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1. Agradecimientos 3
2. Resumen 4
3. Introducción 5
5. Violencia en el Noviazgo 10
8. El ciclo de la violencia 21
9. Reflexiones Finales 27
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AGRADECIMIENTOS
Al concluir este trabajo necesito primeramente destacar el proceso personal que me llevó
camino único y personal que por momentos se tornó muy difícil y frustrante, a la vez que
desafiante y motivador.
De esta forma comencé hace muchos meses buscando primeramente mi tutor/a algo que me
pareció muy importante por el conocimiento y el desafío personal de ser guiada por
una docente a la que considero un gran referente en estas temáticas y a quién aprovecho para
Mi camino continuó por la búsqueda de toda la información que pudiera recolectar sobre la
temática y su clasificación, esta tarea se extendió por mucho más tiempo de lo previsto ya que
por un lado no encontré demasiada bibliografía específica sobre violencia en el noviazgo lo que
me llevó a indagar otra literatura que si la incluían, de esta forma a medida que avanzaba más
finalizar este proceso me siento conforme y contenta de haberlo concluido sintiendo haber
profesional.
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RESUMEN
Este trabajo monográfico tiene por objetivo principal definir, caracterizar y analizar el fenómeno
objetivo de comprender mejor como podría instalarse y reproducirse este tipo de violencia.
Mediante esta monografía se busca profundizar en cómo opera la violencia en el noviazgo, sus
factores predisponentes y aquellos que previenen y/o debilitan su ocurrencia. En base a los
aportes de distintos autores, se explora la hipótesis de que este tipo de violencia puede ser
sociedades y culturas, que no ha dejado de tener vigencia tanto en nuestra sociedad como en el
mundo a través de los siglos. La violencia puede ser ejercida de distintos modos pero en todos
los casos provoca graves y múltiples secuelas en sus víctimas ya sean niños/as, jóvenes,
adultos/as o personas adultas mayores, independientemente del color de piel, identidad sexual y
de género o estatus socio económico. El fenómeno requiere del entendimiento de sus causas así
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INTRODUCCION
La palabra violencia proviene del latín violare, que significa infligir, quebrantar o abusar de otra
“Existe una situación de violencia cuando la relación se basa en el abuso de poder que una de las
personas ejerce sobre la otra, a través de la fuerza física, psicológica o sexual, generando
“La violencia en los distintos escenarios donde se despliega, se inscribe en una cultura patriarcal
relacionamiento que, por distintos motivos, los seres humanos utilizan para comunicarse.
En 1996 la 49ª Asamblea Mundial de la salud declara que la prevención de la violencia es una
género, y hace especial hincapié sobre la situación de mujeres y niños consideradas poblaciones
de riesgo de mucho mayor vulnerabilidad social, tanto a nivel regional y como mundial.
Por aproximadamente tres décadas se ha utilizado la noción de violencia de género con algunas
diferencias teóricas pero existe una especie de acuerdo tácito entre las feministas para emplearlo
como “toda expresión de violencia contra las mujeres de cualquier edad y condición, que se
despliega o ejerce en su contra por ser mujer” (Castro y Casique, 2006 p.21)
(1979) define a la violencia basada en género como todo acto de violencia basado en la
pertenencia al sexo femenino agregando que estos actos tengan o puedan tener como resultado
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un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, también involucra la amenaza
de tales actos así como la coacción, la privación de libertad tanto en la esfera pública como
privada.
Es importante considerar que se usa el término violencia de género para denominar a una
violencia de carácter social, a los mecanismos sociales que hacen de la diferencia sexual el
“….. Significa, en suma, que el debate feminista sobre la hoy llamada violencia de género, ha
sido parte de la búsqueda de explicaciones sobre la subordinación femenina. Por ello, ha sido
parte del debate sobre el patriarcado, el sistema sexo-género o la dominación masculina” (Castro
Toda violación de los derechos de las mujeres puede ser considerada violencia de género por lo
Es así que no podemos hablar de ningún tipo de violencia sin dejar de considerar a la violencia
de género, siendo ella la responsable de varias situaciones dramáticas e irreparables para todas
Toda violación de los derechos de las mujeres puede ser considerada violencia de género por lo
“dating violence”- puede definirse como el uso o amenaza de la fuerza física, restricción, abuso
psicológico y/o sexual dañando o causando dolor a la pareja (Morales & Rodríguez, 2012).
Existe coincidencia con las demás formas de violencia ya que incluye lo físico, psicológico y
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interesante intentar entender como perciben y experimentan los adolescentes la violencia de
Este enfoque nos permitirá abordar el problema de los estereotipos de género y su implicancia en
la dinámica adolescente. Incluir la perspectiva de género permite ampliar el objeto de estudio así
La perspectiva de género “ (…) ha demostrado ser una dimensión analítica fecunda porque deja
en evidencia que además de la categoría biológica, la diferencia entre los sexos es una
La bibliografía específica sobre VN no es muy extensa ya que desde hace relativamente poco
limitamos a la que se lleva a cabo en parejas de jóvenes y/o adolescentes y por este motivo se
hace necesario tener presente a la adolescencia y sus características como una etapa del
desarrollo humano con naturaleza propia, distinta a las demás y como un periodo de transición
Asimismo resulta útil a nuestro trabajo intentar explicar el fenómeno de la VN a través de las
distintas concepciones sobre la adolescencia y mencionando algunas teorías que intentan definir
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Es así que encontramos diferentes enfoques y conceptos sobre adolescencia asociados a aspectos
influenciado por connotaciones externas y culturales que lo favorecerán o dificultarán según las
Resulta interesante mencionar aquí la existencia de distintos estudios antropológicos que han
desarrollado teorías acerca de lo que es ser adolescente y que componentes actúan definiendo las
distintas características que aparecen en esta etapa. Autores como Bandura y Walters (1963)
Aprendizaje social". Esta teoría prioriza la observación y la imitación de una serie compleja de
nuevas acciones sin que ninguna de ellas hubiera estado previamente en el repertorio del niño.
conductas que podrían ir desde la agresión, la dependencia y el control personal. Estos autores
explican los comportamientos adolescentes como parte de un aprendizaje social que tiene lugar
desde la niñez, otorgando gran importancia al rol de padres y de la familia como principales
De esta forma consideran a la violencia como un aprendizaje temprano que es transmitida desde
los primeros modelos de fuerza física. Si estos modelos son personas de autoridad para el niño,
éste tiende a identificarse con ellas e imitar su comportamiento. También ejercerían un rol
imitación y la aceptación de ciertos modelos que se trasmiten como legítimos y válidos (Bandura
y Walters 1963).
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Siguiendo estas ideas ya desde la infancia las desigualdades de género están dadas, entre otras
cosas, por los roles esperados y aceptados ya sea para las niñas y para los varones. Es así que
distintos tipos de adolescencias definidas con una fuerte construcción socio-cultural. De esta
forma la adolescencia más que una etapa de transición sería una categoría evolutiva, atravesada
por dinamismos psicosociales específicos. Todo esto resulta fundamental a la hora de abordar la
aceptado donde se ubicaría al varón en una situación de poder y privilegio frente a las mujeres
hegemónicos en donde las mujeres deben ganarse su lugar en un mundo de hombres que
Profundizando entonces en el análisis de las relaciones de noviazgo entre los jóvenes pueden
surgir varias interrogantes: ¿cuáles son los modelos que están en la base de las formas de
relación que establecen los y las jóvenes? ¿ como viven roles de género?
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Reflexionando un poco más en este sentido, ¿se puede afirmar que la violencia es una
característica de los vínculos adolescentes en general y por ende que se traslada a su relación
VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO
es reciente y reducida, sin embargo la existente coincide en afirmar que a pesar que este
fenómeno ha sido menos abordada que la violencia conyugal algunas investigaciones presentan
como resultados que su incidencia puede ser más elevada que ésta, aunque sus consecuencias no
sean generalmente tan graves. Por su parte Echeburúa y Corral (1998, citado por Castro, 2003)
sostienen que en la mayoría de las parejas que experimentan episodios de violencia, éstos se
presentan desde el inicio de la relación, muchas veces durante el noviazgo. También destacan la
tolerancia que existe por parte de la mujer a los comportamientos violentos en la pareja y dentro
del hogar. Estos autores señalan que, en promedio, las mujeres permanecen en una relación
En la actualidad y desde hace algún tiempo se puede observar el interés creciente hacia el estudio
y análisis de las relaciones afectivas entre jóvenes. Se destaca una posible conexión que puede
existir entre la violencia ya presente en las relaciones entre adolescentes y jóvenes y la posterior
violencia que se detecta en parejas adultas y/o en relaciones estables (González y Santana, citado
en Sebastián, 2010).
La mayoría de los autores coinciden en destacar que se ha ampliado el interés por estudiar la
violencia en etapas más tempranas ya que la presencia de ella durante el noviazgo, puede
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de un patrón estable de interacción en la vida amorosa posterior y también en el hogar. (e.g., Cui,
Gordon, Ueno & Fincham, 2013; Pederson & Thomas,1992; Vizcarra & Póo, 2008).
“La violencia psicológica, física y sexual entre parejas de adolescentes y jóvenes que aún
no se han casado ni conviven, debe ser considerada como un factor de gran importancia,
teniendo en cuenta que este tipo de relaciones violentas pueden ser el primer paso para una
violencia familiar futura”. (Browne y Herbert, 1997; Rodríguez, Antuña y Rodríguez, 2001;
Resulta evidente la necesidad de abordar este tipo de violencia de forma específica y efectiva
con el objetivo de prevenirla y erradicarla desde los primeros vínculos amorosos ya que existe
una firme posibilidad que se convierta en una futura relación conyugal violenta y donde ya se
“1) Maltrato físico. Considerado como cualquier acto dirigido al cuerpo de la persona,
que produce daño o dolor sobre la misma (golpes, patadas, cachetadas, pellizcos, intento
desvalorizarla, denigrarla, humillarla o hacerla sentir mal consigo misma; d) hacer que
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su confianza en sí misma o en la pareja. 3) Maltrato emocional. Cualquier acto de
ansiedad, temor o miedo, como las intimidaciones y las amenazas; incluye los actos de
el agresor mismo, realizados con el mismo fin. 4) Maltrato sexual. Cualquier acto
económicamente del agresor, no dejándola trabajar o por otros medios; ejercer control
Las definiciones sobre estos tipos de violencia coinciden en señalar que se trata de causar daño y
víctima. Todas las definiciones refieren a una situación de desigualdad donde el agresor se vale
de insultos, golpes, o lo que fuera necesario para humillar, denigrar, intimidar, herir y hasta
una forma de control y posesión asociada al “querer” y a la idea cultural del denominado “amor
romántico”.
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En general también existe acuerdo en sostener que la mayoría de las veces la violencia es
ejercida por parte de uno de los integrantes de la pareja aunque más adelante veremos que no en
noviazgo, ellos son: la amenaza y la provocación con la intención de causar un daño real sea este
tácticas o amenazas coercitivas o coactivas y finalmente, que todas las amenazas o coacciones
así como el control y el daño se produzcan dentro de una relación de noviazgo. En cuanto al
primer elemento, estos autores destacan que la intencionalidad de causar daño no siempre está
presente en una acción violenta y, en este sentido la auto-defensa aparece como un motivo de
agresión a la pareja frecuentemente esgrimido por las mujeres. El cuanto al dominio que se
ejerce dentro de la pareja por el agresor es un rasgo común que se presentan en otras relaciones
violentas ya sea en la violencia intrafamiliar y en la violencia de género, ya que es sabido que las
Finalmente, este mismo estudio plantea el hecho que la coacción o la agresión se produzca
durante una “relación de noviazgo” ha generado cierta controversia por dos motivos: en primer
lugar, porque el término “dating” como suele encontrarse en la literatura anglosajona para
referirse a este problema no tiene una clara traducción al español, aunque una buena
interpretación sería «salir con alguien» (Ortega, Ortega-Rivera y Sánchez, 2008) y en segundo
lugar, porque no hay acuerdo respecto al tiempo que ha de durar una relación para que se
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considere noviazgo. Así, algunos autores hablan de un día (Harned, 2001) mientras que otros
amplían este periodo de tiempo mínimo a un mes (Magdol, Moffitt, Caspi y Silva, 1998).
noviazgo» se hace referencia a jóvenes y adolescentes, quedando al margen las relaciones entre
En cuanto a este punto se considera el vínculo caracterizado por el primer o los primeros
noviazgos como relación de pareja entre personas jóvenes que no conviven o no han convivido y
a las violencias en parejas adultas en convivencia, en los últimos años se han distinguido tres
posiciones. En primer lugar, quienes sostienen que la violencia en el noviazgo presenta la misma
estructura que la violencia ocurrida en parejas casadas o que conviven. Por otro lado, los que
coinciden en que tiene similitudes y diferencias con los otros tipos de violencia entre parejas
adultas y finalmente, una tercera posición, que entiende a la violencia en el noviazgo como un
Los partidarios de la primera y segunda posición indican que hay factores de riesgo idénticos o
muy similares asociados tanto a la violencia en el noviazgo como a la violencia de pareja como
por ejemplo, el abuso del alcohol, déficit en habilidades de comunicación o una historia de
violencia intrafamiliar. Por el contrario, los partidarios de la tercera posición consideran que la
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(1) no siempre desemboca en agresiones de pareja en el matrimonio o cuando se inicia la
convivencia y,
(2) no todos los maltratadores en las parejas adultas han tenido comportamientos agresivos en el
noviazgo.
A esto es pertinente agregar que las relaciones en las parejas casadas se caracterizan por la
presencia de una unidad familiar con una economía común y por la frecuente presencia de hijos,
Por otro lado hay factores muy específicos en la violencia en el noviazgo que no influyen en la
violencia en adultos, como por ejemplo la presión de los iguales e incluso el mayor peso de los
roles de género y de las conductas de dominación de los chicos hacia las chicas. Según
”La violencia en las parejas no casadas o en convivencia presenta dos características que la
(adultez temprana). b) Las razones de permanencia en este tipo de relación son distintas a la de la
Siguiendo con la opinión de estos autores al profundizar en las características de los vínculos
familiares y los del noviazgo podemos ver diferencias en cuanto a las expectativas y las
emociones que entran en juego en las familias y, específicamente, en las parejas. Por ejemplo, en
el caso de las familias y de las parejas adultas, se observa que predomina en general la
disfrute en el mejor de los casos de la situación familiar, sin dejar de lado el rol que ocupan el
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hombre y la mujer dentro de la familia no solo como pareja sino como padres. Por otro lado, la
Es por esto que algunos autores destacan que la violencia tiene un proceso diferente dentro de la
psicológica, considerada en ambos tipos de relación como la más común, tiende a aparecer en
forma más gradual en el caso de los matrimonios o las parejas que conviven y depende del
En la violencia de novios (y en especial si son jóvenes) se instala con mayor rapidez y, una vez
aceptados los primeros indicios de la violencia, se ingresa a una dinámica que los confunde y
violencia física y sexual además de ser un prólogo a una futura relación familiar o de
psicológica es considerada por esta población como “normal”, ya que las agresiones verbales, los
celos y el control, son características frecuentes y pueden ser consideradas más permitidas que
En un estudio realizado por White, Merrill y Koss (2001, citado en Gonzales, Muñoz y Graña,
2003) refieren como dato significativo que las agresiones psicológicas en parejas de estudiantes,
anteceden las agresiones físicas posteriores. Además, se ha sostenido que el tramo entre los 20 y
24 años es el que tiene la tasa de riesgo más alta de recibir violencia, periodo que coincide con la
etapa universitaria (e.g., Tolan, Gorman-Smith &Henry, 2006; Lewis & Fremouw, 2000). Por su
parte, Poo y Vizcarra (2008) manifiestan que el concepto que los/as universitarios manejan sobre
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la violencia resulta riesgoso en la medida que minimizan y normalizan las conductas agresivas,
las que eventualmente pueden convertirse en pautas de conductas habituales con posibilidad de
En 2001, Murphy y Hoover citados en Gonzales et al. (2003), identificaron cuatro tipos de
la intensidad creciente como un patrón que se perpetúa en el tiempo donde frente al primer
cada vez más violentos y por motivos cada vez más insignificantes.
Durante estos últimos años se han evidenciado las variables asociadas a la VN, aunque algunas
son muy específicas de la adolescencia como por ejemplo la influencia de pares con
comportamientos violentos contra su pareja. Sin embargo, la mayoría de las variables son
similares a las que afectan a las parejas adultas (Lewis y Fremouw, 2001; Shorey et al.,
noviazgo de Lewis y Fremouw (2001), donde realizan una clasificación en cinco grupos de
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Por su parte, Rubio-Garay (2015) señalan que los factores asociados a la violencia en el
noviazgo podrían resumirse en dos grandes categorías: (1) factores (inter)personales (de tipo
entorno físico, histórico, familiar, económico, social y comunitario. Además, se pueden clasificar
en función del papel que desempeñan respecto a la violencia es decir, factores precipitantes,
De la misma forma, en relación a los factores situacionales hay abundante literatura que
(Chase, Treboux y O’Leary, 2002; F. Rubio-Garay et al. 2015, Hokoda, Galván, Malcarne,
Castaneda y Ulloa, 2007; Marshall y Rose, 1987). El consumo de alcohol y drogas así como el
2008; Foshee et al.,2011; Haynie et al., 2013; Holt y Espelage, 2005; Howard y
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- Los celos y las conductas controladoras (Bookwala et al., 1992; Fernández-Fuertes y Fuertes,
- Los antecedentes de violencia contra otras parejas y la conducta antisocial (Deal y Wampler,
1986; Gorman-Smithet al., 2001; O’Leary y Slep, 2003; Sebastián et al., 2010; Smithet al.,
2003).
- Las conductas sexuales de riesgo (Howard y Wang, 2003a, 2003b; Silverman et al., 2001).
- La influencia de los iguales que ejercen la violencia contra sus parejas (Arriaga y Foshee,
2004; Connolly, Friedlander, Pepler, Craig y Laporte 2010; Foshee et al., 2011; Foshee et al.,
-El maltrato y el abuso sexual en la infancia (Cyr, McDuff y Wright, 2006; Foshee et al.,
2004; Foshee et al., 2005; Rapoza y Baker, 2008; Wekerle et al., 2001;Wekerle y Wolfe, 1998).
Resulta interesante puntualizar que en función del grado o nivel de intensidad con el que se
victimización, o pueden ejercer un papel protector o inhibidor. Por ejemplo, se destacan como
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Algunos autores han llegado a concluir en base a sus investigaciones que puede existir una
autoritario, caracterizado muchas veces por el castigo físico, el afecto negativo o la carencia del
2002; Magdol et al., 1998; Miller,Gorman-Smith, Sullivan, Orpinas y Simon, 2009). Asimismo,
destacan en los hábitos de crianza positivos donde predomina una buena y estrecha relación con
los padres como un factor protector contra la violencia (Chase et al., 2002; Ehrensaft et al.,
coincidencia son, por ejemplo, el denominado estilo de apego inseguro, caracterizado por la
llegado a conclusiones consistentes, surgiendo así controversias entre los investigadores. Entre
ellas, se destaca el sexo, el origen étnico, el lugar de residencia, la estructura familiar o el estatus
socioeconómico, etc.
En general los autores especializados en violencia en el noviazgo coinciden en afirmar que esta
Se ejemplifican manifestaciones comunes que suelen iniciar este proceso como son las
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hostiles, llegando a críticas fuertes y crueles, así como una serie de conductas coactivas buscando
desarrollar y afianzar el poder y el control sobre la pareja (Rubio, Garay, 2015). En este sentido,
cronicidad (Castellano 2015, García, Lago y Ramírez de Arellano, 1999; Smith, White
y Holland, 2003).
Los estudios en el tema concluyen que el aprendizaje social tiene un papel importante en el ciclo
en la evaluación del riesgo de maltrato hacia la pareja en el noviazgo así como en su prevención
los rasgos de personalidad y las actitudes a favor de la violencia. Los autores señalan que:
maltrato hacia la pareja, la influencia del entorno socio-familiar, una adecuada preparación para
p.169)
EL CICLO DE LA VIOLENCIA
Es importante analizar cuáles son los mecanismos que operan en la relación violenta haciendo
que ésta se perpetúe en el tiempo. En particular, si estos mecanismos son los mismos o difieren a
los que se identifican en la violencia entre parejas adultas o dentro de la violencia intrafamiliar.
Siguiendo con este pensamiento podríamos concretamente preguntarnos ¿Que siente la/el joven
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Existen distintas interpretaciones que buscan comprender y explicar los motivos que llevan a las
esporádico (Arriaga, 2002). Así, las agresiones físicas (e.g., bofetadas, golpes o puñetazos) como
una forma de solucionar conflictos se consideran como una práctica “normal” por muchas
Para los autores antes mencionados algunas cuestiones como la baja autoestima, las carencias
afectivas y/o la falta de sostén parental y los sentimientos de inferioridad por parte de los/as
adolescentes así como un medio familiar violento y aceptado resultan otros factores a considerar
a la hora de evaluar lo que pueden incidir a la hora de establecer un modelo de relación de pareja
violenta.
Otro factor a considerar es el papel fundamental que tiene para el/la adolescente lo social, su
grupo de pares y la percepción que tienen los/as jóvenes de las relaciones de pareja;
contemplando que en esta etapa es el entorno social el que prima en sus relaciones.
Por otra parte, es de destacar la importancia de las primeras relaciones amorosas y sexuales, y el
La idea del “amor romántico” utilizado y aceptado por muchos jóvenes, en especial, por
las adolescentes que las lleva a creer en el amor idealizado y sufrido vinculado al sacrificio, la
2001).
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violenta. El riesgo de agresiones en el noviazgo es más elevado en las relaciones con mayor
relación sino que ésta permanezca: suele ser común que en muchos casos la violencia sea
minimizada o negada por quien la sufre sobre todo cuando no es algo de todos los días que en
“La idea que surge en algunas situaciones de este tipo es la justificación por parte de la
víctima que la acepta sobre la base de un supuesto “querer” por ejemplo, “el amor lo puede
todo” “ el amor lo soporta todo” esto sumado a otros mitos o creencias culturalmente aceptadas
también en los jóvenes contribuyen a no cortar con la violencia y en donde este concepto de
Siguiendo con estos autores se destaca que una de las principales alertas en las relaciones de
pareja, se da cuando se interpretan las agresiones físicas, psicológicas y/o sexuales como signos
de amor, dedicación o entrega asimismo cuando se idealiza al amor: “No se puede vivir sin
amor” “El amor todo lo perdona”. “no hay amor sin sufrimiento” “si te controla es porque te
Gonzales, Echeburrua y Corral (2008) mencionan ocho ideas disfuncionales que fueron
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de la violencia:• “Sólo puedo ser feliz y contar con cariño en mi vida si tengo una pareja.• Una
persona puede quererme y al mismo tiempo, hacerme sufrir o tratarme mal.• Los celos de mi
pareja son una señal de que me quiere y de que le importo mucho.• Si él/ella tiene atractivo
sexual y/o reconocimiento social, voy a ser feliz con él/ ella.• Si le quiero, puedo pasar por alto
comportamientos vejatorios (gritos, humillaciones etc.).• Cuando vivamos juntos, dejará de ser
celoso y le ayudaré a controlar la bebida.• Algún día cambiará porque, en el fondo, es buena
persona.• La fuerza del amor lo puede todo. El es el amor de mi vida. A pesar de todo, lo quiero
Estas ideas se encuentran presentes en muchas de las víctimas de violencia sean ellas
adolescentes o no, es así que si bien la violencia en el noviazgo tiene ciertas particularidades,
atrapada en un vínculo enfermo y cruel del que en muchos casos pagará con su vida antes de
poder revertirlo.
Debemos mencionar que si bien la mayoría de los autores referidos coinciden en que la violencia
en el noviazgo es ejercida sobre la mujer en la mayoría de los casos, también se plantea como
una característica la bidireccionalidad como una forma de interacción entre los jóvenes que los
agresivas, como modalidad vincular (Corsi 1995) existiendo una alta probabilidad de que ambos
miembros de la pareja actúen como agresores y como víctimas (Lewis, Fremouw 2001).
violencia en el noviazgo. En algunas investigaciones se evidencia que los varones son en mayor
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medida los agresores (Makepeace, Tontodonato y Crew ,1992) en otras mientras tanto se afirma
que son las mujeres la que más agreden (Arias et al 1987, Clark, Beckett, Wells, Dungee –
varones y mujeres (Riggs y Caulfield ,1997 Hird 2000, Gonzales y Santana 2001)
Esta situación podría considerarse como un problema social, por sus consecuencias tanto en la
fomenta las bases para las relaciones íntimas en la adultez, siendo un posible antecedente para la
violencia de pareja e intrafamiliar (Furman, Simon, Shaffer, & Bouchey, 2002; Rey-Anacona,
Otras investigaciones sobre violencia en el noviazgo con una abordaje desde la Psicología de
construcción social de ambos sexos (Barberá, 1998), desde una concepción relacional de
género (Hamel, 2007, 2009; Rojas-Solis, 2011a, 2013a). Bajo esta perspectiva es que se oponen
a considerar como víctimas de la violencia sólo a las mujeres y entienden que en los jóvenes ha
habido un cambio profundo en cuanto al género, provocando una especie de reubicación que ha
Aunque en diversos países las relaciones de pareja siguen estando normadas por tradiciones
Larrinaga, Usategui & Del Valle, 2010; Ibaceta, 2011; Rivera, et. al., 2008; Rojas-Solís, 2011a,
Un estudio realizado con el objetivo de revisar la bibliografía referente a los hallazgos sobre
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facilitar la reflexión sobre la importancia de emplear herramientas metodológicas que no omitan
y Rodriguez 2015). Según los resultados obtenidos en esta revisión, algunos autores señalan
que:
“En este orden de ideas, se hablaría de la ruptura del paradigma tradicional de género,
Moral & López, 2013; Orozco, et. al., 2012; Sears, et al., 2007; Straus, 2006).
Los autores antes mencionados han intentado abordar el tema desde otra perspectiva
observando que si bien la violencia es en general de varones hacia mujeres, los cambios
A partir de este modelo se puede asumir que la víctima, sea hombre o mujer, es capaz de llevar a
cabo acciones para enfrentar dicha violencia activamente y el victimario también podría asumir
Finalmente, me pareció interesante incluir a modo de síntesis el aporte de los autores arriba
mencionados al marcar una visión distinta del abordaje de la violencia, sin exclusividad de sexo,
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considerando otros aspectos y marcando la necesidad creciente de investigación sobre los actos
violentos en el noviazgo.
REFLEXIONES FINALES
Al terminar este trabajo entiendo que lo más importante a destacar es el reconocer la violencia
este tipo de violencia sea abordada con la importancia que requiere ya que es un problema
identificable que se presenta con mucha fuerza y constituye una realidad de nuestra sociedad y
de todas en general.
Tal vez es que hemos aprendido a aceptar como naturales algunas formas de interacción que no
deberían estar presentes y mucho menos ser aceptadas. Los “roles” aceptados e incorporados
para mujeres y para varones como algo natural donde no existe la igualdad pero se presentan
Asimismo la importancia de lo cultural y los mensajes recibidos, así es que abundan ejemplos
donde el lugar de la mujer y el amor “salvador” del hombre aparece por doquier, ya en la
infancia nos han relatado innumerables historias que narran a través de los cuentos infantiles y el
cine, la relación romántica donde la mujer paciente, hermosa y sumisa espera ser salvada por el
Lo mismo podríamos decir de los mensajes que la religión se ha encargado de trasmitir a través
por mucho tiempo sometido al hombre, a su servicio y solo reconociéndole su función como
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procreadora (madre) prostituta o bruja; frente a un hombre fuerte, poderoso, trasmisor del
En este trabajo más allá de haber intentado revisar o poner de manifiesto las posibles causas o
detenerla y conseguir que se elijan otras formas de relacionamiento que no incluyan ninguna
saludables.
Luego de profundizar en los estudios disponibles y los marcos interpretativos, y más allá de sus
coincidencias o discrepancias, existe un acuerdo en que los malos tratos durante el noviazgo son
frecuentes, que van más allá del género aunque se reconoce que las víctimas en general son las
mujeres, por lo que pienso que lo que debe modificarse es más profundo y más complejo.
sentido que siempre nos enfrentamos a una situación de poder y desigualdad. Es así que
resultaría muy difícil lograr la igualdad que se necesita para revertir la violencia ya desde el
noviazgo.
Los estudiosos del tema coinciden en que es necesaria una estrategia de prevención y de
intervención para adolescentes y adultos jóvenes en especial para aquellos que pueden
atendiendo a los indicadores y las características que hemos visto van desarrollando la mayoría
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las relaciones de pareja, así como en la reducción de los mitos y falsas creencias en torno a los
1998; Foshee, Bauman, Linder, Benefield y Suchindran, 2004; Hernando, 2007; Wolfe, Wekerle,
Scott, Straatman, Grasley y Reitzel-Jaffe, 2003). Todo ello con el objetivo de ayudar a los/as
adolescentes a tener una mayor capacidad en detectar comportamientos de violencia y una mejor
actitud en cuanto a la búsqueda de ayuda, en los casos necesarios para evitar mayores grados de
También, y no menos importante, promover programas educativos que mejoren las habilidades
además no dejar de lado en la educación tanto sea en la familia como en las instituciones
Se hace necesario sumar esfuerzos y no dejar de generar estrategias que promuevan cambios
sociales positivos, pero sobre todo, intervenciones específicas a nivel individual y relacional, que
la cronicidad de la violencia en las relaciones de noviazgo (Amurrio, et al., 2010; Straus, 2006)
Creo que toda la sociedad y cada uno de nosotros en cada lugar que ocupemos, en nuestras
propias violencias y hacer conscientes a otras personas de esta realidad y la necesidad urgente de
revertirla, como mujeres, hombres, padres, madres, como hijos, como educadores, como
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profesionales pero más que nada como seres humanos convencidos que la violencia sea donde
sea que se ejerza y contra quien sea solo destruye y genera más violencia.
reconocer la violencia donde sea que se produzca, facilitando su prevención a la vez que
sociales para incidir en modificar los modelos hegemónicos de poder y la desigualdad imperante
que reproduce modelos de violencia de padres hacia niños, de jóvenes entre ellos sean pareja o
no, de los adultos en general, hacia los adultos mayores, ya que solo basta una mirada para
………. “ Si como actores contextuales logramos introducir un cuestionamiento en las ideas, una
alternativa, y freno en las acciones o en las emociones, ya estamos introduciendo una posibilidad
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Evolutiva Psicolibros.
30
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