las mujeres que beben grandes cantidades o lo hacen
con frecuencia aumentan el riesgo de que sus bebés sufran problemas
relacionados con el alcohol. Cuando una mujer embarazada bebe, el alcohol pasa
rápidamente a través de la placenta hasta el feto. En el cuerpo inmaduro de un
feto, el alcohol se descompone de una forma mucho más lenta que en el cuerpo
de un adulto.
Como resultado, el nivel de alcohol en la sangre del bebé puede ser incluso
superior y puede permanecer elevado durante más tiempo que el nivel en la
sangre de la madre. A veces, esto hace que el bebé sufra daños de por vida.
peligros de beber alcohol durante el embarazo
el alcohol durante el embarazo puede provocar una serie de defectos de
nacimiento, que pueden variar de poco importantes a graves. Éstos incluyen
retraso mental; problemas de aprendizaje, emocionales o de comportamiento, o
defectos en el corazón, la cara y otros órganos. El término trastorno de espectro
alcohólico fetal se utiliza para descubrir los muchos problemas asociados con la
exposición al alcohol antes del nacimiento. El más grave es el síndrome del
alcohol fetal (FAS), una combinación de defectos de nacimiento físicos y
mentales. El consumo de alcohol durante el embarazo incrementa también el
riesgo de aborto espontáneo, bajo peso al nacer (menos de 2,5 kg) y nacimiento
de niños muertos.
Transtornos del espectro al acoholismo fetal TEAF
el síndrome del alcohol fetal (FAS)
El FAS es una de las causas más comunes de retraso mental y la única causa
que se puede evitar en su totalidad. Estudios de los Centros para la Prevención y
Control de enfermedades, sugieren que entre 1.000 y 6.000 bebés en Estados
Unidos nacen cada año con este síndrome. Los bebés con FAS son
anormalmente pequeños al nacer y habitualmente no se desarrollan por completo
a medida que crecen. Tienen
facciones características, como ojos pequeños, un labio superior delgado y piel
lisa en lugar del surco normal entre la nariz y el labio superior. Es posible que
sus órganos, especialmente el corazón, no se formen correctamente. Muchos
bebés con FAS tienen también un cerebro pequeño y con una forma anormal, y
la mayoría de ellos tienen algún grado de incapacidad mental. La mayoría tienen
mala coordinación, poca capacidad de concentración y problemas emocionales y
de comportamiento.
Los efectos del FAS duran toda la vida. Aunque no tengan
un retraso mental, los
adolescentes y adultos con este síndrome tienen diversos
grados de problemas
físicos y psicológicos y a menudo les resulta difícil
mantener un trabajo y vivir de
forma independiente.
Trastorno del desarrollo neurológico relacionado con el alcohol
Las personas con el trastorno del desarrollo neurológico relacionado con el alcohol
no tienen anormalidades faciales ni problemas de crecimiento, pero tienen
problemas relacionados con la formación y funcionamiento del cerebro y del
sistema nervioso. Estas personas pueden sufrir de:

 Discapacidades intelectuales

 Problemas de conducta o de aprendizaje

 Alteraciones de los nervios o del cerebro

En particular, un comité federal convocado para evaluar la ciencia observó que


estos niños son más propensos a tener problemas relacionados con el desarrollo
neurocognitivo, el funcionamiento adaptivo, y la regulación de conducta.

Trastorno neuroconductual relacionado con la exposición prenatal al alcohol

Además de tener exposición prenatal al alcohol confirmada, estos individuos


tienen deterioro (disfunción) de las funciones neurocognitivas, de autorregulación y
adaptación. El trastorno neuroconductual combina deterioro en estas tres áreas
junto con lo siguiente:

 Evidencia de exposición prenatal al alcohol

 Comienzo de los síntomas en la infancia

 Deterioro considerable o problemas de las función social, académica,


ocupacional u otra área de función importante.

Defectos de nacimiento relacionados con el alcohol

Las personas con defectos de nacimiento relacionados con el alcohol (ARBD, por
sus siglas en inglés) tienen problemas relacionados con la formación y
funcionamiento de sus órganos, incluyendo:
 Corazón

 Riñón

 Huesos (posiblemente la espina dorsal o columna)

 Audición

 Visión

Estos individuos también podrían sufrir uno de los trastornos del espectro
alcohólico fetal.

DROGADICCION EN MUJERES EMBARAZADAS

Muchas mujeres no son conscientes del daño que ocasionan al consumir tabaco,
alcohol o drogas durante el embarazo. Debido a ello, exponen a sus hijos a
sustancias que pueden ocasionar parto prematuro, bajo peso, retraso en el
crecimiento o síndrome de abstinencia prenatal.

Un estudio reciente efectuado reveló que 8.6 de cada mil recién nacidos vivos
provienen de madres que consumieron alguna droga durante el embarazo.
Síndrome de abstinencia (síntomas que manifiesta quien deja de consumir ciertos
estimulantes después de usarlos durante un periodo largo) en 25% de bebés.
Partos prematuros en 23.68% de casos.
Talla y perímetro de la cabeza menores a lo esperado en 18.42%.
Abandono en 10% de los nacimientos.
Además, por lo general, la mujer adicta a drogas ilícitas también suele serlo a
tabaco y alcohol, de modo que expone a su hijo a diversas sustancias desde antes
de nacer.
Efectos en el feto

El consumo de cualquier sustancia tóxica durante el embarazo tiene


consecuencias sobre el feto de las que muchas de estas jóvenes no son
conscientes. Un ejemplo es el de la marihuana de que esta droga no es nociva es
errónea, pero está bastante extendida entre la juventud. Los niños pueden nacer
con menos peso. Los estudios médicos recogen que el consumo de todas estas
drogas está relacionado con prematuridad, bajo peso al nacer y retraso de
crecimiento.
En el caso de la cocaína, por ejemplo, se sabe que las gestantes cocainómanas
tienen riesgo de presentar trombos en la placenta que generan oclusiones de los
vasos sanguíneos, cruciales para la nutrición. La consecuencia es mayor riesgo de
alumbrar un niño prematuramente. En cuanto al estrés de la madre, bien vigilado,
no tiene por qué constituir un problema para el feto, siempre y cuando no lleve a la
gestante a fumar más tabaco o a consumir más café o bebidas excitantes.
Consecuencias
De acuerdo con el especialista, otros problemas en dichas mujeres son su estado
nutricional deficiente e inadecuado control prenatal, amén de que pueden estar
infectadas con virus que transmiten a su bebé, como el de la hepatitis B o C
(ocasionan atrofia del hígado e incluso cáncer en dicho órgano) y/o el de
inmunodeficiencia humana (VIH), porque suelen compartir agujas.

“.

Otro aspecto evaluado fue el desarrollo del síndrome de abstinencia, el cual se


encontró en 19 de los 76 bebés (25%). En estos casos se observaron alteraciones
neurológicas, trastornos circulatorios, metabólicos, respiratorios y
gastrointestinales. En 48% de los casos, el trastorno se expresó 48 horas después
de la última dosis de droga consumida por la madre.
Etapas

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asesinato
Drogas en el embarazo, silencioso asesinato
SyM - Karina Galarza Vásquez
Drogas en el embarazo, silencioso asesinato
Muchas mujeres no son conscientes del daño que ocasionan al consumir tabaco,
alcohol o drogas durante el embarazo. Debido a ello, exponen a sus hijos a
sustancias que pueden ocasionar parto prematuro, bajo peso, retraso en el
crecimiento o síndrome de abstinencia prenatal.
Un estudio reciente efectuado en el Hospital General de Mexicali, Baja California
(norte de México), reveló que 8.6 de cada mil recién nacidos vivos provienen de
madres que consumieron alguna droga durante el embarazo.

Al respecto, el Dr. Arturo Loredo Abdalá, jefe de la Clínica de Atención Integral al


Niño Maltratado del Instituto Nacional de Pediatría de la Secretaría de Salud, en la
Ciudad de México, advierte que el uso de drogas durante el embarazo ocasiona:

Síndrome de abstinencia (síntomas que manifiesta quien deja de consumir ciertos


estimulantes después de usarlos durante un periodo largo) en 25% de bebés.
Partos prematuros en 23.68% de casos.
Talla y perímetro de la cabeza menores a lo esperado en 18.42%.
Abandono en 10% de los nacimientos.
Además, por lo general, la mujer adicta a drogas ilícitas también suele serlo a
tabaco y alcohol, de modo que expone a su hijo a diversas sustancias desde antes
de nacer.

Consecuencias
De acuerdo con el especialista, otros problemas en dichas mujeres son su estado
nutricional deficiente e inadecuado control prenatal, amén de que pueden estar
infectadas con virus que transmiten a su bebé, como el de la hepatitis B o C
(ocasionan atrofia del hígado e incluso cáncer en dicho órgano) y/o el de
inmunodeficiencia humana (VIH), porque suelen compartir agujas.

“Tras analizar a 76 recién nacidos expuestos a drogas, se encontraron siete casos


de infección por hepatitis C (en madres e hijos) de 20 que usaban heroína, 4 de
sífilis congénita y 1 de VIH”, asegura.

Otro aspecto evaluado fue el desarrollo del síndrome de abstinencia, el cual se


encontró en 19 de los 76 bebés (25%). En estos casos se observaron alteraciones
neurológicas, trastornos circulatorios, metabólicos, respiratorios y
gastrointestinales. En 48% de los casos, el trastorno se expresó 48 horas después
de la última dosis de droga consumida por la madre.
Por etapas
Es importante recordar que buen porcentaje de los órganos del bebé se forman
durante las 12 primeras semanas de gestación (dato calculado desde la fecha de
la última menstruación), y que es precisamente en este periodo cuando algunas
sustancias, como el alcohol, son capaces de generar malformaciones en corazón,
extremidades y rostro del futuro bebé.
A partir de la semana 12 el feto inicia un proceso de crecimiento importante, por lo
que distintas drogas afectan los órganos que todavía están en desarrollo, como los
ojos y el sistema nervioso. Con el tiempo, a ello se suman debilidad, escaso
crecimiento y hasta la muerte.
Asimismo, el bebé al nacer sufre el síndrome de abstinencia neonatal, es decir,
serie de reacciones físicas y corporales desagradables que aparecen al alejarlo de
los narcóticos.
las sustancias ilícitas que provocan dependencia y adicción en la madre crean el
mismo efecto en el bebé. Sin embargo, como la droga ya no está disponible para
el pequeño cuando nace, su sistema nervioso central resiente el cambio (se
hiperestimula) y da lugar a los síntomas de abstinencia.

“Es como si estos niños nacieran adictos; experimentan crisis convulsivas,


movimientos anormales, irritabilidad extrema y vómito. Estos síntomas pueden
prolongarse hasta los tres meses”.
Lo que hacen las drogas en la madre tanto en el feto
las drogas ilegales que pueden causar problemas para madres y fetos están:
Marihuana. Los estudios sobre su consumo por embarazadas no aportan datos
concluyentes, ya que esta droga siempre se usa en combinación con tabaco y
alcohol; sin embargo, puede estar relacionada con bajo peso al nacer y parto
prematuro.
Inhalables. El solvente orgánico utilizado en pinturas y pegamentos industriales
causa deformidades semejantes a las ocasionadas por el alcohol.
Cocaína. Reduce el apetito de la madre y causa contracción de los vasos
sanguíneos; en consecuencia, se perjudica el desarrollo del feto y existe mayor
posibilidad de parto prematuro o de que la placenta se separe de la pared del
útero, causando hemorragia.
Heroína. Puede causar nacimiento prematuro, escaso desarrollo fetal, problemas
neurológicos y de comportamiento e, incluso, la muerte del bebé.
Metanfetaminas. Elevan la presión arterial de la mujer y su ritmo cardiaco, lo que
puede derivar en daño cerebral en el feto, nacimiento prematuro, crecimiento lento
y aborto espontáneo.
Casi todas las mujeres deben cambiar su estilo de vida durante el embarazo, lo
que en algunos casos sólo requiere actividad física y dieta equilibrada. Si bien el
panorama se ensombrece cuando existe alguna adicción, es posible seguir
tratamiento de desintoxicación y control prenatal estricto para que la gestación sea
lo más sana posible.
Síndrome de abstinencia
otro efecto preocupante del consumo de heroína o cocaína durante la gestación es
que los recién nacidos pueden presentar síndrome de abstinencia. Éste se
manifiesta a través de irritabilidad, lloros continuos, febrícula (décimas de fiebre),
vómitos y dificultades para alimentarse. Todo ello se cuantifica con un cuestionario
conocido como Test de Finnegan, que se aplica al neonato cada tres horas y que
aporta el grado de gravedad del síndrome de abstinencia que afecta a los hijos de
drogadictas.

El síndrome de abstinencia se trata dependiendo de la gravedad del cuadro. El


tratamiento, que se basa en la administración de un relajante llamado fenobarbital,
se puede aplicar a partir de las 12 ó 24 horas del alumbramiento y tiene una
duración de entre una semana y diez días. La primera dosis de este fármaco se
administra por vía intramuscular y la segunda por vía oral, como si fuera un jarabe.
Además de este tratamiento, estos neonatos necesitan estar en unas condiciones
muy especiales.

En la Unidad de Neonatología, se les coloca en una incubadora, en la que están


muy arropados, con todas las medidas de confortabilidad posibles y con poca luz,
para que reciban los mínimos estímulos posibles. En esta unidad, bajo un control
estricto y constante, se les alimenta de forma adecuada. Estas medidas se deben
a que, en la literatura médica, también se han descrito casos de muerte súbita en
recién nacidos con síndrome de abstinencia por consumo de drogas por parte de
sus madres durante la gestación.
Efecto del cannabis en el embarazo
El hachís y la marihuana, atraviesan la barrera placentaria y se acumulan en la
leche, por lo que no se recomienda la lactancia materna en consumidoras de
cannabis. El consumo habitual de estas sustancias durante el embarazo perjudica
el desarrollo del feto, provocando:

 La reducción del peso de los recién nacidos.


 La alteración de las funciones cognitivas-mentales de los niños.
 La aparición de trastornos de atención e hiperactividad.
El consumo de cannabis durante el embarazo se asocia a:

Mayores tasas de prematuridad y de inmadurez fetal, así como de complicaciones


obstétricas.
Baja respuesta a estímulos, irritabilidad y trastornos del sueño en los recién
nacidos en los días inmediatos al nacimiento, que parecen asociarse a un cuadro
de abstinencia.
A más largo plazo se detecta retraso en la habilidad y la memoria verbales.
Patología cerebral y cardiovascular. Está ligada fundamentalmente
a la cocaína y anfetaminas por sus efectos vasoconstrictores,
hipertensivos y de aumento del flujo sanguíneo
cerebral. Consiste, fundamentalmente, en infartos cerebrales,
hemorragias intracraneales de diversas localizaciones, lesiones
isquémicas o de necrosis y alteraciones del EEG más o menos
transitorias. Otros efectos observados han sido hipertensión arterial
en el recién nacido, enterocolitis necrotizante por la isquemia
intestinal, disminución del gasto cardíaco durante los
primeros días, así como disminución del flujo renal y de la diuresis
feta.
Alteraciones neuroconductuales. Son frecuentes en la mayor
parte de las drogas consumidas en el embarazo. En el caso
de la marihuana (hachís) no parece probada su relación con las
mismas.
Con la cocaína y anfetaminas en cambio, parece indudable
su existencia relacionada con el efecto directo de las drogas
sobre el SNC y secundarias a las alteraciones isquémicas y hemorragias
cerebrales que producen.
Clínicamente los recién nacidos presentan síntomas parecidos
a los del síndrome de abstinencia a opiáceos o alcohol. En
edades posteriores aparecen alteraciones en la orientación visual
y auditiva, alteraciones de lenguaje y de la conducta, peores habilidades
motoras e incluso convulsiones en los primeros meses,
y cociente intelectual descendido, sobre todo en casos de
disminución del perímetro craneal.
Con los opiáceos al margen del síndrome de abstinencia,
se han descrito efectos de éstos sobre el SNC que se traducen
posteriormente en alteraciones de la conducta, convulsiones, alteraciones
del ritmo de sueño y del desarrollo psicomotor que
pueden mantenerse hasta los años escolares.
También son muy evidentes las alteraciones neuroconductuales
en la exposición al alcohol después de superarse el sín drome de abstinencia. En
general, son parecidas a las descritas
para las otras drogas, admitiéndose en la actualidad que el alcohol
es probablemente la causa más frecuente de deficiencia
mental de origen desconocido en los países desarrollados
Respecto al tabaco las alteraciones neuroconductales son
quizá más leves que las del crecimiento, pero en muchos casos
su importancia es mayor. A veces en el recién nacido se observan
síntomas que sugieren un leve síndrome de abstinencia. Sin
embargo, tiene mayor interés la observación hasta los 5-6 años
de alteraciones del lenguaje, atención, auditivas, de expresión o
cognoscitivas y de gran trascendencia es la posibilidad en algunos
casos de que el tabaco durante la gestación sea por sí solo
causante posteriormente de retraso mental en el niño, bien sea
por efecto tóxico directo, por alteraciones de la nutrición materna,
por aumentar las complicaciones durante el embarazo o
por producción de hipoxia fetal.
En todo caso es difícil separar muchas veces en los niños expuestos a drogas
durante el embarazo, el papel que juegan en las
alteraciones conductuales, las drogas y las circunstancias ambientales
adversas en las que se desarrollan.
Alteraciones inmunitarias. De forma esporádica se han demostrado
anomalías en los linfocitos T y otros parámetros de la
inmunidad que se mantienen durante el primer año y que pudieran
explicar la mayor susceptibilidad de estos niños a infecciones
víricas, como la infección por VIH.
Infecciones. Los hijos de drogadictas presentan riesgo elevado
de contraer, sobre todo por transmisión vertical, determinadas
infecciones que son frecuentes en estas mujeres, en parte
por el efecto inmunosupresor que las propias drogas ejercen
sobre el sistema inmunitario del niño. De ellas las más comunes
son la infección por VIH ya citada, la hepatitis B y C y la lúes.
Con menor frecuencia se presentan otras, tales como citomegalia,
toxoplasmosis o infección herpética.
Síndrome de muerte súbita del lactante. Se señala que
su frecuencia en estos niños es varias veces superior a la del
hijo de madre no drogadicta, sobre todo en los expuestos a opiáceos,
cocaína, alcohol y tabaco. Como mecanismos implicados
se han referido alteraciones del patrón respiratorio durante el
sueño, arritmias cardíacas o alteraciones madurativas del centro
respiratorio.
Efectos en la embarazada
El consumo de cocaína en el embarazo se asocia a un riesgo elevado de:

Aborto.
Muerte fetal intrauterina.
Prematuridad con inmadurez fetal.
Menor peso de los bebés al nacer.
Lesiones cerebrales, que pueden ser la causa de la muerte intrauterina o de daños
cerebrales permanentes después del nacimiento y el motivo por el cual muchos
niños padezcan hiperactividad, crezcan con trastornos de personalidad y de la
organización de la respuesta a estímulos ambientales, con retraso cognitivo y a
que en la vida adulta tengan una mayor predisposición a padecer trastornos
neuropsiquiátricos.

Tipos de defectos congénitos


 Los morfológicos afectan a la forma física, al aspecto externo del bebé.
 Los funcionales afectan al funcionamiento de los distintos órganos del
cuerpo.
 Los estructurales se deben a alteraciones de los genes o de las células.
Algunos defectos o enfermedades congénitas pueden ser transmitidos
genéticamente dentro de una misma familia, y se dice que son hereditarios o
genéticos.
Otras veces, las malformaciones aparecen en un niño aislado sin que haya otros
casos en la familia. Este tipo de malformaciones suele deberse a mutaciones
genéticas. Entonces se dice que es un caso esporádico.
Puede ocurrir que el bebé tenga un único defecto congénito (por ejemplo, labio
leporino). O puede que tenga varios al mismo tiempo (por ejemplo: labio leporino
junto con hendidura del paladar y una cardiopatía). Aproximadamente el 3-4% de
los bebés recién nacidos puede tener un defecto congénito.

https://www.healthychildren.org/Spanish/health-issues/conditions/chronic/Paginas/Fetal-
Alcohol-Spectrum-Disorders.aspx
http://www.consumer.es/web/es/salud/problemas_de_salud/2007/07/10/164475.php
https://www.bebesymas.com/salud-de-la-madre/como-afectan-las-drogas-al-embarazo-y-
al-bebe
https://www.elbebe.com/embarazo/pueden-prevenirse-malformaciones-congenitas-en-
embarazo
https://www.aeped.es/sites/default/files/anales/51-1-2.pdf

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