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SIGNIFICANTE
SIGNIFICACION
SIGNIFICADO
Pero luego esta díada fue replanteada, especialmente con el aporte de Charles
Peirce, a una tríada:
SENTIDO
SIGNO
SIGNO-VEHICULO REFERENTE
Ahora bien hay otra cuestión que de paso nos puede interesar, en cuanto al
estudio del signo: ¿qué tan arbitrario o convencional es un signo? o ¿En qué forma un
signo puede traspasar su propio contexto y comunicar “algo” en otro contexto y
momento?. Esta es pues la pregunta hermenéutica. Cuando un signo es muy
convencional se le ha llamado símbolo, como un número. Si es menos convencional se
le conoce como icono, como un retrato, o índice, como una huella digital. Esto apunta a
la necesidad de entender la convencionalidad del símbolo, los códigos, dentro de un
contexto y momento indicado, lo cual hace más difícil su interpretación o actualización.
Es aquí donde nos puede ayudar un acercamiento cultural y sociológico al texto. Por eso
“comprender un texto consiste en clasificar y ver en su conexión el gran conjunto de
elementos que constituyen el texto, y con los que el lector se encuentra”. ( Egger, W.
Lecturas del Nuevo Testamento. Navarra: Verbo Divino.1990.p. 118).
Este autor define el símbolo como “equivalentes significantes de cosas las cuales
pertenecen a otro orden de la realidad”. El ser humano es caracterizado, de acuerdo a
Lévi-Strauss, por su ordenamiento del mundo en sistemas autónomos de signos en los
cuales las relaciones de oposición son muy importantes, él llamó a este el “orden
conceptualizado” (cf. Wolde, E. Van. Words become Worlds, Leiden:1994. p. 117).
1
Citado por Gager,J. En “The attainment of Millennial Bliss through Myth: the Book of Revelation”.
Phil.: fortress Press. 1983. p. 152. traducción nuestra.
- Una función interpersonal que busca proyectar las relaciones entre el productor
de un signo y el receptor/reproductor del mismo. Podríamos llamarla también
una función comunitaria, relacional, del símbolo.
- Una función textual que busca formar los textos o conjuntos de signos
coherentes, tanto internamente como dentro del contexto en que y para el cual
fueron producidos. Podríamos llamarla una función mítica o narrativa.
Sin embargo debemos entender que el lenguaje del símbolo, a pesar que cumpla
estas funciones, no es necesariamente analítico o ilustrativo sino más bien evocativo y
sugestivo, invitando al oyente a entender, a sentir, a vivenciar y finalmente a interpretar.
Para esto, frecuentemente, se usan elementos, vivencias, estructuras, eventos
significativos para la comunidad, ya sea en el presente o en el pasado; los cuales son re-
significados, es decir, vaciados de su contenido o referencia anterior y llenados con un
nuevo contenido o referencia. Un ejemplo de este fenómeno lo tenemos en el símbolo
de la cruz. La cruz era símbolo de muerte, de la opresión Romana, y llegó a ser símbolo
de redención a partir de la vivencia de Jesús como el “Justo crucificado y Resucitado”.
Algo similar sucede también con el uso dado en Apocalipsis de “Jerusalem” y del su
Templo.
Por lo tanto podríamos concluir, como lo hace W.A. Meeks, que “se da una
dialéctica constante entre la experiencia histórica de un grupo y su universo simbólico”
(citado en Holmberg,B. Historia Social del Cristianismo Primitivo. La sociología del
Nuevo Testamento. Córdoba: El Almendro). Sin embargo, aquí nos enfrentamos a otro
problema, que da razón de la multiplicidad de conclusiones a partir del análisis
sociológico. Presupuestamos que es posible indagar y conocer las condiciones sociales
que determinan las ideas, y el universo simbólico, dadas en un momento histórico y
social a partir de sus textos, sean estos escritos o no, y la forma en que las determinan.
El problema que surge es: ¿cuáles de las variables sociales introducimos en este análisis
y en que grado de condicionamiento frente a ese universo simbólico?.